Nuevamente les presentamos un artículo que, en algunos aspectos, es polémico. Es cierto que la televisión y los video juegos alejan a los niños de las actividades concretas donde el niño puede manipular y experimentar haciendo usos de sus sentidos y de sus manos. Pero, por otro lado también es cierto de que los niños que han nacido en el siglo XXI están, y estarán aun más en el futuro, rodeado de pantallas y de wifi.
¡Bienvenido el debate, claro está! Pero hay un componenete que no se considera: el contenido ideológico de la televisión, el cine, los video juegos y los apps para los celulares. Dificilmente se encuentra contenido cultural o que desarrolle habilidades cognitivas en los usuarios, sobre todos en los menores de edad. Es el contenido en realidad el peligro y no el medio (ya sea este medio escrito radial, televisivo o multimedia). Pero nadie lo dirá en voz alta por que eso significaría quebrar la Pax Económica que vive el planeta, y esto no es políticamente correcto.
Conclusión: Mientras el libre mercado siga gobernando los designios del planeta no queda más remedio que ocultar sus contenidos a las mentes jóvenes, en la medida de lo posible. No veo otra solución a largo plazo.
Recordemos que la industria de los video juegos genera más ingresos que las industrias del cine y la música juntas.
Su hegemonía es muy clara: en el 2013, la industria de los videojuegos movería unos US$ 100,000 millones, largamente superior a los US$ 10,800 que los estudios de Hollywood consiguieron en el 2012 o los US$ 16,500 millones de la industria musical.
Entonces no se deberían generara falsos debates sobre alejar o no a los niños de las pantallas de telvisores, com´putadoras y tablets. De lo que se trata, en realidad, es de los contenidos que están consumiendo las generaciones actuales. Es, por lo tanto, la industria del videojuego el enemigo a combatir y derrotar.
La Academia Americana de Pediatría (
American Academy of Pediatrics) y la Sociedad Canadiense de Pediatría (
Canadian Society of Pediatrics)
afirman
que los niños de hasta dos años no deberían estar expuestos a ningún
tipo de tecnología, que los niños de entre tres y cinco deberían tener
un acceso restringido de solo una hora al día, y que entre los seis y
los 18 años, los niños deberían acceder durante un máximo de dos horas
al día (AAP 2001/13, CPS 2010). Los niños y los jóvenes utilizan la
tecnología entre
4 y 5 veces más del tiempo aconsejado, lo que puede acarrear consecuencias nefastas (Kaiser Foundation 2010,
Active Healthy Kids Canada 2012). Los dispositivos portátiles (teléfonos, tabletas y juegos electrónicos) han
incrementado de una forma espectacular la accesibilidad y el uso de la tecnología, sobre todo en niños (
Common Sense Media,
2013). Como terapeuta ocupacional, apelo a padres, profesores y
gobiernos para que prohíban que los niños menores de 12 años usen todos
estos artilugios. Aquí tenéis 10 motivos de peso para llevar a cabo esta
prohibición. Visitad
zonein.ca para consultar la
investigación que se cita.
1. Un crecimiento rápido del cerebro
Desde el nacimiento hasta los dos años, el cerebro del niño
triplica su tamaño, y continúa en ese estado de rápido desarrollo hasta los 21 años (Christakis 2011).
Los estímulos ambientales,
o la falta de ellos, son los que determinan el desarrollo del cerebro a
esta edad temprana. Se ha demostrado que la estimulación que recibe un
cerebro en desarrollo provocada por la sobreexposición a la tecnología
(móviles, internet, iPads, televisión) está
asociada con un déficit de atención y de función ejecutiva, retrasos cognitivos, aprendizaje disociado, una mayor impulsividad y una
menor capacidad de autocontrol.
2. Desarrollo más lento
El uso de la tecnología restringe nuestros movimientos, lo que puede causar un
desarrollo más lento.
En la actualidad, uno de cada tres niños llega a la escuela con un
retraso en el desarrollo, lo que afecta de forma negativa a su
aprendizaje y sus resultados académicos (HELP EDI Maps 2013). El
movimiento
potencia la capacidad de atención y de aprendizaje
(Ratey 2008). El uso de la tecnología a una edad inferior a los 12 años
va en detrimento del desarrollo cognitivo del niño (Rowan 2010).
3. Epidemia de obesidad
El tiempo dedicado a la televisión y a los videojuegos está
relacionado con el aumento de la obesidad (Tremblay 2005). Entre los
niños que tienen acceso a la tecnología desde su habitación, la obesidad
ha aumentado en un
30% (Feng 2011).
Uno de cada cuatro niños canadienses y
uno de cada tres
estadounidenses son obesos (Tremblay 2011). El 30% de los niños con
obesidad desarrollará diabetes; además, las personas obesas tienen más
riesgo de sufrir un derrame cerebral o un ataque al corazón prematuro,
lo cual reduce dramáticamente la esperanza de vida (Center for Disease
Control and Prevention, 2010). Probablemente, debido en gran parte a
este aumento de la obesidad, los niños del siglo XXI sean la primera
generación que
no vivirá más que sus padres (Professor Andrew Prentice, BBC News 2002).
4. Falta de sueño
El 60%
de los padres no supervisa el uso que hacen sus hijos de la tecnología,
y el 75% de los niños tiene acceso a la tecnología en su cuarto (Kaiser
Foundation 2010). El 75% de los niños de edades comprendidas entre los 9
y los 10 años duerme menos de lo que necesita, hasta el punto de que
afecta de forma negativa a sus notas (Boston College 2012).
5. Enfermedad mental
Se está estudiando el uso excesivo de la tecnología como posible
factor del aumento de los porcentajes de depresión, ansiedad, trastornos
afectivos, déficit de atención, desórdenes bipolares, psicosis y otros
comportamientos problemáticos en los niños (
Bristol University 2010,
Mentzoni 2011,
Shin 2011,
Liberatore 2011, Robinson 2008).
A uno de cada seis niños canadienses
se le ha diagnosticado una enfermedad mental, y muchos de ellos
consumen una peligrosa medicación psicotrópica (Waddell 2007).
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