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21 de diciembre de 2011

¿Qué es lo que excita realmente a las mujeres?

El Museo Freud se encuentra en la casa del norte de Londres donde el gran doctor de la mente trabajó durante la última etapa de su vida. Si algún día lo visitáis, encontraréis allí su famoso diván. Imaginaos que os tumbáis en este chaise-longue de 1,80 metros de largo, y que Freud os pregunta sobre vuestros más secretos deseos sexuales.

Si sois hombres, es probable que muchos afirméis algo parecido, tanto a nivel temático como profundidad estructural, a un videoclip de ZZ Top dirigido por Mariano Ozores. Gimme all Your Lovin, por ejemplo, en plan celtíbero y con la mujerona que protagoniza la pared de algún taller.

Si sois mujeres, entonces la cosa es un poco más esquiva. Sí, parece que se venden muy bien los libros románticos cuyas portadas están presididas por machos de cuerpos apolíneos y cabelleras largas. Pero también parece que atraen los hombres poderosos o populares, aunque sean rematadamente contrahechos o viejos.

Saber lo que excita a un hombre parece relativamente fácil: su entrepierna lo delata. Pero en una mujer no es tan evidente. (Ni siquiera es efectivo saber si su sexo se humedece o no, como popularmente se cree; pues incluso en las violaciones se produce esa lubricación, como más adelante os explicaré).

Para medir la respuesta genital de una mujer el método más corriente consiste en insertar una sonda del tamaño de un tampón llamada fotopletismógrafo vaginal. No suena muy erótico, y tampoco tiene aspecto erótico: está conectado por cable a un equipo de registro externo, ilumina las paredes vaginales y mide el color de la luz reflejada para determinar el flujo sanguíneo de esa región.

La acumulación de sangre (vasocongestión) antecede a la lubricación vaginal, un proceso por el que se exuda plasma sanguíneo que forma la base del lubricante. El cachivache de marras mide una reacción específicamente sexual: se observan respuestas intensas a estímulos sexuales y no se observa prácticamente ninguna a estímulos carentes de contenido sexual.

Con este aparato se llevaron a cabo una serie de experimentos realizados por la investigadora Meredith Chivers. En ellos, se mostraron a las mujeres una serie de imágenes de personas desnudas que hacían ejercicio (excitación subjetiva esacasa), relaciones sexuales (excitación considerable) y masturbaciones (excitación intermedia). Hasta aquí, no había gran diferencia con los experimentos realizados con hombres.

Sin embargo, luego empezaron las diferencias: tanto las mujeres heterosexuales como las homosexuales comunicaron cierta medida de excitación subjetiva de acuerdo con su tendencia sexual, aunque las heterosexuales dijeron sentir excitación ante una gama de estímulos algo más amplia que los varones o las mujeres homosexuales. Curiosamente, eso no era lo que indicaban sus respuestas genitales, que fueron intensas cuando contemplaron imágenes de mujeres y de hombres masturbándose, y las de relaciones homosexuales entre hombres y mujeres (aunque también las de relaciones heterosexuales).

Por otro lado, la respuesta genital de las homosexuales mostró una ligera inclinación hacia las imágenes de relaciones entre mujeres, pero seguía siendo intensa en respuesta a imágenes de relaciones homosexuales masculinas y de relaciones heterosexuales.

Sigue el neurólogo David J. Linden en su libro La brújula del placer:

Además, tanto las mujeres homosexuales como las heterosexuales tuvieron una respuesta genital al ver las imágenes de cópulas entre bonobús (heterosexuales), cosa que no hicieron los hombres. La conclusión que parece más clara y que se basa en el trabajo de varios laboratorios independientes es que las mujeres, ya sean heterosexuales u homosexuales, se excitan ante una gama de estímulos más rica que los varones y que su excitación genital se activa con un abanico de estímulos significativamente más amplio de lo que indican sus informes verbales sobre la excitación que sienten. ¿Por qué se lubrifica la vagina de las mujeres ante una gama de estímulos sexuales tan amplia, entre los que se cuentan los que, según ellas, no las excitan?

Aunque podamos imaginar que las mujeres son una pazguatas que mienten más que hablan, lo cierto es la lubricación vaginal parece independiente de la excitación en muchas ocasiones. Por ejemplo, en violaciones traumáticas las mujeres han referido que su vagina se lubrificaba. Una explicación evolutiva al fenómeno podría estar en que esta lubricación refleja reduciría la posibilidad de lesiones e infecciones durante el contacto sexual.

Para otros casos de lubricación excitación se han propuesto otras explicaciones, tal y como señala Linden:

Puede que los pensamientos de las mujeres cuando ven estas imágenes sean significativamente diferentes de los pensamientos de los hombres, y que ello incida en las respuestas medidas en el escáner cerebral e, indirectamente, en la respuesta vaginal. Por otro lado, pues que la mayoría de las mujeres no se presta a participar en estudios que requieran la inserción de sondas vaginales y/o rectales y el visionado de vídeos de contenido sexual, puede que las mujeres de estos estudios no sean totalmente representativas de la población general.


Tomado de:

Xakata Ciencia
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