En la imagen, un físico del Instituto
Nacional de Estándares y Tecnología sostiene un circuito que se utiliza
para amplificar las señales de un detector de fotones. Crédito: Geoffrey Wheeler.
Los ordenadores cuánticos están llamados a revolucionar la computación.
Su capacidad para realizar operaciones imposibles les convierte en una
especie de santo grial y han desencadenado una competición que, de
momento, lidera Estados Unidos. Su músculo industrial con compañías como Google o IBM no lo tienen Europa ni China, que también luchan por conseguir esta ansiada tecnología.
La principal diferencia
entre un ordenador cuántico y uno convencional es la forma de procesar
la información. Si las computadoras clásicas lo hacen en bits, y cada
uno toma el valor de 1 o 0, los ordenadores cuánticos utilizan cúbits (o bits cuánticos), lo que significa que pueden representar a la vez tanto un 1 como un 0. Además, se correlacionan entre sí, es decir, que el valor de uno puede depender del valor de otro, lo que se conoce como entrelazamiento cuántico.
Esta revolucionaria forma de procesar la información imita a la
naturaleza en sus formas más pequeñas. Partículas y otros diminutos
elementos se comportan de formas extrañas, adquiriendo más de un estado al mismo tiempo e interactuando con otras partículas que están situadas muy lejos. Su comportamiento se rige por las leyes de la mecánica cuántica.
Simulando estas interacciones, los ordenadores cuánticos realizarán
operaciones muy complejas y resolverán problemas que los tradicionales
no tienen la capacidad de solucionar, como el cálculo de factores de números gigantes o el estudio preciso de interacciones entre átomos y moléculas.
De esta forma, se espera que áreas como los nuevos materiales, el
desarrollo de fármacos o los sistemas de inteligencia artificial avancen
a una velocidad sin precedentes con la ayuda de esta nueva computación.
Aunque ya existen varios modelos de ordenador cuántico todavía no se
ha desarrollado uno que alcance los 50-100 cúbits, con capacidades que
superarían las de los ordenadores clásicos. IBM el año pasado aseguró haber llegado a los 50 cúbits
pero los expertos se muestran cautos porque los investigadores de la
compañía no explicaron los detalles en ninguna revista científica. Por
su parte, Google afirma haber conseguido una tecnología con 72 cúbits.
“Las cosas se vuelven interesantes una vez que tenemos entre 50 y 100
cúbits que se pueden controlar por completo, por ejemplo, el
entrelazamiento usado por algoritmos complejos, que muestran capacidades algorítmicas más allá de las máquinas clásicas”, señala a OpenMind Rainer Blatt, investigador del Instituto de Física Experimental de la Universidad de Innsbruck (Austria).
“Esto no se ha logrado en ningún sitio pero probablemente lo veremos en los próximos años”, añade el científico.
El artículo completo en:
Open Mind
Mostrando las entradas con la etiqueta cuantos. Mostrar todas las entradas
Mostrando las entradas con la etiqueta cuantos. Mostrar todas las entradas
1 de junio de 2018
28 de junio de 2014
La Teoría de Cuerdas: Una breve descripción
La mecánica cuántica y la relatividad
general adoptan unos enfoques diferentes para ver cómo funciona el
Universo. Muchos físicos creen que debe haber alguna forma o algún
método de unificar estas dos teorías. Una aspirante a tal teoría
universal es la Teoría de las Supercuerdas o la teoría de cuerdas, para
abreviar. Vamos a dar un breve resumen de esta nueva y compleja
hipótesis.
Cuerdas, y no partículas
Los niños de pequeños aprenden sobre la
existencia de protones, neutrones y electrones, las partículas
subatómicas básicas que crean toda la materia tal y como la conocemos.
Los científicos han estudiado cómo estas partículas se mueven e
interactúan unas con otras, pero en el proceso se ha planteado una nueva
serie de conflictos.
De acuerdo con la teoría de cuerdas,
estas partículas subatómicas no existen. En cambio, pequeños trozos de
cuerda vibrante, que son demasiado pequeñas para ser observadas por los
instrumentos de hoy en día, sustituyen a estas partículas. Cada cuerda
puede estar cerrada en un bucle, o puede estar abierta. Cada partícula
sería en realidad una cuerda vibrante, y la vibración que tenga
determinará su tamaño y su masa.
¿Cómo pueden las cuerdas sustituir a las partículas puntuales?
En un nivel subatómico, existe una relación entre la frecuencia (f) a la que vibra algo y su energía (E).
E = h*f donde h es la constante de Planck.
Al mismo tiempo, la famosa ecuación de Einstein E=m*c2 nos dice que hay una relación entre la energía y la masa.
Por lo tanto, existe una relación entre
la frecuencia de vibración de un objeto y su masa. Tal relación es
fundamental para la teoría de cuerdas.
Limitando las dimensiones del Universo
La teoría de la Relatividad de Einstein
nos proporcionó una multitud de dimensiones para el Universo, ya que no
tiene límite. La Relatividad funciona igual de bien en cuatro
dimensiones como en cuarenta. Pero, la teoría de cuerdas sólo funciona
en diez u once dimensiones. Si los científicos pudieran encontrar
pruebas que apoyen la teoría de cuerdas, habrán limitado el número de
dimensiones que pueden existir en el Universo.
Nosotros sólo experimentamos cuatro dimensiones. Entonces: ¿Dónde se encuentran las otras dimensiones predichas por la teoría de cuerdas? Los
científicos han teorizado y han llegado a la conclusión de que se
encuentran acurrucadas en un espacio muy compacto, tan pequeño (del
orden de 10-33 centímetros) que no seríamos capaces de detectarlas.
Aunque, por otra parte, estas
dimensiones extra podrían ser demasiado grandes como para medirlas. Es
más, puede ser que nuestras cuatro dimensiones sean las que están
acurrucadas en un espacio extremadamente pequeño en el interior de estas
otras dimensiones.
Buscando pruebas
En 1996, los físicos Andrew Strominger
del Instituto de Física Teórica de Santa Bárbara, y Cumrun Vafa de
Harvard, simularon un agujero negro con una cantidad excesiva de
desorden, o entropía. Anteriormente, hace dos décadas, los físicos Jacob
Bekenstein y Stephen Hawkings ya había simulado un agujero negro. En
ese momento, nadie entendía por qué un agujero negro podía albergar
tanta entropía.
El agujero negro teórico, creado por
Strominger y Vafa, no fue creado como un agujero negro convencional. En
su lugar, se basaron en la teoría de cuerdas para simularlo,
proporcionando un enlace entre esta nueva teoría compleja y una de las
fuerzas fundamentales de la naturaleza, la gravedad. Al basarse en la
teoría de cuerdas en lugar de las partículas fundamentales, hicieron que
esta hipótesis, potencialmente unificadora, parezca más creíble.
Todavía no se sabe con seguridad si la
teoría de cuerdas es la última teoría o la teoría del todo. Pero es una
buena candidata para este puesto, y es un fuerte contendiente para
explicar el funcionamiento interno del Universo.
Fuente: Space.com
Tomado de:
23 de septiembre de 2013
¿Porque el cielo es azul?
¿Porque el cielo es azul durante el día y rojizo durante el amanecer y
el atardecer?¿Porque las nubes son blancas y tienden al negro según van
teniendo más carga de agua? Estas preguntas tienen, como respuesta, dos
nombres propios: John William Strutt, tercer Barón de Rayleigh y Gustav
Mie.
Pero para comprender bien el porqué de estos fenomenos, primero
deberíamos responder dos preguntas previas. Por un lado ¿que es la luz?,
y por el otro ¿que es el color?.
¿Que es la luz?
La luz es una radiación electromagnética,
que es posible ser percibida por el ojo humano. Esta radiación
electromagnética está producida por unas partículas subatómicas
denominadas fotones,
que son las responsables de todas las radiaciones electromagnéticas
incluyendo los rayos gamma, los rayos X, la luz ultravioleta, la luz
visible, la luz infrarroja, las microondas y las ondas de radio.
Como todas las partículas subatómicas tiene una naturaleza corpusculo-ondulatoria,
es decir, que por un lado se comporta como un objeto físico
(corpusculo) y por otro, tiene un comportamiento de una onda. El primer
comportamiento es fácil de entender: el fotón es una partícula física
que se encuentra en un espacio determinado.
El segundo comportamiento (ondulatorio) viene dado porque los fotones viajan en "grupos" o "paquetes", a los que denominamos "cuanto" (de estos paquetitos, viene el nombre de cuántico, que procede del latín "quantus" -cuanto-). La distancia entre estos paquetitos, nos da lo que conocemos como longitud de onda.
Ahora ya estamos en disposición de contestar a la segunda cuestión...
¿Que es el color?
Podríamos decir que los colores son el conjunto de las diferentes longitudes de onda de radiación electromagnética que puede percibir el ojo humano. En el gráfico podemos ver las diferentes longitudes de onda y a que tipo de onda que corresponden. A las ondas que se pueden percibir por nuestros ojos, las llamamos "espectro del visible". Dentro del espectro del visible, los paquetitos que viajan más separados entre si (mayor longitud de onda), corresponden con el color rojo, que va poco a poco tendiendo hacia el violeta, según va haciéndose menor esa longitud de onda (los paquetitos viajan más cerca unos de otros). Las ondas que tienen una longitud de onda tan alta que se salen del espectro del visible se denominan "infrarrojas" y las que tienen una longitud de onda tan corta que tampoco las podemos ver, se denominan "ultra violeta".
Hay que poner atención el que el color no es una propiedad de los objetos o de la onda electromagnética, sino que es un fenómeno profundamente psicológico. El hecho de que veamos los objetos de nuestro alrededor de un determinado color, se debe a que nuestro cerebro interpreta así la señal recibida desde los ojos. Es necesario que exista una persona (o animal con visión cromática) para que exista el color. Esto explica enfermedades como el daltonismo o la acromatopsia, por no hablar trastornos como la micropsia, también conocida como "Sindrome de Alicia en el país de las maravillas" .
Y ahora ya si que si, estamos en disposición de responder a la pregunta que da título a nuestro post de hoy...
Dispersión de Rayleigh y Mie
La dispersión de Rayleigh (en honor a Lord Rayleigh) es la dispersión de la luz visible o cualquier otra radiación electromagnética por partículas cuyo tamaño es mucho menor que la longitud de onda de los fotones dispersados.
El sol, nos envía radiación electromagnética en multitud e longitudes de
onda, que al llegar a nuestra atmósfera choca con las diferentes
partículas del aire. Parte de la energía que transmiten los fotones se
transfiere a estas partículas que vibran y emiten luz en todas las
direcciones. Las ondas cortas (como hemos visto antes, las azules y las
violetas) son las que tienen una mayor carga energética y, por tanto,
mayor difusión. Como la luz blanca contiene más de azul que de violeta
y, a lo demás, nuestros ojos son más perceptivos al azul, el color que
percibimos de forma genérica en el cielo, es el azul.
En el amanecer y el atardecer, la luz solar no da de forma
perpendicular, sino que tiene un mayor ángulo. Esto hace que la luz
tenga que recorrer mucha más distancia a través de la atmósfera, lo cual
hace que se pierdan las longitudes de onda cortas y permanezcan las
largas. Por ese motivo prevalecen los colores rojizos. En este efecto
también influye la cantidad de polvo que haya en la atmósfera.
La difusión de Mie es la dispersión de la luz visible o cualquier otra radiación electromagnética por partículas cuyo tamaño es mayuor que la longitud de onda de los fotones dispersados.
Este fenómeno se aplica, de forma tradicional, a las nubes. Las
partículas absorben una parte de la luz y reflejan el resto, como
pequeños espejos. Aquí el color depende de la composición de la
partícula. En el caso de las nubes, si son poco densas, tienden a
reflejar todas las longitudes de onda. Pero si están muy cargadas de
agua, este efecto se acentúa y favorece la aparición de colores grises.
El que haya una gran cantidad de aerosoles en la atmósfera también provoca un acentuamiento de esta dispersión. La dispersión de Mie produce una mayor difusión de la partículas hacia delante o hacia el frente de ella. Conforme aumenta el tamaño de la partícula, la dispersión hacia enfrente también aumenta (el tamaño de la partícula directamente proporcional con la dispersión). Esta característica genera amaneceres más rojos que lo que serían solo por el efecto de la Dispersión de Rayleigh.
El efecto Mie domina la atmósfera de Marte. Su cielo no es azul sino de
un plomizo rojo y amarillo. Carl Sagan describe la decepción de la
prensa cuando mostraron las primeras fotos del cielo de Marte. Nada
comparable a nuestro hermoso cielo azul.
Pd: Parte de la información aquí mostrada, ha sido modificada a partir
del gran artículo sobre el Efecto Rayleigh y efecto Mie, publicado en Astromia.com, a quienes es de justicia darles las gracias.
Fdo.: Jose Enrique Carrera Portillo
Tomado de:
Suscribirse a:
Entradas (Atom)