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24 de enero de 2019

Así lucía el rostro de la Reina de Huarmey tras impresión en 3D

Segunda gobernante del Perú precolombino, después de la Señora de Cao, cuyo rostro se reconstruye en 3D.


La arqueología ha vuelto a recurrir con éxito a la tecnología 3D para reconstruir el rostro de una gobernante del Perú precolombino. Esta vez se trata de la “Reina de Huarmey”, que vivió hace 1,200 años en la provincia ancashina de Huarmey y que constituye la segunda soberana cuya fisonomía se revela al mundo gracias a uno de los mayores aportes tecnológicos del siglo XXI.

Según un artículo publicado por Michael Greshko en National Geographic, los restos óseos de la Reina de Huarmey fueron descubiertos intactos en el año 2012, por los arqueólogos Milosz Giersz, de origen polaco, y el peruano Roberto Pimentel Nita. Ambos descubrieron la zona llamada El Castillo, un complejo monumental que perteneció a la cultura Wari.

Esta fue una civilización anterior a los incas que se desarrolló desde el siglo VII hasta el XIII d.C., llegando a expandirse hasta los actuales departamentos de Lambayeque por el norte, Moquegua por el sur y hasta la selva del Cusco por el este.

Los estudios hechos a las osamentas de la Reina de Huarmey dan cuenta de una mujer de aproximadamente 60 años de edad, quien estaba adornada con joyas de oro, un hacha ceremonial de cobre y un vaso ceremonial de plata, así como telares finamente tejidos, entre otros objetos que revelan su condición de nobleza en la sociedad wari.

Precisamente, los telares con los que fue envuelto su cuerpo exhiben un diseño y técnica de fina elaboración que caracteriza a los textiles preincaicos, en especial a los de la cultura Wari.

La Reina de Huarmey es la segunda soberana precolombina cuyo rostro es revelado gracias a la tecnología 3D, después de la Señora de Cao, representante de la nobleza Moche que gobernó el valle de Chicama hace 1,600 años. Sus rasgos faciales restituidos por la ciencia y la tecnología en tercera dimensión fueron presentados por el Ministerio de Cultura en julio del 2017.

Reconstrucción facial


La reconstrucción facial de la Reina de Huarmey estuvo a cargo del arqueólogo Oscar Nilsson, reconocido internacionalmente por sus reconstrucciones faciales. A diferencia de la metodología seguida en el caso de la “Señora de Cao” (a cargo de Faro Technologies, 3D Systems, Grupo Abstract y ARQ 3D), el arqueólogo Nilsson utilizó solo una impresión tridimensional del cráneo de la noble Wari. A continuación, se dedicó a reconstruir el rostro a mano con arcilla.

Este minucioso trabajo demandó a Oscar Nilsson un total de 220 horas (nueve días y 16 horas), para lo cual tuvo en cuenta los datos de los arqueólogos descubridores respecto al grosor de los músculos faciales y la dieta seguida por la población, en especial la nobleza, para determinar el nivel de grasa corporal y facial. Ayudó el haber encontrado parte del cabello bien preservado.

La exhibición del rostro de la Reina de Huarmey se tiene prevista para el 14 de diciembre de este año en el Museo Nacional Etnográfico de Varsovia, en Polonia.

Fuentes:

Correo

Correo
 

10 de abril de 2018

¿Qué determina el color de los ojos?

Marrón, azul, verde... ¿Cuál es el secreto detrás de cada color de ojos?

Los ojos suelen presentarse en muchas tonalidades, desde el marrón oscuro casi negro al marrón claro, y desde el verde, al avellana y o del gris al azul. Pero, a pesar de las muchas variaciones que percibimos, en realidad solo hay dos pigmentos diferentes en nuestros ojos: el marrón y el rojo.

El área coloreada en la parte frontal del ojo se llama iris. Tiene alrededor de 12 milímetros de diámetro y una abertura en el medio, que se llama pupila. El iris está hecho de tejido conectivo y un músculo delgado que le permite abrirse y cerrarse en respuesta a la luz.

Nuestro color de ojos se compone de
diferentes cantidades de pigmento y del tejido conectivo que forma parte del iris.

El pigmento que hace que nuestros ojos se vean oscuros


Las células del iris que producen el pigmento se llaman melanocitos y también son responsables del color de nuestro cabello y de nuestra piel. Los melanocitos pueden producir dos tipos diferentes de pigmentos: eumelanina, que es marrón-negro, y la feomelanina, que es roja.

Así, los ojos oscuros (los color azabache o casi negros) son los que más pigmento tienen (de eumelanina) y, por el contrario, los ojos azul claro tienen la menor cantidad de pigmento. Los ojos de tonalidad azul claro tiene mayor prevalencia en individuos de ascendencia europea.

Sin embargo, no existe pigmento azul en nuestros ojos. ¿Por qué son azules entonces? Debido a las fibras de colágeno blanco en el tejido conectivo en el iris. Estas fibras dispersan la luz y hacen que el iris se vea azul.


Los colores de los ojos que se encuentran entre los extremos de color marrón oscuro y azul claro tienen
cantidades variables de pigmento y áreas sin ningún pigmento. Esto conduce a los colores únicos que vemos en forma de verde, avellana y gris.

Pero no es solo el color lo que hace que nuestros ojos sean únicos;
la topografía física del iris también juega un papel importante. Cuando examinamos nuestros ojos de cerca, podemos ver varios patrones. El más fácil de detectar es el anillo pigmentado, que es un anillo de color que rodea la pupila.

Las áreas donde las fibras de colágeno son menos densas se ven como depresiones o surcos y se denominan estromas de Fuchs. Las manchas blancas, o los denominados nódulos de Wolfflin, se deben a puntos conflictivos de fibras de colágeno. Y Nevi, por otro lado, son manchas oscuras que se producen como resultado del aumento de la producción de pigmento por parte de un grupo de melanocitos.

Entonces,
¿qué regula esta increíble variedad de colores y patrones en nuestros ojos?

Los genes y los ojos


Durante muchos años, los genetistas creyeron que un solo gen era responsable de decidir el color de ojos de un individuo, con ojos marrones dominando a ojos azules. Sin embargo,
dos padres con ojos marrones pueden tener hijos de ojos azules.

Si bien el color de los ojos es un rasgo heredado, hoy sabemos que es mucho más complejo: varios genes contribuyen al espectro de colores que vemos en la población.

En lo que respecta al color de los ojos, el número total de genes responsables actualmente se sitúa en 11. Un grupo de investigadores, dirigido por Manfred Kayser, profesor de biología molecular forense en el
Erasmus University Medical Center Rotterdam en los Países Bajos, analizó recientemente variantes en estos genes en más de 3.000 personas de siete países europeos.

Al comparar estos perfiles genéticos con un nuevo método para evaluar el color de los ojos en las fotografías, los científicos pudieron predecir con fiabilidad el color de los ojos en la mayoría de los casos. Sin embargo, creen que "futuros estudios de asociación del genoma probablemente entcuentren nuevos genes de pigmentación y nuevas variantes de ADN predictivo de pigmentación".

Así las cosas, la genética del patrón ocular está aún en sus inicios, con algunos de los varios miles de genes implicados en el desarrollo del iris bajo investigación.

Mientras continúa la búsqueda de todos los jugadores genéticos que participan en el color y el patrón de los ojos, podemos seguir maravillando por el hecho de que herramientas tan sencillas sean capaces de producir una variedad tan amplia y espectacular de colores de ojos individuales en nuestra población. 

Tomado de:


1 de diciembre de 2017

La tecnología que permite sonreír a la Mona Lisa

Un algoritmo desarrollado por investigadores de la Universidad de Tel Aviv da vida a imágenes estáticas.


“Queríamos solucionar un problema gráfico fundamental en los ordenadores: animar gestos faciales de forma realista a partir de una foto”, explica a EL PAÍS Hadar Averbuch, la responsable del equipo de investigación de la universidad de Tel Aviv que ha logrado este hito. Su equipo de desarrollo ha creado un algoritmo con el que se logra un “milagro” hasta la fecha impensable: se puede dar vida a una fotografía de un rostro. Precisamente esta función, pero de forma inversa, la han puesto de moda los principales fabricantes de móviles con sus live fotos: de una secuencia se graban los segundos anteriores y posteriores para crear una pequeña animación que lo cambia todo.

El principio del algoritmo desarrollado por Averbuch es sencillo, pero la aplicación, extremadamente compleja: se trata de lograr una mueca o gesto a partir de una foto estática; dicho de otra manera, se crea un movimiento ficticio, que no existe. Y este grupo de investigadores lo ha logrado. Todo parte del uso de una secuencia de vídeo con movimiento real de otra persona: “Imitamos las expresiones de esta otra persona adaptando las variaciones geométricas e incorporando detalles habituales de los rostros como los pliegues y las arrugas”, explica la investigadora.

La principal ventaja de esta tecnología es que puede aplicarse, además, sobre cualquier fotografía, aunque sea antigua, y lograr que ese rostro cobre vida de forma súbita con un realismo sorprendente. Pero… ¿cuál es la utilidad real de este algoritmo? “Es difícil de saber, pero confío en que la tecnología llegue al gran público en un plazo breve de tiempo”, detalla Hadar. Esta tecnología puede, además, resultar muy atractiva para usarla en las redes sociales. Los avatares de Facebook y redes similares pronto podrían convertirse en GIF animados con rostros haciendo muecas a partir de una foto estática (la red social de Mark Zuckerberg, de hecho, ya permite grabar un pequeño vídeo para convertirlo en avatar).

Y, de hecho, la mención a las redes sociales no ha sido gratuita: la BBC destaca que el proyecto se ha desarrollado en colaboración con “una red social líder”; con lo que pronto podríamos ver nuestros perfiles transformados gracias a este algoritmo. ¿Ha resultado complicado dar con él? La investigadora destaca que hay “muchísimo trabajo de investigación detrás”, ya que el ser humano es “muy sensible” a los cambios que se perciben en un rostro. “Queríamos asegurarnos de que parece real”, explica, y todo apunta a que lo han logrado…

Fuente:

El País (España)

17 de octubre de 2017

Así aprende el cerebro a reconocer las caras

Un estudio sugiere que la capacidad del cerebro para reconocer a otros a través de sus rasgos no es innata

El hallazgo podría ayudar a desarrollar terapias para trastornos neurológicos como el autismo


La frontera entre lo aprendido y lo innato ha atraído desde siempre a científicos de diferentes disciplinas. Una tarea básica en la vida de un ser humano como es identificar y distinguir a los demás, por ejemplo, era hasta ahora considerada como una habilidad instintiva, tanto en el Homo sapiens como en otros primates. Sin embargo, una nueva investigación cuyos resultados aparecen este lunes en la revista Nature Neuroscience pone en tela de juicio esta teoría y sugiere que la capacidad del cerebro para reconocer a los demás a través de sus rasgos se adquiere con la práctica.

Un equipo de neurobiólogos de la Escuela de Medicina de la Universidad de Harvard, liderado por la profesora Margaret Livingstone, afirma en el artículo que las regiones del cerebro responsables del reconocimiento facial se forman y se desarrollan a través de la experiencia.

Livingstone y su equipo llevaron a cabo un experimento en el que monitorizaron la actividad cerebral de dos grupos de macacos, una especie que se utiliza habitualmente en este tipo de estudios por su estrecha relación evolutiva con los humanos. De acuerdo con los investigadores, el papel formativo que las primeras experiencias tienen en el desarrollo sensorial y cognitivo es el punto crucial para adquirir esta habilidad social.

Los autores confían en que sus resultados contribuyan además a arrojar nueva luz sobre algunos trastornos del desarrollo neurológico, como el autismo o la prosopagnosia, un síndrome que impide reconocer ninguna cara, incluida la propia.

"Algunos de los déficits de habilidades sociales que se desarrollan en personas con trastornos del espectro autista pueden ser un efecto secundario derivado de la falta de experiencia a mirar a la cara", explica Livingston, "algo que los niños con estos síndromes tienden a evitar". De confirmarse, los resultados apuntan a que terapias que fomentan la exposición temprana a rostros humanos podrían jugar un papel clave para paliar problemas de habilidades sociales.

Los autores explican que, pasados los 200 días de vida, aparecen grupos de neuronas asociados con el reconocimiento facial, agrupados en un área del cerebro llamada surco temporal. Esta aparición temprana, combinada con el hecho de que los niños muestran durante los primeros meses de vida tendencia a fijarse en los rostros antes que en otras partes del cuerpo, han sido los principales argumentos para afirmar que esta capacidad puede ser innata.

Sin embargo, los especialistas de Harvard rebaten esta teoría de reconocimiento de rostros. Señalan que tanto los seres humanos como otros primates desarrollan áreas en el cerebro que responden a estímulos que sólo existen desde hace poco tiempo -en términos evolutivos- como pueden ser edificios y/o textos. Esto implicaría, a su juicio, que su conocimiento no puede depender de la herencia genética.

El experimento

Para comprender mejor las bases del reconocimiento facial, los científicos dividieron a los macacos en dos grupos. En el primero, utilizado como grupo de control, los animales fueron criados por sus madres e interactuaron libremente con otros especímenes, además de con sus cuidadores humanos. El segundo fue criado durante un año exclusivamente por seres humanos que llevaron máscaras a lo largo de todo el experimento.

Cuando ambos grupos alcanzaron los 200 días de vida, los investigadores comenzaron a realizar resonancias magnéticas para obtener imágenes cerebrales e identificar la presencia de los grupos de neuronas responsables del reconocimiento facial, así como de otras regiones claves en la identificación tanto de objetos y como de otras partes del cuerpo. La única diferencia significativa entre ambos grupos fue la detectada en las células encargadas del reconocimiento facial, que no se habían desarrollado en el grupo criado por sólo por humanos.

Posteriormente, los investigadores mostraron fotografías de humanos y primates a ambos grupos. El grupo de control prestaba atención principalmente a las caras mientras que los macacos criados sin exposición facial se fijaban más en las manos. De acuerdo con los científicos, estos resultados sugieren que la privación sensorial tiene un efecto selectivo muy importante en la forma en la que el cerebro crea sus conexiones. "El cerebro tiende a ser muy bueno en reconocer cosas que el individuo ve a menudo", declaró Livingstone, "y muy pobre en reconocer cosas que nunca o rara vez ve".

Fuente:

El Mundo Ciencia

5 de mayo de 2016

El cerebro ve las caras diferentes según nuestros prejuicios

Este sesgo en el procesamiento visual se produce de forma inconsciente y afianza los prejuicios.





¿Está seguro de que sus amigos, o «menos amigos», son realmente como usted los ve? Si la pregunta le parece extraña, espere a leer lo que ha descubierto un grupo de neurocientíficos de la Universidad de Nueva York: Los estereotipos que tenemos puede influir en el procesamiento visual del cerebro, que hace que veamos las caras de los demás de manera que se ajusten a nuestras ideas preconcebidas.

Si los expertos en comunicación nos habían advertido ya de que prestamos más atención a aquella información que está de acuerdo con nuestras creencias, ahora este nuevo estudio viene añadir una prueba más de que nuestra visión del mundo podría depender del "color del cristal con que miramos", o sea de los prejuicios e ideas preconcebidas que tenemos. Ya lo decían los clásicos: los sentidos nos engañan. Y de qué manera.

"Nuestros resultados proporcionan evidencia de que los estereotipos que tenemos pueden alterar sistemáticamente la representación visual de una cara en el cerebro, que distorsiona lo que vemos para estar más en consonancia con nuestras expectativas sesgadas", explica Jonathan Freeman, del Departamento de Psicología de la Universidad de Nueva York y autor principal del artículo que aparece en la revista Nature Neuroscience.

Al parecer hay estereotipos ampliamente extendidos, como por ejemplo que los hombres son más agresivos mientras que las mujeres tienen una tendencia más apaciguadora. Y el estudio sugiere que este tipo de asociaciones estereotipadas pueden dirigir el procesamiento visual de otras personas, alterando la forma en que el cerebro ve el rostro de una persona.

Las personas extraemos una gran cantidad de información de la cara de los demás, incluyendo categorías sociales como el sexo, la raza, o la emoción que están sintiendo. Tradicionalmente se pensaba que cada una de esas dimensiones está representada de forma independiente. Sin embargo, investigaciones recientes lo han puesto en duda, argumentando que esas información que proporciona un rostro puede estar entrelaza.

Investigaciones previas han demostrado que los estereotipos filtran lo que pensamos de los demás y cómo interactuamos con ellos, moldeando muchos aspectos de nuestro comportamiento, a pesar de nuestras mejores intenciones. Pero el trabajo publicado en Nature muestra que los estereotipos van más allá aún y pueden tener un impacto más insidioso, llegando incluso a influir en nuestro proceso visual inicial de una persona, de una manera que se ajuste a nuestros prejuicios. Y a su vez, como han demostrado anteriores, la forma en que percibimos una cara puede influir en nuestro comportamiento.

El artículo completo en:

ABC



24 de marzo de 2014

La cara de terror y espanto puede ayudarnos a sobrevivir



Cara de miedo

La expresión de miedo agudiza la vista, dice un estudio.

Los ojos abiertos como platos cuando tenemos miedo, o la nariz fruncida y los ojos entrecerrados cuando algo produce repulsión, son mucho más que una forma de comunicar emociones.

Según un reciente estudio, las expresiones de miedo y asco tienen más que ver con la evolución de la especie humana y la adaptación para la supervivencia.
Investigadores de la Facultad de Ecología Humana de la Universidad Cornell, Estados Unidos, sugieren que estas dos expresiones faciales opuestas alteran la forma en que los ojos captan la luz y enfocan.

El trabajo, publicado en la revista Psychological Science, sostiene que estos cambios son fruto del desarrollo evolutivo y tenían la función de ayudar a los humanos a sobrevivir, o al menos a percibir mejor las diferentes amenazas.

Cara de asco

El asco genera una expresión que facilita la detección de una amenaza puntual.

Los ojos muy abiertos por el miedo estimulan la sensibilidad y expanden el campo de visión para localizar el peligro en el entorno, dicen los científicos.

Por el contrario, al sentir asco, los ojos se entrecierran, bloqueando la luz para enfocar mejor un punto específico y señalar la fuente de repulsión.

"Estas funciones opuestas del ojo abriéndose y estrechándose, que reflejan la dilatación y contracción de las pupilas, pueden ser los orígenes primitivos de la capacidad expresiva del rostro", dijo Adam Anderson, autor del estudio.

"Y estas acciones probablemente no estén restringidas al miedo y el asco, ya que sabemos que estos movimientos juegan un rol importante en cómo quizás se diferencian todas las expresiones, incluyendo sorpresa, enojo e incluso felicidad".

Beneficio evolutivo

Para su trabajo, los científicos pidieron a una veintena de participantes que imitaran expresiones de miedo y repulsión, y los examinaron con equipos oftalmológicos estándar.

Así pudieron comprobar que cuando los sujetos abrían más los ojos, sus córneas admitían más luz y ampliaban su campo de visión.

Cuando fruncían la nariz de asco, sus ojos se entrecerraban y aunque esto bloqueaba la luz, facilitaba el foco en un punto específico, según escribieron los investigadores.

"Abrir los ojos puede mejorar la detección y localización de una potencial amenaza que requiere vigilancia reforzada, algo que coincide con la hipotética función del miedo", escribió Anderson.

Expresiones de miedo y asco

Los científicos analizaron los ojos de los participantes del estudio.

"En cambio, entrecerrar los ojos puede mejorar la discriminación perceptiva para discernir diferentes tipos de peligros, como portadores de enfermedades y alimentos contaminados; la función hipotética del asco es evitarlos".

En lugar de comunicar información a otros, tal como algunos científicos han propuesto, las expresiones de miedo y repulsión parecen tener funciones visuales diferentes.

"La razón de eso es permitir al ojo emplear las propiedades de la luz que son más útiles en estas situaciones", explicó Anderson.

"Tendemos a pensar en la percepción como algo que sucede después de que una imagen es recibida por el cerebro, pero de hecho las emociones tienen influencia en la visión en los primeros momentos de codificación visual", precisó el científico.

Estos hallazgos coinciden con las ideas del naturalista británico Charles Darwin, quien propuso que el origen de las expresiones no necesariamente tiene que ver con la comunicación y que no son arbitrarias.

En uno de sus trabajos menos conocidos, Las expresiones de las emociones en hombres y animales, de 1872, Darwin advirtió que las expresiones faciales eran a veces muy similares en diferentes culturas e incluso en el reino animal.

Por eso, sugirió el famoso investigador británico, deben tener un beneficio evolutivo en común.

Fuente:

BBC Ciencia

27 de noviembre de 2013

El “efecto porrista”: ¿estar en grupo nos vuelve más atractivos?

Nuestro sistema visual tiende a homologar y realizar asociaciones a partir de lo que observa, por lo que el atractivo de un rostro puede jugar a su favor cuando se mira el mismo rostro entre un grupo de rostros. Este es el "efecto porrista." 



Tal vez recuerdes esta escena: en ella, el matemático John Nash (Russell Crowe) utiliza el dilema del prisionero para explicar el “equilibrio de Nash”, una situación en la que cada parte de un sistema de juegos logra un objetivo individual que a su vez contribuye a un objetivo colectivo. Este equilibrio puede servir para ligar en un bar, pero según Drew Walker y Edward Vul de la Universidad de California, en San Diego, nuestra psicología también realiza una especie de promedio al evaluar lo atractiva que nos parece una persona.

La idea es que las asimetrías y desproporciones individuales de los rostros tienden a suavizarse o volverse “promedio” cuando se ponen unos junto a otros; así, nuestros rostros son percibidos menos “diferentes”, por decirlo así, y probablemente más atractivos. Walker y Vul demostraron esto en cinco experimentos donde los sujetos debían evaluar lo atractivas que les parecían las fotos de algunas personas. Algunas fotos mostraban rostros individuales y otras rostros en grupo, o simplemente un collage de rostros aislados.
cheerleader

Tanto en hombres como mujeres, los rostros que aparecían en grupo fueron evaluados como más atractivos por los participantes del estudio. Esto, para Walker, obedece a que “los rostros promedio son más atractivos, probablemente a causa de que las idiosincracias de lo no-atractivo se promedian”, y se refiere a este efecto con un término que tal vez recuerdes de How I Met Your Mother: el efecto porrista (“the cheerleader effect”).
La base de esta asociación (sexista y heteronormativa, pero práctica para ilustrar la idea) es que un grupo de porristas es atractivo porque somos incapaces de determinar el atractivo individual de cada una, por lo que nos fijamos menos en las pequeñas imperfecciones que cada chica pudiera tener. Esa nariz chueca, ese ojo ligeramente caído, desaparecen cuando muchos rostros conforman una imagen plural.
“El sistema visual representa los objetos como una composición”, afirman los investigadores, por lo que los “objetos individuales son juzgados según el promedio de la composición.” Por ello, “los rostros promedio son percibidos como más atractivos que los rostros vistos por sí solos.”

Tomado de:

 

11 de noviembre de 2013

Ver y no reconocer: Las personas con ceguera de cara

Imagen conceptual de prosopagnosia

Las personas con prosopagnosia no tienen la capacidad de reconocer los rostros.

Imagine que de la noche a la mañana no pueda reconocer a su madre, a su pareja, a su hijo. Que los vea pero que no sepa quiénes son, ni si ríen, o llevan el ceño fruncido. Eso es lo que le pasó a David Bromley. Tras sufrir una lesión en el cerebro quedó ciego de cara.

Bromley, un inglés de 67 años, sufre de prosopagnosia desde hace 11 años. Las personas con este trastorno pueden ver los ojos, la nariz, la boca... el contexto. Pero no pueden ver o comprender el rostro de la persona. No reconocen los gestos o las emociones.

"Puedo reconocer a mi esposa si entro a la casa y sé que está allí. Pero si en la calle pasa a mi lado y no sé que va a estar ahí, no la reconocería", le cuenta a BBC Mundo.
Quizás lo más complicado de esta enfermedad sea que las personas no se dan cuenta de inmediato que la tienen.

"Descubrí que tenía el problema cuando asistí a un reencuentro con unos amigos que no veía desde hace 30 años. Dos de ellos habían sido muy buenos amigos, fuimos juntos a todos los festivales de música, viajamos juntos a España para trabajar en verano. Éramos muy unidos, pero por cuestiones de la vida los dejé de ver".

Hacía meses que Bromley se había recuperado de la lesión y hasta ese momento pensaba que la única secuela que le había quedado era la pérdida parcial de la visión, lo que le imposibilitaba conducir. Es por ello que su cuñado lo acompañó a la reunión. La conversación que tuvo después con él fue lo que hizo activar las alarmas.

"Mientras conducía a la vuelta recuerdo que le comenté: 'Frank y Miky no han cambiado nada, se ven exactamente igual'. Luego me quedé pensando y le pregunté 'espera, ¿ellos llevaban puestas unas teentop?' (un suéter que estuvo de moda en los setenta)".

Lo que David estaba viendo era el recuerdo de sus amigos de esa época. "Mi cerebro me estaba diciendo que allí estaban Frank y Miky y que así era como lucían, pero esa no era la realidad". Fue entonces cuando descubrió que era ciego de cara.

Lea el artículo completo en:

BBC Ciencia

7 de julio de 2013

¿Realmente tomar 8 vasos de agua al día es bueno para la piel?


Si usted anhela tener una piel suave que irradia juventud, es muy probable que en algún momento le hayan exhortado a tomar mucha agua, para lavar las toxinas y mantener su cutis sano. 

La cantidad exacta que la gente sugiere varía. En Estados Unidos tienden a recomendar ocho vasos de agua al día, mientras que en lugares de clima caliente se aconseja tomar más para compensar el sudor.

Pero independientemente del volumen exacto que se sugiera, el principio que apoya el consejo es el mismo: tomar más agua mantiene la piel hidratada. En otras palabras, el agua actúa como un humectante, pero de adentro hacia afuera.

Es una idea tan común que quizás le sorprenda la falta de evidencia para respaldarla.

Inconcluso 

Mujer en examen de la piel

Hay muy pocos estudios científicos investigando el efecto del agua en la piel.

Uno esperaría que existieran innumerables estudios en los que grupos de personas hubieran sido separadas en dos grupos, uno con la tarea de tomar agua todo el día y el otro sólo la cantidad normal. Un mes más tarde, se habría evaluado la suavidad de la piel para establecer si el grupo que tomó más agua tenía el cutis más terso.

Sin embargo esos estudios son raros, en parte porque no se puede patentar el agua, así que es difícil encontrar a alguien interesado en financiar tal investigación, pues el resultado no será un nuevo medicamento o cosmético que se pueda vender.

El dermatólogo Ronni Wolf, del Centro Médico Kaplan de Israel, encontró sólo un estudio. Pero los resultados fueron contradictorios.

Tras cuatro semanas, el grupo que tomó más agua mineral mostraba una reducción en la densidad de la piel, lo que algunos creen que indica que el cutis está reteniendo más humedad, mientras que la densidad de la piel de los que tomaron agua de la llave era mayor.

No obstante, sin importar qué tipo de agua tomaron, no se encontró ninguna diferencia en sus arrugas o en la suavidad de su piel.

Eso no quiere decir que la deshidratación no tiene efecto en la piel.

Se puede medir el efecto al examinar turgencia cutánea, que mide cuánto tiempo le toma a la piel volver a su estado normal al pellizcarla y levantarla.

Si la piel está deshidratada, toma más tiempo retornar a su estado original.

Pero si tomar muy poca agua es malo para la piel no es necesarimanete bueno tomar más del promedio. Sería lo mismo que decir que como la falta de comida produce malnutrición, comer en exceso es bueno.

Consejo misterioso

Otra creencia común es que si uno toma más agua de lo normal, el cuerpo de alguna manera la almacena. Eso depende de cuán rápido se tome: si uno se toma varios vasos de agua en 15 minutos, lo único que ocurrirá es que orinará más. Si uno se toma esa misma cantidad a sorbos durante dos horas, se retiene más líquido.

Cigarrillo, agua y café

La apariencia de la piel tiene que ver con la genética y el estilo de vida.

Hay un estudio (Efecto de la hidratación oral sobre microcirculación de la piel en los adultos jóvenes y de mediana edad y mayores sanos, de DD Wipke-Tevis y DA Williams DA, de la Universidad de Missouri-Columbia, EE.UU.) que indica que tomar 500 mililitros de agua incrementa el flujo de sangre en los capilares de la piel. Pero la piel sólo fue evaluada 30 minutos después de tomar el agua, así que no sabemos si eso significa que el tono del cutis se mejora.

Un contraargumento es que la piel contiene hasta 30% de agua y eso ayuda a que se vea mullida. Quizás sea cierto, pero la apariencia de la piel depende más de factores como la genética, la exposición al sol y los daños causados por el humo del cigarrillo.

Así que el misterio es de dónde salió esa recomendación de los ocho vasos de agua al día.

Ni siquiera hay muchas directrices oficiales que se refieran a la piel. El agua es indudablemente el nutriente más importante para el cuerpo. Sin ella moriríamos en cuestión de días, y ciertamente hay otros beneficios que se derivan de mantenerse hidratado.

Un estudio hecho en 2010 -"Agua, hidratación y salud", de BM Popkin, KE D'Anci y IH Rosemberg, de la Universidad de Carolina del Norte- encontró buena evidencia de que reduce la incidencia de cálculos renales en quienes ya los han tenido, pero la evidencia sobre otros beneficios es menos sólida.

¿Cuántos vasos entonces?

Mujer tomando agua

¿8 vasos al día? No se sabe, pero hay algo que puede guiarnos para saber cuánto es lo indicado.

A falta de estudios, lo que sí hay son argumentos sobre la regla de los ocho vasos de agua, con disputas sobre cuánto es necesario para limpiar al riñón de toxinas y si es cierto o no que el agua ayuda a reprimir el apetito.

También es un mito que otros líquidos no cuentan. No tiene que ser agua. Los alimentos sólidos contienen más líquido de lo que uno espera: una pizza tiene de 40 a 49% de agua, por ejemplo.

El porcentaje de agua que se deriva de la comida que se consume depende del lugar en el que uno vive: en EE.UU. es 22%, en Grecia, donde la gente come más frutas y vegetales, es mucho más alto.

Así que el problema es la falta de evidencia que pruebe que tomar más agua hace alguna diferencia en la piel.

No se puede decir que tomar ocho vasos de agua al día definitivamente no funciona, pero no hay evidencia de que sí.

De manera que nos quedamos con la pregunta de cuánta agua debe uno tomar.

Como lo que sí es cierto es que depende del clima y de lo que usted esté haciendo, entonces hay una directriz interna muy buena que está al alcance de todos: la sed.

Fuente:

BBC Ciencia

4 de julio de 2013

Cómo sería el rostro de los seres humanos en 100 mil años

El boceto computarizado refleja los cambios morfológicos que experimentaría la raza humana a través de los años, en función de su nuevo entorno.

Investigadores de la Universidad de Washington, Estados Unidos, elaboraron un modelo computarizado sobre cómo la raza humana evolucionará en cien mil años.


El estudio, liderado por Alan Kwan, diseñador y doctor en Genómica Computacional, dio detalles sobre la fisonomía humana ilustrados en avatares que denotan una mutación vinculada a los cambios en el ambiente y a nuevas necesidades.

“Con un futuro que aún nos es desconocido, el estudio reproduce una serie de posibles cambios en el rostro humano gracias a la tecnología en ingeniería del genoma”, señala Alan Kwan.

“En este escenario, la humanidad no será capaz de controlar el proceso natural de evolución y abrazará los cambios biológicos que en ella ocurran”, culmina.

Según el estudio, en 40.000 años se comenzarán a desarrollar variaciones en la morfología humana, en su forma más sutil. Es en este periodo donde, si bien la ciencia no ha alcanzado descifrar los innumerables misterios del universo, el uso tecnológico y una nueva variación en el clima van delimitando la nueva morfología del humano.

Con 60.000 años transcurridos desde este punto, el entorno cambia y resuelve lo que hasta entonces consideraba un enigma. Así, el cráneo se alargará para albergar un cerebro más grande, rasgos que además denotarán una frente más amplia.

Con los progresos en materia espacial, la raza humana será ávida colonizadora de nuevos horizontes en el cosmos.

Como consecuencia, el humano experimenta una nueva característica: aumento del tamaño ocular. Para Kwan y su equipo de investigación los ojos más grandes parten de una relación causa-efecto con la exploración de planetas oscuros más distantes del Sol. Asimismo, producto del fuerte impacto de la radiación ultravioleta fuera de la Tierra, desarrollaremos una piel más pigmentada.

EXPLICACIÓN EVOLUTIVA
 

“A medida que el hombre va adquiriendo un mayor control sobre la genética y las diferentes tecnologías, los vestigios del hombre de hoy se sumarán a las piezas arqueológicas de una generación que alguna vez comenzó con el Homo Sapiens más primitivo”, afirma Alan Kwan.

Según el especialista, todo lo relacionado con la fisiología facial humana está influenciada directamente por los genes. Sobre esta base, la morfología de la cabeza y el rostro se rige por la forma del cráneo, el cual funciona como coraza protectora del cerebro.

Tomando en consideración que no existe célula humana que cambie de forma independiente, el resto de órganos, tejidos y huesos deben, por ende, seguir el ritmo evolutivo de forma conjunta.

Ejemplo de ello lo conforman restos fósiles de 200.000 mil años con estructuras craneanas que debieron crecer a través del tiempo como respuesta a una triplicación del tamaño del cerebro.

Ante un clima terrestre inestable, que representó un reto para todas las especies que poblaban el planeta, la especie humana tuvo que luchar por su supervivencia y enfrentar las condiciones adversas.

Como consecuencia, la cavidad craneana tomó una forma globular que modificó en efecto cadena la estructura facial que alguna vez era tan similar a la de sus parientes primates.

Fuentes:

El Comercio

La República

12 de junio de 2013

¿Por qué las mujeres se acuerdan mejor de las caras?


El estudio sugiere que la memoria de las mujeres para reconocer las caras es "superior" a la de los hombres.

¿De qué me suena esa cara? Todos nos hemos despistado alguna vez y nos lo hemos preguntado.

Ahora, un estudio sugiere que a los hombres les pasa con más frecuencia que a las mujeres.
El motivo, según los investigadores, es que las mujeres invierten más tiempo estudiando las facciones de las personas con las que hablan.

"La manera en que dirigimos nuestra mirada por el rostro de una cara nueva afecta a nuestra capacidad para reconocer a ese individuo después", explica la investigadora Jennifer Heisz, de la universidad canadiense de McMaster, coautora del estudio junto a los académicos de psicología David Shore y Molly Pottruff.

"Tanto los hombres como las mujeres nos fijamos en los ojos, la nariz y la boca. La diferencia está en el número de veces que nos fijamos en cada uno de esos rasgos: dentro de un límite de tiempo concreto, de cinco segundos, las mujeres hicieron más movimientos con los ojos hacia la cara nueva que los hombres", le dijo Heisz a BBC Mundo.

Esa diferencia en el recorrido de la mirada generó después "una memoria superior" entre las mujeres, que quedó patente, según los investigadores, cuando los participantes del experimento volvieron a encontrarse con las caras.

"Nuestro descubrimiento aporta nuevos conocimientos sobre los mecanismos potenciales de la memoria episódica y sobre las diferencias entre los sexos", dijo Heisz.

La memoria episódica está relacionada con sucesos autobiográficos, que pueden ser evocados, y es distinta de otros tipos de memoria humana, como la semántica o la procedimental o empírica.

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BBC Ciencia

El rostro de las mujeres se calienta conversando con el sexo opuesto

Investigadores de la Universidad St Andrews (Reino Unido) han demostrado que las interacciones sociales no sexuales entre hombres y mujeres hacen que la temperatura de la cara de las mujeres aumente considerablemente. Para llegar a esta conclusión, los científicos emplearon imágenes térmicas para registrar la temperatura de la piel en los brazos, las palmas de la mano, la cara y el pecho de los interlocutores. Y detectaron que en las interacciones entre ambos sexos había una respuesta fisiológica al contacto social mucho más intensa de lo que imaginaban, ya que la temperatura facial en las mujeres aumentaba un grado centígrado, a pesar de que no existía sensación de rubor por parte de los participantes. Sin embargo, en interacciones similares entre dos mujeres no se producía ningún cambio de temperatura, según desvelan los autores en el último número de la revista Biology Letters.

Los investigadores tratarán ahora de determinar si esta respuesta fisiológica es detectada por los demás y si afecta de algún modo a las interacciones sociales. "Estamos explorando la relación entre variaciones en la temperatura de la piel y el color de la piel, que debería ser ligeramente más roja al aumentar el flujo de sangre", explica Carmen Lefevre, coautora del estudio, que sospecha que esos cambios podrían ser detectados inconscientemente en la conversación y afectar a la percepción del atractivo físico, cumpliendo así una función biológica. 


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Muy Interesante

28 de enero de 2013

El retrato má antiguo del mundo: El rostro de una mujer tallado en un colmillo de mamut

Hace veintiséis mil años en la República Checa, uno de nuestros antepasados de la era glacial seleccionó un trozo de marfil de mamut y talló este enigmático retrato de una mujer, el más antiguo jamás encontrado
Al exhibir objetos que son obras de arte en lugar de hallazgos arqueológicos, una nueva exposición en el Museo Británico de Londres espera que nos ayude a ver a éstos y a sus creadores con nuevos ojos.


Los ancestros humanos datan de millones de años, pero la evidencia más temprana de la mente humana produciendo imágenes simbólicas como forma de expresión creativa no va más allá de los 100.000 años. 

Esta evidencia proviene de África: la exposición explora el amanecer del arte representativo en Europa y demuestra que, incluso antes de las notables pinturas de la cueva de Lascaux, en Francia , los seres humanos fueron capaces de hacer un trabajo tan sutil como el expresivo rostro de arriba.

“Al observar las más antiguas esculturas y dibujos europeos estamos viendo la profunda historia de cómo nuestro cerebro comenzó a almacenar, transformar y comunicar ideas como imágenes visuales”, dice Jill Cook, curador de la muestra. “La exposición mostrará que podemos reconocer y apreciar estas imágenes. Incluso si sus mensajes e intenciones se pierden para nosotros, la habilidad y el arte todavía sorprenderán al espectador.”

Cocine apunta a una escultura figurativa de marfil de mamut de 23.000 años de edad, de Lespugue, Francia, que está también en la exposición. Pablo Picasso estaba tan fascinado con sus cualidades cubistas que guardaba dos copias de la misma. “Esta figura demuestra un cerebro visual capaz de abstracción, la cualidad esencial necesaria para adquirir y manipular el conocimiento que sustenta nuestra capacidad de analizar lo que vemos”, dice Cook.

La muestra Arte de la Edad de Hielo: Llegada de la mente moderna, se llevará a cabo en el Museo Británico, Londres, del 7 febrero al 26 mayo.

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Axxon

22 de enero de 2013

Distinguimos las emociones por la expresión del cuerpo, no por la de la cara

risa-salud¿Es más fácil adivinar el estado de ánimo de una persona mirando la expresión de su rostro o la de su cuerpo? Aunque parezca que las caras transmiten mejor las emociones, lo cierto es que el cuerpo se expresa con mucha más fiabilidad, según revela un estudio publicado en la revista Science.

Los autores, de la Universidad de Princeton, mostraron a un grupo de voluntarios una serie de fotografías en las que debían evaluar la intensidad de las emociones de tenistas profesionales al ganar o perder puntos en un partido. En primer lugar se les mostraba la cara, después el cuerpo, y por último la imagen completa del deportista. "Para nuestra sorpresa", explican los autores, "cuando los voluntarios vieron únicamente las caras de los jugadores no pudieron distinguir la expresión de los ganadores frente a la de los perdedores". Sin embargo, si que pudieron hacerlo al ver el cuerpo o la fotografía completa de cuerpo y cara.

En un segundo experimento, los científicos usaron el retoque fotográfico para combinar los rostros de perdedores con el cuerpo de ganadores, y viceversa. En este caso, los participantes identificaban la expresión positiva o negativa en función del cuerpo, y no de la cara. Para explicar estos resultados tan sorprendentes, los investigadores argumentan que "es posible que los músculos faciales no sean los más adecuados para mostrar una expresión intensa". Además, creen que cuando las emociones son muy fuertes se puede producir una distorsión similar a la que se da cuando un altavoz está a todo volumen: "la calidad de la señal se degrada y se vuelve ruidosa", explican.


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Muy Interesante

21 de enero de 2013

Lo que dice nuestro rostro sobre nosotros

Medición de caras

Varios estudios afirmaban que los hombres con caras más anchas son más agresivos.

En los últimos años se han publicado diversos estudios que sugieren una relación entre la forma de la cara y la personalidad. En particular, varias universidades estadounidenses realizaron investigaciones que muestran que los hombres con caras más anchas tienden a ser más agresivos.

Estos estudios también sostienen que la mayoría de mujeres prefiere a hombres con estos rasgos, ya que la agresividad se asocia con una mayor capacidad reproductiva.
Un grupo de biólogos de cuatro países, liderados por un argentino, se propuso realizar un examen exhaustivo para ver si estas conclusiones tienen fundamento antropológico.

Los expertos analizaron los restos óseos de unas 5.000 personas que habitaron en diversas partes del planeta en los últimos seis siglos. Estudiaron la fisionomía de 94 sociedades humanas que vivieron en épocas, lugares y situaciones muy diferentes.

El coordinador del proyecto, Rolando González-José, dijo a BBC Mundo que los resultados fueron concluyentes: "No existe relación alguna entre la forma de la cara y el comportamiento".

El trabajo de González-José y de sus colegas de Brasil, España y México fue publicado en la revista científica PLoS ONE.

Imprecisiones

Rolando González-José

Los investigadores midieron unos 5.000 cráneos.

González-José explicó que los estudios que buscan relacionar la apariencia física y el carácter tienden a contener varios errores de procedimiento.

Uno de ellos es cómo se hacen las mediciones. Muchas de las investigaciones modernas utilizan fotografías para realizar sus estudios. Así, miden los rasgos de las imágenes y no de personas de carne y hueso.
Para González-José se trata de un método impreciso por un fenómeno que él llama "cabeceo".

"En una foto es difícil que el sujeto tenga su cabeza perfectamente derecha. Si está levemente inclinada hacia arriba o hacia abajo será imperceptible a la vista, pero sí afectará las mediciones", sostuvo.

Para evitar este problema su equipo midió directamente los cráneos de las personas, un sistema más riguroso.

Otro problema que identificó el científico es el tamaño de la muestra estudiada.
"Lo que demuestra nuestro estudio es que el contexto social y cultural es mucho más determinante para explicar un comportamiento que lo genético"
Rolando González-José

"Muchas investigaciones universitarias se basan en estudios pequeños que no alcanzan a ser representativos de la sociedad", criticó.

De ahí que el trabajo publicado por este bioantropólogo del Centro Nacional Patagónico (Cenpat) y sus colegas buscó ser lo más amplio posible, e incluyó todo tipo de sociedades, desde tribus pre-colombinas hasta poblaciones urbanas europeas del siglo XX.

El riesgo de estigmatizar

Los expertos no encontraron evidencia de que los hombres con caras más anchas tuvieran más hijos, ni tampoco que fueran favorecidos por las mujeres a la hora de encontrar marido.

También descartaron la teoría de que los hombres con caras más anchas suelen ser más agresivos. Para demostrarlo, recurrieron a un método original: compararon a todos los hombres estudiados con un grupo de 190 presidiarios mexicanos que fueron condenados por homicidio o robo en el siglo pasado.

Foto de preso

Los investigadores estudiaron los cráneos de ex prisioneros mexicanos, entre otros.

Claiton Bau, del departamento de genética de la Universidad Federal de Río Grande do Sul, en Brasil, otro de los autores del estudio, advirtió que asumir que la personalidad de un individuo está determinada genéticamente y que esos caracteres se reflejan en la forma del rostro puede acarrear varios peligros.

"Aplicar esos falsos 'indicadores faciales' podría llevar a una suerte de estigma negativo en cuestiones que van desde una entrevista laboral o el ingreso a la universidad hasta un juicio por tribunal", planteó.

También advirtió sobre los riesgos de creer que se puede predecir el comportamiento humano a través de la anatomía facial.

"Lo que demuestra nuestro estudio es que el contexto social y cultural es mucho más determinante para explicar un comportamiento que lo genético", concluyó González-José.

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BBC Ciencia

13 de diciembre de 2012

La ilusión de las caras grotescas

Antes de explicar de qué estamos hablando, hagamos una prueba. Coloca tu mirada en el puntero central y observa qué ocurre:



Como habrás comprobado, las caras de los personajes famosos que ves en cada fotograma parecen distorsionarse hasta convertirse en caricaturas, pero ninguna de las fotos ha sido manipulada. Este efecto visual, bautizado como "ilusión de las caras grotescas" fue descrito en 2011 en la revista Perception. El grado de distorsión, aseguran los investigadores, es mayor para aquellas caras que tienen un rasgo muy marcado, como una frente o una nariz más grandes que la media.Vía: @RichardWiseman

* Actualización y explicación: Por fin he tenido acceso al estudio y, con la ayuda de mi buen amigo el neurocientífico Luis Martínez Otero, trato de resumiros cómo se produce el efecto. Hay dos factores importantes para que se produzca: que las caras pasen a un ritmo rápido y que las veamos por visión periférica. De hecho, si se reproduce la secuencia a un ritmo más lento el efecto se suaviza, y si se introduce un fotograma negro entre parejas de caras, el efecto desaparece.

Pero vamos al grano: ¿por qué sucede esto? Por la forma que tiene nuestro cerebro de interpretar la realidad haciendo comparaciones. En otras ilusiones visuales hemos visto que un tono de azul puede parecer verde si se coloca en determinado contexto lumínico o visual. De la misma forma, al ver pasar cada pareja, nuestro cerebro lo compara inmediatamente con el rostro que acaba de pasar, y los rasgos más diferenciados se potencian. "Así, si acabamos de ver una cara con ojos pequeños y la siguiente los tiene grandes, estos parecerán inmediatamente saltones", me explica Martínez Otero. El hecho de verlo por el "rabillo del ojo" magnifica el efecto y da como resultado esa sensación de estar viendo caricaturas. Una vez más, comprobamos que la percepción es un juego de espejos en el que el cerebro reconstruye la realidad usando los atajos que suelen funcionarle. Y estos pequeños efectos nos permiten atisbar el mecanismo.

Si os quedáis con ganas de más, os recomiendo echar un ojo al vídeo que hicimos con la ayuda de Luis hace un tiempo: Diez ilusiones visuales explicadas y una sin explicación.
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Fogonazos

10 de septiembre de 2012

FBI lanza proyecto para vigilar y reconocer gente en las calles

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El FBI de Estados Unidos acaba de lanzar un programa de gobierno llamado Next Generation Identification (NGI), lo que en español se traduce como identificación de próxima generación, proyecto que creará una base de datos con información biométrica (escaneo de iris) y de reconocimiento facial, para sumar a la ya existente base de datos de huellas dactilares, con la finalidad de reconocer criminales prófugos.

Esto se llevará a cabo mediante vigilancia a través de cámaras de seguridad en las calles, y de hecho, ya hay un “plan piloto” que se echó a andar en febrero de este año con varios estados aportando con imágenes de sus habitantes para darle el primer empujón a la base de datos. Lo importante de esta tecnología es el algoritmo que se ha creado para asegurar una detección precisa del rostro, sobre el cual no se han dado detalles y sería guardado con recelo por el FBI.

Tal como en las películas, esto permitirá reconocer a alguien entre una multitud en un espacio público, a través de vigilancia mediante cámaras de seguridad que harán coincidir lo recibido con la información almacenada por el FBI. En total, se prevé que el proyecto signifique una inversión de USD$1.000 millones, estando totalmente operativo a nivel nacional tan pronto como durante el año 2014.

Fuente:

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