Mostrando las entradas con la etiqueta abrazo. Mostrar todas las entradas
Mostrando las entradas con la etiqueta abrazo. Mostrar todas las entradas
27 de septiembre de 2018
Los beneficios de abrazarse después del sexo
Besarse, acariciarse y hablar con afecto después del sexo puede ser tan importante para la satisfacción de la relación como las relaciones sexuales en sí mismas, según sugirió un estudio de la Universidad de Toronto (Canadá). Cuando los investigadores pidieron a las parejas que pasaran más tiempo abrazadas después del sexo, experimentaron niveles más altos de satisfacción sexual y de la relación en general, especialmente las parejas con niños. Esto puede tener que ver con la liberación de oxitocina que se libera durante las relaciones sexuales y que continúa siendo liberada con el contacto prolongado de piel con piel.
26 de abril de 2014
¿Por qué nos sienta bien que nos den una palmadita en la espalda?
Que
necesitamos recibir caricias y abrazos para sobrevivir es más que
evidente durante los primeros años de vida. Pero la importancia del
contacto físico no disminuye cuando crecemos, sino todo lo contrario.
Incluso un fugaz roce entre dos personas puede producir cambios inmediatos en el comportamiento humano.
Por ejemplo, los estudiantes que reciben un palmadita en el brazo por
parte de un profesor se muestran hasta dos veces más dispuestos a salir
voluntarios a la pizarra que el resto de sus compañeros de clase.
Un roce amable en la consulta del médico hace que los pacientes tengan la impresión de que la visita ha durado el doble que si no se produce contacto físico. Si antes de dar un discurso o hacer una presentación en público nuestra madre nos da un fuerte abrazo los niveles de cortisol, la hormona del estrés, caen. Y un estudio de la Universidad de Berkeley (EE UU) publicado recientemente en la revista especializada Emotion apuntaba a que, en el ámbito del deporte, los equipos con mejores resultados son aquellos en que los jugadores no escatiman en abrazos y chocan más "esos cinco". Los investigadores sugieren que este fenómeno podría deberse a que el contacto físico libera oxitocina, que aumenta la sensación de seguridad y confianza.
Fuente:
Muy Interesante
Un roce amable en la consulta del médico hace que los pacientes tengan la impresión de que la visita ha durado el doble que si no se produce contacto físico. Si antes de dar un discurso o hacer una presentación en público nuestra madre nos da un fuerte abrazo los niveles de cortisol, la hormona del estrés, caen. Y un estudio de la Universidad de Berkeley (EE UU) publicado recientemente en la revista especializada Emotion apuntaba a que, en el ámbito del deporte, los equipos con mejores resultados son aquellos en que los jugadores no escatiman en abrazos y chocan más "esos cinco". Los investigadores sugieren que este fenómeno podría deberse a que el contacto físico libera oxitocina, que aumenta la sensación de seguridad y confianza.
Fuente:
Muy Interesante
23 de abril de 2014
¿Por qué nos sienta bien que nos den una palmadita en la espalda?
Que
necesitamos recibir caricias y abrazos para sobrevivir es más que
evidente durante los primeros años de vida. Pero la importancia del
contacto físico no disminuye cuando crecemos, sino todo lo contrario.
Incluso un fugaz roce entre dos personas puede producir cambios inmediatos en el comportamiento humano.
Por ejemplo, los estudiantes que reciben un palmadita en el brazo por
parte de un profesor se muestran hasta dos veces más dispuestos a salir
voluntarios a la pizarra que el resto de sus compañeros de clase.
Un roce amable en la consulta del médico hace que los pacientes tengan la impresión de que la visita ha durado el doble que si no se produce contacto físico. Si antes de dar un discurso o hacer una presentación en público nuestra madre nos da un fuerte abrazo los niveles de cortisol, la hormona del estrés, caen. Y un estudio de la Universidad de Berkeley (EE UU) publicado recientemente en la revista especializada Emotion apuntaba a que, en el ámbito del deporte, los equipos con mejores resultados son aquellos en que los jugadores no escatiman en abrazos y chocan más "esos cinco". Los investigadores sugieren que este fenómeno podría deberse a que el contacto físico libera oxitocina, que aumenta la sensación de seguridad y confianza.
Fuente:
Muy Interesante
Un roce amable en la consulta del médico hace que los pacientes tengan la impresión de que la visita ha durado el doble que si no se produce contacto físico. Si antes de dar un discurso o hacer una presentación en público nuestra madre nos da un fuerte abrazo los niveles de cortisol, la hormona del estrés, caen. Y un estudio de la Universidad de Berkeley (EE UU) publicado recientemente en la revista especializada Emotion apuntaba a que, en el ámbito del deporte, los equipos con mejores resultados son aquellos en que los jugadores no escatiman en abrazos y chocan más "esos cinco". Los investigadores sugieren que este fenómeno podría deberse a que el contacto físico libera oxitocina, que aumenta la sensación de seguridad y confianza.
Fuente:
Muy Interesante
12 de mayo de 2012
El amor materno engendra confianza
Especial: Día de la Madre
Los bebés que reciben mucho afecto de sus madres estarán mejor preparados para enfrentar el estrés y las tensiones siendo adultos.
Esa es la
conclusión de un estudio llevado a cabo en Estados Unidos con cerca de
500 personas a quienes se siguió desde la niñez hasta la adultez.
La investigación -publicada en Journal of Epidemiology and Community Health
(Revista de Epidemiología y Salud Comunitaria)- encontró que los
abrazos, besos y declaraciones abiertas de amor de la madre a su bebé
parecen fomentar la capacidad de resistencia y recuperación emocional.
La clave, afirman los investigadores, podría ser un vínculo fuerte y seguro entre la madre y el hijo.
A pesar
del creciente interés que existe en el papel que juegan las experiencias
de los primeros años de vida en la salud adulta, casi no ha habido
estudios que hayan podido seguir a los participantes desde la niñez
hasta las etapas posteriores de la vida.
Los
investigadores de la Universidad de Duke, en Carolina del Norte, sí
pudieron seguir ese registro con 482 personas que participaban en el
Proyecto Perinatal de Colaboración Nacional.
Los
científicos midieron con pruebas psicológicas la calidad de la
interacción entre las madres y sus bebés cuando éstos tenían ocho meses.
Al final de cada sesión, el psicólogo calificó la forma como la madre respondía a las emociones y necesidades del niño.
La
cantidad de afecto y atención que la madre daba su hijo también fue
clasificada, con marcadores que iban desde "negativo" a "extravagante".
Posteriormente,
cuando esos bebés cumplieron en promedio 34 años, se estudió su salud
mental usando pruebas estándar para clasificar síntomas que incluían
tanto factores específicos como ansiedad y hostilidad como niveles
generales de aflicción.
También
se preguntó a los participantes si pensaban que sus madres habían sido
afectuosas con ellos y debían responder con marcadores que iban desde
"fuertemente de acuerdo" hasta "fuertemente en desacuerdo".
Mejor preparados
Los
resultados mostraron que los niños que recibieron mucho afecto de su
madre podían manejar de mejor forma todos los tipos de aflicciones.
En
particular, los niños de madres cariñosas podían tratar mejor la
ansiedad que los niños de madres emocionalmente indiferentes.
"Es
sorprendente que una breve observación del nivel de cariño materno en la
infancia esté asociada con la angustia que puede enfrentar ese niño 30
años después", afirman los investigadores.
Y agregan
que estos resultados comprueban la creciente evidencia de que la
primera infancia ayuda a establecer las bases de las experiencias más
tarde en la vida.
Pero señalan que no puede descartarse la influencia de otros factores, como la personalidad, la educación y la vida escolar.
Lea el artículo completo en:
BBC Ciencia
Lea también:
Tags:
abrazo,
embarazo,
emociones,
hijos,
inteligencia,
inteligencia emocional,
madre,
maternidad,
mujeres,
niños,
salud,
salud de la mujer,
salud de los niños
Suscribirse a:
Entradas (Atom)