Científicos del Imperial College de Londres
(Reino Unido) han desarrollado un modelo matemático que explica la
dinámica de la quimiotáxis, el mecanismo utilizado por las bacterias
para adaptar su existencia a entornos "hostiles", según avanza un
estudio publicado hoy por la Sociedad General de Microbiología (SGM) de
Reino Unido durante su reunión anual en Edimburgo (Escocia).
"No es fácil ser una bacteria y estar adaptándose constantemente a
los cambios de un entorno que pretende acabar contigo", explicó el
doctor Robert Endres, director de la investigación. Para descubrir por
qué las bacterias son capaces de sobrevivir en "entornos hostiles", los
científicos situaron sobre la superficie molecular de la 'Escherichia
Coli', bacteria responsable de la mayoría de los trastornos
gastrointestinales humanos, unas "antenas fluorescentes" para seguir su
recorrido.
De este modo, el equipo de Endres pudo determinar la velocidad con
la que la bacteria respondía a los cambios en su entorno y averiguar
cómo la 'E. Coli' se adaptaba mucho más rápido ante la presencia de
moléculas nocivas para su supervivencia, que ante las moléculas
beneficiosas para el organismo, como los nutrientes. "Esto nos ha
demostrado que, cuando la bacteria se encuentra en un 'entorno hostil',
da media vuelta y aleatoriamente se desplaza en otra dirección escapando
de sus 'agresores'", señaló el doctor Endres.
"Este descubrimiento podría ayudar a los científicos a entender la
respuesta patogénica de las bacterias cuando se ven atacadas por el
sistema inmune del ser humano", indicó. En este sentido, la 'E. Coli' ha
demostrado ser sensible ante los más ligeros cambios en los niveles de
sustancias químicas de su alrededor.
Asimismo, apuntó Endres, el secreto de su adaptabilidad podría
deberse a que la bacteria "olvida" rápidamente el estímulo que le ha
hecho "acelerar" en su huida, lo que le permite volver rápidamente a su
estado "normal" y facilita su adaptación al nuevo entorno. Por el
contrario, las bacterias que "mantienen en el recuerdo" ese estímulo de
huida tardan más en recuperar su estado "normal" y, por lo tanto, su
adaptación es más lenta, afirmó este experto.
Fuente:
Europa Press Ciencia