Un estudio muestra cómo los posibles usos científicos y terapéuticos de varios psicoactivos han sido abortados por el marco legal. Los investigadores piden que sea la ciencia y no la política la que determine su eficacia
A los científicos les resulta mucho más dificil investigar sobre el
cannabis, el LSD o el éxtasis que con la heroína. Las prohibiciones
sobre algunas drogas psicoactivas con el argumento de proteger la salud
pública está impidiendo la investigación sobre sus posbiles efectos
beneficiosos y terapéuticos. Según expertos en neurofarmacología,
algunos campos, como el estudio de la consciencia han retrocedido 50
años.
Dos expertos británicos y uno estadounidense han analizado la
historia reciente de la investigación con cuatro grandes tipos de drogas
psicoactivas, el cannabis, el MDMA (éxtasis) y sus asimilados,
la dietilamida de ácido lisérgico (LSD) y la psilocibina (presente en
determinados hongos). Aunque todas presentan grandes posibilidades en el
campo de la neurociencia o para el desarrollo de nuevas medicinas, el
control legal sobre ellas ha abortado la investigación.
“Sostenemos que los enfoques que han colocado la penalización de la
posesión ilegal de drogas en un primer plano en los marcos regulatorios
ha limitado severamente, y sigue haciéndolo, la investigación en neurociencia y el descubrimiento de nuevos tratamientos para los desórdenes neuronales”, mantiene los autores del estudio, publicado en Nature Reviews Neuroscience. Para ellos, las limitaciones impuestas al estudio de estas drogas tienen una base más política que científica.
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