Entonces, progresivamente, sintonizamos la motricidad de las piernas y los mecanismos de equilibrio del oído interno para responder al mismo.
Incluso cuando sabemos que la escalera no se está moviendo, esto no es suficiente para evitar que la mente inconsciente reconozca los escalones metálicos acanalados como parte de una escalera mecánica y por consiguiente espere que se mueva.
Científicos de la universidad británica Imperial College London investigaron este fenómeno en 2004 y vieron que sólo hace falta caminar sobre una plataforma en movimiento 20 veces para condicionar al cerebro a esperar el mismo movimiento en el intento número 21, aunque se advirtiera con anterioridad a los participantes del estudio que la escalera no iba a moverse
Fuente:
BBC Ciencia