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19 de noviembre de 2019

10 cosas que cambian tu cerebro (02/10): Leer novelas


“Uno no es lo que es por lo que escribe, sino por lo que ha leído”, sentenciaba Jorge Luis Borges. Y la neurociencia ha demostrado que, al menos a nivel cerebral, el escritor argentino estaba en lo cierto.  

Ciertas estructuras cerebrales se transforman cuando leemos. Las conexiones de las neuronas del lóbulo temporal izquierdo, vinculado al lenguaje, y las del surco central del cerebro, relacionado con las sensaciones físicas motoras, aumentan tras la lectura de una novela de ficción como “Pompeya”, de Robert Harris, según un estudio del que se hacía eco la revista especializada Brain Connectivity. Y otro trabajo dado a conocer en Psychological Science sugería que devorar las obras de Frank Kafka y de otros autores surrealistas crea nuevos patrones cerebrales que nos hacen más inteligentes.
 
Importa el género que leas 
 
No es lo mismo leer una novela de aventuras que un texto sobre derecho penal para el cerebro. “Las novelas activan regiones que no solo interpretan los símbolos, también estimulan la imaginación o la acción motora. Es a lo que llamamos “meterse en un libro”, explica el neurólogo. 

"En la lectura hay dos aspectos importantes: uno referido a la complejidad sintáctica -que descodifica el lenguaje- y el otro al pensamiento simbólico o la narrativa que tiene la propia lectura”.

Crea más conexiones cerebrales
 
Leer nos modifica el cerebro de manera favorable. En un estudio del neurocientífico Alexandre Castro-Caldas y su equipo de la Universidad Católica Portuguesa, demostraron que esta actividad tenía repercusiones anatómicas pues las fibras nerviosas que unen ambos hemisferios son más gruesas en los lectores habituales que en los analfabetos.

“Aquellas personas que leen presentarán el mismo número de neuronas, pero mayor número de conexiones más eficientes”, sentencia García Ribas. 

“Esto implica aumentar nuestra reserva cognitiva ante el envejecimiento o enfermedades neurodegenerativas como el Alzheimer. A mayor reserva notaremos después o evitaremos los efectos de estas dolencias, es decir, que se manifestarán más tarde”, concluye.

La lectura los cimientos del aprendizaje
 
Como pedagogo, Giner Tarrida, considera que no solo se debe tener una lectura mecánica, sino también comprensiva que te ayude a entender los mensajes subliminales y la riqueza del texto. “Aparte del acto mecánico e imprescindible en sí, ahora se está incidiendo más en la comprensión holística”, sentencia.

“Una de las mayores riquezas de la lectura es poder imaginar lo que estás leyendo a través de imágenes. Además, es una actividad que conecta con todo el resto de aprendizajes que poseemos”, continúa. 

Y es que la imaginación es tan poderosa que con solo leer un verbo que implique una acción, también se activan regiones encargadas del movimiento, tal y como demuestran muchas resonancias magnéticas funcionales de algunos estudios. “Esto implica que hay una conexión entre las zonas de la interpretación de los símbolos y otras, como la del movimiento, que hasta ahora desconocíamos”, concluye García Ribas.

Leer mejora la memoria 

La lectura retrasa el deterioro que sufre el cerebro con el paso de los años y ejercita nuestra memoria al hacer que el cerebro almacene nueva información constantemente: historias,personajes, lugares, expresiones..  Además, esta información va acompañada de las emociones que nos produce leer la historia, y toda emoción favorece que los recuerdos perduren más tiempo y con mayor claridad en nuestro cerebro. Tal es así,  que una investigación realizada en el Centro Médico de la Universidad Rush en Chicago concluía que las personas que realizaban actividades estimulantes como la lectura, tanto de niños como de adultos, tenían una disminución de la memoria mucho menor que aquellos que no leían nunca.

La lectura reduce el estrés

Leer por placer nos ayuda a reducir el estrés, incluso más que escuchar música o hacer ejercicio. Cuando leemos, habitualmente nos sumergimos en una historia. Durante unos minutos nos olvidamos de nuestra propia vida y pasamos a vivir la de otra persona, la de los protagonistas de nuestro libro. Esto nos permite desconectar, dejar de pensar en nuestros problemas y dejamos de preocuparnos.

¿Puede un adulto aprender a leer?

Definitivamente. Se puede aprender durante toda la vida. Se puede llegar a ser alfabetizado en cualquier momento, sólo que se hace más difícil. El cerebro plástico de un niño hace que el aprendizaje del lenguaje oral y escrito sea más fácil que con el adulto.

¿Hay una edad mínima para aprender a leer?

Los niños en casi todo el mundo aprenden a leer entre los 5 y los 7 años. No existe un acuerdo al respecto. En Gran Bretaña, los niños comienzan a leer y a escribir a los 5 años, en China empiezan a leer a los 3 y a escribir a los 6, y en Finlandia, uno de los países en los que siempre destaca sus sistema educativo, los niños no comienzan a leer y escribir hasta los 7 años.

¿El mecanismo para aprender a leer es igual en todas las personas?

Existe un mismo cerebro para todas las razas pero el cerebro para la lectura es diferente según los diversos sistemas de escritura. El alfabeto chino es diferente al inglés. Incluso dentro de los alfabetos hay diferencias. Por ejemplo, por los regulares que son el alemán, italiano, holandés se hace más fácil y los circuitos cerebrales son ligeramente diferentes a los del francés o el inglés.

Y con el idioma chino habrá más corteza visual en ambos hemisferios porque tiene 5000 caracteres para reconocer. El circuito del cerebro para la lectura refleja los requisitos del sistema de escritura.

Con información:

La Vanguardia

BBC Mundo

RTVE

Hola

29 de julio de 2014

Tungsteno, el metal ideal para iluminar y devastar

Imposible inicir este post sin recordar aquella inolvidable novel corta de César Vallejo: El Tungsteno (que puede leer en este enlace).

Según Antonio Cornejo Polar, en las décadas de 1920 y 1930 el indigenismo se inscribió en un movimiento de lucha contra la oligarquía, que por entonces tuvo diversas manifestaciones

Es una obra de denuncia contra los peligros de la penetración imperialista en el Perú que se realiza por intermedio de las grandes transnacionales mineras, las cuales son apoyadas por la oligarquía local, así como por otros oportunistas, cuyo único interés es el mayor lucro posible, para lo cual no tienen escrúpulos en expropiar a precio irrisorrio las tierras de los nativos, pagar a los obreros salarios ínfimos y cometer una serie de crímenes, abusos y tropelías contra la población local, todo a nombre de la «modernidad» y el «progreso». Sin embargo, para el autor, una luz de esperanza se ilumina a través de idealistas que se proponen luchar por la justicia social.

Conozcamos más sobre el tungsteno:

Bombillos


Imagínese un pedazo de hierro del tamaño de una bola de tenis. Péselo en su mano. Ahora, deje que se caiga sobre el pie. ¿Le dolió? Ahora imagínese un objeto idéntico pero de un metal tres veces más denso. ¿Qué tal si se le cayera sobre el pie? ¿Podría volver a caminar?

Ese metal es el tungsteno o wolframio.

No sólo es increíblemente denso sino también asombrosamente duro y tiene el punto de fusión -esa temperatura en la que pasa de sólido a líquido- más alto de todos los elementos químicos: 3.422º centígrados.

Hace alrededor de un siglo, no se usaba para nada pues era casi imposible de trabajar con un metal con estas características. A pesar de ello, hoy en día lo usamos para escribir, atravesar glaciales, emitir rayos X y destruir edificios sin usar dinamita.

Brillante


Tungsteno

Tres veces más denso que el hierro, dos más que el plomo y tanto como el oro.

En un pequeño cuarto del departamento de química del University College London, el profesor Andrea Sella sacude con delicadeza un bombillo de luz de los tradicionales. A través del vidrio transparente se puede ver un frágil filamento temblar.

"Entre más alta sea la corriente, más caliente se pone ese pequeño resorte de tungsteno y más fuerte brilla", explica.

Hubo un momento en el que todas nuestras casas estaban iluminadas con bombillos como éste pero tomó casi 100 años de ensayo y error para concluir que el mejor material era el tungsteno. Los grandes científicos e inventores que desarrollaron los primeros bombillos intentaron primero con filamentos de platino, iridio, hilo de coser y hasta bambú carbonatado (las últimas dos, innovaciones de Thomas Edison).

En 1908, el inventor estadounidense William D. Coolidge finalmente descubrió cómo hacer cables del superfuerte tungsteno que resultaron ser ideales para hacer filamentos, duros, durables y resistentes a tal calor que podían lucir con una brillantez extrema sin derretirse.

Fuente:

BBC Ciencia

7 de enero de 2014

La verdadera historia de Moby Dick: ¿puede una ballena atacar a un humano?

Cachalote

El cerebro del cachalote es complejo, ¿pero lo suficiente como para atacar a un ser humano por deseo de venganza?

Los cachalotes son mamíferos relativamente plácidos y han ocurrido muy pocos incidentes en tiempos modernos que indiquen lo contrario. Estos animales se alimentan principalmente de calamares y raramente atacan, solo lo hacen -aparentemente- cuando confunden a otros mamíferos con focas o presas.

En su libro publicado en 1839 sobre la historia natural de los cachalotes, Thomas Beale, un cirujano a bordo de un ballenero, describe al cachalote como "uno de los animales más tímidos e inofensivos, dispuesto a escapar de cualquier cosa que tenga una apariencia inusual".
No obstante, Richard Bevan, zoólogo y profesor de la Universidad de Newcastle, en Reino Unido, señala que la ballena puede recordar si fue atacada en el pasado.

"No tengo la menor duda de que un cachalote puede recordar si lo atacaron con un arpón y puede responder agresivamente si siente que está amenazado", explica Bevan.

"Por otro lado, una nave grande como es un ballenero tiene todo el aspecto de una gran amenaza, incluso para un cachalote adulto, por eso imagino que lo más probable es que al verlo, se aleje".

Sin embargo, la literatura del siglo XIX parece indicar lo contrario: hay numerosas historias cuya trama gira alrededor del ataque premeditado de una ballena -o varias- a una embarcación.

¿Son acaso una respuesta a una amenaza, ocurren por hambre o como en la clásica novela de Herman Melville, se trata de un acto de venganza?

La trágica historia del Essex



Gregory Peck (segundo, desde la derecha) encarnó al capitán Ahab en la versión de Moby Dick filmada en 1956. 

En 1820, una ballena gigante, de cerca de 26 metros de largo -la longitud típica es de 15 metros- atacó y hundió a un barco estadounidense llamado Essex. La tripulación acabó en tres botes a miles de kilómetros de la costa.

Solos en medio del Océano Pacífico, los hombres tuvieron que decidir si ir hacia las islas más cercanas, a miles de kilómetros hacia el oeste, con viento a favor, o realizar un viaje épico de casi 5.000 kilómetros para llegar a las costas de América del Sur.

El miedo a los caníbales los forzó a elegir como destino América del Sur.

Nunca llegaron.

De los 21 miembros de la tripulación a bordo del Essex, sólo ocho fueron rescatados después de más de 80 días en altamar. Relataron al regreso una historia increíble marcada por el hambre, la deshidratación y una desesperación imposible de imaginar.

Dos de los sobrevivientes escribieron la historia.

Owen Chase publicó su relato a los pocos meses de regresar y su texto fue leído por un público numeroso.

El otro, escrito por Thomas Nickerson 50 años más tarde, nunca llegó a publicarse. Fue descubierto en un ático en 1960, 80 años después de su muerte.


PIntura

La caza de ballenas era un negocio muy lucrativo en el siglo XIX, cuando se usaba el aceite de cachalote para encender las lámparas y para hacer velas y jabón.

Los textos difieren en algunos detalles, pero ambos coinciden en su versión de cómo se hundió el barco.

Herman Melville escuchó la historia, se reunió con el capitán del Essex y así fue como se inspiró para escribir su novela Moby Dick.

El título de la obra fue tomado del nombre de una ballena real: Mocha Dick, avistada por primera vez en siglo XIX por un grupo de marineros cerca de la isla Mocha, en el sur de Chile.

Los marineros solían darles nombres a las ballenas como si fueran mascotas.

Tom y Dick eran nombres comunes.

Mocha Dick era una ballena albina, descrita por el explorador Jenimiah Reynolds como un cachalote de "tamaño y fuerza prodigiosa… blanco como la lana". Según cuenta la leyenda, el animal mató a 30 hombres. Tenía el cuerpo lleno de heridas de los muchos intentos que se hicieron por atraparlo hasta que finalmente lo lograron, en 1838.

Lea el artículo completo en:

BBC Ciencia

8 de julio de 2013

La odisea en el espacio del ADN de Arthur C. Clarke

Con sus novelas, Arthur C. Clarke ha permitido a todos sus lectores viajar al espacio más profundo. Sus protagonistas han explorado, de la mano del lector, desde la luna Titán de Saturno hasta las rojizas arenas de Marte. Ahora es el turno del autor británico, fallecido en 2008, de protagonizar uno de esos viajes. Varios pelos de Clarke viajarán al Sol a bordo de la nave 'Sunjammer', en homenaje a su obra homónima (traducida al español como 'El viento del sol'), propulsada gracias a una vela solar que aprovechará la energía del Sol.

En 'El viento del Sol', de 1964, Clarke ya parecía anticiparse a este viaje: "La vela estaba tiesa, su superficie de espejo brillaba y relucía gloriosamente hacia el Sol. Parecía complicado de comprender que este frágil espejo pudiera desprenderse de la Tierra únicamente gracias al poder del sol que podía atrapar". No era consciente de que, tras su muerte, sería partícipe de ese espectáculo que imaginó en su novela.
En el año 2000 ya se ofreció a participar y enviar uno de sus pelos a que se 'chamuscaran' junto a la superficie del Sol. "Aquí os envío los pelos. Os daría más, pero no tengo muchos para compartir", escribió en una carta tras enviárselos a Charles Chafer, director de Space Services Holdings, una de las empresa que desarrolla el proyecto.




El viaje está previsto que se realice a finales de 2014, y está organizado por la empresa Celestis, que envía cenizas de fallecidos al espacio. El diseño y desarrollo de la nave corren a cargo de la NASA y la empresa Space Services Holdings, que colabora con Celestis.

Clarke no será el único ni el primero que viajará al espacio una vez fallecido. Las cenizas del novelista Hunter S. Thompson fueron enviadas al espacio desde su granja en Colorado.

Fuente:

El Mundo Ciencia

3 de diciembre de 2012

Tendencias: La nueva narrativa que llegó con internet


Libros

¿Tan solo una metáfora?

Un cuento de 120 caracteres; los pensamientos imposibles de un niño curioso; un texto casi tan largo como un libro, tan difícil de dejar de leer como una gran novela; la poesía automática de los buscadores, todos géneros narrativos nacidos o fortalecidos en la era de la web.

Hay muchos más ejemplos, como la transformación del género epistolar con el desembarco del correo electrónico o la novela en Twitter. Pero en este recorrido por las nuevas -o renovadas- formas de contar, hemos elegido hablar de estos cuatro casos:

Ficción en 140 caracteres 

Empezamos con Twitter, ya que la red social está en estos días organizando un clic festival de ficción en su plataforma, que se extenderá hasta el 2 de diciembre. Nuestro primer caso es el de los cuentos brevísimos, como este:

Entonces la margarita, queriendo saber si la querían, se deshojó a sí misma y murió.

Su autora es Gabriela Agudo y fue publicado por la cuenta de Twitter clic @microcuentos, que concentra algunos de los ejemplos más interesantes del género, que tiene aroma a haiku japonés (poesía de tres versos y poquísimas palabras):

Sentarse junto a ella mientras duerme, mirarla; esperar a que empiece la película muda de sus sueños. (Vicente Luis Mora)

La cuenta @microcuentos pertenece al venezolano Lenin Pérez Pérez, "creativo publicitario y lector voraz de ficción", quien le contó a BBC Mundo que comenzó el proyecto hace tres años y medio para "explorar las posibilidades literarias de lo breve".

Empezó publicando casi indiscriminadamente, pero luego empezó a filtrar los textos apócrifos y hoy solo suma los de autores a los que puede rastrear, consagrados o aficionados.

De hecho, dice, "no siempre los autores consagrados son quienes obtienen más RTs (que son más citados por otros tuiteros)".

Pluma sobre papel escrito en tinta

Como si a la pluma se le acabara la tinta tras escribir 140 caracteres...

¿Existe una fórmula para escribir cuentos breves? "Pues no", admite Pérez Pérez, "no existe siquiera una fórmula para reconocerlos". Y dice que a veces hay discusiones "bizantinas" sobre si un texto publicado en @microcuentos es o no un cuento.

Uno de sus favoritos es este, anónimo:

Pobre loro: por juego le enseñé a decir tu nombre y se enamoró.

La cuenta de Pérez Pérez no es la única dedicada a la publicación de microrrelatos, hay otras varias, como clic @cuentos_cortos, donde se publicó esta narración:

Caminó durante horas, hasta que su cuerpo no pudo mas. Se quitó su armadura humana y su espíritu desapareció. (via clic @Mr_Darko)

Y también hay autores que se dedican a explotar el género en la red social. El español Pep Bruno ( clic @pep_bruno) se ha planteado el desafío de publicar -al menos- un cuento corto todos los días en su cuenta de Twitter. Este es uno de los más recientes:

Salí por televisión (y no encontré el modo de volver). Os sigo desde el otro lado.

Algunos no se dejan restringir por los 140 caracteres, y estiran las posibilidades del medio hasta, inclusive, la novela. Es el caso del colombiano clic Héctor Abad, quien está hace tiempo jugando una suerte de cadáver exquisito unipersonal, componiendo en Twitter la novela "Los mil trinos y un trino". O también clic Rafael Vives, quien hila tuits para componer cuentos cortos, pero no tanto, generalmente surrealistas.

Pero la de Abad y Vives es otra historia. Mientras tanto, ustedes, lectores de BBC Mundo, ¿se atreven a enviarnos un relato de microficción? Háganlo a través de clic Facebook o clic Twitter, y no se olviden de colocar la etiqueta #ficcionbreve.

Poesía mitad humana mitad robótica

El sitio web clic googlepoetics.com es un experimento que expone el resultado lírico que puede tener la interacción humano-máquina.

Sus creadores se dieron cuenta de que el sistema de sugerencias de Google, que va ofreciendo completar las opciones de búsqueda a medida que se escribe, es un impensado creador de poesía, parte obra de la máquina, parte de los humanos que van creando las tendencias de búsqueda.

El sitio es en inglés, pero en BBC Mundo hicimos algunos experimentos con el mismo principio. Colocamos en la caja del buscador Google uno o dos términos de búsqueda y dejamos que el sistema sugiriera opciones en base a ellos. El resultado es una lista de 4 líneas, que pueden leerse como versos de un poema breve. Aquí, dos ejemplos:

Poesía de Google
Poesía de Google

¿Se atreven ustedes a hacer sus propios experimentos y enviarnos una captura de pantalla vía clic Twitter, utilizando la etiqueta #poesiadegoogle y mencionando @bbcmundo?

Cosa de niños...

- Gael, ¿querés un chocolatín?
- No, mami, hoy ya comí un alfajor a la mañana y otro a la tarde. No es necesario tanto dulce, ¿no?

Esta desopilante conversación se dio entre Fiorella y Gael, madre e hijo. No salió publicada en un libro ni una revista, tampoco pasó de boca en boca. Fiorella la publicó en Facebook. Aunque existen ya en papel los libros de compilaciones de frases e ideas ingeniosas de los niños, la novedad es que las redes sociales abrieron la puerta a que cualquier mamá, papá, tío, tía, etc., pueda hacer lo propio y compartirlo con sus contactos.

La mayoría, como Fiorella, son mamás, que citan las frases ingeniosas y comentarios agudos de sus hijos en las redes sociales. Mara, quien tiene dos hijos, las publica en Facebook y en su clic blog. El siguiente es un ejemplo de los diálogos que comparte:

- Mami ¿le puedo decir algo a dios?
- (Dudando) Mmmm, sí.
- Ah y, ¿cómo hago?

¿A ustedes se les ocurre algún diálogo con hijos, sobrinos, nietos, que quieran compartir? Compártanlo con nosotros vía clic Facebook.

Los formatos largos

Con el ingreso del periodismo al mundo de la web la insistencia se volvió más y más hacia la compresión, condensación, abreviatura de los textos. "La gente no quiere leer mucho, quiere enterarse de todo en un vistazo", se decía. De hecho, todavía se dice, y las audiencias le reconocen valor a la brevedad.
"Mi impresión es que esta moda por los textos largos se dio por dos razones: primero, por la aparición de las tabletas y los lectores de libros electrónicos, que tienen interfases más sencillas en las que el usuario se concentra en una sola tarea; segundo, porque cada vez leemos más lo que nos recomiendan otros a través de redes sociales, y es más probable que alguien comparta un artículo genial, ameno y extenso que una nota periodística breve y sin chiste"
Iván Santisteban, cofundador de Canasta Básica

Pero tras el escenario central ocupado por lo sucinto, en los márgenes -paradójicamente- fue haciéndose un lugar el texto de largo formato. El motivo, según Bobbie Johnson, es que "los formatos largos son muy buenos -en ocasiones la única manera- para desentrañar la verdad acerca de las ideas complejas que dan forma a nuestro mundo". Johnson es periodista y cofundador de clic Matter (la cita es del video de presentación del proyecto), una revista digital que lleva la tendencia de la narrativa extensa al extremo: se publica una vez por mes y contiene un solo, muy largo, artículo, que se vende a 99 centavos de dólar en formatos para libros electrónicos, móviles y tabletas. Va por el número uno, el tiempo dirá si su apuesta fue acertada.

Pero textos largos ya hay y había antes de Matter. Lo que pasó en la web es que alguien identificó el apetito por ellos, sobre todo desde que surgieron proyectos como Instapaper (que permite almacenar textos para ser leídos sin conexión, más tarde), los los lectores de libros electrónicos, tabletas y móviles inteligentes.
Entre esos pioneros en registrar la tendencia están clic longform.org y clic longreads.com. Los dos sitios aparecieron en 2010 y compilan textos largos de diversas fuentes. Longreads tuvo su origen aún antes, como una cuenta de clic Twitter.

Al lanzar longreads.com, Mark Armstrong, su fundador, publicó en su clic blog un texto en defensa de lo extenso. Dice allí: "Algunos ya lo entienden. The Atlantic, Lapham's Quarterly, Esquire, Vanity Fair y otros están colocando la etiqueta #longreads a sus textos más largos. Estos medios entienden algo que otros no: este es el futuro de las publicaciones en línea. El mundo está listo para más textos largos".
"Donde ocurrió la masacre el 17 de marzo de 2006 no hay flores que recuerden a los muertos. La gente pasa por allí como si nunca hubiera sucedido nada. En todo Young no hay ni siquiera un graffiti que mencione la tragedia. Es como si el pueblo hubiera decidido que nunca ocurrió."
Fragmento del artículo "El pueblo que quiso salir en televisión"

"Mi impresión es que esta moda por los textos largos se dio por dos razones: primero, por la aparición de las tabletas y los lectores de libros electrónicos, que tienen interfaces más sencillas en las que el usuario se concentra en una sola tarea; segundo, porque cada vez leemos más lo que nos recomiendan otros a través de redes sociales, y es más probable que alguien comparta un artículo genial, ameno y extenso que una nota periodística breve y sin chiste", le explica a BBC Mundo Iván Santisteban, uno de los fundadores de clic Canasta Básica, uno de los equivalentes en español de longreads.com y longform.org.

El título del sitio está inspirado en el nombre que se le da en América Latina a la lista de productos esenciales que requiere una familia, porque Santisteban y quienes lo acompañan en el proyecto consideran que los textos que eligen constituyen "lecturas esenciales".

Los criterios de selección de Canasta Básica son simples: que el texto tenga más de 2.000 palabras, que no sea pago, que no esté sólo en PDF y que pueda leerse en una una sola página (lo que hace fácil transferirlo a un lector de libros digitales).

Pero hay algo más, dice Santisteban: "si el artículo te interesó tanto que lo leíste de principio a fin, y luego quisiste compartirlo con algún amigo, probablemente deba ir en Canasta Básica".

Para él, este artículo de Leonardo Haberkorn, " clic El pueblo que quiso salir en televisión" (publicado originalmente por la revista Gatopardo), sobre un pueblo uruguayo que vivió una tragedia televisada, resume todo lo que debe tener un buen texto largo de no ficción.

Fuente:

BBC Ciencia
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