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19 de noviembre de 2019

10 cosas que cambian tu cerebro (02/10): Leer novelas


“Uno no es lo que es por lo que escribe, sino por lo que ha leído”, sentenciaba Jorge Luis Borges. Y la neurociencia ha demostrado que, al menos a nivel cerebral, el escritor argentino estaba en lo cierto.  

Ciertas estructuras cerebrales se transforman cuando leemos. Las conexiones de las neuronas del lóbulo temporal izquierdo, vinculado al lenguaje, y las del surco central del cerebro, relacionado con las sensaciones físicas motoras, aumentan tras la lectura de una novela de ficción como “Pompeya”, de Robert Harris, según un estudio del que se hacía eco la revista especializada Brain Connectivity. Y otro trabajo dado a conocer en Psychological Science sugería que devorar las obras de Frank Kafka y de otros autores surrealistas crea nuevos patrones cerebrales que nos hacen más inteligentes.
 
Importa el género que leas 
 
No es lo mismo leer una novela de aventuras que un texto sobre derecho penal para el cerebro. “Las novelas activan regiones que no solo interpretan los símbolos, también estimulan la imaginación o la acción motora. Es a lo que llamamos “meterse en un libro”, explica el neurólogo. 

"En la lectura hay dos aspectos importantes: uno referido a la complejidad sintáctica -que descodifica el lenguaje- y el otro al pensamiento simbólico o la narrativa que tiene la propia lectura”.

Crea más conexiones cerebrales
 
Leer nos modifica el cerebro de manera favorable. En un estudio del neurocientífico Alexandre Castro-Caldas y su equipo de la Universidad Católica Portuguesa, demostraron que esta actividad tenía repercusiones anatómicas pues las fibras nerviosas que unen ambos hemisferios son más gruesas en los lectores habituales que en los analfabetos.

“Aquellas personas que leen presentarán el mismo número de neuronas, pero mayor número de conexiones más eficientes”, sentencia García Ribas. 

“Esto implica aumentar nuestra reserva cognitiva ante el envejecimiento o enfermedades neurodegenerativas como el Alzheimer. A mayor reserva notaremos después o evitaremos los efectos de estas dolencias, es decir, que se manifestarán más tarde”, concluye.

La lectura los cimientos del aprendizaje
 
Como pedagogo, Giner Tarrida, considera que no solo se debe tener una lectura mecánica, sino también comprensiva que te ayude a entender los mensajes subliminales y la riqueza del texto. “Aparte del acto mecánico e imprescindible en sí, ahora se está incidiendo más en la comprensión holística”, sentencia.

“Una de las mayores riquezas de la lectura es poder imaginar lo que estás leyendo a través de imágenes. Además, es una actividad que conecta con todo el resto de aprendizajes que poseemos”, continúa. 

Y es que la imaginación es tan poderosa que con solo leer un verbo que implique una acción, también se activan regiones encargadas del movimiento, tal y como demuestran muchas resonancias magnéticas funcionales de algunos estudios. “Esto implica que hay una conexión entre las zonas de la interpretación de los símbolos y otras, como la del movimiento, que hasta ahora desconocíamos”, concluye García Ribas.

Leer mejora la memoria 

La lectura retrasa el deterioro que sufre el cerebro con el paso de los años y ejercita nuestra memoria al hacer que el cerebro almacene nueva información constantemente: historias,personajes, lugares, expresiones..  Además, esta información va acompañada de las emociones que nos produce leer la historia, y toda emoción favorece que los recuerdos perduren más tiempo y con mayor claridad en nuestro cerebro. Tal es así,  que una investigación realizada en el Centro Médico de la Universidad Rush en Chicago concluía que las personas que realizaban actividades estimulantes como la lectura, tanto de niños como de adultos, tenían una disminución de la memoria mucho menor que aquellos que no leían nunca.

La lectura reduce el estrés

Leer por placer nos ayuda a reducir el estrés, incluso más que escuchar música o hacer ejercicio. Cuando leemos, habitualmente nos sumergimos en una historia. Durante unos minutos nos olvidamos de nuestra propia vida y pasamos a vivir la de otra persona, la de los protagonistas de nuestro libro. Esto nos permite desconectar, dejar de pensar en nuestros problemas y dejamos de preocuparnos.

¿Puede un adulto aprender a leer?

Definitivamente. Se puede aprender durante toda la vida. Se puede llegar a ser alfabetizado en cualquier momento, sólo que se hace más difícil. El cerebro plástico de un niño hace que el aprendizaje del lenguaje oral y escrito sea más fácil que con el adulto.

¿Hay una edad mínima para aprender a leer?

Los niños en casi todo el mundo aprenden a leer entre los 5 y los 7 años. No existe un acuerdo al respecto. En Gran Bretaña, los niños comienzan a leer y a escribir a los 5 años, en China empiezan a leer a los 3 y a escribir a los 6, y en Finlandia, uno de los países en los que siempre destaca sus sistema educativo, los niños no comienzan a leer y escribir hasta los 7 años.

¿El mecanismo para aprender a leer es igual en todas las personas?

Existe un mismo cerebro para todas las razas pero el cerebro para la lectura es diferente según los diversos sistemas de escritura. El alfabeto chino es diferente al inglés. Incluso dentro de los alfabetos hay diferencias. Por ejemplo, por los regulares que son el alemán, italiano, holandés se hace más fácil y los circuitos cerebrales son ligeramente diferentes a los del francés o el inglés.

Y con el idioma chino habrá más corteza visual en ambos hemisferios porque tiene 5000 caracteres para reconocer. El circuito del cerebro para la lectura refleja los requisitos del sistema de escritura.

Con información:

La Vanguardia

BBC Mundo

RTVE

Hola

2 de diciembre de 2018

Y el libro en papel no murió en 2018

Hace 10 años los gurús de la Feria de Fráncfort, el mayor evento editorial del mundo, vaticinaron que este sería el año en que el ‘ebook’ vencería al soporte físico. Estaban muy equivocados.


Cuando la Feria de Fráncfort despertó en 2018, el libro de papel seguía ahí. Y no como el recuerdo de un dinosaurio, sino en el centro del sector. En 2008, una macroencuesta de la organización entre mil editores de 30 países marcó 2018 como el momento en que el libro electrónico superaría en volumen al negocio tradicional. Así tituló este diario, recogiendo la conclusión del informe, a cinco columnas: El libro digital ganará al papel en 10 años.

Y no. El futuro ya está aquí y la profecía no se ha cumplido. Ni de lejos. No solo lo que parecía un ascenso imparable se ha frenado sino que, amén de ver hasta cierta recuperación del papel, habría dado signos de leve retroceso en sus tierras de promisión por excelencia, EE UU e Inglaterra.

Las movedizas cifras del ebook muestran que en los últimos cinco años las ventas en EE UU han caído un llamativo 10,8%, dejando su trozo del pastel en un 23%. Un estudio sobre 450 editoriales ya fijaba en ese 10% el descenso solo en 2017 respecto al año anterior, si bien no contabilizaba las operaciones de Amazon, que aseguraba que sus ventas sí seguían subiendo. En la Europa continental, el ebook nunca supera el 10% del mercado. Alemania (un 8%) y Holanda (6,6%) tiran de un asténico sector: en España, un 5,1% según la Federación de Gremios de Editores; en Italia, un 4%; en Francia, un 3,1%. Solo Inglaterra alcanza los dos dígitos: un 15%. Tampoco grandes mercados potenciales de otras latitudes, como Brasil (7%), dan mayores alegrías.

En este contexto, el sector más afín al papel ha pasado al contraataque. El ebook es un producto estúpido; es lo mismo que un libro impreso, pero electrónico, no es para nada creativo”, se descolgó en febrero Arnaud Nourry, consejero delegado de Hachette, sexto conglomerado editorial del mundo. “Ha funcionado porque es hasta un 40% más barato que el de papel, pero tenía un techo”, sostiene. “El ebook no ha mejorado la experiencia lectora, no ha aportado nada más allá de la compra inmediata, que es más barato y que llevas muchos libros en un mínimo espacio”, añade Carmen Ospina, directora de marketing y desarrollo de negocio de Penguin Random House Grupo Editorial. Los estudios parecen darle la razón: salvo en Alemania, las ventas más altas de ebooks son en julio y diciembre, fechas de vacaciones.

El artículo completo en: El País (España)

29 de noviembre de 2018

Demostrada la existencia de dos zonas cerebrales básicas implicadas en la lectura

Una nueva investigación realizada en el centro vasco BCBL revela que el área visual de las palabras, una zona del cerebro fundamental para la lectura, está dividida en dos partes con funciones diferentes: perceptual y léxico semántica.

La lectura es una habilidad a la que nuestro cerebro no se ha adaptado como consecuencia de la evolución.

La actividad cerebral relacionada con la lectura es todavía uno de los grandes retos para la comunidad científica. Se trata de una habilidad a la que nuestro cerebro no se ha adaptado como consecuencia de la evolución, tal y como ha ocurrido con el habla.

Uno de los puntos de debate radica precisamente en cuál es la función que realiza la parte de nuestro cerebro que resulta imprescindible para leer, la denominada área visual de las palabras.

Mientras algunos científicos consideran que su función es netamente perceptual –visual–, otros investigadores opinan que es más léxico semántica, porque esa misma zona se activa también con otras actividades, como escuchar palabras.

Este debate tiene consecuencias muy importantes en la investigación del lenguaje y, sobre todo, en sus aplicaciones clínicas. Ahora, científicos del Basque Center on Cognition, Brain and Language (BCBL) han conseguido entender mejor los criterios que existen sobre el funcionamiento del área visual de las palabras.

El trabajo, que acaba de ser publicado por la revista PNAS, ha sido conciliador con la evidencia existente: por un lado tiene una función perceptual y, por otro, léxico semántica, pero cada una está residenciada en una subárea diferente y conectadas por medio de circuitos distintos.

El artículo completo en: Agencia SINC 

18 de noviembre de 2018

5 técnicas sencillas que mejorarán tu memoria y tu capacidad de aprendizaje

Técnica 1: releer

¿Estás aprendiendo vocabulario nuevo? La estrategia más común es la de leer las palabras y sus significados hasta que se nos queden grabados. Para nuestra mala suerte, los psicólogos creen que es un método demasiado pasivo, lo que quiere decir que la mayoría de la información no consigue dejar marca.

El truco: leer a intervalos.


Técnica 2: subrayar o resaltar

Al igual que con la relectura, esta técnica de estudio es casi ubicua. Su concepto tiene sentido: el proceso de subrayar palabras clave y frases debería ayudar a que nos interese más la información y a facilitar la posterior identificación de las ideas más importantes. Pero pese a que puede ser más eficaz que la relectura pasiva, subrayar y resaltar muchas veces no funciona, ya que muchos estudiantes remarcan casi cada párrafo sin discernir mucho.

Truco: hacer pausas para pensar

Lea el artículo completo en: BBC Mundo

26 de octubre de 2018

Van a la escuela pero no aprenden: por qué más de la mitad de los adolescentes latinoamericanos culminan la secundaria sin saber leer bien

Es un esfuerzo enorme. Exige años y mucho dinero.

En América Latina, un joven requiere de más de una década de estudios formales para culminar la educación secundaria.

En muchos países de la región se trata de un paso importante que los jóvenes y sus padres celebran como un gran logro familiar.

Sin embargo, los miles de días levantándose temprano, los desvelos de padres y niños, los innumerables gastos y sacrificios no parecen estar dando el resultado esperado.


De acuerdo con un informe que acaba de publicar el Instituto de Estadísticas de la UNESCO, más de la mitad de los jóvenes en América Latina y el Caribe no alcanzan los niveles de suficiencia requerida en capacidad lectora para el momento en el que concluyen la educación secundaria.

En total, hay 19 millones de adolescentes en esta situación.

Según el estudio, 36% de los niños y adolescentes de la región no cuentan con los niveles de lectura adecuados.

El balance es un poco mejor cuando se toma en cuenta solo a los niños en edad para cursar la educación primaria: 26% no alcanzan la suficiencia.

Los resultados no son más favorables cuando son evaluados en matemáticas. 52% de los niños y jóvenes de América Latina y el Caribe no alcanzan las competencias básicas.

La situación es peor en secundaria (62%) que en primaria (46%).

Estos indicadores, en los que paradójicamente América Latina y el Caribe aparecen una de las regiones del mundo mejor posicionadas, revelan grandes desafíos para el futuro.

El artículo completo en BBC Mundo

27 de agosto de 2018

Si los disléxicos alteran el orden de las letras… ¿en China no hay dislexia?

En el imaginario popular, la discapacidad del aprendizaje a la que llamamos dislexia se da cuando un niño altera el orden de las letras, sílabas o palabras, a la hora de escribir. De ser esto cierto, uno podría pensar que en las aulas de los colegios chinos, donde los niños aprenden una lengua que no se representa gráficamente mediante un alfabeto sino con ideogramas (un dibujo que representa una sílaba, y al mismo tiempo un concepto) no deberían ser disléxicos. ¿Pero es así?

Pues va a ser que no. En China también hay niños disléxicos, que tienen que esforzarse para entender lo que hay escrito – o dibujado – en sus libros de texto. Curiosamente, al contrario que en las sociedades occidentales (en Estados Unidos se estima que hay un 15% de niños disléxicos y en España la cifra puede alcanzar el 20%) en China la incidencia de la dislexia es mucho menor: en torno al 7%.

¿Por qué esta diferencia? ¿Podría ser que el tipo de dislexia occidental fuera diferente a la oriental? La respuesta no estaba del todo clara, pero en 2004 un equipo de investigadores de la Universidad de Hong Kong dirigido por Li Hai Tan, publicó un trabajo en Nature (Biological abnormality of impaired reading is constrained by culture) que arrojó un poco de luz al respecto.

Para realizar aquel trabajo, Li Hai Tan y sus colegas realizaron escáneres cerebrales de lectores en chino e inglés, tanto normales como disléxicos, mientras realizaban pruebas de lectura. Así descubrieron que los lectores chinos normales mostraban una mayor actividad en la circunvolución frontal media izquierda del cerebro, área que se cree está especializada en recordar los patrones visuales (por ejemplo, los millares de ideogramas chinos), mientras que los disléxicos chinos mostraban una menor actividad en esa zona. En contraste, los lectores de inglés mostraban una actividad alta en un área craneal diferente llamada región temporal-parietal izquierda, en comparación con los lectores disléxicos en inglés.

En base a esto, podemos pensar que una persona puede ser disléxica en un idioma pero no en otra ¿verdad? Pues es correcto. En un artículo sobre el tema publicado en The Guardian a raíz del trabajo del equipo de Li Hau Tan, dos neurocientíficos británicos llamados Brian Butterworth y Joey Tang comentaron el caso de un sujeto llamado Alan, que tenía padres ingleses pero se había criado en Japón. Alan padecía una dislexia severa en inglés, pero no tenía problemas para leer japonés.

Para ambos neurocientíficos (Buttleworh y Tang) la dislexia es un problema que afecta al análisis fonológico, es decir a la capacidad de convertir letras en sonidos, que el lector luego ensambla en sílabas, palabras, oraciones, etc. Así pues, el problema de Alan es que presumiblemente tenía serios problemas con el análisis fonológico pese a que, en cambio, contaba con las habilidades necesarias para decodificar el japonés (que comparte muchos ideogramas con el chino). Por ello Butterworth y Tang sugerían que esta era la clave a la hora de explicar por qué hay menos dislexia en China, ya que el análisis fonológico requiere dar un paso adicional para el que los lectores chinos tienen menos necesidad.

Para finalizar, añadir que se sabe que la dislexia es un trastorno hereditario (véase el caso de esta mujer española con seis hijos disléxicos), por lo que hay un buen número de investigadores tratando de identificar a los genes responsables. Pero si, como vemos, la dislexia está relacionada con la cultura, entonces esta condición en China puede estar provocada por una anomalía genética diferente a la que ocasiona la dislexia en lenguas occidentales.

Fuente:

Mailkenais Blog

23 de febrero de 2018

¿Qué son los dispensadores electrónicos de cuentos?

La idea del proyecto era promover la lectura en los viajeros y transeúntes para que se separaran de las pantallas de los móviles. 


Francia cuenta con más de 150 dispensadores electrónicos de cuentos. Estas máquinas ya llegaron a Estados Unidos y podrían expandirse por otros países.

En 2011, la empresa Short Édition con sede en Grenoble (Francia) empezó a instalar máquinas dispensadoras de cuentos en espacios públicos estratégicos, como el aeropuerto Charles de Gaulle de París.

Una peculiaridad de los Short Story Dispensers (dispensadores de historias cortas) es que no tienen pantalla.

Christophe Sibieude, cofundador y jefe de Short Édition, y el alcalde de Grenoble, Éric Piolle, son los creadores de esta modalidad.

La idea del proyecto era promover la lectura en los viajeros y transeúntes para que se separaran de las pantallas de los móviles.

“La idea nos vino frente a una máquina expendedora que contenía barras de chocolate y bebidas”, explicó Sibieude a Agence-France Presse en 2015.

“Nos dijimos que podíamos hacer lo mismo con la literatura popular de buena calidad para ocupar estos momentos improductivos”, agregó.

Hay historias de uno, tres y cinco minutos impresas en un papel largo, ecológico y libre de BPA (compuesto de muchos plásticos y aditivos).

Cuentan con obras de 6.800 autores que incluyen clásicos como Shakespeare y Virginia Woolf.

Fuente:

TeleSur

23 de enero de 2018

4 secretos de Elon Musk para aprender las cosas más rápido

El CEO y fundador de Tesla debe gran parte de su éxito al conocimiento que ha adquirido a través de los años y que logró con las buenas practicas de lo que aquí le vamos a contar. ¿Se anima a seguirle los pasos? 

Su exitosa trayectoria profesional se la debe a que uno de los pilares más grandes en su vida, ha sido “aprender a transferir sus conocimientos”, de acuerdo con Independent.co.  Musk se le conoce como un ávido lector porque incluso se llega a leer dos libros por día de temas variados como ciencia ficción, filosofía, programación entre otros. De hecho el interés por adquirir nuevo conocimiento todo el tiempo fue el que lo llevó a aventurarse empresarialmente a diversos temas

Para Elon Musk ha sido clave todo su aprendizaje, porque lo ha sabido aplicar en la vida real con ideas tangibles y sustanciales. Él no es de los que  presume por saber sobre una cosa y otra, sino que se da a conocer por su gran cerebro para innovar y poner en práctica sus grandes proyectos, por eso ha demostrado entender a la perfección sobre ingeniería aeroespacial, mecánica, eléctrica y de software. 

Así, de los hábitos y pilares de vida que usted se puede llevar de Elon Musk para su día a día están según el escritor Michael Simmons, quien se ha dedicado a estudiar a este magnate los siguientes:

1. Comience por lo fundamental: antes de hacer algo Musk comienza por los principios del tema en el que está interesado, es una persona curiosa que siempre está enfocada en el aprendizaje, porque sabe que las cosas que absorbe le servirán en otros campos del saber que maneja o administra. El consejo para usted es que esté todo el tiempo abierto a las cosas nuevas, que se actualice y esté lo más preparado posible para que no se quede atrás en su profesión.
2. Curiosidad por diversos conocimientos: este ítem tiene que ver con reinventarse profesionalmente, dese la oportunidad de experimentar en otras áreas o sectores, puede ocurrir que le vaya mejor o que le termine gustando más que su actividad actual. Según Simmons, para Musk el aprendizaje por múltiples campos proporciona una ventaja de información y por lo tanto una ventaja de innovación.
3. Lo importante son los principios: en una entrevista que dio Musk a Reddit, para  aprender más rápido y mejor “es importante ver el conocimiento como una especie de árbol semántico”. Asegúrese de entender los principios fundamentales de lo que estudie, es decir, el tronco y las grandes ramas, antes de ir a los detalles o las hojas más pequeñas. De lo contrario no tendrán bases de las que aferrarse”.
4. Leer mucho: Musk es un obsesionado por los libros, llega a leer dos en un día, que en un mes sería cerca de 60  textos. Además según Forbes, Musk ha declarado en varias entrevistas que cuando estaba en el colegio leía aproximadamente 10 horas al día, incluso le gustaba leer la Enciclopedia Británica al derecho y al revés.

Tomado de:


22 de octubre de 2017

Argentina: Leer, pero en la red de redes

La encuesta realizada en todo el país por Adira señala que el ciento por ciento de los adolescentes lee. Prefieren el formato digital. Leen papel en libros de la escuela. Toman la primera página con la que se conectan.


Los adolescentes argentinos se informan, opinan y hacen su tarea a través de pantallas –en especial la del celular– y sólo dos de cada diez jóvenes compara la información que recogió de Internet. Al mismo tiempo, la escuela, uno de los principales encargados de impulsar la lectura en los chicos, fomenta casi exclusivamente el formato papel. Estos datos surgen de un estudio de la Asociación de Diarios del Interior de la República Argentina (Adira) que profundiza el modo de leer de los adolescentes y establece que el 65 por ciento de ellos realiza lecturas superpuestas, con varias ventanas a la vez. En diálogo con Páginai12, Roxana Morduchowicz, coordinadora de la investigación, aseguró que “es muy importante comprender los consumos de los adolescentes. Hoy en día, consultarle a un chico qué sitios visitó en Internet es tan importante como preguntarle cómo le fue en una prueba de Matemáticas”.

“Las últimas generaciones no se interesan por nada”, “los únicos amigos que tienen son la pantalla del celular y de la computadora”, “los jóvenes no leen el diario”. Los comentarios forman parte del lugar común del sentido más común. El punto de partida de la encuesta fue, precisamente, verificar si ocurre o no ese prejuicio creado sobre los adolescentes. Con una muestra nacional –1.800 jóvenes, entre los 15 y 18 años, respondieron el cuestionario–, la investigación realizada por Adira constató que todos los jóvenes leen, se informan y opinan cotidianamente. Pero sus usos distan de ser similares a los de los adultos: el ciento por ciento de los jóvenes encuestados indicó que prefiere el formato digital antes que el papel, dos tercios de ellos sólo lee libros impresos cuando se impone desde la escuela y más de la mitad (55 por ciento) no ojea los periódicos en papel. “En décadas anteriores buscábamos superar la brecha entre los adultos lectores y los jóvenes que no se acercaban a los diarios. Ahora la fractura mutó entre el papel y la pantalla. Quizás no se pueda cambiar, pero por lo menos no queremos ignorarla”, sostuvo Fernando Cuello, secretario de Adira.

Ahora bien, que los jóvenes no lean en papel no implica que no tengan intereses ni tampoco que no se informen. Según los datos relevados, el cien por ciento de los adolescentes encuestados ingresa cotidianamente a Internet, ya sea por medio de redes sociales, foros, blogs o sitios webs. Además, el 95 por ciento de los encuestados indicó leer el diario en Internet (un treinta por ciento visita los portales todos los días). Pero lo digital no sólo es el soporte: en un ochenta por ciento, la elección de los libros por parte de los jóvenes se da por recomendación de las propias páginas webs, redes y foros (los populares fanzines). Atrás quedaron las sugerencias de los amigos, los estantes en las librerías y la recomendación de un profesor. Internet es quién guía, hoy en día, las elecciones culturales.

Fuente:

Página 12 (Argentina)

28 de julio de 2017

Quipus: el lenguaje de los nudos

Un estudio recientemente publicado por la Universidad de Chicago parece confirmar una sospecha de siglos:  los quipus fueron un sistema de escritura.

Pasa los dedos por los pelajes de vicuñas, alpacas, guanacos, llamas, venados y vizcachas, finamente trenzados en una serie de pendientes de múltiples colores anudados a un cuerpo central. Se encuentra en San Juan de Collata, centro poblado del distrito de San Antonio de Chachlla, en la misma provincia de la sierra limeña de la que obtendríamos uno de los manuscritos más valiosos sobre los ritos y mitos de los andes prehispánicos: Huarochirí.
Los encargados de cuidar los quipus, que se conservan en la misma caja que manuscritos españoles que datan del siglo XVI en adelante, insistieron en que no se pusiera guantes. Tenía que sentir la diferencia en la textura, además de los colores. “Es un lenguaje de animales”, le dicen a Sabine Hyland, doctora en antropología por la Universidad de St. Andrews, mientras sus dedos se detienen en una bolsita de un blanco cremoso, vacía, al extremo de uno de los pendientes. Le dicen que esa marca designa que quien “escribía” era el jefe de un ayllu, que era una muestra de su pañuelo distintivo. Sí, "escribía": al igual que Guamán Poma en su Primer nueva corónica y buen gobierno, que contaba cómo en el Imperio incaico los chasquis llevaban los mensajes que les encomendaban en forma de quipus, los pobladores estaban convencidos de que eran cartas. Pero, así como a través de generaciones de represión los pobladores de Collata han olvidado el quechua, también han olvidado cómo leer estas cartas. Queda, sin embargo, en la memoria del pueblo que estos quipus fueron creados en el siglo XVIII, en el contexto de una rebelión andina rápidamente silenciada.

* * *
La idea de los quipus como un sistema análogo a la escritura no es nueva. Se remonta no solo al texto de Guamán Poma, sino a los registros de muchos cronistas españoles. Entre ellos se cuenta José de Acosta, quien sostuvo en su Historia natural y moral de las indias, publicada en 1589, que “cuanto los libros pueden decir de historias, y leyes, y ceremonias y cuentas de negocios, todo eso suplen los quipos tan puntualmente, que admiran”. Sin embargo, las investigaciones de los especialistas tenían la contundencia de esta afirmación como una posibilidad difícil de probar, y solo podían descifrar con seguridad quipus pertenecientes a la última categoría: la de cuentas de negocios.
Investigadores contemporáneos como Chris Given-Wilson han insistido en la cualidad puramente nemotécnica de los quipus, señalando que se trata de un sistema de notación numérica. Given-Wilson señala que solamente los que creaban el quipu sabían qué estaban designando esos números. Aunque ya en el 2005 los antropólogos Gary Urton y Carrie Brezin habían identificado algunas series de cuerdas que podrían designar sustantivos, insistían en que estas eran solo designaciones útiles en lo que eran, sobre todo, “libros” de contabilidad.
Esta tendencia resultaba, hasta ahora, comprensible: los especialistas trabajaban con quipus que contaban, a lo mucho, con 12 tipos de cuerdas distintas, con patrones fácilmente deducibles y reconocibles, como eran los estudiados hasta ahora por la propia Sabine Hyland. Pero luego, gracias al apoyo de National Geographic, Hyland pudo tocar una tarde del 2015 los quipus de Collata. En el avance de su investigación, publicado hace poco más de un mes en la revista Current Anthropology de la Universidad de Chicago, lo comprueba: estos quipus son distintos. Tienen un total de 487 cuerdas, en las que se repiten 95 tipos distintos de trenza, diferenciados por la dirección del tejido, su color y su textura (el pelaje del animal del que proviene). Estos 95 tipos de trenza se combinarían de forma parecida a los ideogramas chinos: en sí mismos representan una palabra o un sonido, pero al ser “leídos” con las cuerdas de los costados, forman nuevas palabras. Es decir, estamos ante un sistema de escritura.
Las investigaciones de Hyland son sugerentes y podrían abrir un nuevo camino en el estudio de las tradiciones textuales andinas. Hasta ahora todos los textos con los que contamos han sufrido, de una forma u otra, la mediación española, lo que ha implicado variables niveles de adecuación al discurso español. Por ejemplo, el manuscrito de Huarochirí (popularizado por José María Arguedas en su traducción del quechua como Dioses y hombres de Huarochirí) fue un encargo del presbítero Francisco de Ávila para hacer más efectivo el proceso de extirpación de idolatrías. La Nueva corónica de Guamán Poma iba dirigida al rey español para mejorar las condiciones de la colonia.
Sin embargo, debe recordarse que estos quipus fueron producidos en el siglo XVIII, y podrían haber sido influidos por la llegada de los españoles y su sistema de escritura. E, incluso en el caso de que los quipus producidos en el incanato utilizaran el mismo sistema, no debe olvidarse las quemas de quipus que se realizaron durante la conquista. Con lo que se sabe ahora, podría haberse tratado, tristemente, de la quema de una Biblioteca de Alejandría andina.

Fuente:

26 de junio de 2017

Emilia Ferreiro: "Ni Piaget imaginó los desafíos de los chicos contemporáneos"

La pedagoga Emilia Ferreiro, referente mundial en el cambio de la enseñanza-aprendizaje de la lectoescritura dialogó con Página/12 (publicación argentina) sobre los desafíos educativos a partir del impacto tecnológico. 






Emilia Ferreiro es una eminencia: psicóloga por la Universidad de Buenos Aires, se doctoró en Ginebra bajo la guía de Jean Piaget. Las relaciones temporales en el lenguaje del niño, su tesis de doctorado, se publicó mientras formaba grupos sobre alfabetización en la UBA. El golpe militar de 1976 la llevó al exilio y, desde entonces, vive en México. 


La pedagoga vino a la Argentina para asistir a las jornadas con que se celebraron los diez años de la Maestría en Escritura y Alfabetización de la Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación de la Universidad de La Plata. Ferreiro llegó para una actividad de tres días con más de 1.500 inscriptos, que ella cerró el sábado pasado. 

En un alto en las jornadas, en el amplio campus de la facultad en Ensenada, Ferreiro habló con Página/12 sobre sus estudios y el impacto de las nuevas tecnologías en la lectoescritura. Puso el acento sobre el significado de los primeros escritos de los niños: “Que se aprende antes de ir a la escuela ya está bastante aceptado, lo que no se acepta tanto es que el aprendizaje focalizado por la escuela se pueda iniciar antes. Lo trabajó Piaget: la noción de número comienza antes de la escolarización y lleva mucho tiempo hasta que se incorpora. Lo que él nunca trabajó es el lenguaje escrito. Ahí es donde creo que hice mi contribución”, explica. “No fue sólo aplicar Piaget, sino también reconceptualizar el objeto de aprendizaje para comprender de qué se trataba.”. 

¿Cómo fue el abordaje de la lengua escrita?
Se entiende a la escritura a través de una forma muy simplificada, de correspondencias. La idea es que a cada sonido corresponde una letra, y no es así, porque hay más de un sonido para una letra y viceversa. Si fuese un código así, en el Río de la Plata no tendríamos la b y v, o la u que sigue a la q. Más la anomalía de la i y la y. Entonces no se puede hablar de código tan fácilmente, porque un código debe ser riguroso, cono el código de barras, sino no funciona. Y los intentos de reforma terminan en discusiones interminables, como cuando se quiso suprimir la y, cosa que no se pudo hacer porque había dos palabras imposibles de pensar sin esa letra: rey y ley. 

O sea que, como código, el idioma escrito es imperfecto.
Exacto. Si se mantiene la idea simplificada de la escritura como código, tenemos un código imperfecto. Y si no es perfecto, no sirve en la realidad social. De ahí que yo discutiera el reduccionismo fónico: uno de sus problemas serios es que la escritura dejó de ser representación de la lengua para pasar a serlo de sonidos elementales. La lengua es más que ruido, desde que Saussure habló del signo bifásico, que tiene significado y significante. 

Y usted se plantó contra esa concepción. 
Lo que he defendido durante años es que para entender el proceso de alfabetización, tanto de niños como de adultos, hay que comprender la complejidad del fenómeno de la escritura, que no es menor que el de la lengua oral. Ambos son objetos complejos, no reducibles a códigos. Hay una tendencia pendular en el terreno educativo, sobre todo en la alfabetización. Si algo no funciona se va hacia el otro extremo, y así no se construye. El lenguaje no se reduce a lo sonoro, también es sintaxis, la combinación de palabras es esencial. Las lenguas cambian en a su modo. 

¿Cómo se produce ese cambio?
Nosotros creamos sustantivos todo el tiempo, vienen prestados de otros idiomas, incluso del lenguaje tecnológico, como hardware o software. Hay verbos que adoptan nuevos significados:”bajar”el programa, “abrir” el archivo. Son verbos que ampliaron su rango de significado. También se crean verbos nuevos, como chatear. Los verbos nuevos son terminados en ar, pero no creamos los elementos sintácticos fundamentales: artículos, conjunciones, nuevas desinencias verbales. 

¿En qué afecta esto al idioma?
Va mutando. Nosotros, hoy, hablamos en español, una lengua con muchos siglos, y no es lo mismo el español de hoy que el del Siglo de Oro. La lengua es un objeto maravilloso, cambia pero mantiene su núcleo duro, según algunos, raíz morfosintáctica, según otros. Lo que se fue modificando fueron radicales verbales y se sumaron sustantivos y adjetivos. 

¿Qué rol juega Internet en los cambios del idioma?
Hoy estamos asistiendo a una revolución importantísima en los modos de producir, distribuir y recibir textos e imágenes. Va a una velocidad impactante. Por la cantidad de usuarios de esos dispositivos, que aumentan en forma exponencial y afectan a todas las profesiones. Y porque la diseminación fue espectacular, más rápida que la de la TV. En su momento parecía que el fax era lo máximo, y de golpe llega algo superior. Y encima, lo que antes eran objetos separados ahora son funciones de un mismo objeto material: el celular permite hablar por teléfono, pero también sacar fotos, mandar correos.

¿Cómo afectan estos cambios a la experiencia educativa?
Son objetos muy atractivos para los chicos. Son la generación de los botones, todo lo hacen apretando sobre un dispositivo. Para mí, el problema es que se vuelve difícil construir nociones de tiempo y causalidad. ¿Cómo se le explica a un chico que no es lo mismo mandar un mail desde Buenos Aires a alguien en Rosario que enviarlo a Australia, y que por ahí el que mandó a Australia llega antes? Ciertos usos tecnológicos confunden a los chicos respecto de la relación de tiempo y espacio recorridos.Se pierde esa relación, y eso desconcierta. Creo que ni Piaget imaginó los desafíos de los chicos contemporáneos para construir nociones de tiempo y espacio. 

¿Cómo ve la frontera entre el preescolar y la primaria?
Hoy se tiende a ver que no hay una frontera brutal entre ambos, y eso es afortunado. En una época el preescolar se definía en términos lúdicos: el lugar para jugar, hacer rondas, cantar, algo de percepción motriz pero sin contenidos precisos de aprendizaje académico. Mientras que la primaria es la ruptura y ya no hay más juego. Se corrió el límite de ambos lados. El preescolar tiene ahora contenidos de aprendizaje y la primaria ya no es tan tajante respecto de mandar al chico a la psicopedagoga si a los seis meses de clase aun no aprendió a leer. Hoy se comprende que los aprendizajes fundamentales aparecen entre los 4 y los 7 años. No hay que inquietarse si algunos empiezan a los 5 ni angustiarse porque a los 6 no se lee. 

¿La escuela incorpora la experiencia previa de aprendizaje?
Por lo general la desdeña. Hoy tiene mucho que ver con los nuevos dispositivos, eso hace que todo cambie. Las maestras vienen de la cultura libresca y hoy se amoldan a las pantallas. Los chicos ya vienen formados por la pantalla y recién en la escuela ingresan al papel escrito. Esto va a ir cambiando, en diez años veremos cómo evoluciona. Es un período corto en términos institucionales, pero extenso en vidas individuales, con chicos más expertos en pantallas que sus maestros. 

¿Qué rol le cabe al Estado?
Un ministerio puede decir que usará un método determinado que generará grandes resultados. Pero la enseñanza no se puede reducir a un método. Influyen los contextos, el entorno…no es lo mismo enseñar en Buenos Aires que en Jujuy, en la práctica entran a jugar un montón de factores. La incorporación de la PC portátil fue algo positivo. Sobre todo si miramos cómo se implementó en Uruguay, el primer país latinoamericano que garantizó una PC por alumno. Ahí la PC se movió: fue de la casa a la escuela, ida y vuelta. Así se pudo llenar la brecha digital, porque permitió acercar la tecnología a las familias, algo importantísimo. Con el agregado de que los chicos les enseñan a los padres, se vuelven expertos y explican a sus mayores. 

Cuando un chico repite de grado, ¿cuánto de ese fracaso corresponde a la escuela?
Es muy fácil delegar en el chico el fracaso. El maestro debe asumir con convicción que en el curso todos van a aprender. El problema es que, lamentablemente, y esto está comprobado que sucede en muchos países, el maestro hace una tipología del alumnado en su cabeza: estos son los que estudian, aquellos los más rezagados, los otros son los revoltosos. Lo que uno hace como adulto ante un chico cuando está convencido de que va a aprender no es lo mismo que hace con el preconcepto de que el alumno va a fracasar.

El gran desafío parece ser la asimilación de las nuevas tecnologías

Aun no hemos asumido las consecuencias de la revolución tecnológica, que cambió todas las profesiones, ninguna quedó indemne. Todos andan con celulares, todos, en cada profesión. A nivel de la escuela el tema es saber trabajar con los materiales. Un libro es un objeto al que se le da entidad de fuente seria. Eso hay que saber entenderlo en la web. Los jóvenes leen más que antes, pero hay nuevos modos de lectura y falta tener criterios de confiabilidad. Ese es un problema mayúsculo, porque uno puede creer cualquier cosa. La escuela debería pensar cómo trabajar eso, que es algo nuevo, que no estaba en la agenda escolar previa. No son criterios similares a los de la cultura libresca. 
Fuente:

Instituto Martha Zerbhini

Michael Apple: “Los niños prefieren jugar Angry Birds, que Leer”





El filósofo Michael W. Apple (1942) es un especialista en educación, y un experto en la teoría curricular y la investigación, la enseñanza fundamental, y el desarrollo de las escuelas democráticas. Es particularmente un estudioso crítico de la teoría de Paulo Freire. Actualmente es profesor en la Universidad de Wisconsin-Madison (USA).


Compartimos, con fines únicamente educativos – pastorales la entrevista que sostuvo con Paula Molina del Portal “Qué Pasa” de Chile; y aunque se refiere en particular a la educación chilena (en buena parte del diálogo), consideramos muy interesante conocer su opinión también sobre los salarios y la evaluación docente, Singapur, Inglaterra y la excesiva preparación para las pruebas, que han hecho a los niños restar importancia a la lectura.

“Hemos conseguido que los niños odien leer”

El estadounidense Michael Apple, uno de los filósofos de la educación más importantes del mundo, advierte sobre los modelos educativos que está mirando Chile en su reforma, y sobre el peligro de los test. “Uno no es un número”, sentencia.

“Me preocupa Chile”, dice Michael Apple.

Se trata de uno de los principales filósofos de la educación en el mundo. Académico estadounidense, profesor de la Universidad de Wisconsin-Madison, Apple es uno de los principales teóricos de la pedagogía crítica de Paulo Freire, y la suya es una mirada inquisitiva sobre la educación en su país y en el mundo, similar a la que plantea Noam Chomsky en política.
El profesor recibe a Qué Pasa en la capital chilena, hasta donde viajó para ser investido como Doctor Honoris Causa de la Universidad de Santiago.

—¿Qué le preocupa de Chile?

—Chile ha liderado un tipo particular de reforma durante las últimas décadas, basada en los vouchers, la privatización, la profesionalización de los profesores, la selección de los alumnos. Bachelet está tratando de moderar y cambiar esas reformas. Es un paquete, pero algunos de sus elementos me preocupan. Uno de ellos es el de los vouchers. Está ampliamente probado que los vouchers no reducen la desigualdad y que, en el mejor de los casos, la mantienen. En Estados Unidos han tenido efectos muy perversos.

—¿Qué otro aspecto le inquieta?

—Lo que se llama la profesionalización de los profesores. Daré un ejemplo estadounidense, ya que Chile ha tomado mucho de allá, desde los Chicago Boys hasta su armamento. Allí Obama, a quien respeto, propuso que el salario de los profesores dependiera en parte de los resultados de las pruebas a los estudiantes.
Pero ya sabemos, ampliamente, que si miro dónde vives y en qué trabajan tus padres, voy a ser capaz de predecir, con una pequeña variación estadística, cómo te va a ir en cualquier prueba que te tome. Aún así, el sistema hace que a los profesores sólo les preocupen las pruebas, y a los niños sólo se los prepare para contestarlas. Los profesores son menos profesionales, menos autónomos y la mayoría de los niños recibe una educación poco robusta, donde no se les enseña ciencia, ni arte, no leen nada importante, porque sólo los evaluamos según sus habilidades básicas en lectura y matemáticas. Miro a Chile con los ojos de muchos países, respeto las luchas por la democracia que aquí se han dado, pero me preocupa que en la reforma se incorporen ideas que vienen de EE.UU. o Inglaterra, cuando allá están en el debate.

—¿Hacia dónde miraría usted, en cambio?

—Si Chile va a mirar a otros países, tiene que saber qué está pasando en ellos. En Inglaterra se está planteando convertir los colegios en “academias”, que dependan a nivel local, que compitan entre ellas en un sistema muy similar al que se impuso en Chile. Eso reduce el presupuesto público para educación, y favorece a los colegios privados y a las familias que pueden pagarlos. Sabemos que los barrios determinarán los resultados de los colegios. Sabemos que los colegios seleccionan a los alumnos, aunque el Estado lo prohíba. La idea del sistema es que los padres eligen, pero eso no pasa en ningún lugar del mundo. Los colegios eligen a los niños y a los padres.

—Descartamos Inglaterra entonces…

—Y claro, hay una nación que, se supone, valdría la pena mirar: Finlandia. He pasado mucho tiempo en Finlandia, y me parecería perfecto seguir su ejemplo, si Chile o Estados Unidos, que también ama a Finlandia, como casi todos los países, hicieran lo que ellos hacen: doblar o triplicar el sueldo de los profesores, pagar sus estudios de posgrado, permitir sindicatos poderosos. Y necesitaríamos además un sistema de seguridad social muy fuerte, para que la diferencia entre ricos y pobres sea pequeña. En Chile es enorme, igual que en Estados Unidos, donde además va en aumento. En Finlandia, si un padre queda sin trabajo, su hijo recibirá ropa de calidad, para que nadie sea marginado porque no tiene qué ponerse. Si quiero seguir el camino de un país, no sólo miraría su educación, sino todo lo demás.

—¿Miraría a otros países con buenos resultados?

—Primero, insistiría: los buenos alumnos y los buenos profesores no se miden en las pruebas. Yo nací muy pobre. Fui la primera generación de mi familia que terminó la educación secundaria. Y aquí estoy, soy un profesor. Así que yo sé que, a veces, las escuelas pueden compensar la pobreza. Pero también sé que la mayor parte del tiempo no pueden, a menos que la educación se vincule a otras reformas sociales.

—¿Qué piensa del caso de Singapur?

En el caso de Singapur hay escuelas de élite, donde los alumnos reciben una educación creativa, interesante, orientada a formar doctores, políticos, abogados. El resto de la población es educado para responder las pruebas. Y luego tienes un enorme grupo de inmigrantes provenientes de China, India, Filipinas a cuyos hijos, simplemente, no se les toma la prueba. Shanghái es aun más interesante. Yo hice clases en Shanghái, que es una ciudad impresionante. Imagina una ciudad donde todos los edificios son como el que ustedes tienen en Santiago (la torre del Costanera Center). Se ve muy rico. Pero en China unos 300 millones de personas han migrado del campo a la ciudad. Y China desarrolló un sistema de pases de residencia para moverse de un lado hacia otro. Con los trabajadores hace vista ciega, porque necesita mano de obra, pero que no les permite traer a sus hijos a la ciudad. Los niños entran igual, pero quedan sin acceso a la educación. Los educan de forma ilegal, en fábricas viejas, en garajes sin calefacción. O los incorporan a programas de “educación especial”, pero en ningún caso rinden las pruebas. Sólo los niños que tienen permiso de residencia van a las escuelas públicas y dan las pruebas. Mi punto es que las mediciones pueden ser muy engañosas. Chile debe entender que si toma una idea de Singapur, o de cómo se enseña matemáticas en Shanghái, tiene que preguntarse cuánto sabe de esa sociedad.

—¿Cuál es la alternativa a las pruebas estandarizadas para medir la educación?

—Tenemos que encontrar formas distintas de evaluación. En Maine, Estados Unidos, sólo el 25% de la evaluación de niños y profesores se basa en sus resultados en las pruebas. El resto es observación, participación, se contempla el portafolio de los estudiantes, su desempeño en arte, poesía, su capacidad para escribir ensayos. Son evaluaciones que toman tiempo y trabajo. Pero los profesores sienten que se les trata como a profesionales, y no sienten que tienen una prueba sobre su cabeza cada día.

—¿No hay nada que podamos aprender de los resultados de las pruebas?

—Parte de la realidad se puede evaluar a través de números. En educación, los números son los test. Pero si usted le pide a alguien que evalúe su día, esa persona no le dará un número, le va a contar una historia. Uno no es un número, uno tiene un relato mucho más rico. No me opongo a la evidencia, pero los profesores y la comunidad deben debatir qué evidencia necesitan. Por qué resultados van a juzgar a los profesores. La educación no debería tratarse sólo de pruebas, debería dar a los niños las habilidades para reflexionar sobre su vida, para pensar en su futuro y el de su nación. Si no, la educación sería una fábrica. Es en el colegio donde aprendemos a cooperar, a compartir, a ser solidarios.

—¿Qué pasa con los alumnos frente a las pruebas?

—Incluso en los colegios donde les va bien, cuando les preguntan a los niños si les gusta leer, responden cosas como “no, lo odio”. El foco en los test genera una disposición negativa hacia el aprendizaje. Eso es lo que llamamos el “currículo oculto”. Los colegios harán cualquier cosa para mejorar su resultado en las pruebas, porque ellos y los profesores dependen de esos resultados y se ha convencido a los padres de que eso es lo único que importa. Pasa en Chile, Estados Unidos, Francia, Alemania. Lo que hemos conseguido es que los niños odian leer. Y luego nos preguntamos por qué, cuando tratamos de conversar con ellos, prefieren jugar Angry Birds. Porque les han dicho que leer no es algo valioso para ellos, que sólo vale para tomar una prueba.

—¿Cuánto hay de política en la educación?

—La educación siempre es política. Yo uso el concepto de “conocimiento legítimo u oficial”. De cientos y miles de cosas posibles, sólo elegimos algunas para enseñar a los niños. Esa elección es un acto político.

Fuente:

29 de julio de 2016

“Shanghai mastery”: Conoce los secretos de los mejores profesores de matemáticas del mundo


SHANGHAI MASTERY 
613 puntos
es el resultado de Shanghái-China en la prueba PISA de matemáticas, el más alto del mundo
  • 119 puntos sobre el pormedio de todas las economías y países examinados, que es el equivalente de
  • 3 años extra de educación
  • Shanghái-China es también el mejor de todas las economías en lectura
  • Singapur y Hong Kong-China son los que siguen a Shanghái en la lista de los mejores

No por casualidad los maestros de matemáticas de Shanghái son considerados los mejores del mundo: se han ganado su reputación a fuerza de resultados descollantes de sus alumnos en competitivas pruebas internacionales.

El método de enseñanza en la ciudad más poblada de China se ha convertido ahora en un producto cultural de exportación.

Lo llaman "Shangai Mastery" (Maestría de Shangái). Y la mitad de las escuelas de Reino Unido adoptará este sistema en sus aulas de primaria, después de un período de prueba iniciado en 2014 y tras el anuncio del gobierno, esta semana, de una inversión de US$55 millones para apoyar a los maestros en la transición.

Esta técnica de enseñanza genera alumnos de alto rendimiento en porcentajes que son la envidia del resto del mundo docente.

Según algunas mediciones, los estudiantes de Shanghái alcanzan los mismos resultados que otros niños con tres años más de escolaridad en otras partes del mundo.

En las pruebas PISA de matemáticas, Shanghái-China se mantiene en el primer lugar del ranking con 613 puntos, 119 puntos por sobre la media de todos los países y economías participantes.

Y los índices muestran que el porcentaje de estudiantes de 15 años que son "analfabetos numéricos" -esto es, incapaces de realizar cálculos básicos- está 10 puntos por debajo del de países como Estados Unidos o Reino Unido.

Pero, ¿cuál es el secreto del éxito de Shanghái


Conceptos primero

Para empezar, el método chino se basa en organizar cada lección en torno a un concepto matemático único, sea el principio básico de la suma, la lógica de resolución de ecuaciones o la comprensión de una fracción como parte de un entero.

El que sea, pero uno por vez.

Esa noción única es cubierta de manera metódica y sistemática, a tal punto que la clase entera se detiene hasta que todos los niños la hayan comprendido.

"En muchos países se considera que una buena lección es una que logra cubrir mucho material. Cuanto más progreso se registre, mejor es la clase", señala Mark Boylan, experto en educación de la Universidad Sheffield Hallam, en Reino Unido, y colaborador de la revista Schools Week.

"Pero en Shanghái el énfasis está puesto en asegurarse que una idea o principio ha sido cabalmente aprendido en una lección, de tal manera que no haya que volver a enseñarlo en el futuro".

Expertos en educación consideran que el "Shanghai Mastery" es riguroso y demandante, apoyado en libros de alta calidad que se actualizan una vez al año y desplazan por completo a las fotocopias y hojas de ejercicio tan comunes en otras partes del mundo.

El artículo completo en:

BBC 

22 de marzo de 2016

¿Quieres saber qué se siente tener dislexia? Este sitio web reproduce la lectura bajo esa condición

En términos generales, es posible que muchos de nosotros tengamos una idea, así sea vaga, de la dislexia. Sabemos que se trata de una circunstancia relacionada con el lenguaje, específicamente con su forma escrita, que se expresa en la dificultad para leer y escribir, sobre todo en la confusión que vive una persona al momento de seguir el orden de las letras, la mescolanza en que las encuentra, como si en vez de poder leer o escribir "conejo", una fuerza misteriosa e incontrolable la llevara a leer o escribir "cojeno" o "coenjo" o "cojneo". Hasta ahora la causa de esta condición no se conoce con certeza, pues lo mismo se han dado explicaciones genéticas como del entorno y neurológicas, sin atinar a señalar fehacientemente su origen.

Como con otras circunstancias de la mente y el cuerpo, la dislexia genera cierta curiosidad en aquellos que no la tenemos. En cierta forma, se trata de una expresión de ese impulso por querer ver el mundo con los ojos del otro, y qué experiencia de la alteridad más radical que la del “enfermo” (dicho no en forma peyorativa), la de aquel que por una causa desconocida ha salido de la normalidad para acaso nunca regresar.

En parte para contribuir a la concientización de la vida con dislexia y también como una forma sencilla y hasta atractiva de comprenderla, el programador Victor Widell realizó un sitio web que reproduce las condiciones de lectura de una persona disléxica, a partir de la descripción que le hizo un amigo que la padece.

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El sitio es sencillo pero profundamente elocuente y significativo, pues enfrenta a los no disléxicos con esa dificultad que toca un aspecto fundamental de la vida cotidiana, llevándonos a imaginar lo que sería vivir así y, acaso, ser mucho más empáticos con todos aquellos que la tienen.

Tomado de:

google.com, pub-7451761037085740, DIRECT, f08c47fec0942fa0