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9 de diciembre de 2019

10 cosas que cambian tu cerebro (08/10): los cigarrillos

A la hora de valorar los efectos del tabaco sobre la salud no solo habría que tener en cuenta qué implica para los pulmones...


La dependencia de la nicotina también trastoca la química cerebral. Es la conclusión a la que llegaron científicos alemanes de la Universidad de Bonn tras estudiar los cerebros de 43 fumadores con espectroscopia resonancia magnética de protones, una técnica permite analizar los metabolitos cerebrales. Los enganchados a la nicotina tenían menos cantidad de aminoácido N-acetilaspartato (NAA) en la corteza cingulada anterior, la parte del cerebro que procesa el placer y el dolor.

Lo preocupante es que bajos niveles de NAA se han vinculado con trastornos psiquiátricos como la esquizofrenia o la demencia, así como con una tendencia al abuso de drogas. La colina, una molécula esencial para el funcionamiento del corazón y del cerebro, también está reducida en los fumadores. Pero tenemos buenas noticias: estos cambios químicos se revierten varios meses después de dejar de fumar.

11 de mayo de 2019

Ellos también tienen instinto maternal

Mientras los científicos atribuyen la existencia del instinto maternal a una hormona llamada oxitocina, otros consideran que el deseo innato de amparar a los hijos es solo una producción social. 


Este instinto, al parecer, se pone de manifiesto desde la infancia y se confirma en los años siguientes por la marcada atención que la mayoría de mujeres expresa por los niños. Durante mucho tiempo, se creyó que este interés era casi exclusivo de las mujeres y casi nulo en los hombres, pero hay nuevos estudios que demuestran lo contrario. 

Uno de ellos proviene de la Universidad de Saint-Etienne, en Francia, el cual advierte que los hombres tienen la misma capacidad que las mujeres para identificar el llanto de los hijos. El resultado de la investigación determinó que ellos eran capaces de reconocer el llanto de su hijo el 90% de las ocasiones, un porcentaje idéntico al de las mamás que participaron en el experimento. 

Los científicos involucrados en este estudio explican que la hipótesis que vincula el instinto de protección únicamente con las madres es errónea, ya que en los estudios que datan de finales 1970 y principios de 1980, se olvidó tomar en cuenta el tiempo que dedican los padres a sus hijos e hijas. En términos biológicos, hombres y mujeres son entes cooperativos, por lo que la idea de que un género es mejor que el otro, en cuanto a un mecanismo para proteger al bebé, resulta incongruente. 

El año pasado, la Universidad de Bar Ilan en Israel mostró que ciertas zonas de los cerebros de padres involucrados en las vidas de los bebés se activan de la misma manera que los de las madres durante el embarazo. Para llegar a esta conclusión analizaron los cambios neuronales de madres, padres heterosexuales y homosexuales. 

En estos últimos, los científicos descubrieron cambios hormonales similares a los de las madres. Si bien hay muchos trabajos que respaldan la afirmación de que los hombres también tienen instinto maternal, hay muchos otros que demuestran que en el mundo animal hay casos similares, como el de los monos titís que presentan varias similitudes, tanto neuronales como conductuales con los seres humanos. 

Estos animales son conocidos por cuidar con la misma intensidad a sus crías pequeñas que el resto de las madres mamíferas. 

De hecho, los titís que son papás cargan a sus crías más de la mitad del tiempo durante los primeros 3 meses de vida. Los machos cuidan las crías, mientras las hembras se dedican a dar de mamar y a cuidar el territorio. En este caso, el macho asume la crianza y la madre la alimentación. La revista National Geographic publicó un especial en el que es común ver sobre la espalda a los pequeños hijos tití, incluso los machos pueden asistir el parto y cuidar el aseo de los recién nacidos lamiéndolos. 

Hay muchos ejemplos de paternidad en el mundo animal. Uno de los casos más extraordinarios es el del chinche gigante acuático, un insecto responsable de llevar sobre su espalda el ‘peso’ de ser papá, porque en su dorso transporta una centena de huevos hasta que eclosionen; los cuida y protege y recuerda llevarlos a la superficie del charco cada cierto tiempo, pues el aire evita que los huevecillos enmohezcan. Parte de su responsabilidad consiste, precisamente, en permanecer sobre una roca cerca de la superficie durante 3 semanas y flexionar, de manera periódica, las patas para exponerlas al oxígeno. 

El pingüino emperador también es un ejemplo de cómo se ha desarrollado el instinto de protección hacia las crías. En el documental La marcha de los pingüinos, del director francés Luc Jacquet, se ponen de relieve los obstáculos que debe sortear este animal que debe separarse de su familia para cumplir su rol. Muchos biólogos coinciden en que este pingüino es uno de los mejores padres del reino animal, porque cuida de su cría durante 4 meses, 2 de ellos inmóvil en el invierno polar, incubándola y sin comer nada. 

Lea el artículo completo en: El Telégrafo (Ecuador)

3 de octubre de 2018

Qué es el orgasmómetro y qué nos enseña sobre sexo y el placer femenino

"Somos los únicos animales en este planeta que estamos teniendo relaciones sexuales no para reproducirnos sino sólo por placer", dice el profesor de endocrinología y sexología médica de la Universidad de Roma Tor Vergata.

"Es sorprendente que tanto la ciencia como la medicina no hayan mostrado más interés en este aspecto", le dice a BBC Mundo el también expresidente de la Sociedad Italiana de Andrología y Medicina Sexual.


Por eso, junto a un grupo de investigadores de varias universidades italianas, Jannini se embarcó en un novedoso estudio científico que tuvo como objetivo principal la medición del orgasmo femenino.

Y sus hallazgos fueron publicados el pasado 29 de agosto de 2018 bajo el título "Validación de una escala visual análoga para medir la percepción subjetiva de la intensidad orgásmica en las mujeres: el orgasmómetro-F", en la revista científica PLOS ONE.

"Esta es la primera vez que se mide el orgasmo femenino a través de una herramienta psicométrica validada", le explica Jannini a BBC Mundo.

"Nuestro objetivo fue proporcionar el primer y único instrumento, del que tengamos conocimiento, para medir la intensidad, la cantidad de placer femenino, durante el coito, la masturbación y otros actos sexuales", resume el profesor.

No es una máquina

El orgasmómetro que Jannini y su equipo de investigadores desarrolló no es un aparato, ni una máquina.

"Bromeamos sobre el orgasmatrón", indica. "Esa era una máquina usada por Woody Allen en su película 'El dormilón' y también aparece en 'Barbarella', protagonizada por Jane Fonda, en los sesenta. Usamos un término que, en cierta forma, se parece al de una máquina de fantasía para conseguir un orgasmo".

Y la idea detrás de la palabra orgasmómetro era no sólo que fuera fácil de recordar sino que fuese fácil de entender.

"Orgasmómetro significa medidor de orgasmos y resulta más eficiente que una máquina".
Y es que, el profesor aclara, "una máquina para medir el orgasmo no existe, de la misma manera que una máquina para medir el dolor no puede existir".

Ambas son sensaciones subjetivas, personales. Por eso, una escala que tú mismo valoras es la mejor opción para medirlos.

Y por eso los investigadores italianos utilizaron el mismo instrumento que se usa para medir el doloren la práctica clínica, el cual es una escala análoga visual.

"Todos los fármacos para suprimir el dolor que se venden en todo el mundo han sido validados a través de esa escala análoga visual", le recuerda Jannini a BBC Mundo.

Pero además, "el placer y el dolor son las dos caras de la misma moneda. Ambos son de naturaleza subjetiva y no pueden ser medidos por biomarcadores, sino a través de una evaluación subjetiva, personal", explica el investigador italiano.


Con la ayuda de la memoria

En el estudio participaron 526 mujeres italianas, 112 de ellas pacientes de una clínica de sexualidad que sufren algún tipo de disfuncionalidad sexual.

Mientras que las otras 414, que no presentaban ningún problema de índole sexual, fueron reclutadas a través de una plataforma web.

Tras tener una experiencia sexual (coito, masturbación, sexo oral, u otra), las mujeres entraban a un sitio web, creado por el equipo de investigadores, y respondían una serie de preguntas validadas por la práctica clínica.

Y una de las secciones de ese cuestionario tenía que ver con el orgasmómetro, el cual las hacía otorgarle un valor numérico a la sensación que tuvieron.

El orgasmómetro les daba las opciones de 0 hasta 10 para medir su experiencia orgásmica, siendo 0 una ausencia total de orgasmo.

Más detalles en: BBC Mundo 

30 de septiembre de 2018

El amor puede obsesionarnos, literalmente


Hay una razón por la que no puedes dejar de pensar en ese chico o chica nueva y especial en tu vida: las imágenes por resonancia magnética han demostrado que enamorarse envía sangre a las áreas del "centro de placer" del cerebro, las mismas áreas que son responsables de la obsesión y los comportamientos compulsivos. 

Enamorarse también reduce los niveles de serotonina, que es común en personas con trastornos obsesivo-compulsivos, dice Mary Lynn, codirectora de la Clínica de bienestar sexual Loyola en la Universidad de Loyola en Chicago. "Esto puede explicar por qué nos concentramos en poco más que nuestra pareja durante las primeras etapas de una relación", y también por qué tendemos a idealizar a las nuevas parejas y hacer la vista gorda ante sus fallos.

27 de septiembre de 2018

Los beneficios de abrazarse después del sexo


Besarse, acariciarse y hablar con afecto después del sexo puede ser tan importante para la satisfacción de la relación como las relaciones sexuales en sí mismas, según sugirió un estudio de la Universidad de Toronto (Canadá). Cuando los investigadores pidieron a las parejas que pasaran más tiempo abrazadas después del sexo, experimentaron niveles más altos de satisfacción sexual y de la relación en general, especialmente las parejas con niños. Esto puede tener que ver con la liberación de oxitocina que se libera durante las relaciones sexuales y que continúa siendo liberada con el contacto prolongado de piel con piel.

15 de septiembre de 2018

El semen combate la depresión


Según un estudio llevado a cabo por científicos de la Universidad Estatal de Nueva York (EE. UU.), el semen puede ayudar a combatir la depresión. El semen contiene sustancias químicas que elevan el estado de ánimo, aumentan el afecto e inducen el sueño.

Las mujeres que tenían relaciones sexuales sin preservativos no solo estaban menos deprimidas sino que además tenían menos intentos de suicidio. 

13 de enero de 2018

Existe un "botón del placer" que muy pocas personas conocen. Esta es la razón:


¿Y si existiera una manera de lograr la misma sensación que se puede conseguir con las drogas, en cualquier momento y lugar, sin los efectos secundarios químicos? ¿o si pudiéramos sentir un placer indescriptible cuando quisiéramos? Esa tecnología existe y han tenido acceso a ella un número limitado de personas.

Es probable que cuando dieron con dicha posibilidad pensaran que todo poder implica una responsabilidad. Quizá por ello, no es de extrañar que semejante instrumento de la felicidad este guardado en el baúl de las posibles armas de destrucción masiva que podrían arrasar nuestra propia existencia. Una poderosa tecnología a la que sólo se tiene acceso bajo una serie de situaciones/prescripciones limitadas.

Hablamos de lo que se ha denominado como la evocación de placer a través de la estimulación eléctrica cerebral, y todo comenzaría en 1954, como tantas veces en la ciencia, de manera fortuita.

Ese año los investigadores James Olds y Peter Milner dieron con lo que luego ha pasado a llamarse centro de recompensa del cerebro.

El artículo completo en:

Gizmodo

30 de abril de 2016

La ciencia del placer: por qué nos gusta lo que nos gusta

3,4-dihidroxifenilalanina. Eso es lo que está en el fondo del placer. Una sustancia química producida por las células nerviosas en el cerebro para darle señales a las demás. Sin embargo, no es tan simple... ni tan complicado.

Nuestro circuito de placer puede ser desencadenado por algunas cosas obvias y otras no tan obvias.

"Hay algunas de las cosas que nos gustan porque estamos programados para que nos gusten, como consumir alimentos, tomar agua y tener relaciones sexuales", le explica a la BBC David Linden, profesor de Neurociencia en la Universidad Johns Hopkins de Baltimore y autor de un libro llamado "El compás del placer".

"Hay otras cosas que aprendemos a disfrutar. Por ejemplo, mientras que estamos programados para que nos guste el dulce, las preferencias personales están determinadas más que todo por la experiencia individual, el aprendizaje, la familia, la cultura: todas las cosas que nos hacen individuos", dice Linden.

"A la gente le gustan las cosas con las que crecieron -agrega el experto-. Por ejemplo, yo vivo en Baltimore y aquí hay gente a la que le gustan los chiles y a otras no. Si yo viviera en México, es muy probable que a casi todas las personas que conociera les gustarían".
Y, ¿pasa lo mismo con los animales? ¿Aprenden las mascotas a disfrutar las cosas que comen sus dueños, a pesar de sus instintos?

"¿Desarrollan los gatos mexicanos el gusto por el chile? No, nunca. Esto es algo que los humanos pueden hacer pero otros mamíferos no, y no sabemos bien por qué".

El artículo completo en:

BBC Ciencia



26 de enero de 2016

Aprender nuevas palabras tiene el mismo efecto que el sexo

El placer también puede ser asociado al aprendizaje. Según acaba de revelar un nuevo estudio de las universidades de Barcelona (España) y la Otto von Guericke de Magdeburg (Alemania), que recoge la revista Current Biology, aprender nuevas palabras nos otorga el mismo placer que tener relaciones sexuales o comer chocolate.

El equipo de científicos realizó un experimento con 36 adultos con objeto de ver hasta qué punto el hecho de aprender un lenguaje podría activar el centro del placer y recompensa del cerebro. Así, los voluntarios participaron en dos sesiones de resonancia magnética en las que tenían que aprender el significado de palabras nuevas deduciéndolo a través del contexto.

Los investigadores reconstruyeron las fibras de sustancia blanca que conectan las diferentes regiones cerebrales de los participantes, descubriendo que aprender palabras nuevas activaba áreas del cerebro relacionadas con el placer y la recompensa (las mismas conexiones que responden a estímulos tan gratos como una comida preferida, el sexo o las drogas) y que que las personas con una mejor conexión en este área eran capaces de memorizar más palabras y también a más velocidad. Además, si esas palabras tenían asociadas una carga emocional, el resultado era aún mejor, evidenciando el valor de las emociones en el proceso de aprendizaje.

“La investigación muestra un posible aspecto emocional en el desarrollo del lenguaje”, afirma Antoni Rodríguez Fornell, coautor del estudio. Las conclusiones del trabajo abren la puerta a la exploración a lo largo de la evolución del ser humano de uno de los instintos más básicos: el de comunicarse.

Tomado de:

Muy Interesante

18 de septiembre de 2014

¿Qué es el "perrito vaginal"?

Lo que se conoce popularmente como “perrito vaginal” no es sino la facultad que poseen algunas mujeres a la hora de mantener relaciones sexuales. ¿En qué consiste? El “perrito vaginal” se refiere a la contracción de la zona perineal y vaginal de forma automática cuando la mujer tiene un orgasmo, provocando que el pene, que se encuentra dentro de la vagina de la fémina, si se mantiene en estado inmóvil, puede sentir una caricia similar a una “lamida” de un perro.

Esta habilidad, que contribuye a un grado de placer extra por parte del hombre, puede aprenderse mediante el entrenamiento del músculo del suelo pélvico. A pesar de que no todas las mujeres son capaces de conseguirlo debido a la debilidad de la musculatura en esta zona, sí que es posible fortalecerla y lograr este objetivo mediante la realización de diversos ejercicios de tonificación muscular conocidos también como “gimnasia íntima”.

El entrenamiento de los músculos pélvicos sirve, finalmente, a dos causas: por un lado, ayuda a la mujer a tener un orgasmo más intenso durante el coito o la masturbación, y por otro, se consigue un momento erótico extra para el hombre mediante este “perrito vaginal” durante la relación sexual.

Fuente:

Muy

14 de febrero de 2014

Yo Mono: La chimpancé multiorgásmica


En griego, la palabra orgasmo significa hinchazón y plenitud. Se describe como la descarga que se produce tras la tensión que se va acumulando en la actividad sexual. Lo experimentamos tanto hombres como mujeres. Muchos creían que era exclusivo de los humanos por su asociación directa con el placer sexual, pero no es así. Otros animales también practican sexo sólo por el placer que proporciona. Los primates, una vez más, dejan a cada uno en su sitio.

Según el psicólogo William Lemmon, se puede provocar el orgasmo en casi cualquier especie de primate. Su equipo llevó a cabo pruebas con hembras de chimpancé a las que estimulaba el clítoris y la vagina. Lemmón halló respuestas casi idénticas a las humanas: enrrojecimiento del clítoris, contracciones involuntarias, extensión de la vagina, espasmos en brazos y piernas, expresiones faciales y vocalizaciones asociadas, etc. Es decir, las chimpancés tenían verdaderos orgasmos y además "se dejaban estimular para continuar excitadas". Una de ellas lo permitió "hasta en diez ocasiones", registraron en su diario los investigadores.
Pero, ¿qué función han tenido los orgasmos en la evolución? Los científicos creen que para los machos suponen una recompensa que nos motiva para la búsqueda de más y más encuentros sexuales con los que pasar nuestros genes a la siguiente generación. Nuestro caso es simple. Pero en el caso de la mujeres su origen es aún un misterio. Según la teorías evolutivas, el orgasmo femenino favorece la eyaculación de los machos haciendo la fertilización más probable. El problema aparece cuando en nuestra especie, según un estudio publicado en el Journal of Sex Research, el 67% de las mujeres confiesa haber tenido falsos orgasmos alguna vez en su vida. Lo interesante es que los hombres lo hacemos también. En el mismo estudio se detectó un 27% de "actores masculinos".

Esta constatación es coherente con otra hipótesis sobre el origen del orgasmo que apuesta por la idea de que estas experiencias de placer cohesionan a las parejas, y también convierten a la hembra en más atractiva para los hombres. De hecho, en un estudio llevado a cabo por el Instituto de Psiquiatría de Nueva York y la Universidad de Columbia con 453 mujeres heterosexuales, las que percibían que sus parejas eran infieles fingían más orgasmos que el resto. También manifestaban más comportamientos orientados a conservar a su pareja. Los investigadores concluyeron que los orgasmos simulados son parte de una estrategia más amplia cuyo fin es retener a la pareja.

Aún falta mucho por saber sobre este fenómeno sexual, especialmente en lo que respecta a  su origen y funciones. Lo que sí podemos concluir es que se trata de un fenómeno compartido con otras especies y algo mucho más complejo, tanto en hombres como en mujeres, de lo pensado hasta ahora. Lo que ahora falta por descubrir es si los otros grandes simios los fingen también.
 Fuente:

12 de octubre de 2013

20 datos sobre el clítoris

¿Sabías que entre el 50 y el 75% de las mujeres alcanzan el orgasmo por medio de estimulación del clítoris, con o sin penetración vaginal?, descubre otros interesantes datos aquí.

El clítoris para muchos aún resulta un tabú a la hora de hablar del cuerpo femenino y su papel en la sexualidad de la mujer.

Aquí una recopilación de datos que seguro muchos desconocen sobre este ógano femenino.

1. El clítoris es el único órgano humano cuyo único propósito es dar placer (contrario al pene, que tiene fines reproductivos).

2. El clítoris está hecho de tejido eréctil que se endurece durante la estimulación sexual y se relaja después del orgasmo.

3. Entre el 50 y el 75% de las mujeres alcanzan el orgasmo por medio de estimulación del clítoris, con o sin penetración vaginal.

4. El clítoris no se deteriora con el tiempo, incluso se hace más grande. Al final de la pubertad, el clítoris de una chica habrá duplicado su tamaño. Para cuando una mujer tiene 32 años, su clítoris es casi cuatro veces más grande que cuando tenía 20 menos. Después de la menopausia, el clítoris es siete veces más grande que al nacer, lo cual podría explicar que las mujeres mayores reporten tener sexo tan glorioso.

5. Además de la punta del clítoris, una mujer tiene tres zonas erógenas dentro y alrededor de la vagina que se conectan y estimulan al clítoris. Estas incluyen al punto G, pero también al A y U.

Lea el artículo completo en:

Vanguardia (México)

2 de septiembre de 2013

¿Por qué escuchar nueva música nos causa placer?

Chica escuchando música

El estudio determinó cómo se ilumina la zona del cerebro responsable de registrar las gratificaciones.

Escuchar música nueva es gratificante para el cerebro. Ésta es la conclusión de un estudio publicado en la revista Science

Con la ayuda de imágenes por resonancia magnética, un equipo de científicos canadienses descubrió que la zona del cerebro de recompensa se activa cuando la persona escucha por primera vez una melodía.
En la medida en que el oyente disfrutaba más de la música, más fuertes eran las conexiones en la región del cerebro conocida como núcleo accumbens.

"Sabemos que el núcleo accumbens tiene que ver con la recompensa", le dijo a la BBC el doctor Valorie Salimpoor, del Instituto de Investigación Rotman, en Toronto.

"Pero la música es abstracta. No es como si tuvieras hambre y estuvieses a punto de conseguir comida y te entusiasmaras porque vas a comer. Lo mismo que ocurre con el sexo o el dinero, que es cuando normalmente se ve actividad en el núcleo accumbens".

"Pero lo interesante es que te estás anticipando y emocionando por algo totalmente abstracto, y eso es el próximo sonido que se acerca", agregó.

Canciones nuevas

Para el estudio -realizado en el Centro Neurológico de Montreal de la Universidad McGill-, los científicos les tocaron 60 fragmentos de música nueva a 19 voluntarios, sobre la base de sus preferencias musicales.

Mientras escuchaban las pistas de 30 segundos, los participantes podían comprar en una tienda de música en línea ficticia la música que les gustaba.

Todo esto se llevó a cabo mientras los voluntarios estaban acostados en una máquina de resonancia magnética.

Escáner cerebral

Los especialistas monitorearon la actividad cerebral mientras los voluntarios escuchaban música.

Con este análisis, los científicos descubrieron cómo el núcleo accumbens se iluminaba. Y en función del nivel de actividad, los expertos pudieron predecir la probabilidad de que un participante "comprara" una canción.

"Cuando estaban escuchando la música, pudimos observar su actividad cerebral y averiguar cómo la apreciaban o disfrutaban antes incluso de que nos dijeran algo", dijo Salimpoor

"Y esto foma parte de la nueva dirección que está tomando la neurociencia; tratar de entender lo que piensa la gente, deducir sus pensamientos y motivaciones y, finalmente, su comportamiento a través de su actividad cerebral".

Los investigadores descubrieron que el núcleo accumbens también interactúa con otra región del cerebro conocida como las retenciones auditivas corticales.

Ésta es un área que almacena información de sonido en base a la música a la que con anterioridad han sido expuestas las personas.

"Esta parte del cerebro es única para cada individuo, debido a que todos hemos escuchado diferentes tipos de música en el pasado", explicó el Dr. Salimpoor.

Los investigadores quieren saber ahora cómo esto conduce nuestros gustos musicales, y si nuestra actividad cerebral puede explicar por qué las personas se sienten atraídas por los diferentes estilos de música.

Fuente:

BBC Ciencia

11 de agosto de 2013

Helen Fisher: ¿Por qué amamos... y engañamos? (VIDEO)

La científica Helen Fisher señala que la neurobiología del amor gira en torno a distintos núcleos de la amigdala produciendo uno de ellos la hormona dopamina, relacionada con el sistema de recompensa del cerebro. A través de esta hormona, y por medio del aprendizaje, se va a asociar a cierta persona que pasaremos a identificar como nuestro ser amado, cuyo recuerdo o cercanía producirán a su vez niveles más altos de dopamina, originando todos los efectos que caracterizan a algo tan trascendental para la vida de un ser humano como supone el amor romántico....

En este video comprenderemos mejor este aspecto y sus múltiples aristas:

     

Más información en:

El porqué de la Naturaleza

21 de febrero de 2013

Masoquismo: Dolor y placer en el cerebro


"Me gusta ser azotada. Que te aten es divertido". Rihanna, la famosa cantante de pop, confesaba así en 2011 a la revista Rolling Stone que creía ser un poco masoquista. Sin embargo, estas declaraciones hoy ya no impactan tanto como lo hicieron en 1780 las de Leopold von Sacher-Masoch en su obra "La Venus de las pieles".

Nos parece natural que el ser humano intente evitar todos aquellos estímulos que le proporcionan malestar, y entre ellos solemos pensar que el dolor es uno de los más importantes, ya que normalmente lo asociamos al sufrimiento. Sin embargo, hay quien habla de masoquismo de ‘baja intensidad': todos conocemos a alguien a quien le encanta la comida tan picante que hace que se le duerma la lengua, todos tenemos algún amigo que corre maratones agotadores, y muchos nos hemos rascado alguna vez una picadura de mosquito hasta levantarnos la piel o dejarla enrojecida. ¿Por qué?

Las relaciones entre placer y dolor son más complejas de lo que podemos creer. En la comprensión de esta relación extraordinaria una clave puede estar en las sustancias que produce el cerebro cuando sentimos dolor. Se trata de las endorfinas, unos opiáceos naturales de los que se sirve nuestro sistema nervioso para contrarrestar el dolor y el miedo. Otro factor que se ha propuesto es el alivio que se siente tras escapar o superar una situación desagradable, como sucede en las personas que se autolesionan, generalmente para aliviar un sufrimiento psicológico. Pero el caso del masoquismo es diferente, pues el dolor es percibido como placentero en sí mismo, aunque hay quien ha planteado que el verdadero objetivo del masoquismo se relaciona más con el poder y la sumisión que con el propio dolor.


¿De qué depende la interpretación del dolor?

La importancia del contexto ha quedado claramente expuesta en un trabajo realizado recientemente por Leknes y su equipo de colaboradores de las universidades de Oxford y Oslo. Este grupo de investigadores ha demostrado que el cerebro se comporta de forma distinta cuando un mismo dolor de intensidad moderada se compara con un dolor ‘peor' o con uno ‘mejor'. Los participantes interpretaron ese dolor moderado como placentero al compararlo con otro más intenso. A nivel cerebral se observó una menor actividad en la ínsula y el cíngulo anterior, y una mayor activación en el circuito de recompensa que incluye las cortezas prefrontal orbital y ventromedial.


¿Cómo procesa el dolor el cerebro del masoquista?

En un interesante estudio realizado por la Universidad de Dusseldorf se comparaba, entre otros, a un grupo de personas con conductas masoquistas con un grupo de control que no mostraba este tipo de comportamientos. Para empezar, encontraron que el grupo de tendencia masoquista mostraba un umbral de dolor más elevado y valoraba la estimulación láser que se les aplicaba como significativamente más agradable en comparación con los controles. Y aún más interesante, utilizando la técnica de magnetoencefalografía observaron que, tras una primera estimulación táctil indolora, la aplicación del láser ocasionaba una mayor amplitud en la respuesta tardía del área somatosensorial primaria (S1) del cerebro. Los autores plantearon como una explicación tentativa la posibilidad de que las personas con conductas masoquistas sufran una alteración en la modulación del procesamiento de la información somatosensorial. Así, estímulos como el dolor, que en la mayoría de las personas aumentan la activación, serían percibidos como ‘normales' por aquellos con comportamientos masoquistas.

El interés y la aceptación del masoquismo y el sadismo han crecido en la sociedad, que incluso los ha retirado del Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales. Pero a nivel científico aún queda mucho por saber sobre estas parafilias. La psicología y la neurociencia desean comprender y no juzgar al que disfruta sintiendo dolor. Como se suele decir, "en la variedad está el gusto".

Marisa Fernández, Neuropsicóloga Senior, Unobrain


Fuente:

Muy Interesante

15 de noviembre de 2012

Chocolate, amor, placer y ...¡Química!

Chocolate. Niños, jóvenes, adultos ...son muy pocos los que pueden considerarse inmunes a los encantos de este alimento en cualquiera de sus formas. Ya sea líquido (acompañado de churros y porras en un frío día de invierno) , en forma de tableta ( todos recordamos  aquellas meriendas en el parque con pan y chocolate) o de bollos, tartas o cómo lo quieras imaginar, el chocolate es sin duda fuente de placer gastronómico (¿sólo?) para la gran mayoría.  Mal de amores y chocolate...¿verdad o leyenda ? ¡Vamos a ello! 




El chocolate  es un alimento procedente de las semillas de cacao, el cual se obtiene del árbol del cacao ( Theobroma Cacao). Hay que decir que el orígen de este alimento se remonta a la época de los Mayas y Aztecas (sí sí, ¡hace mucho!)  , confundiéndose  la leyenda y la mitología. El dios Quetzalcoatl , viendo la falta de alimento de su pueblo viajó al pais del dios Sol y robó una planta para ofrecer a su pueblo. Era el arbol del cacao. Por ello siempre se habla del mismo como el alimento de los dioses. Sin duda, ¡ mucha imaginación!
El chocolate se preparó tal y cómo lo conocemos en el Siglo XVIII  . Para ello se molió las semillas de cacao con azúcar, canela, vainilla , almizcle y colorantes. La masa de chocolate podía adquirir la forma deseada utilizando moldes adecuados.

Desde entonces, el chocolate se ha convertido en el protagonista de panaderías, bollerías, postres y para cualquier aficionado a lo dulce.
Del chocolate se han dicho muchas cosas. Desde su poder afrodisiaco ( anuncios de la televisión en las que comer un pedazo de chocolate se muestra como un auténtico éxtasis) a su capacidad antidepresiva. ¿Rumores? ¿Ciencia? La Química tiene la respuesta.
El chocolate se compone fundamentalmente de cacao  y azúcar. De acuerdo al tipo y calidad del chocolate , además se adicionan leche, vainilla , almendras y otros componenes que confieren color, textura y propiedades organolépticas de interés. 
A escala química podemos señalar una serie de sustancias que van a permitir explicar las distintas propiedades de este alimento. Se conocen nada menos que unas 600 sustancias químicas presentes en el chocolate.  Por ello vamos a considerar las más representativas. 
En primer lugar, el magnesio, especialmente presente en el chocolate negro (aquél que presenta mayor contenido en cacao , con un sabor más amargo).  Este elemento metálico actua como relajante muscular proporcionando una sensación placentera.  
En la manteca de cacao empleada en la elaboración del chocolate encontramos grasas  aunque los estudios médicos han revelado que una ingesta normal de chocolate no supone un aumento de los niveles de colesterol ya que es rico en ácido esterárico.  Por su contenido en grasas e hidratos de carbono presenta un alto contenido calórico. 100 gramos de chocolate aporta 500 calorías. Un poco de energía que no viene nada mal. 
Otra sustancia presente en el chocolate es la teobromina, alcaloide con efectos y propiedades similares  a la cafeína (presente en el café y refrescos), dada la similitud de su estrucutra molecular. 

El cacao en polvo , que también se comercializa para uso y disfrute de todos , presenta niveles destacables de antioxidantes, como algunos polifenoles, lo que supone una herramienta frente al daño oxidativo al que se somete nuestro organismo (envejecimiento celular).  
Además, cabe señalar el papel de algunas aminas bioactivas que provocan la liberación de óxido nitroso (NO)  por parte de las células de las arterias, el cual tiene un efecto vasodilatador (disminuye la presión arterial) , conduciendo a una sensación de bienestar. 
El consumo de chocolate implica un aumento de los niveles de triptófano , aminoácido que actua como precursor de la serotonina, dando lugar a una sensación placentera. Un estudio llevado a cabo en EEUU , revela que derretir chocolate en la boca produce un aumento en la actividad cerebral y en el ritmo cardíaco más intenso que el de un beso apasionado y además el efecto dura cuatro veces más. 
                                                                    Estructura química del Triptófano

El chocolate también contiene feniletilamina, un compuesto al que podemos presentar como la sustancia del amor ,  ya que los niveles de estos compuestos son especialmente  altos en el cerebro de personas enamoradas.
                                                                          Estructura química de la feniletilamina

Esta sustancia es la responsable de los típicos "síntomas" del enamoramiento como vigilia, excitación, taquicardia, enrojecimiento o insomnio y además induce la formación de dopamina, norepinefrina y oxitocina. El amor, sí sí, el amor,  también encuentra respuesta en la Química.  

La dopamina es una sustancia química asociada a la sensación de placer . Que el corazón comienze a latir más fuerte o que nos suden las manos al ver a la persona amada se debe a la norepinefrina. A la oxitocina, hormona fundamental en el parto, se la ha venido a llamar la "hormona del abrazo", ya que se han observado niveles altos  de dicha hormona cuando hay contacto físico en la pareja, siendo máximos los niveles en el orgasmo. 

Algunos investigadores han sugerido que algunas personas son capaces de experimentar sensaciones especialmente placenteras por el consumo de chocolate debido a la presencia de anandamina, una sustancia que estimula los mismos receptores cerebrales que la marihuana (¡sorpresa!)

El chocolate es sin duda un alimento con una química muy interesante. Su sabor no pasa desapercibido y sus efectos, mezcla de mito, leyenda urbana y verdad científica son por todos conocidos. La Química nos ha ayudado a entender mejor los efectos de nuestro dulce e irresistible amigo.

Ahora ya  podemos saber  por qué Hernán Cortés en 1519 hablaba de una bebida divina que aumentaba  la resistencia y combatía la fatiga o por qué Truman Capote decía que Venecia es como comer una caja entera de chocolate con licor de una sola vez.  Por qué Homer Simpson decía Ummmm Chocolate, es más que evidente. 

Chocolate, química, amor y placer; todo un ejemplo de que la Ciencia está presente hasta en lo más subjetivo y etéreo que podamos imaginar. Y esa Ciencia, es la Química. El experimentador en este caso eres tú.

¡Bon appétit!  

Fuente:

17 de septiembre de 2012

¿Por qué el arte causa placer?

picasso-macSi te sientes decaído, prueba a darte una vuelta por una pinacoteca. Semir Zeki, experto en neurobiología y neuroestética del University College de Londres (Reino Unido), ha demostrado que contemplar una bella obra de arte produce en tan sólo 10 segundos un aumento inmediato del flujo sanguíneo en zonas del cerebro relacionadas con el placer

El efecto equivale a la sensación de estar enamorado. Concretamente, en un experimento con 28 sujetos sin conocimientos previos de arte, Zeki comprobó que las obras que más placer producen son las del paisajista inglés John Constable y las del pintor neoclásico francés Dominique Ingres.

Por otra parte, admirar una imagen artística acompañada de música clásica genera más respuestas emotivas que colocarse ante la misma pintura en ausencia de sonido, según revelaba una reciente investigación realizada en la Universidad de Zurich (Suiza). Algunos expertos sugieren que este efecto podría deberse a que la música y el arte pictórico están íntimamente ligados en el cerebro, aunque sólo las personas sinestésicas -que asocian percepciones de sentidos diferentes, por ejemplo escuchando colores u oliendo sonidos- son conscientes de esa conexión. De hecho el pionero del arte abstracto Wassily Kandinsky, que era sinestésico, dijo en cierta ocasión que tenía la esperanza de que sus cuadros pudieran “ser escuchados”.

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Y además…

19 de noviembre de 2010

Placer contra el estrés

Un estudio de la Universidad de Cincinnati (EE UU) revela que las actividades placenteras, como el sexo o la comida, reducen el estrés inhibiendo la respuesta de ansiedad en nuestro cerebro. El efecto dura hasta siete días, según afirman los autores en el último número de la revista PNAS.

En sus experimentos, la investigadora Yvonne Ulrich-Lai y sus colegas del Laboratorio de Neurobiología del Estrés suministraron una solución de agua con azúcar a un grupo de ratas durante dos semanas para, a continuación, estudiar su respuesta fisiológica y su comportamiento ante situaciones de estrés. En comparación con los roedores que no habían tomado azúcar, mostraban un ritmo cardíaco disminuido y menos nivel de hormonas del estrés en su sangre. Los mismos efectos aparecían cuando el agua estaba edulcorada con sacarina. “Son las propiedades placenteras de las comidas apetecibles, y no las calorías, las que reducen el estrés”, asegura Ulrich-Lai.

Los científicos registraron también la actividad de una estructura cerebral, el del eje hipotalámico-hipofisario-adrenal (HPA), que responde en situaciones de estrés. Y comprobaron que el cerebro de las ratas expuestas a actividades placenteras, como consumir bebidas dulces o practicar sexo, respondía con menos intensidad al estrés que el de sus compañeras.

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