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19 de enero de 2019

Por qué los expertos advierten que hay una epidemia de miopía en el mundo y cuál es su origen

El aumento de miopía en las últimas décadas ha sido enorme y ahora afecta a la gran mayoría de los jóvenes en algunos países del este de Asia, como China y Corea del Sur. 
 
Durante los últimos 50 años se ha duplicado el número de personas miopes en el mundo.
Se estima que para 2020 un tercio de la población mundial será miope y para 2050 lo será la mitad de la humanidad.

"Estamos en medio de una epidemia global de miopía", dijo el doctor Earl Smith, profesor de desarrollo de la visión y decano del Colegio de Optometría de la Universidad de Houston, Estados Unidos.

Y esa epidemia tiene más incidencia entre los jóvenes del este de Asia, en países como China y corea del Sur, donde afecta ya a casi el 90% de los estudiantes al acabar la escuela secundaria.

En otras regiones del mundo aunque las cifras no son tan alarmante la condición avanza.

La gente que es corta de vista o miope puede ver claramente los objetos que están cerca, pero la vista se les vuelve borrosa cuando enfocan objetos distantes.

La miopía ocurre cuando el globo ocular crece demasiado y se vuelve más largo de lo normal. Esta condición visual suele manifestarse cuando los niños están en edad escolar y suele empeorar gradualmente hasta que el globo ocular completa su crecimiento.

Si no se detecta y corrige con lentes, la miopía puede progresar y con el tiempo aumentar significativamente el riesgo de sufrir cataratas, glaucoma, desprendimiento de retina y maculopatía miópica.

Además, la miopía está entre las tres primeras causas de ceguera permanente en el mundo.

¿Qué la causa?

Aunque los expertos creen que la genética juega un cierto rol al determinar qué personas son más susceptibles de ser miopes, "hay algo en nuestro comportamiento y en nuestro ambiente que está contribuyendo al aumento de casos de personas miopes", asegura el doctor Smith, que hace unos meses recibió una beca de US$1,9 millones precisamente para investigar las causas y las estrategias de tratamiento de la miopía.

Muchos estudios han demostrado que la gente que pasa más tiempo al aire libre es mucho menos propensa a desarrollar miopía que la que permanece la mayor parte del día entre cuatro paredes.

"La demanda educacional cada vez más exigente y pasar más tiempo en espacios interiores que exteriores son factores que sabemos que contribuyen a que una persona se vuelva miope", dijo Smith. 

"En Asia, entre el 80 y el 95% de los jóvenes que terminan la secundaria en las zonas urbanas tienen miopía y hay evidencias fuertes que también está aumentando en Estados Unidos y en Europa", añadió el experto, que es uno de los investigadores líderes en esta condición visual.

"En aquellas situaciones en que hay una expectativa educacional alta es más probable que la gente desarrolle miopía. Considera a nuestros propios estudiantes de optometría como ejemplo: aproximadamente la mitad se vuelve más miope durante los cuatro años de estudios aquí", dijo el profesor de la universidad de Houston.

Smith y su equipo están ahora estudiando qué factores ambientales, como la exposición a ciertos tipos de luz, pueden tener un impacto sobre el crecimiento del globo ocular que conlleva a la miopía.

Lea el artículo completo en: BBC Mundo

8 de enero de 2019

El color rosa no existe, es solo nuestro cerebro mezclando longitudes de onda

El color rosa no existe en la naturaleza y lo que llamamos así es solo un esfuerzo del cerebro por conjugar la longitud de onda del rojo y el violeta; otros discrepan y aseguran que el rosa es un color tan real o irreal como cualquier otro.


Aunque el color rosa es uno de los menos polémicos y hasta cierto punto preferidos por muchísimas personas, comúnmente asociado a la ternura, a veces a la femineidad y conceptos afines, desde una perspectiva científica y natural hay ciertos problemas para comprobar su existencia.

Tomando en cuenta que todos los colores son solo ondas de luz con frecuencias específicas, es curioso que no existe como tal una que corresponda al rosa o, dicho de otra manera, en la que se combinen el color rojo y el violeta, por lo cual el rosa es una invención, el nombre dado a algo que estrictamente no puede existir naturalmente, solo un esfuerzo de nuestro cerebro por mezclar las longitudes de onda del rojo y el violeta.

Esta versión, sin embargo, ha sido debatida por Michael Moyer, colaborador de Scientific American, quien asegura que el color no es una propiedad de la luz ni de los objetos que la reflejan, sino una impresión nacida en el cerebro, por lo cual el rosa es un color tan real (o irreal) como cualquier otro.
Sea como fuere,  quizá algunos hagan suya una de las dos propuestas, tanto los rosafóbicos como los rosafílicos.

29 de noviembre de 2018

Demostrada la existencia de dos zonas cerebrales básicas implicadas en la lectura

Una nueva investigación realizada en el centro vasco BCBL revela que el área visual de las palabras, una zona del cerebro fundamental para la lectura, está dividida en dos partes con funciones diferentes: perceptual y léxico semántica.

La lectura es una habilidad a la que nuestro cerebro no se ha adaptado como consecuencia de la evolución.

La actividad cerebral relacionada con la lectura es todavía uno de los grandes retos para la comunidad científica. Se trata de una habilidad a la que nuestro cerebro no se ha adaptado como consecuencia de la evolución, tal y como ha ocurrido con el habla.

Uno de los puntos de debate radica precisamente en cuál es la función que realiza la parte de nuestro cerebro que resulta imprescindible para leer, la denominada área visual de las palabras.

Mientras algunos científicos consideran que su función es netamente perceptual –visual–, otros investigadores opinan que es más léxico semántica, porque esa misma zona se activa también con otras actividades, como escuchar palabras.

Este debate tiene consecuencias muy importantes en la investigación del lenguaje y, sobre todo, en sus aplicaciones clínicas. Ahora, científicos del Basque Center on Cognition, Brain and Language (BCBL) han conseguido entender mejor los criterios que existen sobre el funcionamiento del área visual de las palabras.

El trabajo, que acaba de ser publicado por la revista PNAS, ha sido conciliador con la evidencia existente: por un lado tiene una función perceptual y, por otro, léxico semántica, pero cada una está residenciada en una subárea diferente y conectadas por medio de circuitos distintos.

El artículo completo en: Agencia SINC 

21 de mayo de 2018

El descenso de la educación artística produce alumnos analfabetos visuales

Los "analfabetos visuales" son personas que no son capaces de diferenciar entre una imagen con contenido y ello puede provocar que no tengan una visión crítica de las imágenes que perciben.

El descenso de las horas dedicadas a la asignatura de educación artística, que ha pasado en la Lomce de ser obligatoria a ser optativa en Primaria, puede producir "analfabetos visuales" e influir, desde un punto de vista negativo, en la creatividad de los alumnos.

Así lo ha explicado en una entrevista a Alfonso da Silva, licenciado en Bellas Artes y profesor de la Universidad Internacional de La Rioja (UNIR), y autor, junto a otros siete compañeros, de un manual sobre 'Didáctica de las artes plásticas y visuales'.

Los 'analfabetos visuales' son personas que no son capaces de diferenciar entre una imagen con contenido, que puede ser positivo o negativo para su formación, y ello puede provocar que no tengan una visión crítica de las imágenes que perciben y les "bombardean", como las audiovisuales y las procedentes del cine, la televisión y las redes sociales.

La educación artística es importante en el desarrollo de la creatividad, ya que los alumnos generan imágenes y propuestas artísticas; y fomenta la alfabetización visual porque ayuda a que los escolares conozcan qué tipo de imágenes de todas las que reciben son las positivas o las negativas.

Da Silva se ha referido a "la costumbre que existe, en ocasiones, de consumir imágenes sin pararnos a pensar qué nos cuentan" y hay que aprender a leer e interpretar esas imágenes que se reciben en el día a día, pero a ello no ayuda que los alumnos no reciban el número adecuado de horas de educación artística.

La educación artística, junto a la creatividad, "aporta alfabetización visual, que nuestros alumnos sean capaces de leer esas imágenes, que no siempre crean que vienen dadas, además de que es inevitable que estén recibiendo esa información constantemente".

Lea el artículo completo en:

El Diario de Navarra (España)

2 de febrero de 2016

Facebook y la clave de la felicidad

Investigación llevada a cabo por el Instituto de Investigación de la Felicidad.

Facebook nos hace sentir solos, iracundos y nos obstaculiza la concentración; así de tajante se muestra el último estudio llevado a cabo por The Happinness Research Institute con sede en Copenhague (Dinamarca) donde exponen que la clave de la felicidad podría ser algo tan simple como cerrar la sesión de Facebook durante toda una semana.

Para ver el impacto de una red social tan popular y extendida como Facebook, pidieron a un total de 1.095 usuarios de Facebook que evaluaran su nivel de satisfacción en general de una escala de 1 a 10 en base a diversos factores como lo felices que eran, lo mucho que habían disfrutado en la vida, si se sentían tristes o preocupados... El 94% de los encuestados confesó entrar en Facebook al menos una vez al día.

Para “The Facebook Experiment”, los investigadores dividieron a los participantes en dos grupos: al primer grupo se le pidió que no utilizara Facebook durante una semana; al segundo grupo se le comunicó que continuara con su vida de forma normal (grupo de control).

Tras este lapso de siete días, los expertos les presentaron un nuevo cuestionario sobre la felicidad. Los resultados revelaron que aquellos que seguían usando Facebook experimentaron un ligero aumento de la felicidad en general (pasando de 7,67 a 7,75 puntos sobre 10). Sin embargo, los que habían tenido que renunciar a conectarse a la red social mostraron un incremento mucho más significativo, pasando de 7,56 de media a 8,12 puntos sobre 10. En general, los participantes que habían dejado de usar Facebook se mostraron más felices y menos tristes que el grupo de control.

Si estamos constantemente expuestos a buenas noticias, nos arriesgamos a evaluar nuestra propia vida como menos buena, bajo un prisma negativo. También puede haber beneficios positivos de Facebook y las redes sociales, pero creo que lo auténtico es el efecto que tiene en nuestra percepción de la realidad. Este flujo constante de noticias que vemos en Facebook representa sólo un 10% de las cosas que les suceden a otras personas. No debe ser utilizado como base para evaluar nuestras propias vidas”, explica Meik Wiking, líder del estudio.

Fuente:

14 de septiembre de 2015

Oigo colores: La sinestesia se puede aprender

Una investigación realizada en la Universidad de Sussex (Reino Unido) ha demostrado que el cerebro puede entrenarse para la sinestesia, es decir, para que percibamos sensaciones propias de un sentido como si fuera de otro. Este entrenamiento, además, puede potenciar la inteligencia, lo que sugiere que sería útil en aplicaciones clínicas.

 “Estudio para composición VII” de Wassily Kandinsky, un pintor que veía colores al escuchar música.
La sinestesia es una condición neurológica fascinante. Un sinestésico puede, por ejemplo, oír colores, ver sonidos, y percibir sensaciones gustativas al tocar un objeto con una textura determinada. Se estima que una de cada 23 personas sufre esta condición.
Ahora, un nuevo estudio ha demostrado por primera vez que las personas pueden ser entrenados para "ver" las letras del alfabeto como colores, de forma parecida a lo que podría sentir un sinestésico.

En la investigación, realizada en la Universidad de Sussex (Reino Unido), también se reveló que, potencialmente, este entrenamiento serviría para aumentar el coeficiente intelectual.

Durante mucho tiempo, se ha debatido si la sinestesia es una condición genética o si surge de diversos factores ambientales, tales como usar juguetes como letras de colores en la infancia.

Dado que las dos posibilidades no son mutuamente excluyentes, los psicólogos al cargo de la presente investigación idearon un programa de entrenamiento de nueve semanas, con el fin de determinar si adultos sin sinestesia podían desarrollar las características clave de esta condición.
Resultados obtenidos
Encontraron, en un experimento realizado con 14 voluntarios, que los participantes no solo fueron capaces de desarrollar asociaciones lo suficientemente potentes entre letras y colores como para superar todos los tests estándar de sinestesia, sino que, además, la mayoría de ellos experimentaron otras impresiones vinculadas a letras individuales (por ejemplo, asignaron a estas estados o condiciones como "la x es aburrida" o "la w está en calma").
Uno de los más sorprendentes resultados del estudio fue que aquellos que se sometieron a este entrenamiento también aumentaron su cociente intelectual (IQ) en un promedio de 12 puntos, en comparación con un grupo de control, formado por personas que no se sometieron a dicho entrenamiento.

"La principal implicación de nuestro trabajo es que señala que formas radicalmente nuevas de experimentar el mundo se pueden provocar simplemente a través de una amplia formación perceptiva”, afirma el codirector del estudio, el Dr. Daniel Bor.

Esto implica a su vez que un impulso cognitivo, aunque sea provisional, podría servir como herramienta para el desarrollo de funciones mentales en grupos vulnerables, tales como los niños con déficit de atención e hiperactividad (TDAH) o los adultos que empiezan a sufrir de demencia, concluyen los investigadores.

Sinestesia adquirida por lesiones cerebrales
Un estudio llevado a cabo en 2013 por científicos de la UNED también reveló nuevos datos sobre la conversión de un cerebro común en uno sinestésico.
Aunque el trabajo versaba sobre el componente emocional de esta condición, también reveló que personas con sinestesia adquirida –en este caso, por lesiones cerebrales- presentaban variaciones en núcleos subcorticales del cerebro como el putamen y el tálamo, al igual que aquellos pacientes con sinestesia heredada.

También se descubrió que las personas sinestésiscas presentaban variaciones estructurales en áreas cerebrales que participan en el procesamiento emocional. Este hecho sugirió la existencia de una base neuroanatómica del componente emocional de la sinestesia.  

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15 de septiembre de 2014

¿Por qué el tiempo no pasa siempre a la misma velocidad?

Según la actividad que desarrollemos en un momento dado, las personas de las que nos rodeemos o incluso nuestra edad, nos parecerá que el tiempo transcurre muy lentamente o que pasa volando. Entre las experiencias que modifican la percepción de la llamada cuarta dimensión se encuentra la motivación.

Cuando nos sentimos estimulados y pretendemos alcanzar un objetivo concreto y deseado, sobre todo si tenemos la firme esperanza de conseguirlo y si responde a una necesidad básica, como comer o beber, el tiempo se desliza a toda velocidad. De acuerdo con un estudio de la Universidad de Alabama publicado en Psychological Science, este fenómeno se debe a que en estas circunstancias se minimizan los procesos de la memoria y la atención, para apartar pensamientos y emociones irrelevantes.

Por su parte, el psicólogo Steve Taylor, investigador de la Universidad John Moores de Liverpool, en el Reino Unido, sostiene que la percepción del paso del tiempo viene condicionada en gran medida por la cantidad de información que procesamos. Así, transcurre más despacio para los niños porque están muy atentos a lo que acontece a su alrededor. Estos experimentan muchas cosas por primera vez, lo que les obliga a asimilar constantemente abundante información.


Sin embargo, para las personas adultas apenas existe novedad en las experiencias cotidianas, se han acostumbrado al mundo y todo les resulta familiar, según explica Taylor. De ahí que un año vivido a partir de los cincuenta nos parezca mucho más breve que doce meses de la niñez o la adolescencia.

Este efecto es aún más perceptible en las víctimas de accidentes, que suelen describir esas situaciones traumáticas como si hubiesen sucedido a cámara lenta. Pero no es porque el tiempo transcurriera más despacio en sus sesos, como ha demostrado el neurocientífico David Eagleman, del Baylor College de Medicina, en Texas (EE. UU.), sino por una triquiñuela de la memoria.


Cuando una experiencia nos asusta, entra en juego un área del cerebro llamada amígdala que hace que se almacenen más recuerdos que en otro tipo de acontecimientos. Dicho de otro modo, en situaciones críticas acumulamos una gran cantidad de información en la memoria en un lapso mínimo de tiempo. Por eso, las experiencias aterradoras generan memorias más ricas y densas, que nos hacen creer que el tiempo transcurrido fue mayor.

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Muy Interesante

25 de agosto de 2014

Así juzga nuestro cerebro la dureza de un castigo

¿Qué mecanismos cerebrales influyen en la toma de decisión sobre la severidad que imponemos a un castigo? Este ha sido el eje central de la investigación llevada a cabo por un equipo de científicos de la Universidad de Harvard (EEUU) y que ha sido publicada en la revista Nature Neuroscience.

Para el estudio, los investigadores contaron con la participación de 30 voluntarios (20 hombres y 10 mujeres) con una edad media de 23 años, a los que tomaron imágenes cerebrales durante un proceso de toma de decisión de un castigo. Los participantes escucharon una serie de argumentos y de datos que describían un supuesto crimen donde hubo muerte, mutilación, asalto físico y daños a la propiedad que posteriormente tuvieron que valorar de 0 a 10 según la severidad del castigo. Además, en la mitad de las historias se identificaba el suceso como claramente intencionado y al resto como involuntarios, ofreciendo dos versiones diferentes de cada escenario: la primera, con una descripción objetiva y la segunda con pruebas gráficas.

El análisis de los resultados demostró que la manipulación intencionada del lenguaje para exponer un suceso de una forma más truculenta o exponer imágenes claras de un suceso, conducía a imponer un castigo más severo si el participante en cuestión creía que el incidente había sido claramente intencionado.

Los investigadores descubrieron que la amídgala cerebral, una de las zonas neuronales implicadas en el procesamiento de las emociones, se activaba cuando los voluntarios observaban imágenes con gran crueldad. Sin embargo, este efecto sólo se apreciaba en los escáneres cerebrales cuando el voluntario sabía que había intencionalidad en el acto, evidenciando por primera vez con una base neuronal clara gracias a lo que pudo observarse en la amígdala, que la decisión de imponer un castigo más o menos duro tiene que ver con nuestra percepción de la intencionalidad.

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Muy Interesante

30 de marzo de 2014

Registran, por primera vez en video, el acto de percibir

Investigadores japoneses registran la actividad neuronal en el cerebro de un pez zebra, justo en el instante en que este percibe a su presa. 


Hace apenas unos años hubiese resultado un tanto surrealista la idea de estar videograbando el instante preciso en el que se consuma la percepción. El cerebro, ese enigmático e hipersofisticado órgano que rige buena parte de nuestra existencia –y tal vez incluso de nuestra realidad– ha mantenido innumerables secretos a salvo de la ciencia, erigiéndose como el mayor de los misterios inmersos en nuestra propia biología.

Recientemente un grupo de investigadores del Instituto Nacional de Genética en Japón, lograron documentar el momento en el que un pez zebra percibe la espontánea presencia de una presa. Lo anterior representa la primera vez que el acto de percibir es registrado desde la propia fuente, es decir, desde un plano neuronal. El “descubrimiento” fue reportado en la publicación científica Current Biology.

En un artículo titulado “Todos estamos alucinando todo el tiempo“, enfatizábamos en que la realidad, ese consenso masivo y psicocultural, en buena medida se produce a partir de nuestra percepción –la cual si bien es esencialmente individual, lo cierto es que se sintoniza colectivamente para convenir en referentes generales–:

“Quizá aquello que concebimos como realidad no es más que un espejismo de monumental sofisticación, una especie de paraíso de la simulación en donde nada es ‘en realidad’ lo que aparenta ser. Aquí partimos de la premisa que cualquier componente de esa abstracción no existe como tal, sino que llega a nosotros mediado a través de nuestra percepción —la cual en este contexto aparecería como un filtro traductor que nos permite interactuar con cualquier cosa que asumimos como algo externo (a pesar de que a fin de cuentas somos solo un todo) y que, como suele ocurrir cada vez que utilizamos un mediador, la versión original experimenta un  cierto grado de distorsión.”


Más allá de especular sobre la naturaleza perceptiva, o por el contrario definitiva, de la realidad, lo que parece indiscutible es que la percepción juega un rol fundamental en nuestra existencia y en la de todo aquel ser que accede a esta facultad –incluido, obviamente, el pez zebra–. En este sentido resulta épico el poder observar la actividad neuronal que acompaña el nacimiento de este acto (el percibir). 

A lo largo de los escasos seis segundos que dura el video, presenciamos una especie de rítmica electro-danza que, supongo, corresponde al diálogo que sostienen las neuronas justo en ese instante cuando el cerebro registra un “algo” sucediendo.

Pero aún más interesante será, sin menospreciar al pez zebra, tener acceso a este mismo fenómeno dentro del cerebro humano pues en ese caso, cuando se registre el influjo de data, el acto estará acompañado de miles de procesos complementarios que seguramente enriquecerán, visualmente, la ya de por si apasionante coreografía de luz que hoy hemos podido observar –por ejemplo el contraste de esa información recibida sobre un marco de referencias culturales que terminarán por asignar un valor específico a eso que se percibe”–. O que decir sobre la posibilidad de documentar un pensamiento, o una secuencia de ellos, ese arquetípico instante durante el cual, al menos una porción significativa de lo que llamamos realidad, se estaría gestando.

En todo caso resulta siempre estimulante avanzar un trecho en ese recorrido que nos separa de la hermética intimidad del cerebro. Y este acercamiento visual, que incluso resulta una experiencia estética (y que por su semejanza con un relámpago nos recuerda la correspondencia mico-macro). Así que, aludiendo a la figura del ouroborus, disfrutemos por ahora el percibir un acto de percepción. 

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Pijama Surf

24 de marzo de 2014

La cara de terror y espanto puede ayudarnos a sobrevivir



Cara de miedo

La expresión de miedo agudiza la vista, dice un estudio.

Los ojos abiertos como platos cuando tenemos miedo, o la nariz fruncida y los ojos entrecerrados cuando algo produce repulsión, son mucho más que una forma de comunicar emociones.

Según un reciente estudio, las expresiones de miedo y asco tienen más que ver con la evolución de la especie humana y la adaptación para la supervivencia.
Investigadores de la Facultad de Ecología Humana de la Universidad Cornell, Estados Unidos, sugieren que estas dos expresiones faciales opuestas alteran la forma en que los ojos captan la luz y enfocan.

El trabajo, publicado en la revista Psychological Science, sostiene que estos cambios son fruto del desarrollo evolutivo y tenían la función de ayudar a los humanos a sobrevivir, o al menos a percibir mejor las diferentes amenazas.

Cara de asco

El asco genera una expresión que facilita la detección de una amenaza puntual.

Los ojos muy abiertos por el miedo estimulan la sensibilidad y expanden el campo de visión para localizar el peligro en el entorno, dicen los científicos.

Por el contrario, al sentir asco, los ojos se entrecierran, bloqueando la luz para enfocar mejor un punto específico y señalar la fuente de repulsión.

"Estas funciones opuestas del ojo abriéndose y estrechándose, que reflejan la dilatación y contracción de las pupilas, pueden ser los orígenes primitivos de la capacidad expresiva del rostro", dijo Adam Anderson, autor del estudio.

"Y estas acciones probablemente no estén restringidas al miedo y el asco, ya que sabemos que estos movimientos juegan un rol importante en cómo quizás se diferencian todas las expresiones, incluyendo sorpresa, enojo e incluso felicidad".

Beneficio evolutivo

Para su trabajo, los científicos pidieron a una veintena de participantes que imitaran expresiones de miedo y repulsión, y los examinaron con equipos oftalmológicos estándar.

Así pudieron comprobar que cuando los sujetos abrían más los ojos, sus córneas admitían más luz y ampliaban su campo de visión.

Cuando fruncían la nariz de asco, sus ojos se entrecerraban y aunque esto bloqueaba la luz, facilitaba el foco en un punto específico, según escribieron los investigadores.

"Abrir los ojos puede mejorar la detección y localización de una potencial amenaza que requiere vigilancia reforzada, algo que coincide con la hipotética función del miedo", escribió Anderson.

Expresiones de miedo y asco

Los científicos analizaron los ojos de los participantes del estudio.

"En cambio, entrecerrar los ojos puede mejorar la discriminación perceptiva para discernir diferentes tipos de peligros, como portadores de enfermedades y alimentos contaminados; la función hipotética del asco es evitarlos".

En lugar de comunicar información a otros, tal como algunos científicos han propuesto, las expresiones de miedo y repulsión parecen tener funciones visuales diferentes.

"La razón de eso es permitir al ojo emplear las propiedades de la luz que son más útiles en estas situaciones", explicó Anderson.

"Tendemos a pensar en la percepción como algo que sucede después de que una imagen es recibida por el cerebro, pero de hecho las emociones tienen influencia en la visión en los primeros momentos de codificación visual", precisó el científico.

Estos hallazgos coinciden con las ideas del naturalista británico Charles Darwin, quien propuso que el origen de las expresiones no necesariamente tiene que ver con la comunicación y que no son arbitrarias.

En uno de sus trabajos menos conocidos, Las expresiones de las emociones en hombres y animales, de 1872, Darwin advirtió que las expresiones faciales eran a veces muy similares en diferentes culturas e incluso en el reino animal.

Por eso, sugirió el famoso investigador británico, deben tener un beneficio evolutivo en común.

Fuente:

BBC Ciencia

13 de febrero de 2014

¿Cómo tener un “Orgasmo Cerebral”? Haz la prueba AHORA

Primer paso: intenta reducir la cantidad de estímulos al mínimo, ponte los audífonos y abandónate a los placeres de la seductora voz de María, quien será tu acompañante en este viaje a las regiones más primitivas de tu cerebro.



Ahora la teoría. En realidad se sabe poco del fenómeno, la ciencia apenas ha intentado algunas tímidas incursiones en este nuevo territorio, a pesar de que ya se encuentre habitado por un campamento cada día más extenso de nómadas venidos desde los más lejanos rincones de la red. Y es que posiblemente estas sensaciones se remonten más allá del origen del hombre, pero hayan permanecido en estado salvaje hasta que Jennifer Allen creara en 2010 el grupo de Facebook “Autonomous Sensory Meridian Response Group” o ASMR, como ahora se ha llamado al fenómeno (Respuesta Sensorial Meridiana Autónoma, en español). Así, el término no sólo ha nacido y crecido en la red, lejos de la vigilancia de los científicos, sino que ha engendrado toda una comunidad de nuevos gurús que, como María, se han dedicado a grabar videos a través de los cuales masajean a la distancia los cerebros de toda una horda de internautas desesperados por encontrar una forma de liberar la presión acumulada dentro de sus cráneos. 

asmr 

Aunque la ASMR es una idea nueva, posiblemente ya hayas tenido alguna experiencia similar y te haya invadido por sorpresa ese hormigueo que se extiende por espalda y brazos como un flujo eléctrico, a veces tan intenso como un orgasmo. La pregunta es: ¿cuál será el gatillo que te volará los sesos? Porque, según parece, en términos de ASMR cada persona es diferente, algunos reaccionan a un susurro, al sonido de pequeños golpes o rasgueos, al pisar de hojas secas, al sonido de la lluvia, al teclado de una máquina de escribir o al ruido blanco de los electrodomésticos. Hay quienes prefieren las voces con acento, dicen que les provoca la sensación de estar placenteramente cansados, satisfechos. Incluso, en reddit se menciona a Bob Ross como uno de los gatilleros más buscados, lo cual delataría de una vez por todas a toda una generación de supuestos aficionados a la pintura.

Sólo recientemente se han dirigido algunas investigaciones científicas para explicar la ASMR. Fisiológicamente se sabe que las sensaciones empiezan a bullir con la cercanía física, la cual provoca que se aceleren el corazón y la respiración, por eso, para generar los efectos deseados, muchos de los videos son grabados con micrófonos binaurales que simulan la posición de los oídos en la cabeza del espectador. Por otro lado, David Huron, de la Ohio State University, señala que el efecto ASMR tiene una gran similitud al aseo físico en los primates, del cual obtienen un placer cercano a la euforia. No es de extrañar entonces, que en nuestras formas modernas de acicalarnos (una sesión de maquillaje, un corte de cabello) encontremos el placer de resbalar cuesta abajo en el proceso evolutivo.

Parece extraño cómo el ASMR genera la sensación de estar en los linderos de un placer culpable y secreto, guardado celosamente en el fondo de la madriguera como preciado fetiche, cuando en realidad María susurra sus conjuros al oído de millones de navegantes que solo buscan un pretexto para cerrar lo ojos y perder el control del barco.

[The Atlantic]

Tomado de:

Pijama Surf

11 de noviembre de 2013

Ver y no reconocer: Las personas con ceguera de cara

Imagen conceptual de prosopagnosia

Las personas con prosopagnosia no tienen la capacidad de reconocer los rostros.

Imagine que de la noche a la mañana no pueda reconocer a su madre, a su pareja, a su hijo. Que los vea pero que no sepa quiénes son, ni si ríen, o llevan el ceño fruncido. Eso es lo que le pasó a David Bromley. Tras sufrir una lesión en el cerebro quedó ciego de cara.

Bromley, un inglés de 67 años, sufre de prosopagnosia desde hace 11 años. Las personas con este trastorno pueden ver los ojos, la nariz, la boca... el contexto. Pero no pueden ver o comprender el rostro de la persona. No reconocen los gestos o las emociones.

"Puedo reconocer a mi esposa si entro a la casa y sé que está allí. Pero si en la calle pasa a mi lado y no sé que va a estar ahí, no la reconocería", le cuenta a BBC Mundo.
Quizás lo más complicado de esta enfermedad sea que las personas no se dan cuenta de inmediato que la tienen.

"Descubrí que tenía el problema cuando asistí a un reencuentro con unos amigos que no veía desde hace 30 años. Dos de ellos habían sido muy buenos amigos, fuimos juntos a todos los festivales de música, viajamos juntos a España para trabajar en verano. Éramos muy unidos, pero por cuestiones de la vida los dejé de ver".

Hacía meses que Bromley se había recuperado de la lesión y hasta ese momento pensaba que la única secuela que le había quedado era la pérdida parcial de la visión, lo que le imposibilitaba conducir. Es por ello que su cuñado lo acompañó a la reunión. La conversación que tuvo después con él fue lo que hizo activar las alarmas.

"Mientras conducía a la vuelta recuerdo que le comenté: 'Frank y Miky no han cambiado nada, se ven exactamente igual'. Luego me quedé pensando y le pregunté 'espera, ¿ellos llevaban puestas unas teentop?' (un suéter que estuvo de moda en los setenta)".

Lo que David estaba viendo era el recuerdo de sus amigos de esa época. "Mi cerebro me estaba diciendo que allí estaban Frank y Miky y que así era como lucían, pero esa no era la realidad". Fue entonces cuando descubrió que era ciego de cara.

Lea el artículo completo en:

BBC Ciencia

2 de septiembre de 2013

La música se juzga más por lo que ve más que por lo que se oye



Las personas pueden identificar con precisión a los ganadores de una competencia de música clásica basándose sólo en video sin sonido, según demostró un estudio.

Incluso músicos profesionales no pudieron reconocer a los ganadores sólo con el sonido.
Esto desafía la idea de que el sonido es el factor más importante a tener en cuenta cuando se juzga la música.

Los hallazgos, publicados en la revista Proceedings de la Academia Nacional de Ciencias de Estados Unidos (PNAS), sugieren que la visión es en verdad el sentido más dominante.

La investigación concluye que el mejor indicador de una interpretación musical ganadora es la pasión que muestra el músico, seguido de cerca por su originalidad y creatividad.

Chia-Jung Tsay, del University College de Londres (UCL), es autora del estudio y concertista de piano.

La investigadora estaba interesada en la forma en que se juzga la música y vio que incluso los músicos profesionales no eran conscientes de cuánto más estaban usando la información visual que la sonora.

"Me di cuenta de que dependiendo de si se juzgaba en base a grabaciones de audio o de video podía haber resultados muy diferentes. Esto me llevó a preguntarme sobre cuánta información visual impacta realmente en estas importantes decisiones".

Para el estudio, se entregaron muestras de audio, video sin sonido o video con sonido a más de 1.000 participantes, y se les pidió que eligieran los tres primeros finalistas de 10 competencias internacionales de música clásica.

Los auténticos ganadores de las competiciones fueron identificados correctamente sólo por aquellos que habían visto los videos sin sonido.

En el caso de los voluntarios que vieron los videos con sonido, el grado de exactitud volvió al mismo nivel de coincidencia de quienes sólo escucharon el audio.

Información visual vs sonora

Manos sobre las teclas de un piano

El estudio indagó en los juicios sutiles que intervienen a la hora de diferenciar intérpretes muy habilidosos.

Tsay dice que los resultados son bastante sorprendentes, especialmente porque tanto los músicos entrenados como el resto de los participantes dijeron que el sonido había sido lo más importante en su evaluación.

"Sin importar el grado de experiencia, nos basamos principalmente por información visual, incluso en el ámbito de la música".

"La enseñanza de música clásica a menudo se centra en mejorar la calidad del sonido, pero esta investigación intenta comprender qué es lo que realmente se evalúa en los niveles más altos de la interpretación competitiva".

"Debemos ser más conscientes de nuestra inclinación a depender de la información visual a expensas del contenido que realmente consideramos como más relevante para nuestras decisiones".

La investigadora añade que sus hallazgos tienen implicaciones para otras áreas que se basan en gran medida en indicios visuales, como la contratación de empleados o la elección de líderes políticos.

La BBC quiso conocer la opinión de Alexandra Lamont, una psicóloga musical de la universidad Keele, en Reino Unido, que no estuvo involucrada en el estudio.

Ella considera que el informe sigue la línea de otras investigaciones que muestran la influencia de lo que los espectadores ven durante las actuaciones musicales en vivo de pianistas talentosos.

"La actuación musical es mucho más que sólo sonido, y los aspectos visuales a menudo mejoran la calidad de la experiencia, ya sea ver a un joven virtuoso y energético en el escenario de la Competencia Menuhin como deslumbrarse por un show de luces durante la actuación de un DJ en Glastonbury".

"Lo interesante es que los participantes sintieron que el sonido sería el factor más influyente en la toma de decisiones sobre los intérpretes, así que esto sugiere que usamos el indicio dominante para juzgar incluso cuando no es muy útil".

Lamont agregó que el género y el origen étnico no tuvieron ningún efecto en las decisiones, "así que realmente se trata de cómo tocaron los intérpretes".

* Si vio el video y quiere saber si su criterio coincide con el del jurado de la competición internacional de piano Franz Liszt, le interesará saber que los pianistas que se ven en el video quedaron finalistas en este orden: 1. Yingdi Sun, 2. Anton Salnikov, 3. Christiaan Kuyvenhoven.

Fuente:

BBC Ciencia

12 de agosto de 2013

7 principios para pensar como Leonardo Da Vinci

Leonardo Da Vinci es considerado como uno de los más grandes genios creativos de la historia. Incursionó y sobresalió en diversas áreas como la pintura, la arquitectura, las matemáticas, la poesía, la ingeniería, la botánica, la poesía y la filosofía.

Durante su vida creó obras tan conocidas como la Gioconda (Mona Lisa)  y La Última Cena,  y se le atribuyen cientos de inventos, de los cuales solo unos pocos fueron construidos, ya que no existían los medios para hacerlo, porque eran muy adelantados para su época.

Michael Gelb, reconocido consultor de múltiples empresas alrededor del mundo, revela en su su libro “How to think like Leonardo Da Vinci” los trabajos y la leyenda de este verdadero genio. Sobre la base de cuadernos, inventos y obras de arte legendarias de Da Vinci, Gelb menciona los siete principios que le permitían llevar su creatividad a lugares extraordinarios.

Los principios para pensar como un genio son:

1.- Curiosita (Curiosidad)

El enfrentar la vida como una aventura por el conocimiento continúo. Todo gran maestro es por principio un gran estudiante. Las personas más talentosas cuentan con la innata curiosidad de saber más sobre su alrededor. Están dispuestos a preguntarse y a investigar más allá de los conceptos preestablecidos y aceptados.
Leonardo practicó este principio toda su vida, y lo llevó a plantearse cuestionamientos que lo llevaron a crear inventos adelantados a su época, un ejemplo de ello, el primer diseño del submarino.

2.- Dimostrazione (Demostración)

Un compromiso constante por llevar las ideas a la acción, aprender sobre la experiencia, ser persistente y estar dispuesto a aprender de los errores.

DaVinci sabía que en su aventura por el conocimiento y la experimentación, los errores eran necesarios, y que para llegar a crear grandes cosas, tenía que equivocarse no una, sino muchas veces. Sabía que utilizaría los aprendizajes de sus errores para construir sus éxitos, que al final, son los que trascendieron y han sido recordados.

Pocas personas saben de los fracasos de Leonardo, como los fallidos intentos por construir una máquina voladora y las inundaciones causadas por sus intentos de cambiar la dirección de un rio.

3.- Sensazione (Sensación)

El permanente refinamiento de los cinco sentidos para enriquecer la experiencia de la experimentación. Leonardo trabajó en el refinamiento de sus sentidos durante toda su vida, tratando de capturar con ellos los detalles más “insignificantes” de la naturaleza, los cuales pasarían desapercibidos para la persona promedio. Fue este refinamiento lo que le permitió capturar detalles tan profundos y plasmarlos en sus obras, como en el caso de La Mona Lisa.

4.- Sfumato (Matiz)

La disposición de abrazar la ambigüedad, la paradoja y la incertidumbre. Leonardo entendía que la vida está llena de paradojas y lo aceptaba con gran asombro. De hecho, plasmó esta realidad de manera especial en su obra La Mona Lisa. Si has tenido la oportunidad de estar frente a ella, puedes observar en su sonrisa una ligera chispa de compasión y crueldad al mismo tiempo, seducción e inocencia. Su creador representó la ambigüedad, la paradoja y la incertidumbre es su obra.

5.- Arte/Scienza (Arte/Ciencia)

Para Leonardo DaVinci, el arte y la ciencia eran indivisibles. Para entender una, tenías que entender la otra, tener un equilibrio entre los dos hemisferios cerebrales, la creatividad y la lógica. Leonardo manejaba este sistema de “pensamiento completo” en todas sus tareas, lo que le permitía estimular y utilizar su cerebro completamente. Fue uno de los precursores de los “mapas mentales” tan utilizados en la actualidad para intentar recrear la misma experiencia, los cuales se pueden utilizar para la estimulación de la creatividad diaria en el ámbito personal y profesional.

6.- Corporalita (Cultivar el Cuerpo)

El cultivar la gracia, la ejercitación, la pose y la utilización de ambas partes del cuerpo (ambidiestrismo). Leonardo Da Vinci complementó sus habilidades artísticas y de genio con la ejercitación y las habilidades atléticas. Las largas caminatas, montar a caballo, la natación y el esgrima estaban entre sus deportes favoritos. Él sabía que en un cuerpo sano y balanceado era esencial para desarrollar su creatividad y productividad.

7.- Connessione (Conexión)

El reconocer y apreciar que todas las cosas y los fenómenos están interconectados. El principio del pensamiento de sistemas y la teoría del caos. En donde no se puede entender correctamente un fenómeno sin estudiar y entender la influencia que el sistema tiene sobre ello. El cómo, por ejemplo, el aleteo de una pequeña mariposa en una parte del mundo, puede crear una tormenta a kilómetros de distancia (teoría del caos). Leonardo utilizó este tipo de análisis y pensamiento para crear muchos de sus inventos, en los cuales combinaba diferentes formas de la naturaleza en una interacción armoniosa. Todo está interconectado y el abrazar esta noción abrió un mundo de infinitas posibilidades al genio.

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Innovación

15 de abril de 2013

Científicos aseguran que escuchar nueva música es "gratificante" para el cerebro

Científicos en Canadá afirman haber descubierto que escuchar una nueva canción es gratificante para el cerebro.

Un estudio, publicado en la revista Science, dice que una parte del cerebro se activa cuando la gente escucha una pieza musical por primera vez. 

Los investigadores creen que el cerebro hace predicciones basadas en la música que ya ha sido escuchada.

Usando imágenes por resonancia magnética, el equipo canadiense encontró que cuando una persona escucha una canción por primera vez se activan áreas en el centro de recompensa del cerebro.

Ahora quieren saber qué impulsa nuestro gusto musical: si nuestra actividad cerebral puede explicar por qué algunas personas disfrutan del jazz mientras que otras se sienten atraídas por el rock.
Fuente:
BBC Ciencia

26 de marzo de 2013

¿Por qué se siente raro subir una escalera mecánica que no funciona?


Escalera mecánica

A nuestro cerebro le cuesta comprender que una escalera mecánica no funcione. 

Esto se llama "fenómeno de la escalera mecánica rota". Cada vez que caminamos o nos paramos sobre una escalera en funcionamiento, nuestra mente aprende a esperar este movimiento.

Entonces, progresivamente, sintonizamos la motricidad de las piernas y los mecanismos de equilibrio del oído interno para responder al mismo.

Incluso cuando sabemos que la escalera no se está moviendo, esto no es suficiente para evitar que la mente inconsciente reconozca los escalones metálicos acanalados como parte de una escalera mecánica y por consiguiente espere que se mueva.

Científicos de la universidad británica Imperial College London investigaron este fenómeno en 2004 y vieron que sólo hace falta caminar sobre una plataforma en movimiento 20 veces para condicionar al cerebro a esperar el mismo movimiento en el intento número 21, aunque se advirtiera con anterioridad a los participantes del estudio que la escalera no iba a moverse

Fuente:

BBC Ciencia 

20 de marzo de 2013

¿Por qué nos gustan tanto los fondos de pantalla de Windows?




Ya sea el antiguo Bliss (gozo o felicidad), que viene de serie con el sistema operativo Windows XP, es decir, el fondo de pantalla que es un campo de césped de color verde plástico bajo un cielo difuminado por algunas nubes (en realidad una fotografía real de una colina del valle de Napa, California, Estados Unidos, al este de Sonoma Valley). O ya sean los nuevos y vistosos fondos de pantalla que vienen con Windows 7 y 8. Todos ellos nos producen atracción. De algún modo nos gustaría trasladarnos a ellos. Nos embelesan. Nos producen cierta satisfacción y desahogo.

Pero ¿por qué? ¿Qué tienen de especial estos paisajes (y en general muchos otros paisajes bonitos) para que susciten la atención de las personas de todo el mundo, con independencia de su educación y su cultura? ¿Por qué el valle de Lauterbrunnen, en Suiza, me produjo la sensación que describo aquí?



Tal vez el pintor más próximo y naïf de paisajes que pueden gustar a toda clase de personas sea el simpático y entrañable Bob Ross. Un famoso pintor y presentador de televisión de pelo esponjoso que se hizo famoso con su programa de televisión The Joy of Painting. En él, Ross se dedica a pintar una paisaje muy realista en apenas media hora. Los paisajes son siempre bonitos en el sentido Disney del término. Y además resulta muy relajante verle pintar.

Sería extraño que un ser humano sentenciera que uno de esos paisajes le produce rechazo. Un paisaje bonito es tan atractivo como una cara simétrica y libre de imperfecciones. Es como si los paisajes, pues, estuvieran codificados en nuestros genes.

A nivel evolutivo, el arte nació, entre otros factores, por el placer estético de experimentar con objetos y entornos adaptativos y la capacidad de diseñar artefactos para obtener los fines deseados. ¿Qué es un entorno adaptativo? Por ejemplo, un paisaje amplio y luminoso desde el interior de una cueva (un lugar en el que nos sentimos protegidos y disponemos de una panorámica del exterior a fin de poder detectar cualquier atisbo de amenaza).



Basta con echar un vistazo a la historia de la pintura para descubrir muchos paisajes de similares características en lienzos de todo el mundo. En general, el ser humano, desde su nacimiento, presta más atención a rasgos del mundo visual que indiquen seguridad, inseguridad o hábitats cambiantes, con o sin vistas panorámicas, verdor, agrupamiento de nubes o puestas de sol.

Este asunto lo han tratado con bastante solvencia autores como Steven Pinker o Daniel C. Dennett, pero seguramente el autor que ha dedicado más páginas en un solo libro a hablar de los paisajes como entornos adaptativos sea Denis Dutton en su libro El instinto del arte. Su tesis puede resumirse en que un paisaje nos gusta porque reúne todos los requisitos necesarios para nuestra supervivencia: comida, agua, seguridad (en los árboles), accesibilidad.
Un paisaje en el que podemos ver árboles (preferiblemente con ramas cerca del suelo que nos ayuden a trepar a ellos para huir de algún depredador), la presencia de agua o al menos la evidencia de esta en la lejanía, animales terrestres o aves, además de vegetación y un camino o un sendero que se extiende en la distancia casi invitándote a entrar.
Dutton explica en su libro si perdonas de diversas culturas se sienten atraídas por igual por representaciones de paisajes abiertos con imágenes de agua y de árboles en la lejanía es porque, de alguna manera, les “evocan” la sabana de la que, como especie, procedemos. Si no os apetece leer el libro, podéis escuchar a Dutton en esta charla TED:

Vea el video y el artículo completo en:

Xakata Ciencia

22 de enero de 2013

¿Por qué el tiempo pasa más despacio cuando algo es nuevo o cuando nos da miedo?

paso-tiempoDavid M. Eagleman, neurocientífico de la Escuela Baylor de Medicina, se ha especializado en estudiar los fenómenos relacionados con la percepción del tiempo por parte del cerebro humano. Y tras varios estudios con resonancia magnética funcional ha llegado a la conclusión de que cuando una experiencia es nueva o sorprendente, la actividad de nuestras neuronas para registrarla aumenta. Esto se debe a que prestamos más atención y archivamos más detalles que cuando la experiencia es repetida. La memoria que se establece es, por lo tanto, más “densa” y, cuando recordamos la experiencia, nos parece que duró mucho más. Es decir, el "esfuerzo mental" nos produce la sensación de que el tiempo transcurrido fue mayor. Esto también explicaría por qué en la infancia, una época de la vida en que abundan las novedades, el tiempo parece transcurrir más despacio que cuando alcanzamos la madurez.

En otro estudio publicado en PLoS ONE, Eagleman condujo a una serie de voluntarios a experimentar una caída libre de más de 30 metros antes de caer en una red. Los participantes recordaban retrospectivamente que se habían precipitado al vacío durante un 36% más de tiempo. La dilación de la duración de un evento que causa miedo –y que implica a la amígdala, una estructura cerebral esencial para la memoria emocional- no se debía a que la percepción de los acontecimientos mientras suceden sea más lenta, sino a la posterior recuperación del recuerdo, concluye el investigador.
 


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16 de enero de 2013

Los criticones son infelices

chismeLo que dices acerca de los demás también habla de ti. Una investigación coordinada por la Universidad Wake Forest (EE UU) ha demostrado que ver con buenos ojos a los demás es un indicador de que puedes considerarte feliz, entusiasta, noble y emocionalmente estable. Sin embargo, si eres de los que suele criticar y juzgar con un sesgo negativo a quienes te rodean, es probable que vivas a disgusto. “Una percepción positiva del resto de las personas indica satisfacción con nuestra propia vida”, sugiere Dustin Wood, psicólogo y coautor del estudio que publicaba la revista Journal of Personality and Social Psychology. Por el contrario, aquellos que perciben negativamente al resto de personas con las que se relcionen suelen ser narcisistas, infelices, con tendencia a la depresión, neuróticos, antisociales y afectados por otros trastornos de la personalidad.

A partir de los resultados, los investigadores sugieren que cuando hacemos que un individuo valore a sus compañeros de trabajo o a sus conocidos, obtenemos abundante información no solo de la persona evaluada, sino también (y sobre todo) del evaluador y de su situación emocional.


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9 de enero de 2013

¿En qué consiste el efecto "dígito a la derecha" en las rebajas?

decomprasEl efecto “dígito a la derecha” influye en la percepción del precio por parte de los consumidores. Consiste en que las personas suelen percibir que las rebajas son mayores si los dígitos a la derecha del precio rebajado son más pequeños. Por ejemplo, si un producto que costaba 222 euros cuesta 211 euros durante las rebajas se percibirá que el descuento es mayor que si un producto se rebaja de 199 a 188 euros. Y eso pese a que en ambos casos el consumidor se ahorra exactamente la misma cantidad: 11 euros.

“Los precios comparativos distorsionan la percepción de los consumidores”, afirmaba Keith S. Coulter, coautor de un estudio sobre este efecto publicado en la revista Journal of Consumer Research.

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