Primer paso: intenta reducir la cantidad
de estímulos al mínimo, ponte los audífonos y abandónate a los placeres
de la seductora voz de María, quien será tu acompañante en este viaje a
las regiones más primitivas de tu cerebro.
Ahora la teoría. En realidad se sabe
poco del fenómeno, la ciencia apenas ha intentado algunas tímidas
incursiones en este nuevo territorio, a pesar de que ya se encuentre
habitado por un campamento cada día más extenso de nómadas venidos desde
los más lejanos rincones de la red. Y es que posiblemente estas
sensaciones se remonten más allá del origen del hombre, pero hayan
permanecido en estado salvaje hasta que Jennifer Allen creara en 2010 el
grupo de Facebook “Autonomous Sensory Meridian Response Group” o ASMR,
como ahora se ha llamado al fenómeno (Respuesta Sensorial Meridiana Autónoma,
en español). Así, el término no sólo ha nacido y crecido en la red,
lejos de la vigilancia de los científicos, sino que ha engendrado toda
una comunidad de nuevos gurús que, como María, se han dedicado a grabar
videos a través de los cuales masajean a la distancia los cerebros de
toda una horda de internautas desesperados por encontrar una forma de
liberar la presión acumulada dentro de sus cráneos.
Aunque
la ASMR es una idea nueva, posiblemente ya hayas tenido alguna
experiencia similar y te haya invadido por sorpresa ese hormigueo que se
extiende por espalda y brazos como un flujo eléctrico, a veces tan
intenso como un orgasmo. La pregunta es: ¿cuál será el gatillo que te
volará los sesos? Porque, según parece, en términos de ASMR cada persona
es diferente, algunos reaccionan a un susurro, al sonido de pequeños
golpes o rasgueos, al pisar de hojas secas, al sonido de la lluvia, al
teclado de una máquina de escribir o al ruido blanco de los
electrodomésticos. Hay quienes prefieren las voces con acento, dicen que
les provoca la sensación de estar placenteramente cansados,
satisfechos. Incluso, en reddit se menciona a Bob Ross
como uno de los gatilleros más buscados, lo cual delataría de una vez
por todas a toda una generación de supuestos aficionados a la pintura.
Sólo recientemente se han dirigido
algunas investigaciones científicas para explicar la ASMR.
Fisiológicamente se sabe que las sensaciones empiezan a bullir con la
cercanía física, la cual provoca que se aceleren el corazón y la
respiración, por eso, para generar los efectos deseados, muchos de los
videos son grabados con micrófonos binaurales que simulan la posición de
los oídos en la cabeza del espectador. Por otro lado, David Huron, de
la Ohio State University, señala que el efecto ASMR tiene una gran
similitud al aseo físico en los primates, del cual obtienen un placer
cercano a la euforia. No es de extrañar entonces, que en nuestras formas
modernas de acicalarnos (una sesión de maquillaje, un corte de cabello)
encontremos el placer de resbalar cuesta abajo en el proceso evolutivo.
Parece extraño cómo el ASMR genera la
sensación de estar en los linderos de un placer culpable y secreto,
guardado celosamente en el fondo de la madriguera como preciado fetiche,
cuando en realidad María susurra sus conjuros al oído de millones de
navegantes que solo buscan un pretexto para cerrar lo ojos y perder el
control del barco.
Tomado de:
Pijama Surf