Rizomas tostados hallados en Lebombo (Sudáfrica) muestran cómo los 'sapiens' cocinaban vegetales que les ayudaron en su expansión.
El hallazgo de una serie de tallos tostados prueba que los humanos ya
cocinaban plantas hace al menos 170.000 años. Las muestras serían
rizomas o tubérculos de una especie de patata. Aunque se pueden comer
crudos, multiplican su aporte nutricional una vez cocinados. Para las
autoras del descubrimiento, los restos chamuscados de la fotografía
debieron ser parte fundamental del desarrollo de la dieta humana y de la
propia evolución de la especie.
"Se trata de las partes subterráneas de plantas comestibles más
antiguas halladas en el mundo", afirma la investigadora del Instituto de
Estudios de la Evolución de la Universidad de Witwatersrand
(Johannesburgo, Sudáfrica) y principal autora de la investigación, Lyn Wadley.
La observación al microscopio y su comparación con varias especies
actuales ha permitido a Wadley y sus colegas determinar que 55 de las
muestras analizadas serían rizomas de Hypoxis angustifolia,
planta que pertenece al género de las patatas africanas. "Aún se comen
hoy en muchas zonas rurales de África cocinándolas sobre las ascuas de
una hoguera", añade. De hecho, los restos encontrados en una cueva de la
cordillera de Lebombo, en el nordeste de Sudáfrica, estaban entre las
cenizas de un fuego.
Gracias a varias técnicas de datación y a su posición en el estrato,
las autoras del estudio estiman que los tallos fueron asados hace unos
170.000 años, con un margen de error de unos pocos miles de años. "Se
han hallado semillas aún más antiguas en otros yacimientos", aclara Wadley. "Pero la relevancia de los rizomas de Hypoxis es que son ricos en almidón (como las patatas) y altamente nutritivos", añade la veterana arqueóloga.
El almidón es el carbohidrato de reserva de la mayoría de los
vegetales y en el intestino humano tiene un papel que resulta vital.
Como recuerda la investigadora sudafricana, la carne de caza africana es
muy magra y escasa en grasas, en especial en la temporada seca. "Las
proteínas de la carne magra no pueden ser metabolizadas por los humanos
si no intervienen los carbohidratos o las grasas", dice. Así que la
incorporación de los azúcares de los rizomas de H. angustifolia habría permitido a los primeros Homo sapiens procesar las proteínas y obtener una dieta más equilibrada.
Lyn apunta un detalle en apariencia menor: "Una vez cocinados, son
más fáciles de pelar y la fibra se descompone, haciendo que los rizomas
sean más digeribles. Esos beneficios debieron ser relevantes para los
mayores del grupo y para los más pequeños". Sobre este hecho argumenta:
"Al ser los miembros más vulnerables, no formarían parte de las salidas a
recolectar, debiendo esperar en la cueva. El hecho de que la comida
fuera transportada hasta el hogar y luego cocinada aporta información
extra sobre la conducta social y cómo compartían hace 170.000 años".
Las autoras de la investigación, publicada en Science,
aportan otro elemento en sus conclusiones. Los humanos necesitan un
mínimo de 100 gramos de carbohidratos al día para que su órgano
estrella, el cerebro, funcione de forma óptima. Con estos rizomas
podrían cubrir sus necesidades. "Por los huesos de animales que hemos
encontrado, sabemos que los habitantes de la cueva también comían
carne", comenta Lyn y añade: "Los Homo sapiens tienen cerebros
grandes y exigentes [en energía], pero intestinos pequeños (comparados
con homininos anteriores). La única manera de mantener esta relación era
que comieran comida de gran calidad". Lyn también recuerda que la Hypoxis angustifolia se da en casi toda África, así que bien pudo ser un sostén en la expansión humana por el continente y más allá.
Con información de: El País (España)
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6 de enero de 2020
4 de diciembre de 2019
El muchacho que quedó casi ciego por comer solo papas fritas
¿No te quieres comer las verduras? Dejame que te cuente una historia, pero debo advertirte que es una terrible y real historia....
Un joven británico de 17 años sufrió una
irreparable pérdida de la visión
por llevar una dieta basada en papas fritas.
Desde que dejó la escuela primaria, el adolescente había estado comiendo
solo papas fritas, Pringles y pan blanco,
además de
ocasional
mente algo
de jamón o salchicha.
Las pruebas realizadas por médicos de
Bristol, en el suroeste de Inglaterra, revelaron que el joven tenía
graves deficiencias de vitaminas y daños por desnutrición.
El adolescente, que no puede ser identificado, visitó a su médico de cabecera a los 14 años porque se sentía cansado y mal.
En ese momento le diagnosticaron
deficiencia de vitamina B12
y le recetaron suplementos dietarios, pero no siguió con el tratamiento ni mejoró su mala dieta.
Tres años más tarde, fue llevado al Hospital Bristol Eye debido a la pérdida progresiva de la vista, informa la revista médica
Annals of Internal Medicine
, del Colegio de Médicos estadounidense.
"Su dieta era esencialmente una porción de
papas fritas de un restaurante de comida rápida y papas fritas de
paquete todos los días. También solía comer Pringles y algunas veces
rebanadas de pan blanco y ocasionalmente jamón.
No comía ninguna fruta y verdura
", describió la doctora Denize Atan, quien lo atendió en el hospital.
El joven no tenía sobrepeso o bajo peso, pero estaba
gravemente desnutrido.
"Había perdido minerales de sus huesos, lo cual es realmente impactante para una persona de su edad".
En cuanto a su pérdida de visión, cumplió con todos los criterios para considerarlo ciego.
Atan dijo que, afortunadamente, casos como este son poco comunes, pero
advirtió a los padres que deben ser conscientes del potencial daño que puede causar la alimentación selectiva
y tienen que buscar ayuda de expertos.
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12 de octubre de 2018
Agricultor cusqueño mantiene vigentes más de 300 variedades de papa
Agricultor cusqueño Manuel Choque gana premio Summum a mejor productor
por mantener vigente el cultivo de numerosas variedades antiguas de papa
nativa.
Para Manuel Choque todo comenzó como un pasatiempo. En la parcela familiar se sembraba papa. En cada feria agropecuaria que iba veía distintas variedades de este tubérculo y sentía curiosidad por experimentar con ellas en la tierra de su padre.
350 variedades de papa nativa cultiva y comercia Manuel Choque.
Fuente: Agencia Andina (Perú)
Para Manuel Choque todo comenzó como un pasatiempo. En la parcela familiar se sembraba papa. En cada feria agropecuaria que iba veía distintas variedades de este tubérculo y sentía curiosidad por experimentar con ellas en la tierra de su padre.
Empezó con 15 tipos de papa. Hoy, los Choque cultivan más de 20 veces ese número de variedades.
Esa
pasión le ha valido a este agricultor lograr el premio gastronómico
Summum como “Mejor productor del año”. Sin embargo, el camino para
llegar a este reconocimiento no ha sido fácil.
El agricultor contó a la Agencia de Noticias Andina que tuvo que bregar mucho para conseguir un nicho del mercado y volver rentable su afición.
Cultura viva
Choque
explicó que cada comunidad andina ha adaptado el tubérculo a las
condiciones particulares de su terreno. Por ello, afirma, existen tantos
tipos de papa.
El especialista refiere que
estos saberes provienen de la época prehispánica. No obstante,
manifiesta que prevalece en la actualidad un prejuicio hacia estas papas
llamadas nativas.
Narró que es difícil
comerciar los distintos tipos de papa cuando solo son conocidos en su
zona de producción. Incluso, cuenta que en algún momento tuvo que
sacrificar una cosecha de 30 toneladas y la dio como forraje para
animales, pues nadie le compraba.
Eso cambió
hace un par de años, cuando descubrió un filón para colocar su
producción: los hoteles y restaurantes para turistas de la ciudad de
Cusco.
Moderno y tradicional
Choque
refiere que estudió Agronomía en la universidad, para luego trabajar en
el Instituto Nacional de Innovación Agraria y en el Centro
Internacional de la Papa.
Allí aprendió
técnicas de mejoramiento genético. Una de sus metas es romper el mito de
la pobreza en nutrientes del tubérculo andino.
De
acuerdo con Choque, en los terrenos de su familia emplean tecnología
moderna, pero también se respetan las tradiciones ancestrales, como el
pago a la tierra. Asimismo, echan mano de técnicas tradicionales aún
vigentes.
Fuente: Agencia Andina (Perú)
27 de agosto de 2018
¿Podríamos sobrevivir comiendo únicamente papas?
Si habéis visto como yo, la famosa película “The Martian” (En España simplemente Marte)
recordaréis que el protagonista, un astronauta llamado Mark Watney
(interpretado por Matt Damon) logra sobrevivir solo y abandonado en el
planeta rojo, con el único sustento de unas patatas que él mismo cultivó.
Cierto, hablamos de una obra de ficción, pero lo cierto es que no resulta descabellado del todo emplear el suelo marciano para cultivar alimentos. De hecho, al menos un simulacro de suelo marciano con el que ha trabajado la NASA demostró ser lo suficientemente bueno como para cultivar lechugas.
Pero vamos al asunto clave. ¿Podría una persona sobrevivir únicamente a base de patatas? Sabemos bien los desastres que la ausencia de este tubérculo puede suponer en economías agrarias poco diversificadas. La historia de la gran hambruna irlandesa a mediados del sigo XIX y sus dos millones de muertos está ahí para quien quiera consultarla, pero lo cierto es que los irlandeses comían (al menos aquellos que podían) algo más que patatas, luego no es el ejemplo perfecto si lo que buscamos es respuestas.
Pese a la demonización popular que sufre este alimento, un icono de los “supuestamente perniciosos” hidratos de carbono, en 2016, Andrew Taylor sobrevivió comiendo únicamente patatas, y por lo que puedo leer sus analíticas trimestrales resultaron del todo normales.
Técnicamente, la patata blanca tradicional contiene todos los aminoácidos esenciales que nuestro cuerpo necesita para construir proteínas, reparar las células y combatir las enfermedades. Y comer cinco patatas al día bastarían para mantenerse. Sin embargo, si uno intenta sobrevivir de forma sostenida alimentándose únicamente de patata blanca, en última instancia acabarían por aparecer déficits de algunas vitaminas y minerales.
Pero si hacemos un juego de palabras y añadimos a la dieta otro tipo de tubérculo al que se conoce como patata dulce (pese a que la Ipomoea batatas no es taxonómicamente una patata, sino su pariente la batata) entonces se incrementa la probabilidad de que un consumidor de “patatas” obtenga su dosis diaria recomendable de vitamina E y especialmente de vitamina A (la sustancia por la que tu madre te obligaba a comer zanahorias de crío para ver mejor).
Puede que la dieta a base de patata blanca y patata dulce fuera aburrida, pero siguiéndola al menos te asegurarías de esquivar esa horrible enfermedad que afectaba a los marinos por falta de vitamina C: el escorbuto.
En fin, a la espera de que los expertos en nutrición de Naukas me corrijan, la respuesta al titular de este post (con la triquiñuela de la batata incluida) debería entonces ser un “sí”.
Fuente:
Mailkenais Blog
Cierto, hablamos de una obra de ficción, pero lo cierto es que no resulta descabellado del todo emplear el suelo marciano para cultivar alimentos. De hecho, al menos un simulacro de suelo marciano con el que ha trabajado la NASA demostró ser lo suficientemente bueno como para cultivar lechugas.
Pero vamos al asunto clave. ¿Podría una persona sobrevivir únicamente a base de patatas? Sabemos bien los desastres que la ausencia de este tubérculo puede suponer en economías agrarias poco diversificadas. La historia de la gran hambruna irlandesa a mediados del sigo XIX y sus dos millones de muertos está ahí para quien quiera consultarla, pero lo cierto es que los irlandeses comían (al menos aquellos que podían) algo más que patatas, luego no es el ejemplo perfecto si lo que buscamos es respuestas.
Pese a la demonización popular que sufre este alimento, un icono de los “supuestamente perniciosos” hidratos de carbono, en 2016, Andrew Taylor sobrevivió comiendo únicamente patatas, y por lo que puedo leer sus analíticas trimestrales resultaron del todo normales.
Técnicamente, la patata blanca tradicional contiene todos los aminoácidos esenciales que nuestro cuerpo necesita para construir proteínas, reparar las células y combatir las enfermedades. Y comer cinco patatas al día bastarían para mantenerse. Sin embargo, si uno intenta sobrevivir de forma sostenida alimentándose únicamente de patata blanca, en última instancia acabarían por aparecer déficits de algunas vitaminas y minerales.
Pero si hacemos un juego de palabras y añadimos a la dieta otro tipo de tubérculo al que se conoce como patata dulce (pese a que la Ipomoea batatas no es taxonómicamente una patata, sino su pariente la batata) entonces se incrementa la probabilidad de que un consumidor de “patatas” obtenga su dosis diaria recomendable de vitamina E y especialmente de vitamina A (la sustancia por la que tu madre te obligaba a comer zanahorias de crío para ver mejor).
Puede que la dieta a base de patata blanca y patata dulce fuera aburrida, pero siguiéndola al menos te asegurarías de esquivar esa horrible enfermedad que afectaba a los marinos por falta de vitamina C: el escorbuto.
En fin, a la espera de que los expertos en nutrición de Naukas me corrijan, la respuesta al titular de este post (con la triquiñuela de la batata incluida) debería entonces ser un “sí”.
Fuente:
Mailkenais Blog
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21 de agosto de 2018
Las papas de colores, desconocidas armas de Perú contra desnutrición y cáncer
El Instituto Nacional de Innovación Agraria (INIA) de Perú estudia las características y virtudes de cada una de las variedades para clasificarlas y desarrollar otras nuevas que puedan producirse a gran escala.
Fuente:
Gestión (Perú)
Desconocidas
fuera de los Andes, las papas de colores como el rojo, morado, negro,
naranja o amarillo no solo son idóneas para enfrentar el cambio
climático sino que pueden prevenir la desnutrición y el cáncer, según
las investigaciones de Perú, cuna mundial de este tubérculo, con más de 3,000 variedades.
Sobre los milenarios andenes donde los incas lograron domesticar las múltiples versiones de la papa, el Instituto Nacional de Innovación Agraria (INIA) de Perú estudia
las características y virtudes de cada una de las variedades para
clasificarlas y desarrollar otras nuevas que puedan producirse a gran
escala.
Lo hacen en su estación de Zurite, situada en la región andina de Cusco,
a unos 3,400 metros de altitud, en la ladera de una montaña convertida
en terrazas agrícolas por las civilizaciones del Antiguo Perú, donde las miles de variedades de papas nativas crecen en todo su esplendor.
"Es
un lugar privilegiado para nosotros, que tiene más de 3,000 años de
desarrollo. Ha sido construido por las civilizaciones preincas. Nos han
dejado un legado bien grande, con una valla bien alta, pero creo que
podemos superarlo", advirtió el investigador del INIA Ladislao Palomino.
En ese escenario donde se dan la mano la historia y la ciencia, el INIA, adscrito al Ministerio de Agricultura y Riego (Minagri)
de Perú, ha obtenido 26 variedades nuevas para ser comercializadas,
donde han logrado conservar las bondades de las papas nativas con una
mayor resistencia al clima y un tamaño y forma atractivos para el
mercado.
"No
lo consideramos como el desarrollo de un simple alimento que llene el
estómago, sino que también nos proteja de cualquier enfermedad
degenerativa, como los cánceres, por los antioxidantes que tiene", dijo
Palomino.
Ya
sean moradas y ovaladas, rojas y redondas o negras protuberantes, las
papas nativas que se cultivan en los Andes peruanos tienen "un aporte
alto en calorías y proteínas", según Palomino, quien ve en estos
tubérculos la solución al problema de desnutrición y anemia que persiste
en Perú.
Esas
papas son además las que mejor resistirán el cambio climático por su
contenido de fenol, que les da esos colores característicos.
"Ese
es el contenido más importante. Evita que la papa deje de producir con
los cambios bruscos de temperatura o de ambiente", agregó Palomino.
Asimismo,
destacó que las papas nativas también pueden ser utilizadas por la
industria cosmética para elaborar productos contra el envejecimiento y
en el sector textil para elaborar pigmentos.
El
INIA explora así todas las posibilidades comerciales de la papa para
ofrecer a los agricultores nuevas alternativas a su milenario producto,
que en su mayoría queda para el consumo propio al no encontrar salida en
los mercados.
"No
les compran por falta de conocimiento. Al ver la papa de color negro,
mucho creen que está enferma, pero están muy equivocados", comentó
Palomino, quien reconoció que "hay muchas variedades comerciales de papa
nativa, pero hay que hacer promoción y educar al consumidor".
Por
su parte, el jefe del INIA, Miguel Ángel Barandiarán, recordó que uno
de los primeros éxitos comerciales de las papas nativas han sido las
papas fritas de colores, y también algunas exportaciones de estos
tubérculos semicocidos.
Actualmente
en la estación experimental del INIA hay cultivadas 1,251 variedades de
papas nativas de las regiones peruanas de Áncash, Cusco, Puno y
Apurímac para ser estudiadas e incluidas en el Registro Nacional de la
Papa Nativa.
Ese
registro tiene solamente aún 729 papas, muestra de todo el trabajo que
le queda por recorrer a Perú para descubrir las virtudes de las miles de
papas endémicas que faltan por analizar.Fuente:
Gestión (Perú)
9 de mayo de 2018
Un arca de Noé para las papas peruanas
Los agricultores peruanos
enviarán semillas de 1.500 variedades de papas a la "Bóveda del fin del
mundo" para salvaguardar el futuro del tubérculo.
Las papas, el cultivo no cereal más importante del mundo, han sido parte de la dieta humana desde hace unos 8.000 años. Pero las especies originarias del altiplano sudamericano están ahora en riesgo.
Las muestras serán guardadas en la "cápsula del tiempo" construida en el interior de una montaña en el ártico noruego que busca servir de búnker para los cultivos y protegerlos de desastres naturales y de la acción del hombre.
"La cultura peruana de la papa está bajo amenaza. El trabajo que empieza ahora garantizará la disposición de una increíble variedad de papas para el futuro", dijo Alejandro Argumedo, un científico que trabaja en el proyecto.
Parque de la Papa de Cusco
Las muestras peruanas que están siendo enviadas a la Bóveda Global de Semillas de Svalbard en Noruega provienen del Parque de la Papa de Cusco.La región andina es el lugar de procedencia de más de 4.000 variedades de papas. La colección del parque peruano ha atraído a agricultores de todo el mundo en búsqueda de características como resistencia a las plagas, sabores o propiedades nutricionales.
Sin embargo, el parque de Cusco se enfrenta a un futuro incierto pues los cambios en el clima del área podrían llevar a afectar a un sistema de cultivo tan dependiente de las condiciones atmosféricas.
"El cambio climático hará que no puedan garantizarse los métodos tradicionales de mantenimiento de la colección", explicó Lino Mamani, dirigente del colectivo de los "guardianes de la papa".
"Enviar las semillas nos ayudará a tener un respaldo para nuestra valiosa colección. La bóveda fue hecha para la comunidad global y nosotros vamos a usarla".
El artículo completo en:
BBC Mundo
17 de abril de 2017
Los doce botánicos rusos que murieron de hambre para proteger el mayor banco de frutas y semillas del mundo
Durante el sitio de Leningrado ntre 600.000 y 1.200.000 de personas murieron por las balas, el
hambre, el frío y la oscuridad en uno de las peores batallas de la
segunda guerra mundial. Entre ellos, doce botánicos soviéticos que murieron de hambre mientras defendían toneladas de frutas, raíces y granos: el mayor banco de semillas del mundo.
Si tenemos que buscar otra escena clave para esta historia, tenemos que irnos a finales de verano de 1941. Es mucho menos dramática: Abraham Kameraz y Olga Voskresenskaia cosechan patatas a toda velocidad.
En aquellos días, la Estación Experimental Pavlovsk tenía aproximadamente 6.000 variedades de patatas. Y en cuestión de días, la Guerra estaba a punto de llegar a aquel pequeño pueblo a 45 kilómetros de Leningrado.
Cuando comenzó el sitio de Leningrado, las autoridades soviéticas evacuaron las obras de arte del Hermitage, pero no evacuaron las semillas, raíces y frutas de Pavlovsk. Así que los científicos de la estación recogieron todas los tubérculos, frutos y semillas que pudieron y las almacenaron en un sótano cerca de Leningrado.
El invierno de 1941-42 fue especialmente duro. No solo meteorológicamente hablando, sino que, con todos los accesos a la ciudad cortados, ni la comida, ni el carbón, ni los medicamentos podían llegar a Leningrado. Y las bombas no paraban de caer.
Sin comida, cualquier cosa se convertía en alimento: perros, gatos, ratas o palomas. Según Michael Jones, en enero el canibalismo invadió la ciudad. 1.400 personas fueron arrestadas por este delito y más de 300 fueron ejecutadas.
Lo sabían muy pocas personas, pero en los sótanos de la plaza de San Isaac se guardaban más de 187.000 variedades de frutas y vegetales. Allí, en armarios y cajas hay más de mil tipos de fresas, 900 tipos de grosellas, 600 tipos de manzanas, cientos cerezas, ciruelas, frambuesas y muchas otras frutas y tubérculos.
La estación de Pavlovsk parecía maldita y abocada a su desaparición. Poco más de un año antes, su director y fundador Nicolai Vavilov, uno de los genetistas y botánicos más importantes de la primera mitad del siglo XX, había sido mandado a la cárcel de Saratov. Allí moriría, también de hambre, un par de años después.
¿Su delito? Creer que la genética era cierta. Vavilov era una leyenda, había recorrido medio mundo y había entendido como nadie la importancia de la diversidad y la hibridación para la agricultura. En 1926, el mismo año en que fundó la estación experimental de Pavlovsk, recibió el premio Lenin, el "nobel" de la Unión Soviética.
Pero a finales de los años 30, Lysenko llegó al poder. Lysenko defendía una biología a medio camino entre el lamarkismo y el diamat. Entre 1934 y 1940, la camarilla lysenkoista con el apoyo de Stalin purgó toda la biología soviética. Vavilov era, en aquel momento, presidente de la Academia de Agricultura.
Pero el trabajo que realizó antes de su muerte, es francamente prodigioso. Y allí, protegiendo su trabajo, doce personas se dejaron consumir hasta la muerte. El encargado de las especies de arroz murió de hambre rodeado de sacos de arroz y Kamerz y Voskrensenskaia murieron protegiendo sus patatas.
¿Y pór qué se dejaron morir de hambre?, ¿estaban locos?
Supongo que esa es la pregunta que todos nos hacemos. De hecho, fue la pregunta que Cary Fowler realizó en 1985 mientras visitaba la estación experimental. Y allí mismo, una estudiante de Vavilov ya anciana le explicó que los investigadores comprendían que esas colecciones eran esenciales para restablecer la agricultura después de la guerra.
El sitio de Leningrado se demoró 872 días, pero la guerra fueron seis larguísimos años donde las tierras, las semillas y las prácticas tradicionales quedaron pulverizados. Sin esas semillas, la posguerra hubiera sido terriblemente más dura. Aunque a veces las ecuaciones no nos dejan ver el bosque, ese es el verdadero objetivo de la ciencia. Y para recordarlo, nunca está de más acordarnos de los héroes de Pavlovsk.
Fuente:
Xakata Ciencia
Si tenemos que buscar otra escena clave para esta historia, tenemos que irnos a finales de verano de 1941. Es mucho menos dramática: Abraham Kameraz y Olga Voskresenskaia cosechan patatas a toda velocidad.
En aquellos días, la Estación Experimental Pavlovsk tenía aproximadamente 6.000 variedades de patatas. Y en cuestión de días, la Guerra estaba a punto de llegar a aquel pequeño pueblo a 45 kilómetros de Leningrado.
Cuando comenzó el sitio de Leningrado, las autoridades soviéticas evacuaron las obras de arte del Hermitage, pero no evacuaron las semillas, raíces y frutas de Pavlovsk. Así que los científicos de la estación recogieron todas los tubérculos, frutos y semillas que pudieron y las almacenaron en un sótano cerca de Leningrado.
El invierno de 1941-42 fue especialmente duro. No solo meteorológicamente hablando, sino que, con todos los accesos a la ciudad cortados, ni la comida, ni el carbón, ni los medicamentos podían llegar a Leningrado. Y las bombas no paraban de caer.
Sin comida, cualquier cosa se convertía en alimento: perros, gatos, ratas o palomas. Según Michael Jones, en enero el canibalismo invadió la ciudad. 1.400 personas fueron arrestadas por este delito y más de 300 fueron ejecutadas.
Lo sabían muy pocas personas, pero en los sótanos de la plaza de San Isaac se guardaban más de 187.000 variedades de frutas y vegetales. Allí, en armarios y cajas hay más de mil tipos de fresas, 900 tipos de grosellas, 600 tipos de manzanas, cientos cerezas, ciruelas, frambuesas y muchas otras frutas y tubérculos.
La estación de Pavlovsk parecía maldita y abocada a su desaparición. Poco más de un año antes, su director y fundador Nicolai Vavilov, uno de los genetistas y botánicos más importantes de la primera mitad del siglo XX, había sido mandado a la cárcel de Saratov. Allí moriría, también de hambre, un par de años después.
¿Su delito? Creer que la genética era cierta. Vavilov era una leyenda, había recorrido medio mundo y había entendido como nadie la importancia de la diversidad y la hibridación para la agricultura. En 1926, el mismo año en que fundó la estación experimental de Pavlovsk, recibió el premio Lenin, el "nobel" de la Unión Soviética.
Pero a finales de los años 30, Lysenko llegó al poder. Lysenko defendía una biología a medio camino entre el lamarkismo y el diamat. Entre 1934 y 1940, la camarilla lysenkoista con el apoyo de Stalin purgó toda la biología soviética. Vavilov era, en aquel momento, presidente de la Academia de Agricultura.
Pero el trabajo que realizó antes de su muerte, es francamente prodigioso. Y allí, protegiendo su trabajo, doce personas se dejaron consumir hasta la muerte. El encargado de las especies de arroz murió de hambre rodeado de sacos de arroz y Kamerz y Voskrensenskaia murieron protegiendo sus patatas.
¿Y pór qué se dejaron morir de hambre?, ¿estaban locos?
Supongo que esa es la pregunta que todos nos hacemos. De hecho, fue la pregunta que Cary Fowler realizó en 1985 mientras visitaba la estación experimental. Y allí mismo, una estudiante de Vavilov ya anciana le explicó que los investigadores comprendían que esas colecciones eran esenciales para restablecer la agricultura después de la guerra.
El sitio de Leningrado se demoró 872 días, pero la guerra fueron seis larguísimos años donde las tierras, las semillas y las prácticas tradicionales quedaron pulverizados. Sin esas semillas, la posguerra hubiera sido terriblemente más dura. Aunque a veces las ecuaciones no nos dejan ver el bosque, ese es el verdadero objetivo de la ciencia. Y para recordarlo, nunca está de más acordarnos de los héroes de Pavlovsk.
Fuente:
Xakata Ciencia
7 de julio de 2014
Nos encanta la comida que cruje
Nunca entendí la costumbre norteamericana de comer galletas blandas,
sin ese típico “crac” que antecede a la liberación de fragmentos de
galletas de todos los tamaños por la boca. En todo caso, constituye una
excepción gastronómica, porque a la mayoría de nosotros nos chifla la comida que cruje, que hace crac.
Lo crujiente resulta seductor para nuestro paladar porque denota frescura (como el de una zanahoria), y lo rancio, lo que está podrido o pasado, puede ponernos enfermos. Hemos evolucionado para decantarnos por las comidas duras y crujientes. Hasta cierto punto, comemos con nuestros oídos, por eso, por ejemplo, los fabricantes de chips cuidan tanto el ruido de sus patatas al quebrarse bajo nuestra mandíbula.
Según Van Vliet, un experto en el tema, a los seres humanos les gustan los alimentos que, al crujir, alcanzan alrededor de 90 o 100 decibelios. Si la gente come patatas pero se enmascara el ruido de la masticación en las frecuencias más altas, entonces ya no se percibe frescura, y se considera que las patatas están rancias.
Tal y como explica Mary Roach en su libro Glup:
Xakata Ciencia
Lo crujiente resulta seductor para nuestro paladar porque denota frescura (como el de una zanahoria), y lo rancio, lo que está podrido o pasado, puede ponernos enfermos. Hemos evolucionado para decantarnos por las comidas duras y crujientes. Hasta cierto punto, comemos con nuestros oídos, por eso, por ejemplo, los fabricantes de chips cuidan tanto el ruido de sus patatas al quebrarse bajo nuestra mandíbula.
Según Van Vliet, un experto en el tema, a los seres humanos les gustan los alimentos que, al crujir, alcanzan alrededor de 90 o 100 decibelios. Si la gente come patatas pero se enmascara el ruido de la masticación en las frecuencias más altas, entonces ya no se percibe frescura, y se considera que las patatas están rancias.
Tal y como explica Mary Roach en su libro Glup:
La dureza y lo crujiente, en resumen, nos dice que la comida es “saludable”. Los imperios de comida de aperitivos han sabido sacar partido de este hecho, produciendo alimentos frescos y crujientes que nos resultan atractivos pero no son tan beneficiosos en términos de salud y supervivencia (…) Es una maravilla: una física sofisticada al servicio de la comida basura.Fuente:
Xakata Ciencia
17 de junio de 2014
Alberto Salas, el "padrino" peruano que quiere salvar al mundo con la papa
El ingeniero Alberto Salas no
puede girar la cabeza hacia ningún lado. Su lesión en las cervicales,
fruto de una caída, es sólo una de las tantas padecidas a lo largo de
una vida dedicada a la búsqueda de especies silvestres de papa.
Estas papas se distribuyen en América a lo largo de unos 4.000km. "Es una inmensidad de diversidad genética, y además estas papas ya han soportado muchos cambios en el clima", le dice Salas a BBC Mundo.
"La papa va a ser el primer cultivo del mundo. Tiene una gran plasticidad, y acuérdense que otros cultivos como el arroz y el maíz necesitan una enorme cantidad de agua".
Montañas y ríos
Rastreando y recolectando papas silvestres, Salas recorrió desde Arizona hasta el norte de Chile y Argentina.
"He recorrido el suroeste de EE.UU., México, todos los países centroamericanos, Bolivia, Perú, Ecuador, Colombia, Venezuela", dice a BBC Mundo el agrónomo del CIP.
En sus travesías vadeó ríos en troncos y a caballo y subió múltiples laderas de la cordillera de los Andes.
En una ocasión el río tumbó su caballo. "Tenía mi mochila con mi herbario que me sirvió de flotador y me salvó la vida".
En Puno, sufrió una fractura en un brazo y perdió el conocimiento.
"Vi una plantita cerca de un abismo, salté dos metros para llegar a ella y el lugar donde caí se desmoronó".
Pero tal vez los peligros más graves los enfrentó durante los 80 y 90, cuando fue detenido cinco veces por Sendero Luminoso, episodios de los que hoy no quiere hablar demasiado.
"Prefiero ya ni recordar. Estábamos en lugares muy alejados. Ha sido una época muy terrible, fue cuando la periodista ecológica Bárbara D’Achille fue asesinada en los Andes", cuenta.
Niñez a 3.300 mts
El trabajo de recolección de Salas es parte de una tradición que incluye a investigadores legendarios como el ruso Nikolai Vavilov, asesinado por el régimen de Stalin, el italiano Antonio Raimondi, el estadounidense David Spooner, con quien Salas ha recolectado en muchas ocasiones, y otro científico peruano conocido a nivel internacional como el "Indiana Jones de la papa", el botánico y explorador Carlos Ochoa, quien falleció en 2008.Charles Darwin también recogió papas silvestres en Chile y en su libro "Viajes del Beagle", describe como "notable" que la planta se encuentre desde montañas donde "no cae una gota de lluvia por más de seis meses, hasta los bosques húmedos de las islas del sur".
En el caso de Salas, su pasión por la papa nació en la niñez, cuando ayudaba a sus padres agricultores.
"Yo nací en Coracora, Ayacucho, 3.300 mts sobre el nivel del mar", relata Salas.
"Las papas crecen en los cerros donde íbamos a jugar, nos repartíamos una ladera de un cerro a ver quién recogía más tubérculos de papas silvestres".
Ancestros de la papa
Muchas de las papas silvestres "son los ancestros, o sea, los padres de las actuales papas cultivadas", explica Salas.Los pobladores de los Andes comenzaron a domesticar el cultivo hace más de 10.000 años a partir de esas papas silvestres.
"Eran nómades que recolectaban frutos, lo que está en la parte aérea de la planta. Pero de mayo a diciembre no hay frutos, y comenzaron a buscar raíces y tubérculos para su alimentación, entre ellos la papa".
Se estima que existen actualmente más de 150 especies de papas silvestres y más de 4.000 variedades de papa cultivada.
Salas ha descubierto y redescubierto muchas especies silvestres, y recuerda especialmente una que se consideraba desaparecida en Panamá, Solanum woodsonii.
"En la selva de Panamá, cerca del volcán Barúa, buscábamos una aguja en un pajar entre tantas plantas. Después de 15 días, subiendo un sitio muy escarpado, redescubrimos después de casi 60 años a la Solanum woodsonii. Bailamos y cantamos, la alegría inmensa de descubrir una especie es indescriptible".
Lea el artículo completo en:
BBC Ciencia
6 de diciembre de 2013
¿Cuál era la fruta favorita de los antiguos peruanos?
¿Sabías que la pachamanca tiene 8 mil años de antigüedad y que la papa lleva siete milenios en nuestras mesas? Este y otros interesantes datos se presentan en el libro 14,000 años de alimentación en el Perú.
Este martes 29 de octubre, la Universidad de San Martín de Porres presentó el libro 14,000 años de alimentación en el Perú, del doctor Elmo León, una profunda investigación sobre cómo se alimentaban los primeros peruanos hace 14 mil años. El evento contará con la participación de la investigadora Rosario Olivas Weston y de los periodistas Mirko Lauer y Raúl Vargas.
Este estudio nos permite conocer los alimentos y las posibles preparaciones culinarias que consumían nuestros ancestros. En sus páginas se revela, por ejemplo, que la fruta preferida de nuestros antepasados era la guayaba; mientras que el pelícano, los guanayes y la anchoveta eran las principales fuentes de proteína animal en la alimentación prehispánica.
Entre otras informaciones relevantes sobre su elaboración y valor nutricional, el libro presenta un exhaustivo análisis de 326 alimentos autóctonos. Esta pretende ser una obra de consulta para chefs, especialistas en gastronomía, biólogos, ingenieros de la alimentación, historiadores, antropólogos, médicos y el público interesado en alimentos peruanos y su historia.
Fuente:
El Comercio (Perú)
10 de octubre de 2013
Benedicto XVI acusa al biólogo ateo Richard Dawkins de escribir 'ciencia ficción'
Joseph Ratzinger, antes de su renuncia.| Afp
El Papa emérito Benedicto XVI ha acusado al biólogo darwinista Richard Dawkins, mundialmente conocido por sus campañas publicitarias a favor del ateísmo, de defender sus posturas con argumentos de "ciencia ficción".
En una carta dirigida al matemático italiano Piergiorgio Odifreddi, publicada hoy por el periódico italiano 'La Repubblica', Joseph Ratzinger señala que 'El gen egoísta', uno de los libros más famosos de Dawkins, "es un ejemplo clásico de ciencia ficción".
En 2011, Odifreddi escribió un ensayo titulado 'Querido Papa, te escribo', dirigido a Benedicto XVI, en el que afirmaba que la teología de la Iglesia era "ciencia ficción", en el sentido de que no estaba basada "en evidencia empirica", sino en "pura especulación".
En respuesta a esta acusación, Ratzinger ha contestado al matemático que "la ciencia ficción está muy presente incluso dentro de la Teoría de la Evolución", y considera que la obra de Dawkins es un claro ejemplo de ello.
Odifreddi ha explicado en 'La Repubblica' que el pasado 3 de septiembre recibió una misiva de once páginas que comenzaban con una disculpa, por parte del Papa emérito, por el retraso en su respuesta a la carta que el matemático le escribió en 2011.
El Papa emérito señala que comparte con Odifreddi la creencia de que existe una 'Primera Causa' que explica el origen del Universo, sólo que el matemático cree que es "la Naturaleza", mientras que él considera que es "Dios".
"Pero la pregunta es: ¿qué o quién es esta naturaleza?", dice Ratzinger. Como Odifreddi no aclara esta cuestión, Benedicto XVI le acusa de atribuir el origen del Universo a "una divinidad irracional que no explica nada".
El teólogo alemán asevera que "la matemática es la única ciencia en el sentido más estricto de la palabra", pero pide a Odifreddi que "reconozca que en el ámbito histórico y filosófico, la teología ha producido resultados duraderos".
Ratzinger insiste en que una función importante de la teología "es mantener la religión ligada a la razón y la razón a la religión".
"Aquello que usted dice sobre la figura de Jesús", mantiene Raztinger, "no es propio de su rango científico. Si usted cuestiona que no sabemos, después de todo, nada sobre Jesús y, que como, figura histórica no es contrastable, sólo puedo invitarle de una forma decidida a que sea más competente desde el punto de vista histórico.
Fuente:
El Mundo Ciencia
En una carta dirigida al matemático italiano Piergiorgio Odifreddi, publicada hoy por el periódico italiano 'La Repubblica', Joseph Ratzinger señala que 'El gen egoísta', uno de los libros más famosos de Dawkins, "es un ejemplo clásico de ciencia ficción".
En 2011, Odifreddi escribió un ensayo titulado 'Querido Papa, te escribo', dirigido a Benedicto XVI, en el que afirmaba que la teología de la Iglesia era "ciencia ficción", en el sentido de que no estaba basada "en evidencia empirica", sino en "pura especulación".
En respuesta a esta acusación, Ratzinger ha contestado al matemático que "la ciencia ficción está muy presente incluso dentro de la Teoría de la Evolución", y considera que la obra de Dawkins es un claro ejemplo de ello.
Odifreddi ha explicado en 'La Repubblica' que el pasado 3 de septiembre recibió una misiva de once páginas que comenzaban con una disculpa, por parte del Papa emérito, por el retraso en su respuesta a la carta que el matemático le escribió en 2011.
La 'Primera Causa
Benedicto XVI recorre el significado de términos como ciencia, teología y ciencia ficción y mantiene en sus primeras líneas que se ha quedado sorprendido por una "cierta agresividad e imprudencia" en la argumentación del científico.El Papa emérito señala que comparte con Odifreddi la creencia de que existe una 'Primera Causa' que explica el origen del Universo, sólo que el matemático cree que es "la Naturaleza", mientras que él considera que es "Dios".
"Pero la pregunta es: ¿qué o quién es esta naturaleza?", dice Ratzinger. Como Odifreddi no aclara esta cuestión, Benedicto XVI le acusa de atribuir el origen del Universo a "una divinidad irracional que no explica nada".
El teólogo alemán asevera que "la matemática es la única ciencia en el sentido más estricto de la palabra", pero pide a Odifreddi que "reconozca que en el ámbito histórico y filosófico, la teología ha producido resultados duraderos".
Ratzinger insiste en que una función importante de la teología "es mantener la religión ligada a la razón y la razón a la religión".
"Aquello que usted dice sobre la figura de Jesús", mantiene Raztinger, "no es propio de su rango científico. Si usted cuestiona que no sabemos, después de todo, nada sobre Jesús y, que como, figura histórica no es contrastable, sólo puedo invitarle de una forma decidida a que sea más competente desde el punto de vista histórico.
Fuente:
El Mundo Ciencia
28 de septiembre de 2013
La Olimpiada de la Hostia (1952) de Pío XII
A Pío XII se le acusó de no hacer algo más contra la
barbarie nazi sufrida por los judíos y, además, de ser tan
anticomunista como los fascistas, lo que está claro es que su
anticomunismo se vio acentuado cuando terminó la guerra y hubo
posibilidades de que ganasen en las elecciones parlamentarias de Italia.
Pío XII declaró que cualquier italiano católico que apoyara a los
candidatos comunistas en las elecciones generales italianas del 1948
sería excomulgado e instó a que se apoyase al Partido Demócrata
Cristiano de Alcide de Gasperi que, a la postre, resultaría ganador.
Además, al año siguiente autorizó a la Congregación para la Doctrina de
la Fe a excomulgar a cualquier católico que militara o apoyara al
Partido Comunista. Su acercamiento a la otra potencia, EEUU, era
evidente y para ello se sirvió de Francis J. Spellman, arzobispo de Nueva York y amigo personal del Papa.
Así estaban las cosas…
En 1952, en plena Guerra Fría, se celebró el XXXV Congreso Eucarístico Internacional en Barcelona donde, según crónicas de la época, se congregaron casi un tercio del Sacro Colegio Cardenalicio, más de doscientos cincuenta obispos de todo el mundo, quince mil sacerdotes y dos millones de fieles. En este Congreso es donde el arzobispo Spellman soltó aquello de…
Tomado de:
Historias de la Historia
Así estaban las cosas…
En 1952, en plena Guerra Fría, se celebró el XXXV Congreso Eucarístico Internacional en Barcelona donde, según crónicas de la época, se congregaron casi un tercio del Sacro Colegio Cardenalicio, más de doscientos cincuenta obispos de todo el mundo, quince mil sacerdotes y dos millones de fieles. En este Congreso es donde el arzobispo Spellman soltó aquello de…
No hay en la hora mundial actual otra elección: o comunión, o comunismo.En una de las multitudinarias misas que allí se celebraron se llegó a dar la comunión a 500.000 fieles… y de aquí nació llamarle la Olimpiada de la Hostia.
Tomado de:
Historias de la Historia
26 de abril de 2013
¿Por qué las papitas chips son un vicio?
- Los científicos investigan el origen de la compulsión que producen las patatas
- Activa con intensidad los circuitos cerebrales relacionados con la recompensa
- Buscan una molécula aún sin identificar como posible causa
Unas apetecibles patatas fritas
Abres la bolsa de patatas chips y su aroma alcanza un par de metros. Metes la mano, coges el fino, salado y crujiente alimento, te lo llevas a la boca y se rompe entre los dientes. La saboreas y entonces el gusanillo no deja de molestar. Con una no es suficiente.
Científicos alemanes de la Universidad de Erlangen-Núremberg acaban de presentar en la 245º Reunión y Exposición Nacional de la Sociedad Americana de Química, que se celebra estos días en Nueva Orleans (Estados Unidos), un estudio que ahonda en los mecanismos cerebrales que explican este comportamiento. Han descubierto que comer patatas fritas activa con más intensidad los sistemas de recompensa y adicción en el cerebro, lo cual induce a tomar una tras otra sin parar.
Comer dulces, golosinas, snacks, panchitos, patatas fritas sin necesidad, solo por el acto de acompañar una conversación o por pasar el rato, es algo común en la sociedad occidental. “Todos hemos comido en exceso con este espíritu recreativo alguna vez. El hecho de hacerlo de manera crónica es uno de los factores clave en la epidemia de obesidad y sobrepeso”, ha explicado Tobias Hoch, el investigador principal de la investigación. El fenómeno tiene nombre en literatura médica: hiperfagia hedonista.
Comer con espíritu recreativo es clave en la epidemia de obesidad y sobrepesoCuando comemos con hambre se pone en marcha el complejo sistema de recompensa de nuestro cerebro. Al conseguir lo que deseamos se libera un neurotransmisor llamado dopamina, relacionado con el placer. Es el mismo sistema que se activa con la adicción a las drogas.
En un sistema equilibrado la sensación de recompensa que producen los alimentos es limitada. Los científicos han observado que el sistema se descompensa y toma tintes compulsivos con algunos alimentos, como los ricos en grasas o la bollería. Como consecuencia, los consumidores comen más y esto contribuye a producir sobrepeso y obesidad.
La obesidad es uno de los principales problemas de salud pública. En el mundo, 2,8 millones de personas mueren cada año por obesidad. Según datos de la OMS, entre 1980 y 2008 la incidencia de obesidad se ha duplicado. De 8% de mujeres y 5% de hombres obesos se ha pasado al 14% de las mujeres y el 10% de los hombres. En total, 500 millones de personas obesas en el mundo.
Efecto patata frita en ratas
Los científicos han investigado el 'efecto patata frita' en ratas de laboratorio. Las dividieron en dos grupos y las sometieron a diversos experimentos para analizar su comportamiento. A un grupo le permitieron darse un festín de patatas fritas machacadas y al otro les dieron de comer su habitual pienso.Observaron que las ratas que no tenían normalmente acceso a este tipo de comida, si les dejaban comer toda aquella que desearan, lo hacían en exceso y en forma de atracón.
También observaron la actividad del cerebro de las ratas mientras comían los distintos alimentos mediante resonancia magnética. Observaron que en las ratas que comían patatas fritas trabajaban más las partes del cerebro relacionadas con el sistema de recompensa.
En un primer momento pensaron que la razón principal por la que disfrutaban más de las chips que del pienso tenía que ver con la cantidad de grasas y carbohidratos. Así que crearon un tercer grupo de ratas alimentado con una mezcla de grasas y carbohidratos en proporciones similares a las de las patatas fritas pero su comportamiento continuó siendo marcadamente distinto cuando comían patatas. “Tiene que haber algo más que haga a las chips tan deseables”, reflexionó Tobias.
Si la ciencia consigue desvelar cuál es el componente secreto de las patatas fritas que activa con tanto ímpetu el circuito de la recompensa del cerebro, podrían añadirse otras moléculas a estos alimentos para inhiban su efecto. “Ayudaría a bloquear esta atracción por los snacks y los dulces”, explica. La investigación sigue abierta.
Crujienters y secasTomado de:
Para la elaboración de patatas a la inglesa o chips se cortan en rodajas muy finas de aproximadamente 1,5 mm de grosor. Se fríen en profundidad hasta que quedan secas y crujientes. Las patatas de bolsa se fríen a una temperatura constante de unos 175 ºC. En esas condiciones los gránulos de almidón y las paredes celulares no tienen tiempo de absorber humedad. El resultado es una patata de grano fino y crujiente.
RTVE Ciencia
17 de abril de 2013
Papas fritas: ¿Por qué son tan adictivas?
Algo tienen las patatas fritas para provocar que cuando se abre una bolsa no podamos parar de comer hasta acabarla. Científicos alemanes han estudiado el patrón de actividad que desencadena este alimento en el cerebro y han determinado que la razón de que nos resulten irresistibles no reside solamente en su alto contenido en grasa y carbohidratos, como se creía hasta ahora.
En un estudio publicado en febrero en la revista PLOS ONE, del que se hace eco la agencia SINC, los científicos analizaron la activación del cerebro de ratas alimentadas con patatas fritas y de ratas alimentadas con insípida comida estándar. Y ahora, los mismos investigadores han presentado los resultados de sus últimos estudios, que complementan al anterior, en la 245º Reunión y Exposición Nacional de la Sociedad Americana de Química. “Hemos extendido el estudio a un tercer grupo de ratas alimentado con una mezcla de grasas y carbohidratos en proporciones similares a las de las patatas fritas” explica Tobias Hoch, investigador de la Universidad de Erlangen-Núremberg (Alemania) y autor principal del trabajo.
Los resultados de las resonancias magnéticas mostraron que los animales alimentados con patatas fritas experimentaban una mayor activación de regiones del cerebro relacionadas con el sistema de recompensa, la ingesta de comida, el sueño y las áreas motoras. Además, estas ratas reaccionaron mucho más que las alimentadas con comida estándar o con la mezcla de grasas y carbohidratos, lo cual demuestra que el efecto adictivo de las patatas fritas no puede explicarse solamente por su contenido calórico, como estudios previos sugerían. “En futuras investigaciones intentaremos determinar cuál es el compuesto de las patatas fritas que provoca estas reacciones en el cerebro” adelanta Hoch.
Según Hoch, el hecho de que a algunas personas no les atraigan estas comidas reside en que “posiblemente la intensidad con que se activan los sistemas de recompensa en los individuos varía en función de su gusto”. El investigador está convencido de que si la ciencia consigue desvelar cuál es el componente que activa el circuito de la recompensa del cerebro podrían desarrollarse nutrientes que al añadirse a estos alimentos inhiban su efecto. “Ayudaría a bloquear esta atracción por los snacks y los dulces” asegura Hoch.
Fuente:
Muy Interesante
En un estudio publicado en febrero en la revista PLOS ONE, del que se hace eco la agencia SINC, los científicos analizaron la activación del cerebro de ratas alimentadas con patatas fritas y de ratas alimentadas con insípida comida estándar. Y ahora, los mismos investigadores han presentado los resultados de sus últimos estudios, que complementan al anterior, en la 245º Reunión y Exposición Nacional de la Sociedad Americana de Química. “Hemos extendido el estudio a un tercer grupo de ratas alimentado con una mezcla de grasas y carbohidratos en proporciones similares a las de las patatas fritas” explica Tobias Hoch, investigador de la Universidad de Erlangen-Núremberg (Alemania) y autor principal del trabajo.
Los resultados de las resonancias magnéticas mostraron que los animales alimentados con patatas fritas experimentaban una mayor activación de regiones del cerebro relacionadas con el sistema de recompensa, la ingesta de comida, el sueño y las áreas motoras. Además, estas ratas reaccionaron mucho más que las alimentadas con comida estándar o con la mezcla de grasas y carbohidratos, lo cual demuestra que el efecto adictivo de las patatas fritas no puede explicarse solamente por su contenido calórico, como estudios previos sugerían. “En futuras investigaciones intentaremos determinar cuál es el compuesto de las patatas fritas que provoca estas reacciones en el cerebro” adelanta Hoch.
Según Hoch, el hecho de que a algunas personas no les atraigan estas comidas reside en que “posiblemente la intensidad con que se activan los sistemas de recompensa en los individuos varía en función de su gusto”. El investigador está convencido de que si la ciencia consigue desvelar cuál es el componente que activa el circuito de la recompensa del cerebro podrían desarrollarse nutrientes que al añadirse a estos alimentos inhiban su efecto. “Ayudaría a bloquear esta atracción por los snacks y los dulces” asegura Hoch.
Fuente:
Muy Interesante
28 de marzo de 2013
Bergoglio, el nuevo Papa, ¿más próximo a la ciencia que los anteriores?
El argentino Jorge Mario Bergoglio fue elegido el 13
de marzo de 2013 por los miembros del Colegio Cardenalicio, tras la
renuncia al cargo de Benedicto XV, para convertirse en Francisco, el nuevo Papa, el jefe de Estado de la Ciudad del Vaticano, el país más pequeño, el único que tiene el latín como lengua, y también la edad más baja para el consentimiento sexual de Europa, como podéis leer aquí (además de otras cosas que probablemente no conozcáis del Vaticano).
Algunos han querido ver en el nuevo Papa una faceta más científica: no en vano, es un jesuita que ha realizado estudios científicos (estudió y se diplomó como técnico químico, para después escoger el camino del sacerdocio), recordándonos quizá vagamente a Silvestre II, el “Papa Científico”, cuyo pontificado transcurrió entre los años 999 y 1003.
Tal vez sea esperar demasiado que la visión de la Iglesia a propósito de, por ejemplo, el avance en la investigación de células madre o la profilaxis en las relaciones sexuales cambie drásticamente. Podéis leer más sobre ello en Células madre y fe religiosa (I) y (II).
Al menos esperemos no volver a leer afirmaciones como la vertida el 15 de marzo de 1990 por Joseph Ratzinger, siendo aún cardenal, en un discurso que pronunció en la ciudad de Parma hizo suya una afirmación del filósofo Paul Feyerabend: “en la época de Galileo la Iglesia fue mucho más fiel a la razón que Galileo, y que el juicio que la Iglesia le hizo a Galileo fue razonable y justo”.
Y en definitiva esperemos que el nuevo Papa preste más atención a las nuevas evidencias científicas y no trate de desdeñarlas como si fuera poseedor de la verdad absoluta: su opinión cuenta para muchos fieles, y ello tiene influencia tanto social como política.
A ese respecto, el 18 de julio de 1870, el primer Concilio Vaticano introdujo la doctrina de la infalibilidad papal. En esencia, tal doctrina determina que las afirmaciones del Papa son incuestionables porque, gracias al Espíritu Santo, están protegidas eternamente de toda posibilidad de error. Eso no significa que el Papa no pueda equivocarse. Por ejemplo, la prohibición de la anticoncepción, si bien es vinculante para todos los católicos, no está protegida por la doctrina de la infalibilidad papal. Para ello, el Papa debe hablar ‘ex cathedra’ (“desde su trono”) como pastor oficial de todos los cristianos.
Afortunadamente, sólo en una ocasión se ha llevado a cabo una afirmación de esta índole: la declaró el papa Pío XII en 1950. En pocas palabras, decía tal cosa: que la Virgen María, al morir, había ascendido corpóreamente al Cielo. Es una afirmación que, aunque viole las leyes de la naturaleza, tampoco pisa demasiado el terreno de la ciencia. Tampoco pasa demasiado.
Aunque, naturalmente, puede ser objeto de crítica, como cualquier otra afirmación acerca de la realidad.
A nivel epistemológico, como imaginaréis, la ciencia opera de modo radicalmente distinto, parafraseando a Jorge Wagensberg: la ciencia exige la máxima objetividad (para ser universal), la máxima inteligibilidad (para que todos podamos entender y rebatir) y la máxima dialéctica con la realidad (para progresar y autocorregirse).
La ciencia no se funda en verdades inmutables, como ya nos dijo Karl Popper, sino que se autorevisan continuamente. No hay forma de saber cuántas de las actuales teorías resultarán erróneas en el día de mañana. Así pues, ¿cuánta fe hemos de depositar en lo que nos diga la ciencia? Responde a ello Sam Harris en su libro El fin de la fe:
Xakata Ciencia
Algunos han querido ver en el nuevo Papa una faceta más científica: no en vano, es un jesuita que ha realizado estudios científicos (estudió y se diplomó como técnico químico, para después escoger el camino del sacerdocio), recordándonos quizá vagamente a Silvestre II, el “Papa Científico”, cuyo pontificado transcurrió entre los años 999 y 1003.
Tal vez sea esperar demasiado que la visión de la Iglesia a propósito de, por ejemplo, el avance en la investigación de células madre o la profilaxis en las relaciones sexuales cambie drásticamente. Podéis leer más sobre ello en Células madre y fe religiosa (I) y (II).
Al menos esperemos no volver a leer afirmaciones como la vertida el 15 de marzo de 1990 por Joseph Ratzinger, siendo aún cardenal, en un discurso que pronunció en la ciudad de Parma hizo suya una afirmación del filósofo Paul Feyerabend: “en la época de Galileo la Iglesia fue mucho más fiel a la razón que Galileo, y que el juicio que la Iglesia le hizo a Galileo fue razonable y justo”.
Y en definitiva esperemos que el nuevo Papa preste más atención a las nuevas evidencias científicas y no trate de desdeñarlas como si fuera poseedor de la verdad absoluta: su opinión cuenta para muchos fieles, y ello tiene influencia tanto social como política.
A ese respecto, el 18 de julio de 1870, el primer Concilio Vaticano introdujo la doctrina de la infalibilidad papal. En esencia, tal doctrina determina que las afirmaciones del Papa son incuestionables porque, gracias al Espíritu Santo, están protegidas eternamente de toda posibilidad de error. Eso no significa que el Papa no pueda equivocarse. Por ejemplo, la prohibición de la anticoncepción, si bien es vinculante para todos los católicos, no está protegida por la doctrina de la infalibilidad papal. Para ello, el Papa debe hablar ‘ex cathedra’ (“desde su trono”) como pastor oficial de todos los cristianos.
Afortunadamente, sólo en una ocasión se ha llevado a cabo una afirmación de esta índole: la declaró el papa Pío XII en 1950. En pocas palabras, decía tal cosa: que la Virgen María, al morir, había ascendido corpóreamente al Cielo. Es una afirmación que, aunque viole las leyes de la naturaleza, tampoco pisa demasiado el terreno de la ciencia. Tampoco pasa demasiado.
Aunque, naturalmente, puede ser objeto de crítica, como cualquier otra afirmación acerca de la realidad.
A nivel epistemológico, como imaginaréis, la ciencia opera de modo radicalmente distinto, parafraseando a Jorge Wagensberg: la ciencia exige la máxima objetividad (para ser universal), la máxima inteligibilidad (para que todos podamos entender y rebatir) y la máxima dialéctica con la realidad (para progresar y autocorregirse).
La ciencia no se funda en verdades inmutables, como ya nos dijo Karl Popper, sino que se autorevisan continuamente. No hay forma de saber cuántas de las actuales teorías resultarán erróneas en el día de mañana. Así pues, ¿cuánta fe hemos de depositar en lo que nos diga la ciencia? Responde a ello Sam Harris en su libro El fin de la fe:
La ciencia es ciencia porque representa nuestro esfuerzo constante de verificar que nuestras afirmaciones sobre el mundo son certeras (o al menos no falsas). Hacemos eso observando y experimentando dentro del contexto de una teoría. Decir que una teoría científica concreta puede estar equivocada no implica decir que pueda estar equivocada en todos sus elementos, ni que cualquier otra teoría tenga las mismas posibilidades de ser acertada.Fuente:
Xakata Ciencia
Las papas y su conservación
Es imperdonable que a estas alturas aún no hayamos dedicado un sólo
artículo de este blog a uno de los principales protagonistas de la
cocina europea, y que también está presente en los platos de muchas
otras regiones del planeta: la patata. Hay tantas cosas que decir
sobre este tubérculo, que podríamos dedicarle un blog en exclusiva,
pero por el momento trataremos solamente algunas cuestiones que espero
te resulten de interés. Empezaremos por hablar de cuál es la mejor forma
de almacenar las patatas en casa, algo que puede parecer una simpleza,
pero que va a determinar, entre otras cosas, su vida útil y sus
características organolépticas (aspecto, olor, sabor, textura) y que
incluso podría afectar negativamente a tu salud. Como siempre,
comencemos por el principio...
¿Qué es la patata?
Planta de la patata (Solanum tuberosum L. para los amigos). (Fuente) |
Condiciones de conservación
Después de su recolección, la patata es un órgano aún vivo, lo que significa que en él siguen desarrollándose procesos metabólicos y fisiológicos (respiración, transpiración, etc.), aunque estos transcurren muy lentamente debido al estado de dormición del que hablábamos antes. Dicho estado, que está regulado por hormonas que produce la propia patata, depende tanto de factores intrínsecos (variedad, factores genéticos, etc.), como de factores ambientales (humedad, temperatura, etc.). Como puedes imaginar, lo que nos interesa a la hora de almacenar las patatas es que permanezcan en ese estado de latencia durante el mayor tiempo posible. Para ello, lo que podemos hacer en casa es controlar las condiciones de almacenamiento (en la medida de lo posible, claro está), de modo que si estas son favorables, la patata puede conservarse en buen estado entre 7 y 9 meses (eso sí, podría sufrir ciertas pérdidas de peso y un deterioro más o menos acusado de sus características organolépticas). ¿Cuáles deben ser esas condiciones? Quizá sepas ya que las patatas deben almacenarse en un lugar fresco, oscuro, húmedo y relativamente ventilado. Pero, como suele suceder, lo interesante no es la respuesta en sí misma, sino su explicación. Así que veamos a qué se deben estas recomendaciones...Recomendaciones de conservación que aparecen en una bolsa de patatas. Patatas Sabrosona, Julián Sanz e Hijos, S.A. Oviedo, España. |
Temperatura
Lo ideal sería almacenar las patatas a una temperatura de entre 7 ºC y 10 ºC, valores que no siempre son fáciles de conseguir en una vivienda... Pero, ¿por qué esa temperatura y no otra? Como puedes deducir, valores de temperatura más elevados, como los que suele haber en una vivienda (normalmente entre 18 ºC y 24 ºC), estimulan y aceleran el desarrollo de algunos procesos metabólicos y fisiológicos, de modo que:- provocan un aumento la transpiración, es decir, las células pierden más agua. En las células vegetales, como las de la patata, existen unos orgánulos de gran tamaño, llamados vacuolas, en los que se almacena agua que, entre otras cosas, mantiene cierta presión hidrostática interna, dando turgencia a las células y aumentando su tamaño. Así, al aumentar la transpiración y perderse este agua, las células pierden turgencia y encogen. Esto se traduce en una serie de cambios indeseables en la patata, que sufre una pérdida de peso, una reducción de tamaño, adquiere una textura blanda y gomosa y su piel se arruga, siendo difícil de pelar.
En este diagrama puedes ver dos células vegetales. La de la izquierda está turgente debido al agua almacenada en su vacuola. La de la derecha ha perdido agua por efecto de la transpiración, por lo que su vacuola se ha reducido de tamaño, afectando a la turgencia y el tamaño de la célula. (Fuente) |
- provocan un aumento de la respiración. Este proceso consiste en captar oxígeno que se emplea en oxidar ciertos compuestos, como almidón y azúcares, para obtener energía. Como resultado, se libera dióxido de carbono y se produce un aumento de la temperatura y una reducción de peso y de tamaño. Si la tasa de respiración es demasiado elevada, puede haber problemas de suboxidación, es decir, un aporte deficiente de oxígeno provoca la muerte de las células centrales del tubérculo, que se necrosan, dando una coloración negra de la parte interna del tubérculo (corazón negro).
- favorecen la formación de brotes. Durante los primeros meses después de la recolección, la formación de brotes está inhibida por la acción de algunas de las hormonas que produce la propia patata. Una vez transcurrido este tiempo, si las condiciones ambientales son favorables para el desarrollo del tubérculo (por ejemplo, si la temperatura es elevada) éste saldrá de su estado de latencia, y comenzarán a formarse los brotes que permitirán su propagación (procesos regulados también por hormonas). Como puedes imaginar, esto se consigue a costa de consumir los nutrientes de reserva (principalmente agua y almidón), así que, si esos brotes se desarrollan demasiado, la patata pierde peso y turgencia, se arruga y se ablanda.
Mr. Punk Potato (Fuente) |
Además de todo esto que acabamos de mencionar, debes tener en cuenta que las temperaturas elevadas favorecen el desarrollo de organismos que pueden provocar el deterioro de la patata, como por ejemplo, hongos, bacterias e insectos.
Algunos de estos efectos adversos podrían evitarse o minimizarse si almacenáramos las patatas a bajas temperaturas. Por ejemplo, una temperatura de unos 3-4 ºC evitaría la formación de brotes y reduciría el desarrollo de organismos alterantes. Sin embargo, una temperatura demasiado baja también puede provocar otros problemas:
Lea el artículo completo en:
Gominolas de Petróleo
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