Besar es todo un arte, pero también tiene su propia ciencia. Se llama filematología, y las últimas investigaciones en esta disciplina revelan que intercambiar saliva nos ayuda a escoger la pareja más adecuada.
Según explicaba la neurocientífica Wendy Hill durante una reciente reunión de la Asociación Americana para el Avance de la Ciencia (AAAS), las sustancias químicas que contiene la saliva nos ayudan a evaluar a una posible pareja para decidir si es la más idónea. Además, besarnos reduce los niveles de cortisol, la hormona del estrés, y aumenta los niveles de oxitocina, siempre y cuando besemos a la persona adecuada.
Helen Fisher, profesora de antropología en la Universidad Rutger y experta mundial en la biología del amor, también ha analizado el papel del beso, y asegura que "besar es un poderoso mecanismo de adaptación" presente en más del 90% de las sociedades humanas. Sin olvidar, añade, que "los chimpancés y los bonobos se besan, los zorros se lamen sus hocicos entre sí, las aves se picotean y los elefantes ponen sus trompas en las bocas de los otros miembros de sus manadas".
En los humanos, el beso es fundamentalmente una cuestión química, según Fisher. La saliva masculina tiene testosterona y los hombres prefieren los besos húmedos porque ?inconscientemente intentan transferir testosterona para provocar el apetito sexual en las mujeres?, según la experta. Además, este tipo de besos podría ayudarles a "medir los niveles de estrógenos femeninos de su pareja, para hacerse una idea de su grado de fertilidad". En cuanto a las mujeres, el beso les sirve para detectar el estado del sistema inmune de su posible pareja y saber "cuánto se cuida".
Por otra parte, la antropóloga sostiene que existen tres sistemas cerebrales diferentes que evolucionaron en el Homo sapiens para permitir el emparejamiento y la reproducción. El primero es eldeseo sexual alimentado por la testosterona, tanto en hombres como en mujeres. El segundo regula el amor pasional u obsesivo y parece estar vinculado a una actividad elevada de la dopamina, un estimulante natural. El tercero, que controla el apego y permite a una pareja permanecer unida suficiente tiempo como para criar hijos, está ligado a un nivel mayor de oxitocina. El beso, probablemente, permite que se estimulen esos tres sistemas, concluye Fisher.
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13 de abril de 2015
26 de abril de 2014
¿Por qué nos sienta bien que nos den una palmadita en la espalda?
Que
necesitamos recibir caricias y abrazos para sobrevivir es más que
evidente durante los primeros años de vida. Pero la importancia del
contacto físico no disminuye cuando crecemos, sino todo lo contrario.
Incluso un fugaz roce entre dos personas puede producir cambios inmediatos en el comportamiento humano.
Por ejemplo, los estudiantes que reciben un palmadita en el brazo por
parte de un profesor se muestran hasta dos veces más dispuestos a salir
voluntarios a la pizarra que el resto de sus compañeros de clase.
Un roce amable en la consulta del médico hace que los pacientes tengan la impresión de que la visita ha durado el doble que si no se produce contacto físico. Si antes de dar un discurso o hacer una presentación en público nuestra madre nos da un fuerte abrazo los niveles de cortisol, la hormona del estrés, caen. Y un estudio de la Universidad de Berkeley (EE UU) publicado recientemente en la revista especializada Emotion apuntaba a que, en el ámbito del deporte, los equipos con mejores resultados son aquellos en que los jugadores no escatiman en abrazos y chocan más "esos cinco". Los investigadores sugieren que este fenómeno podría deberse a que el contacto físico libera oxitocina, que aumenta la sensación de seguridad y confianza.
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Un roce amable en la consulta del médico hace que los pacientes tengan la impresión de que la visita ha durado el doble que si no se produce contacto físico. Si antes de dar un discurso o hacer una presentación en público nuestra madre nos da un fuerte abrazo los niveles de cortisol, la hormona del estrés, caen. Y un estudio de la Universidad de Berkeley (EE UU) publicado recientemente en la revista especializada Emotion apuntaba a que, en el ámbito del deporte, los equipos con mejores resultados son aquellos en que los jugadores no escatiman en abrazos y chocan más "esos cinco". Los investigadores sugieren que este fenómeno podría deberse a que el contacto físico libera oxitocina, que aumenta la sensación de seguridad y confianza.
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23 de abril de 2014
¿Por qué nos sienta bien que nos den una palmadita en la espalda?
Que
necesitamos recibir caricias y abrazos para sobrevivir es más que
evidente durante los primeros años de vida. Pero la importancia del
contacto físico no disminuye cuando crecemos, sino todo lo contrario.
Incluso un fugaz roce entre dos personas puede producir cambios inmediatos en el comportamiento humano.
Por ejemplo, los estudiantes que reciben un palmadita en el brazo por
parte de un profesor se muestran hasta dos veces más dispuestos a salir
voluntarios a la pizarra que el resto de sus compañeros de clase.
Un roce amable en la consulta del médico hace que los pacientes tengan la impresión de que la visita ha durado el doble que si no se produce contacto físico. Si antes de dar un discurso o hacer una presentación en público nuestra madre nos da un fuerte abrazo los niveles de cortisol, la hormona del estrés, caen. Y un estudio de la Universidad de Berkeley (EE UU) publicado recientemente en la revista especializada Emotion apuntaba a que, en el ámbito del deporte, los equipos con mejores resultados son aquellos en que los jugadores no escatiman en abrazos y chocan más "esos cinco". Los investigadores sugieren que este fenómeno podría deberse a que el contacto físico libera oxitocina, que aumenta la sensación de seguridad y confianza.
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Un roce amable en la consulta del médico hace que los pacientes tengan la impresión de que la visita ha durado el doble que si no se produce contacto físico. Si antes de dar un discurso o hacer una presentación en público nuestra madre nos da un fuerte abrazo los niveles de cortisol, la hormona del estrés, caen. Y un estudio de la Universidad de Berkeley (EE UU) publicado recientemente en la revista especializada Emotion apuntaba a que, en el ámbito del deporte, los equipos con mejores resultados son aquellos en que los jugadores no escatiman en abrazos y chocan más "esos cinco". Los investigadores sugieren que este fenómeno podría deberse a que el contacto físico libera oxitocina, que aumenta la sensación de seguridad y confianza.
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2 de marzo de 2014
Dick Swaab: 'La orientación sexual se determina en el útero'
12 de febrero de 2014
Esta semana, en una pequeña tertulia en la residencia del embajador de Holanda en España, el neurólogo Dick Swaab (Ámsterdam, 1944) mostraba una foto de sus hijos cuando eran pequeños: la niña entretenida con unas muñecas y el chico con un coche. A continuación, mostró la misma escena pero protagonizada por dos monos, hembra y macho. Las preferencias de unos y otras por unos juguetes y no otros, explicó, no tienen nada que ver con el ambiente o la educación recibida de los padres, sino con las preferencias del cerebro femenino por los rostros (las muñecas) y por los objetos en movimiento (los coches) en el caso del cerebro masculino.
Swaab ha visitado esta semana Madrid invitado a los 'Diálogos por la Ciencia' que organiza la Obra Social La Caixa para presentar su best seller Somos nuestro cerebro (Plataforma actual), un libro que lleva vendidos más de 400.000 ejemplares en Holanda y al que acompaña la polémica desde su publicación por sus puntos de vista sobre la homosexualidad o la religión, entre otras cuestiones. "Sé cuántos se han vendido, pero no cuántos de los lectores lo han acabado o comprendido", bromea con EL MUNDO ante las más de 600 páginas de su manuscrito.
Esta semana, en una pequeña tertulia en la residencia del embajador de Holanda en España, el neurólogo Dick Swaab (Ámsterdam, 1944) mostraba una foto de sus hijos cuando eran pequeños: la niña entretenida con unas muñecas y el chico con un coche. A continuación, mostró la misma escena pero protagonizada por dos monos, hembra y macho. Las preferencias de unos y otras por unos juguetes y no otros, explicó, no tienen nada que ver con el ambiente o la educación recibida de los padres, sino con las preferencias del cerebro femenino por los rostros (las muñecas) y por los objetos en movimiento (los coches) en el caso del cerebro masculino.
Swaab ha visitado esta semana Madrid invitado a los 'Diálogos por la Ciencia' que organiza la Obra Social La Caixa para presentar su best seller Somos nuestro cerebro (Plataforma actual), un libro que lleva vendidos más de 400.000 ejemplares en Holanda y al que acompaña la polémica desde su publicación por sus puntos de vista sobre la homosexualidad o la religión, entre otras cuestiones. "Sé cuántos se han vendido, pero no cuántos de los lectores lo han acabado o comprendido", bromea con EL MUNDO ante las más de 600 páginas de su manuscrito.
- Probablemente uno de los aspectos más controvertidos de su libro es el que indica que la orientación sexual se determina durante la gestación del embrión en el embarazo.
- La orientación sexual del individuo se determina en el útero materno por una serie de factores. Un 50% de ellos son genéticos y los otros son interacciones entre las hormonas y las células en el cerebro en desarrollo. Puede haber muchos factores implicados, también externos. Como el estrés de la madre durante la gestación, que segrega altos niveles de hormonas como el cortisol que atraviesan la placenta e interactuan con las hormonas del cerebro en desarrollo, también el tabaco (la nicotina también afecta al cerebro en desarrollo), ciertos fármacos, compuestos de tipo hormonal... Hay otro factor interesante que también influye: el número de hijos varones nacidos antes que tú. Es una cuestión inmunológica, cuando la madre está embarazada de un niño, éste genera una proteína que el organismo de la madre reconoce como extraña, y produce anticuerpos contra este compuesto que reconoce como extraño. Cuantos más hijos varones haya tenido, más eficientes son esos anticuerpos y eso influye en la orientación sexual del cerebro del niño en desarrollo.
- Sus puntos de vista sobre la homosexualidad han sido criticados por quienes consideran que se trata de una manera de 'patologizar' o medicalizar la cuestión.
- La ciencia es una búsqueda de la verdad. En los años 60 ó 70 se creía que la homosexualidad era fruto de una madre dominante, era la madre a la que se patologizaba sin ningúna razón. Ahora sabemos que la base está en el cerebro, hay variabilidad en todo lo que hacemos, todos nuestros potenciales. La variabilidad es el motor de la evolución. Hay variabilidad en todos los aspectos del comportamiento, y debería aceptarse. Nada más lejos de patologizar, sino aceptar que la gente es diferente, que hay que proteger esas diferencias y permitir a cada uno vivir de acuerdo a lo que marca nuestro cerebro.
- Algunos colegas argumentan que sus afirmaciones no se han replicado en otros ensayos, que no hay evidencias científicas suficientes.
- Sí, hay estudios que demuestran eso. No estoy muy de acuerdo con esa afirmación. Además, se demuestra también porque la gente ha intentado corregir la homosexualidad de diversas maneras hasta la fecha sin éxito. Se ha tratado con hormonas, castración, trasplante de testículos, psicoanálisis, compuestos como la apomorfina... También se ha encarcelado a la gente, pero nada de esto logra cambiar la orientación sexual. Hay otra línea de investigación más reciente, sobre los hijos adoptados de parejas homosexuales, y se ha demostrado que criar a un niño en este entorno no influye en su orientación sexual, porque todo está programado desde muy temprano en el desarrollo cerebral.
- Según esos puntos de vista, ¿no hay nada entonces que podamos hacer para cambiar lo que viene escrito de serie en nuestro cerebro? ¿Nada que la educación o el ambiente social puedan aportar?
- No es una cuestión de nada, pero la orientación sexual no se puede influenciar después del nacimiento. Por supuesto que todo lo que aprendemos cambia nuestro cerebro, nuestras sinapsis. El cerebro está cambiando por todo lo que aprendemos, lo que hacemos, lo que vemos, lo que pensamos... el cerebro tiene una cierta plasticidad, pero para algunos comportamientos -como la orientación sexual- no hay esa plasticidad. Igual que la identidad de género. Si eres hombre o mujer está escrito en el cerebro desde que nacemos, y los niños pueden tener fuertes convicciones a la edad de dos o cinco años de que han nacido en un cuerpo equivocado, sin que se pueda hacer nada más que cambiar ese cuerpo, el cerebro no se puede cambiar, me refiero a la transexualidad.
- También ha dicho que hay diferencias físicas entre el cerebro de un hombre y una mujer. ¿Cuáles son?
- Hay diferencias a todos los niveles. Los genes del cromosoma Y de los varones están ya expresados en todo el cerebro masculino desde la segunda mitad del embarazo, por lo que hay diferencias moleculares, funcionales, también de la conexión entre los hemisferios izquierdo y derecho, que es mayor entre las mujeres. Ellas son capaces de combinar distintas piezas de información para llegar a conclusiones, ésa es la base de la intuición femenina, son mejores en la interacción social, el lenguaje, mientras que los hombres son más capaces de focalizar y centrarse en un aspecto. En todos los niveles, del molecular al tamaño, hay muchas diferencias entre hombres y mujeres.
- ¿Qué hay sobre la inteligencia? ¿Hay una especie de gen de la inteligencia?
- El cociente intelectual [IQ en inglés] es un 88% genético, por eso es importante elegir bien a tus padres. La inteligencia es el producto de todos los genes que componen el cerebro, no hay un gen de la inteligencia. Es la forma en que el cerebro reacciona al entorno y soluciona los problemas.
- ¿Pero hay algo que las madres puedan hacer durante el embarazo para que sus hijos sean más inteligentes?
- Las madres pueden hacer mucho para evitar daños, dejar de usar fármacos que no sean absolutamente necesarios, evitar el tabaco, el alcohol, la contaminación... Todo eso es muy importante para el desarrollo del cerebro en el útero. También se puede ejercitar el cerebro después de nacer si el niño nace en un entorno sano y estimulante, la estimulación es ejercicio para el cerebro. El niño tiene unos potenciales que debe desarrollar, en base a la estimulación que recibe de su entorno. Si crece por ejemplo en un hogar bilingüe, se puede retrasar hasta cuatro años la aparición del Alzheimer. Se pospone porque estás estimulando el cerebro con las dos lenguas. Una buena educación, un trabajo interesante y mantenerte activo hasta una edad tardía son algunas cosas que se pueden hacer para mantener tu cerebro intacto.
- De alguna manera admite entonces que el entorno es importante.
- Sí, yo no he dicho lo contrario. Pero sí hay cosas importantes que están programadas en el cerebro en el momento de nacer y que no se pueden cambiar después. Tenemos memorias, cambiando todos los días, pero son cambios microscópicos, la plasticidad es muy limitada en algunas cuestiones.
- Fuente:
- El Mundo Ciencia
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17 de febrero de 2014
Mantenerse sano incluso si fumas, bebes y no haces ejercicios (y no es broma)
Desde que los doctores empezaron a
enseñarle a la gente la importancia de dejar de fumar, moderarse el
consumo de alcohol, llevar una dieta nutritiva y basada en vegetales y a
cuidar su peso, millones de personas experimentan una culpa tremenda
por sus hábitos no saludables. Sin embargo, la culpa no sirve de mucho
en estos casos y no ha llevado a mejoras significativas en el público en
general. Aunque muchas personas, y quizás cada vez más, lleven un
estilo de vida medianamente saludable, otras tantas escogen no hacerlo.
La doctora Lissa Rankin, en su libro Mind Over Medicine: Scientific Proof That You Can Heal Yourself
llevó a cabo un experimento interesante en torno a esto. En él
argumenta que, mientras sí es importante llevar una vida sana y hacer
algunas modificaciones para tener mayor bienestar, existen factores
críticos que contribuyen a la salud y a la longevidad y que nada tienen
que ver con los hábitos alimenticios o con los vicios. Como ejemplo de
ello, Rankin cuenta la historia de los inmigrantes italianos que se
establecieron en Roseto, Pensilvania, y que no llevaban un estilo de
vida que se consideraría ni remotamente “sano”.
“Comían albóndigas fritas en manteca,
fumaban como chimeneas, bebían mucho todas las noches y abusaban de la
pizza y la pasta. Sin embargo, sorprendentemente, tenían la mitad de
índice de padecimientos del corazón que el promedio nacional. No era el
agua que bebían, los hospitales a los que iban o su ADN”, apunta la
doctora. Un médico, perplejo por la ausencia de problemas del corazón en
este grupo, inició una investigación y descubrió que esta pequeña y
cerrada comunidad vivía en hogares multigeneracionales y disfrutaba de
cenas comunales y festividades frecuentes, y ello les proporcionaba
consuelo de la soledad que tantas personas sienten.
De acuerdo a la investigación, los
efectos de la soledad en el cuerpo pueden ser fatales. Esta comunidad
italiana, el cariño y el soporte de los demás aliviaba el estrés que
sienten los solitarios, el cual incrementa los niveles de cortisol
y activa el sistema nervioso simpático, que a su vez incrementa el
ritmo cardiaco, eleva la presión arterial, incapacita al sistema inmune e
incrementa el riesgo de enfermedades del corazón.
Ya que la gente de Roseto nunca se
sintió sola, rara vez moría de problemas del corazón; la mayoría murió
de viejo incluso si fumaba, se alimentaba mal y bebía. Resulta que el
alivio de la soledad es medicina preventiva, y los datos científicos
sugieren que la soledad es un factor mucho más grave que fumar o no
hacer ejercicio.
La doctora Rankin enfatiza que no es
sólo la soledad la que contribuye al hecho de enfermarse o estar sano,
es el estrés del trabajo, el estrés financiero y asuntos de salud mental
como depresión y ansiedad. Una persona que se alimenta mal, fuma y
nunca se ejercita, pero que disfruta de un matrimonio o un noviazgo
increíble, muchos amigos, un trabajo satisfactorio, un sentido de vida,
una actividad creativa, espiritualidad y una gran vida sexual podría
tener mucho mejor salud que alguien vegetariano, yogui y solitario que
se siente miserable en otros aspectos de la vida, de acuerdo a esta
investigación.
Así, no es que este estudio sugiera que
los malos hábitos y los vicios sean el secreto para una vida larga y
placentera, sino que recomienda que empecemos a pensar acerca de nuestra
salud más allá de los confines tradicionales y las “modas” con las que
la mayoría de las personas definen “salud”.
Fuente:
Pijama Surf
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