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25 de enero de 2015

Radiografía del cerebro de un terrorista

El atentado de París contra la sede del semanario satírico Charlie Hebdo volvió a recordarnos, una vez más, y de manera brutal, que el terror y la violencia no piden permiso para desatar el pánico. Europa vivió hace unas semanas una auténtica psicosis a raíz de una ola de ataques con los que los cuerpos de seguridad estuvieron en estado de máxima alerta. En un momento en el que decenas de jóvenes occidentales viajan a países como Irak o Siria para unirse a la yihad, los Estados no dejan de trabajar para hacer más seguras sus fronteras.
Las disciplinas que pueden ayudar a luchar contra el terror son muchas: desde las agencias de inteligencia o la política, hasta la informática o la psicología. La prestigiosa revista científica Nature se fija en estas últimas en una serie de artículos que acaba de publicar y que intentan dar respuesta a cuestiones tan cruciales como si es posible predecir el terrorismo, o qué puede llevar a una persona a dejar de lado su vida normal y pasar a ser un asesino.
Aquí destaca especialmente el trabajo del antropólogo Scott Atran, profesor e investigador en la Universidad de Michigan. Este periódico ha contactado con él para que, en la medida de lo posible, intente definir el perfil de estas personas.
"La mayoría son jóvenes que están en una etapa de transición en sus vidas -estudiantes o inmigrantes en una época de cambio entre trabajos o pareja -que han dejado a su familia y buscan otra que dé sentido a su vida", cuenta Atran en conversación con EL MUNDO. Preguntado por cómo es el terrorista típico, si es que tal cosa existiera, cuenta que "tres de cada cuatro personas que se unen a la yihad lo hacen a través de amigos. El 15% a través de familiares", y enfatiza: "Muy pocos son captados en las mezquitas".
Sin embargo, es obvio que ser un adolescente perdido no te convierte en terrorista. "Las personas marginadas son especialmente susceptibles a los cantos de sirena de la yihad, pero también lo son los jóvenes de clase media que quieren dejar su huella en el mundo", cuenta Atran. En Europa, explica, "las redes criminales cuentan con un gran porcentaje de musulmanes marginados que acaban convirtiéndose en delincuentes de poca monta por las pocas oportunidades que le ofrece la sociedad".
"El problema es que ahora la yihad está ofreciendo a estos jóvenes gloria, aventura e importancia, y son precisamente ellos quienes menos tienen que perder, y quienes son más propensos a arriesgar su vida", explica a este periódico este especialista en terrorismo y política internacional.
El artículo completo en:

14 de septiembre de 2014

Terapia de Boro: Inteligencia contraterrorista contra el cáncer

Real-time biodistribution patterns of the COSAN derivatives

El cáncer en última instancia son células. Son células que no se comportan como el resto de las células, pero células. Por eso los tratamientos no quirúrgicos, a saber, la quimioterapia y la radioterapia, suelen tener efectos secundarios muy importantes, porque afectan a las células que no son cancerosas. Si bien los tratamientos intentan ser cada vez más específicos, esta especificidad acarrea también sus problemas como, por ejemplo, cómo saber que un tratamiento está llegando a donde tiene que llegar, porque con los generales no hay problema, llegan a todas las células.

Existe una nueva terapia muy específica, todavía en fase experimental, llamada terapia de boro con captura neutrónica (BNCT, por sus siglas en inglés). Un grupo de investigadores encabezado por Kiran Gona, del CIC biomaGUNE (San Sebastián, España) ha desarrollado una forma de seguir la distribución del complejo de boro que se usa para preparar los fármacos que se emplean en BNCT. Esto permitirá evaluar la efectividad de un tratamiento muy prometedor y acortar el tiempo hasta su uso clínico. Los resultados se publican en Chemical Communications.

Para entender el procedimiento permítasenos hacer un símil con un grupo terrorista que, en este caso, es el cáncer. El grupo terrorista vive infiltrado y mimetizado con el barrio y la ciudad en la que reside pero hay cosas que hacen sus miembros que los diferencian de las personas no terroristas. Una de ellas es que están deseando aumentar el número de integrantes del grupo, por lo que varios de sus miembros, llamados receptores, se dedican a reclutar activamente nuevos candidatos para el grupo.

Las fuerzas de defensa tienen capacidad militar para arrasar el barrio en el que se sabe que se encuentra el grupo terrorista, pero ello está descartado porque causaría la muerte de muchas personas inocentes. Por lo tanto la Brigada Nacional Contra Terrorista, BNCT, decide infiltrar a varios de sus miembros de élite, los boro-10, en el grupo aprovechando que están reclutando. Una vez dentro se les proporcionarán armas y los ahora boro-11, se encargan de eliminar a las células cancerosas y sólo a ellas.

Los fármacos que usan el complejo de boro COSAN (cobaltabisdicarballuro) usan la sobre-expresión de los receptores de membrana de las células cancerosas para introducir niveles terapéuticos de boro-10 dentro de las células. Si bien el boro-10 es un isótopo estable, cuando se aplica una haz de neutrones de baja energía a la célula el boro-10 captura un neutrón y se desintegra, emitiendo una partícula alfa de alta energía que destruye a la célula. Esta es la base de la BNCT.

La BNCT es, como decíamos más arriba muy específica, por lo que es muy interesante. Además, los compuestos de boro son inorgánicos, por lo que no son metabolizados por las enzimas celulares. Sin embargo, el principal problema que tiene esta técnica es la ausencia de un método efectivo que permita medir la acumulación del boro in vivo (en nuestro símil, un sistema que permita saber que los agentes están infiltrados en el grupo y su localización). Este problema dificulta la evaluación de los distintos fármacos disponibles.

Lo que han hecho Gona et al. es desarrollar una estrategia consistente en etiquetar un derivado de COSAN bien con iodo-124 (que emite positrones), bien con iodo-125 (que emite rayos gamma), por lo que la distribución del fármaco se puede realizar usando tomografía por emisión de positrones (PET-CT) o un contador gamma.

Los investigadores usaron una reacción de intercambio de iodo catalizada por paladio para marcar el derivado de COSAN con uno de los isótopos. Después se realizaron estudios in vivo con ratones para cuantificar la ingesta celular. Los resultados muestran muy buena correlación entre ambos métodos.

Armados con una herramienta que les permite medir, oncólogos y físicos médicos están ahora más cerca de convertir los experimentos de laboratorio en una práctica clínica que mejore la calidad de vida de los pacientes.

Referencia:

Kiran B. Gona, Adnana Zaulet, Vanessa Gómez-Vallejo, Francesc Teixidor, Jordi Llop & Clara Viñas (2014) COSAN as a molecular imaging platform: synthesis and “in vivo” imaging Chem. Comm. DOI: 10.1039/C4CC05058D

Tomado de:

Cultura Científico

25 de marzo de 2014

Terrorismo:¿Es una estrategia eficaz para conseguir objetivos?


A diferencia de otras clases de violencia, el terrorismo resulta singular en un aspecto fundamental: se caracteriza por originar un temor desproporcionado a sufrir un daño. Es decir, que el terrorismo generalmente no produce violencia real, y además el temor es desproporcionado porque la probabilidad de sufrir daño a través del terrorismo es muy remota.

Las cifras, comparadas con el número de muertes a causa de homicidio, guerra y genocidio, son irrisorias: menos de 400 muertos al año de resultas del terrorismo internacional desde 1968, y unos 2.500 anuales desde 1998 debidos al terrorismo nacional.

Ahora echemos un vistazo los verdaderos peligros, que han sido calculados por el matemático John Allen Paulos en su libro más importante sobre anumerismo: El hombre anumérico: anualmente, en Estados Unidos mueren 40.000 personas en accidentes de tráfico, 20.000 en caídas, 18.000 en homicidios, 3.000 ahogados (300 de ellos en bañeras), 3.000 en incendios, 24.000 por intoxicación accidental, 2.500 por complicaciones quirúrgicas, 300 asfixiados en la cama, y 17.000 debido a “otros accidentes no especificados ajenos al transporte y sus secuelas.”

Tal y como señala el psicólogo cognitivo Steven Pinker en su libro Los ángeles que llevamos dentro:
De hecho, cada año, menos en 1995 y 2001, han muerto más americanos a causa de rayos, ciervos, alergias a los cacahuetes, picaduras de abeja o “por arder o derretirse la ropa de dormir” que por atentados terroristas.
A pesar de ello, la gente se alarma particularmente ante un atentado terrorista, los medios de comunicación ofrecen una cubertura muy superior a otros hechos potencialmente más peligrosos y las administraciones gastan un gran esfuerzo y dinero en combatirlo, sobre todo a raíz de los atentados del 11 de septiembre de 2001, tal y como expone Pinker:
Los casi tres mil muertos a causa de los atentados del 11 de septiembre estaban literalmente fuera de la gráfica: en niveles muy inferiores de la cola de distribución de potencia en la que se sitúan los ataques terroristas. Según los datos sobre terrorismo global del National Consortium for the Study of Terrorism and Responses to Terrorism (el principal conjunto de datos públicamente disponible sobre atentados terroristas), entre 1970 y 2007 sólo otro ataque terrorista en el mundo entero ha llegado a matar a quinientas personas.
Aspirar a que no haya muertes por terrorismo es como aspirar a que no haya muertos por absolutamente nada, incluyendo alergias a los cacahuetes. Es un objetivo bonito, pero material y pragmáticamente ineficaz: gastaremos muchos recursos, e invertiremos demasiada cuota de preocupación por un problema desatendiendo otros más apremiantes.

Las muertes por terrorismo son tan improbables que incluso las medidas para evitarlas pueden matar más: durante el año transcurrido desde el atentado del 11-S, murieron 1.500 americanos en accidentes de coche porque prefirieron ir en coche a volar a su destino por miedo a morir en otro atentado terrorista, según ha calculado el psicólogo cognitivo Gerd Gigerenzer.

O dicho de otro modo, el arma más eficaz para combatir el terrorismo es no temer el terrorismo: precisamente el terrorismo existe y sigue adelante debido a que excita nuestro miedo más irracional y anumérico. El terrorismo obtiene su poder, fundamentalmente, de declaraciones como las del Departamento de Seguridad Nacional de Estados Unidos: “Hoy los terroristas pueden actuar en cualquier lugar y en cualquier momento, y prácticamente con cualquier clase de arma.”

El terrorismo continúa existiendo porque se aprovecha de la quebradiza psicología del miedo, y naturalmente no es algo nuevo: hace ya 2.000 años, tras la conquista romana de Judea, un grupo de luchadores de la resistencia apuñalaban sigilosamente a funcionarios romanos y a los judíos que colaboraban con ellos, esperando así echar a los ocupantes.

No funciona

Por si esto fuera poco, el terrorismo también se ha revelado como una herramienta francamente ineficaz a la hora de conseguir sus objetivos. Israel sigue existiendo, Irlanda del Norte aún forma parte del Reino Unido. El País Vasco no es un estado soberano.

En su artículo de 2006 Why Terrorism Does Not Work, el científico político Max Abrahms examinó los 28 grupos que en 2001 fueron considerados por el Departamento de Estado de Estados Unidos como organizaciones terroristas, la mayoría de ellas activas durante décadas:
Dejando a un lado victorias meramente tácticas (como atención mediática, nuevos apoyos, presos liberados o cobros de rescates), observó que solo tres de ellas (el 7 %) habían alcanzado sus objetivos: en 1984 y 200 Hezbolá expulsó a los pacificadores internacionales y a las fuerzas israelíes del sur del Líbano, y en 1990 los Tigres tamiles lograron el control de la costa nordeste de Sri Lanka, si bien esta victoria fue revocada por la aplastante derrota de los Tigres en 2009, con lo que el índice de éxitos terroristas queda en dos de cuarenta y dos, menos del 5 %. El índice de éxito está muy por debajo de otras formas de presión política como las sanciones económicas, que surten efecto aproximadamente una tercera parte de las veces.
Bien, la gente de Ciencia Xakata, sitio web de dopnde se extrae este artículo, concluye alegremnete de que el terrorismo sirve para poco, y reducirlo es tan fácil como prestarle menos atención.

En otras palabras n les importancia al terrorismo y este se morirá de inanición. Nada más falso, opinamos en el equipó de Conocer Ciencia.

Pongamos un ejemplo para clarificar mejor todo esto:

El terrorismo no tiene como fin la victoria sino que es el producto de unos ideales, que para la gente que los procesa el fin justifica los medios. Se trata de vivir acorde a lo que sientes, aunque esté mal enfocado o no sea aceptado moralmente. Dudo mucho que los vascos se hicieran terroristas si no sintieran unos ideales nacionalistas.


El empleo de la violencia como última estrategia no es algo que solo se vincule al terrorismo sino a las democracias actuales que bajo ese manto de no violencia se esconden siglos y siglos de guerras para alcanzar un estado de bienestar. No olvidemos que el mundo actual se ha construido a base de muertes, guerras, genocidios, dolor y desesperación.

Una última cosa muy importante, muchos paises se han forjado gracias al terrorismo, como EEUU, que fueron un puñado de granjeros exconvictos provenientes de Inglaterra los que se sublevaron contra ella misma. Tanto Thomas Jefferson, Benjamin Franklin o George Washington fueron declarados terroristas contra la corona britanica, antes de ganar la guerra, claro está. Y nunca mejor dicho la historia la escriben los ganadores.

Por eso cada vez que alguien dice que el terrorismo no sirve me rio en su cara. Es como decir que la violencia no sirve de nada pero cada país tiene su ejercito por si acaso, claro, claro.

Y eso que no hemos mencionado el terrorismo de Estado, que, por lo general, realiza para reprimir sondicatos etnias o grupos políticos de oposición. Nadie podrá negar que este terrorismo o guerra de baja intensidad es arrolladoramente eficaz.

En fin, hay mucho panj por rebanar. Esperando sus comentarios que damos de ustedes.


Conocer Ciencia

Ciencia sencilla, ciencia divertida, ciencia fascinante...

23 de abril de 2013

"Packbot": el robot que ayudó a buscar al sospechoso del atentado en Boston

Esta máquina permite inspeccionar zonas en busca de explosivos y desactivarlos sin poner en riesgo la vida de los agentes.




Así es el robot que se usó tras el atentado en Boston. (Youtube)
La búsqueda y captura del ciudadano checheno Dzhokhar Tsarnaev, uno de los presuntos autores del antentado en Boston tuvo un protagonista de bajo perfil que colaboró activamente con la policía y que, además, no era humano.

Se trata del “Packbot 510”, un robot fabricado por la empresa iRobot que permitió inspeccionar las zonas en las que, suponían los agentes, los terroristas habían plagado de bombas.

Sin embargo, este robot no solo es capaz de desactivar explosivos, sino también es capaz de soportar extremas condiciones climáticas y hasta se puede usar para negociar con terroristas gracias a un dispositivo de radio.

El robot examinó un vehículo y fue fotografiado por un usuario de Twitter, lo que permitió su identificación
Fuente:

Las raíces de la agresividad: Los primates terroristas

Los dos hermanos chechenos, presuntos autores del atentado de Boston. | Reuters

Los dos hermanos chechenos, presuntos autores del atentado de Boston. | Reuters
En los atentados terroristas, como el ocurrido en Boston el martes pasado, en el que varias bombas estallaron al paso de los corredores de una maratón, se puede extraer mucha información a partir de la cual generar debate sobre el simio bipolar que es el ser humano, como dice el primatólogo Frans de Waal.

Por un lado están los autores del atentado, los cuales, presuntamente han sido dos jóvenes estudiantes chechenos con permiso de residencia en los Estados Unidos. Sea cual sea el mantra que se repitieron a sí mismos para justificarlo, uno de los elementos esenciales es que estamos ante grupos de personas que utilizan el miedo como elemento de persuasión, debido a que apuestan por causas que no pueden ser defendidas mediante las palabras y el debate.

Los chimpancés carecen de lenguaje hablado y de afiliación religiosa, pero existen comunidades en los que un individuo o varios pueden llegar a comportarse como verdaderos terroristas. Algunos individuos muestran comportamientos xenofóbos, motivados una ansiedad que, tanto a ellos como a nosotros los humanos, nos genera "el otro" o "lo diferente". Por esta razón hay que tener mucho cuidado cuando se forman grupos de primates de manera artificial, ya que siempre es un momento de gran tensión.

El resentimiento del macho expulsado

Pero también hemos identificado otras causas. En varias especies de primates, algunos machos jóvenes son expulsados del grupo a la fuerza. Estos suelen aliarse con otros machos que están en su misma situación, creando así una tropa compuesta exclusivamente de machos expulsados o periféricos. Este tipo de alianzas pueden ser peligrosas.

De modo similar y sin ser en caso alguno una justificación para realizar tales atrocidades, muchos terroristas y asesinos en serie tienen en común un sentimiento de rechazo o expulsión, ya sea en su país de origen o destino.

En Sudáfrica, por ejemplo, se han producido más de cien muertes de rinocerontes por ataques de elefantes en tiempos recientes, una especie con la que no se tenía noticia de que entraran en conflicto. Cuando se estudió el historial de los agresores, todos tenían en común el que eran huérfanos macho que habían presenciado la muerte de sus madres, en la mayoría de los casos por armas de fuego, a manos de cazadores furtivos. La solución consistió en introducir individuos adultos de elefantes que controlaran la agresividad de los más jóvenes.

Hasta tiempos recientes, se pensaba que los terroristas eran psicópatas, pero en estudios de personalidad quedó reflejado que no poseen trastornos de la personalidad diferentes a los de las personas 'normales'. Posteriormente se hicieron estudios en barrios donde habían nacido y habitado tradicionalmente los terroristas. Tampoco se encontró una mayor tasa de este desorden.

El lado positivo de nuestro instinto tribal

Pero por otro lado está la reacción de las víctimas y la sociedad a la que pertenecen. Tanto en el 11-S como el 11-M, la actitud de la ciudadanía fue ejemplar. Boston no ha sido una excepción. En estas circunstancias es cuando más comportamientos altruistas por segundo se producen. Es el momento en el que se activa el lado más positivo del instinto tribal que todos llevamos dentro, responsable de los actos más bellos de nuestra especie.

Gente que se queda sosteniendo la mano de víctimas hasta que una ambulancia libre pueda atenderles, personas que comparten su poco o mucho conocimiento para afrontar este tipo de situaciones, grupos de vigilancia que se organizan de manera espontánea para vigilar los barrios y un largo etcétera.
Del mismo modo, entre primates no humanos es frecuente que se consuelen los unos a otros tras un suceso que ha generado angustia. Estos suelen abrazarse, lo que disminuye el estrés. Y es que la cohesión es una buena estrategia ante las consecuencias psicológicas del miedo.

Cohesión y unidad frente al dolor

Pero los humanos, además del uso del contacto físico, también somos capaces de contener la ansiedad del grupo mediante la palabra, lo que nos permite llegar a más gente de manera simultánea. El discurso pronunciado por Obama es un intento de aliviar el dolor psicológico en forma de estrés, tristeza o angustia que estos atentados terroristas han generado. La llamada a la cohesión, la unidad y la corresponsabilidad en superar estos sucesos es lo mismo que haría un líder de una tribu africana tras un asesinato de uno de sus miembros.

Algunos expertos en psicología del terrorismo, como Clark McCauley, creen que debemos aceptar que todos podemos ser terroristas bajo determinadas circunstancias. Aceptemos o no esta hipótesis, esta ínfima minoría violenta representa lo peor del ser humano. El límite extremo negativo de lo que es capaz de hacer el simio bipolar que representa el ser humano.

Aún así, no podemos permitir que acontecimientos como el de Boston nos hagan centrar la atención en el lado más oscuro y eclipsen el hecho de que por cada gramo de metralla emergen miles de acciones altruistas, las cuales ponen al descubierto nuestro mejor lado como especie.

Fuente:

El Mundo Ciencia

2 de marzo de 2012

FBI y la cultura del miedo: “el hacking reemplazará al terrorismo como la preocupación más importante”




En un futuro no muy lejano la amenaza cibernética se planteará como la amenaza número uno para nuestro país…

Resulta difícil saber hasta donde se refiere el director del FBI, Robert Mueller, tras su locución de hace unas horas. Si tenemos en cuenta que hasta ahora su organización se ha dedicado mayoritariamente en la red a participar del circo de la industria del entretenimiento, quizá sus palabras resulten más apocalípticas de lo que pudieran parecer. Mueller nos advierte del futuro que nos viene en la red, un futuro marcado por el liderazgo de su agencia y los federales contra los “enemigos digitales”. Una frase lo resume todo: “la amenaza cibernética será la número uno, debemos tomar las lecciones del terrorismo y aplicarlas a la ciberdelincuencia”.

Y es que el jefe del FBI habla de la red y la seguridad como un todo. El director habló largo y tendido hace unas horas durante una reunión anual entre profesionales de la seguridad cibernética.

Durante su locución, Mueller habló de Internet en términos apocalípticos, situando el hacking o cualquier ciber-amenaza como el actor principal a erradicar en los próximos años, muy por encima del terrorismo, hasta ahora la principal fuente de preocupación en el país.

Habló de delincuencia organizada, estafas, robos de datos, fraudes, explotación infantil o incluso reclutamiento de terroristas. Puede que el primer nombre que nos venga a la mente sea Anonymous si hacemos caso a las últimas detenciones e intervenciones de la agencia, o incluso de la propia WikiLeaks cuando habló de hacktivistas, pero también podemos imaginar que tras el cierre de Megaupload y la detención de Dotcom, el esfuerzo se dirige por erradicar nuestros hábitos actuales. Mueller no se “olvidó” de recalcar que se está perdiendo “dinero, ideas e innovación”, curioso enlazar estos tres términos de la misma forma que lo hacen asociaciones como la RIAA.

Coincidencia o no, también incluye la lacra de la pornografía infantil en un momento donde el Senado de Estados Unidos debate la introducción de la regulación H.R. 1981, ley impulsada por Lamar Smith, el “visionario” de SOPA, que pretende escudarse en la explotación infantil para introducir el firewall que no pudo con SOPA.

Les dejo con las palabras de Mueller, el futuro en la red según el FBI, o cómo inculcar el miedo para aplicar la “ley”:

En un futuro no muy lejano la amenaza cibernética se planteará como la amenaza número uno para nuestro país. Tenemos que tomar las lecciones aprendidas del terrorismo y aplicarlos a la ciberdelincuencia. Séneca decía que mientras más conectadas estuvieran las sociedades, era más probable que los individuos se convirtieran en esclavos de la conectividad. Quizá ahora pasa lo mismo en las sociedades modernas. Si los sistemas electrónicos en los que basamos la sociedad se eliminan, el resultado sería el caos y la anarquía.

Como sociedad, no podemos volver atras ni debemos intentarlo. En su lugar, debemos compartir información y tácticas para vencer al enemigo en el futuro. Por ello haremos una serie de cambios.

Estamos perdiendo datos, perdiendo dinero, perdiendo las ideas e incluso estamos perdiendo la innovación. Juntos tenemos que encontrar una manera de detener la hemorragia. Delincuencia organizada, delincuentes hacktivistas, infracciones informáticas respaldadas por gobiernos extranjeros… pero también tenemos en cuenta otros crímenes como son el fraude hipotecario online, la explotación infantil o el reclutamiento de terroristas en la red.

Vamos a intentar que cada empresa que sea atacada no tenga mala publicidad por una denuncia, respetaremos su privacidad sin interrumpir sus actividades mientras investigamos, no queremos que se sientan víctimas por segunda vez.

El momento será pronto, y será cuando ninguna compañía pueda presumir de ser inmune a las incursiones digitales. Hoy sólo hay dos tipos de empresas: las que han sido hackeadas y las que serán hackeadas.

Fuente:

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