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9 de enero de 2014

¿Por qué los seres humanos pueden hablar?

En el lenguaje español, hay un refrán que enuncia “el hablar bien, nada cuesta”, y a pesar de las ciento de afirmaciones que alagan la veracidad de nuestro refranero, no nos queda otra opción que discrepar con éste. Millones de años han tenido que pasar, acompañados de procesos evolutivos y fisiológicos, para que el Homo sapiens fuera capaz de crear palabras y frases que adquirieran significados que todos los de su mismo grupo entendieran y compartieran. La mayoría de las especies animales son capaces de comunicarse entre sí, unas cuantas presentan vocalización, pero tan sólo el ser humano es capaz de generar un prácticamente ilimitado lenguaje hablado.
Para poder entender como el humano actual llegó a adquirir las habilidades lingüísticas que le hacen único, primero hay que conocer la anatomía y fisiología de su cerebro. Investigaciones anatómicas y fisiológicas han mostrado que hay una serie de circuitos neuronales que intervienen en el habla y que comprenden el área de Wernicke, la región temporoparietal y el área de Broca.
Según los estudios, el área de Wernicke es la encargada en el entendimiento de las palabras escuchadas, mientras que el área de Broca es la encargada de la producción de las palabras, ambas áreas están conectadas gracias al fascículo arcuato. Al tener una conversación, el sonido entra por nuestros oídos y es procesado por el área de Wernicke, que lo procesa, luego el cerebro trabaja la respuesta y la envía al área de Broca, que junto con las partes adyacentes en el cerebro se encarga de articular las palabras.
Partes del cerebro involucradas en el lenguaje articulado (Fuente: thebrain.mcgill.ca)

Partes del cerebro involucradas en el lenguaje articulado (Fuente: thebrain.mcgill.ca)

Pero teniendo en cuenta que esto se da en primates, hay que citar que no sólo los primates nos comunicamos. El lenguaje corporal se usa en la mayoría de los vertebrados, y unos cuantos de ellos también se ayudan de la vocalización para llevar a cabo sus funciones comunicativas. Pero, ¿qué nos hace diferentes a nosotros, los humanos? El ser humano es capaz de generar palabras y frases y describir cosas que ni siquiera existen, sin embargo, esa capacidad no se ha conseguido ver en ningún otro ser vivo a pesar de experimentos en los que se intentaba enseñar a chimpancés y a bonobos a hablar, nunca consiguiendo dicha meta. Sin embargo, sí se consiguió que individuos de estas dos especies fueran capaces de aprender y reproducir el lenguaje sordomudo y comunicarse gracias a él. Evidentemente, en un momento de la evolución nuestros caminos se separaron y nosotros adquirimos una habilidad única, pero la comunicación de los animales no comienza ahí.

Se piensa que el posible origen del habla humana reside en las neuronas espejo. Las neuronas espejo son una cierta clase de neuronas que son activadas con ciertos movimientos, pero más impresionante, cuando el individuo observa a otro animal o persona desarrollando una actividad, aunque hay que mencionar que no todas las actividades observadas generan una activación de las mismas. Esta activación neuronal promueve la imitación, así que el individuo copia lo observado, suponiendo en este caso también una activación de estas neuronas. Pero este tipo de neuronas no es único de primates, de hecho han sido encontradas y ampliamente estudiadas en las aves que son capaces de cantar distintas canciones para comunicarse. Se pudo ver en ellas que estas neuronas se activaban tanto cuando el pájaro cantaba como cuando escuchaba una canción de otro individuo de la misma especie, suponiendo este descubrimiento una fuerte base para los pilares del complejo lenguaje humano.
Chimpancé imitando a Jane Goodall (Fuente: www.monografías.com)

Chimpancé imitando a Jane Goodall (Fuente: http://www.monografías.com)

La neurociencia  supone que las neuronas espejo tienen un papel importante en los aspectos sociales, ya que ayudan a imitar y aprender  los patrones y conductas.  Además, como se puede imaginar, la imitación es una parte importante en el lenguaje, no hay más que pensar en las madres repitiendo a sus bebes una y otra vez la palabra “Ajo” para que el bebé la termine repitiendo. En humanos las neuronas espejo se encuentran en una zona circundante al área de Broca, además de en la zona que contiene la vista y la memoria. Rizzolatti y Arbib proponen en su hipótesis que los circuitos neuronales responsables del procesamiento del lenguaje evolucionaron desde un circuito neuronal espejo presente en los simios actuales.
Pero este no es el único factor por el que somos capaces de hablar, también intervienen el bipedismo, el incremento del tamaño cerebral, la asimetría del cerebro, la memoria funcional (encargada de retener información a corto plazo), nuestro aparato fonador,  y el gen FOXP2. La suma de estos factores, y probablemente otros que aún no se hayan descubierto, es la que nos da al humano esta característica única entre los seres vivos.

Fuente:

El efecto Paraguas

6 de enero de 2014

Descubren la mano humana más antigua, de 1,4 millones de años

Metacarpo hallado en Kenia sobrepuesto en una mano humana.

Metacarpo hallado en Kenia sobrepuesto en una mano humana. CAROL WARD

La mano alberga algunos de los mayores secretos del éxito evolutivo del ser humano. No cabe duda de que la capacidad para fabricar y utilizar herramientas ha sido determinante para el desarrollo técnico y tecnológico de las sociedades modernas. Pero las claves de la aparición de esta habilidad manual propia del ser humano actual y de otros homínidos primitivos siguen siendo un enigma para los científicos, sobre todo debido a los grandes periodos de tiempo de los que no se tiene apenas información en el registro fósil.

Lo que sí sabían los paleoantropólogos es que una estructura ósea de la muñeca que no tienen ni los grandes simios ni otros primates no humanos es responsable del perfeccionamiento del manejo de la mano para usar herramientas. Pero la primera aparición en el registro fósil de esta estructura de un hueso llamado tercer metacarpo -el hueso central de la mano, el que une la muñeca con el dedo corazón- corresponde a los homínidos de la Sima de los Huesos (Atapuerca, Burgos), de hace unos 800.000 años.

Ahora un equipo científico dirigido por investigadores de la Universidad de Missouri (EEUU) acaba de publicar en PNAS los resultados de una investigación en la que describen esta misma estructura ósea en restos encontrados en Katio, Turkana (Kenia), pero que datan de hace 1,42 millones de años, más de 600.000 años antes que los del yacimiento español.

La clave de la evolución de la mano



Tercer metacarpo hallado en Turkana, Kenia.

La estructura ósea presente en los homínidos modernos permite estabilizar la muñeca para hacer trabajos finos

Los expertos en el campo conocían desde hace tiempo las estructuras óseas de la mano de los homínidos del género Homo, que tenían esta característica llamada proceso estiloideo y que consiste en una protuberancia que sale del metacarpo y que permite estabilizar y bloquear la muñeca. Y también sabían que este mismo hueso de los Australophitecus no cuenta con esta protuberancia. Pero, ¿cuándo apareció por primera vez en el el árbol evolutivo humano?

"Hasta ahora sabíamos que los fósiles de la Sima de los Huesos y de la Gran Dolina, de 400.000 y 800.000 años, tenían una mano parecida a la de los humanos actuales. Y sospechábamos que esta estructura ya estaba antes, en los orígenes del género Homo, hace dos millones de años, pero no podíamos demostrarlo, era sólo una hipótesis", explica Carlos Lorenzo, profesor de la Universidad Rovira i Virgili e investigador de Atapuerca especialista en la evolución de la mano humana.

Los resultados obtenidos por Carol V. Ward, de la Universidad de Misouri, de alguna forma respaldan las sospechas del equipo de Lorenzo. "Hemos retrasado la primera aparición conocida de esta morfología en la evolución humana, así que podemos decir que las evidencias de la mano humana ya estaban presentes hace 1,4 millones de años", asegura Ward. A pesar de que sólo han encontrado un sólo hueso de esa mano del homínido de Katio, el equipo de Ward se aventura a decir que el resto de la mano también tendría una morfología semejante a la de las manos humanas actuales.

Los homínidos más primitivos hacían bifaces, pero muy toscos a pesar de tener la mano preparada para tallar con mayor precisión. "Sabemos que la mano ha cambiado poco, pero nuestro cerebro sí ha cambiado", dice Lorenzo. De hecho, Lorenzo se atreve a vaticinar que los primeros miembros del género Homo de hace dos millones de años ya tenían una mano moderna, como la que tenemos los seres humanos actuales.

Fuente:

El Mundo Ciencia

20 de noviembre de 2013

Estas son las lapas que cambian de sexo para sobrervivir...

Patella ferruginea. | 

Lo practican los crustáceos, los camarones, algunos peces... y también las lapas. Un equipo de investigación del Museo Nacional de Ciencias Naturales ha comprobado, tras más de seis años de estudio, que esta especie de moluscos, en peligro de extinción, también cambia de sexo para reforzar su supervivencia. 
Este comportamiento es un mecanismo que ayuda a asegurar la continuidad de la especie gracias a que permite equilibrar la densidad entre machos y hembras en el ambiente. Con las proporciones óptimas de ambos sexos, la fecundación externa (se produce en el medio) puede llegar a buen término. Hasta la fecha sólo se tenía constancia de esto a través de datos indirectos.

Los investigadores, conducidos por Javier Guallart, tuvieron que comprobar el sexo de cada ejemplar a través de una pequeña biopsia de una porción del tejido reproductor para determinar si había ovocitos o esperma. Al año siguiente (las lapas se reproducen una vez al año) volvían a repetir el proceso.


Ejemplar de lapa ferruginosa durante su sexado. | IVÁN ACEVEDO

El estudio también ha arrojado luz sobre la reversión de sexo siguiendo el esquema macho-hembra-macho. "Este cambio de sexo de hembra a macho era algo anecdóticamente descrito para alguna especie de lapa. En períodos posteriores, entre 2010 y 2011, comprobamos que no era un hecho aislado", comentó Guallart en declaraciones a la agencia Sinc.

"Para nosotros es muy importante conocer todos los parámetros de la procreación de las lapas, no tanto para conservar su entorno natural (eso se consigue respetando las reglas de conservación), sino para conseguir su reproducción en cautividad y conseguir así más ejemplares", explica José Templado, miembro del equipo científico.

Cada vez es más necesario reproducir lapas en cautividad debido a la dramática reducción del número de sus poblaciones desde tiempos remotos. "Cómo vive fuera del agua y es grande, es muy fácil verla y recolectarla. Ya en el Paleolítico y en el Neolítico, la lapa era recolectada masivamente para su consumo", prosigue Templado. "Pero ahora su situación se ha visto agravada con la destrucción de roqueros debido a planes urbanísticos".

Actualmente, en el sur de la España peninsular tan sólo se conservan 2.000 ejemplares, una cifra exigua si se tiene en cuenta los kilómetros de costa. El norte de África, sin embargo, posee poblaciones importantes de lapas. En las Islas Chafarinas (políticamente pertenecientes a España, pero geográficamente africanas) hay hasta 50.000 de ellas.

Tomado de:

El Mundo (España)

¿Son estas las evidencias más antiguas de vida en la Tierra?

Estructuras sedimentarias encontradas Dresser Formation.
Estructuras sedimentarias encontradas Dresser Formation. David Wacey

Un equipo de científicos internacionales descubrió en el noroeste de Australia un complejo ecosistema fosilizado de microbios de casi 3.500 millones de años y se cree que se trata de las evidencias más antiguas de la vida en la Tierra, han informado medios locales.

Estas estructuras sedimentarias inducidas por microbios o MISS, que fueron halladas en una zona rocosa llamada Dresser Formation, situada en una remota zona de la región de Pilbara, "podrían ser la evidencia más antigua de la vida en la Tierra", dijo el científico de la Universidad de Australia Occidental, David Wacey.

Investigaciones científicas previas derivaron en el descubrimiento de microfósiles y de estromatolitos de menor antigüedad que las estructuras sedimentarias halladas en Pilbara, según la cadena local ABC.

En ese sentido, el descubrimiento de este MISS hace que "las evidencias de las primeras formas de vida en la Tierra se sitúen unos cuantos millones de años atrás", agregó Wacey.

"Cuando estos microbios estaban vivos interactuaban con los sedimentos en los que vivían y creaban pequeñas comunidades en las que se daba todo tipo de ayuda para sobrevivir en lo que habría sido un ambiente muy difícil", describió el experto.

El científico explicó que el descubrimiento se caracteriza por incluir "fragmentos de microbios degradados en las que no se puede apreciar su forma original" porque ya que no se distinguen las células con claridad, aunque aún conserva material carbonoso que queda de ellas.

Las rocas sedimentarias donde se han hallado los restos de estos microbios probablemente son las "más antiguas y mejor preservadas de la Tierra", destacó el científico al subrayar que el descubrimiento podría contribuir en áreas como la investigación espacial.

Algunos proyectos científicos se centran en la búsqueda de estructuras de microbios en la superficie de Marte para determinar si alguna vez hubo vida en ese planeta.

Fuente:

El Mundo Ciencia (España)

26 de octubre de 2013

Los seres humanos evolucionaron "de una especie única"

Los homínidos de Dmanisi

Homínidos

  • Los homínidos de Georgia vivieron hace unos 1,8 millones de años y representan una expansión temprana de los ancestros humanos fuera de África.
  • Se trata de la colección de fósiles más completa de más de 300.000 años encontrada de la especie Homo
  • Ellos tenían columnas similares a las humanas y sus extremidades inferiores habían sido bien adaptadas para viajes de larga distancia
  • El macho de la especie era mucho más grande que la hembra
  • También tenían cerebros relativamente pequeños y las extremidades superiores eran bastante primitivas, rasgos que comparte con el anterior H. habilis, e incluso con los Australopithecus más primitivos

Cráneo 5

La calavera tiene una caja craneana muy pequeña.

La llaman "cráneo 5". Un nombre simple para la calavera que dio un golpe de timón en la teoría de la evolución.

Un equipo de científicos que analizó el cráneo homínido más completo jamás encontrado, descubierto en Dmanisi, Georgia, asegura que los primeros fósiles humanos encontrados en África y Eurasia podrían haber formado parte de la misma especie.
Esto contradice la teoría evolutiva, hasta ahora aceptada, de que varias y diversas especies humanas caminaban sobre la Tierra hace dos millones de años.

Escribiendo en la revista Science, el equipo dice que el Homo habilis, Homo rudolfensis y el Homo erectus, son parte de un único linaje evolutivo, que derivó en los humanos modernos.

El "cráneo 5"

La calavera analizada tenía una pequeña caja craneana, dientes grandes y una cara larga, características que comparte con H. habilis. Sin embargo, muchas características de la caja craneana fueron también "únicas" del H. erectus.

La pieza ósea tiene unos 1,8 millones de años y proviene de un sitio donde se han encontrado la mayor colección de restos bien preservados de los inicios del ser humano en el mundo.

La colección de Dmanisi también representa la evidencia más temprana de los humanos primitivos fuera de África, un grupo que surgió poco después de los primeros Homo que se diferenciaron del Australopithecus o "Lucy".

"Ahora tenemos la mejor prueba de lo que los primeros Homo realmente fueron", asegura David Lordkipanidze del Museo Nacional de Georgia en Tiflis, autor principal de la investigación.

"Una de las cosas más importantes es que tenemos una colección tan extraordinaria, muy rara de encontrar en un solo sitio".

Los restos fósiles mostraron una gran variación que desconcertó a los investigadores al principio, pero el profesor Lordkipanidze dice que lo estaba claro era que estas características eran de una sola población.

Cráneo homínido

El cráneo homínido de Georgia es el más completo jamás descubierto.

"Cuando nos fijamos en esta variabilidad y la comparamos con los humanos modernos, se puede ver es un rango normal de variación", le comenta Lordkipanidze a la BBC.

El cráneo fue descubierto hace ocho años y desde entonces el equipo lo ha comparado con otros fósiles de Homo encontrados en África hace 2.400.000 años.

El análisis comparativo del cráneo homínido reveló similitudes suficientes como para considerar que los antiguos de Homo eran de la misma especie que los homínidos de Dmanisi.

Christoph Zollikofer del Instituto de Antropología y el Museo de Zúrich, Suiza, y coautor del estudio dijo que si se hubieran encontrado la caja craneana y el rostro del "Cráneo 5" como fósiles separados en diferentes lugares de África, podrían haber sido atribuidas a diferentes especies.

"Eso es porque el cráneo 5 reúne algunas de las características clave, como la pequeña caja craneana y la cara grande, que no se había observado juntos en un fósil de Homo temprano hasta ahora".

"Es más, ya que vemos un patrón y rango de variación similar en los registros de fósiles de África, es razonable suponer que había una sola especie de Homo en África en ese momento", agrega el profesor Zollikofer.

"Y puesto que los homínidos de Dmanisi son tan similares a los africanos, suponemos además que ambos representan la misma especie".

Lea el artículo completo en:

BBC Ciencia

18 de octubre de 2013

¿Cómo saben los gorilas cautivos qué comer al ser liberados?

Gorila en la selva

Por instinto. Los gorilas evolucionaron del mismo modo que lo hizo el ser humano para disfrutar el sabor de ciertas comidas y encontrar repulsivas aquellas que son venenosas.

En estado salvaje, los gorilas de montaña comen hojas y tallos. Un adulto puede consumir unos 18 kilos de vegetación en un día. Los gorilas de llanura o planicie comen mayormente frutas, pero esta diferencia depende de qué crece en los diferentes ambientes.

En experimentos llevados a cabo en zoológicos, se les ofreció a gorilas criados en cautiverio 2.000 pares de alimentos para que escogieran entre uno y otro. Los gorilas mostraron una consistencia impresionante al hacer sus elecciones: las frutas azucaradas y, en general, los alimentos con más azúcar que fibra fueron los favoritos. La prueba se ha hecho incluso usando fotografías de los alimentos.

Fuente:

BBC Ciencia

11 de septiembre de 2013

El megaterio: Un enigma para la paleontología

Los restos de la bestia extinta en América hace 8.000 años son un enigma de la paleontología.

El Museo de Ciencias Naturales expone el esqueleto recompuesto en Madrid.
 


Esqueleto del megaterio que se exhibe en el Museo de Ciencias Naturales.

Ese simpático monstruo imponente y desnudo en su osamenta que se posa sobre cuatro patas sobre los pedestales del Museo de Ciencias Naturales en Madrid ha sido un rompecabezas para la paleontología mundial. Megaterio lo llaman y pese a haber pasado a la historia como la primera especie extinta hace al menos 8.000 años montada para su exhibición pública en todo el mundo —antes que los dinosaurios reproducidos en plena época victoriana en Londres—, ahí reposa, discreto, sin que se le dé la importancia debida o sin que Spielberg, pese a ser una criatura genuinamente americana (del sur), la haya considerado para acompañar su parque Jurásico.

El del megaterio es un caso único en el mundo y ha sido cerrado como un callejón sin salida. Es un mamífero. No es un dinosaurio, pero merece haber entrado en la mitología de estas bestias por la atracción que generó. Ha desafíado a la ciencia, la paleontología, el diseño, el imaginario colectivo, la relación entre forma y realidad, designada conjuntamente entre investigadores y artistas para que los pobres mortales nos hagamos una idea de cómo debió ser la vida en este planeta hace millones de años.

“Es un expediente X completo”, dice Juan Pimentel, historiador de la ciencia, espléndido divulgador, amigo de enigmas con razones ocultas para ser desveladas a la vista. Cuando escribió El rinoceronte y el megaterio (Abada Editores), este experto equiparó el caso al de la bestia diseñada por Durero, que se dio por válido como modelo desde el siglo XVI hasta que imágenes más realistas nos presentaran al animal tal cual es.

Pero la vestimenta, la piel, la carne, el contorno del megaterio, nuestro querido monstruo extinto, siempre será un misterio. Habrá que conformarse con imaginarlo. Desapareció del hábitat 8.000 primaveras atrás, después de haber permanecido como parte de un paisaje desafiante para nuestra imaginación al menos 18 millones de años.



Ilustración del megaterio en un diccionario de 1849, según el dibujo de Cuvier.

Corría en el calendario el 1788 cuando llegó a Madrid. Un fraile dominico, Manuel Torres, lo había desempolvado un año antes en las inmediaciones de un barranco cercano a Luján, provincia de Buenos Aires. Allí habían aparecido los enormes huesos que componían la criatura de unos seis metros y que después tendría ocasión de estudiar Charles Darwin en sus viajes por Argentina hacia 1833.

Torres no era un científico, pero venía a ser considerado el erudito en fósiles de la zona. Nada más acabar de desenterrarlo se lo comunicó al virrey y quizás lo vio dibujado por Francisco Javier Pizarro, teniente del cuerpo de artillería que había sido enviado para dar cuenta. Pero fue José Custodio Saá y Faria quien desde luego hizo este trabajo para documentar los datos del ejemplar antes de que fuera trasladado a Madrid.

¿Qué era? ¿Un herbívoro con garras de carnívoro? ¿Un felino del tamaño de un paquidermo? El puzle no casaba. La confusión comienza a intrigar. Los expertos penetran en un túnel oscuro tratando de descifrar qué venía a ser aquello y más tarde en qué momento dejó de existir.

“Resultaba lo más parecido a una quimera, a esos animales que se describían como mezcla de otros ya conocidos en los relatos antiguos”, cuenta Pimentel. Centauros; sirenas; minotauros; elfos; la propia quimera con su vientre de cabra, patas de dragón, cabeza leonina escupiendo fuego… Entraban en el mundo de la fantasía, aplicaban a la ciencia las reglas de lo imaginado por inventores de historias con dragones y princesas para encontrar una explicación digna del fenómeno.

Los interrogantes se amontonaban. ¿Anfibio o acuático? 18 vértebras por encajar formaban la columna de unos 3,5 metros. La cabeza medía unos 70 centímetros. Aquello podía pesar 175 kilos. No es un elefante, no es un rinoceronte. ¿Qué demonios es? “Un monstruo”, acertaba a decir solamente el propio Torres.
Del nuevo mundo tampoco se podía esperar menos que lo ignoto, lo diferente, lo inimaginable. Hasta el rey Carlos III quería saber a toda costa qué era eso de lo que todo el mundo hablaba y nadie acertaba a descubrir. Ya desembarcados los restos, quedan en manos de Juan Bautista Bru de Ramón, pintor y disecador del Real Gabinete de Historia Natural —antecedente del museo de ciencias—, que lo trata como animal muy corpulento y raro.

Lo malo es que, lejos de ser naturalista, Bru de Ramón “no pasaba de pintor y taxidermista con dudosa reputación”, cuenta Pimentel. Así que lo adaptó libremente. “Serró, limó y cortó varios huesos, rellenó de corcho otros, colocó piezas de forma defectuosa, añadió, alteró su anatomía…”. Lo descuajeringó un poco, dicho sea de paso, y finalmente lo dispuso en una postura inadecuada o más bien “pésima”, como años después lo juzgó Mariano de la Paz Graells, gran naturalista de la época isabelina.

De bestia enigmática habíamos pasado directamente a engendro. Había llegado el momento de que entrara en escena un grande en la materia. Georges Cuvier era el hombre.
Lea el artículo completo en:

28 de agosto de 2013

La vuelta a la vida después de una extinción masiva

Reconstrucción de 'Dicynodon lacerticeps', que vivió durante el Pérmico.| Marlene Donnelly.
Reconstrucción de 'Dicynodon lacerticeps', que vivió durante el Pérmico.| Marlene Donnelly.
  • Un estudio concluye que las especies que sobreviven a una extinción masiva muestran una gran variedad de respuestas y evolucionan de manera distinta
  • Se analizó cómo se adaptaron los anomodontos, un linaje de reptiles de gran tamaño que sobrevivieron a la mayor extinción masiva de la Historia
Hace 252 millones de años, al final del periodo Pérmico, se produjo la mayor extinción que ha sufrido la Tierra. Aunque se desconocen las causas concretas que la causaron, los científicos creen que desaparecieron el 90% de las especies marinas y el 70% de las terrestres.

¿Qué ocurrió con los animales que sobrevivieron a aquella extinción masiva? ¿Cómo evolucionaron y se adaptaron a las nuevas condiciones ambientales tras esta hecatombe biológica? Una investigación publicada esta semana en 'Proceedings of the Royal Society B' intenta responder a estos interrogantes examinando los fósiles disponibles de los anomodontos.

Se trata de un linaje de los terápsidos (reptiles de los que se cree que descienden los mamíferos), de gran tamaño y herbívoros en su mayoría, que lograron sobrevivir a la extinción masiva del Pérmico. No obstante, y pese a que llegaron a ser muy abundantes en amplias zonas del planeta, también terminaron por desaparecer, a finales del Triásico, millones de años después de aquel evento catastrófico.

Los fósiles de anomodontos, dicen los paleontólogos, son ideales para realizar investigaciones sobre la evolución de especies, pues son abundantes, muy diversos y han sido bien estudiados. "El mejor registro de fósiles de anomodontos procede de los depósitos de Karoo, en Sudáfrica, donde se han encontrado unas 1.500 especímenes de anomodontos (desde huesos aislados a esqueletos completos). También fueron abundantes en algunas zonas de Brasil, Tanzania y Zambia, aunque se han encontrado fósiles de estas criaturas en todos los continentes", explica a ELMUNDO.es Kenneth Angielczyk, investigador del Museo de Historia Natural Field de Chicago.

Oportunidades tras una extinción

Hasta ahora, los trabajos realizados sobre este tema sugerían que las extinciones masivas ofrecían nuevas oportunidades y ventajas a los seres vivos que lograban sobrevivir. Y es que la pérdida de muchas especies en sus comunidades les permitía desarrollar nuevos estilos de vida y evolucionar anatómicamente para ocupar los 'papeles' que habían quedado vacantes con su desaparición.

Sin embargo, según sostiene este nuevo trabajo, no todos los supervivientes responden de la misma forma y algunos no fueron capaces de sacar provecho de las oportunidades que se les presentaban tras la extinción masiva. Marcello Ruta, investigador de la Universidad de Lincoln, y su equipo afirman que en la anatomía de los anomodontos no se produjeron muchos cambios mientras el número de especies volvía a aumentar durante el periodo de recuperación.

Poco antes del fin del Pérmico, había una gran cantidad de especies de anomodontos que presentaban una gran variedad de tamaños y adaptaciones ecológicas: había herbívoros terrestres, especies anfibias, animales que vivían en madrigueras o incluso en los árboles, según este estudio. "El grupo más exitoso de anomodontos [los dicinodontos] tenían colmillos parecidos a los caninos en su mandíbula superior y un pico como el de las tortugas, y fueron los herbívoros terrestres más importantes de su época", señala Angielczyk.

Evolución de varias especies de anomodontos halladas en Rusia, Zambia y Sudáfrica. | Museo de Historia Natural Field.

Evolución de varias especies de anomodontos halladas en Rusia, Zambia y Sudáfrica. | Museo de Historia Natural Field.

Cada especie evoluciona de forma distinta

Para este estudio, detalla Angielczyk, han utilizado una base de datos que incluye a 87 especies de anomodontos: "Una reciente recopilación incluía 128 especies, aunque esa cifra ha cambiado un poco tras varias revisiones taxonómicas", explica.

Los registros fósiles disponibles han permitido a los paleontólogos determinar cómo evolucionó el número de especies de anomodontos: aumentó durante el Pérmico, disminuyó de forma drástica durante la extinción masiva que se produjo al final de ese periodo, volvió a aumentar durante el Triásico Medio (hace unos 240 millones de años) hasta que terminaron por extinguirse, al final del Triásico.

Pese a ello, sostiene este estudio, la variedad de rasgos anatómicos que han encontrado en los ejemplares desenterrados, (su diversidad anatómica o disparidad morfológica) fue disminuyendo de manera constante. Incluso en el periodo inmediatamente posterior a la extinción masiva, cuando debía haber grandes extensiones de espacio ecológico vacías, no surgió en los anomodontos ninguna nueva característica anatómica fundamental: "Esto sugiere que el cuello de botella evolutivo que sufrieron durante la extinción limitó su evolución durante el periodo de recuperación", señala Marcello Ruta en una nota de prensa.

Según recuerda el científico, se suele considerar que los grupos de organismos que sobreviven a una extinción masiva pasan por un periodo evolutivo 'de cuello de botella', es decir, su población se vuelve más homogénea y hay poca diversidad. El proceso, compara, sería análogo al "cuello de botella" genético que puede ocurrir en una población en la que muchos de sus miembros han muerto. En ocasiones, señala, propicia un nuevo proceso evolutivo del grupo, pero en otras lo contiene.

¿Qué causó la extincón masiva del Permico

Kenneth Angielczyk apunta, no obstante, que todavía hay controversia sobre el periodo en que desaparecieron estos animales de la Tierra: "Los fósiles más jóvenes que pertenecen sin duda a anomodontos tienen unos 208 millones de años y se encontraron en Polonia. Además, se han hallado restos del Cretácico temprano (hace unos 110 millones de años) en Australia. Se trata de especímenes que muestran similitudes con los anomodontos, y así han sido registrados en la literatura, pero su análisis no se ha completado. Sería extremadamente interesante si los anomodontos hubieran sobrevivido durante el Cretácico, aunque hace falta más material para dar esto por cierto", explica.

Por lo que respecta a la causa que propició la extinción masiva del Pérmico, el investigador afirma que es útil diferenciar entre la causa última y las causas próximas. "Las causas últimas serían el fenómeno o los fenómenos que provocaron la crisis globalmente, y podrían ser las erupciones volcánicas masivas que ocurrieron en Siberia en aquella época o el impacto de un asteroide. Qué fenómeno lo provocó sigue siendo objeto de debate, aunque parece que la erupciones volcánicas de Siberia probablemente fueron las que causaron la extinción en parte", afirma. A este fenómeno se unirían otras causas próximas, como el rápido calentamiento global que tuvo lugar durante el Pérmico, cambios en la química de los océanos y en los patrones de circulación, y posiblemente cambios en los niveles de oxígeno de la atmósfera.

¿Se puede hacer algún pararelismo entre lo que ocurrió hace 250 millones de años y la progresiva extinción de especies que se está produciendo en nuestros días, muchas de ellas antes de ser descritas por el hombre? "Los resultados [de este estudio] ponen de relieve que las recuperaciones tras una extinción masiva pueden ser impredecibles, un hallazgo que tiene importantes implicaciones para la extinción de especies causada por la actividad humana hoy en día. No podemos asumir que la vida volverá a renacer cómo era antes de que se interrumpiera", advierte Michael Benton, coautor del estudio.

Fuente:

El Mundo Ciencia

22 de agosto de 2013

Humanos construyendo la humanidad (2)

Los humanos humanizados, al igual que los otros animales, también somos productos del azar, como todo lo que nos rodea. Nuestra racionalidad puede ser  nuestra sentencia de muerte consciente, ya que ha nacido de la autoprospección. Sin embargo, parece ser que no hay otro rumbo posible. Deberemos pues profundizar sobre cómo se ha producido esta situación, para ser capaces de preguntarnos el por qué del todo, si es que esto es posible, más allá de la especulación metafísica o de un voluntarismo quimérico.

La racionalidad nos construye y nos destruye de forma sincrónica. Probablemente sea nuestra tabla de salvación cuando la mar se embravezca aún más que las procelosas aguas que conocemos los humanes actuales. Más allá de ella, sólo lo metafísico nos habla de un mundo difícil de admitir como propuesta de futuro, para una humanidad consciente.

La evolución es algo que aún no comprendemos en su totalidad, aunque ya entendemos algunos de sus mecanismos básicos; desde mi perspectiva, aún pocos. Supongo que este es el objetivo: avanzar en saber lo que somos de manera esencial y cómo se ha construido esta esencialidad.

Náufrago

La humanidad en evolución puede ser representada por un náufrago encima de una tabla flotando en medio del infinito océano.


Más allá de la selección natural, mecanismo incontestable de funcionamiento de la vida de acuerdo con el conocimiento actual, está nuestra capacidad de adaptación, que ninguna ley es capaz de establecer empíricamente. Existen demasiados parámetros para que esto sea exactamente así. Con esto no quiero decir que Darwin no tenía razón, sino que no tenemos una teoría unificada que lo explique todo. Sin ella, aún no somos seres autoconscientes de verdad por más evolucionistas que seamos. Seguimos persiguiendo la ilusión de intentar saber quiénes somos.

Explorar nuestro pasado y entender nuestro presente forman parte de la construcción de nuestro futuro, pero si desconocemos quienes somos no podemos acertar en saber lo que queremos. Por eso mismo podemos desaparecer dejando solamente lo que hemos sido, sin llegar a poder entender qué podríamos ser. Probablemente hemos de ir más allá de lo que es humano para poder humanizarnos.

La duda metódica

El conocimiento, a priori, es una forma de intuición donde racionalidad e irracionalidad convergen. Es por eso que se muestra trascendental. No puede haber una crítica a la razón pura, para construir lo inexplicable, que no sea una autocrítica de lo que mezcla consciente e inconsciente. Una vez más, Kant lo escribió, pero probablemente tampoco lo entendió del todo. Puede que fuera un ejercicio tautológico importante y como consecuencia que la conclusión no tenga principio ni final. Aún no tenemos teoría unificada del conocimiento científico. Afortunadamente para la ciencia, esto quiere decir que nos queda mucho camino.

La duda metódica no nos sirve para establecer los parámetros de la futura epistemología de nuestra razón evolutiva como humanos proyectados hacia la transhumanidad. Descartes descansa y se convierte en poso que descansa en el fondo de nuestra consciencia cultural. No hay mucho más que decir del progreso filosófico seminal, hasta que rompamos la dicotomía en nuestra existencia animal y humana.

Fuente:

El Mundo Ciencia

18 de agosto de 2013

El riesgo de infanticidio impulsó la monogamia



Imagen: Pavel Losevsky. Fuente: PhotoXpress.
Imagen: Pavel Losevsky. Fuente: PhotoXpress.

 
Se considera monógama cualquier relación de pareja que mantiene un vínculo sexual exclusivo. En los humanos, esta fórmula se ha convertido en el modelo imperante en los últimos siglos en la mayor parte de las naciones desarrolladas, a pesar de que la mayoría de las culturas conocidas han practicado la poligamia (tener múltiples parejas) y que ésta aún se practica en algunas partes de África, Asia, Oriente Medio y Norteamérica. Por otra parte, la poligamia ha sido anulada sólo recientemente en países como Nepal, la India o China.

Los científicos han indagado durante años en las razones de esta evolución de las relaciones de pareja para encontrarle un sentido evolutivo. Así, en 2012, por ejemplo, un estudio realizado por investigadores de la Universidad de British Columbia (UBC) de Canadá sugirió que el matrimonio monógamo se generalizó porque entraña diversas ventajas evolutivas, como el hecho de favorecer una atención esmerada de los hijos. 

 
En cuanto a las raíces evolutivas de la monogamia, se ha teorizado que su desarrollo en mamíferos podría haber respondido a la necesidad de preservar a hembras solitarias de machos rivales o al riesgo de infanticidio: que surgiera por la necesidad de que los machos protegiesen a sus crías de otros machos rivales. 

 
El infanticidio como primera causa 
 
Una reciente investigación, llevada a cabo por especialistas de las Universidades de Manchester, Oxford y Auckland y del University College London (UCL) respalda esta última hipótesis sobre el origen de la monogamia. 

 
Según los autores del estudio, la causa de esta práctica radicaría en el peligro de que la descendencia fuese asesinada por machos no emparentados con ella, publica el UCL en un comunicado difundido por AlphaGalileo

 
Por otra parte, en la investigación también se ha descubierto que, a partir de la emergencia de la monogamia, los machos se volvieron más propensos a cuidar a su descendencia; a protegerla de otros machos, y a compartir la carga de la crianza.


Esta es el primer estudio que demuestra una vía evolutiva semejante para la emergencia de la vida en pareja. El antropólogo del UCL, Kit Opie, director de la investigación, publicada por PNAS, explica que ésta supone “la primera prueba sistemática de las teorías de la evolución sobre la monogamia; y la primera vez que se demuestra de manera concluyente que el infanticidio fue lo que condujo a esta práctica. (Estos hallazgos) nos acercan al final de un debate sobre el origen de la monogamia en primates”.


Cuando son completamente dependientes de sus madres, las crías se encuentran en una situación de vulnerabilidad máxima, porque las hembras retrasan una nueva concepción durante la lactancia y el crecimiento de su descendencia. Este hecho convierte a los machos no emparentados con las crías en un peligro para ellas, porque matarlas favorece una nueva concepción


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Tendencias 21

16 de agosto de 2013

El citoesqueleto y la selectividad

La capacidad de moverse debió aparecer muy pronto en la evolución celular. Es verdad que para una célula individual puede ser suficiente dejarse llevar por movimientos del medio. Pero seguro que es preferible decidir acercarse a los recursos y alejarse de los peligros en vez de confiar en el azar. Y no digamos para un organismo pluricelular, en el que, a partir de una masa inicial, no ordenada, resulta vital para el desarrollo que cada célula migre hacia su destino final.

Pero la movilidad también tiene caras oscuras, poco amables. Un tumor produce metástasis gracias a la movilidad de las células que lo integran.

Citoesqueleto
Tomado de Brentwood
¿Qué necesita una célula para moverse? Citoesqueleto. O flagelos, que son una de las modalidades del citoesqueleto.

Pero el citoesqueleto no solo mueve a la célula. También mueve su interior. Porque gracias al él hay paquetes cargados de biomoléculas que llegan a su destino, al sitio donde deben estar, mucho más eficientemente. Gracias al citoesqueleto la célula puede especializar regiones de su interior. Porque fiando únicamente al azar, las proteínas nunca llegarán a un sitio concreto, y solo a ese, sino que se dispersarán hacia todas partes. Por tanto, el citoesqueleto resultó un elemento indispensable para que la célula eucariota, compartimentada, pudiera surgir. Sin él hubiera sido imposible tener orgánulos membranosos albergando una función específica en su interior.

Pero no solo eso. El citoesqueleto es el andamiaje sobre el que se montan y desmontan membranas. Sí, sí. Membranas. Eso tan importante que constituye el límite de la célula, el lugar en el que residen la función de nutrición y la de relación, el sitio del que parten las señales que indicarán al ADN qué genes serán leídos y cuándo. Sin el citoesqueleto, la membrana eucariota no es gran cosa… Sobre todo cuando el citoesqueleto, además de sostenerla, de darle forma, ancla algunas proteínas a algunos sitios y las modula en su acción. Y, si cambia el citoesqueleto, cambia el lugar de esas proteínas y cambia la forma en que se comportan. Quien es capaz de organizar la endocitosis y la fagocitosis, quien pone y quita y mantiene proteínas en un sitio concreto, no es un mero soporte físico, no.

Matriz extraceular y citoesqueleto
Tomado de Universidad Técnica de Darmstadt
No solo eso. El citoesqueleto, en los organimos pluricelulares, conecta con la matriz extracelular (a través de la membrana). Sí, sí, esa que da soporte a los tejidos. Así,matriz extracelular y citoesqueleto son caras de la misma moneda, con la membrana en medio, relacionándose con ambas partes. Pero, además de conectar hacia fuera, también conecta hacia dentro, con el citoesqueleto del interior del núcleo. Sí, sí. Ese que interactúa con los genes para que se expresen. ¿Y qué significado tiene esto? Uno muy llamativo (a mí me parece llamativo). Que mediante una serie de tensiones físicas, de empujes y tirones, el citoesqueleto propaga información. Tirones y empujones que, partiendo de un lugar, llegan a otro. Y, allí, provocan una reacción química, allí esas fuerzas se convierten en señales moleculares. Lo cual se  conoce como
mecanotransducción. Es algo muy parecido a tirar de una palanca, mover un cable y, en el extremo de ese cable, provocar una reacción. De ese modo, mediante esfuerzos físicos, una célula puede afectar a lo que sucede en el núcleo de otra célula, aunque esté algo alejada. En realidad deberíamos concebir a las células de un tejido como un todo interconectado, con el citoesqueleto y su prolongación, la matriz, como una red por la que viaja información que se convierte en acciones químicas, en síntesis de proteínas. Que logra coordinar el modo en que se ejecutan funciones por un conjunto amplio de células…

Mitosis y citoesqueleto
Tomado de CellDynamics.org
¿Quieres más? ¿Te has preguntado alguna vez qué ocurre en la mitosis con la membrana nuclear, cómo desaparece y luego reaparece, cómo se organiza la cromatina en cromosomas, cómo estos se desplazan y luego se parten en cromátidas hermanas y luego estas van cada cual a su sitio? El citoesqueleto no solo actúa decisivamente en la relación y en la nutrición, como te decía antes; o en la transmisión de información mediante la mecanotransducción, como te indicaba en el párrafo anterior. También es protagonista en la reproducción.

¿Y sabes lo que me da más rabia? Que nada de esto te lo cuenta un libro de texto de enseñanzas medias… ¿Es que tienen miedo de la biología de verdad? Me refiero a la biología dinámica, de procesos… Es raro que se centren en descripciones que parecen fotos fijas cuando la célula, la real, es mucho más un vídeo que una foto. Y, en gran parte, es un vídeo gracias al citoesqueleto. ¿De verdad crees que en un par de párrafos se puede dar por conocido el citoesqueleto, teniendo en cuenta que sus proteínas son las más abundantes de la célula? ¿Teniendo en cuenta que interviene en todas las funciones vitales y que lo hace, no como un actor secundario, sino como el principal?

Fíate menos de tu libro de texto… Y más del profesor o profesora que tengas, de hablar con ella o con él. De preguntarle.

Y, desde luego, si en selectividad te preguntan definiciones, y no el sentido de las cosas, fíate NADA de que selectividad sea algo más que un mero filtro que clasifica a la gente según unos parámetros que nada tienen que ver con el aprendizaje y mucho con la apariencia de aprendizaje.

Te dejo un vídeo con algunos conceptos de citoesqueleto, que espero ampliar, y un gráfico con lugares celulares donde actúa, donde es importante.


Funciones del citoesqueleto
Tomado de Nature

Tomado de:

Blog de José Luis Castillo

8 de agosto de 2013

La fidelidad del macho es fruto evolutivo para evitar los infanticidios

Un estudio en primates demuestra que los animales fieles cuidan y protegen más a los descendientes.

Reproducción y comida son los principales motores evolutivos. Pero ¿dónde encaja la monogamia (o el hecho de que un macho se sienta vinculado a una o un grupo de hembras) en este proceso? Investigadores de las universidades de Londres, Manchester, Oxford y Auckland han estudiado los comportamientos de 239 especies de primates –humanos incluidos- y han llegado a una sorprendente conclusión: la fidelidad del macho sirve para proteger a las crías de los infanticidios a manos de otros ejemplares. Lo publican en PNAS.

La razón de esta protección está en que las crías –y sobre todo en especies que tienen que dedicar mucho tiempo a su crianza- son un obstáculo para un nuevo proceso reproductivo. Las hembras no son receptivas mientras tienen que estar pendientes al completo de la descendencia. Y para un macho nuevo que llega eso es un obstáculo. Animales como los leones lo solucionan mediante un infanticidio generalizado: cuando un nuevo macho se hace cargo de la manada, lo primero que hace es sacrificar a los descendientes del macho desplazado. De esta manera las hembras, libres de la crianza, vuelven a tener el celo.

En algunos primates se han visto comportamientos parecidos. De ahí que para la hembra y las crías, mantener la relación con el progenitor sea tan importante. Este las defiende, y además puede ayudar en el cuidado de los ejemplares jóvenes. De esta manera el ciclo reproductivo se acorta, explican los investigadores. Esto es muy importante según el desarrollo cerebral se va haciendo más complicado, ya que el proceso de aprendizaje de las crías es cada vez más complicado y estas son dependientes de la madre durante más tiempo.

“Es la primera vez que se han verificado sistemáticamente las teorías de la monogamia en primates, demostrando de manera concluyente que su causa es evitar los infanticidios”, ha dicho el antropólogo de la Universidad de Londres Kit Opie.

Susanne Schultz, de la Universidad de Manchester, añade: “Lo que hace este estudio tan emocionante es que nos permite bucear en nuestro pasado para entender los factores que fueron tan importantes para hacernos humanos. Una vez que los padres deciden quedarse y cuidar de los pequeños, las madres pueden cambiar sus decisiones reproductivas para tener más descendencia y con un desarrollo cerebral más complejo”.

Fuente:

El País Ciencia

1 de agosto de 2013

Los delfines se llaman por su nombre con silbidos

La especie humana no es la única en la que cada individuo tiene un nombre. Un estudio acaba de descubrir que los delfines nariz de botella emplean un silbido concreto para identificar a cada miembro de una comunidad. Así lo han comprobado científicos de la Universidad de St Andrews (Escocia) en un estudio publicado en 'Proceedings of the National Academy of Sciences' (PNAS).

Investigaciones anteriores ya habían revelado que los delfines responden y se comunican mediante un amplio repertorio de silbidos, pero nunca se había demostrado que utilizan un sonido específico que designa a cada animal del grupo.

El doctor Vincent Janik, de la Unidad de Investigación de mamíferos de la universidad explica que los delfines "viven en alta mar, en un entorno sin puntos de referencia, por lo que tienen que permanecer juntos como un grupo. Ese mismo entorno es el que hace que necesiten un sistema eficaz para mantenerse en contacto".

El estudio ha sido realizado con 200 delfines nariz de botella salvajes. Recogieron los sonidos que emitían y luego procedieron a reproducirlos mediante un altavoz bajo el agua. Los investigadores concluyeron que los animales solo respondían a sus propias llamadas, cuando oían el silbido que les designaba.

Se cree que esta forma de comunicación surgió para favorecer la unidad del grupo en su hábitat. Tal y como explica Janik, "la mayoría de las veces no pueden verse entre sí ni tampoco usar el olfato bajo el agua -elemento muy importante para los mamíferos a la hora de reconocerse-. Además tampoco tienden a permanecer en un solo lugar, por lo que no tienen nidos a los que volver".

Ya se habían encontrado indicios de que algunos tipos de loros emplean sonidos para diferenciar a otros de su grupo, pero, para Stephanie King, coautora del proyecto, "ésta es la primera evidencia real de la existencia de nombres y apelativos en el reino animal".

Para el Dr. Janik es interesante cómo esta práctica es desarrollada por comunidades de delfines de muy distintos grupos, y esto puede ayudar a comprender cómo se desarrolló la comunicación en los seres humanos.
Fuente:

21 de julio de 2013

Los mamíferos especializados sufren más con un cambio climático

La respuesta de los mamíferos frente a los cambios climáticos bruscos difiere en función de sus características ecológicas y, en particular, de su grado de especialización o adaptación a unas condiciones muy concretas, según se desprende de un trabajo en el que han participado investigadores del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC).

El estudio de los fósiles de más de 40 yacimientos ibéricos ha permitido establecer que los múridos (ratas y ratones), el grupo de roedores más especializados del Plioceno (desde hace unos 5,3 millones de años hasta hace unos 2,5 millones de años), fue el más perjudicado por el comienzo de una brusca fase de enfriamiento global que comenzó en la Tierra hace unos 2,7 millones de años y que dio lugar a las glaciaciones.

   Antes de esta dramática transformación, el clima global era bastante más cálido y húmedo que en la actualidad. Por buena parte de Europa se extendían laurisilvas y bosques subtropicales monzónicos, con unas condiciones muy concretas a las que los múridos estaban perfectamente adaptados.

   "En relativamente poco tiempo los ecosistemas terrestres cambiaron radicalmente. La extensión continental del hemisferio norte cubierta por glaciares aumentó de forma significativa y los bosques templados y húmedos fueron sustituidos por otro tipo de paisaje", ha explicado uno de los autores, Juan López Cantalapiedra.

   Mientras que el dominio de los múridos quedó poco a poco relegado a los ambientes tropicales de África y el sur de Asia, un grupo hasta entonces poco especializado ecológicamente y poco abundante en los ecosistemas del Plioceno se benefició del cambio: los arvicólidos.

   Estos mamíferos, más conocidos como topillos (y a cuyo grupo pertenecen hoy en día una decena de especies ibéricas y más de un centenar en todo el mundo), sí supieron aprovechar la oportunidad para adaptarse a los nuevos tiempos.

   "La excesiva especialización de los múridos en un determinado tipo de ecosistemas les impidió ocupar los nuevos ambientes que aparecieron en la Península, entre ellos, los actuales bosques de encinas, coscojas y alcornoques. Por otro lado, el éxito de los arvicólidos fue tal que se convirtieron en el grupo de roedores más exitoso de los ecosistemas septentrionales de Eurasia y Norteamérica", ha indicado el investigador.

Amplitud ecológica

 Según los científicos que han llevado a cabo este trabajo, publicado eb 'BMC Evolutionary Biology', ha sido el primero en explorar la especialización ecológica en el registro fósil. A su juicio, pone de manifiesto la importancia de la habilidad de las especies para entrar o permanecer en ambientes nuevos como moduladora de su respuesta frente a cambios ambientales, y cómo la configuración de las faunas se transforma radicalmente tras una crisis ambiental a gran escala.

   "El gran cambio climático que supuso el inicio de las glaciaciones debió de dar lugar a una fauna dominada por especies generalistas, a partir de las cuales tuvieron que generarse especialistas adaptados a las nuevas condiciones", ha recalcado López Cantalapiedra

   El científico ha señalado que esta confirmación puede resultar de interés en la actualidad, ya que es previsible que las especies especialistas, que generalmente tienen más problemas de conservación, serán las más afectadas por el cambio climático global actual".

Fuente:

Europa Press Ciencia

19 de julio de 2013

¿Por qué nos fascinan los pechos?

  • Masajearlos libera una hormona que refuerza los lazos afectivos
  • Activa los mismos circuitos cerebrales que la lactancia materna

Los pechos son el signo de femineidad por excelencia. Los hombres sienten debilidad por esta parte del cuerpo de la mujer y no hay mirada que no se les escape hacia un bonito escote. A su vez, las mujeres cuidan sus pechos con coquetería y los realzan con sujetadores de diseños diversos.

La razón de este comportamiento poco tiene que ver con las modas. Es una conducta instintiva. Los pechos tienen utilidad biológica más allá de la maternidad: sirven para maximizar el vínculo afectivo entre las parejas sexuales.

“No es algo aprendido, sino que viene programado en nuestro cerebro”, explica a RTVE.es el estadounidense Larry Young, neurocientífico especializado en el comportamiento social en la Universidad de Emory. A pesar de ello, desde el punto de vista biológico, esta fascinación humana por los pechos es bastante rara.

“Las mujeres son los únicos mamíferos cuyos pechos crecen en la pubertad independientemente de si están embarazadas o no y los hombres somos los únicos mamíferos fascinados por los pechos, que los masajean con las manos y la boca durante las relaciones sexuales”, comenta.

Una hormona provoca la fascinación por los pechos

La explicación a este comportamiento tiene que ver con la liberación de oxitocina en el cerebro, la apodada ‘hormona de los mimosos’ o ‘pegamento social’ porque produce un sentimiento de unidad. La sintetiza la glándula pituitaria del hipotálamo, los ovarios y los testículos.

Se libera con las caricias, los besos y la estimulación vaginal. Como todas las hormonas, tiene varias funciones, entre las que figuran desencadenar la contracciones del parto y las del orgasmo.

Esta hormona se libera con las caricias en los pechos y pezones durante las relaciones sexuales por una razón muy relacionada con la lactancia materna. En ese periodo de la vida de una madre se libera oxitocina en grandes cantidades.

El bebé aprieta con la boca y las manitas el pecho de la madre. Esta estimulación envía señales al cerebro que hacen que se produzca la hormona, que hace que la leche fluya adecuadamente. Además aumenta la unión entre la madre y el bebé. “La madre centra su atención en el bebé, que se vuelve lo más importante de este mundo”, explica este experto autor del libro La Química entre nosotros: amor, sexo y la ciencia de la atracción.

Por otro lado, el hecho de que los humanos tengamos sexo cara a cara y nos miremos a los ojos sirve para ayudar a establecer un vínculo entre amantes. Para ello explota el mismo circuito cerebral que el que se forja con el vínculo madre e hijo durante la lactancia.

“De manera simultánea se libera otra hormona, la dopamina, relacionada con la plenitud, la euforia y también con la motivación para conseguir un objetivo en concreto”, explica Young. “Las dos hormonas juntas ayudan a que la cara del recién nacido, su olor y sus sonidos se fijen en el circuito cerebral de recompensa de la madre y así ella relacione la tarea de cuidar a su bebé como una experiencia buena y motivadora”, detalla Young.

En definitiva, despierta el instinto maternal. En la cama despierta el amor romántico.

Fuente:

RTVE Ciencia
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