¿No consigues borrar de tu mente la dichosa "canción del verano"? Noventa y nueve de cada cien personas son susceptibles al síndrome de la canción pegadiza (earmworm o ‘gusano del oído’ en inglés),
que implica que al escuchar ciertas melodías estas resuenan una y otra
vez en la cabeza de manera incontrolada. De acuerdo con James Kellaris,
de la Universidad de Cincinnati (EE UU), el efecto es mayor si la
canción es la primera que escuchas al levantarte, o lo último que oíste
por la noche antes de dormir.
En ambos casos la tonadilla se queda “adherida” al córtex auditivo del cerebro,
encargado de procesar los sonidos. Y la necesidad de tararear esas
canciones funciona como una especie de “picor mental”, según Kellaris,
que solo se alivia repitiendo una y otra vez la melodía. El efecto puede
durar horas o días.
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