Domingo, 07 de marzo de 2010
Reconstruyendo los rostros de los homínidos
Conocemos la evolución humana a través de los restos fósiles de los homínidos que nos precedieron y de nuestros antepasados más cercanos dentro de nuestro género homo. Una de las partes del esqueleto que se conserva mejor es el cráneo, y dentro de sus partes, los dientes. Gracias al cráneo podemos observar diferencias entre todas las especies de homínidos, en las cuales se basan las filogenias posibles y la divergencia de especies asociadas a nosotros, los homo sapiens.
Una de las más claras es el robusto cráneo de los Paranthropus (o australopitecus robustos) con el de los australopitecus gráciles y los miembros del linaje homo. Por más de que algunas diferencias sean evidentes, la imaginación a veces no basta para hacernos una idea de cómo eran los rostros de los antepasados de los humanos más allá de los blanquecinos cráneos que nos llegan a nuestros días.
John Gurche, ‘paleo-artista’ (según se define) ha reconstruido de forma extraordinariamente realista los rostros de los homínidos que nos precedieron. No de todos, por supuesto, pero sí de siete especies que adquieren notable interés científico y un valorable esfuerzo artístico por parte de Gurche. Arriba apreciamos a Australopithecus afarensis (izquierda) y a Australopithecus africanus (derecha). Debajo dejamos el resto.
Paranthropus boisei.
Homo heidelbergensis.
Homo erectus.
Homo neanderthalensis.
Homo floresiensis.
Faltan especies, por supuesto, como Homo Habilis, Australopithecus anamensis, Paranthropus aethiopicus entre otras cuantas. De todos modos, puedes encontrarlas en el sitio web de Gurche.
Ojo Científico