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11 de diciembre de 2018

Datos sobre el clítoris que deberías conocer

El hecho de que el clítoris sea un órgano que sirve exclusivamente al placer sexual ha frustrado durante siglos a los científicos, que trataban de buscar una función reproductiva, relacionada con el coito; para estos, tenía mucho más sentido que el placer se obtuviera de la estimulación vaginal.

Siglos de historia de discriminación de la principal fuente de placer femenino ha dado como resultado una colección de mitos, falacias, frustraciones y conceptos erróneos. Uno de ellos es el punto G, que tanta frustración ha provocado a millones de mujeres tratando de encontrarlo.

Hoy sabemos que el clítoris no es solo un pequeño área visible, como decíamos, sino que es un órgano mucho más grande y complejo, que se extiende varios centímetros bajo la piel, y que puede estimularse desde diferentes ángulos. Por supuesto, aunque de manera indirecta, también desde el interior de la vagina.

Sin embargo, la manera más efectiva de obtener un orgasmo es la estimulación directa de la parte externa del clítoris, el glande, vía manual o mediante la práctica del cunnilingus. Esta zona visible es solo la punta del iceberg. Es en realidad el glande de un aparato mucho más complejo, que se extiende interiormente en ramificaciones a ambos lados de la entrada de la vagina.

Por ello, es fácil que desde el interior de esta se pueda estimular algunas zonas de este complejo órgano, pero todo dependerá del tamaño y forma del clítoris, que varía en cada mujer, y de su cercanía a las paredes vaginales.

El mecanismo del placer femenino depende de muchos factores: existen muchas zonas erógenas y el placer sexual (culmine el orgasmo o no) puede obtenerse por muchas vías. Lo que los científicos ya no pueden negar es que el órgano clitoriano es la fuente de este placer.

Pero, para llegar a esta conclusión, el clítoris ha tenido que sufrir maltrado y discriminación. A continuación, algunos datos que toda persona debería conocer sobre el clítoris, curiosidades, y algo de historia.

Lea el artículo completo en: Muy Interesante 

16 de octubre de 2018

La probabilidad de tener un orgasmo está relacionada con el género y la orientación sexual


En un gran estudio de más de 52.000 adultos en los Estados Unidos, los investigadores preguntaron a hombres y mujeres qué probabilidades tenían de tener un orgasmo cuando tenían relaciones sexuales íntimas. Los resultados muestran que el 95% de los hombres heterosexuales dijeron que "generalmente siempre tienen orgasmos" cuando tienen sexo, seguidos del 89% de los hombres homosexuales y del 88% de los hombres bisexuales. Le seguía el 86% de las mujeres lesbianas. Eso sí, las frecuencias más bajas de orgasmo fueron documentadas por mujeres bisexuales (66% ciento) y mujeres heterosexuales (65%).

3 de octubre de 2018

Qué es el orgasmómetro y qué nos enseña sobre sexo y el placer femenino

"Somos los únicos animales en este planeta que estamos teniendo relaciones sexuales no para reproducirnos sino sólo por placer", dice el profesor de endocrinología y sexología médica de la Universidad de Roma Tor Vergata.

"Es sorprendente que tanto la ciencia como la medicina no hayan mostrado más interés en este aspecto", le dice a BBC Mundo el también expresidente de la Sociedad Italiana de Andrología y Medicina Sexual.


Por eso, junto a un grupo de investigadores de varias universidades italianas, Jannini se embarcó en un novedoso estudio científico que tuvo como objetivo principal la medición del orgasmo femenino.

Y sus hallazgos fueron publicados el pasado 29 de agosto de 2018 bajo el título "Validación de una escala visual análoga para medir la percepción subjetiva de la intensidad orgásmica en las mujeres: el orgasmómetro-F", en la revista científica PLOS ONE.

"Esta es la primera vez que se mide el orgasmo femenino a través de una herramienta psicométrica validada", le explica Jannini a BBC Mundo.

"Nuestro objetivo fue proporcionar el primer y único instrumento, del que tengamos conocimiento, para medir la intensidad, la cantidad de placer femenino, durante el coito, la masturbación y otros actos sexuales", resume el profesor.

No es una máquina

El orgasmómetro que Jannini y su equipo de investigadores desarrolló no es un aparato, ni una máquina.

"Bromeamos sobre el orgasmatrón", indica. "Esa era una máquina usada por Woody Allen en su película 'El dormilón' y también aparece en 'Barbarella', protagonizada por Jane Fonda, en los sesenta. Usamos un término que, en cierta forma, se parece al de una máquina de fantasía para conseguir un orgasmo".

Y la idea detrás de la palabra orgasmómetro era no sólo que fuera fácil de recordar sino que fuese fácil de entender.

"Orgasmómetro significa medidor de orgasmos y resulta más eficiente que una máquina".
Y es que, el profesor aclara, "una máquina para medir el orgasmo no existe, de la misma manera que una máquina para medir el dolor no puede existir".

Ambas son sensaciones subjetivas, personales. Por eso, una escala que tú mismo valoras es la mejor opción para medirlos.

Y por eso los investigadores italianos utilizaron el mismo instrumento que se usa para medir el doloren la práctica clínica, el cual es una escala análoga visual.

"Todos los fármacos para suprimir el dolor que se venden en todo el mundo han sido validados a través de esa escala análoga visual", le recuerda Jannini a BBC Mundo.

Pero además, "el placer y el dolor son las dos caras de la misma moneda. Ambos son de naturaleza subjetiva y no pueden ser medidos por biomarcadores, sino a través de una evaluación subjetiva, personal", explica el investigador italiano.


Con la ayuda de la memoria

En el estudio participaron 526 mujeres italianas, 112 de ellas pacientes de una clínica de sexualidad que sufren algún tipo de disfuncionalidad sexual.

Mientras que las otras 414, que no presentaban ningún problema de índole sexual, fueron reclutadas a través de una plataforma web.

Tras tener una experiencia sexual (coito, masturbación, sexo oral, u otra), las mujeres entraban a un sitio web, creado por el equipo de investigadores, y respondían una serie de preguntas validadas por la práctica clínica.

Y una de las secciones de ese cuestionario tenía que ver con el orgasmómetro, el cual las hacía otorgarle un valor numérico a la sensación que tuvieron.

El orgasmómetro les daba las opciones de 0 hasta 10 para medir su experiencia orgásmica, siendo 0 una ausencia total de orgasmo.

Más detalles en: BBC Mundo 

5 de mayo de 2016

¿Cuáles son las zonas más erógenas del cuerpo femenino?

Aunque la respuesta puede parecer evidente, no lo es tanto. Los puntos erógenos no solo responden a la fisionomía, es decir, a cuantas terminaciones nerviosas oculten, sino que también dependen de nuestras asociaciones mentales, pudiendo erotizar a base de imaginación los lugares más insospechados.

Un informe de la Universidad de Indiana demostró que algunos individuos podían llegar al orgasmo con simples caricias en los labios, con pequeños golpes en los dientes y hasta con suaves roces en las pestañas. Existen, sin embargo, ciertos rincones del talle femenino que son una apuesta segura para despertar el deseo sexual, independientemente de las preferencias personales. Hasta el momento, solo podíamos intuir de qué zonas se trataba. Ahora, un equipo de científicos canadienses ha elaborado un ranking preciso de las zonas más erógenas del cuerpo femenino.

Para ello, los investigadores testaron la sensibilidad de las distintas zonas del cuerpo de la mujer, incluyendo tanto las presumiblemente sexuales (genitales, perineo, senos) como las más neutrales (cuello, abdomen, antebrazo). Una treintena de mujeres sanas de edades comprendidas entre los 18 y los 35, se prestaron a desnudarse y recostarse sobre una mesa para participar en este experimento, no tan altruista. Los científicos aplicaron un ligero toque de presión, uno más intenso y también vibración en un lapso de 2 segundos en las diferentes partes mencionadas para evaluar el nivel de excitación que proporcionaban.


Los resultados revelaron que, cuando se trata de tocar con suavidad, el cuello, el antebrazo y las zonas cercanas a la vagina son las zonas más receptivas, y la areola del pezón la que menos. Cuando se trata de ejercer presión con fuerza, el clítoris y los pezones son los “botones” más efectivos, al contrario que los costados de los senos y el abdomen. Por último, cuando se trata de la vibración, el clítoris y los pezones son los puntos que generan mayor convulsión.


Si no conocemos lo suficiente los gustos de nuestra compañera de vigilia, siempre podemos optar por alguno de estos puntos erotizantes, sin olvidar que todo ranking estará encabezado por el único órgano femenino que no cumple otra función que la puramente sexual: el clítoris.


Fuente:

Muy Interesante

13 de enero de 2016

Risas, carcajadas, esquizofrenia y orgasmo: Muy relacionados entre sí


Ha probado alguna vez a hacerse cosquillas a sí mismo? Tal vez lo haya intentado y, como le ocurre a la inmensa mayoría de las personas, habrá comprobado que le resulta completamente imposible. En el fondo, puede consolarse y pensar que incluso está de enhorabuena. Si lo hubiera logrado, quizá no tendría demasiados motivos para reírse: sería un síntoma inequívoco de que sufre esquizofrenia. Porque solo un reducido grupo de seres humanos posee la inquietante habilidad de hacerse cosquillas a sí mismos y reírse por ello. Son los esquizofrénicos con delirios de pasividad; o sea, creen que su propio pensamiento no les pertenece, sino que les ha sido insertado en su propia mente por otra persona.

Se trata de un extraño fenómeno sobre el que desde hace años trabaja un grupo de investigación del departamento de Psicología Experimental y Fisiología del Comportamiento de la Universidad de Granada denominado SetShift, el único de toda España que ha analizado las cosquillas (y los mecanismos mentales que las provocan) desde un punto de vista científico.

Su responsable, el profesor Emilio Gómez Milán, considera que este inocente gesto es una de las manifestaciones de humor más primitivas de cuantas se dan en el ser humano, y su funcionamiento es tan básico que las hace comparables al acto reflejo que provoca un golpe en la rodilla. Aun así, las cosquillas no son exclusivas del hombre, «sino que se dan en todos los mamíferos, sobre todo en los primates y las ratas». También disfrutan de ellas los perros. En todos estos animales, el mecanismo que las genera es similar.

Al igual que ocurre con la risa, para que se produzcan las cosquillas «tiene que haber, necesariamente, una falsa alarma», aclara Gómez Milán. Nos reímos cuando alguien se tropieza y se cae solo si después comprobamos que no se ha hecho daño: es una respuesta fisiológica para liberar la tensión que provoca el peligro, y restablecer el equilibrio en nuestra mente. Lo mismo sucede con las cosquillas. A una fase inicial de miedo le sigue un 'efecto rebote' positivo, que se produce cuando el cerebro comprueba que no existe peligro, y que se traduciría en la risa. Esto explica, por ejemplo, que un extraño no pueda hacernos cosquillas. «Los desconocidos provocan en nosotros una alarma verdadera, en lugar de falsa, y por eso no sentimos sus cosquillas, ni se produce la risa», apunta el investigador. Es precisamente el mecanismo que hace que esta alarma se interprete como verdadera o falsa el que falla en las personas esquizofrénicas. Tampoco son frecuentes las cosquillas entre hombres heterosexuales, «ya que perciben al otro como una alarma real, como una amenaza». Algo que no ocurre entre mujeres, que sí pueden hacérselas entre sí. En cualquier caso, las cosquillas tienen un valor sexual: son siete veces más probables con alguien del sexo contrario.

El fetichismo de los pie
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Las cosquillas, como la testosterona, disminuyen a partir de los 40 años, y conllevan, amén de familiaridad, jerarquía: el sujeto que las hace actúa como dominante, y el que las recibe, como sumiso. De ahí que, por ejemplo, un abuelo pueda hacerle cosquillas a su nieto (que lo percibe como un ser superior), pero al revés será mucho menos probable (el anciano las fingirá, o las sentirá con mucha menos intensidad que el niño).

Volviendo al sexo, los investigadores las emparentan directamente con el orgasmo. «Ambos procesos suponen un placer mental, un final feliz que sucede a un estado de alerta inicial que después se apaga». También entienden de género. Dicho de otra forma: el mapa de cosquillas de hombres y mujeres presenta algunas diferencias. Así, ellas las sienten con más intensidad y frecuencia en la planta del pie (algo que tiene un componente sexual, «porque están íntimamente asociadas al fetichismo de esta parte del cuerpo»), mientras que ellos las notan más en las zonas erógenas directas, como son los genitales o el pecho. Los costados, la planta del pie, las axilas, el cuello y el vientre son las zonas donde más se dan en ambos sexos. Todas ellas tienen algo en común: son zonas muy vulnerables. Buscarnos las cosquillas resulta más o menos fácil según el rol de la persona que nos las haga, y la indefensión que sintamos en ese momento. Por eso, cuanta más gente haya delante más cosquillas tendremos.

El componente sexual que tienen las cosquillas puede llegar a convertir esta práctica en una parafilia o desviación denominada knismolagnia. Se da en aquellas personas que solo obtienen una excitación sexual cuando hacen o reciben cosquillas y también, en un grado extremo, en aquellas que se excitan con ver cómo otros sujetos las disfrutan. El fetichismo por las cosquillas está tan extendido que existe un foro en internet, Tickling Media, que funciona en seis idiomas diferentes. Más de 80.000 personas están inscritas en esta web, donde se intercambian opiniones, consejos y vídeos eróticos con las cosquillas como absolutas protagonistas.

Fuente:

La Voz Digital

27 de agosto de 2014

Los orgasmos CUV: Una nueva investigación que acaba con la idea del punto G

Nude Sdraiato de Amedeo Modigliani

Nude Sdraiato de Amedeo Modigliani

Según científicos italianos las mujeres tenemos orgasmos CUV (clitoriuretrovaginales complejos) ¡toma ya! y aseguran que el punto G es poco más o menos que un “fantasmita” de alcoba.

Dándole vueltas en universidades al Vellocino de oro de la sexualidad femenina, la Atlántida del placer sexual, resulta que hoy el punto G —más bien su fantasma— vuelve a ser noticia tras la publicación en la revista Nature Reviews Urology  de un estudio de investigadores de la Universidad Tor Vergata, en Roma.

Su conclusión es que no existe en las profundidades de la mujer un punto mínimo, una resbaladiza rugosidad… No existe, dicen, una mini diana cuya existencia se persigue casi tanto como la vida extraterrestre.

Dicen los cientificos italianos que esa cúspide que eriza el vello de extremo a extremo tiene lugar por la estimulación conjunta del clítoris, la uretra y la pared vaginal (CUV, lo llaman). “Estimulados adecuadamente durante la penetración podría inducir la respuesta orgásmica», dice Emmanuele A. Jannini, profesor de la universidad y director del estudio. «Sabemos que es algo mucho más complejo que un ‘punto’ fantasmagórico, aunque esto no acabará con el debate».

Un respeto para la vagina

Según Jannini: “La vagina es un tejido activo que debe ser respetado. Su dinámica y sus estructuras sensibles hacen que sea algo más complejo que un solo punto”. Y, a partir de ahí, explica que las mujeres tenemos orgasmos CUV:  Las relaciones anatómicas y las interacciones dinámicas en el momento del placer entre el clítoris, la uretra y la pared vaginal anterior le han llevado a bautizar al orgasmo femenino con un nombre tridimensional: clitoriuretrovaginal (CUV). Una palabra compuestra de tres, vamos, como “en-hora-buena”

Fuente:

QUO

9 de agosto de 2014

10 cosas que no sabías sobre el orgasmo (charla TED 2009 de Mary Roach)




Entre lo que me apasiona el tema (por desgracia a mi mujer ya no tanto), la amplia difusión que la charla tuvo en su día, y un título que yo mismo podría haber elegido: 10 cosas que no sabías sobre el orgasmo, no me he podido resistir a hablar de esta divertida charla en el blog.

Estos son los 10 puntos tocados, aunque lo recomendable es simplemente ver el vídeo e intentar no sonreir (especialmente con el ganadero danés estimulando a la cerda antes de inseminarla artificialmente).
1 – Los bebés ya se masturban en el útero
2 – Para tenerlo no hace falta jugar con los genitales
3 – Puedes tenerlos después de muerto
4 – Puede provocar mal aliento
5 – Puede curar el hipo (método seguramente mucho más divertido que este)
6 – Hubo un tiempo en que los doctores recetaban orgasmos para mejorar la fertilidad
7 – Los ganaderos porcinos en Dinamarca aún lo hacen (imperdible el vídeo)
8 – Las hembras animales se lo pasan mejor de lo que te crees
9 – Estudiar el orgasmo humano en un laboratorio no es fácil
10 – Aunque seguramente es muy entretenido
En fin, espero que la TED talk os haya parecido tan interesante y amena como a mi. Da para varias charlas de barra de bar de lo más entretenidas.




Por cierto, si os animáis con la versión original en inglés, el libro se titula: Bonk: The Curious Coupling of Science and Sex (Follar: la curiosa cópula entre ciencia y sexo) disponible para Kindle desde 9,82 USD en amazon.

Fuente:

Mailkenais Blog

1 de junio de 2014

Cinco maneras de saber si una mujer tuvo sexo recientemente

Quizá leer a lo hombres siempre ha sido más fácil que leer a las mujeres, sobre todo cuando se refiere al sexo. Es bastante obvio saber cuando un hombre finalmente se acostó con alguien, si llevaba algún tiempo sin hacerlo. La liberación de tensión sexual puede hacer que se mueva mucho más ligero, que silbe o cante, que se vea, a todas luces, satisfecho. Pero con las mujeres es distinto. La misma actitud puede ser producto de un sinnúmero de eventos, y en general son mucho menos obvias que los hombres. Entonces, ¿cómo puedes saber si una mujer que ves diario en el trabajo, o en el gimnasio, o incluso si tu pareja acaba de tener sexo? De acuerdo a recientes estudios, de las siguientes 5 maneras. Advertimos que estas son algunas pistas que podrían revelar reciente actividad sexual, pero existen otras causas y de ninguna manera son inequívocas; igualmente, muchos de estos estudios, aunque encuentran patrones interesantes, tienden a ser reduccionistas, por lo que si ves a tu novia feliz, ruborizada y más ligera no la acuses inmediatamente de haber tenido sexo.

Te sientes más atraído hacia ella:

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Entre más activa es la vida sexual, el cuerpo libera más feromonas; mensajeros químicos que tu sentido del olfato traduce en atracción. Un estudio publicado en Journal of Advanced Research hizo un metanálisis de una serie de estudios sobre las feromonas y encontró que pueden aumentar la excitación y el ánimo en el sexo opuesto. En otras palabras, si estas al lado de ella y te sientes inusualmente atraído hacia ella, es probable es que haya tenido sexo recientemente.

Se ve más feliz:

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Investigaciones de la Universidad de Colorado muestran que la frecuencia en la actividad sexual aumenta la felicidad. El estudio encontró que, en un 55%, las personas que tienen más sexo reportan mejores niveles de felicidad y ligereza que las que pasan mucho tiempo sin sexo. Quizá la clave este en la ligereza.

Se ve más linda de lo normal:

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Durante el sexo, nuestro cuerpo pasa por muchos cambios. El Programa de Sexualidad Humana de la Universidad de Minnesota encontró que, principalmente, “dos cosas suceden cuando tenemos sexo. La primera tiene que ver con la tensión muscular y la segunda con el incremento de flujo sanguíneo a todas las áreas del cuerpo”. Un rostro levemente sonrojado indica mejor salud y mayores niveles de estrógeno, hormona vinculada a la fertilidad percibida en mujeres. Así, entre otras cosas, las mejillas sonrojadas le indican a tu cerebro que ella es más atractiva sexualmente.

Durmió delicioso:

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Las mujeres que llegan al orgasmo tienen un incremento del 30 por ciento en la hormona prolactina, inmediatamente después del sexo, y luego otra vez al siguiente día. Investigaciones del Oxford Journal of Human Reproduction apuntan que, en conjunto con otras funciones, la prolactina también es una de las hormonas que causan mareo y pueden ayudar a fomentar un sueño profundo que asociamos con un buen descanso. Así, cuando enfatice en que “durmió delicioso” y sea vea radiante y ligera, podría ser porque tuvo buen sexo la noche anterior.

Le interesa menos la atención:

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El acto y la actividad sexual liberan oxitocina, una hormona que, entre otras cosas, ayuda a las personas a congeniar. Esta necesidad de congeniar se ve bastante satisfecha con la oxitocina, por lo cual cualquier persona que incremente sus niveles no requerirá de mucha atención por parte de los otros. Estará bien y completa por sí misma.

Tomado de:

14 de febrero de 2014

Yo Mono: La chimpancé multiorgásmica


En griego, la palabra orgasmo significa hinchazón y plenitud. Se describe como la descarga que se produce tras la tensión que se va acumulando en la actividad sexual. Lo experimentamos tanto hombres como mujeres. Muchos creían que era exclusivo de los humanos por su asociación directa con el placer sexual, pero no es así. Otros animales también practican sexo sólo por el placer que proporciona. Los primates, una vez más, dejan a cada uno en su sitio.

Según el psicólogo William Lemmon, se puede provocar el orgasmo en casi cualquier especie de primate. Su equipo llevó a cabo pruebas con hembras de chimpancé a las que estimulaba el clítoris y la vagina. Lemmón halló respuestas casi idénticas a las humanas: enrrojecimiento del clítoris, contracciones involuntarias, extensión de la vagina, espasmos en brazos y piernas, expresiones faciales y vocalizaciones asociadas, etc. Es decir, las chimpancés tenían verdaderos orgasmos y además "se dejaban estimular para continuar excitadas". Una de ellas lo permitió "hasta en diez ocasiones", registraron en su diario los investigadores.
Pero, ¿qué función han tenido los orgasmos en la evolución? Los científicos creen que para los machos suponen una recompensa que nos motiva para la búsqueda de más y más encuentros sexuales con los que pasar nuestros genes a la siguiente generación. Nuestro caso es simple. Pero en el caso de la mujeres su origen es aún un misterio. Según la teorías evolutivas, el orgasmo femenino favorece la eyaculación de los machos haciendo la fertilización más probable. El problema aparece cuando en nuestra especie, según un estudio publicado en el Journal of Sex Research, el 67% de las mujeres confiesa haber tenido falsos orgasmos alguna vez en su vida. Lo interesante es que los hombres lo hacemos también. En el mismo estudio se detectó un 27% de "actores masculinos".

Esta constatación es coherente con otra hipótesis sobre el origen del orgasmo que apuesta por la idea de que estas experiencias de placer cohesionan a las parejas, y también convierten a la hembra en más atractiva para los hombres. De hecho, en un estudio llevado a cabo por el Instituto de Psiquiatría de Nueva York y la Universidad de Columbia con 453 mujeres heterosexuales, las que percibían que sus parejas eran infieles fingían más orgasmos que el resto. También manifestaban más comportamientos orientados a conservar a su pareja. Los investigadores concluyeron que los orgasmos simulados son parte de una estrategia más amplia cuyo fin es retener a la pareja.

Aún falta mucho por saber sobre este fenómeno sexual, especialmente en lo que respecta a  su origen y funciones. Lo que sí podemos concluir es que se trata de un fenómeno compartido con otras especies y algo mucho más complejo, tanto en hombres como en mujeres, de lo pensado hasta ahora. Lo que ahora falta por descubrir es si los otros grandes simios los fingen también.
 Fuente:

27 de agosto de 2012

El sexo oral mejora la salud de las mujeres

La Universidad Estatal de Nueva York también revela que aquellas que mantienen relaciones sexuales sin protección son menos depresivas.


Científicos estadounidenses, tras examinar la vida sexual de un par de centenares de mujeres, han llegado a la conclusión de que el sexo oral y las relaciones sin preservativos son buenos para la salud de las féminas y las hace sentir más felices. 

Según el estudio de la Universidad Estatal de Nueva York, en el que se analizó los efectos del semen, refiere que la secreción seminal contiene al menos tres antidepresivos, así como “productos químicos que alteran el estado de ánimo”, aumentando el afecto e induciendo al sueño a las mujeres. El semen contiene también otros productos químicos como el cortisol, la estrona y la oxitocina, "los cuales elevan el estado de ánimo". 

De igual modo muestran en su composición serotonina, un antidepresivo; melatonina, un agente de inducción al sueño y tirotropina, "una hormona que también funciona como antidepresivo", señalan los responsables del estudio publicado en la revista ‘Archives of Sexual Behaviour’. 

La investigación fue realizada con el apoyo de 293 mujeres, a quienes se les examinó su vida sexual y salud mental. Además, los resultados del estudio revelaron que las mujeres, con una vida sexual activa y que “nunca” han utilizado preservativos, tienden a mostrar menos síntomas depresivos, que aquellas que “siempre” o “normalmente” utilizan protección. 

Los autores de la investigación sugieren que, "es el semen y no solo el sexo, el factor que hace feliz a las mujeres". 

Fuente:

2 de julio de 2012

Así es un orgasmo falso y otras lecciones de "Cuando Harry conoció a Sally"

Especial: Sexualidad

Cuando Harry conoció a Sally
Esta semana falleció a los 71 años la escritora y periodista estadounidense Nora Ephron.

Maestra en el arte de la comedia romántica, muchos la recordarán por una de sus películas más exitosas: "Cuando Harry conoció a Sally", interpretada por Meg Ryan y Billy Crystal.

En líneas generales, el film cuenta la historia de dos amigos que se conocieron en la universidad. Él trata de salir con ella pero no lo consigue.

Años más tarde se encuentran en Nueva York y se hacen amigos. Muy amigos. Hasta que por una de esas cosas del destino terminan en la cama y todo termina de manera desastrosa.

Pero además de ser una reflexión sobre la amistad, el amor y el sexo, ¿qué nos dice esta película sobre las relaciones entre los hombres y las mujeres?

1 - ¿Existe la amistad entre el hombre y la mujer?

Harry: "Tú te das cuenta de que nunca podremos ser amigos... Los hombres y las mujeres no pueden ser amigos porque está el sexo de por medio".
Sally le responde que eso no es verdad, que ella tiene muchos amigos varones con los que no ha tenido relaciones sexuales.

No es cierto, le dice Harry: "Ningún hombre puede ser amigo de una mujer a la que encuentra atractiva porque siempre quiere acostarse con ella"

Para la experta en relaciones Judy James, lo que dice Harry es bastante acertado. En su opinión, las amistades entre los hombres y las mujeres son menos comunes de lo que pensamos.

"Es cierto que hay muchas relaciones de amistad entre hombres y mujeres, pero, con mucha frecuencia, uno de los dos siente atracción por el otro".

"Probablemente, esa relación no se consume nunca ya que ambos temen que ponga en peligro la amistad, pero diría que en un 50% de las casos el hombre o la mujer gustan del otro en secreto".

Rebecca Gethings, la escritora y actriz que interpretó el papel de la mejor amiga de Sally en la gira de la versión teatral de la película por el Reino Unido, cree que sólo es posible si no hay tensión sexual, o si la atracción entre ambos no es muy poderosa.

"Pero si es más que eso, van a terminar o discutiendo o en la cama".

2 - Una gran separación... y después a casarse

Harry: "Estuve pensando bastante y la cosa es que, te amo".
Sally: "¿Qué?"
Harry: "Te amo"
Sally: "¿Cómo esperas que te responda a esto?"
Harry: "¿Qué tal con un: yo también?"
Sally: "¿Que tal con un: me voy?"

La relación de amistad entre Harry y Sally se quebró después de una noche noche de pasión inesperada. El episodio ocurrió después de que Sally se largara a llorar desconsoladamente, al enterarse de que su ex se estaba casando con otra. A la mañana siguiente, los dos comenzaron a sentirse completamente incómodos en compañía del otro. Cualquier rastro de la relación de confianza y amistad que habían mantenido había desaparecido.

Esta separación repentina es muy común en las amistades intensas, dice James, y cuanto más intensa la relación, más profunda es la separación, añade.

"Ocurre porque la gente necesita tiempo para reflexionar sobre lo que siente, quizá cómo se siente cuando no ve a alguien, sobre todo en la relación entre mujer y hombre".

Y muchos, después de darse cuenta de lo que perdieron, se vuelven a ver y terminan felizmente casados.

3 - Mudarse juntos: la letra chica

Harry: "Ahora todo es fantástico, todos estamos felices, enamorados y es maravilloso. Pero tarde o temprano, uno le va a empezar a gritar al otro sobre qué plato va a pedir. Este plato de US$8 va a terminar costándote mil dólares en llamados a tus abogados".

Cuando los enamorados deciden vivir juntos, lo último que quieren es identificar sus libros con sus nombres. En la película, los amigos de Harry y Sally, Jess and Marie, se van a vivir juntos y comienzan a pelear por el plato que Harry menciona, y por una mesa de la sala de estar que es verdaderamente espantosa.

"Si mi casa fuera la casa de mis sueños, cada rincón estaría lleno de cosas", dice Suzie Hayman, especialista en relaciones de pareja."Y si mi marido tuviese la casa que él quisiera, sería como una casa de té japonesa, con una flor en un único florero, una lámina en la pared, y el resto todo vacío".

Pero de eso se trata justamente, de llegar a un acuerdo.

 "A lo largo de los años, me desprendí de cosas que él no podía tolerar. Pero a veces tenía que rogar para quedarme con algo: "Sé que lo odias, pero es que era de mi abuela'. Es algo que funciona de los dos lados".

4 - Cómo suena un orgasmo fingido

Sally

Meg Ryan, en una de las escenas más memorables y divertidas del film.

Clienta en el café donde están Harry y Sally: "Sírvame lo mismo que a ella".

Es la famosa escena en el café Katz de Manhattan. Sally dice que la mayoría de las mujeres alguna vez lo han fingido. "Bueno, pero no lo han hecho conmigo", responde Harry. Cansada de explicarle que está equivocado y sin aviso previo, comienza a demostrárselo delante de todos.

Es, casi sin lugar a dudas, uno de los momentos más memorables de la película.
"Los hombres han escuchado durante años el mito del orgasmo falso, pero la mayoría cree que puede darse cuenta cuando la mujer está fingiendo", explica James.
"Creo que a los hombres se les erizó la piel cuando vieron la escena y muchos habrán pensando en sus relaciones pasadas. Imagino que los desestabilizó sexualmente. Mientras que a las mujeres se les habrá dibujado una sonrisa en el rostro".

A James le hubiese encantado espiar a las parejas en sus casas, después de ver la película.

"Me puedo imaginar a los hombres diciendo: '¿Tú no haces eso, verdad?'. Me pregunto cuántas mujeres fueron honestas.

5 - No sientes vergüenza cuando estás con alguien que te gusta

Harry: "Es tan lindo cuando puedes estar sentado con alguien sin necesidad de hablar".

La escena del café no trata sólo del sexo. Muestra también cómo uno se siente relajado y cómodo cuando está en compañía de un persona que le gusta.

Sally se siente lo suficientemente desinhibida como para fingir un orgasmo a viva voz en medio de un café lleno de gente.

Y Harry está también lo suficientemente cómodo como para no tener que esconderse bajo la mesa, a medida que Sally aumenta el volumen.

"Los amigos que se sienten a gusto entre ellos pueden descubrir cosas del sexo opuesto. Es una manera de descubrir jugando cosas sobre las relaciones", explica James.
"Muchas mujeres tienen un amigo homosexual con el que flirtean. Esta es una forma de aprender y descubrir aspectos de uno mismo y del otro".
Suzie Hayman añade que los amigos suelen aceptar mucho mejor nuestras particularidades.

"Uno acepta que un amigo se meta el dedo en la nariz, o tenga otros malos hábitos. Uno acuerda estar en desacuerdo y celebra las similitudes y las diferencias. Pero, por lo general, nos da miedo que nuestras parejas se den cuenta de quien es uno realmente y dejemos de gustarles".

Fuente:

BBC Ciencia

23 de mayo de 2012

El éxtasis de Santa Teresa fue un simple orgasmo

El oscurantismo, rociado de hipocresía, ha dominado la catequesis sexual de la iglesia católica para con su clero. Escondiendo el sexo tras un velo de prohibición o de falso misticismo. La historia de los Concilios ha ido tejiendo una normativa interna de comportamiento célibe casi siempre transgredida. Este es un viaje apasionante por los dogmas dictados por los ‘jerarcas del camauro’ para intentar regular el instinto carnal del clero en una imposición conductual que ha fracasado siempre frente a los principios antropológicos naturales.

 

Campaña de Oliviero Toscani, para Benneton

“Si el eclesiástico, además del pecado de fornicación, pidiese ser absuelto del pecado contranatura o de bestialidad, deberá pagar [a las arcas papales] 219 libras, 15 sueldos. Más si sólo hubiese cometido pecado contra natura con niños o con bestias y no con mujer, solamente pagará 131 libras, 15 sueldos.” Cánon II de la Taxa Camarae, promulgada por el Papa León X. Siglo XV

Probablemente la lucha antinatura contra este instinto carnal ha sido el mayor pozo de desprestigio para el ‘negocio de Roma’. Escisiones de la Iglesia Católica Romana como el Protestantismo y Luteralismo han sabido gestionar mejor la doctrina moral del sexo aborreciendo el celibato; la prueba es que carece de casos de abusos sexuales a menores. Si prohibes por mandato divino ‘No desear a la mujer del prójimo’ acabas por anhelar acostarte con ella y con su hermana.

Sería un error juzgar con la ley del presente los delitos acaecidos en el pasado. Se trata de analizar y estudiar los hechos de ayer para comprender los motivos de las perversiones sexuales y los delitos encubiertos derivados en la Iglesia contemporánea.

La iglesia, en sus orígenes, fue espejo de la sociedad de la que se empapaba. En eso la modernidad de la institución era ejemplarizante. No como el par de centurias de retraso que arrastran en la actualidad. La estigmatización del sexo ha producido el efecto contrario al deseado. Los cargos de la curia, por entonces, se emborrachaban de vino, sexo y jerarquía al ritmo de Dioniso y las peores (o mejores) costumbres de los tiempos del paganismo. En el siglo III, el Concilio de Antioquía ya espetaba a todas sus Iglesias: “No ignoramos que muchos obispos pecan con las mujeres que con ellos tienen”. Primer aviso.


Conforme pasan los siglos, los cánones se especializan en los desvaríos morales de los diáconos y sacerdotes, borrachos de concupiscencia natural y al dictado del dogma Papal. A mayor represión más control, pero sin sentar grandes bases del estricto celibato sino velando solo por las apariencias frente al populacho. En el siglo IV, el Cánon XXV del concilio de Cartago ordena: “Ningún sacerdote debe visitar a las viudas o a las vírgenes sin permiso previo del obispo; que no vayan solos, sino acompañados de otros eclesiásticos…” Se barruntaba la prioridad del consuelo carnal sobre el espiritual para mitigar el luto de las afligidas viudas… pero ¿Y de las vírgenes? Prosigue: “…y que los mismos obispos no podrán hacer tales visitas sin que los acompañe una persona de probidad conocida”. La lectura es: ¿A quién protege esa persona (más) honesta que acompaña al obispo? ¿a la virgen o al prelado?

El sexo ha estado tan ligado a la curia como la ostentación a sus gerifaltes. La fabricación constante de mecanismos de represión y cánones de control son la prueba más clara de la existencia de la ‘corrupción sexual’ del clero. El paso del tiempo y las doctrinas cada vez más restrictivas sólo han conseguido empeorar el problema. Así en 1930, el teólogo y canonista Jaime Torrubiano Ripoll decía: “El 90 por ciento de los clérigos son fornicarios…; un 10 por ciento escandalosos; y el resto discretos, que se creen en conciencia desobligados de cumplir una durísima ley puramente humana”. Lógicamente fue excomulgado.

La primera mención del celibato en las normas que sentaron las bases de derecho canónico aparece en el Concilio de Elvira, en el siglo IV. Pero no fue hasta el primer Concilio de Letrán en 1123 cuando se impuso como obligatorio:

“Prohibimos absolutamente a los presbíteros, diáconos y subdiáconos la compañía de concubinas y esposas, y la cohabitación con otras mujeres fuera de… la madre, la hermana, la tía materna o paterna y otras semejantes, sobre las que no puede haber justa sospecha alguna”  Cánon III. Letrán.

El tercer Concilio de Letrán incluiría un Cánon contra los clérigos amancebados, incontinetes y sodomitas. “Quicumque incontinentia illa quae con­tra naturam est”. Sancionando la sodomía con la pena de excomunión por ser contraria al ‘orden’ de la naturaleza. Toda una invitación a practicarla lo más artificialmente posible.

Pero el quebranto por la lujuria no vestía solo sotana negra sino también la púrpura. La más alta jerarquía eclesiástica, encargada de forjar las conductas de sus súbditos, ha sido mal ejemplo continuo en su contradicción dogmática. Si promediamos los 265 Papas, la silla de San Pedro ha sido un estercolero de vicio, crimen, nepotismo y lascivia al servicio de la fe. Siendo la apoteosis de los Borgia y el Quattrocento el orgasmo o el clímax de esta castidad mal entendida. Solo tres ejemplos:

Sixto IV, (1471-84) precursor del Renacimiento por el mecenazgo de importantes artistas y por levantar más de 30 iglesias en Roma, también hizo de la ciudad el burdel del Imperio, convirtiéndose en el primer Papa proxeneta. Fabricó un impuesto eclesiástico a todas las prostitutas que servían a la curia. Y no fue baladí, con ello financió toda una campaña contra los otomanos.

Julio II (1503-13) heredero de los Borgia era apodado ‘El Terrible’. Gran sodomita, se acostaba con niños, sus decenas de amantes y prostitutas. La sífilis dejó prueba de su depravada conducta. Afortunadamente entre sus logros consta convencer al joven Miguel Ángel de abandonar el oficio en canteras para pintar la Capilla Sixtina. Su relación con él fue, también, sexualmente tormentosa.

 

Grabado erótico de Gulio Romano. De la serie de 16 posturas eróticas I Modi. 1527

Mi preferido, Giovanni di Médici o León X (1513-21) hasta entonces el cardenal más joven de las historia, con 13 años. Inauguró el trono con un revelador: “Dios nos ha dado el Papado, disfrutémoslo”. Sibarita, extravagante y desbocado al placer material y carnal, dejó decenas de hijos bastardos y cultivó apasionadamente su homosexualidad con sus camarlengos. También inició una reestructuración de los estipendios a pagar como penitencia para limpiar los pecados de la carne.  El censo de prostitutas de Roma era muy alto, unos 7 habitantes por puta; pero los burdeles del Papa no producían el suficiente dinero. Por ello promulgó una de las bulas más polémicas y desmentidas por la Iglesia para regular la ‘fiscalidad carnal’ y así aumentar la recaudación con la concesión de indulgencias. Se discute la veracidad de un texto muy coherente en un contexto de depravación, pecado y carnalidad de la curia. Sodoma y Gomorra. No hay perdón a delito, por horrible que fuera, que no tuviera un precio en la llamada Taxa Camarae:

“La religiosa que quisiera alcanzar la dignidad de abadesa después de haberse entregado a uno o más hombres simultánea o sucesivamente, ya dentro, ya fuera de su convento, pagará 131 libras, 15 sueldos.” Canon cuarto de la Taxa Camarae.

Pero ¿qué pasa en la Iglesia católica en la actualidad? La historia ha demostrado que las consecuencias en menores de la abstinencia carnal de los de sotana son el resultado de una herencia de represión incontrolada que no se ha sabido afrontar, al contrario. La Iglesia se ha cepillado, también, la responsabilidad mediante la fabricación de instrumentos propios de perdón e indulgencia que quitan importancia a un problema que afecta a toda la sociedad. Ya no son pecados, son delitos. Como dice el periodista Julio Quesada:

“Si quiere usted violar sin problemas, hágase sacerdote, porque por forzar a una novicia le van a castigar con dos semanas de retiro espiritual.”


Según un polémico estudio de 1995 del periodista y psicólogo Pepe Rodríguez, el 60% de los sacerdotes en activo practican o han practicado relaciones sexuales durante su celibato. El 95% se masturba, el 20% ha tenido alguna práctica homosexual y, lo que es más grave, 7 de cada 100 ha protagonizado algún abuso a menores. Cifras muy cercanas a otro estudio publicado por la BBC del clero norteamericano. Es el único estudio serio que hay debido a la negativa de la Iglesia a coger por los cuernos el problema. El espectro del estudio incluye una muestra de 24.000 sacerdotes secularizados y 300 en activo. Suficiente para dar una desviación aceptable.

Pero volvamos a los cánones para cerrar el ciclo. ¿Qué dice la ley canónica vigente?

“El clérigo que cometa de otro modo un delito contra el sexto mandamiento del Decálogo, cuando este delito haya sido cometido con violencia o amenazas, o públicamente o con un menor que no haya cumplido dieciséis años de edad, debe ser castigado con penas justas, sin excluir la expulsión del estado clerical, cuando el caso lo requiera.” (Las penas justas son, según el Cánon 1312, penas medicinales, expiatorias y penitencias) Libro IV del derecho canónico vigente.

Es decir. Reconocemos un problema que afecta externamente a la sociedad pero lo solucionamos con una amonestación, obra de religión o penitencia interna. Y no efectuaremos una extrapolación penal sin antes haber intentado disuadir ‘a nuestra manera’ al posible infractor. Pudiendo declarar como universal su rehabilitación con un simple traslado. Dos mil años de historia no han servido para nada.

Otra de las incoherencias doctrinales se explica a en la Carta a los obispos de la Iglesia católica sobre la atención pastoral a las personas homosexuales de Juan Pablo II y firmada por el actual Papa, Joseph Ratzinger; dice: “…el homosexual manifiesta una ideología materialista que niega la naturaleza trascendente de la persona humana. [...] Indudablemente, estas personas homosexuales, deben ser acogidas, en la acción pastoral, con comprensión y deben ser sostenidas en la esperanza de superar sus dificultades personales”. Sustituyan ‘homosexuales’ por ‘clérigos’ y tendrán el diagnóstico al problema que ellos son incapaces de apreciar.

Y es que ya lo predijo el monje —luego santificado— Bernardo de Claraval a mediados del siglo XI: “…Quitad de la Iglesia el matrimonio honrado y el tálamo sin impurezas, y veréis como se llena de fornicadores, incestuosos, afeminados e impúdicos”. Hasta hoy.

Libros imprescindibles:

La vida sexual del clero Pepe Rodríguez
Los Papas y el Sexo Eric Frattini

Fuente:

21 de diciembre de 2011

¿Qué es lo que excita realmente a las mujeres?

El Museo Freud se encuentra en la casa del norte de Londres donde el gran doctor de la mente trabajó durante la última etapa de su vida. Si algún día lo visitáis, encontraréis allí su famoso diván. Imaginaos que os tumbáis en este chaise-longue de 1,80 metros de largo, y que Freud os pregunta sobre vuestros más secretos deseos sexuales.

Si sois hombres, es probable que muchos afirméis algo parecido, tanto a nivel temático como profundidad estructural, a un videoclip de ZZ Top dirigido por Mariano Ozores. Gimme all Your Lovin, por ejemplo, en plan celtíbero y con la mujerona que protagoniza la pared de algún taller.

Si sois mujeres, entonces la cosa es un poco más esquiva. Sí, parece que se venden muy bien los libros románticos cuyas portadas están presididas por machos de cuerpos apolíneos y cabelleras largas. Pero también parece que atraen los hombres poderosos o populares, aunque sean rematadamente contrahechos o viejos.

Saber lo que excita a un hombre parece relativamente fácil: su entrepierna lo delata. Pero en una mujer no es tan evidente. (Ni siquiera es efectivo saber si su sexo se humedece o no, como popularmente se cree; pues incluso en las violaciones se produce esa lubricación, como más adelante os explicaré).

Para medir la respuesta genital de una mujer el método más corriente consiste en insertar una sonda del tamaño de un tampón llamada fotopletismógrafo vaginal. No suena muy erótico, y tampoco tiene aspecto erótico: está conectado por cable a un equipo de registro externo, ilumina las paredes vaginales y mide el color de la luz reflejada para determinar el flujo sanguíneo de esa región.

La acumulación de sangre (vasocongestión) antecede a la lubricación vaginal, un proceso por el que se exuda plasma sanguíneo que forma la base del lubricante. El cachivache de marras mide una reacción específicamente sexual: se observan respuestas intensas a estímulos sexuales y no se observa prácticamente ninguna a estímulos carentes de contenido sexual.

Con este aparato se llevaron a cabo una serie de experimentos realizados por la investigadora Meredith Chivers. En ellos, se mostraron a las mujeres una serie de imágenes de personas desnudas que hacían ejercicio (excitación subjetiva esacasa), relaciones sexuales (excitación considerable) y masturbaciones (excitación intermedia). Hasta aquí, no había gran diferencia con los experimentos realizados con hombres.

Sin embargo, luego empezaron las diferencias: tanto las mujeres heterosexuales como las homosexuales comunicaron cierta medida de excitación subjetiva de acuerdo con su tendencia sexual, aunque las heterosexuales dijeron sentir excitación ante una gama de estímulos algo más amplia que los varones o las mujeres homosexuales. Curiosamente, eso no era lo que indicaban sus respuestas genitales, que fueron intensas cuando contemplaron imágenes de mujeres y de hombres masturbándose, y las de relaciones homosexuales entre hombres y mujeres (aunque también las de relaciones heterosexuales).

Por otro lado, la respuesta genital de las homosexuales mostró una ligera inclinación hacia las imágenes de relaciones entre mujeres, pero seguía siendo intensa en respuesta a imágenes de relaciones homosexuales masculinas y de relaciones heterosexuales.

Sigue el neurólogo David J. Linden en su libro La brújula del placer:

Además, tanto las mujeres homosexuales como las heterosexuales tuvieron una respuesta genital al ver las imágenes de cópulas entre bonobús (heterosexuales), cosa que no hicieron los hombres. La conclusión que parece más clara y que se basa en el trabajo de varios laboratorios independientes es que las mujeres, ya sean heterosexuales u homosexuales, se excitan ante una gama de estímulos más rica que los varones y que su excitación genital se activa con un abanico de estímulos significativamente más amplio de lo que indican sus informes verbales sobre la excitación que sienten. ¿Por qué se lubrifica la vagina de las mujeres ante una gama de estímulos sexuales tan amplia, entre los que se cuentan los que, según ellas, no las excitan?

Aunque podamos imaginar que las mujeres son una pazguatas que mienten más que hablan, lo cierto es la lubricación vaginal parece independiente de la excitación en muchas ocasiones. Por ejemplo, en violaciones traumáticas las mujeres han referido que su vagina se lubrificaba. Una explicación evolutiva al fenómeno podría estar en que esta lubricación refleja reduciría la posibilidad de lesiones e infecciones durante el contacto sexual.

Para otros casos de lubricación excitación se han propuesto otras explicaciones, tal y como señala Linden:

Puede que los pensamientos de las mujeres cuando ven estas imágenes sean significativamente diferentes de los pensamientos de los hombres, y que ello incida en las respuestas medidas en el escáner cerebral e, indirectamente, en la respuesta vaginal. Por otro lado, pues que la mayoría de las mujeres no se presta a participar en estudios que requieran la inserción de sondas vaginales y/o rectales y el visionado de vídeos de contenido sexual, puede que las mujeres de estos estudios no sean totalmente representativas de la población general.


Tomado de:

Xakata Ciencia

16 de octubre de 2011

15 mitos sobre el orgasmo

Especial: Sexo y Sexualidad

Todavía no sabes lo que es...

1. No necesitas genitales para gozar

El sexo está entre las dos orejas, es decir, en la cabeza. Esto es lo que sostiene el sexólogo Francisco Cabello. Prueba de ello es el “orgasmo mental”, descrito por Odgen, Whipple y Komisaruk, quienes en 1992 determinaron que genera la misma respuesta que uno convencional. La explicación está en que es un reflejo de las sensaciones que se producen en el sistema nervioso. Los casos de placer sin genitales son muchos. Desde los que sienten las personas con un miembro amputado cerca de la extremidad que les falta, hasta los que disfrutan lavándose los dientes, como le pasaba a una mujer entrevistada por Kinsey. Ni que decir tiene que su higiene bucal era extraordinaria.

2. El multi orgasmo puede ser un problema

Se llama síndrome de excitación permanente y puede producir, sin ningún tipo de estímulo, ¡hasta 250 orgasmos diarios! Afecta a pocas mujeres y a veces coincide con el cese de un tratamiento antidepresivo. La víctima experimenta orgasmos durante las tareas más cotidianas, como subir o bajar escaleras, conducir, etc. No tiene cura, y así, mientras otras fingen, ellas tienen que disimularlos.

3. El dinero da menos felicidad

Qué te da más alegría, un orgasmo o un dólar? Lo que muestra un estudio de David Blanchflower, del Dartmouth College, y Andrew Oswald, de la Universidad de Warwick, en Inglaterra, es que si hay que decidir entre dinero y placer, elegimos placer. Encuestaron a 16.000 personas y les plantearon una disyuntiva económica. Convirtieron las denominadas unidades de felicidad en dólares.

Si un dólar genera una unidad de felicidad, un orgasmo ¿cuántas da? Los encuestados otorgaron cuatro veces más unidades de felicidad al orgasmo que al dinero.

Lea el artículo completo en:

QUOEnlace


¿Cómo nos hace felices el sexo?

Especial: Sexo y Sexualidad

precio-parejaLas relaciones sexuales nos hacen felices, nos cambian la cara y mejoran nuestra capacidad respiratoria y muscular. ¿Cómo lo consiguen? En atractivas.es nos explican los mecanismos que consiguen sobre todo a través de la liberación de las conocidas como hormonas de la felicidad, las endorfinas.

Y es que este tipo de sustancias que libera nuestro cuerpo en ciertas ocasiones es básica en nuestro estado de ánimo. Tanto es así que incluso son capaces de funcionar como un analgésico, aliviando el dolor, según demostró recientemente un equipo de investigadores de la Universidad de Oxford liderado por Robin Dunbar. Igualmente, explican desde atractivas.es , practicar deporte al aire libre y "sobre todo por la mañana", libera endorfinas, lo que ayuda a superar el estrés.

Lo mismo ocurre cuando practicamos sexo, pues durante el coito se liberan una gran cantidad de hormonas. La mujer libera oxitocinas (conocida como "molécula del amor" y serotoninas que influyen en el estado de ánimo para posteriormente liberar endorfinas que, según esta web especialista en el cuidado del cuerpo y de un estilo de vida más saludable, "crea una sensación de placer y un estado de euforia, que alcanzan el nivel máximo en el orgasmo".

Sin embargo hay que tener cuidado, el ejercicio físico puede llegar a ser adictivo. Como explica el profesor Robin Kanarek de la universidad de Tufts, "el ejercicio, como el abuso de drogas, hace que se liberen en exceso neurotransmisores como las endorfinas o la dopamina, ligados a la sensación de recompensa".

Fuente:Enlace

Muy Interesante

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