La
 supuesta estructura básica de toda la materia según la Teoría de 
Cuerdas es una especie de filamentos de sutil energía que, gracias a su 
aptitud para adoptar un número ilimitado de formas, explicaría la 
maravillosa variedad de todo lo que hay en el Universo, por muy grande o
 pequeño que sea. Una hipótesis por ahora indemostrable, pero sugerente y
 “elegante”.
La mecánica cuántica y la relatividad 
general adoptan unos enfoques diferentes para ver cómo funciona el 
Universo. Muchos físicos creen que debe haber alguna forma o algún 
método de unificar estas dos teorías. Una aspirante a tal teoría 
universal es la Teoría de las Supercuerdas o la teoría de cuerdas, para 
abreviar. Vamos a dar un breve resumen de esta nueva y compleja 
hipótesis.
Cuerdas, y no partículas
Los niños de pequeños aprenden sobre la 
existencia de protones, neutrones y electrones, las partículas 
subatómicas básicas que crean toda la materia tal y como la conocemos. 
Los científicos han estudiado cómo estas partículas se mueven e 
interactúan unas con otras, pero en el proceso se ha planteado una nueva
 serie de conflictos.
De acuerdo con la teoría de cuerdas, 
estas partículas subatómicas no existen. En cambio, pequeños trozos de 
cuerda vibrante, que son demasiado pequeñas para ser observadas por los 
instrumentos de hoy en día, sustituyen a estas partículas. Cada cuerda 
puede estar cerrada en un bucle, o puede estar abierta. Cada partícula 
sería en realidad una cuerda vibrante, y la vibración que tenga 
determinará su tamaño y su masa.
¿Cómo pueden las cuerdas sustituir a las partículas puntuales?
En un nivel subatómico, existe una relación entre la frecuencia (f) a la que vibra algo y su energía (E).
E = h*f     donde h es la constante de Planck.
Al mismo tiempo, la famosa ecuación de Einstein E=m*c2 nos dice que hay una relación entre la energía y la masa.
Por lo tanto, existe una relación entre 
la frecuencia de vibración de un objeto y su masa. Tal relación es 
fundamental para la teoría de cuerdas.
Limitando las dimensiones del Universo
La teoría de la Relatividad de Einstein 
nos proporcionó una multitud de dimensiones para el Universo, ya que no 
tiene límite. La Relatividad funciona igual de bien en cuatro 
dimensiones como en cuarenta. Pero, la teoría de cuerdas sólo funciona 
en diez u once dimensiones. Si los científicos pudieran encontrar 
pruebas que apoyen la teoría de cuerdas, habrán limitado el número de 
dimensiones que pueden existir en el Universo.
Nosotros sólo experimentamos cuatro dimensiones. Entonces: ¿Dónde se encuentran las otras dimensiones predichas por la teoría de cuerdas? Los
 científicos han teorizado y han llegado a la conclusión de que se 
encuentran acurrucadas en un espacio muy compacto, tan pequeño (del 
orden de 10-33 centímetros) que no seríamos capaces de detectarlas.
Aunque, por otra parte, estas 
dimensiones extra podrían ser demasiado grandes como para medirlas. Es 
más, puede ser que nuestras cuatro dimensiones sean las que están 
acurrucadas en un espacio extremadamente pequeño en el interior de estas
 otras dimensiones.
Buscando pruebas
En 1996, los físicos Andrew Strominger 
del Instituto de Física Teórica de Santa Bárbara, y Cumrun Vafa de 
Harvard, simularon un agujero negro con una cantidad excesiva de 
desorden, o entropía. Anteriormente, hace dos décadas, los físicos Jacob
 Bekenstein y Stephen Hawkings ya había simulado un agujero negro. En 
ese momento, nadie entendía por qué un agujero negro podía albergar 
tanta entropía.
El agujero negro teórico, creado por 
Strominger y Vafa, no fue creado como un agujero negro convencional. En 
su lugar, se basaron en la teoría de cuerdas para simularlo, 
proporcionando un enlace entre esta nueva teoría compleja y una de las 
fuerzas fundamentales de la naturaleza, la gravedad. Al basarse en la 
teoría de cuerdas en lugar de las partículas fundamentales, hicieron que
 esta hipótesis, potencialmente unificadora, parezca más creíble.
Todavía no se sabe con seguridad si la 
teoría de cuerdas es la última teoría o la teoría del todo. Pero es una 
buena candidata para este puesto, y es un fuerte contendiente para 
explicar el funcionamiento interno del Universo.
Fuente: Space.com
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