Con un millón de especies descritas, los insectos son la clase animal
más diversa y numerosa que puebla la Tierra. Desde hace miles de años, los consumimos como alimento y los utilizamos para obtener productos cotidianos como la miel o la seda. También han sido claves en el avance de algunas disciplinas,
por ejemplo la agricultura intensiva usa abejorros como polinizadores y
la genética se ha servido de la mosca del vinagre durante décadas para
estudiar el ADN. Sus cortos ciclos de vida, rápidos intervalos
generacionales y la posibilidad de ser cultivados en grandes cantidades
hacen que los insectos sean sumamente atractivos para el mundo de la investigación. ¿Su último uso?: convertirlos en biofactorías
en las que elaborar distintos tipos de proteínas. Transformarlos en
productores de vacunas, reactivos de diagnóstico o moléculas con
actividad terapéutica. Aunque pueda parecer ciencia ficción, esta
tecnología ha llegado para quedarse.
Hoy en día, la mayoría de proteínas con usos farmacéuticos se fabrican en complicados y costosos biorreactores —máquinas donde se cultivan células para fabricar vacunas y otros tratamientos. Sin embargo los insectos son una alternativa más barata y rápida para obtener esas mismas moléculas: las larvas de algunos lepidópteros —mariposas como el gusano de la seda (Bombyx mori) o la oruga de la col (Trichoplusia ni)—
son la clave. El mayor defecto de estas dos especies, ser potenciales
plagas, se ha convertido en su virtud más valorada, pues también hace
que sean capaces de producir proteínas de interés a gran escala.
El proceso es más sencillo de lo que podría imaginarse, según explica a
OpenMind José Ángel Martínez Escribano, fundador y director científico
de Algenex, empresa española pionera en la obtención de proteínas
mediante crisálidas de oruga de la col: “Modificamos genéticamente un
virus al que insertamos el gen necesario para que produzca la proteína
que nos interesa. Después, infectamos la larva del insecto con ese
virus, que se multiplica en sus células, como hace el virus de la gripe
cuando nos contagiamos. Así, al cabo de 3 o 4 días tenemos acumulado una
gran cantidad de la proteína de interés dentro de la larva y podemos
extraerla”.
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Ella fue la madre soltera y sin
educación formal en leyes que se enfrentó al sistema corporativo
estadounidense y ganó. Ahora, Erin Brockovich se planta ante otro
gigante: Bayer.
Brockovich, quien se hizo famosa después de que la actriz Julia Roberts protagonizara una película sobre su vida, tiene más armas con qué pelear.
El procedimiento consiste en la inserción de pequeños espirales en forma de bobinas en las trompas de Falopio para impedir que el esperma llegue a los óvulos.
Ha sido aclamado como un método de control de natalidad más económico y menos invasivo; una alternativa a los procedimientos quirúrgicos que bloquean, cortan o sellan las trompas de Falopio.
Brockovich se suma a un creciente coro de mujeres que cuestionan el procedimiento, alegando que el producto ha herido a miles de mujeres
"Está perforando úteros, colon, paredes del estómago...", le dice Brockovich a la BBC.
"Algunas mujeres han tenido que hacerse un escáner en todo el cuerpo, para determinar dónde se encuentra (el dispositivo), porque está flotando libremente. Una de las mujeres que usó Essure terminó quedando embarazada".
Brockovich cuenta que en este caso la madre no pudo lograr que le quitaran el dispositivo "y en la semana 25 del embarazo se rompió y emigró, perforando el líquido amniótico. El bebé no sobrevivió".
Ciencia contra emociones
El fabricante de este producto, Bayer, dice que si bien simpatiza con cualquier mujer que sufra, argumenta que la ciencia y los datos de la Agencia de Control de Alimentos y Medicamentos de EE.UU. (FDA, por sus siglas en inglés) demuestran que el producto es abrumadoramente seguro.
"Aquí hay muchas emociones involucradas", dice el director médico de Bayer en EE.UU., el doctor Edio Zampaglione. "La ciencia es la que tiene que guiar nuestra comprensión, y apunta a que Essure es un producto seguro y eficaz".
Según Bayer, de las 750.000 mujeres en todo el mundo utilizan el producto, la mayoría no se ha quejado.
Por su parte, la FDA señala que Essure es el único método de esterilización disponible en EE.UU. que no requiere de una incisión en la piel, y que cuando se usa correctamente tiene una efectividad del 99,83%.
"Las empresas deben responsabilizarse, y en esta situación, Bayer no puede girar la cabeza y decir que esas 8.000 mujeres no importan. "
Erin Brockovich
La Agencia también explica que mayoría de las mujeres que se aplican el procedimiento pueden irse a su casa 45 minutos después y reanudar sus actividades normales en uno o dos días. El procedimiento no es reversible.
El método fue aprobado en EE.UU. en noviembre de 2002. Desde entonces hasta el 25 de octubre, la FDA dice que ha recibido 943 denuncias de incidentes adversos relacionadas con Essure, principalmente por dolores (606 de ellas).
Otras 1.000 han sido enviadas a la FDA a través de un sistema voluntario de quejas.
Pero para poner estas cifras en contexto, habría que aclarar que los médicos no están obligados a informar de los problemas que hayan surgido con los productos que usan, y muchas mujeres no saben cómo denunciar problemas.
Un grupo de Facebook llamado Essure Problems tiene 8.592 miembros donde bautizaron el método como "E-hell", un juego de palabras entre Essure e infierno en inglés.
Los mayores problemas son dolor, sangrado e inflamaciones por el dispositivo. Algunas dicen que sus dispositivos se han roto y les han perforado sus órganos internos.
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BBC Ciencia