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9 de septiembre de 2014

Innovador experimento permite convertir en placenteros los recuerdos que son desagradables


Un experimento en ratones diseñado por investigadores del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) abre la puerta al desarrollo de técnicas para alterar las emociones positivas o negativas asociadas a cada recuerdo sin utilizar sustancias químicas.

Un grupo liderado por el japonés Susumu Tonegawa, Nobel de Medicina en 1987, publica este miércoles en la revista "Nature" los resultados de unas pruebas en las que han logrado que los roedores asocien con emociones placenteras recuerdos creados en situaciones de miedo y, a la inversa, que los momentos agradables se tornen en recuerdos relacionados con el estrés.

Para manipular esas emociones, los científicos estimulan con haces de láser ciertos circuitos neuronales del hipocampo, donde se almacena la información contextual de la memoria -dónde y cuándo sucedió determinado acontecimiento- y de la amígdala, en la que se codifican los sentimientos relacionados con esa información.

"Sabemos que las dos regiones, el hipocampo y la amígdala, están conectadas. Lo que hemos descubierto es que podemos cambiar las asociaciones que unen la memoria contextual con sus correspondientes emociones, de negativo a positivo y a la inversa", explicó Tonegawa en rueda de prensa.

El científico subrayó que la técnica optogenética que han desarrollado para el experimento en ratones -estimulación de las neuronas a través de la luz- permitirá en el futuro iniciar nuevas vías para el tratamiento en humanos de problemas psicológicos como el estrés postraumático y la depresión.

"Ahora podemos acceder al interior del cerebro y manipularlo para cambiar el comportamiento asociado a un recuerdo sin usar medicamentos. No se utiliza ninguna sustancia química. Esto representa una nueva vía para la psicoterapia en el futuro", sostuvo por su parte Roger Redondo, coautor del estudio.

En el experimento, los investigadores ubicaron a ratones machos en un lugar concreto de un cajón con arena y les indujeron a asociar ese punto con emociones positivas, mediante la interacción con hembras, o bien negativas, con descargas eléctricas.

Tras comprobar que los roedores con malas experiencias tendían en adelante a evitar ese lugar y los que habían experimentado placer se sentían cómodos en él, los científicos sometieron a los animales a la situación emocional contraria, al tiempo que activaban con láser las zonas de la memoria con la información de contexto original.

Comprobaron que el antiguo recuerdo había quedado relacionado con la nueva carga emocional, ya fuera positiva o negativa.

http://www.ntn24.com/noticia/innovador-experimento-permite-convertir-en-placenteros-los-recuerdos-que-son-desagradables-23643

7 de septiembre de 2014

Recordar nuestros errores hace el aprendizaje más rápido y efectivo

  • Los investigadores han sabido por mucho tiempo que la gente aprende una tarea motora más rápido a la segunda o tercera vez, pero ignoraban el por qué.
  • Nuevo estudio muestra que la razón no es sólo el recuerdo de la tarea en sí, sino también el recuerdo de los errores cometidos mientras se aprende a hacer la tarea.
The experimental setup: Volunteers cannot see their hands, but they can see a dot of light that reflects their movements more or less accurately.
 
El montaje del experimento: Los voluntarios no pueden ver sus manos, pero pueden ver un punto de luz que refleja sus movimientos con más o menos precisión. Crédito: Medicina Johns Hopkins
 
Usando un conjunto aparentemente simple de los experimentos, los investigadores de Johns Hopkins han aprendido por qué las personas aprenden una tarea idéntica o similar más rápido la segunda, tercera y posterior vez. La razón: estas personas son ayudadas no sólo por los recuerdos de cómo realizar la tarea , sino también por los recuerdos de los errores de hecho la primera vez.
  "En el aprendizaje de una nueva tarea motora, al parecer, hay dos procesos que simultáneos", dice Reza Shadmehr, Ph.D. , profesora en el Departamento de Ingeniería Biomédica de la Facultad de Medicina de la Universidad Johns Hopkins. "Uno de ellos es el aprendizaje de las órdenes motoras en la tarea, y la otra es la crítica del aprendizaje, tanto la forma en que un 'coach' se comporta. El aprendizaje de la próxima tarea similar va más rápido, debido a que el entrenador sabe que los errores son más dignos de atención. En efecto, este segundo proceso deja un recuerdo de los errores que se vivieron durante el entrenamiento, por lo que la re-experiencia de los errores hace que el aprendizaje sea más rápido ".
  Shadmehr dice que los científicos que estudian el control motor han sabido por mucho tiempo que a medida que la gente realiza una tarea, como abrir una puerta, sus cerebros toman en cuenta las pequeñas diferencias entre la forma en que se espera que la puerta debe moverse y cómo realmente se movió, y que utilizan esta información para llevar a cabo la tarea sin problemas la próxima vez. Esas pequeñas diferencias son científicamente denominan errores de predicción, y el proceso de aprender de ello es en gran parte inconsciente.
  El hallazgo sorpresa en el estudio actual, que se describe en Science Express (el 14 de agosto de 2014), es que no sólo tales errores entrenan el cerebro para realizar mejor una tarea específica, sino que también enseñan cómo aprender más rápido de los errores, incluso cuando estos errores se encuentran en una tarea completamente diferente. De esta manera, el cerebro puede generalizar a partir de una tarea a otra manteniendo una memoria de los errores.
  Para estudiar los errores y el aprendizaje, el equipo de voluntarios Shadmehr se colocó delante de una palanca de mando que estaba debajo de una pantalla. Los voluntarios no pudieron ver la palanca de mando, pero fue representado en la pantalla como un punto azul. Un objetivo fue representado por un punto rojo, y los voluntarios trasladaron el joystick hacia ella, el punto azul podría ser programado para moverse ligeramente descentrado desde donde señalaron que, la creación de un error. Los participantes luego ajustaron su movimiento para compensar el movimiento descentrado y, después de algunos ensayos más, sin problemas guiaron el joystick a su objetivo.
  "Este estudio representa un paso importante hacia la comprensión de la manera de aprender una habilidad motora", dice Daofen Chen, Ph.D., director del programa en el Instituto Nacional de Trastornos Neurológicos y Accidentes Cerebrovasculares. "Los resultados pueden mejorar las estrategias de rehabilitación-circulación de los muchos que han sufrido derrames cerebrales y otras lesiones neuromotoras."
  El siguiente paso en la investigación, Shadmehr dice, será para saber qué parte del cerebro es responsable de la tarea "entrenamiento" de la asignación de peso a los distintos tipos de error.
 
Otros autores del artículo fueron Pavan A. Vaswani y Mollie K. Marko de la Escuela de Medicina de la Universidad Johns Hopkins. 

Fuente original:

Johns Hopkins

1 de septiembre de 2014

Esto es lo que sabemos del cerebro y la mente del adolescente


cerebro 

Desde siempre hemos considerado que la adolescencia representa una etapa muy problemática de nuestra vida. Y es correcto, aunque solo en parte. La adolescencia representa aproximadamente un tercio de nuestro desarrollo antes de alcanzar el estado adulto. El hecho de que la especie humana dedique tanto tiempo a la adolescencia ha de tener una explicación en términos adaptativos. Los expertos de los años noventa del siglo XX especulaban con la posibilidad de que esta etapa tan larga representara una especie de preparación para llegar a ser adultos con la experiencia suficiente para lograr reproducirnos de manera responsable. En otras palabras, en esa larga etapa aprenderíamos a ser mejores padres, lo que conllevaría una ventaja selectiva para la especie. Al fin y al cabo, el éxito de las especies se mide por su capacidad para dejar descendientes en la siguiente generación.

La adolescencia es un período de cambios muy evidentes en nuestro organismo y en nuestro comportamiento. Durante la adolescencia se producen cambios hormonales significativos de consecuencias muy obvias, la estatura se dispara (sobre todo en los chicos) mediante el llamado estirón puberal y nos alejamos cada vez más de nuestros progenitores con el deseo de independizarnos lo antes posible. Es ley de vida. Los especialistas en el cerebro se han preocupado por saber que sucede en el cerebro de los adolescentes. Está muy claro que la mente de los chicos y chicas de estas edades está experimentando cambios muy importantes. Los pensamientos y el comportamiento de los adolescentes revelan esos cambios.

Hace unos días escribía sobre la ralentización del desarrollo del cerebro, como una adaptación fundamental del género Homo. Los expertos en neurociencias están demostrando que esta ralentización se prolonga hasta bien entrada la veintena. Nuestra larga adolescencia es una buena estrategia para completar el proceso, aunque es necesario entender algunos matices no menos importantes e inquietantes.

Durante la adolescencia el cerebro experimenta una reorganización muy importante de las conexiones neuronales. Perderemos aquellas que fueron necesarias en los primeros años de vida a cambio de conseguir otras muchas imprescindibles para vivir la vida como adultos. Este cambio nos produce cierta desorientación, porque nuestros valores, necesidades, inquietudes, gustos, etc. están cambiando en poco tiempo. Despertamos a una nueva realidad, mucho más compleja que la añorada inocencia infantil, pero a la vez sumamente interesante. Nos comemos el mundo, porque estamos llenos de vitalidad. En no pocas ocasiones, esa pasión resulta en un desenlace fatal. Además, esos cambios pueden degenerar en determinadas enfermedades mentales, como la esquizofrenia. Es el precio que pagamos como especie, aunque suene muy duro. Pero lo más natural es salir triunfantes de la adolescencia, con un mente mucho mejor preparada.

Por otro lado, las prolongaciones nerviosas de todo el cuerpo, incluyendo por supuesto las cerebrales, se irán protegiendo progresivamente con la vaina de mielina que producen ciertas células del sistema nervioso. La consecuencia final será una velocidad de transmisión de los impulsos nerviosos hasta cien veces más rápida. Un cambio nada desdeñable, que suele terminar hacia los 24 ó 25 años Como resultado, habremos conseguido un cerebro mucho más eficaz para enfrentarnos al medio. En definitiva, nuestra especie completa el desarrollo del cerebro ¡casi veinte años más tarde que en los chimpancés! Y lo más interesante es que nuestro cerebro tendrá todavía suficiente plasticidad para seguir aprendiendo durante muchos años, al menos hasta que algún proceso degenerativo termine con esa capacidad. Es por ello que nunca tendríamos que arrojar la toalla en lo que se refiere al aprendizaje. Durante muchos años tendremos posibilidades para crear, innovar, aprender, estudiar, analizar, criticar, opinar o juzgar. Nuestro cerebro nos lo permite, a menos que otros decidan por nosotros.

Tomado de:

Reflexiones de un primate

26 de agosto de 2014

El chip sináptico de IBM marca el paso hacia la computación neuronal


Después de seis años de intenso desarrollo el equipo de IBM que dirige el proyecto SyNAPSE ha comunicado el resultado de su trabajo: un chip que presta el diseño de nuestra red neuronal, siendo capaz de responder a los estímulos sensoriales y al reconocimiento de patrones.

La innovación de IBM asienta los fundamentos de una nueva generación de arquitectura computacional inspirada en la estructura cerebral, cuya capacidad de “pensar, actuar y percibir” acortará más la distancia entre el modelo de inteligencia artificial e inteligencia humana.

Reinventando el modelo John von Neumann

La divergencia entre el funcionamiento del cerebro y los ordenadores actuales siempre ha sido un aspecto intrigante que ha impulsado a los científicos de la computación a estudiar nuevas formas de mejorar los ‘cerebros’ de los ordenadores. El centro de investigación de IBM no ha querido perderse nada del gran viaje que cambiará el futuro de la tecnología actual así que se convirtió en una de las empresas pioneras en investigar los secretos de la capacidad cognitiva trasladada a las máquinas inteligentes.

En 2012 sus especialistas dieron un paso muy importante en este campo al presentar por la primera vez el superordenador Sequoia, considerado la más potente simulación cerebral realizada jamás ya que reunía la fuerza de 2.084 mil millones representaciones de núcleos neurosinápticos. Después de dos años, el mismo equipo da otro paso decisivo y en lugar de adaptar los algoritmos inspirados de la actividad cerebral a la computación tradicional inventan desde la base un chip que imita la actividad de las redes neuronales humanas.

Según el científico que lidera el proyecto, Dharmendra Modha, la idea ha surgido de la necesidad de replantear el sistema informático heredado de John von Neumann, un matemático que ha puesto las bases de la arquitectura computacional clásica. Modha está convencido de que los ordenadores actuales, además de cálculos matemáticos precisos se podrían mejorar al adaptarse a la inteligencia  adaptativa del cerebro humano:
“El cerebro evolucionó hace millones de años para solucionar los problemas básicos: conseguir comida, luchar, evitar los peligros, reproducirse y está destinado a manejar datos de baja resolución, ambiguos y simbólicos. Integra memoria (sinapsis) y computación (neuronas), tiene un procesamiento distribuido, gestiona los datos en paralelo, puede aprender, opera de forma asíncrona, es lento y por lo tanto no gasta energía y tampoco se sobrecalienta”.
IBM

Una arquitectura que imita la escalabilidad del cerebro humano

Para reducir la brecha entre el bajo consumo de energía de la actividad cerebral y los ordenadores actuales, los científicos de IBM han usado las técnicas de la nanotecnología y neurociencia para crear una arquitectura informática escalable y eficiente.
El chip llamado TrueNorth está formado por una red bidimensional de 4.096 núcleos neurosinápticos digitales, dónde cada núcleo integra memoria, procesamiento y comunicación y opera según un modo de computación paralela, dirigida por eventos y con tolerancia a fallos.

Igual que el modelo neuronal humano, la arquitectura del chip seguirá funcionando incluso si falla alguno de los núcleos individuales. Su escalabilidad le permitirá ampliar las conexiones entre los núcleos hasta formar un mosaico sin interrupciones, construyendo los pilares de una futura supercomputación neurosináptica.
“IBM ha sentado las bases de una computación inspirada en el el cerebro humano, en los términos de una arquitectura de computación radicalmente nueva, a una escala sin precedentes, una velocidad, eficiencia, energía y capacidad de adaptación incomparables”, comenta Modha.
aplicacioneschip

La tecnología del futuro ‘sentirá’ la realidad igual que nosotros

Con el fin de facilitar el trabajo de los futuros desarrolladores IBM ha creado un ecosistema completo que abarca un simulador del chip, un lenguaje de programación, una librería, algoritmos y aplicaciones. El ecosistema soporta todos los aspectos del ciclo de programación desde el diseño hasta el desarrollo, la depuración y el despliegue.
En cuanto a las futuras aplicaciones, Dharmendra Modha cree que su nuevo chip permitirá construir ordenadores igual de eficientes que el cerebro humano y que no consumen más que una bombilla (70 milivatios). Este piensa que la tecnología basada en el procesamiento neurosináptico podrá transformar la movilidad y el Internet de las cosas a través de la percepción sensorial:
“En el futuro estos chips se podrían convertir en la alternativa de energía eficiente para gafas que ayuden a navegar a las personas invidentes, ‘ojos’ que dejen ver a los robots y a los coches, sistemas médicos que monitoricen la tensión arterial, la temperatura y el nivel de oxígeno de las personas mayores y que envíen alertas antes de producirse algún problema o sistemas que midan el nivel de marea y velocidad del viento para predecir los tsunamis”.
Por último Modha espera que el futuro tecnológico esté destinado a una simbiosis entre los chips cognitivos y los tradicionales “para enfrentarse al contexto real de la misma manera que lo hacemos nosotros”.

Fuente:

TicBeat

24 de agosto de 2014

¿Puede la meditación cambiar nuestro cerebro?

Mujer meditando

Sí. Y esos cambios pueden ser tanto al corto plazo, durante la meditación misma, como al largo plazo, tras años de practicarla.
Todas las formas de meditación incluyen entrenar la atención. La meditación "abierta" implica prestarle la misma atención a todo, sin juzgar o distraerse.

La meditación "cerrada" o "concentrativa" conlleva prestarle atención intensa y fija a una sola cosa, como a la respiración, a un sonido o a un sentimiento.

En línea con esto, los escáneres de cerebro muestran un incremento de la actividad en partes de la corteza frontal asociadas con control atencional y con otras áreas, dependiendo del tipo de meditación.

Las respuestas emocionales también resultan afectadas y hay registro de un incremento de la actividad en los circuitos subyacentes a las emociones positivas y al control de emociones.

Estudiar los efectos al largo plazo es más difícil, ya que los resultados deben medirse tras años de meditación y la gente que aprende a meditar y persevera en ello es distinta a la gente que lo hace en un contexto de corto plazo.

Con todo, los datos sugieren que la meditación a largo plazo muestra más actividad coherente a través de distintas áreas del cerebro y que éste envejece más lento.

Fuente:

BBC Ciencia

14 de agosto de 2014

La distracción es una herramienta perfecta para manipular a la gente


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Históricamente se han registrado incontables episodios en los que ciertos gobiernos o agendas se valen de la distracción de la población, o incluso la fomentan, para tomar decisiones o ejercer acciones que de otra forma habrían encontrado mucho mayor resistencia. Tan sólo en el caso de los deportes, particularmente el fútbol, se han detectado múltiples ocasiones en las que un gobierno aprovecha que la atención masiva está depositada en un juego, o mejor aún en un carnaval de partidos, como por ejemplo la Copa del Mundo, para aprobar leyes coercitivas o aplicar enmiendas contrarias al bien de la sociedad y a favor de intereses específicos –estimado lector, cualquier conexión de esto con tu realidad sociopolítica es mera coincidencia. 

En el caso de la inserción de propaganda en la mente colectiva este fenómeno consiste en, a grandes rasgos, promover una cierta postura o “verdad” excluyente de una forma en la que se convierta en algo lo suficientemente ubicuo dentro del imaginario como para que termine siendo aceptado sin cuestionarse –algo así como inseminar de raíz a un grupo social con una idea determinada. Y aunque muchos pensaríamos que el que esta programación sea efectiva requiere de la atención de las personas que se busca programar, al parecer lo más apropiado es justo lo contrario, es decir, aquellas personas que están distraídas durante la inseminación son más vulnerables y por lo tanto programables. 

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Una investigación realizada por Richard Petty, Gary Wells y Timothy Brock que fue publicada en el Journal of Personality and Social Psychology (Vol 34(5), Nov 1976, 874-884) sugiere precisamente que, en algunos contextos en donde existe un factor de distracción, el influjo de la propaganda resulta más efectivo. El estudio concluyó que, cuando se trata de comunicar un argumento a favor de una postura, la distracción refuerza el carácter convincente del mismo –a diferencia de cuando se trata de insertar un sentimiento. 

Durante el experimento los voluntarios encararon dos tipos de propaganda, una que podía ser fácilmente contraargumentada, y otra que no. Cuando estaban distraídos mientras se les abordaba con el segundo tipo de propaganda, demostraron ser menos propensos a aceptarla –aparentemente, porque su complejidad la hacía más sentimental que racional. En cambio, cuando los propagandistas tenían que “vender” una postura fácilmente cuestionable, encontraron que los voluntarios eran notablemente más propensos a comprarla cuando existía una distracción de por medio.

El estudio representa una muestra relativamente pequeña pero, curiosamente, refuerza esa conclusión analítica e intuitiva que muchas personas han percibido: la distracción vulnera los anticuerpos críticos en una población. Quizá por está razón, entre otras, los políticos siempre han apoyado los espectáculos deportivos, mientras que las corporaciones son cada vez más asiduas a los espectáculos de entretenimiento, por ejemplo, los festivales musicales brandeados

Fuente:

5 de agosto de 2014

Aprender a leer a edades tempranas mejora el razonamiento

Un equipo de investigadores de la Universidad de Edimburgo y el King College de Londres (Reino Unido) ha presentado un estudio con gemelos monocigóticos que relaciona la lectura precoz con una mejor capacidad intelectual para el razonamiento. El trabajo ha sido publicado en la revista Child Development.





  ¿Por qué los niños de una misma familia pueden obtener resultados muy diferentes en las pruebas de inteligencia a pesar de tener muchos factores en común? Este fue el punto de partida de la investigación. Los expertos realizaron un ensayo con 1.890 gemelos monocigóticos o idénticos, examinando las puntuaciones de cinco pruebas de lectura e inteligencia realizadas a los niños cuando tenían 7, 9, 10, 12 y 16 años, comprobando que las desigualdades en el aprendizaje en la lectura entre los gemelos estaban vinculadas a las diferencias posteriores en la inteligencia.


Leer no solo se asocia con el desarrollo de la inteligencia verbal, sino que también se relaciona con capacidades no verbales como el pensamiento abstracto. Las variaciones intelectuales ya estaban presentes cuando los niños tenían 7 años, por lo que, según los investigadores, aprender a leer enseguida tiene consecuencias muy positivas en el desarrollo intelectual de los pequeños.

“Lo más interesante es que hemos demostrado cómo las desigualdades en la destreza lectora también pueden traducirse en diferencias en las habilidades no verbales. Estas se midieron mediante tareas como la terminación de rompecabezas, lo que implica el uso de pensamiento abstracto. Y sí, leer influye en la inteligencia. Los niños que no reciben ayuda suficiente para aprender también pueden ver limitadas competencias intelectuales que van más allá de la alfabetización”, afirma a la agencia Sinc Stuart J. Ritchie, líder del estudio.

Fuente:

Muy

21 de julio de 2014

La escopeta mental o porqué a nuestro cerebro le encanta la certidumbre

Como ya hemos dicho por activa, por pasiva y por perifrástica, a nuestro cerebro le encanta la certidumbre, y la incertidumbre o la ambigüedad le hace infeliz. El otro día profundizamos particularmente en ello en ¿Por qué nos cuenta tanto decir ‘no lo sé’?, y que ello propiciaba que viajar fuera más interesante que leer sobre viajes de otros.

Por tanto, cuando nos enfrentamos a una pregunta difícil o peliaguda que no tiene una respuesta satisfactoria, entonces empleamos un mecanismo automático de respuesta, visceral como una escopeta, que consiste en sustituir la pregunta por una relacionada más fácil.

Es lo que George Pólya ya abordó en su clásico How to Solve It: “Si no puede resolver un problema, hay otro problema más fácil que sí puede resolver: encuéntrelo”. Este tipo de preguntas complejas, por ejemplo, son ¿Cuál es el significado de la felicidad? Tal y como lo explica Daniel Kahneman en Pensar rápido, pensar despacio:

El proceso automático de la escopeta mental y las equivalencias de intensidad proporcionan una o más respuestas a preguntas fáciles que pueden sobreponerse a la pregunta original.
A continuación, una lista de algunas preguntas difíciles de responder y qué clase de sustitución hace mucha gente para enfrentarse a preguntas más fáciles y asequibles:

  • ¿Con cuánto contribuiría usted a salvar una especie el peligro? ¡BANG! ¿Cuánto me emociono cuando pienso en los delfines que mueren?
  • ¿Cómo está de contento con su vida estos días? ¡BANG! ¿Cuál es mi estado de ánimo en estos momentos?
  • ¿Qué popularidad alcanzará el presidente de aquí a seis meses? ¡BANG! ¿Cuál es la popularidad del presidente en estos momentos?
  • ¿Cómo habría que castigar a los asesores financieros que se aprovechan de los ancianos? ¡BANG! ¿Cuánta indignación siento cuando pienso en los depredadores financieros?
  • Esta mujer se presenta a las primarias. ¿Hasta dónde llegará en la política? ¡BANG! ¿Tiene esta mujer aspecto de ganadora en política?
Fuente:

Xakata Ciencia

25 de junio de 2014

Las personas razonan siguiendo reglas cuánticas, sugiere un estudio

Una científica estadounidense encuentra un patrón -predicho por la física cuántica- en los resultados de múltiples encuestas respondidas por humanos.

Zheng Wang es una investigadora de la Universidad de Ohio (EEUU) que aplica la física cuántica al estudio de los comportamientos humanos. En un análisis reciente, ha descubierto un patrón propio del comportamiento de las partículas subatómicas en un comportamiento humano muy concreto: la respuesta a encuestas. Defiende que su hallazgo “sugiere que las personas razonan siguiendo reglas cuánticas”.
Zheng Wang es una investigadora de la Universidad de Ohio (EEUU) interesada en una extraña cuestión: elaborar sistemas dinámicos y probabilísticos basados en la física cuántica, en lugar de en los principios de probabilidad clásicos, para estudiar los comportamientos humanos.
En otras palabras, Wang aplica los sistemas de estudio de los comportamientos de las partículas subatómicas a los comportamientos de las personas. En su último trabajo, ha logrado establecer una relación entre el comportamiento cuántico… y el inesperado patrón que la gente sigue al responder a las preguntas de algunas encuestas.


El problema del orden  
Según publica Physorg, los resultados del presente estudio fueron bastante sorprendentes: se halló un mismo patrón de respuestas en 70 encuestas representativas a nivel nacional (de Gallup y del centro Pew Research), realizadas entre 2001 y 2011, así como en dos experimentos de laboratorio. La mayoría de las encuestas nacionales incluyeron a más de 1.000 personas de los Estados Unidos.

"Mediante el uso de la teoría cuántica, hemos sido capaces de predecir una regularidad sorprendente en el comportamiento humano, con una precisión inusual para las ciencias sociales en un gran conjunto de diferentes encuestas", afirma Wang.


En general, en las encuestas, suele cambiarse el orden de las preguntas para compensar cierto tipo de condicionamiento; el hecho de que el orden de las preguntas pueda cambiar las respuestas de la gente.


Por ejemplo, en una de las encuestas (de Gallup) analizadas por Wang y sus colaboradores se preguntaba a estadounidenses si Bill Clinton era honesto y digno de confianza; y si Al Gore era honesto y digno de confianza.


Al cambiar el orden de estas preguntas, hubo un cambio en las respuestas: cuando se preguntó a los encuestados sobre Clinton en primer lugar, el 49% señaló que tanto Clinton como Gore eran dignos de confianza. Pero cuando se preguntó a los encuestados acerca de Gore en primer lugar, el 56% dijo que ambos eran dignos de confianza.

Lea el artículo completo en:

30 de mayo de 2014

Las moscas piensan antes de actuar

Estos insectos se toman su tiempo a la hora de tomar una decisión importante 



Las moscas, a la hora de tomar una decisión importante, se toman su tiempo en recopilar y analizar la información. Al igual que los seres humanos, así es como tratan de dar con la opción correcta para no equivocarse. 

Este nuevo descubrimiento, publicado en la revista Science, demostraría que estos pequeños insectos (Drosophila) también poseen un cierto grado de inteligencia. Una facultad que ha sido hallada, además de en el ser humano, en algunos primates e incluso en algunas ratas y ratones, pero nunca antes en seres con cerebros tan pequeños como las moscas

«Esta es la evidencia más clara, hasta ahora, de un proceso cognitivo que se ejecuta en un cerebro muy simple», explica el profesor Gero Miesenböck , cuyo equipo realizó la investigación en la Universidad del Centro de Circuitos Neurales y de Comportamiento (CNCB) de la Universidad de Oxford (Reino Unido). Estas investigaciones no sólo ayudarán a conocer mejor a estos insectos, sino que también pueden contribuir a comprender mejor los procesos de aprendizaje en los seres humanos.

El artículo completo en:

El Mundo Ciencia

30 de abril de 2014

¿Pueden pensar las máquinas?

El matemático británico Alan Turing, decisivo para derrotar a los nazis en la Segunda Guerra Mundial, propuso un test para averiguar si una máquina determinada puede ser tan inteligente como un ser humano.





Este texto es un capítulo del libro ‘Rompiendo Códigos. Vida y legado de Turing’, recién publicado por el CSIC y la editorial Los Libros de la Catarata. El matemático británico Alan Turing (1912-1954) fue uno de los científicos más brillantes del siglo XX y su obra sentó las bases de la informática actual. Su trabajo aceleró el final de la Segunda Guerra Mundial al vulnerar las comunicaciones alemanas rompiendo los códigos de las máquinas de cifrado nazis.


Los debates que se generaron en aquella época en torno a las futuras relaciones (beneficiosas o peligrosas) entre las nuevas máquinas y los humanos influyeron seguramente en la siguiente etapa de la investigación de Turing: la in­teligencia artificial. En 1950 publicaba un artículo clave para el futuro desarrollo de esta disciplina: Máquinas de computación e inteligencia.

El artículo, publicado en Mind, una revista de corte fi­losófico, estaba basado en una conferencia que Turing ha­bía pronunciado tres años atrás; empezaba con el epígrafe El juego de la imitación, y decía:

Propongo que se considere la siguiente cuestión: “¿Las máquinas pueden pensar?”. Para ello, lo primero sería dar definiciones del significado de los términos “máquina” y “pensar”. Estas definiciones pueden plantearse de manera que queden lo más alejado posible del uso habitual, pero esta acti­tud es peligrosa. Si los significados de las palabras “máquina” y “pensar” se obtienen del uso común, es difícil escapar de la conclusión de que el signi­ficado y la respuesta a la pregunta “¿las máquinas pueden pensar?” tendrá que ser rastreada en una encuesta estadística del tipo “sondeo de Gallup”. Pero esto es absurdo. Entonces, en vez de intentar dar ninguna definición, deberíamos quizá cambiar la pregunta por otra, que esté muy relacionada y que esté expresada en palabras relativamente precisas.

Tras esta introducción propone el método alternativo a la pregunta, lo que él llama el Juego de la imitación y que hoy conocemos más familiarmente como test de Turing, que se usa para averiguar si una máquina determinada puede ser tan inteligente como un ser humano. Esa era la propuesta de Turing: puestos a debatir si las máquinas pueden pensar, dejemos de reflexionar de manera teórica, atrapados en definiciones imposibles, cambiemos de tercio y veamos, de manera práctica, si una máquina se puede comportar de manera indistinguible de un ser humano.

Lea el artículo completo en:

Materia


Según 'Starcraft 2', la velocidad de rendimiento cognitivo entra en declive a los 24 años

Según un estudio de la Universidad Simon Fraser (Canadá), publicado en la revista Plos One, a los 24 años se alcanza el punto máximo en términos de desarrollo motor y cognitivo. A partir de esas edad empieza ya el declive.

Para realizar el estudio, se llevó a cabo un análisis de los registros de rendimiento online de 3.305 jugadores, con edades comprendidas entre los 16 y los 44 años de edad, con el videojuego Starcraft 2 (de Blizzard, los responsables de World of Warcraft). ¿Por qué Starcraft? Porque a juicio de los investigadores es una suerte de ajedrez de alta velocidad.


En consecuencia, se analizó de qué forma respondieron los jugadores a sus oponentes y qué tiempo emplearon para reaccionar en base a miles de horas de las estrategias cognitivas en tiempo real. Los resultados los resume Joe Thompson, autor principal del estudio:
después de los 24 años, los jugadores muestran una desaceleración en sus reacciones; esta disminución del rendimiento cognitivo estaba presente incluso en los jugadores con más habilidad.
La buena noticia es que la experiencia adquirida con los años también provoca que nos desenvolvamos con más eficiencia, lo cual hace compensar la pérdida de velocidad originada por la edad.
Si tienes 39 años, y compites contra un persona de 24 años, y los dos están en el mismo nivel de habilidad, se espera que el efecto de la edad compense una gran parte de tu desempeño.
Con todo aún hay lagunas, como un sesgo sexual: sólo 20 de los 3.000 participantes eran mujeres.

Fuente:

Xakata Ciencia

5 de abril de 2014

Las actuales técnicas para enseñar hábitos de estudio están quedando obsoletas

Estudiar siempre en el mismo escritorio, mantenerlo ordenado y sin ningún estímulo externo es la máxima que le han repetido a niños y jóvenes. La promesa es que esa práctica los convertiría en buenos estudiantes. Sin embargo, todo eso podría quedar en el olvido.

Según un artículo de The New York Times, una serie de estudios han destruido las antiguas reglas para adquirir buenos hábitos de estudio.

Robert A. Bjork, psicólogo de la Universidad de California, asegura que cuando el ambiente donde se estudia cambia, "la información se enriquece y el proceso de olvido se hace más lento".

Junto a un equipo de expertos separó en dos a un grupo de alumnos. Los primeros estudiaron dos días seguidos en el mismo espacio, mientras que los segundos cambiaron de locación. Luego, midieron los conocimientos de ambos grupos. Sorprendentemente, los que cambiaron de lugar de estudio tuvieron un mejor aprendizaje.

Validar científicamente las creencias populares sobre educación es clave, opina la doctora Valeria Rojas. "Es común que a los niños con déficit atencional se les pida que estén quietos y tranquilos en su silla, pero una investigación reciente descubrió que estos pequeños se concentran más cuando se mueven", comenta. Por eso, recomienda no inhibir a un niño cuando agita la pierna o el lápiz mientras estudia.

Constanza Garcés, psicopedagoga, asegura que los niños de hoy están acostumbrados a tener más estímulos. "Es difícil pedirles que estén una hora y media sentados realizando una sola actividad, sin distracciones".

Otra de las investigaciones citadas por The New York Times comprobó que estudiar un mismo tipo de ejercicios matemáticos es menos eficiente que estudiar varios temas intercalados. De biología pasar a geografía, por ejemplo, no está mal. No agota, renueva el interés y la atención.

A raíz de esta conclusión, Garcés propone "optar por asignaturas integradas, por ejemplo, juntar razonamiento lógico con otras habilidades".

Valeria Rojas recuerda la importancia de no realizar sesiones "maratónicas" de estudio. "En vez de estudiar por muchas horas una sola materia, es preferible hacerlo por poco tiempo y de manera espaciada. Pero también se sabe que el niño retiene el 90% de lo aprendido si repasa la materia después del colegio. Esto incluso puede ser más potente", agrega. Eso sí, antes de entrar al colegio, la mente ya puede comenzar a entrenarse para aprender más fácilmente.

Según la doctora Rojas inculcar el hábito de la lectoescritura es clave, ya que "no lo trae el cerebro de forma innata (como el habla) y debe aprenderse. Por eso, los especialistas debemos orientar a los padres para que este proceso adquirido se realice de la mejor forma".

Para ello propone enseñarles desde preescolar una forma lúdica de entender la lectura, leyéndoles cuentos o mostrándoles libros con dibujos.

Para promover una buena enseñanza, Garcés también plantea formar comunidades de estudio entre los niños.

"Hay una tendencia a catalogar el mal rendimiento escolar como déficit atencional, siendo que hay otros factores que inciden en esto. El más importante son los malos hábitos en el hogar: la falta de sueño y el abuso de las pantallas les quita tiempo para dedicarse a otras actividades", sostiene.

Tomado de Río Negro On Line

Sicólogos identifican los mejores hábitos de estudio

Algunos hábitos o estrategias de estudio facilitan el aprendizaje, en cambio otros son una pérdida de tiempo y esfuerzo. Para  saber cuáles son los verdaderamente efectivos la revista Scientific American hizo esa sistematización revisando más de 700 artículos científicos para encontrar las 10 estrategias de estudio más frecuentes y evaluar su efectividad.  (Psychologists Identify the Best Ways to Study por John Dunlosky , Katherine A. Rawson , Elizabeth J. Marsh , Mitchell J. Nathan and Daniel T. Willingham; 29/10/2013)  

Los dos ganadores son las auto-pruebas y el estudio distribuido en el tiempo. En menor medida aunque también efectivos son el interrogatorio de re-elaboración, la auto explicación y el estudio alternativo. Veamos.

1. La auto- prueba: se trata de evaluarse entre pares o uno mismo con pruebas diseñadas por uno mismo, fuera de clase. Se puede usar tarjetas de vocabulario (físicos o digitales) o responder a las preguntas del final de un capítulo que aparecen en el libro. Cientos de experimentos muestran que la auto- prueba mejora el aprendizaje y la retención.  En uno de ellos se pidió a los universitarios que memoricen palabras por pares, la mitad de las cuales fueron objeto de estas auto-pruebas. Una semana más tarde los estudiantes recordaban 35% de las palabras auto-practicadas, comparado con el 4% de las que no estaban incluidas en la lista.

En otra demostración se le presentó a los estudiantes palabras traducidas del Swahili al Inglés, seguido de una revisión convencional del vocabulario y oro grupo hacía las auto pruebas. Los  primeros recordaron 36% de los ítems en cambio los de las auto pruebas recordaron 80%.

La teoría detrás de esto es que la auto práctica voluntaria hace disparar mecanismos mentales de búsqueda y procesamiento de información que se instalan en la memoria de largo plazo que activan diversas actividades relacionadas, formando múltiples patrones de memorización que hacen que sea más fácil acceder a esa información.

2.  Estudio distribuido en el tiempo: es mejor que el tradicional estudio masivo de última hora que suele producir un efecto de blanqueo o taponeo mental en el momento del examen.  En cambio, la distribución del material de aprendizaje a través del tiempo es mucho más eficaz.

Hay estudios que muestran que acumular aprendizajes a lo largo de 30 días produce performances muy superiores a las del estudio concentrado del día anterior al examen. Para recordar algo por una semana, los episodios de estudio deben estar separados por 12 a 24 horas;  para recordar algo por 5 años, los episodios de aprendizaje deben estar espaciados de 6 a 12 meses. Estos espaciamientos de largo plazo son ideales para retener los conceptos fundamentales requeridos para conformar una base para abordar conocimientos posteriores.

Los tres siguientes hábitos, como dije al inicio, tienen menos eficacia pero aún tienen utilidad.
3. Interrogatorio de re-elaboración: los niños por su propia naturaleza buscan explicaciones para entender el mundo que los rodea. Hay muchas evidencias que la reiteración de las preguntas sobe el  “por qué” de las cosas  facilita el aprendizaje por la re-elaboración continua de sus conocimientos. Los alumnos producen explicaciones de hechos  como  "¿Qué sentido tiene que... ? " o " ¿Por qué es cierto esto… ?" y eso ayuda a consolidar los aprendizajes.

4. Auto- Explicación: se estimula a los estudiantes para que generen explicaciones de lo que aprenden  produciendo una revisión mental con preguntas como "¿Qué nueva información te proporciona esto "  o “¿Cómo se relaciona esto con lo que ya sabes". Esto refuerza el aprendizaje.

5. Estudio alternado entre varios temas: a contrapelo de lo que diría el sentido común de que es   preferible estudiar cada materia en bloque de principio a fin, antes de pasar a la siguiente, las  investigaciones demuestran los beneficios de una práctica intercalada, en donde los estudiantes alternan una variedad de tipos de información o problemas sin quedarse atascados en cada uno de ellos. Esta alternancia “desintoxica la mente” y abre espacios para regresar a los temas después de destrabar la saturación producida por la acumulación de contenidos y estrés de aprendizaje  relacionados a un mismo tema.

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Creencias equivocadas sobre hábitos de estudio 

Tomado de:

Leon Trahtemberg

4 de abril de 2014

18 cosas que las personas altamente creativas no hacen igual que el resto

La creatividad funciona de una forma misteriosa y a menudo paradójica. El pensamiento creativo es una característica estable, que define algunas personalidades, pero que también puede cambiar dependiendo de la situación y del contexto. A veces, la inspiración y las ideas vienen sin más, y luego, cuando más las necesitamos, no aparecen; el pensamiento creativo requiere un conocimiento complejo, si bien es completamente independiente del proceso de pensamiento.

La neurociencia ofrece una imagen muy compleja de la creatividad. Según plantean los científicos, la creatividad no es tan simple como la división entre las regiones derecha e izquierda del cerebro (la teoría dice que el hemisferio cerebral izquierdo es racional y analítico, mientras que el derecho es creativo y emocional). De hecho, se piensa que la creatividad implica numerosos procesos cognitivos, vías neuronales y emociones; aún no disponemos de una panorámica completa que explique cómo funciona una mente imaginativa.

Psicológicamente hablando, los tipos de personalidad creativa son difíciles de determinar, sobre todo porque son complejos, paradójicos y tienden a evitar el hábito o la rutina. No se trata de generalizar el estereotipo del "artista torturado", pero sí es verdad que los artistas suelen tener una personalidad compleja. Las investigacionessugieren que la creatividad implica la unión de una multitud de rasgos, comportamientos e influencias sociales en una misma persona.

"Es cierto que a la gente creativa le resulta difícil conocerse a sí misma, puesto que el yo creativo es más complejo que el yo no creativo", informa Scott Barry Kaufman, psicólogo de la Universidad de Nueva York que ha pasado varios años investigando sobre la creatividad. "Las cosas que sobresalen más son las paradojas del yo creativo… Las personas con mucha imaginación tienen una mente más caótica".

Aunque no existe la definición exacta de la "típica" persona creativa, hay algunos rasgos y actitudes que caracterizan a las personas altamente creativas.

Estas son 18 cosas que las diferencian del resto.

Sueñan despiertos



A pesar de lo que sus profesores les dijeran, las personas creativas saben que soñar despiertos no es, en absoluto, una pérdida de tiempo.

Según Scott Barry Kaufman y la psicóloga Rebecca L. Mcmillan, ambos autores del artículo Ode To Positive Constructive Daydreaming [Oda a lo positivo y constructivo de soñar despierto], dejar que la mente merodee libremente puede contribuir al proceso de "incubación creativa". Por supuesto, muchos de nosotros sabemos por experiencia que las mejores ideas se nos ocurren de repente, cuando tenemos la mente en las nubes.

Aunque nos puede parecer que soñar despierto es una actividad sin sentido, un estudio de 2012 sugiere que, en realidad, dicho proceso va ligado a un estado cerebral muy dinámico y exigente, pues conlleva conexiones y percepciones en relación con nuestra habilidad para captar la información frente a las distracciones. También se ha descubierto que soñar despierto activa los mismos procesos cerebrales que se asocian a la imaginación y la creatividad.

Lo observan todo

Las personas creativas se comen el mundo; ven posibilidades en cualquier lugar y están constantemente recopilando información que pueda servir para la expresión creativa. Como solía decir Henry James, "nada se pierde" en la mente de un escritor.

La escritora Joan Didion siempre llevaba encima un cuaderno en el que anotaba cualquier observación sobre la gente y los acontecimientos con el fin de entender mejor las complejidades y contradicciones de su propia mente:

"Por muy diligentemente que anotemos lo que vemos a nuestro alrededor, el común denominador de todo lo que vemos es siempre, de forma transparente y desvergonzada, el implacable 'yo'", escribió Didion en su ensayo "Sobre tener un cuaderno de notas". "Estamos hablando de algo privado, de fragmentos de la cadena mental que son demasiado cortos para usarlos, de un ensamblaje indiscriminado y errático que solo reviste significado para quien lo lleva a cabo".

Elaboran sus propios horarios de trabajo a su medida

Muchos grandes artistas afirman que cuando mejor hacen su trabajo es o por la mañana temprano o a altas horas de la noche. Vladimir Nabokov empezaba a escribir inmediatamente después de levantarse, a las 6 o a las 7 de la mañana; Frank Lloyd Wright decía que se había acostumbrado a levantarse a las 3 o a las 4 de la mañana, ponerse a trabajar durante unas horas, y luego volverse a acostar. Independientemente de cuál sea su horario, los individuos altamente creativos suelen saber en qué momento del día su mente está más activa, y en función de esto, organizan sus días.

Se reservan unos momentos de soledad



"Para estar más abiertos a la creatividad, tenemos que ser capaces de usar nuestra soledad de forma constructiva. Debemos superar el miedo a estar solos", escribió el psicólogo existencialista estadounidense Rollo May.

Con frecuencia, se describe a los artistas como personas solitarias. Aunque no siempre se cumple, la soledad puede ser una de las claves para llevar a cabo obras maestras. Para Kaufman, podemos volver a relacionar esta idea con el hecho de soñar despiertos; tenemos que concedernos momentos de soledad y, simplemente, dejar volar nuestras mentes.

"Tienes que contactar con tu yo interior para poder expresar tus pensamientos más internos", explica. "Es difícil encontrar esa voz creativa si no mantienes ningún contacto con tu interior ni reflexionas sobre ti mismo".

Lea el artículo completo en:

Todo lo que nos ocultan

30 de marzo de 2014

Registran, por primera vez en video, el acto de percibir

Investigadores japoneses registran la actividad neuronal en el cerebro de un pez zebra, justo en el instante en que este percibe a su presa. 


Hace apenas unos años hubiese resultado un tanto surrealista la idea de estar videograbando el instante preciso en el que se consuma la percepción. El cerebro, ese enigmático e hipersofisticado órgano que rige buena parte de nuestra existencia –y tal vez incluso de nuestra realidad– ha mantenido innumerables secretos a salvo de la ciencia, erigiéndose como el mayor de los misterios inmersos en nuestra propia biología.

Recientemente un grupo de investigadores del Instituto Nacional de Genética en Japón, lograron documentar el momento en el que un pez zebra percibe la espontánea presencia de una presa. Lo anterior representa la primera vez que el acto de percibir es registrado desde la propia fuente, es decir, desde un plano neuronal. El “descubrimiento” fue reportado en la publicación científica Current Biology.

En un artículo titulado “Todos estamos alucinando todo el tiempo“, enfatizábamos en que la realidad, ese consenso masivo y psicocultural, en buena medida se produce a partir de nuestra percepción –la cual si bien es esencialmente individual, lo cierto es que se sintoniza colectivamente para convenir en referentes generales–:

“Quizá aquello que concebimos como realidad no es más que un espejismo de monumental sofisticación, una especie de paraíso de la simulación en donde nada es ‘en realidad’ lo que aparenta ser. Aquí partimos de la premisa que cualquier componente de esa abstracción no existe como tal, sino que llega a nosotros mediado a través de nuestra percepción —la cual en este contexto aparecería como un filtro traductor que nos permite interactuar con cualquier cosa que asumimos como algo externo (a pesar de que a fin de cuentas somos solo un todo) y que, como suele ocurrir cada vez que utilizamos un mediador, la versión original experimenta un  cierto grado de distorsión.”


Más allá de especular sobre la naturaleza perceptiva, o por el contrario definitiva, de la realidad, lo que parece indiscutible es que la percepción juega un rol fundamental en nuestra existencia y en la de todo aquel ser que accede a esta facultad –incluido, obviamente, el pez zebra–. En este sentido resulta épico el poder observar la actividad neuronal que acompaña el nacimiento de este acto (el percibir). 

A lo largo de los escasos seis segundos que dura el video, presenciamos una especie de rítmica electro-danza que, supongo, corresponde al diálogo que sostienen las neuronas justo en ese instante cuando el cerebro registra un “algo” sucediendo.

Pero aún más interesante será, sin menospreciar al pez zebra, tener acceso a este mismo fenómeno dentro del cerebro humano pues en ese caso, cuando se registre el influjo de data, el acto estará acompañado de miles de procesos complementarios que seguramente enriquecerán, visualmente, la ya de por si apasionante coreografía de luz que hoy hemos podido observar –por ejemplo el contraste de esa información recibida sobre un marco de referencias culturales que terminarán por asignar un valor específico a eso que se percibe”–. O que decir sobre la posibilidad de documentar un pensamiento, o una secuencia de ellos, ese arquetípico instante durante el cual, al menos una porción significativa de lo que llamamos realidad, se estaría gestando.

En todo caso resulta siempre estimulante avanzar un trecho en ese recorrido que nos separa de la hermética intimidad del cerebro. Y este acercamiento visual, que incluso resulta una experiencia estética (y que por su semejanza con un relámpago nos recuerda la correspondencia mico-macro). Así que, aludiendo a la figura del ouroborus, disfrutemos por ahora el percibir un acto de percepción. 

Fuente:

Pijama Surf

17 de febrero de 2014

Mantenerse sano incluso si fumas, bebes y no haces ejercicios (y no es broma)

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Desde que los doctores empezaron a enseñarle a la gente la importancia de dejar de fumar, moderarse el consumo de alcohol, llevar una dieta nutritiva y basada en vegetales y a cuidar su peso, millones de personas experimentan una culpa tremenda por sus hábitos no saludables. Sin embargo, la culpa no sirve de mucho en estos casos y no ha llevado a mejoras significativas en el público en general. Aunque muchas personas, y quizás cada vez más, lleven un estilo de vida medianamente saludable, otras tantas escogen no hacerlo.

La doctora Lissa Rankin, en su libro Mind Over Medicine: Scientific Proof That You Can Heal Yourself llevó a cabo un experimento interesante en torno a esto. En él argumenta que, mientras sí es importante llevar una vida sana y hacer algunas modificaciones para tener mayor bienestar, existen factores críticos que contribuyen a la salud y a la longevidad y que nada tienen que ver con los hábitos alimenticios o con los vicios. Como ejemplo de ello, Rankin cuenta la historia de los inmigrantes italianos que se establecieron en Roseto, Pensilvania, y que no llevaban un estilo de vida que se consideraría ni remotamente “sano”.

“Comían albóndigas fritas en manteca, fumaban como chimeneas, bebían mucho todas las noches y abusaban de la pizza y la pasta. Sin embargo, sorprendentemente, tenían la mitad de índice de padecimientos del corazón que el promedio nacional. No era el agua que bebían, los hospitales a los que iban o su ADN”, apunta la doctora. Un médico, perplejo por la ausencia de problemas del corazón en este grupo, inició una investigación y descubrió que esta pequeña y cerrada comunidad vivía en hogares multigeneracionales y disfrutaba de cenas comunales y festividades frecuentes, y ello les proporcionaba consuelo de la soledad que tantas personas sienten.

De acuerdo a la investigación, los efectos de la soledad en el cuerpo pueden ser fatales. Esta comunidad italiana, el cariño y el soporte de los demás aliviaba el estrés que sienten los solitarios, el cual incrementa los niveles de cortisol y activa el sistema nervioso simpático, que a su vez incrementa el ritmo cardiaco, eleva la presión arterial, incapacita al sistema inmune e incrementa el riesgo de enfermedades del corazón.
Ya que la gente de Roseto nunca se sintió sola, rara vez moría de problemas del corazón; la mayoría murió de viejo incluso si fumaba, se alimentaba mal y bebía. Resulta que el alivio de la soledad es medicina preventiva, y los datos científicos sugieren que la soledad es un factor mucho más grave que fumar o no hacer ejercicio.

La doctora Rankin enfatiza que no es sólo la soledad la que contribuye al hecho de enfermarse o estar sano, es el estrés del trabajo, el estrés financiero y asuntos de salud mental como depresión y ansiedad. Una persona que se alimenta mal, fuma y nunca se ejercita, pero que disfruta de un matrimonio o un noviazgo increíble, muchos amigos, un trabajo satisfactorio, un sentido de vida, una actividad creativa, espiritualidad y una gran vida sexual podría tener mucho mejor salud que alguien vegetariano, yogui y solitario que se siente miserable en otros aspectos de la vida, de acuerdo a esta investigación.

Así, no es que este estudio sugiera que los malos hábitos y los vicios sean el secreto para una vida larga y placentera, sino que recomienda que empecemos a pensar acerca de nuestra salud más allá de los confines tradicionales y las “modas” con las que la mayoría de las personas definen “salud”.

En este TEDx talk la doctora Rankin ahonda en esta teoría:



Fuente: Pijama Surf

4 de febrero de 2014

Yo tengo razón, tú estás equivocado (o por qué somos adictos a tener razón)

Somos adictos a "tener razón", pero quedar cautivos de nuestras opiniones es un trampa


Escuchar a los demás es prueba de empatía y respeto, claves para crecer y estar en paz

La mayoría de nosotros creemos que podemos cambiar lo que los demás piensan; de otro modo, no pasaríamos tanto tiempo en la vida dándole vueltas a “qué opinan los demás de nosotros” y tratando de mejorar su juicio sobre nuestra persona. Eleanor Roosevelt dijo: “Nadie puede hacer que te sientas inferior si tú no lo permites”. Esta afirmación pone el foco de atención hacia nosotros mismos y no en los demás; por ello, quizá el único pensamiento que precisa ser cambiado es la creencia de que “los demás deberían pensar diferente”.

Querer tener razón es la enfermedad crónica de la humanidad, seguramente una de las causas que han enfrentado más a las personas, las naciones y las religiones organizadas del planeta. La posesión de las personas por sus propias ideas es siempre una causa de sufrimiento. El problema, al consistir las creencias en “posesiones mentales” no visibles, ha sido buscar la solución a nuestras diferencias tratando de cambiar a los demás antes que examinar la causa real de los conflictos (la necesidad de tener razón).

En demasiadas ocasiones comprobamos cómo querer imponer nuestras razones y opiniones a los demás nos cuesta caro. Tal vez logremos desautorizar las ideas de alguien, pero al final acabamos con una razón más y un amigo menos. ¿Vale la pena? Seguramente no. El resultado es que querer estar siempre en posesión de la verdad consume una gran cantidad de energía y tiempo que nos impide disfrutar de los demás y de la paz mental de saber que en el fondo todos tenemos nuestra propia lógica.

¿Es mejor tener razón a toda costa antes que ser feliz? Que cada uno responda esta pregunta con sinceridad.

Una creencia es algo a lo que te aferras
porque crees que es verdad”
Deepak Chopra
La perspectiva materialista o newtoniana del universo nos conduce a cosificar todo con lo que entramos en contacto, ya sea algo material o inmaterial. Incluso lo no material, como un pensamiento, acaba tomando forma y se convierte en objeto de conflicto. Así, una idea o una creencia se acaban convirtiendo en una posesión, una propiedad, algo que debe ser defendido para que no perezca.

Todo pensamiento consciente, repetido durante un tiempo, se convierte en un programa mental invisible. Con el tiempo acumulamos opiniones, creencias, que pasan a conformar lo que llamamos identidad construida o ego. Si alguien agrede esas posesiones mentales, en realidad es como si lanzara un ataque personal, porque confundimos pensamiento e identidad. No parece sensato confundir lo que somos con lo que pensamos, pero esto no lo tienen tan claro quienes se aferran a sus creencias con desesperación.
Tener opiniones es normal, también tener gustos y preferencias… pero que esas ideas y predilecciones le tengan a uno cautivo o secuestrado es una trampa. El libre pensamiento es una conquista humana, pero la libertad de opinión se convierte en una desventaja cuando las posiciones mentales impiden abrirse a nuevas perspectivas o puntos de vista que no concuerdan con las propias.

La pregunta ¿somos nuestras creencias? se responde con un rotundo no. Desde luego, tenemos convicciones, pero en esencia no somos lo que pensamos; a un nivel profundo y esencial, nuestras opiniones no pueden definirnos. Pero llegar a esta claridad no es sencillo ni rápido. De hecho, los conflictos del mundo son tanto disputas por pertenencias materiales (cosas) como por posesiones inmateriales (ideales). Cuando entendemos que tenemos una mente y la usamos, pero que no somos esta, nos liberamos de su contenido y nos autoexcluimos de cualquier conflicto y, por tanto, sufrimiento.

Lea el artículo completo en:

El País Ciencia

19 de enero de 2014

Michael Shermer: ¿Por qué la gente cree en cosas raras?



Nuestro cerebro está predispuesto a encontrar patrones. Cuando ignoramos algo, no rellenamos la laguna de ignorancia con un “no lo sé, voy a investigarlo”, sino con un mito. Si vemos algo en el cielo u oímos un sonido inquietante en una casa abandonada, nos olvidamos de las razones más probables (un efecto óptico, una mesa ajada crujiendo) y elucubramos sobre razones más improbables pero que coyunturalmente están de moda (extraterrestres inteligentes y fantasmas). Pervertimos la expresión “si no puedes verlo, no significa que no exista” (algo que es cierto, porque la mayoría de nosotros no hemos estado en Japón y creemos que existe; la mayoría de nosotros no ha visto un átomo y cree que existe) y lo universaliza hacia cualquier tipo de creencias que mantenga un número suficiente de personas, aunque no exista ninguna evidencia científica al respecto (ovnis, unicornios, gnomos, etc.). Se nos olvida que la carga de la prueba está en el que afirma un hecho extraordinario, no en el que lo niega, porque es imposible que me demostréis que en mi casa vive un dragón rosa invisible que sólo yo puedo ver. Convertimos las anécdotas en categoría, y las correlaciones en vínculos causales.

Sobre algunos de estos asuntos habla en la siguiente TEDtalk el gran divulgador Michael Shermer, fundador de la Skeptic Society y de la revista Skeptic, cuya charla se llama exactamente como su libro, que ya reseñamos por aquí. Y, además, toda la charla de Shermer está jalonada de bromas y chascarrillos, como la nueva versión que Katie Melua elabora de una de sus canciones para ser científicamente consecuente.


Fuente:

Xakata Ciencia
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