Algunos hábitos o estrategias de
estudio facilitan el aprendizaje, en cambio otros son una pérdida de
tiempo y esfuerzo. Para saber cuáles son los verdaderamente efectivos
la revista Scientific American hizo esa sistematización revisando más de
700 artículos científicos para encontrar las 10 estrategias de estudio
más frecuentes y evaluar su efectividad. (Psychologists Identify the Best Ways to Study por John Dunlosky , Katherine A. Rawson , Elizabeth J. Marsh , Mitchell J. Nathan and Daniel T. Willingham; 29/10/2013)
Los
dos ganadores son las auto-pruebas y el estudio distribuido en el
tiempo. En menor medida aunque también efectivos son el interrogatorio
de re-elaboración, la auto explicación y el estudio alternativo.
Veamos.
1. La auto- prueba: se trata de evaluarse entre pares o
uno mismo con pruebas diseñadas por uno mismo, fuera de clase. Se puede
usar tarjetas de vocabulario (físicos o digitales) o responder a las
preguntas del final de un capítulo que aparecen en el libro. Cientos de
experimentos muestran que la auto- prueba mejora el aprendizaje y la
retención. En uno de ellos se pidió a los universitarios que memoricen
palabras por pares, la mitad de las cuales fueron objeto de estas
auto-pruebas. Una semana más tarde los estudiantes recordaban 35% de las
palabras auto-practicadas, comparado con el 4% de las que no estaban
incluidas en la lista.
En otra demostración se le presentó a los
estudiantes palabras traducidas del Swahili al Inglés, seguido de una
revisión convencional del vocabulario y oro grupo hacía las auto
pruebas. Los primeros recordaron 36% de los ítems en cambio los de las
auto pruebas recordaron 80%.
La teoría detrás de esto es que la
auto práctica voluntaria hace disparar mecanismos mentales de búsqueda y
procesamiento de información que se instalan en la memoria de largo
plazo que activan diversas actividades relacionadas, formando múltiples
patrones de memorización que hacen que sea más fácil acceder a esa
información.
2. Estudio distribuido en el tiempo: es mejor que el
tradicional estudio masivo de última hora que suele producir un efecto
de blanqueo o taponeo mental en el momento del examen. En cambio, la
distribución del material de aprendizaje a través del tiempo es mucho
más eficaz.
Hay estudios que muestran que acumular aprendizajes a
lo largo de 30 días produce performances muy superiores a las del
estudio concentrado del día anterior al examen. Para recordar algo por
una semana, los episodios de estudio deben estar separados por 12 a 24
horas; para recordar algo por 5 años, los episodios de aprendizaje
deben estar espaciados de 6 a 12 meses. Estos espaciamientos de largo
plazo son ideales para retener los conceptos fundamentales requeridos
para conformar una base para abordar conocimientos posteriores.
Los tres siguientes hábitos, como dije al inicio, tienen menos eficacia pero aún tienen utilidad.
3.
Interrogatorio de re-elaboración: los niños por su propia naturaleza
buscan explicaciones para entender el mundo que los rodea. Hay muchas
evidencias que la reiteración de las preguntas sobe el “por qué” de las
cosas facilita el aprendizaje por la re-elaboración continua de sus
conocimientos. Los alumnos producen explicaciones de hechos como "¿Qué
sentido tiene que... ? " o " ¿Por qué es cierto esto… ?" y eso ayuda a
consolidar los aprendizajes.
4. Auto- Explicación: se estimula a
los estudiantes para que generen explicaciones de lo que aprenden
produciendo una revisión mental con preguntas como "¿Qué nueva
información te proporciona esto " o “¿Cómo se relaciona esto con lo que
ya sabes". Esto refuerza el aprendizaje.
5. Estudio alternado
entre varios temas: a contrapelo de lo que diría el sentido común de que
es preferible estudiar cada materia en bloque de principio a fin,
antes de pasar a la siguiente, las investigaciones demuestran los
beneficios de una práctica intercalada, en donde los estudiantes
alternan una variedad de tipos de información o problemas sin quedarse
atascados en cada uno de ellos. Esta alternancia “desintoxica la mente” y
abre espacios para regresar a los temas después de destrabar la
saturación producida por la acumulación de contenidos y estrés de
aprendizaje relacionados a un mismo tema.
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Tomado de:
Leon Trahtemberg