El hecho de que el clítoris
sea un órgano que sirve exclusivamente al placer sexual ha frustrado
durante siglos a los científicos, que trataban de buscar una función
reproductiva, relacionada con el coito; para estos, tenía mucho más
sentido que el placer se obtuviera de la estimulación vaginal.
Siglos de historia de discriminación de la principal fuente de placer femenino ha dado como resultado una colección de mitos, falacias, frustraciones y conceptos erróneos. Uno de ellos es el punto G, que tanta frustración ha provocado a millones de mujeres tratando de encontrarlo.
Hoy sabemos que el clítoris no es solo un pequeño área visible, como decíamos, sino que es un órgano mucho más grande y complejo, que se extiende varios centímetros bajo la piel, y que puede estimularse desde diferentes ángulos. Por supuesto, aunque de manera indirecta, también desde el interior de la vagina.
Sin embargo, la manera más efectiva de obtener un orgasmo es la estimulación directa de la parte externa del clítoris, el glande, vía manual o mediante la práctica del cunnilingus.
Esta zona visible es solo la punta del iceberg. Es en realidad el
glande de un aparato mucho más complejo, que se extiende interiormente
en ramificaciones a ambos lados de la entrada de la vagina.
Por ello, es fácil que desde el interior de esta se pueda estimular
algunas zonas de este complejo órgano, pero todo dependerá del tamaño y
forma del clítoris, que varía en cada mujer, y de su cercanía a las paredes vaginales.
El mecanismo del placer femenino depende de muchos factores: existen muchas zonas erógenas
y el placer sexual (culmine el orgasmo o no) puede obtenerse por muchas
vías. Lo que los científicos ya no pueden negar es que el órgano
clitoriano es la fuente de este placer.
Pero, para llegar a esta conclusión, el clítoris ha tenido que sufrir
maltrado y discriminación. A continuación, algunos datos que toda
persona debería conocer sobre el clítoris, curiosidades, y algo de
historia.
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