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3 de septiembre de 2013

¿Por qué sentimos a veces un timbre en el oído?

Los sonidos muy fuertes -entre los que se incluyen la música, los fuegos artificiales y el que producen algunas máquinas- pueden dañar los receptores sensoriales del oído interno.

Estos receptores son los encargados de transformar el sonido en impulsos neuronales que viajan hasta el cerebro, y los sonidos muy fuertes rompen sus terminaciones.

Oído

Estas vuelven a crecer en 24 horas, pero, mientras están averiadas, envían señales falsas al cerebro.

Los acúfenos (como se les llama a los sonidos que oímos en estos casos) pueden también ser el resultado de infecciones en el oído, también de la pérdida gradual de audición causada por el envejecimiento o pueden ser provocados por algunos fármacos

Fuente:

BBC Ciencia

¿Pueden los ruidos afectar el sabor del alcohol?

Sí. Desde hace rato los dueños de los bares saben que cuanto más ruidoso es el ambiente, más tragos venden.

Investigaciones recientes en las que la gente debía puntuar el sabor de las bebidas en distintos ambientes mostraron que no solo uno bebe más porque el barullo hace imposible la conversación, sino que además el alcohol sabe más "dulce" en sitios ruidosos.

Como los seres humanos tenemos una preferencia innata por los dulces, bebemos más.

Fuente:

BBC Ciencia

Los auriculares pueden ser el peor enemigo de la memoria

audífonos

Los ruidos fuertes pueden afectar la memoria, según el estudio.

A muchos adolescentes les gusta escuchar música a todo volumen, incluso mientras estudian, una costumbre que ha sido criticada por padres durante generaciones.

Ahora científicos en Argentina demostraron que nuestros padres tenían razón: a través de un experimento utilizando ratas comprobaron que los ruidos fuertes pueden afectar la memoria y los mecanismos de aprendizaje en animales en desarrollo.
El trabajo, que fue publicado en la revista Brain Research, se realizó utilizando roedores de entre 15 y 30 días, una edad equivalente a chicos de entre 6 y 22 años.

"Usamos ratas porque tienen un sistema nervioso parecido al de los humanos", explicó a BBC Mundo Laura Guelman, coordinadora del proyecto e investigadora del Centro de Estudios Farmacológicos y Botánicos (Cefybo), de la Universidad de Buenos Aires (UBA).

Los científicos expusieron a los animales a ruidos con intensidades de entre 95 y 97 decibeles (dB), más altas que lo considerado un nivel seguro (70-80 dB) pero por debajo del sonido que produce un concierto de música (110 dB).

Y descubrieron algo novedoso: tras dos horas de exposición, las ratas sufrieron daño celular en el cerebro.

Las alteraciones se produjeron en la zona del hipocampo, una región asociada a la memoria y los procesos de aprendizaje.

"Esto sugiere que lo mismo podría ocurrir en humanos en etapa de desarrollo, aunque será difícil de comprobar debido a que no podemos exponer a niños a este tipo de experimentos", explicó la experta.

Lea el artículo compketo en:

BBC Ciencia

28 de mayo de 2013

¿Cómo se mide el sonido?


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iStockphoto/Thinkstock
 
¿Sabes cómo se mide el sonido? -A diario escuchamos sobre decibelios, hertz, ondas... muchos conceptos entreverados que puede que no sepamos muy bien qué significan. No te preocupes, es más sencillo de lo que parece. Sigue leyendo para descubrir cómo se mide el sonido.

Cómo medir el sonido

En un mundo en que parece no haber silencio, los oídos son uno de los sentidos que más usamos, junto con la vista.

El sonido es una vibración del aire o del agua -nunca se puede producir en el vacío-, que llega a nuestra oreja, hace que esta vibre, y de esa forma escuchamos algo. Esta vibración se realiza en forma de ondas sonoras.

Cualidades del sonido

El sonido tiene distintas cualidades:
  • Altura: nos permite distinguir entre un sonido agudo y uno grave. Se mide en Hertz (Hz, frecuencia)
  • Timbre: nos permite reconocer las características de la fuente sonora (si es un instrumento de cuerda, de metal, una voz... cada uno tendrá sus características propias: el sonido puede ser más brillante, opaco, aterciopelado, metálico, etcétera)
  • Intensidad: Nos permite reconocer un sonido fuerte de uno débil o suave (comunmente lo conocemos como "volumen" en los equipos de sonido). Se mide en decibelios (dB)
Esas son las las tres principales, pues son propios de lo sonoro. Pero hay otros dos factores, que coinciden con la variable Tiempo y Espacio (que por cierto, rige a todas las cosas): Duración (podemos distinguir un sonido largo de uno corto) y Espacialidad (somos capaces de reconocer de dónde proviene un sonido, si de la izquierda, la derecha, arriba, abajo, cercano o lejano).

Por lo tanto, los sonidos pueden ser medidos de distintas formas. Algunos medidores nos pueden determinar la intensidad, mientras que otros nos permiten reconocer la altura, la duración, o muchas cualidades a la vez.

Cómo se miden las frecuencias del sonido

Los sonidos se pueden identificar por su espectro de frecuencias. El elemento fundamental de estas frecuencias es la onda sinusoidal, es decir, una superposición lineal de sinusoides.

Cada sinusoide se caracteriza por su amplitud, su frecuencia y su relación con la marca de tiempo cero. Los sonidos más graves tendrán ondas sonoras más alargadas (una frecuencia más baja), mientras que los sonidos más agudos serán representados por ondas de sonido más cortas (una frecuencia más alta y por lo tanto más Hertz).

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Ingram Publishing/Thinkstock

El sonido se mide por la amplitud de los componentes espectrales, mediante la colocación de un metro calibrado de sonido en el centro de la cabeza de un oyente potencial.

El oído humano es capaz de captar las ondas coprendidas entre los 20 Hertz y los 20.000 Hertz (aproximadamente). Las ondas que están por debajo de los 20 Hertz (aproximadamente) son sonidos tan graves que nuestro oido no es capaz de captarlas y las conocemos como Infrasonido. Por otra parte, las ondas más cortas (más agudas, mayores a los 20.000 Hz) las conocemos como Ultrasonido. Tampoco las podemos captar con nuestro oído, pero otros animales como los murciélagos las suelen utilizar para sus vuelos nocturnos.

Debemos tener en cuenta también que el oído humano no es igualmente sensible a los tonos diferentes en un mismo nivel de presión, ya que son diferentes frecuencias. A esto se le llama sonoridad. Para medir esto se utilizan las ondas isofónicas, que relacionan el tono de un sonido en dB con su nivel de sonoridad subjetiva (como dijimos, entre los 3 kHz y los 20kHz el oído es más sensible, por encima y por debajo de estos valores no).

Cómo se mide la intensidad del sonido

El primer medidor: el microPa

En un primer momento, el sonido se medía en microPa o Pa, el nivel de presión de la onda. El rango audible en los humanos iba de 20 microPa a 20 Pa -un nivel doloroso-. Sin embargo, como esta era una escala muy grande, se comenzaron a utilizar los decibelios (dB).

Los decibelios, la medida actual de intensidad sonora

En este nuevo rango, el esquema de audición humano iría de los 0 dB a 120-140 dB, en los que ya notamos dolor en los oídos. En 0 dB está el sonido más bajo que podemos escuchar, y significa casi silencio absoluto. Una conversación normal está aproximadamente en los 60 dB, un concierto de rock en los 120 dB, y un disparo de un arma en 140 dB.

A partir de los 85 dB podemos tener pérdidas auditivas: podemos identificar este nivel cuando para conversar tenemos que levantar la voz. Ocho horas al día con esta intensidad causa daños en los oídos.

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iStockphoto/Thinkstock

Por lo general, las mediciones de sonido siempre deben hacerse en dB, pero en caso de que estemos hablando de la audición humana, es importante hacerlo también relacionado a este valor subjetivo.

El daño auditivo depende del nivel del sonido y del tiempo de exposición al mismo. También debemos tener en cuenta que la distancia afecta la intensidad del sonido: si estamos lejos de él, la potencia disminuye.
Los dejo con una pregunta para reflexionar: si un árbol cae en un bosque, y no hay nadie para oírlo, ¿hay sonido?

Fuente:

Ojo Científico

6 de marzo de 2013

Cerebro y sonidos: Resuelto el problema de la fiesta de cóctel

En un ambiente ruidoso, como el de una reunión social, somos capaces de escuchar lo que nos cuenta una sola persona. Científicos de EE UU han desentrañado los entresijos neuronales de este mecanismo de selección de señales auditivas. Para conseguirlo, las ondas cerebrales se centran en los sonidos provenientes de quien nos interesa y se reduce la importancia de los demás.




Está usted en una fiesta. La música suena a todo volumen, los hielos titilan en sus copas, se oyen risas y voces de decenas de invitados; sin embargo, usted solo tiene oídos para esa persona con quien está hablando. Desde la década de 1950, los científicos tratan de explicar cómo el cerebro filtra las señales sonoras que le importan. De hecho, en neurociencias se conoce como ‘el problema de la fiesta de cóctel’.

Ahora, investigadores estadounidenses han desvelado los mecanismos por los que el cerebro, sin que seamos conscientes de haber realizado un esfuerzo excesivo, consigue reducir todo el barullo que nos rodea y quedarse solo con lo que le interesa, una capacidad cognitiva de gran importancia social.

Los resultados han sido publicados hoy en la revista Neuron y desvelan que el proceso de filtrado de la información se produce en dos etapas. En la corteza auditiva primaria se modulan las señales –es decir, se sube el volumen de lo que interesa y se baja lo demás, pero todo está presente–. Al mismo tiempo, áreas destinadas a funciones superiores hacen una selección y eliminan ya totalmente lo que se quiere ignorar.

Los científicos registraron la actividad eléctrica del cerebro de seis personas con electrodos sobre la corteza cerebral.

El estudio requería el registro de la actividad eléctrica directamente sobre la corteza cerebral. Por eso se realizó, previo consentimiento, en seis pacientes con epilepsia aprovechando que, para identificar las zonas donde se originaban los ataques de epilepsia, se les iba a realizar una electrocorticografía. En esta intervención se aplican electrodos sobre la superficie expuesta del cerebro.

Los participantes observaron un vídeo con dos personas hablando simultáneamente y se les dio instrucciones de prestar atención solamente a uno de los discursos, ignorando el otro. Durante el experimento se midieron sus ondas cerebrales con electrodos. Observar la cara y gestos del hablante contribuye al procesamiento del discurso, lo que da lugar a pensar que algunos de los efectos observados en el estudio estén influenciados no solo con lo escuchado sino también con estímulos visuales.

En la corteza auditiva primaria se percibieron tanto las señales del discurso principal, como las que no interesaban; algo esperable, puesto que, como dice Charles Schroeder, científico de la Universidad de Columbia y uno de los autores principales del estudio, “no podemos cerrar los oídos”. Sin embargo, ya en este momento la señal correspondiente al discurso de interés se detectaba con una amplitud mayor que las demás.

Por otro lado y simultáneamente, se analizaron las ondas cerebrales de áreas dedicadas a funciones superiores, como el lenguaje o el control de la atención. Es en este punto cuando el cerebro selecciona específicamente lo que le interesa. La señal del discurso de interés era muy clara, pero las demás conversaciones no fueron detectadas.

“Esta es la primera evidencia clara de que hay zonas del cerebro donde solo se tiene en cuenta la conversación a la que se atiende, mientras las ignoradas se filtran y eliminan” declara Schroeder.

El cerebro predice los giros del discurso

Pero, además, a medida que la frase toma forma y significado, la señal se hace cada vez más definida. Esto parece ocurrir porque la forma en la que se estructura el discurso permite al cerebro predecir cuándo van a tener lugar ciertos eventos clave y así las propias neuronas se predisponen para encenderse con mayor facilidad en estos momentos.

Otras investigaciones para revelar las zonas del cerebro implicadas en focalizar la atención habían utilizado estímulos simples, como pitidos breves o frases cortas. Esta vez, se ha utilizado un discurso natural y completo, lo cual proporciona herramientas para alcanzar los objetivos del proyecto mundial de mapeo de la actividad cerebral –Brain Activity Map Project–.

Hasta ahora este tipo de estudios solamente se habían realizado en animales. Schroeder y sus colegas han demostrado que es posible aprovechar operaciones en pacientes con epilepsia para el estudio de capacidades puramente humanas, como el lenguaje o la música.

Referencia bibliográfica:

E. M. Z. Golumbic, N. Ding, S. Bickel, P. Lakatos, C. A. Schevon, G. M. McKhann, R. R. Goodman, R. Emerson, A. D. Mehta, J. Z. Simon, D. Poeppel “Mechanisms Underlying Selective Neuronal Tracking of Attended Speech at a “Cocktail Party” Neuron 77, 2013 doi: doi: 10.1016/j.neuron.2012.12.037


Fuente:

Agencia SINC


9 de enero de 2013

¿Por qué suena un silbido al acercar un micrófono a un altavoz?



¿Un silbido? Suena un pitido agudo y estridente muy molesto.

¿Y por qué pasa eso? ¿por qué castiga nuestros oídos un inocente micrófono?

Es bastante corriente que se dé esta situación cuando maneja el micrófono alquien que no está habituado a usarlo. Más pronto o más tarde se pone demasiado cerca del altavoz y un chirrido ensordecedor nos envuelve.

Si se da cuenta pronto de lo que sucede y lo aparta del altavoz, el sonido cesa; pero si no se apercibe del motivo de tan infernal aullido y no lo retira, más de uno se lo arrancaría de las manos.

Este fenómeno de amplificación recibe el nombre de retroacoplamiento positivo, ya que se produce una especie de bucle que se refuerza a sí mismo.

Ocurre lo siguiente: las ondas sonoras de la voz llegan al micrófono y salen amplificadas por el altavoz. Pero debido a la poca distancia entre ambos dispositivos, este sonido amplificado llega hasta el micrófono que lo vuelve a captar haciendo que el altavoz lo amplifique y así seguiríamos…

Cuanto menor sea la distancia entre el micrófono y el altavoz más agudo y estridente será el silbido. Y si lo alejanos lo suficiente el ruido cesará.

En el peor de los casos se produce la resonancia catastrófica, en el que las oscilaciones son tan fuertes que llegan a destruir el altavoz. Tal como se muestra al principio de Regreso al Futuro con la ocurrencia de Marty McFly (ver imagen).

¡Qué fuerte, Doc!


Fuente:

Saber Curioso

16 de octubre de 2012

¿Por qué el sonido de la tiza contra la pizarra nos provoca malestar?

pizarraAnalizando cómo reacciona el cerebro cuando alguien hace chirriar tiza sobre una pizarra, un equipo de científicos de la Universidad de Newcastle ha descubierto que se debe a una interacción entre la región del cerebro que procesa el sonido (corteza auditiva) y la amígdala, estructura cerebral que procesa las emociones. Concretamente, cuando a nuestro oído llegan sonidos desagradables, la amígdala modula a la corteza auditiva aumentando la intensidad de su actividad y generando emociones desagradables. En otras palabras, la parte emocional del cerebro modifica la percepción de los sonidos, de forma que nuestro cerebro “escucha con más intensidad” un chirrido que nos causa dentera que el agradable flujo del agua en un río, por ejemplo.

En su estudio, los investigadores establecieron también un ranking de los sonidos que más nos desagradan. Los primeros puestos los ocupan, en este orden, los que producen un cuchillo rozando una botella, un tenedor arañando un cristal, la tiza en la pizarra, frotar una regla con una botella, las uñas de las manos sobre una pizarra, el grito de una mujer y el sonido de una radial cortando, por ejemplo, una baldosa. Los sonidos considerados menos desagradables fueron un aplauso, la risa de un bebé, un trueno y el flujo del agua, según publican los autores en Journal of Neuroscience.

Los resultados podrían ayudar a explicar enfermedades como la hiperacusia, un síndrome que produce una disminución de la tolerancia a sonidos normales y naturales del ambiente, o la misofonia (literalmente “odio a los sonidos”), que se manifiesta como un fuerte enojo causado por los sonidos que originan otras personas al comer, sorber, masticar chicle o incluso respirar. También ayudarán a entender por qué la migraña agudiza la percepción de los aspectos desagradables de los sonidos.

Y además…
 Fuente:

16 de septiembre de 2012

Conozca la levitación acústica


En un laboratorio han encontrado una forma de utilizar la levitación mediante ondas acústicas con dos altavoces a 22 KHz para mantener estables en el aire pequeñas gotas de líquidos. Además de bastante curioso e hipnotizante puede tener ciertas aplicaciones médicas: no tanto en la forma de administrar las medicinas como en su composición molecular durante los procesos de producción química.

Tomado de:

1 de septiembre de 2012

Cómo los auriculares y el ruido nos dañan el oído

Científicos británicos descubrieron por primera vez cómo escuchar música o sonidos a volumen alto daña las células del nervio auditivo, causando sordera.

Audífonos

Los audífonos pueden alcanzar niveles de volumen tan altos como los de un motor jet.

Los auriculares de nuestros aparatos de música pueden causar tanto daño al oído como un motor de jet, afirman los científicos. 

El estudio llevado a cabo en la Universidad de Leicester, Inglaterra, encontró que incrementar el volumen de nuestros auriculares o escuchar ruidos altos daña la capa que recubre las células nerviosas que se encargan de transmitir las señales de sonido al cerebro.

Este daño puede conducir a la sordera temporal, pero la exposición repetida a sonidos altos puede causar sordera permanente.

Tal como afirma el estudio publicado en Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS) (Actas de la Academia Nacional de Ciencias), ésta es la primera vez que se observa a nivel celular el daño que causa el volumen alto.

Mielina

Para escuchar los humanos contamos con un sistema auditivo: nuestro oído detecta vibraciones que son transformadas en impulsos eléctricos que las neuronas transportan hacia el cerebro, donde percibimos el sonido.

Según explican los autores, las neuronas que transportan los impulsos eléctricos del sonido están recubiertas por una capa, llamada mielina, la cual es esencial para que esos impulsos lleguen al cerebro.

Los científicos descubrieron que la exposición a sonidos altos, por ejemplo de más de 110 decibelios, puede destruir este recubrimiento e interrumpir la llegada de la información al cerebro. (A nivel medio, un aparato de MP3 alcanza entre 85 y 90 decibelios).

Pero este daño a la mielina, como explica la doctora Martine Hamann, quien dirigió la investigación, puede revertirse y lograr que las neuronas vuelvan a funcionar con normalidad restaurando el oído.
"Ahora entendemos por qué la sordera, en algunos casos, puede revertirse", explica la investigadora.

"En cerca de la mitad de las células que analizamos, demostramos que la cubierta del nervio auditivo se había perdido, casi como si se hubiera arrancado el cable eléctrico que une al amplificador con el altavoz".

"El efecto es reversible y después de tres meses el oído logra recuperarse igual que la capa que cubre el nervio auditivo", expresa la doctora Hamann.
"Con el tiempo, la exposición a música alta de un reproductor de sonido, de los clubs, conciertos y estéreos, puede acumularse y causar pérdida del oido permanente. Los receptores sensoriales en tu oído mueren y no pueden repararse o reemplazarse"
Deafness Research Uk

La región del cerebro que se encarga de que podamos percibir el sonido de los impulsos eléctricos que transportan las neuronas desde el oído es el llamado núcleo coclear dorsal.

Y en estudios previos, la doctora Hamann y su equipo demostraron que el daño a las neuronas en esta región también es responsable de otro trastorno, llamado tinnitus, que es la sensación de un zumbido continuo en el oido.

Se sabe también que la exposición sostenida a sonidos mayores de 90 decibelios (el nivel medio de nuestros aparatos de MP3) puede causar sordera permanente.

Según la organización Deafness Research Uk, "con el tiempo la exposición a música alta de un reproductor de sonido, de los clubs, conciertos y estéreos, puede acumularse y causar pérdida del oido permanente".

"Los receptores sensoriales en el oído mueren y no pueden repararse o reemplazarse".

"La pérdida del oído debido a la música fuerte es a menudo indolora y gradual, lo cual provoca que sólo te des cuenta cuando ya es demasiado tarde".

La nueva investigación, dice la doctora Hamann, ofrece información importante sobre los mecanismos involucrados en la pérdida del oído y el impacto de la exposición a los sonidos altos.

Tal como explicó a BBC Mundo la doctora Hamann, "como encontramos que el recubrimiento de la mielina puede recuperarse con el tiempo, esto nos ofrece la posibilidad de seguir estudiando más detalladamente este recubrimiento para encontrar la forma de limitar o contrarrestar el déficit".

Pero según la investigadora, hace falta llevar a cabo más campañas para informar a la población, principalmente a los niños y jóvenes, sobre los riesgos de escuchar múscia o volumen alto.

"He estado visitando colegios y ninguno de los niños parece estar consciente de estos riesgos" dice Martine Hamann.

"Así que aunque se sabe que los sonidos altos pueden ser dañinos, los jóvenes (y los adultos también) no parecen estar conscientes de que estos peligros se aplican a sus casos individuales".

Fuente:

BBC Ciencia

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1 de agosto de 2012

Los ruidos fuertes afectan a la memoria

ruido-corazonLa exposición a ruidos de alta intensidad, aunque no sean suficientes como para causar lesiones en el oído, afectan a los procesos de memoria y aprendizaje, según revela un estudio publicado en la revista Brain Research.

Los investigadores, del Centro de Estudios Farmacológicos y Botánicos (Buenos Aires, Argentina), trabajaron con ratas de entre 15 y 30 días de edad, lo que equivale a edades comprendidas entre los 6 años y la adolescencia de un ser humano. "Pudimos determinar que una única exposición al ruido durante dos horas es suficiente para generar un daño celular y una alteración en la conducta", ha explicado Laura Guelman, una de las autoras, a DiCYT. Los científicos observaron una serie de cambios morfológicos en el núcleo de las células del hipocampo, un área del cerebro relacionada con los procesos de memoria y aprendizaje.

Quince días después de la exposición al ruido, de entre 95 y 97 decibelios de intensidad, los animales mostraron fallos en la memoria y una disminución en los niveles de ansiedad, algo que según Guelman no es positivo: "Los animales presentan un menor nivel de alerta ante el peligro, lo que les impediría escapar de un posible predador".

En contra de lo esperable, los daños fueron más evidentes en las ratas que sufrieron una única exposición de dos horas de duración, que en aquellas que fueron sometidas al ruido durante dos semanas, a dos horas diarias de ruido. Esto podría deberse a que los animales a está edad aún están desarrollando su sistema nervioso, y este tiene capacidad para adaptarse y responder a las lesiones.

Este trabajo sería un primer paso para encontrar un fármaco que ayude a prevenir estas lesiones en el hipocampo. "Desentrañar los mecanismos que median entre el ruido y el daño celular podría ayudar a encontrar algún agente que interfiera con ellos", ha explicado la investigadora.

Fuente:

22 de abril de 2012

¿Pueden los ruidos afectar el sabor del alcohol?


Joven bebiendo una copa de vino


Sí. Desde hace rato los dueños de los bares saben que cuanto más ruidoso es el ambiente, más tragos venden.

Investigaciones recientes en las que la gente debía puntuar el sabor de las bebidas en distintos ambientes mostraron que no solo uno bebe más porque el barullo hace imposible la conversación, sino que además el alcohol sabe más "dulce" en sitios ruidosos.

Como los seres humanos tenemos una preferencia innata por los dulces, bebemos más.

Fuente:


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15 de abril de 2012

¿Cuál es el animal más ruidoso?

Insecto

Eso depende de qué queramos decir con ruidoso. Pero si entendemos ruidoso como el que produce el sonido más fuerte, el Zoológico Nacional Smithsonian en Estados Unidos dice que es la ballena azul.

Sus pulsos de 188 decibeles son más fuertes que el sonido de un motor de reacción y pueden escucharse a una distancia de hasta 800 kilómetros.

En tierra, los animales que hacen los ruidos más fuertes son probablemente los monos aulladores (del género Alouatta) cuyos chillidos pueden escucharse a una distancia de cerca de 5 km.

El anfibio más ruidoso es la rana coquí, nativa de Puerto Rico.

En las aves, el guácharo (Steatornis caripensis), también conocido como pájaro aceitoso es igualmente ruidoso. Sus ruidos pueden alcanzar los 100 decibeles.

Una especie de insecto (Corixa punctata), del tamaño de un grano de arroz, puede llegar a "cantar" a un volumen de 103 decibeles. El insecto produce este sonido al frotar su pene contra su barriga.

Este es el sonido más fuerte en relación al tamaño del animal.

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1 de abril de 2012

¿Por qué los sonidos repetitivos son tan molestos?

Grifo goteando

Lo son porque logran atraer nuestra atención y no nos dejan concentrarnos en otras cosas. El ser humano se acostumbra -en el sentido de que deja de reaccionar- a algunos sonidos repetitivos, especialmente a los regulares, como el tic tac de un reloj, pero no a la mayoría.

La frecuencia también influye: uno de los ejemplos más molestos es el de un grifo que gotea cada tanto.

La razón principal es la falta de control. Si uno supiese que puede detener el ruido en cualquier momento, no se irritaría tanto.

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22 de marzo de 2012

El ruido producido por el hombre afecta a las plantas

Zona boscosa elegida para el estudio plagada de ruidosas plantas de gas.| Clinton Francis

Zona boscosa elegida para el estudio plagada de ruidosas plantas de gas.| Clinton Francis

Un número creciente de estudios indican que los pájaros y otros animales cambian su comportamiento como respuesta al ruido producido por el hombre, como el proveniente del tráfico y otras máquinas. Pero el ruido humano no sólo afecta a la fauna. Puesto que muchos animales también polinizan plantas o comen sus frutos y dispersan sus semillas, el ruido producido por el hombre también puede provocar una onda expansiva en la vegetación, asegura un nuevo estudio recién publicado en la revista 'Proceedings of the Royal Society B'.

En los casos en los que el ruido tiene su efecto en plantas longevas como los árboles, las consecuencias pueden notarse durante décadas, incluso después de que las causas del ruido hayan desaparecido, asegura el autor principal del artículo, Clinton Francis, del National Evolutionary Synthesis Center de Durham (EEUU).

En estudios previos, Francis y sus colegas habían descubierto que algunos animales incrementan su número cerca de los sitios ruidosos mientras que otros se hacen más escasos. La pregunta que se hicieron a continuación es si esto afectaría también a su vez a las plantas.

Lo que hicieron fue acudir a un terreno natural donde poder analizar estas cuestiones. El sitio elegido fue una reserva natural situada en Nuevo México, la Rattlesnake Canyon Wildlife Area. Es un area cubierta de arbustos, pinos y otras coníferas donde existen abundantes yacimientos de gas natural. Las compresores usados para extraer estos hidrocarburos producen un constante y sonoro ruido durante las 24 horas del día. Desde 2007 hasta 2010 los investigadores estudiaron allí cómo afecta el ruido a las plantas.

La zona tenía la ventaja añadida de ser totalmente silvestre salvo por la presencia de estos artefactos, lo que permitía realizar el estudio centrándose en el ruido y sin que otros elementos como la polución atmosférica o la iluminación interfirieran en los resultados, como habría ocurrido de haber elegido como campo de pruebas un área más urbanizada.

Los investigadores llegaron a la conclusión de que el ruido tiene un papel determinante en el comportamiento de la fauna y que esto tiene variados y complejos efectos sobre la vegetación. Así, descubrieron que un laborioso polinizador de plantas, el colibrí 'Archilochus alexandri', frecuenta las zonas más ruidosas, situadas cerca de las áreas de extracción de gas. Esto se debe a que el principal predador del colibrí, un córvido llamado 'Aphelocoma californica' y similar a la urraca y el arrendajo europeos, detesta las áreas ruidosas.

Dos ejemplares de western scrub jay comiendo piñones.| Clinton Francis

Dos ejemplares de western scrub jay comiendo piñones.| Clinton Francis

De esta forma, las zonas con ruido sirven de refugio al colibrí y este las visita más, hasta cinco veces más que las partes ruidosas de la zona estudiada. Como consecuencia de ello, los investigadores observaron que las especies de plantas que el colibrí poliniza se ven especiamente atendidas en las zonas ruidosas y menos en las silenciosas. Debido a ello, la fertilidad de esas plantas es mayor en las zonas ruidosas.

También en los arboles

Otra llamativa observación sobre el efecto del ruido en la vegetación fue realizada sobre los pinos de la zona ('Pinus edulis'). Estos producen un piñón comestible sobre el que depredan todo tipo de animales, especialmente los pequeños ratones de campo y de nuevo al córvido 'Aphelocoma californica', conocido como western scrub jay en inglés.

El ratón tolera bien el ruido y come abundantes piñones bajo los árboles situados en las zonas ruidosas. A su vez, es un eficiente comedor y ninguna semilla queda intacta tras pasar por su tracto digestivo. De esta forma, son muy pocos los piñones que quedan a salvo en las zonas ruidosas y, por tanto, es bajo el nacimiento de nuevos especímenes de pino.

Por el contrario, las zonas silenciosas son visitadas muy poco por los ratones y mucho por el córvido, que tiene la costumbre de enterrar piñones para consumirlos después. Como consecuencia de ello, en esas zonas quedan muchos más piñones libres de la depredación que en las áreas ruidosas. De hecho, el equipo de investigadores dirigidos por Francis constataron que hay cuatro veces más plántulas de pino en las zonas silenciosas que en las ruidosas.

Fuente:

El Mundo Ciencia

21 de marzo de 2012

¿Nuestras células emiten ruidos? Sí, claro que sí...


Las células de nuestro no cuerpo no solo emiten sonido, sino que sabiendo interpretar estos sonidos podríamos incluso diagnosticar un cáncer de una forma más eficaz.

Investigadores de la Universidad de California, en Los Ángeles, ya habían estudiado células de la levadura de cerveza, descubriendo que sus paredes celulares vibraban a un ritmo de 1.000 pulsaciones por segundo. Estos movimientos, transformados en sonido, crean lo que los científicos han descrito como un sonido de alta frecuencia (el equivalente a dos octavas por encima de la nota media Do en un piano). Los responsables de estas vibraciones son los motores moleculares que transportan las proteínas por el interior de la célula.

Obtener sonidos de las células humanas es más difícil, porque las células animales poseen membranas cuya ondulación dificulta las vibraciones. Con todo, las células humanas “emiten un quejido” cuando reciben luz.

Esta propiedad la están aprovechando Richard Snook y Peter Gardner, biólogo de la Universidad de Manchester, para detectar un cáncer. Para llevar a cabo sus experimentos, bombardearon células de próstata humana con rayos infrarrojos, y los micrófonos percibieron miles de notas simultáneas generadas por las células. El análisis estadístico de estos sonidos podría ser muy significativo, tal y como señala Gardner:

La diferencia entre una célula sana y otra cancerígena es la que hay entre dos grandes orquestas interpretando a la vez, solo que en la orquesta cancerígena la tuba desafina horriblemente.

Ahora están intentando perfeccionar la técnica para conseguir reemplazar los actuales tests de detección prebiótica de cáncer de próstata, que son poco fiables.

Fuente:

Xakata Ciencia

24 de noviembre de 2011

Las aves más grandes son más afectadas por el ruido humano

tangara aliblanca migratoria, Western tanager (Piranga ludoviciana)

Aves grandes como la tangara aliblanca son las que más sufren el impacto del ruido generado por la actividad humana.

Las aves de mayor tamaño son las que más sufren el impacto negativo del ruido generado por la actividad humana, según un nuevo estudio.

Las aves más grandes cantan a frecuencias más bajas que pueden ser opacadas más fácilmente por los sonidos de frecuencia similar en ciudades o fábricas

"La mayor parte del ruido cerca de carreteras y en áreas urbanas es más intenso a frecuencias bajas. Pensemos, por ejemplo, en el sonido constante del tráfico o de maquinaria", dijo a BBC Mundo Clinton Francis, investigador del Centro Nacional de Síntesis Evolutiva en Durham, Carolina del Norte, en Estados Unidos, y autor principal del estudio.

Cuando el tamaño del cuerpo de un ave es mayor, la frecuencia del canto tiende a ser más baja. Y cuanto más baja es la frecuencia, más fácilmente puede confundirse con el ruido generado por los seres humanos, señala el estudio.

"El ruido impacta de muchas formas en el comportamiento y supervivencia de las aves. Puede llevar a algunas especies a cambiar su canto para que pueda ser oído con más facilidad y puede causarles estrés, lo que podría afectar su reproducción", explicó Francis.

"En los casos evaluados en nuestro estudio, el ruido parece forzar a algunas especies a abandonar hábitats favorables porque no pueden comunicarse".

Cantos opacados

Colibrí barba negra, black chinned hummingbird, (Archilochus alexandri)

El colibrí barba negra tiene un canto de frecuencia alta que se distingue con mayor claridad.

Es menos probable, por ejemplo, que especies con cantos de frecuencias bajas construyan nidos cerca de áreas en las que hay maquinaria ruidosa. De las especies estudiadas, las más afectadas fueron las más grandes como la tangara aliblanca migratoria, western tanager (Piranga ludoviciana), el picogrueso pechicafé, black-headed grosbeak (Pheucticus melanocephalus) y la huilota (Zenaida macroura).

"Los resultados son sorprendentes porque las aves de mayor tamaño también suelen cantar más alto", dijo Francis.

Los pájaros más pequeños y con cantos de frecuencias más altas, como el gorrión ceja blanca, chipping sparrow(Spizella passerina), el carpodaco doméstico, house finch (Carpodacus mexicanus) y el colibrí barba negra, black chinned hummingbird (Archilochus alexandri) no abandonaron esos sitios con maquinaria, porque sus llamados se distinguían con mayor claridad.

Lea el artículo completo en:

BBC Ciencia

2 de julio de 2011

El "pene cantor" es el animal más ruidoso de la Tierra

Especial: Reino Animalia

Micronecta scholzi, el pequeño insecto cantor más ruidoso de la Tierra

Este pequeño insecto acuático de dos milímetros es el animal más ruidoso en relación a su tamaño corporal.

Un pequeño insecto acuático es el animal más ruidoso del mundo en relación a su tamaño corporal, según un nuevo estudio.

Científicos de Francia y el Reino Unido grabaron el canto del pequeño animal, que alcanzó 99,2 decibeles, el equivalente al sonido de una gran orquesta captado desde la primera fila de una sala de conciertos.

El canto del insecto más ruidoso

Escuche cómo un Micronecta scholtzi macho emite sonidos frotando su pene para atraer a las hembras.

Escuchemp3

El insecto, Micronecta scholtzi, produce este canto frotando su pene contra el abdomen, en un proceso conocido como "estridulación".

Los investigadores aseguran que el sonido es parte de los rituales de cortejo para atraer hembras.

Micronecta scholtzi mide apenas dos milímetros y es común en Europa.

Más que ballenas y elefantes

Los científicos grabaron al insecto utilizando micrófonos sumergibles.

Los cantos de M. scholtzi registraron un promedio de 78,9 decibeles, un sonido comparable al producido por un tren de carga desplazándose a gran velocidad.

"La grabación nos sorprendió mucho. Al principio pensamos que el sonido provenía de otras especies acuáticas de mayor tamaño", dijo el ingeniero James Windmill, de la Universidad de Strathclyde, en Glasgow, Escocia.

"Cuando indentificamos la fuente del sonido, dedicamos mucho a tiempo a verificar que los niveles registrados fueran absolutamente correctos".

Si bien el 99% del ruido se pierde cuando las ondas viajan del agua a la atmósfera, el canto aún era perceptible para el oído humano.

"El sonido es tan fuerte que si una persona pasa caminando por la orilla puede escuchar estos insectos cantando desde el fondo del río".

La mayoría de los animales más ruidosos son de gran tamaño, como las ballenas que alcanzan 188 decibeles, y los elefantes, con 117 decibeles.

"Pero si uno toma en cuenta la razón entre el sonido y el tamaño corporal, podemos decir que Micronecta scholtzi es el animal más ruidoso de la Tierra", concluye Windmill.

Misterio

Micronecta scholtzi, el pequeño insecto que es el animal más ruidoso de la Tierra Foto: J. Sueur

Es un misterio cómo el insecto logra amplificar el sonido. Foto: J. Sueur

Los científicos creen que el insecto logró alcanzar estos extraordinarios niveles acústicos debido a un proceso de selección sexual.

"Los machos tratan de competir por las hembras y buscan emitir sonidos lo suficientemente fuertes como para opacar el canto de sus competidores", le explicó a la BBC Jerome Sueur, del Museo de Historia Natural de París.

Otros insectos controlan el volumen para evitar atraer depredadores, pero éste no parece ser un problema para M. scholtzi.

Para producir el sonido, los insectos frotan crestas en su pene contra elevaciones similares en su abdomen.

"Hay por lo menos otro insecto que produce ruido con sus genitales. Se trata de un tipo de polilla, Syntonarcha iriastis, que emite señales ultrasónicas", señaló Sueur.

"Los insectos parecen ser capaces de utilizar cualquier parte de su cuerpo para generar sonidos. Algunos usan sus alas, otros sus patas, o la cabeza o el abdomen o el tórax etc”.

Lo que hace extraordinario a M. scholtzi es que la superficie utilizada para producir el canto mide cerca de 50 micrómetros o micras (millonésima parte de un metro), el equivalente al grosor de un cabello humano.

"Realmente no sabemos cómo logra emitir un sonido tan fuerte utilizando un área tan limitada", agrega Windmill.

El mecanismo por el que el sonido es amplificado es aún un misterio. De acuerdo a Windmill, "entender cómo estos insectos tan pequeños pueden emitir sonidos tan fuertes podría ayudar a desarrollar sistemas de comunicación ultrasónica en el futuro".

Los resultados de la investigación fueron publicados en la revista científica online PLoS ONE.

Fuente:

BBC Ciencia

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18 de febrero de 2011

El exceso de ruido en Lima es alarmante

Un vetusto parque automotor y el auge de las construcciones son las principales causas. Un estudio revela que hay 38 zonas críticas.



Estar parado por más de media hora en el cruce de la avenida Abancay y el jirón Cusco, en el Centro de Lima, podría ocasionarle náuseas e insoportables dolores de cabeza.

Un estudio sobre la calidad de ruido desarrollado por el Organismo de Evaluación y Fiscalización Ambiental (OEFA) indica que esa zona presenta la más alta contaminación sonora de nuestra ciudad. Solo en dicho cruce se ha llegado a registrar 81.7 decibeles, cuando el nivel máximo de sonoridad permitida en esa área es de 70.

Entre los 38 puntos críticos que hay en la capital figuran el mercado Ceres, en Ate, con 80.3 decibeles; el cruce de las avenidas Élmer Faucett y Morales Duárez, con 79, y la intersección de las avenidas Javier Prado y Petit Thouars, con 78.8 decibeles.

Asimismo, la plaza Bolognesi (78.3), el cruce de las avenidas Juan de Arona y Las Begonias (77.4), así como el de la Panamericana Norte con la Av. Angélica Gamarra (77.4).

NO FISCALIZAN. El informe también revela que los principales factores del alto grado de contaminación acústica en la metrópoli son la antigüedad del parque automotor y el auge de las construcciones.

En tal sentido, el director de Evaluación de la OEFA, Fausto Roncal, afirma que las vetustas unidades del transporte público han contribuido a que vivir en la ciudad sea casi insoportable. Al respecto, destacó la necesidad de que los vehículos sean obligados a pasar inspecciones técnicas constantemente.

Además, el funcionario indicó que no se percibe una adecuada educación vial entre los conductores pues la mayoría suele excederse en la utilización del claxon. Roncal advierte que otra de las causas de la alarmante contaminación sonora es el crecimiento de las obras de construcción en las urbanizaciones.

Igualmente, recuerda que, en dichas áreas, el nivel máximo de sonido permitido en el día es de 60 decibeles y en la noche, de 50. “La utilización de grandes máquinas para excavar la tierra y hasta los propios gritos de los obreros hacen que la bulla se acreciente y llegue a los 70 decibeles”, sostuvo.

Por ello, exhortó a los municipios a que fiscalicen el cumplimiento de las normas por parte de las empresas constructoras y, así, se evite el malestar entre los vecinos de las zonas residenciales. Sugirió a los alcaldes que coordinen con los constructores para que las obras se realicen en horarios de madrugada.

Fuente:

Peru21

10 de agosto de 2010

¿Porqué hay quien duerme pese al ruido, y quien se despierta con el sonido más leve?

Se trata de un proceso del cerebro que bloquea cualquier sonido durante el sueño, aunque no posee la misma efectividad en todas las personas



¿Porqué hay quien duerme pese al ruido, y quien se despierta con el sonido más leve?
Este proceso se podría estimular mediante terapias, medicamentos o dispositivos
Los científicos acaban de descubrir el secreto que hay en el hecho de que haya personas capaces de mantener el sueño aun cuando se está expuesto a distintos ruidos, y personas que deban permanecer velando toda la noche por el más leve sonido.

Las conclusiones de los experimentos apuntan a que se trata de un proceso diseñado por el propio cerebro para bloquear cualquier sonido que pueda producirse durante el tiempo de sueño; sin embargo, este proceso no tiene la misma efectividad en todos los individuos por igual.

El estudio publicado en la revista Current Biology por investigadores de la Escuela de Medicina de la Universidad de Harvard considera que a través de distintas terapias, medicamentos o dispositivos electrónicos incluso, sería posible estimular este proceso.

En el experimento participaron doce voluntarios en una clínica del sueño durante tres noches. Durante la primera noche, los individuos pasaron la noche en total calma, pero durante la segunda y tercera noches, se les sometió a distintos ruidos, como el ruido de aviones, automóviles transitando por la calle, un teléfono sonando, etc.

Durante este tiempo, los voluntarios eran sometidos a electroencefalografías (EEG), que registraban la actividad cerebral, gracias a las cuales se identificaron “ejes” o “husos” del sueño, un tipo de onda cerebral que – según se cree – bloquea cualquier información sensorial captada por el cerebro mientras dormimos, incluidos los sonidos.

De modo que, quienes registraron mayor número de husos del sueño, tenían mucho más posibilidades de permanecer dormidos durante la segunda y tercera noche del experimento, sin percibir sonido alguno. Incluso, hubo quien confesó no hacer sido consciente del ruido en absoluto.

Fuente:

Mi Morelia

15 de diciembre de 2009

UE pide limitar el volumen en los MP3


Martes, 15 de diciembre de 2009

UE pide limitar el volumen en los MP3

Una encuesta llevada a cabo en la página web del canal de música MTV a la que respondieron cerca de 10.000 jóvenes reveló que sólo 8% consideraba la posibilidad de perder el oído "un problema grave".

Y aunque 61% dijo haber experimentado zumbido en los oídos u otros problemas de audición después de asistir a un concierto de rock, sólo 14% estaría dispuesto a usar protección auricular.

Niveles de intensidad de ruido

  • 20 dB Biblioteca
  • 40 dB Conversación
  • 60 dB Aglomeración
  • 70 dB Aspiradora
  • 80 dB Tren andando
  • 90 dB Tráfico intenso
  • 100 dB Perforadora eléctrica
  • 110 dB Concierto
  • 120 dB Avión despegando
  • 180 dB Despegue de cohete espacial
Auriculares

Los nuevos MP3 permiten escuchar miles de canciones durante varias horas seguidas.

La comisión intenta que todos los MP3 -incluidos los Ipod- que se venden en los países de la organización compartan el mismo límite de volumen.

La medida surge por un informe publicado el año pasado que reveló que hasta 10 millones de personas en la Unión Europea (UE) enfrentan daño o pérdida permanente de oído por escuchar música a volumen alto durante períodos prolongados.

Los reproductores de MP3 permiten escuchar música con audífonos colocados directamente en el conducto auditivo externo, sofocando todos los sonidos del exterior.

Esto, dicen los expertos, provoca una insensibilización en el usuario ante los niveles peligrosamente altos de sonido.

Pero además, se considera que estos aparatos son más peligrosos que los viejos reproductores de cassette y CD tanto portátiles como estacionarios, porque como pueden almacenar miles de canciones y reproducirlas durante horas, los jóvenes tienden a escucharlos continuamente durante largos períodos.

El estudio de 2008 del Comité Científico de la UE de Riesgos Emergentes de la Salud encontró que quienes escuchaban durante sólo cinco horas a la semana a alto volumen se estaban exponiendo a más ruido del permitido en las fábricas o lugares de trabajo más ruidosos.

Límite seguro

El informe también advirtió que los jóvenes no estaban conscientes del daño que se estaban causando hasta que ya era demasiado tarde.

Es por eso que la organización intenta que los reproductores de MP3 tengan un límite máximo preestablecido de 85 decibelios (dB).

Lea el artículo completo en:

BBC Ciencia & Tecnología

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