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19 de noviembre de 2018

La OMS brinda 6 consejos para prevenir la sordera

Se dice que alguien sufre pérdida de audición cuando no es capaz de oír tan bien como una persona cuyo sentido del oído es normal, es decir, cuyo umbral de audición en ambos oídos es igual o superior a 25 dB. La pérdida de audición puede ser leve, moderada, grave o profunda. Afecta a uno o ambos oídos y entraña dificultades para oír una conversación o sonidos fuertes.


Las personas “duras de oído“son personas cuya pérdida de audición es entre leve y grave. Por lo general se comunican mediante la palabra y pueden utilizar como ayuda audífonos y otros dispositivos, así como los subtítulos. Para las personas con una pérdida de audición más acusada pueden ser útiles los implantes cocleares.

Estos son los seis consejos que recomienda la Organización Mundial de la Salud (OMS) para prevenir la sordera:
  1. Vacunar a los niños contra las enfermedades de la infancia, en particular el sarampión, la meningitis, la rubéola y la parotiditis; administrar la vacuna contra la rubéola a las adolescentes y las mujeres en edad fecunda, antes de que queden embarazadas.
  2. Reducir la exposición a ruidos fuertes (tanto en el trabajo como en las actividades recreativas) mediante la sensibilización de la población sobre los riesgos que acarrean.
  3. Fomentar la utilización de dispositivos de protección personal como los tapones para oídos, los audífonos y auriculares que amortiguan el ruido ambiental.
  4. Realizar pruebas de detección de la otitis media a los niños y llevar a cabo las intervenciones médicas o quirúrgicas si es necesario
  5. Evitar el uso de algunos medicamentos que puedan ser nocivos para la audición, a menos que sea prescrito y supervisado por un médico. Un ejemplo es el uso de medicamentos ototóxicos en embarazadas y lactantes.
  6. La situación de las personas que padecen pérdida de audición mejora gracias a la detección temprana, a la utilización de audífonos, implantes cocleares y otros dispositivos de ayuda
Tomado de: Nat Geo 

2 de septiembre de 2018

¿En qué idioma piensa un sordo de nacimiento?


Cuando pensamos, nos oímos a nosotros mismos: es esto en realidad de lo único de lo que somos conscientes al pensar. El sordo de nacimiento se vería o se percibiría (sensaciones de manos, brazos y cara) a sí mismo haciendo esos signos manuales del lenguaje de signos que haya aprendido. El pensamiento es más bien inconsciente: está “detrás” del lenguaje, y es común a sordos, oyentes e incluso chinos.

Fuente:

QUO

1 de septiembre de 2014

¿Cómo son las voces que oyen los esquizofrénicos?




Un reciente estudio de la Universidad de Stanford concluyó que los enfermos de esquizofrenia experimentan alucinaciones auditivas o "voces interiores" según su contexto cultural.

“Las personas con desórdenes psicóticos graves tienen experiencias distintas con las voces que escuchan según su cultura. Esto sugiere que el modo en que las personas prestan atención puede alterar lo que dicen las voces”, sostuvo Tanya Luhrmann, directora del estudio.

En muchos casos, estas alucinaciones pueden tener connotaciones positivas, aunque en otros pueden ser muy negativas.

Según la investigación, en Estados Unidos las voces son percibidas como más agresivas, mientras que en países de África o en la India son percibidas como más benignas.

Luhrmann y su equipo entrevistaron a 60 personas que habían sido diagnosticadas con esquizofrenia: 20 en San Mateo, California; 20 en Accra, Ghana, y 20 en Chennai, India.

Los individuos debían responder cuántas voces escuchaban, con qué frecuencia, que creían que causaba la alucinación y cómo eran las voces.


Fuente:

RPP

1 de junio de 2014

Un dispositivo ¡para escuchar las ondas de luz!

Científicos de la Universidad de Michigan han desarrollado un transductor que escucha las ondas electromagnéticas comprendidas en el rango de los terahezcios.


El dispositivo que convierte la luz de los llamados rayos T en sonido, está hecho de una mezcla de un plástico esponjoso llamado polidimetilsiloxano, o PDMS, y de unos nanotubos de carbono.

Su funcionamiento consiste en que cuando los rayos T golpea el transductor, los nanotubos absorben la luz, convirtiéndola en calor. El calor pasa al PDMS que se calienta y se expande, creando una onda de presión de salida. Esa es la onda de ultrasonido.

Aunque la onda de ultrasonido en la cual se han convertido los rayos T es demasiado alta para que los oídos humanos puedan escucharla, hay muchas maneras de detectar los ultrasonidos.

Los investigadores de Michigan hicieron su propio detector de ultrasonidos en forma de un anillo de plástico microscópico conocido como un resonador microring cuyas medidas son sólo de unos pocos milímetros. De este modo conectado su sistema a un ordenador se puede escanear y producir una imagen.

Puede que el famoso Tricorder de Star Trek que comentamos ya anteriormente en estas páginas este a nuestra disposición muy pronto.

Vía | Universidad de Míchigan

Tomado de:

Xakata Ciencia

14 de abril de 2014

Cinco cosas que quizás no sabe sobre la cera de los oídos

La cera de los oídos contiene aceites, pero está constituida en gran parte por queratinocitos, células epiteliales muertas además de otras sustancias

La cera o cerilla de los oídos es uno de esos productos corporales que pocos quieren discutir en público. En el pasado, esta sustancia llegó incluso a ser usada como bálsamo para labios y cataplasma para heridas.

Pero la cera de los oídos tiene otras muchas cualidades. Algunos estudios recientes señalan que funciona como un indicador de la acumulación de sustancias tóxicas en el organismo e incluso podría ayudar a diagnosticar ciertas enfermedades.


1. Cómo sale

Las células del canal auditivo son únicas porque pueden migrar.

Las células dentro del canal auditivo son únicas en el organismo, ya que pueden migrar. “Si colocáramos una gota de tinta junto al tímpano veríamos que poco a poco se desplaza hacia afuera en cuestión de semanas por el movimiento de estas células”, explicó Shakeel Saeed, médico del Royal National Throat, Nose and Ear Hospital de Londres, un centro especializado en otorrinolaringología.

Si ese movimiento no tuviera lugar el canal auditivo se taparía con células muertas producto del proceso natural de renovación celular.

Este fenómeno impulsa hacia el exterior a la cera y se cree que el movimiento de la mandíbula al hablar o comer ayuda en ese proceso. La cera es producida por glándulas especiales en la piel del canal auditivo. El nombre técnico para esta materia cerosa es cerumen.

Saeed señala que la cerilla puede ponerse más oscura con la edad. Los hombres, por otra parte, pueden tener más pelos en la oreja cuando envejecen y esto puede dificultar la salida natural de la cera.

2. Tiene propiedades antimicrobianas

La cera de los oídos contiene aceites, pero está constituida en gran parte por queratinocitos, células epiteliales muertas además de otras sustancias.

Entre 1.000 y 2.000 glándulas producen péptidos antimicrobianos (un tipo de moléculas), mientras que las glándulas sebáceas cercanas a los pelos aportan a la mezcla alcoholes, una sustancia oleosa llamada escualeno, colesterol y triglicéridos.

La producción de cera no varía mucho entre hombres y mujeres. Tampoco entre jóvenes o viejos. Pero un nuevo estudio indicó que el contenido de triglicéridos sí que baja en el hemisferio norte de noviembre a julio.
La cera también contiene lisozima, una enzima con propiedades antibacterianas. Otros investigadores no están de acuerdo y aseguran que la cera es un medio perfecto para la proliferación de bacterias.

 

3. De dónde venimos importa

Utilizar un hisopo o bastoncillo de los oídos para obtener cerilla es más barato que un análisis de ADN.

Las personas de origen asiático producen un tipo diferente de cerumen, de acuerdo a científicos del Instituto Monell en Philadelphia. Un pequeño cambio en el gen ABCC11 es responsable de una cera más seca y de olores menos intensos en las axilas de individuos de China, Japón y Corea.

El estudio del Instituto Monell midió la concentración de 12 compuestos orgánicos volátiles en la cerillas de individuos caucásicos y asiáticos.

En 11 de los 12 compuestos la cera de las personas blancas tenía más sustancias productoras de olores.

Kate Prigge, investigadora de Monell, explicó que los científicos analizan el olor de la cera, como un primer paso para determinar si ese aroma podría servir para detectar enfermedades.

El instituto estudia una enfermedad de causas genéticas llamada enfermedad de la orina de jarabe de arce, que puede ser diagnosticada fácilmente a través del aroma de los compuestos de la cera. Utilizar un hisopo (copito de algodón, bastoncillo de los oídos) para obtener una muestra de cerilla es mucho más barato que realizar un análisis de ADN.

El doctor Prigge reconoce que su trabajo genera reacciones de sorpresa. “Si le cuento a alguien que me dedico a estudiar los olores corporales generalmente se ríe. Pero cuando explicamos cuánta información puede obtenerse a partir de esos aromas la gente entiende por qué me dedico a esto”.

4. Mejor un vacío que una jeringa

La producción de cera no varía mucho entre hombres y mujeres.

Carrie Roberts tiene poco más de 40 años y desde hace tiempo tiene un problema de cera excesiva en sus oídos. Ya su médico retiró la cerilla en múltiples ocasiones con una jeringa. Cuando intentó usar un remedio casero de aceites tibios acabó con los oídos tapados.

Roberts decidió pagar por un tratamiento de micro-succión, en el que el canal auditivo es limpiado por una especie de mini-aspiradora.

Saeed prefiere utilizar en su hospital este método al de la jeringa. “Con la jeringa uno va a tientas y ciegas, sin visión directa. Si uno usa agua hay que hacer que el agua pase más allá de la cera para que pueda expulsarla al salir”.

“Si el agua no tiene por donde pasar no hay que forzarla. No es común que se dañe el oído durante este procedimiento pero puede suceder”.

En la micro-succión, en cambio, el especialista mira el canal auditivo a través de un microscopio.

Carrie dice que tratamiento no le causó ningún dolor y fue muy rápido.

“Se siente un poco como esos tubos de succión que le ponen a uno en la boca cuando va al dentista, solo que en esta ocasión se trata del oído. Para mí es mucho mejor que la jeringa ya que fue más rápido, no me sentí mareada y no tuve usar aceites durante una semana luego del tratamiento”.

5. Puede ser un indicador de la contaminación

Existen algunas enfermedades del metabolismo que afectan a la cerilla.

La cera de los oídos, como otras secreciones, puede tener trazas de ciertas toxinas en el cuerpo, por ejemplo, de metales pesados.

Existen también algunas enfermedades del metabolismo que afectan a la cerilla.

Uno de los hallazgos científicos más notables relacionados con esta secreción fue un tapón de cera de 24 cm en una ballena azul.

A diferencia de los seres humanos, que expulsan su cera y sus células epiteliales muertas, estas ballenas la retienen. Así, se registra la historia del animal al igual que los anillos en el tronco de un árbol revelan la variación de épocas de lluvia o sequía a lo largo de su historia.

La cera de la ballena fue analizada por Sascha Usenko, un científico de la Universidad Baylor en Waco, Texas. Usenko y sus colegas determinaron en base a la cera del cetáceo que en sus 12 años de vida había entrado en contacto con 16 tipos diferentes de contaminantes como pesticidas.

La mayor exposición a sustancias tóxicas fue en el primer año de vida, lo que sugiere que esas sustancias fueron transferidas a la ballena durante el embarazo o a través de la leche de su madre.

Cuando el animal llegó a la madurez sexual, la cera muestra altos niveles de cortisona, la hormona del estrés, resultado probablemente de la competencia con otros machos por aparearse.

Fuente:

El Correo del Orinoco

14 de noviembre de 2013

Estos son los 5 peores sonidos del mundo

Partiendo de la forma del cerebro y las reacciones del cuerpo, científicos encontraron que las uñas en una pizarra es el quinto peor sonido en la existencia, según un estudio publicado en el Journal of Neuroscience.

Si bien el típico pizarrón de madera con pintura negra o verde ya no es común en estos días, existen otros sonidos que resaltan por su terrible peculiaridad, como el roce de un cuchillo en una botella de vidrio.

Siguiendo esta tónica, existen otros sonidos de estructura similar, como el de un tenedor tallando  un plato o alguna superficie de similar composición; el gis en una pizarra se colocó en la tercera posición; en la cuarta, una regla en una botella, y en la quinta, como anteriormente se mencionó, el desgarrador roce de uñas en una pizarra.

Los sonidos anteriores tienen un común denominador: sus ondas sonoras oscilan entre los 2 mil y 5 mil Hz, rango en el que también están incluidos los gritos humanos.

Como bien señala el Dr.Sukhbinder Kumar, ese rango es en el que nuestros oídos son más sensibles, por lo que los resultados no fueron sorprendentes.

En el estudio, Kumar y su colega Tim Griffiths reunieron a un grupo de voluntarios en el Centro de Neuroimagen de la Universidad College, Londres. Ahí, los participantes fueron sometidos a una serie de sonidos poco agradables mientras su cerebro era monitoreado a través de resonancias magnéticas. Los resultados mostraron que cuando peor era el sonido, el cerebro tuvo respuesta en la corteza auditiva, justo en la amígdala, área que regula las reacciones negativas –y el instinto de fuga o lucha, cargado de adrenalina.
De los 74 sonidos que fueron estudiados, el que resultó más agradable para los participantes fue el murmullo del agua.

A continuación se muestran los 5 sonidos que resultaron ser los más molestos para el oído humano, en lo que es una celebración del horror aural.

Descubra los cinco sonnidos en Pijama Surf

3 de septiembre de 2013

¿Por qué sentimos a veces un timbre en el oído?

Los sonidos muy fuertes -entre los que se incluyen la música, los fuegos artificiales y el que producen algunas máquinas- pueden dañar los receptores sensoriales del oído interno.

Estos receptores son los encargados de transformar el sonido en impulsos neuronales que viajan hasta el cerebro, y los sonidos muy fuertes rompen sus terminaciones.

Oído

Estas vuelven a crecer en 24 horas, pero, mientras están averiadas, envían señales falsas al cerebro.

Los acúfenos (como se les llama a los sonidos que oímos en estos casos) pueden también ser el resultado de infecciones en el oído, también de la pérdida gradual de audición causada por el envejecimiento o pueden ser provocados por algunos fármacos

Fuente:

BBC Ciencia

2 de septiembre de 2013

La música se juzga más por lo que ve más que por lo que se oye



Las personas pueden identificar con precisión a los ganadores de una competencia de música clásica basándose sólo en video sin sonido, según demostró un estudio.

Incluso músicos profesionales no pudieron reconocer a los ganadores sólo con el sonido.
Esto desafía la idea de que el sonido es el factor más importante a tener en cuenta cuando se juzga la música.

Los hallazgos, publicados en la revista Proceedings de la Academia Nacional de Ciencias de Estados Unidos (PNAS), sugieren que la visión es en verdad el sentido más dominante.

La investigación concluye que el mejor indicador de una interpretación musical ganadora es la pasión que muestra el músico, seguido de cerca por su originalidad y creatividad.

Chia-Jung Tsay, del University College de Londres (UCL), es autora del estudio y concertista de piano.

La investigadora estaba interesada en la forma en que se juzga la música y vio que incluso los músicos profesionales no eran conscientes de cuánto más estaban usando la información visual que la sonora.

"Me di cuenta de que dependiendo de si se juzgaba en base a grabaciones de audio o de video podía haber resultados muy diferentes. Esto me llevó a preguntarme sobre cuánta información visual impacta realmente en estas importantes decisiones".

Para el estudio, se entregaron muestras de audio, video sin sonido o video con sonido a más de 1.000 participantes, y se les pidió que eligieran los tres primeros finalistas de 10 competencias internacionales de música clásica.

Los auténticos ganadores de las competiciones fueron identificados correctamente sólo por aquellos que habían visto los videos sin sonido.

En el caso de los voluntarios que vieron los videos con sonido, el grado de exactitud volvió al mismo nivel de coincidencia de quienes sólo escucharon el audio.

Información visual vs sonora

Manos sobre las teclas de un piano

El estudio indagó en los juicios sutiles que intervienen a la hora de diferenciar intérpretes muy habilidosos.

Tsay dice que los resultados son bastante sorprendentes, especialmente porque tanto los músicos entrenados como el resto de los participantes dijeron que el sonido había sido lo más importante en su evaluación.

"Sin importar el grado de experiencia, nos basamos principalmente por información visual, incluso en el ámbito de la música".

"La enseñanza de música clásica a menudo se centra en mejorar la calidad del sonido, pero esta investigación intenta comprender qué es lo que realmente se evalúa en los niveles más altos de la interpretación competitiva".

"Debemos ser más conscientes de nuestra inclinación a depender de la información visual a expensas del contenido que realmente consideramos como más relevante para nuestras decisiones".

La investigadora añade que sus hallazgos tienen implicaciones para otras áreas que se basan en gran medida en indicios visuales, como la contratación de empleados o la elección de líderes políticos.

La BBC quiso conocer la opinión de Alexandra Lamont, una psicóloga musical de la universidad Keele, en Reino Unido, que no estuvo involucrada en el estudio.

Ella considera que el informe sigue la línea de otras investigaciones que muestran la influencia de lo que los espectadores ven durante las actuaciones musicales en vivo de pianistas talentosos.

"La actuación musical es mucho más que sólo sonido, y los aspectos visuales a menudo mejoran la calidad de la experiencia, ya sea ver a un joven virtuoso y energético en el escenario de la Competencia Menuhin como deslumbrarse por un show de luces durante la actuación de un DJ en Glastonbury".

"Lo interesante es que los participantes sintieron que el sonido sería el factor más influyente en la toma de decisiones sobre los intérpretes, así que esto sugiere que usamos el indicio dominante para juzgar incluso cuando no es muy útil".

Lamont agregó que el género y el origen étnico no tuvieron ningún efecto en las decisiones, "así que realmente se trata de cómo tocaron los intérpretes".

* Si vio el video y quiere saber si su criterio coincide con el del jurado de la competición internacional de piano Franz Liszt, le interesará saber que los pianistas que se ven en el video quedaron finalistas en este orden: 1. Yingdi Sun, 2. Anton Salnikov, 3. Christiaan Kuyvenhoven.

Fuente:

BBC Ciencia

17 de julio de 2013

Melodía para nuestro planeta en calentamiento

Aunque hay personas que ponen en duda a los efectos del calentamiento global, las estadísticas de los últimos 132 años nos indican que se trata de algo más que un simple “ciclo”, o un capricho científico. La cantidad de gráficos y mediciones al respecto es muy importante, pero un estudiante de la Universidad de Minnesota decidió agregar una vuelta de tuerca a estos datos, convirtiéndolos en una melodía para violonchelo, asignando una nota al valor registrado en cada año. El resultado final es... más difícil de escuchar de lo que hubiéramos imaginado.

Parte de esta historia comenzó en enero de 2011, con una publicación del Instituto Goddard para Estudios Espaciales de la NASA. Allí se explica que 2010 fue el año más cálido del que se ha tenido registro. El gráfico sobre anomalías globales de temperatura se extiende hasta 1880, por lo que actualmente hay unos 132 años de datos disponibles sobre calentamiento global. De hecho, uno puede establecer varios factores con sólo mirar al gráfico. La aceleración del comercio mundial de petróleo está marcada por un claro ascenso del promedio en la década del ‘20, la Segunda Guerra provocó cierto salto en los años posteriores, y la década de los ‘70 dio inicio a una rápida escalada, que dicho sea de paso, aún no se ha revertido. Lo cierto es que el promedio ascendió 0,8 grados Celsius desde 1880, un detalle muy utilizado por aquellos que niegan el calentamiento global, o que lo califican como exagerado. Sin embargo, el estudiante Daniel Crawford de la Universidad de Minnesota decidió presentar a estos valores de un modo diferente: Convertirlos en música.


A Song of Our Warming Planet from Ensia on Vimeo.

El instrumento escogido fue un violonchelo, y Crawford comenzó asociando la nota más baja al promedio mínimo registrado en 1909, provocando que los años más fríos suenen bajo, y que los más cálidos posean notas más altas. Cada tono medio ascendente equivale a unos 0,03 grados Celsius de calentamiento global. Y en cuanto a la melodía en sí... suena mal. Imagino que algunos de nuestros lectores con un conocimiento de música más amplio tal vez tengan puntos específicos para criticar sobre la forma en que ejecuta la melodía, pero no me refiero a eso, sino que me ha dejado una sensación que no es para nada agradable, en especial cuando el tono comienza a ascender hacia el final. Como si eso fuera poco, la nueva predicción de los científicos para el final de este siglo elevaría la temperatura en 1,8 grados Celsius, requiriendo notas que no estarían al alcance del oído humano.
Tomado de:

17 de mayo de 2013

¿Por qué se nos taponan los oídos en los aviones?

lay

La sensación de taponamiento de oídos suele ocurrir al entrar en túneles a gran velocidad o al despegar en un avión. ¿Qué ocurre con las presiones del aire para que se produzca este fenómeno?

Nos metemos en un mini túnel de viento en Cosmocaixa, el museo de la ciencia de la Obra Social La Caixa en Alcobendas, para explicarlo de la mano del profesor Antonio Ruiz de Elvira.

El catedrático nos cuenta que en los aviones, al alcanzar la altura de crucero, el capitán suele regular la presión interior a la de una altura sobre el nivel del mar de unos 3000 metros, unos 650 hectopascales (hPa).
Al hacerlo así disminuye la diferencia de presiones entre el interior y el exterior del avión, y ayuda a disminuir la fatiga del fuselaje y de las ventanillas.

Al cambiar rápidamente, del tímpano hacia el fuera baja bruscamente la presión en alrededor de un 30%. Manteniendo la boca cerrada, al otro lado del tímpano se mantiene la presión original, de unos 1000 hPa: El tímpano se ve empujado hacia el aire con una presión tal que si la bajada de presión se realizase a la velocidad del sonido, equivaldría a 400 decibelios.

Cuando entramos rápidamente en un túnel, empujamos el aire hacia adelante. La presión aumenta, a revés que en el avión, fuertemente sobre el exterior del tímpano.
Fuente:

7 de mayo de 2013

El cerebro de hombres y mujeres reacciona diferente ante el llanto de un bebé

Mientras que ella pasan abruptamente a estar en modo "atento", ellos se mantienen en "descanso" 


El cerebro de hombres y mujeres reacciona diferente ante el llanto de un bebé


Al parecer el instinto maternal no es todo. El cerebro de los hombres y las mujeres reacciona de diferente forma ante el llanto de un bebé, según un estudio divulgado hoy.

La investigación del Instituto Nacional de Salud de Estados Unidos (NIH), publicada en la última edición de NeuroReport Journal, ha encontrado pruebas de que "a nivel emocional, los hombres y mujeres responden de forma distinta ante el llanto de un bebé", declaró Marc H. Bornstein, coautor del estudio.

Los investigadores del Instituto de Salud y Desarrollo Humano de Niños y Familias Eunice Kennedy Shriver National Institute of Child Health and Human Development (NICHD) pidieron a un grupo de hombres y mujeres que se dejaran llevar por sus pensamientos antes de ponerles a escuchar el sonido de un bebé llorando.

Tras escuchar el llanto, el cerebro de las mujeres pasó abruptamente a estar en modo "atento", mientras que el de los hombres se mantuvo en "descanso".

Bornstein señaló que este estudio no solo ayuda a entender mejor las "conexiones" del cerebro, sino también la forma en la que el cerebro se ha desarrollado.

Los investigadores analizaron imágenes de encefalogramas de 18 adultos con hijos y sin hijos y encontraron que el cerebro de las mujeres era más propensos a "desconectarse" de su estado existente, lo que indica que han concentrado su atención en el llanto.

En el caso de los hombres, el cerebro tendió a permanecer en su estado existente mientras escuchaban el llanto del bebé.

Asimismo, el estudio no encontró diferencias entre los que tenían hijos y los que no entre ambos géneros.

Los investigadores utilizaron distintos tipos de llanto, entre ellos el de menores que luego fueron diagnosticados con autismo y que varios estudios han hallado que tiene un tono más alto, para determinar si los adultos reaccionaban de diferente forma.

En un estudio previo que llevó a cabo Bornstein con el mismo grupo, en el que solo utilizaron el llanto de menores que luego fueron diagnosticados con el síndrome de Asperger, tanto mujeres como hombres tendieron a cambiar de estado cuando los escucharon.

Bornstein, junto con otros investigadores, realizó además un estudio en el que concluyó que se dan cambios en el patrón de actividad cerebral de hombres y mujeres cuando observaban una imagen de un bebé que indicaban una "predisposición" a identificarse con el menor y velar por él.

Fuente:

La Vanguardia

13 de marzo de 2013

Ya vienen: Las computadoras ¡con cinco sentidos!

Videos de la IBM donde explican cómo las computadoras tendrán vista, gusto, tacto, oído y olfato.

Video de Introducción:



Puede ver los cinco videos traducidos al español (un video por cada sentido) en El País (España)

19 de febrero de 2013

¿Por qué nos tambaleamos después de dar muchas vueltas?


 
Todos hemos jugado a eso de niños (y si no lo has hecho pruébalo). Dar vueltas y vueltas, girar sobre nuestro propio eje repetidas veces y después parar de repente e intentar caminar en línea recta. 

¡No se puede! ¡Es imposible! Nos tambaleamos de un lado a otro sin poder de mantener la dirección. E incluso nos caemos al suelo, incapaces de mantener la verticalidad.

Y no hablemos si utilizamos un giroscopio como el de la imagen: peor todavía.

Pero… ¿por qué ocurre esto? se preguntará algún curioso.

Para ello es necesario saber cómo hacemos para mantener el equilibrio, cómo funciona nuestro oído interno, que es el lugar en el que reside nuestro sentido del equilibrio.

El aparato vestibular se compone de la cóclea o caracol, tres conductos semicirculares y el sáculo y el utrículo, que son un par de pequeñas vejigas del laberinto membranoso del oído interno. El utrículo está en comunicación con los canales semicirculares, y el sáculo se comunica con la cóclea.

En su interior se encuentra la endolinfa, un fluido producido por las células epiteliales que recubren la parte interna de estas estructuras. 

Al producirse movimiento, este líquido se desplaza y su movimiento en detectado por unos cilios extremadamente sensibles que se encuentran en las paredes internas de las estructuras que forman el oído interno.

El sáculo y el utrículo perciben cualquier aceleración sea cual sea su dirección, y los conductos semicirculares, merced a su posición, detectan los movimientos hacia arriba, abajo, delante, detrás así como de un lado a otro, registrando en todo momento la posición del cuerpo respecto a su entorno.

Cuando damos vueltas y vueltas, cuando nos vemos sometidos a giros reiterados, la endolinfa también gira con nosotros. Pero al pararnos de repente, la inercia provoca que el líquido siga girando durante cierto tiempo.

Así, en esos instantes, nuestro cerebro recibe informaciones contradictorias: los ojos le indican que el movimiento ha parado, al igual que la piel que no detecta el roce del aire, al igual que la musculatura que indica reposo; pero por otro lado, el oído interno le sigue señalando el movimiento de giro.

Esta discrepancias en las señales confunden al cerebro, provocando una sensación de mareo y pérdida de orientación. Como resultado, durante unos instantes nos tambaleamos porque nos es difícil permanecer de pie, y mucho más caminar en línea recta.

www.sabercurioso.es


Fuente:

Saber Curioso

5 de diciembre de 2012

Un grupo de científicos busca el 'ADN de la canción de pop perfecta'

Un grupo de psicólogos de Londres esperan que esta investigación ayude a entender mejor los mecanismos de funcionamiento del cerebro humano



Son los jingles irritantes de comerciales de seguros de automóviles que se meten en tu cabeza cuando estás tratando de concentrarte. O las bandas sonoras motivacionales que oyes cuando estás trotando, incluso si dejaste el iPod en casa.

Ahora un grupo de investigadores en Londres creen que están en el camino de determinar por qué algunas melodías, conocidas como earworms (gusanos de oído), parecen quedarse pegadas, repitiéndose en nuestros cerebros. Los científicos dicen que los resultados de sus estudios pueden ser usados para componer la canción pop perfecta, así como para mejorar nuestro conocimiento sobre cómo el cerebro procesa la música.

Se estima que más del 90% de las personas tienen earworms normalmente, según a un estudio reciente. El fenómeno también ha sido descrito como música pegajosa, o comezón cognitiva que sólo puede ser rascada por repetición mental constante de una melodía particular.

En un esfuerzo para aprender más sobre el fenómeno, el equipo de investigación en Goldsmiths, de la Universidad de Londres, está pidiendo a los usuarios de Internet compartir sus experiencias en un cuestionario en línea llamado Earwormery.

Chris Difford, del grupo de pop Squeeze, responsable con el coautor Glenn Tilbrook por éxitos como Cool for Cats y Up the Junction, le dijo a CNN que se despierta con earworms cada mañana.

"No sé de dónde vienen. Sólo te despiertas y ahí están", dijo Difford. "Y debería tener un diario de ellos porque son fascinantes. Esta mañana fue Waterloo, de Abba. Extremadamente molesto, porque nunca me gustó".

Pero Difford dijo que no todos los earworms son tan molestos. "Hubo una canción de Jimi Hendrix en mi cabeza la semana pasada. Yo no la llamaría un earworm. Fue una cosa de belleza, fue más como una mariposa".

Pero mientras los earworms son moderamente molestos para la mayoría de las personas, para algunos pocos pueden ser genuinamente perturbadores. Quienes sufren de casos extremos de alucinación auditiva no pueden diferenciar entre música generada externamente y la que está dentro de sus mentes.
Un caso de estudio, publicado el año pasado en la revista Journal of Psychiatry and Clinical Neurosciences, registra el ejemplo de una mujer india de 21 años que tuvo música de las películas de Bollywood pegada en su cabeza todos los días por cinco años.

Lauren Stewart co directora de la maestría de Música, Mente y Cerebro, dijo que los earworms permanecieron por mucho tiempo como un gran misterio para los psicólogos. Algunas instancias podían ser relacionadas con ciertos procesos mentales, como una letra de una canción relevante para tu situación actual. Pero con frecuencia parecen ser completamente aleatorios.

"Lo interesante para nosotros es que esta imaginación musical espontánea aparece sin un esfuerzo consciente, como de la nada. En este momento seguimos tratando de entender por qué pasa eso", dijo.

El reconocido neurólogo Oliver Sacks ha especulado que los earworms pueden ser una consecuencia de la presencia casi omnipresente de la música en la vida moderna, desde en la música tipo elevador en centros comerciales, hasta los ringtones.

"Este aluvión de música pone una cierta tensión en nuestro sistema auditivo sumamente sensible", escribe Sacks en su libro Musicophilia.

"Una consecuencia es la omnipresencia de melodías molestamente pegajosas, los gusanos cerebrales que llegan sin invitación, y dejan a su debido tiempo melodías pegajosas que pueden no estar haciendo nada más que publicidad de una pasta dental pero que, neurológicamente, son completamente irresistibles".

Vicky Williamson, que lidera el proyecto Earwormery, dijo los resultados pueden permitirles saber si tipos particulares de personalidad o de experiencias de vida hacen a las personas más susceptibles que otras y si hay circunstancias diarias particulares de "alto riesgo" que pueden hacer que las personas sean más propensas los earworms.

Al analizar las características comunes de las melodías reportadas como earworms, los investigadores están también trabajando con una fórmula para determinar la "pegajosidad" de una pieza musical.

Sus hallazgos hasta ahora sugieren que lo pegajoso es resultado de un balance particular entre ciertos intervalos de tonos y unas estructuras rítmicas determinadas. La fórmula puede actualmente predecir si es probable que una melodía sea un earworm con aproximadamente 75% de éxito, dijo Daniel Müllensiefen, codirector de Música, Mente y Cerebro en Goldsmiths.

Müllensiefen, también científico de la firma de publicidad DDB UK, dijo que hay una conciencia creciente sobre la importancia de "marca sonora" —tonos o melodías memorables, o irritantes asociados con un producto o una compañía particular— en la industria de la publicidad.

Agregó que la fórmula también puede eventualmente permitirle a los compositores o músicos afinar sus composiciones para objetivos más nobles.

"Al estudiar los earworms podemos realmente decodificar el ADN de una canción pop que se queda perfectamente en nuestra memoria", dijo Müllensiefen.
 
Pero Tillbrook dijo que la idea de producir música pop por medio de una fórmula mágica no es nada nueva.

"De todas maneras, las personas siempre han usado ese tipo de criterios para juzgar la música", dijo.

"Estamos hablando de personas que controlan listas de reproducción de canciones y dicen cosas como: 'esto no tiene coro', como si todo debiera tener un coro. Bueno, ¿por qué? La música está ahí para ser explorada".

Fuente:

CNN México

¿Qué pasa en tu cerebro cuando escuchas una canción pegadiza?

canciones¿No consigues borrar de tu mente la dichosa "canción del verano"? Noventa y nueve de cada cien personas son susceptibles al síndrome de la canción pegadiza (earmworm o ‘gusano del oído’ en inglés), que implica que al escuchar ciertas melodías estas resuenan una y otra vez en la cabeza de manera incontrolada. De acuerdo con James Kellaris, de la Universidad de Cincinnati (EE UU), el efecto es mayor si la canción es la primera que escuchas al levantarte, o lo último que oíste por la noche antes de dormir.

En ambos casos la tonadilla se queda “adherida” al córtex auditivo del cerebro, encargado de procesar los sonidos. Y la necesidad de tararear esas canciones funciona como una especie de “picor mental”, según Kellaris, que solo se alivia repitiendo una y otra vez la melodía. El efecto puede durar horas o días.

Fuente:

Muy Interesante

4 de diciembre de 2012

Música y cerebro

Conferencia del Prof. F. J. Rubia en la Real Academia Nacional de Medicina – 16 de abril de 2009

La música tiene un efecto conmovedor en nuestra psique. Sabemos que una determinada música puede calmarnos y otra puede tener el efecto contrario. Se ha utilizado en el pasado en la terapia de la epilepsia, en la enfermedad de Parkinson, para disminuir la presión arterial, en el tratamiento de niños afectados por el trastorno de hiperactividad con déficit de atención, en la depresión, en el tratamiento del estrés y en el insomnio.

El musicólogo y filósofo Julius Portnoy ha encontrado que la música puede cambiar las tasas metabólicas, aumentar o disminuir la presión arterial, los niveles de energía y la digestión de manera positiva o negativa dependiendo del tipo de música. La música puede aumentar la secreción de endorfinas por el cerebro y de esta manera producir placer así como relajación. Incluso se han hecho experimentos con plantas que crecieron más rápidamente que lo normal escuchando música clásica suave. Hay autores que han dicho que de todas las artes, la música es la que es capaz de modificar la consciencia de manera más poderosa.

 
Pero es más: se ha comprobado que la escucha por estudiantes de la Universidad de Wisconsin durante 10 minutos de la sonata en re mayor para dos pianos KV 448 tuvo efectos positivos en las pruebas de razonamiento espacio-temporal, efecto que duraba unos 10 minutos. A este fenómeno se le llamó el Efecto Mozart y los resultados de este estudio fueron publicados en la revista Nature en 1993.

La cuestión, pues, es: ¿cuáles son los mecanismos que pueden explicar estos efectos sobre nuestro cerebro?

Sabemos que el sonido incide sobre nuestro oído estimulando células situadas en el oído interno, células que traducen la energía mecánica en energía eléctrica, es decir, potenciales de acción, el único lenguaje que el cerebro entiende. Estos potenciales son todos iguales, provengan de la piel, de la retina del ojo o de las papilas gustativas de la lengua. Pero en el caso de los sonidos, los potenciales eléctricos, a través de vías específicas, llegan a la corteza cerebral auditiva primaria localizada en el lóbulo temporal. El cerebro clasifica los sonidos en bandas de frecuencia, en intensidades y duraciones, así como en graduaciones de frecuencia, intensidad y duración.


Las células de la corteza auditiva primaria no sólo se excitan entre sí, sino que también utilizan la inhibición para simplificar la información acústica, aumentar los contrastes y suprimir los ruidos de fondo. No hay que olvidar que el cerebro está sólo interesado en cambios y contrastes. Un sonido igual y constante termina por no oírse, gracias a dos fenómenos: la adaptación de los receptores y un proceso inhibitorio llamado habituación. Tampoco le interesa al cerebro la frecuencia exacta de un sonido. Cualquier violinista puede cambiar su nota ‘la’ media de 440 a 450 herzios y el cerebro se adapta inmediatamente a ese cambio. Como se mostrado, somos sordos respecto a las frecuencias exactas de los tonos, al cerebro le interesan las distancias relativas entre las frecuencias más que las frecuencias absolutas. Esto es válido para todos los sentidos. En la visión, la luminosidad absoluta no es interesante para el cerebro, sino sólo los contrastes.

Por otra parte el cerebro no es ningún órgano pasivo. Envía fibras hacia las células sensoriales del oído interno controlando su sensibilidad. Y también participa activamente en los diversos escalones que recorre la información auditiva, modificando y filtrando esa información. Esto quiere decir que los tonos que percibimos no existen en la Naturaleza, sino que son atribuciones que la corteza cerebral asigna a las señales eléctricas que le llegan desde la periferia, interviniendo además en cada uno de las estaciones de relevo, desde el oído hasta el lóbulo temporal. Sin este sistema centrífugo, el efecto llamado de “cocktail party”, o sea la capacidad de escuchar una conversación en una fiesta, a pesar del ruido de fondo, sería imposible. El cerebro no se contenta con el análisis de los sonidos, sino que se preocupa más bien de la interpretación activa de esos sonidos. 
 
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2 de noviembre de 2012

Las orejas de la guerra antes del radar

Hasta la Segunda Guerra Mundial no comenzó a utilizarse el radar (término derivado del acrónimo inglés radio detection and ranging, “detección y medición de distancias por radio”) como dispositivo de localización de los aviones enemigos. Antes, los bombarderos sólo podían ser detectados visualmente, cuando ya era muy tarde, o por medio de dispositivos de localización acústica de múltiples formas y tamaños:

Kent (Inglaterra) 1920-1930:
Una antena parabólica de hormigón de unos 30 metros de altura. Enfocados hacia el canal de la Mancha, para detectar las posibles incursiones de aviones desde el continente, actuaban como receptores de ondas sonoras, hasta una distancia de más de 30 Km, y un operario desde su interior con un estetoscopio conectado a los platos podía detectar la distancia y la dirección de los aviones. Hoy se están rehabilitando.


Japón; el emperador Hirohito pasando revista a las tubas de guerra japonesas.


EEUU; sistema de dos cuernos en Bolling Field en 1921.


Francia; localizador acústico 1930


Alemania; llamado Ringtrichterrichtungshoerer (o RRH),1940


Checoslovaquia; cuatro receptores acústicos de localización 1920


Y otros que parecen más del ámbito civil que militar:





Fuente:

14 de septiembre de 2012

Destacan avance en tratamiento contra la sordera


Inconveniente

Sordera
  • Aunque exista entusiasmo ante la posibilidad de usar células madre para restaurar los nervios en el oído, esta técnica no ayudará a la gran mayoría de sordos. La mayoría de los problemas auditivos son causados por daños a los pequeños y delicados pelos que convierten las vibraciones mecánicas en electricidad.
  • Este grupo de investigadores también convirtió células madre embrionarias en versiones primarias de células del pelo. Sin embargo, inyectarlas en el oído para restaurar la audición no será una tarea fácil. Las células capilares necesitan estar en el lugar preciso y apuntando exactamente en la dirección correcta.
  • El profesor Dave Moore dijo que usar células madre para reparar los pelos era "casi una tarea imposible" y que el lejano concepto de cultivar y trasplantar un oído de sustitución parecía más probable.

Sordera

En promedio, al final del estudio, 45% de la capacidad auditiva de los jerbos fue restablecida.

Investigadores británicos dicen haber dado un gran paso en el tratamiento de la sordera después de que células madre se utilizaran para restaurar la audición en animales por primera vez.

La audición en jerbos, roedores del tamaño de una rata, se vio parcialmente mejorada luego de que se reconstruyeran los nervios en el oído, encargados de transmitir los sonidos al cerebro, de acuerdo a un estudio publicado en la revista Nature.  
clic Lea el estudio completo
Obtener la misma mejoría en humanos implicaría que alguien incapaz de escuchar el ruido del tráfico puede escuchar una conversación. Sin embargo, el tratamiento en humanos todavía es una posibilidad lejana.

Si uno quiere escuchar la radio o charlar con un amigo, el oído debe convertir las ondas de sonido en el aire en señales eléctricas.

Esto ocurre dentro del oído interno donde las vibraciones mueven pequeños cabellos y es eso lo que crea la señal eléctrica.

Sin embargo, en alrededor de una de cada diez personas con una pérdida auditiva profunda, las células nerviosas que deberían recoger la señal están dañadas. Es como si se cayera el testigo en una carrera de relevo en la primera etapa de la competencia.

Mejora de la capacidad auditiva

El objetivo de los investigadores de la Universidad de Sheffield, en Inglaterra, era reemplazar estas células, conocidas como neuronas del ganglio espiral, con otras nuevas. 

Usaron células madre de un embrión humano, que son capaces de transformarse en cualquier otro tipo de célula en el cuerpo humano.

A las células madre se les agregó una sopa química que las convirtió en células similares a las neuronas del ganglio espiral. Luego fueron delicadamente inyectadas en los oídos internos de 18 jerbos sordos.

A lo largo de diez semanas su audición mejoró. En promedio, al final del estudio, 45% de su capacidad auditiva fue restablecida.

"Significaría pasar de ser tan sordo como para no escuchar un camión en la calle, al punto de ser capaz de escuchar una conversación", explica el doctor Marcelo Rivolta, responsable del estudio.

"No es una cura completa, no serán capaces de escuchar un suspiro, pero sin duda serían capaces de mantener una conversación en una habitación", agrega.

Alrededor de un tercio de los jerbos respondieron de muy buena forma al tratamiento. Algunos de ellos recuperaron hasta el 90% de su capacidad auditiva, mientras que poco menos de un tercio apenas respondieron al experimento.

Los jerbos fueron utilizados porque son capaces de oír el mismo rango de sonidos que la gente, a diferencia de los ratones que escuchan tonos de alta frecuencia.

Los investigadores detectaron la mejora en la audición mediante la medición de las ondas cerebrales.

A los jerbos se los estudió durante diez semanas. Si esto se convirtiera en un estudio para humanos, entonces el efecto tendría que darse en un período de tiempo mucho más largo.
También existen cuestionamientos en torno a la seguridad y a la ética de los tratamientos con células madre.
"Es un gran momento, realmente es un gran avance"
Dave Moore, director del Instituto de Investigación Auditiva del Consejo de Investigación Médica de Nottingham

"Es un gran momento, realmente es un gran avance", le dijo a la BBC el profesor Dave Moore, director del Instituto de Investigación Auditiva del Consejo de Investigación Médica de Nottingham, Inglaterra.

Sin embargo, advirtió que todavía habrá dificultades para repetirlo en humanos.
"El mayor problema en realidad es llegar a la parte del oído interno donde se va a hacer algún bien. Es muy pequeña y muy difícil de llegar y que será una empresa realmente formidable", dijo.

El doctor Ralph Holme, director de investigación biomédica en la ONG Action on Hearing Loss, aseguró: "Esta investigación es tremendamente alentadora y nos da una esperanza real de que es posible reparar en el futuro la causa de algunos tipos de pérdida auditiva". 

Fuente:

BBC Ciencia 

 
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1 de septiembre de 2012

Cómo los auriculares y el ruido nos dañan el oído

Científicos británicos descubrieron por primera vez cómo escuchar música o sonidos a volumen alto daña las células del nervio auditivo, causando sordera.

Audífonos

Los audífonos pueden alcanzar niveles de volumen tan altos como los de un motor jet.

Los auriculares de nuestros aparatos de música pueden causar tanto daño al oído como un motor de jet, afirman los científicos. 

El estudio llevado a cabo en la Universidad de Leicester, Inglaterra, encontró que incrementar el volumen de nuestros auriculares o escuchar ruidos altos daña la capa que recubre las células nerviosas que se encargan de transmitir las señales de sonido al cerebro.

Este daño puede conducir a la sordera temporal, pero la exposición repetida a sonidos altos puede causar sordera permanente.

Tal como afirma el estudio publicado en Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS) (Actas de la Academia Nacional de Ciencias), ésta es la primera vez que se observa a nivel celular el daño que causa el volumen alto.

Mielina

Para escuchar los humanos contamos con un sistema auditivo: nuestro oído detecta vibraciones que son transformadas en impulsos eléctricos que las neuronas transportan hacia el cerebro, donde percibimos el sonido.

Según explican los autores, las neuronas que transportan los impulsos eléctricos del sonido están recubiertas por una capa, llamada mielina, la cual es esencial para que esos impulsos lleguen al cerebro.

Los científicos descubrieron que la exposición a sonidos altos, por ejemplo de más de 110 decibelios, puede destruir este recubrimiento e interrumpir la llegada de la información al cerebro. (A nivel medio, un aparato de MP3 alcanza entre 85 y 90 decibelios).

Pero este daño a la mielina, como explica la doctora Martine Hamann, quien dirigió la investigación, puede revertirse y lograr que las neuronas vuelvan a funcionar con normalidad restaurando el oído.
"Ahora entendemos por qué la sordera, en algunos casos, puede revertirse", explica la investigadora.

"En cerca de la mitad de las células que analizamos, demostramos que la cubierta del nervio auditivo se había perdido, casi como si se hubiera arrancado el cable eléctrico que une al amplificador con el altavoz".

"El efecto es reversible y después de tres meses el oído logra recuperarse igual que la capa que cubre el nervio auditivo", expresa la doctora Hamann.
"Con el tiempo, la exposición a música alta de un reproductor de sonido, de los clubs, conciertos y estéreos, puede acumularse y causar pérdida del oido permanente. Los receptores sensoriales en tu oído mueren y no pueden repararse o reemplazarse"
Deafness Research Uk

La región del cerebro que se encarga de que podamos percibir el sonido de los impulsos eléctricos que transportan las neuronas desde el oído es el llamado núcleo coclear dorsal.

Y en estudios previos, la doctora Hamann y su equipo demostraron que el daño a las neuronas en esta región también es responsable de otro trastorno, llamado tinnitus, que es la sensación de un zumbido continuo en el oido.

Se sabe también que la exposición sostenida a sonidos mayores de 90 decibelios (el nivel medio de nuestros aparatos de MP3) puede causar sordera permanente.

Según la organización Deafness Research Uk, "con el tiempo la exposición a música alta de un reproductor de sonido, de los clubs, conciertos y estéreos, puede acumularse y causar pérdida del oido permanente".

"Los receptores sensoriales en el oído mueren y no pueden repararse o reemplazarse".

"La pérdida del oído debido a la música fuerte es a menudo indolora y gradual, lo cual provoca que sólo te des cuenta cuando ya es demasiado tarde".

La nueva investigación, dice la doctora Hamann, ofrece información importante sobre los mecanismos involucrados en la pérdida del oído y el impacto de la exposición a los sonidos altos.

Tal como explicó a BBC Mundo la doctora Hamann, "como encontramos que el recubrimiento de la mielina puede recuperarse con el tiempo, esto nos ofrece la posibilidad de seguir estudiando más detalladamente este recubrimiento para encontrar la forma de limitar o contrarrestar el déficit".

Pero según la investigadora, hace falta llevar a cabo más campañas para informar a la población, principalmente a los niños y jóvenes, sobre los riesgos de escuchar múscia o volumen alto.

"He estado visitando colegios y ninguno de los niños parece estar consciente de estos riesgos" dice Martine Hamann.

"Así que aunque se sabe que los sonidos altos pueden ser dañinos, los jóvenes (y los adultos también) no parecen estar conscientes de que estos peligros se aplican a sus casos individuales".

Fuente:

BBC Ciencia

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