Pero lejos de ser una simple cuestión estética, esta práctica tuvo consecuencias sociales y políticas a tal punto que podría haber cambiado el vínculo de estas antiguas civilizaciones con el imperio inca que llegaría a dominar la región.
"Antes de mi estudio contábamos mayormente con los reportes de los españoles de la época colonial", le dijo a BBC Mundo el antropólogo estadounidense Matthew Velasco, docente e investigador de la Universidad Cornell de Estados Unidos.
Su trabajo, publicado este mes en la revista científica Current Anthropology, develó que lo que se creía era un marcador étnico exclusivo de los collaguas fue en verdad "una práctica mucho más dinámica, que se transformó a través del tiempo", explicó Velasco.
Porque lo que en un principio servía para distinguir a los collaguas de los cabanas, terminó uniéndolos contra los invasores incas.
De dos formas
Los collaguas vivían en la zona alta del valle del Colca, hablaban aymara y se especializaban en la crianza de alpacas para extraerles la lana.Según documentos coloniales de la época, los collaguas vendaban los maleables cráneos de los bebés para darles una forma alargada y estrecha.
El objetivo, detallaban los cronistas españoles, era que las cabezas tuvieran una forma similar al volcán Collaguata, considerado el lugar de origen mítico de esta etnia.
Los cabanas, en cambio, hablaban quechua y cultivaban maíz en las fértiles tierras de la zona baja del valle.
Estos daban a los cráneos de los infantes una forma más achatada y amplia presionando el lado posterior de la cabeza. "Probablemente usaban placas de madera (es decir, materiales más duros) para conseguir esta forma", detalló Velasco.
Al analizar cientos de restos óseos humanos de múltiples tumbas en el valle del Colca, Velasco descubrió que antes del 1300 la mayoría de las personas no presentaban modificaciones en las cabezas.
La práctica, observada en solo 39,2% de los cráneos, pasó a representar el 73,7% luego de dicha fecha.
Pero esto no es todo: con el paso del tiempo, la forma cónica comenzó a predominar.
Esta creciente homogeneidad en las formas de cabezas contribuyó a la creación de una nueva identidad colectiva "que pudo haber reforzado los lazos sociales entre élites durante un tiempo de mucha guerra y fragmentación social", dijo Velasco.
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BBC Ciencia