Sí. Y esos cambios pueden ser tanto al corto plazo, durante la meditación misma, como al largo plazo, tras años de practicarla.
Todas las formas de meditación incluyen entrenar la atención. La meditación "abierta" implica prestarle la misma atención a todo, sin juzgar o distraerse.
La meditación "cerrada" o "concentrativa" conlleva prestarle atención intensa y fija a una sola cosa, como a la respiración, a un sonido o a un sentimiento.
En línea con esto, los escáneres de cerebro muestran un incremento de la actividad en partes de la corteza frontal asociadas con control atencional y con otras áreas, dependiendo del tipo de meditación.
Las respuestas emocionales también resultan afectadas y hay registro de un incremento de la actividad en los circuitos subyacentes a las emociones positivas y al control de emociones.
Estudiar los efectos al largo plazo es más difícil, ya que los resultados deben medirse tras años de meditación y la gente que aprende a meditar y persevera en ello es distinta a la gente que lo hace en un contexto de corto plazo.
Con todo, los datos sugieren que la meditación a largo plazo muestra más actividad coherente a través de distintas áreas del cerebro y que éste envejece más lento.
Fuente:
BBC Ciencia