Al menos medio gramo. No parece mucho, hasta que uno se da cuenta de que eso representa alrededor de 100 veces el peso de una hormiga.
Pero no deberíamos sentirnos inferiores a un insecto.
De hecho, la razón de que tengan una fuerza relativa a su peso tan impresionante es que las hormigas son muy pequeñas.
Imaginemos una hormiga aumentada en escala hasta el tamaño de un humano.
Sería alrededor de 300 veces más larga, mientras que su volumen aumentado pesaría alrededor de 10 millones de veces más.
Sin embargo, la fuerza muscular de las hormigas depende del número de fibras que contienen, y por lo tanto, de su sección transversal.
Pero a medida que aumenta tamaño de un organismo, la masa corporal aumenta en mayor proporción que el área de la sección transversal de los músculos.
Así que la hormiga 300 veces más larga sólo sería unas 100.000 veces más fuerte.
Por tanto, la hormiga de tamaño humano sería mucho más pesada, pero su fuerza muscular no crecería tanto como para compensar, y apenas podría levantar su propio peso corporal.
Igual que los seres humanos.
Fuente:
BBC Ciencia