La creatividad funciona de una forma misteriosa y a menudo paradójica.
El pensamiento creativo es una característica estable, que define
algunas personalidades, pero que también puede cambiar dependiendo de la situación y del contexto.
A veces, la inspiración y las ideas vienen sin más, y luego, cuando más
las necesitamos, no aparecen; el pensamiento creativo requiere un
conocimiento complejo, si bien es completamente independiente del
proceso de pensamiento.
La neurociencia ofrece una imagen muy compleja de la creatividad.
Según plantean los científicos, la creatividad no es tan simple como la
división entre las regiones derecha e izquierda del cerebro (la teoría
dice que el hemisferio cerebral izquierdo es racional y analítico,
mientras que el derecho es creativo y emocional). De hecho, se piensa
que la creatividad implica numerosos procesos cognitivos, vías
neuronales y emociones; aún no disponemos de una panorámica completa que
explique cómo funciona una mente imaginativa.
Psicológicamente
hablando, los tipos de personalidad creativa son difíciles de
determinar, sobre todo porque son complejos, paradójicos y tienden a
evitar el hábito o la rutina. No se trata de generalizar el estereotipo
del "artista torturado", pero sí es verdad que los artistas suelen tener
una personalidad compleja. Las investigacionessugieren que la creatividad implica la unión de una multitud de rasgos, comportamientos e influencias sociales en una misma persona.
"Es
cierto que a la gente creativa le resulta difícil conocerse a sí misma,
puesto que el yo creativo es más complejo que el yo no creativo",
informa Scott Barry Kaufman, psicólogo de la Universidad de Nueva York
que ha pasado varios años investigando sobre la creatividad. "Las cosas
que sobresalen más son las paradojas del yo creativo… Las personas con
mucha imaginación tienen una mente más caótica".
Aunque no existe
la definición exacta de la "típica" persona creativa, hay algunos
rasgos y actitudes que caracterizan a las personas altamente creativas.
Estas son 18 cosas que las diferencian del resto.
Sueñan despiertos
A
pesar de lo que sus profesores les dijeran, las personas creativas
saben que soñar despiertos no es, en absoluto, una pérdida de tiempo.
Según Scott Barry Kaufman y la psicóloga Rebecca L. Mcmillan,
ambos autores del artículo Ode To Positive Constructive Daydreaming
[Oda a lo positivo y constructivo de soñar despierto], dejar que la
mente merodee libremente puede contribuir al proceso de "incubación
creativa". Por supuesto, muchos de nosotros sabemos por experiencia que
las mejores ideas se nos ocurren de repente, cuando tenemos la mente en
las nubes.
Aunque nos puede parecer que soñar despierto es una actividad sin sentido, un estudio de 2012
sugiere que, en realidad, dicho proceso va ligado a un estado cerebral
muy dinámico y exigente, pues conlleva conexiones y percepciones en
relación con nuestra habilidad para captar la información frente a las
distracciones. También se ha descubierto que soñar despierto activa los mismos procesos cerebrales que se asocian a la imaginación y la creatividad.
Lo observan todo
Las
personas creativas se comen el mundo; ven posibilidades en cualquier
lugar y están constantemente recopilando información que pueda servir
para la expresión creativa. Como solía decir Henry James, "nada se pierde" en la mente de un escritor.
La
escritora Joan Didion siempre llevaba encima un cuaderno en el que
anotaba cualquier observación sobre la gente y los acontecimientos con
el fin de entender mejor las complejidades y contradicciones de su
propia mente:
"Por muy diligentemente que anotemos lo que vemos a
nuestro alrededor, el común denominador de todo lo que vemos es siempre,
de forma transparente y desvergonzada, el implacable 'yo'", escribió
Didion en su ensayo "Sobre tener un cuaderno de notas".
"Estamos hablando de algo privado, de fragmentos de la cadena mental
que son demasiado cortos para usarlos, de un ensamblaje indiscriminado y
errático que solo reviste significado para quien lo lleva a cabo".
Elaboran sus propios horarios de trabajo a su medida
Muchos grandes artistas afirman que cuando mejor hacen su trabajo es o por la mañana temprano o a altas horas de la noche. Vladimir Nabokov empezaba a escribir inmediatamente después de levantarse,
a las 6 o a las 7 de la mañana; Frank Lloyd Wright decía que se había
acostumbrado a levantarse a las 3 o a las 4 de la mañana, ponerse a
trabajar durante unas horas, y luego volverse a acostar.
Independientemente de cuál sea su horario, los individuos altamente
creativos suelen saber en qué momento del día su mente está más activa, y
en función de esto, organizan sus días.
Se reservan unos momentos de soledad
"Para
estar más abiertos a la creatividad, tenemos que ser capaces de usar
nuestra soledad de forma constructiva. Debemos superar el miedo a estar
solos", escribió el psicólogo existencialista estadounidense Rollo May.
Con
frecuencia, se describe a los artistas como personas solitarias. Aunque
no siempre se cumple, la soledad puede ser una de las claves para
llevar a cabo obras maestras. Para Kaufman, podemos volver a relacionar
esta idea con el hecho de soñar despiertos; tenemos que concedernos
momentos de soledad y, simplemente, dejar volar nuestras mentes.
"Tienes
que contactar con tu yo interior para poder expresar tus pensamientos
más internos", explica. "Es difícil encontrar esa voz creativa si no
mantienes ningún contacto con tu interior ni reflexionas sobre ti
mismo".
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