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14 de abril de 2016

Las bacterias que devoran plástico

Científicos de varias instituciones japonesas han identificado una especie de bacterias que utilizan dos enzimas para descomponer el plástico. En concreto, estos microorganismos son capaces de degradar el politereftalato de etileno o PET, un tipo de polímero usado en envases como botellas plásticas que es altamente resistente a la biodegradación.


 

Solo en 2013 se produjeron alrededor de 56 millones de toneladas de politereftalato de etileno en el mundo, también conocido como PET. Su acumulación en los ecosistemas de todo el mundo supone un problema cada vez mayor. Hasta la fecha, se han encontrado muy pocas especies de microorganismo que descompongan este polímero.

Científicos de varios centros japoneses han publicado un estudio en Science en el que han recopilado 250 muestras de desechos de PET y los han estudiado en busca de candidatos bacterianos que dependan de las láminas de PET como principal fuente de carbono para su crecimiento.

“Hasta ahora no existía ningún informe de cómo degradar el PET a dióxido de carbono y agua. Una de las razones es porque PET tiene estructuras cristalinas y también una naturaleza química hidrófoba”, apunta a Sinc Kohei Oda, autor principal del estudio e investigador del Instituto de Tecnología de Kyoto (Japón).

El artículo completo en:

Vox Populi

26 de enero de 2016

Los problemas de nacionalidad de las bacterias que viven en nuestro cuerpo

En nuestra piel viven innumerables especies de microbios, y en cantidades tan elevadas que ni siquiera se sabe a ciencia cierta cuántos hay.

Solo nuestro ombligo es, a efectos de vida microbiana, algo así como un mundo extraterrestre, como pone en evidencia el proyecto llamado Belly Button Biodiversity (BBB), es decir, Proyecto de Biodiversidad del Ombligo, llevado a cabo por investigadores de la Universidad Estatal y el Museo de Ciencias Naturales de Carolina del Norte.



En este proyecto, los investigadores tomaron muestras de esa insondable parte de nuestra anatomía que es el ombligo, en el que al parecer los microbios se encuentran muy confortables. Allí encontraron, tras analizar 500 ombligos, un total de 2.368 especies diferentes de bacterias.

Pero lo más sorprendente, al respecto de este hallazgo, es lo que cuenta Josep Maria Mainat en su libro Ciencia optimista:

el estudio especifica que 1.458 de esas especies de microbios eran previamente desconocidas para la ciencia y algunas de las bacterias detectadas estaban totalmente fuera de su contexto habitual. El ombligo de una persona, por ejemplo, albergaba una bacteria que solo se había encontrado anteriormente en Japón, donde la persona no había estado nunca. Otro individuo tenía en el ombligo dos tipos de unas bacterias llamadas “extremófilas”.
Los extremófilos son microorganismos que viven en condiciones extremas, tan extremas como Cherbóbil, los desiertos, en los volcanes, en las fuentes hidrotermales e incluso en el hielo antártico.

Detrás de la oreja, sin embargo, solo se han encontrado una media de 19 especies diferentes de microbios.

Entre las especies de microbios que habitan en la piel de la mano derecha, solo el 17% coinciden con las que habitan en la piel de la mano izquierda.
Todo esto es lo que podemos encontrar en nuestra piel, pero en nuestro interior hay muchos más microbios. Solo nuestro sistema digestivo acoge a más de un centenar de billones de microbios de al menos 400 especies diferentes. 

Muchos de ellos llevan consigo genes que nos dotan con rasgos y funciones útiles para nosotros, como ayudarnos a asimilar nutrientes, y convertir el resto en excremento que más tarde evacuaremos. Tenemos 25.000 genes contenidos en nuestras células, pero poseemos 20 veces más de genes no humanos procedentes de las bacterias. ¿Somo ellas o nosotros? ¿De qué país somos, entonces?

Tomado de: Xakata Ciencia

18 de octubre de 2015

La célula de la que venimos todos




Chimeneas hidrotermales en el fondo del Ártico cercanas al punto donde se encontraron las Loquiarkeas.



Los humanos sabemos más de la superficie de Marte que de las profundidades del océano, y hoy un ser microscópico nos lo vuelve a dejar meridiano. Un barco de exploración científica ha encontrado en el fondo del Ártico unos microbios que permiten aclarar cómo, hace más de 2.000 millones de años, una célula solitaria y primitiva dio lugar a la espectacular orgía de vida compleja que abarca a humanos, animales, plantas y hongos.

Los nuevos organismos han sido bautizados como lokiarqueas, un término que probablemente abarca a varias especies hasta ahora desconocidas. Su material genético se ha encontrado a 3.283 metros de profundidad, cerca de unas chimeneas hidrotermales entre Noruega y Groenlandia conocidas como el Castillo de Loki, el misterioso dios nórdico. Sus descubridores creen que son el puente entre la vida celular más sencilla, los procariotas, y el resto de seres vivos, los eucariotas.

Usted y todos los seres vivos que puede ver a su alrededor son miembros del gran imperio eucariota. Toda forma de vida cuyas células tienen un núcleo diferenciado para guardar el ADN, un citoesqueleto bien desarrollado y orgánulos que las mantienen vivas es un eucariota.
Este hallazgo nos acerca un poco más a poder responder la eterna pregunta, ¿de dónde venimos?"
Las arqueas componen otro dominio fundamental de la vida más desconocido. No tienen núcleo celular, pero sí rasgos genéticos que las acercan a nosotros y las alejan de las bacterias y otros procariotas. Los primeros fósiles de procariotas datan de hace unos 3.500 millones de años. Unos 1.500 millones de años después, en una Tierra irreconocible, evolucionaron las primeras células eucariotas que sustentaron una incomparable proliferación de nuevos seres vivos. Cómo sucedió es un misterio que varias hipótesis científicas compiten por explicar.

Las lokiarqueas pueden ser la respuesta. "Parecen descendientes directos de nuestro ancestro microbio”, explica a Materia Thijs Ettema, uno de sus descubridores. "Nuestro hallazgo nos acerca un poco más a poder responder la eterna pregunta, ¿de dónde venimos?", añade.

Solo el 1% de todos los microorganismos que habitan la Tierra se pueden criar en el laboratorio y estas nuevas arqueas no son una excepción. Ettema, de la Universidad de Uppsala (Suecia), y el resto de su equipo, han podido identificarlas y estudiarlas gracias a una técnica, la metagenómica, que identifica el código de barras genético de cada ser vivo de entre los sedimentos marinos y luego intenta recomponer el resto de su genoma.

Años para reproducirse

Según el trabajo, publicado en Nature, las arqueas de Loki son los microbios sin núcleo más parecidos a nuestras propias células eucariotas, de las que parecen “hermanas” en términos filogenéticos. Su genoma es mucho más evolucionado de lo esperado y contiene “unos 100 genes eucariotas” relacionados con aspectos fundamentales de este grupo, según Ettema. Algunos de estos genes producen actina, “una proteína que indica que el ancestro de los eucariotas tenía ya un citoesqueleto dinámico y tal vez un mecanismo primitivo de fagocitosis”, explica este microbiólogo. Esto es un dato clave, pues explicaría cómo apareció la mitocondria, el orgánulo que proporciona energía a todas nuestras células, cuando nuestro antepasado arquea se tragó una bacteria primitiva.
Una de las encendidas polémicas que rodea esta etapa fundamental de la vida en la Tierra es si los eucariotas evolucionaron de los procariotas antes o después de la aparición de las arqueas. El nuevo trabajo dibuja un árbol de la vida con dos ramas principales (arqueas y resto de procariotas) con los eucariotas surgiendo de la primera hace más de 2.000 millones de años. Las lokiarqueas son descendientes directos de ese ancestro común del que hablaba Ettema.

Tal vez lo más frustrante de este descubrimiento es que no sabemos qué aspecto tienen las arqueas de Loki. El estudio no se basa en el organismo en sí, sino en sus genes y proteínas. El nuevo objetivo de Ettema será sacar a estos microbios del fondo del mar y estudiarlos bajo el microscopio, lo que ofrece una doble dificultad. Primero, estas arqueas están tan esparcidas en el tenebroso y gélido fondo marino dada la escasez de nutrientes que las muestras recogidas por los barcos contienen muy pocas. Segundo, su ritmo de división celular es extremadamente lento, puede llevar años, y eso si hay suerte y los científicos adivinan de qué se alimentan. Por eso, al mismo tiempo, van a seguir secuenciando el metagenoma de las profundidades en busca de nuevas especies que aclaren cómo la unión entre los dos grandes imperios procariotas dieron lugar a un tercero, el nuestro.

El linaje perdido

La búsqueda de vida desconocida gracias a las nuevas técnicas de secuenciación genética ha empezado hace muy poco tiempo y ya están dando resultados sorprendentes, explican T. Martin Embley y Tom Williams, de la Universidad de Newcastle, en un artículo complementario publicado en Nature. “La identificación de las lokiarqueas tan pronto en la historia de este campo naciente sugiere que pronto descubriremos entre las arqueas a parientes incluso más cercanos a nosotros”, opinan ambos investigadores, que no han participado en el trabajo.

Purificación López-García, una experta española en evolución microbiana que trabaja en la Universidad París Sur, ofrece una opinión independiente sobre el estudio. La hipótesis propuesta, dice, “sigue en liza con otros modelos para explicar la aparición de los eucariotas, como que surgiesen por simbiosis entre bacterias y arqueas”, resalta. Uno de los mayores problemas de este y muchos oitros trabajos es que “no tienen al organismo en sí, sino que deducen su presencia a partir de los genes”, resalta.

“Se trata de un estudio muy interesante, sobre todo por descubrir un linaje perdido que ayuda a entender un momento clave de la historia evolutiva sobre el que existen bastantes teorías alternativas”, opina Iñaki Ruiz-Trillo, investigador del Instituto de Biología Evolutiva (CSIC-UPF).

Toamdo de:

El Mundo Ciencia

7 de abril de 2015

Increíble pero cierto: Tus heces te pueden ayudar a ganar dinero



Ir al baño con regularidad podría generarle mucho dinero. La organización sin fines de lucro OpenBiome, está pagando 40 dólares a cada voluntario que done sus heces fecales. 

El objetivo principal es realizar la investigación de la cura contra la superbacteria C -Clostridium Difficile, causante de enfermedades tales como la colitis o complicaciones más complejas como la inflamación severa del intestino, según informa BBC Mundo. 

Estas infecciones reaparecen en ocasiones luego de un tratamiento con antibióticos, pero pueden curarse en el 90% de los casos con un transplante fecal, que ofrece una forma de repoblar los intestinos de una persona enferma con la flora intestinal de una persona saludable.

"Enviamos nuestras primeras muestras a hospitales en 2013 y ahora suministramos materias fecales a más de 200 hospitales y cínicas en 39 estados de Estados Unidos", señaló Carolyn Edelstein, vocera de OpenBiome, en declaraciones a BBC Mundo.

Según informa el citado medio, la compañía paga 40 dólares por muestra. También ofrece un bono de 10 dólares si la persona dona por cinco días seguidos. De esta forma se puede obtener hasta US$250 a la semana. 

Sin embargo, sólo se aceptan contribuciones de individuos sanos, de hábitos impecables, que pasen una larga serie de pruebas estrictas. Sólo un 4% de los miles de candidatos han sido aceptados en los últimos dos años.

Los requisitos para ser voluntario son tener entre 18 y 50 años, un índice de masa corporal por debajo de 30 y poder hacer donaciones frecuentes, durante 60 días, en sus instalaciones. Previamente, los interesados habrán tenido que responder un cuestionario de  más de 100 preguntas para descartar problemas de metabolismo o enfermedades autoinmunes, luego serán sometidos  a 27 pruebas de sangre y materias fecales.

Fuentes:

RPP Noticias

BBC Mundo

19 de marzo de 2015

Tus excrementos te pueden ayudar a ganar dinero


Ir al baño con regularidad podría generarle mucho dinero. La organización sin fines de lucro OpenBiome, está pagando 40 dólares a cada voluntario que done sus heces fecales. 
El objetivo principal es realizar la investigación de la cura contra la superbacteria C -Clostridium Difficile, causante de enfermedades tales como la colitis o complicaciones más complejas como la inflamación severa del intestino, según informa BBC Mundo. 

Estas infecciones reaparecen en ocasiones luego de un tratamiento con antibióticos, pero pueden curarse en el 90% de los casos con un transplante fecal, que ofrece una forma de repoblar los intestinos de una persona enferma con la flora intestinal de una persona saludable.

"Enviamos nuestras primeras muestras a hospitales en 2013 y ahora suministramos materias fecales a más de 200 hospitales y cínicas en 39 estados de Estados Unidos", señaló Carolyn Edelstein, vocera de OpenBiome, en declaraciones a BBC Mundo.

Según informa el citado medio, la compañía paga 40 dólares por muestra. También ofrece un bono de 10 dólares si la persona dona por cinco días seguidos. De esta forma se puede obtener hasta US$250 a la semana. 

Sin embargo, sólo se aceptan contribuciones de individuos sanos, de hábitos impecables, que pasen una larga serie de pruebas estrictas. Sólo un 4% de los miles de candidatos han sido aceptados en los últimos dos años.

Los requisitos para ser voluntario son tener entre 18 y 50 años, un índice de masa corporal por debajo de 30 y poder hacer donaciones frecuentes, durante 60 días, en sus instalaciones. Previamente, los interesados habrán tenido que responder un cuestionario de  más de 100 preguntas para descartar problemas de metabolismo o enfermedades autoinmunes, luego serán sometidos  a 27 pruebas de sangre y materias fecales. 

Fuente:

RPP Noticias

10 de noviembre de 2014

Bioquímicos desarrollan una alternativa eficaz a los antibióticos

La fuerte resistencia de las bacterias a los antibióticos representa un grave problema para la humanidad. Pero científicos de la Universidad de Berna (Suiza) ha desarrollado una sustancia que representa una alternativa eficaz a los antibióticos.

Se trata de una especie de cebo para bacterias diseñado a partir de unas nanopartículas artificiales -a base de lípidos- llamadas liposomas.

El estudio, publicado en la revista 'Nature Biotechnology', explica que este cebo actúa como señuelo para las toxinas bacterianas consiguiendo atraparlas, secuestrarlas y neutralizarlas por completo. Sin toxinas las bacterias se vuelven indefensas y pueden ser eliminadas por el mismo sistema inmunológico.

"Hemos hecho un cebo irresistible para las toxinas bacterianas. Las toxinas se ven fatalmente atraídas por los liposomas, y una vez que están unidos, pueden ser eliminados fácilmente sin peligro para las células huésped", explica Eduard Babiychuk que junto con Annette Draeger encabeza el estudio.

La sustancia ha sido probada con éxito en ratones: los pacientes con sepsis se curaron después de la administración de liposomas y no necesitaron ningún tratamiento antibiótico adicional. 

Fuente:

Actualidad RT

12 de octubre de 2014

Se atrasa el origen de la vida compleja

Uno de los grandes retos de la paleontología es saber de qué manera pudo brotar la vida multicelular a partir de los sencillos seres unicelulares, como las bacterias.

El hallazgo de un geobiólogo de la Universidad Virginia Tech, en colaboración con científicos de la Academia China de Ciencias, sugiere que esa revolución tuvo lugar bastante antes de lo que se pensaba.

Se trata de un fósil datado hace 600 millones de años, una época en que la comunidad paleontológica creía que la Tierra solo estaba habitada por criaturas extremadamente simples.

“Fósiles similares habían sido interpretados erróneamente como bacterias, eucariotas unicelulares, algas y formas de transición relacionadas con esponjas, anémonas y animales de simetría bilateral”, ha explicado Shunai Xiao, profesor de Virginia Tech y principal autor del descubrimiento.


Tras desenterrar el nuevo vestigio en la región china de Guizhou, Xiao y sus colaboradores han comprobado que mostraba signos de adhesión entre células, especialización y muerte celular programada, como los animales y plantas actuales. Hasta ahora solo se habían encontrado ejemplos de tal complejidad biológica en la fauna del Cámbrico, periodo que empezó hace 540 millones de años.

Fuente:

Muy

9 de agosto de 2014

El peligro de un apretón de manos

¿Puede conllevar algún riesgo un gesto tan simple como un apretón de manos? Así lo sugiere un estudio de la Universidad de Aberystwyth (Reino Unido) que afirma que este tipo de saludo puede ayudar a la propagación de los gérmenes.
Si queremos evitar este riesgo, la forma más higiénica de saludar a otras personas es chocar los puños en vez del clásico apretón de manos. De esta manera, según los investigadores, disminuyen los riesgos de transmisión de gérmenes.
Para llegar a esta conclusión los investigadores emplearon guantes de goma cubiertos con la bacteria Escherichia coli (también conocida como E. coli) y realizaron pruebas de distintos tipos de saludo desde el choque de palmas, el tradicional apretón de manos o el choque de puños, muy habitual en el mundo del rap.

Los resultados, publicados en la revista American Journal of Infection Control revelaron que dar la mano supone el saludo con mayor riesgo de infección, ya que las bacterias pueden ser transmitidas directamente de mano a mano. De todas las pruebas realizadas, el saludo del choque de puños redujo la propagación de los gérmenes hasta en un 90%, convirtiéndolo en el más confiable.

Las personas rara vez piensan en las consecuencias para la salud de darse la mano. Si el público en general comenzara a saludarse con un golpe de puños, existiría un auténtico potencial para reducir la propagación de enfermedades infecciosas”, afirma Dave Whitworth, líder del estudio.
Fuente:

Muy Interesante

23 de mayo de 2014

Crean un nuevo tipo de ADN sin base en la naturaleza

Un equipo de investigadores del Instituto de Investigación Scripps de California (EEUU) ha logrado incorporar nuevas letras al alfabeto genético tras desarrollar una bacteria cuyo ADN incluye dos bases artificiales que no existen de forma natural, creando así el primer organismo vivo semisintético.

El estudio, publicado en la revista Nature, explica que han conseguido que el organismo utilizado para las pruebas, la bacteria “Escherichia coli” replicara sus células con relativa normalidad tras la modificación genética. Para conseguir la replicación de ADN, los investigadores tuvieron que proporcionar el par de bases (d5SICS y dNaM) a la bacteria, de forma artificial, así como las moléculas que las transportan. Afortunadamente, el material genético de las células del nuevo organismo semisintético replicaba las células con cierta velocidad y precisión, sin dificultar su crecimiento ni mostrar signos de perder sus pares de bases no naturales.

Los científicos esperan seguir creando moléculas artificiales que permitan el desarrollo de aminoácidos (componentes de las proteínas) no naturales que permitan la creación proteínas para funciones terapéuticas o de diagnóstico.

La idea de mejorar la estructura de doble hélice del ADN no es nueva; no en vano, el equipo de investigación del Instituto Scripps lleva trabajando en ello desde los años 90, logrando al fin, este hito en biología sintética con la creación del primer organismo semisintético capaz de albergar en su ADN un par de bases artificiales.

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Muy Interesante

15 de abril de 2014

El MIT logra desarrollar los primeros "materiales vivos"

Un grupo de investigadores del MIT han desarrollado una forma de crear materiales vivos que pueden combinar materiales convencionales con una “biopelícula” de células bacterianas que confiere a esa combinación propiedades interesantes.



Esos materiales son por ejemplo capaces de responder a su medioambiente, producir moléculas biológicas complejas y dar a los objetos construidos con esos materiales capacidades como las de “conducir la electricidad o emitir luz“.

Timothy Lu, un profesor de Ingeniería Eléctrica y Ingeniería Biológica, explicaba cómo este tipo de materiales podrían ser utilizados en el futuro para desarrollar sensores de diagnóstico, materiales autorreparables o células solares.

La base del trabajo de Lu y sus colegas es el uso de la bacteria E. coli ya que ésta produce biopelículas que contienen las llamadas “fibras curli”, que permiten a las bacterias “acoplarse” a todo tipo de superficies. 

Programando esas células para producir diferentes tipos de fibras, los investigadores pudieron crear nanocables de oro, películas de material conductor, o cristales diminutos con propiedades de mecánica cuántica. Las aplicaciones, afirman sus creadores, son muy diversas, y se podrían aplicar en campos como la generación de energía o la agricultura, donde por ejemplo podrían lograr hacer que los residuos agrícolas se convirtieran en biocombustibles.

Más información | MIT

Fuente:

Xakata Ciencia

3 de abril de 2014

Ua E. coli capaz de alimentarse de citrato.

Hace 25 años un científico estadounidense llamado Richard Lenski comenzó un experimento de evolución en el laboratorio con un único ejemplar de Escherichia coli, la bacteria más estudiada de la historia y uno de los seres vivos mejor conocidos. De ese único ejemplar extrajo 12 líneas diferentes de bacterias, que desde entonces se reproducen separadas las unas de las otras, dividiéndose y reproduciéndose; 58.000 generaciones de separación a estas alturas. Es el 'Long Term E. Coli Evolution Experiment' (experimento de evolución a largo plazo de E. coli), y está empezando a dar resultados. Lo que ocurre es que los resultados no son simples, y subrayan la complejidad del proceso evolutivo y, de rebote, la brillantez de quien supo desentrañarlo por primera vez, un tal Darwin. Porque las cosas no son sencillas ni siquiera con un organismo relativamente simple en un entorno perfectamente controlado como éste. Contrariamente a lo que defienden los creacionistas, la evolución se puede ver en el laboratorio, pero hay que saber mirar. Y la historia comienza hace 11 años, en 2003, cuando de repente apareció en una de las líneas algo que no debía existir: una E. coli capaz de alimentarse de citrato. Algo que por definición E. coli no puede hacer; en términos bacteriológicos casi la aparición de una nueva especie.

Para entonces habían pasado 33.000 generaciones desde el inicio del experimento, así que los científicos comenzaron a trabajar para descubrir de qué modo esa cepa de E. coli había conseguido dar semejante salto evolutivo. Y que les haya llevado 11 años de trabajo nos puede dar una pista sobre lo que encontraron: que la historia era muy, pero que muy compleja. Afortunadamente cada 500 generaciones congelan una muestra de las bacterias, así que podían volver atrás y analizar qué pasó y cuándo. Hacia la generación 31.500 descubrieron que se había producido el primer cambio: una duplicación en un gen denominado citT que permite a E. coli alimentarse de citrato en ausencia de oxígeno, que cambió el control de una de las copias, haciendo que el gen permaneciese activo incluso en ambiente aerobio. Sucesivas mutaciones en las siguientes 1.500 generaciones mejoraron esa capacidad, permitiendo a esta cepa convertirse en devoradora de citrato. Pero la cosa no era tan sencilla, porque simplemente trasplantar el nuevo gen citT a las bacterias ancestrales no las hacía capaces de comer citrato. Había algo más; algo que había pasado antes de la generación 31.500.

Así que a sus congeladores regresaron los científicos, a tratar de localizar ese otro cambio imprescindible. Y la cosa no era fácil: para la generación 33.000 había 79 mutaciones más acumuladas. Muchos análisis después llegó el sorprendente resultado: muy pronto en la evolución de esta cepa se había producido un cambio en un gen llamado dctA, que se ocupa de bombear fuera de la célula una molécula llamada succinato. Resulta que el equilibrio químico de la célula depende del equilibrio entre citrato y succinato de tal modo que cuando la bacteria capta citrato debe expulsar succinato para compensar. Sin el cambio en dctA el ‘nuevo’ citT no funciona, por lo que no ofrece ninguna ventaja a las bacterias que lo portan. Pero cuando se combinan los dos en el orden correcto sucede algo que parece magia: aparece una nueva forma de vida capaz de alimentarse de una molécula que sus ancestros no son capaces de digerir. Lo verdaderamente sorprendente es que seamos capaces de comprender de qué modo ocurre, de tal modo que no sea necesario invocar lo sobrenatural o lo divino. Un proceso natural, automático, elegante y bello que a lo largo del tiempo da lugar a la increíble diversidad y belleza que tenemos a nuestro alrededor. Algo ciertamente a celebrar.

Fuente:

RTVE Blog de Ciencias

27 de marzo de 2014

¿Por qué la pasta de dientes con flúor combate las caries?

  • A principios del siglo XX se descubrió el efecto protector del flúor
  • Endurece el esmalte y repara las lesiones producidas por las bacterias

Pasta de dientes con flúor.Lavarse los dientes es un gesto que repetimos tras cada comida como parte esencial de nuestro aseo personal. Esta costumbre retira los restos de alimentos, nos deja el aliento fresco y si la pasta contiene flúor reduce la aparición de caries. Es así porque este elemento químico protege el esmalte dental al hacerlo más duro y resistente a las bacterias.


El esmalte está compuesto en su mayoría por un mineral llamado hidroxiapatita. Es muy duro, pero es soluble en los ambientes ácidos que producen, con sus productos de deshecho, las bacterias que habitan la boca cuando se alimentan de los restos de comida presentes en nuestros dientes, sobre todo de azúcares. En esas condiciones el esmalte de los dientes y las muelas se desmineraliza y aparecen huecos. Esas lesiones son las caries.

El flúor de la pasta de dientes -se incluye como fluoruro sódico, fluoruro estannoso o fluorofosfato sódico- ayuda a remineralizar el esmalte, formando fluoroapatita y cerrando los huecos abiertos por las bacterias.

“Los dientes que han recibido flúor son más redondeados con surcos más suaves que favorecen la eliminación correcta de la película bacteriana”, explica a RTVE.es la doctora Rosario Garcillán Izquierdo, del Colegio de Odontólogos y Estomatólogos de la I Región (COEM). Además, el flúor frena la actividad de las bacterias e incluso mata algunos tipos sensibles al compuesto.

Esta propiedad beneficiosa del flúor se descubrió a principios del siglo XX. El dentista estadounidense Frederick McKay observó que muchos de sus pacientes que residían y se habían criado en Colorado Springs, presentaban unas manchas marrones en los dientes.

Hasta la llegada de este especialista nadie se había molestado en averiguar las causas del desorden dental. Los lugareños lo achacaban a factores de lo más dispares, como la ingestión de demasiado cerdo, leche de mala calidad o agua demasiado dura.

La dosis hace el veneno

Tras un largo trabajo de investigación, McKay averiguó que las manchas se debían a la alta concentración de flúor de las aguas que bebían los residentes. A la vez, observó que la incidencia de caries era bajísima.

Tras este hallazgo, como es la dosis la que hace el veneno, se iniciaron investigaciones para averiguar la cantidad adecuada de flúor que debían tener las aguas para aprovechar sus beneficios sin sufrir los perjuicios. Hoy en día el límite máximo recomendado de ingesta de fluoruros es de 2 miligramos al día, entre el agua, la dieta y la pasta dentífrica.

Las pastas de dientes para adultos contienen 1.000 partes por millón de flúor. El resto de los componentes de la pasta de dientes son abrasivos (sílice hidratada), blanqueadores (dióxido de titanio), componentes para dar al producto la consistencia de una pasta, saborizantes y aromas para hacer la pasta agradable al consumidor.

Un orificio en la pieza dental hasta tocar el nervio

Las caries empiezan a formarse a los 20 minutos de la ingesta de los alimentos. Al principio el ácido solo estropea el esmalte, pero si no se elimina las bacterias continúan su trabajo destructor en la pieza dental, llegan a la dentina y hacen un orificio por el que acceden a la pulpa, tocan el nervio y provocan un intenso dolor.

Hay dos tipos de caries. Las que se producen en el surco de las muelas y las que se producen entre los dientes. Con el hilo dental y un buen cepillado es posible prevenir estas últimas, pero las que atacan el surco de las muelas son muy difíciles de prevenir, por no decir imposible.

Las últimas investigaciones tienen puestas las esperanzas en un compuesto llamado xilitol para prevenir este tipo de caries. El xilitol es un edulcorante que las bacterias no pueden fermentar y está presente en casi todos los chicles sin azúcar. Así, una vez más la química es la aliada de la humanidad para evitar una de las enfermedades más comunes del planeta.

Lavarse los dientes, una costumbre ancestral
El cuidado de la dentadura es una constante en la historia. Los antiguos egipcios y los persas limpiaban y blanqueaban con tinturas y pinceles su dentadura. Desde la Antigua Roma hasta principios del siglo XX, pasando por la cultura íbera y celta o los pueblos germánicos, se ha usado orina para blanquear la dentadura. Otros remedios que han desfilado por los tocadores y gabinetes médicos de la humanidad son la leche materna, usada en Roma, o la fórmula magistral diseñada por el médico del emperador Claudio, Escribonio Largo, a base de vinagre, miel, sal y cristal machacado. El médico medieval sevillano Avenzoar recomendaba lavar los dientes con agua de llantén y de rosas para conservar su blancura. El médico y botánico toledano musulman Ibn Wadif en el siglo XI aconsejaba una sugerente mezcla hojas de menta, membrillo, melocotón, rosa y tierra jabonera de Toledo.
 Fuente:

26 de marzo de 2014

¿Por qué la lejía blanquea los tejidos?


  • Comenzó a usarse para eliminar manchas en un taller de tapices en el siglo XVIII
  • La lejía fue clave para frenar el contagio de enfermedades a través del agua

La lejía es un producto de limpieza presente en casi todos lo hogares. Sirve para labores de lo más dispares: desinfectar superficies, potabilizar aguas y blanquear la ropa. ¿Cuál es su secreto?

Ropa tendidaLa lejía, agua de lavandina o agua Jane es hipoclorito sódico. La lejía doméstica es una disolución de agua con un 5% de hipoclorito. Es de color transparente amarillo verdoso y desprende un olor a cloro muy característico. Ese mismo olor es el que desprenden las piscinas ya que la cloración es una exigencia en la mayoría de las normativas para mantener libre de gérmenes sus aguas.

La lejía mata microorganismos. Ataca las paredes celulares de las bacterias y terminan muriendo. Lo observó el bacteriólogo alemán Robert Kochal microscopio en el laboratorio en 1881. Por este efecto destructivo de los microorganismos también se usa para potabilizar el agua de consumo humano. Fue el médico inglés John Snow el primero que intentó usar el cloro para desinfectar el abastecimiento de agua de la calle Broad en Londres después de un brote de cólera en 1854. Los resultados fueron buenos y décadas más tarde en 1897 durante un brote de fiebre tifoidea, el médico alemán Sims Woodhead usó una solución de lejía para esterilizar las cañerías de distribución de agua potable en Maidstone, Kent (Inglaterra).

El invento funcionaba y allá donde se usaba desaparecían las enfermedades asociadas a patógenos transmitidos por el agua contaminada, como el cólera, fiebre tifoidea, disentería y hepatitis A. Por ello, poco a poco, la cloración de las aguas se extendió por distintas ciudades del mundo.

Nació en un taller francés de tapices reales

La lejía también sirve para eliminar manchas sobre tela blanca, sea cual sea su origen. Lo consigue porque es un potente oxidante, es decir, captura con avidez electrones.

De manera simplificada el color se produce porque la luz blanca incide sobre un material, los electrones de los átomos de ese material absorben un poco de su energía y devuleven la luz sin esa fracción de energía. Esta luz rebotada ya no será blanca, sino de color. Cada material tiene un color según la energía que sean capaces de absorber sus electrones. La lejía captura los electrones. Al no estar disponibles para absorber energía, la tela rebota todas las radiaciones visibles y se muestra blanca a nuestros ojos.

El efecto decolorante de la lejía lo descubrió el químico del siglo XVIII Claude Louise Berthollet. Fue designado director de la Manufacture des Gobelins, unos afamados talleres reales de fabricación de tapices.
En su afán por mejorar los procesos de blanqueo probó a utilizar una disolución de un elemento que se había descubierto tres décadas antes, el cloro, pero aplicarlo en forma de gas era complicado y tóxico para los trabajadores. En poco tiempo se dio cuenta de que lo ideal era disolverlo en agua. Se instaló en Javel, un pueblo cerca de Paris, donde empezó a fabricar el producto, que bautizó como ‘agua de Javel’. El resultado del invento, ahora llamado lejía, fue magnífico. Tanto que aún hoy seguimos usándolo.

Fuente:

RTVE Ciencia

12 de marzo de 2014

Crean modelos que detectan en tiempo real la introducción de especies invasoras como algas rojas



Las especies exóticas invasoras como las macroalgas representan hoy en día la segunda amenaza a la diversidad biológica de los ecosistemas marinos, según el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), y suponen, además, un grave peligro para la conservación de estos entornos. Por ello, investigadores del Departamento de Biología Vegetal de la Universidad de Málaga (UMA) desarrollan sistemas predictivos con el objetivo de diseñar estrategias eficaces para detectar en tiempo real la introducción de especies invasoras como las algas marinas en las costas de Andalucía. Asimismo, estos modelos también se pueden extrapolar a otro tipo de intrusiones que tienen lugar dentro del medio marino como bacterias, virus o peces.

En el artículo ‘The invasives Asparagopsis taxiformis (Bonnemaisoniales, Rhodophyta) on Andalusian coast (Southern Spain): reproductive stages, new records and invaded communities’, publicado en la revista Acta Botánica Malacitana, el equipo de expertos ha profundizado en el análisis del impacto en las costas andaluzas del alga roja, macroalga que se conoce con el nombre de Asparagopsis taxiformis y que está muy presente en la zona mediterránea y también en Europa. “Esta especie se encuentra actualmente en todas las provincias costeras andaluzas excepto en Huelva, con una profundidad que abarca desde la superficie hasta los treinta metros. Nuestros resultados muestran que el linaje invasor del Mediterráneo presenta una elevada plasticidad fisiológica que le permite sobrevivir en un amplio rango de condiciones ambientales”, explica la investigadora de la UMA María Altamirano a la Fundación Descubre.

Dicho análisis incluye el estudio del origen geográfico y temporal de las invasiones, la descripción del proceso y las características de la invasión, así como la evaluación del impacto ecológico tanto de su presencia actual en el entorno, como el de la futura expansión de la especie. “Nos hemos basado en un enfoque multidisciplinar (molecular, ecológico, evolutivo, fisiológico y matemático) que estudia la invasión de algas exóticas en el escenario climático actual y en un escenario de cambio global. Para ello, hemos tomado como modelo geográfico las costas mediterráneas andaluzas y como patrón biológico la especie de alga roja Asparagopsis taxiformis”, explica Altamirano.

Modelos predictivos



Una vez concretadas las principales características que definen la morfología y el comportamiento de estas especies invasoras, el grupo de investigadores trabaja en el desarrollo de diferentes estrategias de acción que contribuyan a prevenir y controlar su impacto ecológico en las costas de Andalucía. “Estamos empezando con los modelos predictivos de distribución, es decir, reconociendo cuáles son las principales variables ambientales y biológicas que determinan la presencia del alga roja en nuestras costas. Estos modelos serán la principal herramienta de gestión de estas especies, puesto que la prevención es la una vía más eficaz para combatirlas”, apostilla Altamirano.

Estos resultados son fruto del proyecto de excelencia ALIAN: Análisis de la expansión de algas exóticas invasoras en las costas andaluzas: origen, proceso invasor, evaluación de impacto y estrategias de prevención en un escenario de cambio climático financiado por la Consejería de Economía, Innovación, Ciencia y Empleo de la Junta de Andalucía.

Imágenes:
Investigadores del Departamento de Biología Vegetal de la Universidad de Málaga (UMA)
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Más información:
FUNDACIÓN DESCUBRE
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Teléfono: 954 23 23 49. Extensión 140
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Tomado de:

Granada en la Red

9 de marzo de 2014

Las bacterias se adaptan a entornos hostiles con un modelo matemático

Científicos del Imperial College de Londres (Reino Unido) han desarrollado un modelo matemático que explica la dinámica de la quimiotáxis, el mecanismo utilizado por las bacterias para adaptar su existencia a entornos "hostiles", según avanza un estudio publicado hoy por la Sociedad General de Microbiología (SGM) de Reino Unido durante su reunión anual en Edimburgo (Escocia).

"No es fácil ser una bacteria y estar adaptándose constantemente a los cambios de un entorno que pretende acabar contigo", explicó el doctor Robert Endres, director de la investigación. Para descubrir por qué las bacterias son capaces de sobrevivir en "entornos hostiles", los científicos situaron sobre la superficie molecular de la 'Escherichia Coli', bacteria responsable de la mayoría de los trastornos gastrointestinales humanos, unas "antenas fluorescentes" para seguir su recorrido.

   De este modo, el equipo de Endres pudo determinar la velocidad con la que la bacteria respondía a los cambios en su entorno y averiguar cómo la 'E. Coli' se adaptaba mucho más rápido ante la presencia de moléculas nocivas para su supervivencia, que ante las moléculas beneficiosas para el organismo, como los nutrientes. "Esto nos ha demostrado que, cuando la bacteria se encuentra en un 'entorno hostil', da media vuelta y aleatoriamente se desplaza en otra dirección escapando de sus 'agresores'", señaló el doctor Endres.

   "Este descubrimiento podría ayudar a los científicos a entender la respuesta patogénica de las bacterias cuando se ven atacadas por el sistema inmune del ser humano", indicó. En este sentido, la 'E. Coli' ha demostrado ser sensible ante los más ligeros cambios en los niveles de sustancias químicas de su alrededor.

   Asimismo, apuntó Endres, el secreto de su adaptabilidad podría deberse a que la bacteria "olvida" rápidamente el estímulo que le ha hecho "acelerar" en su huida, lo que le permite volver rápidamente a su estado "normal" y facilita su adaptación al nuevo entorno. Por el contrario, las bacterias que "mantienen en el recuerdo" ese estímulo de huida tardan más en recuperar su estado "normal" y, por lo tanto, su adaptación es más lenta, afirmó este experto.

Fuente:

Europa Press Ciencia

15 de noviembre de 2013

¿Dónde hay más gérmenes, en un teclado o en una pantalla táctil?

Teclado
Uno de los gérmenes más comunes en los teclados es el estafilococo áureo, una bacteria que provoca intoxicación alimentaria.

Éste y otros gérmenes dañinos se transfieren al teclado después de haber usado el baño, después de comer frente al escritorio o de meterse el dedo en la nariz.

Un estudio de 2008 demostró que algunos teclados están más sucios que un inodoro.

El estado de una pantalla táctil no es muy diferente. Hace dos años, un estudio de la Escuela de Higiene y Medicina Tropical de Londres descubrió que el 92% de los teléfonos celulares tenían esa bacteria a pesar de que el 95% de los usuarios aseguró lavarse meticulosamente las manos.

Uno de cada seis teléfonos estaba contaminado con la bacteria Escherichia coli, que produce intoxicación alimentaria severa.

A la hora de comparar, es probable que haya más gérmenes en la pantalla, ya que la gente suele llevar el teléfono a todos lados, incluso al baño. Además, tocar transfiere más toxinas que usar las teclas.

Fuente:

BBC Ciencia

24 de octubre de 2013

¿"Pintar" a los bebés de microbios de su mamá para protegerlos?

Qué es la microbioma humana

En el cuerpo humano habitan diversas especies de bacterias (la mayoría), virus, hongos y protozoos. Este conjunto se llama microbioma humana.

Y pone en cuestión la mismísima definición de qué y quiénes somos. En nuestro organismo hay diez veces más células de microbios que células humanas propias. El genoma humano tiene entre 20.000 y 25.000 genes, pero la microbioma humana con la que cargamos como especie alcanza unos ocho millones de genes, cientos de veces más.

La ciencia está descubriendo cada vez más cuánto este ecosistema que nos habita determina cómo funciona nuestro cuerpo, influyendo en alergias como asma, problemas metabólicos y condiciones como la obesidad, además de contribuir a la consolidación de nuestro sistema inmune y hasta influir nuestros estados de ánimo.
Es una suerte de huerto, de granja, que si logramos entender, cuidar y aprovechar puede trabajar cada vez más a nuestro favor.

Microbioma - Bebé

Esta nota pertenence a la serie de BBC Mundo "Microbioma: el huerto humano", dedicada a los más recientes desarrollos en el campo de estudio de la microbioma humana, el conjunto de bacterias, virus, hongos y protozoos que habitan dentro de y sobre la superficie de nuestro cuerpo y cuyo rol es clave para el saludable desarrollo de nuestra vida.

Inocular a bebés recién nacidos por cesárea con fluidos vaginales de la madre podría prevenir ciertas enfermedades, entre ellas alergias como el asma. Esta es la hipótesis detrás de un experimento que se está llevando a cabo en Puerto Rico y que tiene en vilo a toda la comunidad de científicos que trabaja en el estudio de la microbioma humana y su relación con la salud.
Esa hipótesis está basada en la evidencia de que el pasaje del bebé por el canal de parto de la madre lo inocula con bacterias que son beneficiosas en la formación de su propia microbioma y el desarrollo de su sistema inmunitario.

"Las vaginas de las mamás cambian durante el embarazo, y todas convergen hacia aumentar los Lactobacillus y Bifidobacterias", explica a BBC Mundo la microbióloga venezolana María Domínguez Bello, quien está a cargo del experimento y es investigadora de la Universidad de Nueva York.

Esas bacterias cumplen una serie de funciones. Por un lado, ayudan a digerir la lactosa de la leche, que es lo único que toma el bebé durante la mitad del período total de lactancia; y "la leche materna promueve el crecimiento de microbios beneficiosos en el bebé", agrega Lita Proctor, coordinadora del Human Microbiome Project (Proyecto Microbioma Humano) de Estados Unidos.

Por el otro, y esto es clave, como el sistema inmune del bebé nace "completamente ingenuo, tolerante a todo", dice Domínguez Bello, reconoce a estas bacterias como amigas y no las ataca.

El artículo completo en:

BBC Ciencia

25 de septiembre de 2013

¿Cómo se mueven las bacterias?


Cuando la gente piensa en bacterias o microorganismos, en general, lo normal es imaginarlos estáticos creciendo como manchas o colonias sobre placas de cultivo, casi como si fuesen plantas microscópicas. En otros casos se piensa en el flagelo, esa alargada estructura a modo de látigo que casi todo el mundo asocia a los espermatozoides, incluso algunas personas nombran los típicos movimientos de los protoozos. Sin embargo la realidad es bastante más compleja y variada.






Hace unos meses realicé un vídeo también para Naukas en el que se apreciaba el movimiento de bacterias vistas a 100x, que aparentemente estaban inmóviles sobre una placa de cultivo. He usado bastante ese vídeo para explicar en distintos eventos de divulgación que los microorganismos no son seres inmóviles, que interactúan con el medio que les rodea, hoy vengo a contar de una forma sencilla algunas de las distintas formas de moverse que poseen los microorganismos.

Si os pregunto cuántas formas de moverse tienen los organismos macroscópicos (los que se ven a simple vista) quizás me respondáis simplificando que tres: volar, nadar y caminar/correr. Sin embargo con las bacterias como decía antes las cosas se complican un poco y podemos hablar de hasta, ¡6 formas distintas de movimiento! Que se produzca uno u otro movimiento no sólo depende de la especie que observemos, también depende de otros factores como la humedad y la concentración de nutrientes en los medios de cultivo.

Swarming

Este es quizás el más conocido de todos ellos, pues es el que mejor se observa en cultivos de agar sólido. Cuando colocamos una pequeña cantidad en alguna zona de la placa las bacterias comienzan a extenderse formando una fina capa que termina cubriendo toda la superficie, lo hace creciendo por oleadas. Para que esto ocurra, toda la colonia debe colaborar como si de un enorme enjambre perfectamente coordinado se tratase.


El fenómeno ocurre en tres fases: diferenciación, migración y consolidación. Las tres fases coinciden con lo que en el vídeo parecen ser “oleadas de avance” Lo primero que vemos es como la colonia bacteriana comienza a hacerse más densa lo que indica que aumenta el número de individuos que se preparan para lanzarse a explorar lo desconocido.

Pero antes de lanzarse estas bacterias deben prepararse, y para ello sufren drásticas modificaciones de su aspecto.

Lea el artículo completo en:

NAUKAS

16 de septiembre de 2013

¿Puede un cadáver descomponerse en la Luna?

Astronauta
No completamente. Si un astronauta muriera en la Luna con su traje sellado puesto, las bacterias de su intestino empezarían a multiplicarse fuera de control y harían que el cuerpo se hinchase por el gas, en su mayoría dióxido de carbono, metano y sulfuro de hidrógeno.

Pero esto no duraría mucho. Si la muerte ocurriese durante la noche, las bacterias sólo durarían lo que el cuerpo tardara en congelarse, ya que las temperaturas llegan a alcanzar los -150ºC durante la noche. El cuerpo del astronauta permanecería congelado hasta el amanecer, cuando empezaría a calentarse de nuevo. Durante el día, se cocinaría en temperaturas que ascienden a los 120ºC.

Finalmente, el traje empezaría a abrirse y de él saldría vapor de agua. Luego el cadáver se desecaría en el vacío hasta parecer un trozo de carne seca.

A lo largo de los años, la radiación y los rayos cósmicos transformarían las proteínas del cuerpo en cortas cadenas de aminoácidos. Lo mismo pasaría con la grasa.

Incluso después de milenios, todavía quedaría una cáscara con forma humanoide, y si el astronauta muriera en uno de los cráteres cercanos al polo, su cuerpo congelado quedaría perfectamente preservado casi para siempre.

Tomado de:

BBC Ciencia

13 de septiembre de 2013

El genoma del bacilo de la tuberculosis destapa su origen y sus debilidades

Detalle del bacilo de la tuberculosis bajo el microscopio. | EL MUNDO

Detalle del bacilo de la tuberculosis bajo el microscopio. | EL MUNDO
  • Españoles contribuyen a la mayor secuenciación del genoma de la tuberculosis
  • Los datos han permitido rastrear la evolución del patógeno desde la antigüedad
  • También ayudará de forma significativa a combatir las resistenciass
A primera vista, la tuberculosis no parece una enfermedad problemática. Existen tratamientos que logran la curación total y, pese a que el 50% de la población mundial está infectada por el bacilo que provoca el trastorno -denominado 'Mycobacterium tuberculosis- sólo entre un 5 y un 10% de los contagiados desarrollará la enfermedad. Sin embargo, cuando se la observa un poco más de cerca, se descubre enseguida que la tuberculosis es, en realidad, un escollo difícil de salvar.

En los últimos años, las cepas resistentes a fármacos han aumentado mucho, sobre todo en países donde el sida es una lacra importante, como en los de África, y también en aquellos donde el hacinamiento y un mal tratamiento fortalece a las bacterias, como ocurrió en Rusia. Pero no son esos los únicos lugares en los que las resistencias se hacen fuerte. En países como el nuestro -con unos 50 casos al año- también dan la cara.

El problema de estas 'megabacterias' es, por un lado, el aumento del coste del tratamiento que precisan y, por otro, la posibilidad de que se empiecen a diseminar más fácilmente y volvamos a una situación anterior a la 'era' de los antibióticos.

Esa situación es la que pretenden evitar diferentes grupos de investigación en todo el mundo con el análisis del genoma de las diferentes cepas del 'M. tuberculosis'. Aunque en los últimos años se han publicado varios estudios sobre el tema, ahora la revista 'Nature Genetics' acaba de publicar el mayor trabajo de secuenciación del genoma del bacilo de la tuberculosis.

Lea el artículo completo en:

El Mundo Ciencia
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