Para Manuel Choque todo comenzó como un pasatiempo. En la parcela familiar se sembraba papa. En cada feria agropecuaria que iba veía distintas variedades de este tubérculo y sentía curiosidad por experimentar con ellas en la tierra de su padre.
Empezó con 15 tipos de papa. Hoy, los Choque cultivan más de 20 veces ese número de variedades.
Esa
pasión le ha valido a este agricultor lograr el premio gastronómico
Summum como “Mejor productor del año”. Sin embargo, el camino para
llegar a este reconocimiento no ha sido fácil.
El agricultor contó a la Agencia de Noticias Andina que tuvo que bregar mucho para conseguir un nicho del mercado y volver rentable su afición.
Cultura viva
Choque
explicó que cada comunidad andina ha adaptado el tubérculo a las
condiciones particulares de su terreno. Por ello, afirma, existen tantos
tipos de papa.
El especialista refiere que
estos saberes provienen de la época prehispánica. No obstante,
manifiesta que prevalece en la actualidad un prejuicio hacia estas papas
llamadas nativas.
Narró que es difícil
comerciar los distintos tipos de papa cuando solo son conocidos en su
zona de producción. Incluso, cuenta que en algún momento tuvo que
sacrificar una cosecha de 30 toneladas y la dio como forraje para
animales, pues nadie le compraba.
Eso cambió
hace un par de años, cuando descubrió un filón para colocar su
producción: los hoteles y restaurantes para turistas de la ciudad de
Cusco.
Moderno y tradicional
Choque
refiere que estudió Agronomía en la universidad, para luego trabajar en
el Instituto Nacional de Innovación Agraria y en el Centro
Internacional de la Papa.
Allí aprendió
técnicas de mejoramiento genético. Una de sus metas es romper el mito de
la pobreza en nutrientes del tubérculo andino.
De
acuerdo con Choque, en los terrenos de su familia emplean tecnología
moderna, pero también se respetan las tradiciones ancestrales, como el
pago a la tierra. Asimismo, echan mano de técnicas tradicionales aún
vigentes.
Fuente: Agencia Andina (Perú)