Rizomas tostados hallados en Lebombo (Sudáfrica) muestran cómo los 'sapiens' cocinaban vegetales que les ayudaron en su expansión.
El hallazgo de una serie de tallos tostados prueba que los humanos ya
cocinaban plantas hace al menos 170.000 años. Las muestras serían
rizomas o tubérculos de una especie de patata. Aunque se pueden comer
crudos, multiplican su aporte nutricional una vez cocinados. Para las
autoras del descubrimiento, los restos chamuscados de la fotografía
debieron ser parte fundamental del desarrollo de la dieta humana y de la
propia evolución de la especie.
"Se trata de las partes subterráneas de plantas comestibles más
antiguas halladas en el mundo", afirma la investigadora del Instituto de
Estudios de la Evolución de la Universidad de Witwatersrand
(Johannesburgo, Sudáfrica) y principal autora de la investigación, Lyn Wadley.
La observación al microscopio y su comparación con varias especies
actuales ha permitido a Wadley y sus colegas determinar que 55 de las
muestras analizadas serían rizomas de Hypoxis angustifolia,
planta que pertenece al género de las patatas africanas. "Aún se comen
hoy en muchas zonas rurales de África cocinándolas sobre las ascuas de
una hoguera", añade. De hecho, los restos encontrados en una cueva de la
cordillera de Lebombo, en el nordeste de Sudáfrica, estaban entre las
cenizas de un fuego.
Gracias a varias técnicas de datación y a su posición en el estrato,
las autoras del estudio estiman que los tallos fueron asados hace unos
170.000 años, con un margen de error de unos pocos miles de años. "Se
han hallado semillas aún más antiguas en otros yacimientos", aclara Wadley. "Pero la relevancia de los rizomas de Hypoxis es que son ricos en almidón (como las patatas) y altamente nutritivos", añade la veterana arqueóloga.
El almidón es el carbohidrato de reserva de la mayoría de los
vegetales y en el intestino humano tiene un papel que resulta vital.
Como recuerda la investigadora sudafricana, la carne de caza africana es
muy magra y escasa en grasas, en especial en la temporada seca. "Las
proteínas de la carne magra no pueden ser metabolizadas por los humanos
si no intervienen los carbohidratos o las grasas", dice. Así que la
incorporación de los azúcares de los rizomas de H. angustifolia habría permitido a los primeros Homo sapiens procesar las proteínas y obtener una dieta más equilibrada.
Lyn apunta un detalle en apariencia menor: "Una vez cocinados, son
más fáciles de pelar y la fibra se descompone, haciendo que los rizomas
sean más digeribles. Esos beneficios debieron ser relevantes para los
mayores del grupo y para los más pequeños". Sobre este hecho argumenta:
"Al ser los miembros más vulnerables, no formarían parte de las salidas a
recolectar, debiendo esperar en la cueva. El hecho de que la comida
fuera transportada hasta el hogar y luego cocinada aporta información
extra sobre la conducta social y cómo compartían hace 170.000 años".
Las autoras de la investigación, publicada en Science,
aportan otro elemento en sus conclusiones. Los humanos necesitan un
mínimo de 100 gramos de carbohidratos al día para que su órgano
estrella, el cerebro, funcione de forma óptima. Con estos rizomas
podrían cubrir sus necesidades. "Por los huesos de animales que hemos
encontrado, sabemos que los habitantes de la cueva también comían
carne", comenta Lyn y añade: "Los Homo sapiens tienen cerebros
grandes y exigentes [en energía], pero intestinos pequeños (comparados
con homininos anteriores). La única manera de mantener esta relación era
que comieran comida de gran calidad". Lyn también recuerda que la Hypoxis angustifolia se da en casi toda África, así que bien pudo ser un sostén en la expansión humana por el continente y más allá.
Con información de: El País (España)
6 de enero de 2020
Los humanos ya cocinaban papas hace 170.000 años
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