Un análisis de los 'tuits' árabes sugiere que la intervención de EEUU motiva el antiamericanismo.
Twitter confirma lo que ya se sabía: en Oriente Próximo no aprecian
mucho a Estados Unidos. Sin embargo, un análisis de los sentimientos de
los tuits árabes relacionados con eventos como el huracán Sandy o la
guerra civil en Siria muestra que no se trata tanto de un rechazo a los
valores occidentales representados por los estadounidenses como de una
reacción contra la injerencia de los distintos gobiernos de la primera
potencia del mundo. Confirmando esta idea, este estudio desvela que los
iraníes son tan repudiados como los americanos.
Entre los politólogos hay dos corrientes que pretenden explicar las
raíces de los sentimientos antiestadounidenses en el mundo árabe. Una,
popularizada por el autor de El choque de civilizaciones,
Samuel P. Huntington, sostiene que el rechazo es una reacción contra
los valores occidentales, considerados como la antítesis de las
enseñanzas de Mahoma. Otros, sin embargo, mantienen que todo se debe a
la política intervencionista de Estados Unidos en la zona. El problema
es que no es fácil preguntar a los propios árabes. Incluso en algunos
países, como Arabia Saudí o Egipto, no permiten encuestas donde se
pregunte por Estados Unidos. Twitter, en cambio, se ha convertido en una gran herramienta para pulsar el estado de opinión de los árabes.
Investigadores de las universidades estadounidenses de Princeton y
Harvard han recopilado 33 millones de tuits árabes publicados entre
enero de 2012 y diciembre de 2013 relacionados con Estados Unidos.
Usando un algoritmo de análisis de contenido,
pudieron determinar si eran negativos, positivos o neutrales hacia la
política o la sociedad de ese país. Para ellos no fue una sorpresa el
resultado: solo el 16% de los mensajes tenía un carácter positivo. Nada
nuevo que no se supiera por el Barómetro Árabe o las encuestas del Instituto Pew. Y nada que ayudara a elegir entre las dos corrientes de pensamiento.
Tomado de:
El Páis (España)
De paso por Madrid para ser investido doctor
honoris causa por la Universidad Rey Juan Carlos, James A. Yorke,
Catedrático de Investigación Distinguido de Matemáticas de la
Universidad de Maryland, nos explica qué es el caos y por qué está en
todas partes, desde las revueltas en Egipto o Ucrania al sistema solar,
pasando por la economía.
O, por poner un ejemplo similar al de la mariposa, y
en palabras de Yorke: “Sales de tu casa diez segundos más tarde y
encuentras un semáforo. Y luego hay un atasco, y llegas una hora tarde
al trabajo y te despiden. Y acabas siendo un sintecho. El asunto es que hay pequeños efectos que producen grandes efectos”, asegura.
Porque lo que parte como una teoría matemática, tiene
muchas ramificaciones en nuestra vida diaria. "Existen tres tipos de
movimientos para artefactos mecánicos, uno estacionario, uno cíclico o
casi cíclico, y el tercero es el caótico". Se trata, según explica, de
un "movimiento más complejo, que no es predecible a largo plazo", que
hace que los objetos se muevan "para un lado o para otro, ves un patrón y
luego el patrón desaparece, y aparece uno nuevo. Y así son también
nuestras vidas, en constante movimiento y cambio", explica.
"Nuestras vidas tienen muchas opciones, y cuando
elegimos una, frecuentemente, hay un movimiento considerable. El punto
es que pequeños efectos producen grandes efectos, y de eso trata el
'efecto mariposa' ".
La visión económica del caos
En opinión de Yorke, una de las grandes
manifestaciones cotidianas del caos es la economía. "Nuestro sistema
económico es básicamente caótico, y es así a propósito". Lo explica
comparando la planificación existente en sistemas como el de la antigua
URSS, "donde todo estaba planeado y sabías hasta cuántos cordones para
zapatos producías, y de dónde iban a venir durante próximo lustro".
En contra, "lo que tenemos en el Occidente", que
define como "el caos planeado": "Queremos oportunidades, queremos que la
gente comience pequeñas compañías como Google o Facebook, y que puedan
explotar exponencialmente. Estas explosiones son el caos. Queremos que
quien tenga una buena idea tenga la posibilidad de sobresalir. Nuestro
sistema económico es caos".
Esa visión de la constante oportunidad encarna el caos
en sí mismo, según su explicación: "No queremos que sólo sea gente rica
la que se mantenga rica. Todos deberían tener una oportunidad. Imagina
si no fueras consciente del caos. Y pensaras, 'todo es estacionario o
cíclico'. ¿Acaso no hay religiones que dicen que todo es cíclico? Por
que no pueden imaginarse el caos", explica. "Había gente que hablaba de
los períodos 'dorados' en la economía, donde los precios del oro eran
cíclicos. ¡No eran cíclicos, pero no podían imaginarse algo más complejo
que lo cíclico! Pero no era así, era caótico".
"Siempre tengo un dicho: que las personas más exitosas son aquellas que tienen un buen plan 'b',
porque siempre tienes que reaccionar a los cambios", comenta. "Algunas
personas piensan que eso se tiene que planear, como los rusos solían
pensar, pero no. Tienes un plan, y lo adaptas, lo cambias. Eso es lo que
te dice el caos. No hagas planes a futuro".