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30 de noviembre de 2013

¿Por qué es tan malo tener "guata" o grasa abdominal?

Tripa, lorza, michelín, barriga cervecera o flotador neumático de repuesto. Independientemente del nombre que le demos, lucir una barriga prominente puede tener consecuencias indeseadas. Según un estudio de la Academia Americana de Neurología, tener obesidad abdominal al cumplir los cuarenta años triplica el riesgo de sufrir demencia a partir de los setenta. A esto se suma que Miriam A. Bredella, experta en radiología del Hospital General de Massachusetts (EE UU), ha demostrado que la llamada “curva de la felicidad” se acompaña de una reducción en la densidad mineral de los huesos y un aumento del riesgo de padecer osteoporosis. Además, la grasa acumulada en torno a la cintura prácticamente duplica el riesgo de padecer asma, de acuerdo con un estudio noruego presentado el año pasado en el Congreso Anual de la Sociedad Respiratoria Europea. Por otro lado, científicos de la Academia Americana de Neurología han demostrado también que, entre los 20 y los 55 años, la obesidad abdominal incrementa el riesgo de sufrir migrañas y jaquecas. Y otro estudio europeo basado en datos de 500.000 pacientes concluía que tener un radio cintura-cadera mayor a 0,85 se asocia a un riesgo hasta un 52% más alto de sufrir cáncer colorrectal.

En resumidas cuentas, todo indica que no hay peor grasa que la que se acumula alrededor de la barriga. Los expertos lo atribuyen a que, normalmente, se trata de grasa visceral acumulada en torno a los órganos del abdomen y que, por lo tanto, resulta mucho más dañina que la que se deposita bajo la piel (grasa subcutánea), por ejemplo en brazos y muslos.

Fuente:

Muy Interesante

25 de noviembre de 2013

¿Comer tostadas quemadas puede causar cáncer?

Tostada

Desde hace tiempo se sabe que calentar de más y quemar algunos alimentos puede dar lugar a la formación de compuestos relacionados con el cáncer.

Estos incluyen las aminas heterocíclicas y los llamados hidrocarburos aromáticos policíclicos, que pueden ocasionar que los alimentos fritos o ahumados sean un riesgo para la salud.

En el caso de la tostada quemada, la mayor preocupación está en torno al riesgo de la formación de acrilamida, un compuesto que se ha relacionado con el cáncer y daño nervioso en animales.

Habiendo dicho eso, la evidencia de un vínculo directo entre el cáncer y la acrilamida en alimentos consumidos por humanos está lejos de ser convicente.

Mientras que algunos estudios han mencionado una duplicación del riesgo de cáncer de ovario y uterino entre las mujeres que consumen este compuesto en alimentos, otras investigaciones no han encontrado nada.

Aún así, en 2007, asesores de salud de la Unión Europea, decidieron adoptar un enfoque preventivo y recomendaron que la gente evite comer tostadas quemadas y papas doradas porque pueden contener niveles inaceptablemente altos de acrilamida.

Fuente:

BBC Ciencia

1 de octubre de 2013

¿Por qué los bananos (plátanos)se endulzan al madurarse?

Bananos

Las frutas dispersan sus semillas cuando los animales se las comen.

Al aumentar repentinamente su contenido de azúcar, las plantas estimulan a los animales a seleccionar las frutas con las semillas maduras que ya desarrollaron las capas protectoras que necesitarán para sobrevivir el paso por el sistema digestivo.

Los bananos comerciales no tienen semillas, pero el proceso de maduración se mantiene.

Fuente:

BBC Ciencia

19 de agosto de 2013

¿Cúanto tiempo dura el alcohol en la sangre?

Cuando se introduce alcohol al organismo, mediante la ingesta de una bebida alcohólica, éste atraviesa el esófago, llega al estómago y luego al intestino delgado. Allí, una pequeña parte es absorbida por la membrana mucosa mientras que las paredes del intestino delgado absorben grandes cantidades de alcohol y las transfiere al torrente sanguíneo.

El alcohol tiene un gran solubilidad en el agua, por lo cual una vez en el torrente sanguíneo, se transporta por todo el cuerpo y es absorbido por los diferentes tejidos. Pero ciertas cantidades quedan en la sangre y para determinar cuáles son esas cantidades, se realiza el llamado control o test de alcoholemia, también conocido como BAC, sigla del inglés Blood Alcohol Concentration (concentración de alcohol en la sangre).

El BAC se determina mediante un porcentaje de la masa, la masa por el volumen o bien una combinación de ambos, razón por la cual las cantidades de alcohol en la sangre se expresan en porcentajes. De esta manera, apenas un 0,08% de alcohol ya puede detectarse en la sangre, así como también en el aliento o en la orina de cualquier persona que haya ingerido esta sustancia en un determinado período de tiempo. No obstante, existen factores como el sexo y el peso de una persona, la cantidad de alcohol que se ha consumido o el tiempo que ha transcurrido desde la ingesta, que pueden afectar los niveles que el control de alcoholemia va a registrar.

¿Cuánto tiempo dura el alcohol en la sangre y cómo se elimina?

El alcohol se mide en unidades, una unidad de alcohol equivale a 10 ml. del 100% de alcohol que está en unos 30 ml. de whisky o de 236 ml. de cerveza. Entonces, el cuerpo tarda una hora en quitar una unidad de alcohol de la sangre. El peso, la edad, el género, la tasa metabólica, los niveles de tensión, el tipo de alcohol ingerido, la cantidad, la cantidad de alimento ingerida antes de beber el alcohol y el estado de salud de órganos como el hígado, determinarán considerablemente si se demora más o menos tiempo para eliminar el alcohol de la sangre.

Si una persona ingiere unos 250 ml. de vino, el cuerpo necesita unas 3 horas completas para metabolizar el alcohol, unos 500 ml. de cerveza equivalen a un poco más de 2 horas y una cerveza fuerte, puede llevar el doble. Por eso, hasta 12 horas después de haber ingerido alcohol, el test de alcoholemia puede llegar a detectar rastros de alcohol en la sangre. Por supuesto, estos datos son estimativos, ya que hay muchas variantes que pueden incidir en los resultados.

Un hígado que funciona adecuadamente es capaz de metabolizar unos 10 ml. de alcohol puro por hora. Dependiendo de la cantidad de alcohol que se ha introducido en el organismo, se estima que en un lapso de 10 horas completas, el cuerpo es capaz de recuperar su estado normal, cuando la borrachera ya ha pasado y con sus distintos mecanismos, el cuerpo se limpia naturalmente.

Básicamente, el cuerpo elimina el alcohol de tres formas elementales: mediante la evaporación, la excreción o la defecación y el metabolismo propio del organismo. Cerca de un 10% del alcohol ingerido es excretado por lo riñones, mientras que apenas un 1% se elimina mediante la evaporación, es decir, mediante la respiración, el sudor y las lágrimas. Finalmente, el resto se elimina gracias al metabolismo del hígado.

Tomado de:

Culturizando 

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15 de agosto de 2013

El maíz transgénico de Monsanto daña el estómago y el útero de los cerdos

Un estudio reciente de un grupo de científicos australianos reveló que los productos transgénicos afectan de forma severa las entrañas y las funciones reproductivas en los animales que los consumen.

Se trata del primer estudio que establece una conexión directa entre el consumo de transgénicos y daños estomacales de los animales, y sus resultados validan otro experimento a cargo de científicos franceses sobre los efectos en ratas alimentadas con maíz OGM.

Lea el artículo completo en:

Actualidad RT

31 de julio de 2013

¿Quién inventó el hilo dental?


Usarlo es una de las formas más sencillas de evitar la caries.


A principios del siglo XIX, un dentista estadounidense, Levi Spear Parmly, exhortó a sus pacientes a limpiarse entre los dientes con hilo de seda, una técnica revolucionaria que podía proteger las encías y prevenir la caries. En ese entonces el hilo venía en unos carretes poco manejables, había que cortarlo con navaja y meterse los dedos en la boca para usarlo.

“A la gente no le gustaba el hilo”, afirma Scott Swank, conservador del Museo Nacional de Odontología, en Baltimore. Y en una época en la que era normal tener caries, añade, “las personas simplemente esperaban a que se le cayeran los dientes”.
Más adelante, en la década de 1870, Asahel Shurtleff contribuyó a facilitar el uso del hilo dental al patentar su primer dispensador: una bobina con la punta en forma de U que funcionaba como una diminuta mano de metal que guiaba el hilo entre los dientes. Su invento se anticipó a los portahílos actuales.

Desde entonces se han inventado el hilo con sabor a chicle y los dispensadores en forma de diente, en un intento por hacer que el hilo dental parezca divertido o al menos no muy complicado. Estudios recientes indican que usar hilo dental es una de las formas más sencillas de prevenir la caries. Pero “a la gente sigue sin importarle”, señala Swank. A dos siglos de su invención, el hilo dental sigue siendo algo que olvidamos utilizar y que odiamos hacer.

Fuente:

Selecciones

7 de julio de 2013

¿Realmente comer parado da indigestión?

Parecería que cada vez hay menos tiempo para disfrutar de un buen almuerzo

Ya casi no hay esa "hora de comer", incluso en Francia, donde los tradicionales entrada, plato fuerte y postre han sido remplazados por emparedados y comida rápida.

Si uno está apurado y agarra algo rápido, la tendencia es pensar que al menos hay que sentarse a comérselo, así sea sentándose en un bus camino a la siguiente cita.

Si no, seguro que le dará indigestión.

Pero, ¿es cierto?

A veces es bueno estar de pie 

Sandwich en Hampstead Heath

¿Es siempre mejor sentarse?

Cuando uno se fija en la lista de las causas de la indigestión o dispepsia funcional, como se le llama en la literatura médica, comer parado no figura.

Tras descartar causas probables como úlceras estomacales y gastritis, el manejo de la dispepsia puede incluir cambios en el estilo de vida pero eso se refiere a comer sano, no fumar y reducir el consumo de alcohol y café. No significa sentarse cuando uno come.

De hecho, los doctores recomiendan lo opuesto, si la causa del dolor es reflujo gastroesofágico, cuando el ácido del estómago sube al esófago. En ese caso, la gravedad puede ayudar: mantenerse erguido durante y después de comer puede mantener a los jugos gástricos donde deben estar.

Por esa misma razón, a los pacientes que sufren de reflujo se les aconseja levantar la cabecera de su cama, para que duerman inclinados hacia adelante.

Pero hay un problema con comer de pie.

Devorar en vez de comer

Cuando uno está parado hace las cosas más rápido, de ahí la tendencia de algunas compañías de instalar mesas altas para que las reuniones se hagan de pie, después de que un estudio determinara que las reuniones en las que los asistentes están sentados se demoran un 34% más.

Indigestión

¿Eso le pasa por comer muy rápido?

Así que quizás el riesgo de comer sin sentarse sea la tentación de engullirse la comida a una velocidad que provoque indigestión.

Hay muy pocos estudios que comparan a gente que come rápido y despacio, en parte porque sería difícil obligar a la gente a comer a una velocidad específica todas las comidas.

Un estudio de 1994, sin embargo, incluyó preguntas sobre la velocidad al comer en una encuesta sobre hábitos alimenticios. Encontró que la velocidad en la que la gente cree que come no estaba ligada a la frecuencia con que le daba indigestión. Otro estudio hecho en 2010 llegó a la misma conclusión, pero esos dos estudios dependen de la habilidad de la gente de juzgar la velocidad con precisión y de reportarla honestamente.

El problema fue superado en una investigación hecha en Corea del Sur en la que se midió cuánto tiempo le tomaba comer a un grupo de cadetes que estaban en entrenamiento en la Academia de enfermería de las Fuerzas Armadas.

Con una vida regimentada, en la que se despertaban, comían y hacían ejercicio al mismo tiempo, eran el grupo ideal para este tipo de estudio.

La única diferencia en su rutina diaria era la velocidad con la que cada persona comía. Una vez más, si se examina el estudio en detalle, la velocidad con la que comían no parece tener ningún efecto en la digestión.

Y, ¿qué pasa con los verdaderos expertos en comer rápido, los comedores competitivos?

Abundante y raudo

Un estadounidense conocido como Pete el Furioso se gana la vida comiendo rápido y ostenta cuatro récords Guinness, el más reciente por devorarse una pizza de 12 pulgadas en 41,31 segundos.

David Cameron come parado

Al primer ministro del Reino Unido no parece preocuparle comer parado.

Otro rompe récords es el japonés Takeru Kobayashi, quien se comió 58 salchichas Bratwurst (las gordas) en 10 minutos.

Sin duda eso es lo suficientemente rápido para causar indigestión... pero aparentemente no.

El radiólogo Marc Levine, del hospital de la Universidad de Pensilvania, le tomó rayos X al estómago de un campeón luego de que se engulló 36 perros calientes en 10 minutos.

El participante quería seguir comiendo después de tragarse la salchicha #36, pero se decidió terminar el estudio por su seguridad.

No se indigestó, pero el desafortunado hombre que se prestó como voluntario para ser el sujeto de control, se sintió enfermo tras el séptimo perro caliente y tuvo que terminar.

El examen con rayos X mostró que el comedor competitivo había entrenado a su estómago a expandirse a tal punto que ya no se sentía lleno cuando comía.

Y eso nos lleva a lo que podría ser el problema de comer rápido: no es que produzca indigestión, sino que perturba al mecanismo que usualmente nos hace sentir llenos.

No obstante, incluso en este caso, la evidencia es inconsistente. Algunos estudios apuntan a que comer rápido hace que sintamos más hambre, lo que nos lleva a comer más. Pero otros muestran lo opuesto.

Así que la próxima vez que no tenga tiempo para sentarse a almorzar, no se sienta tan mal por devorarse la comida demasiado rápido: mientras no se sienta enfermo, parece que no hace daño.

Tomado de:

BBC Ciencia

2 de julio de 2013

El peligro de nadar desdués de comer: ¿Verdad o Mito?

Todavía recuerdo cuán lento pasaba el tiempo cuando era niña y estaba en la playa, y tenía que esperar una hora después de terminar de comer mis emparedados antes de que me permitieran volver al agua.

La razón, me decían siempre, era que nadar con la barriga llena era peligroso pues a uno le podía dar un calambre o una punzada de dolor que le impidiera nadar, así que se podía ahogar.

¿Será cierto?

No hay evidencia de que hacer ejercicio después de comer dé calambre pero lo que sí sabemos es que el ejercicio vigoroso dirige el flujo de sangre del aparato digestivo hacia la piel y los músculos de los brazos y las piernas. (http://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC1760153/pdf/v048p00435.pdf)

Así que si la comida todavía no ha sido completamente digerida, puede producir nauseas.

Es la misma razón por la que el miedo extremo da ganas de trasbocar. La respuesta de lucha o huida hace que se abandonen procesos menos urgentes como la digestión, desviando el flujo de sangre a los músculos para que uno se pueda defender físicamente o correr más rápido que nunca.

Los estudios sobre los calambres se han hecho con atletas en carreras de larga distancia o que estaban participando en triatlones, actividades que exigen mucho más vigor y resistencia que el tipo de chapoteo en el agua al que se dedican los niños en las vacaciones.

Los nadadores profesionales se aseguran de no competir con el estómago lleno, pero también de que han comido lo suficiente para tener la energía necesaria para desempeñarse óptimamente.

Cuando los nadadores de larga distancia o de aguas abiertas tienen que ir muy lejos, incluso comen durante la carrera. Si les dan calambres, son más bien resultado del esfuerzo excesivo; no parece estar relacionado con los alimentos.

Esas punzadas 

Hanser Garcia, nadador olímpico cubano

Los nadadores élite son más proclives a sentir DAT, aún más si habían comido mucho.


¿Y esas punzadas que dan en los lados del cuerpo? En español se les conoce de varias maneras, como "flatos de corredor", o "dolor de caballo o de yegua" o "dolor de vaso".

Aunque se sienten a veces igual que un calambre, los investigadores diferencian entre los dos.

Tienen un nombre médico: "dolor abdominal transitorio vinculado al ejercicio" (DAT), pero aún no se entiende completamente bien de qué se tratan.

En Australia, el científico de deporte Darren Morton ha dedicado su carrera a investigar el tema.

Descubrió que los nadadores élite son más proclives a sufrirlo que los corredores (http://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/10694128).

La gente que ha ingerido una comida grande una o dos horas antes de la carrera eran más propensos a tenerlos, así hayan esperado la hora requerida antes del ejercicio (http://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/16075775).

La buena noticia es que entre más viejo sea uno, menos le dan.

El estómago hinchado

Sin embargo, hay una teoría que podría explicar los DAT vinculados al ejercicio.
Morton notó que muchos atletas de larga distancia sentían el dolor durante la carrera poco después de pasar por la estación de bebidas para rehidratarse.

Decidió hacer un experimento, en el cual la gente tenía que tomar más fluidos que lo usual justo antes de hacer ejercicio.

Los que más se sintieron hinchados o sentían las punzadas eran los que tomaron jugo de frutas reconstituido.

Morton especula que el jugo hace que el estómago se hinche y eso pone presión en el peritoneo parietal, la capa exterior de la pared abdominal.

Es un área particularmente sensible, lo que puede explicar el dolor.

Si un estómago hinchado puede irritar el área y causar un DAT entonces, en principio, la comida podría hacer lo mismo. (http://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/15118193)

Volvamos al agua 

Si a uno le da un DAT o un calambre, ¿hay alguna evidencia de que se ahogaría?


Niños saltando a la piscina

Algunos mitos sirven para otras cosas, como lograr que los niños hagan caso.


Si un niño está en aguas pandas, se puede parar. Además es posible flotar en la espalda si uno tiene un DAT.

Un niño sólo estaría en peligro si estuviera en aguas profundas, lejos de algo de lo que se pueda agarrar, sin saber nadar lo suficientemente bien para poder flotar: una situación en la cual meterse al agua no es conveniente, habiendo comido hace una hora o no.


Las estadísticas muestran que efectivamente muchos niños se ahogan en todo el mundo cada año. En China es la causa principal de muerte accidental entre los niños (http://www.who.int/mediacentre/factsheets/fs347/en/index.html).

Sin embargo, comer no figura como un factor que contribuye.

En su lista de los principales riesgos, el Centro para el control de la enfermedad de Estados Unidos, por ejemplo, incluye la inhabilidad de nadar, la falta de verjas alrededor de las piscinas, la falta de supervisión. Entre los adultos, otra causa principal es el ingerir alcohol antes de nadar (http://www.cdc.gov/homeandrecreationalsafety/water-safety/waterinjuries-factsheet.html).

A pesar de ello, hay otras buenas razones para no fomentar nadar justo después del almuerzo: para evitar sentirse mal y evitar el sol cuando está en su punto más caliente, por ejemplo.

Así que decirle a los chicos que se pueden ahogar porque acaban de comer puede ser una manera de lograr que le hagan caso.

Pero según la evidencia, no parece estar respaldado por la ciencia.

Fuente:

BBC Ciencia

25 de junio de 2013

¿Por qué se nos hace un nudo en la garganta?

El nudo se forma porque el cuerpo está en estado de alerta

Es una reacción involuntaria frente a la angustia y el estrés

Los músculos de la garganta y el esófago se tensan


Cuando algo nos preocupa hasta la angustia nuestro cuerpo lo expresa. Sentimos opresión en el pecho, la boca del estómago retorcida y un nudo nos aprieta la garganta, a veces de tal forma, que no nos salen las palabras.

Sucede así porque ante una situación de estrés, nuestro cuerpo se pone a la defensiva. Se desencadenan una serie de reacciones fisiológicas involuntarias, entre ellas el nudo en la garganta, que nos preparan para afrontar una posible agresión.

Nos convertimos en animales al borde de la huida ante un depredador, como antílopes acechados por leonas en la sabana. Pero en nuestro mundo desarrollado, las amenazas son el estrés por la situación laboral, el desamor, el miedo por no lograr el bienestar de los hijos o la hipoteca, por ejemplo.

El nudo se produce porque los músculos del esófago y la garganta se contraen. El efecto es de ligero estrangulamiento o de bola que impide tragar. Ocurre porque el acto de la ingesta de alimentos es una acción incompatible con la huida. Por este mismo motivo, también se nos seca la boca. Los vasos sanguíneos que riegan las glándulas salivares se contraen y así se restringe la producción de saliva.

Para optimizar el combustible del cuerpo, que es el oxígeno, la respiración se acelera y los bronquios se dilatan. Así llega más cantidad a los músculos. Las pupilas se dilatan y se eleva el párpado superior para que entre más luz y podamos ver con detalle, aumenta el ritmo cardíaco para elevar la sangre que fluye a los órganos y así tener disponible la energía necesaria en caso de tener que huir repentinamente.

Para evitar pérdidas de energía y concentrarlas en la escapada la sangre se desvía a los órganos internos, las manos y los pies se enfrían, la cara palidece, disminuyen los movimientos intestinales y se contraen los esfínteres para impedir la defecación o la micción. Cuando la situación que nos origina la ansiedad desaparece, nos relajamos, el nudo se deshace y todo vuelve a su estado habitual.

Fuente:

RTVE Ciencia

22 de mayo de 2013

¿Por qué cocinamos los alimentos?

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Una considerable cantidad de potenciales alimentos son esencialmente indigestibles por el ser humano, entre otros los que contienen celulosa y almidón.

Las proteínas de las carnes de animales terrestres y acuáticos pueden ser digeridas, pero con alguna dificultad: los miembros de la tribu Masai suelen comer carne cruda de vacuno, y una vez ingerida tardan días en realizar este proceso fisiológico. El hecho es que nuestro sistema digestivo, al menos hoy, tras milenios de cocina, no digiere bien las cadenas largas de hidrocarbonos, proteínas y grasas. Por otro lado digiere de maravilla las cadenas cortas, glucosa y sacarosa, entre las más comunes.

Para explicar por qué necesitamos cocinar los alimentos para comerlos, el profesor Antonio Ruiz de Elvira visita en esta ocasión la cocina de la cafetería de Cosmocaixa, el museo de la ciencia de la Obra Social La Caixa en Alcobendas.

La idea de la cocina es romper las cadenas largas de mas de 12 carbonos en cadenas cortas que son fácilmente digeribles. Para esto usamos el calor que al elevar la temperatura de las substancias, al suministrar energía, rompe las moléculas grandes y las convierte en moléculas digeribles.

La temperatura es la medida de la energía media de las moléculas en un conjunto de ellas. Alta temperatura significa movimientos intensos de las moléculas, que acaban rompiéndolas. Si además mezclamos sabores entre sí, conseguimos convertir los alimentos en substancias digeribles y con sabores agradables, y recordemos que el sabor es una señal de que algo es nutritivo y digerible al mismo tiempo.

Fuente:

El Mundo Ciencia

25 de abril de 2013

¿Por qué se nos hace un nudo en la garganta?


  • El nudo se forma porque el cuerpo está en estado de alerta
  • Es una reacción involuntaria frente a la angustia y el estrés
  • Los músculos de la garganta y el esófago se tensan

Ampliar fotoMujer angustiada.
Mujer angustiada

Cuando algo nos preocupa, hasta la angustia nuestro cuerpo lo expresa. Sentimos opresión en el pecho, la boca del estómago retorcida y un nudo nos aprieta la garganta, a veces de tal forma, que no nos salen las palabras.

Sucede así porque ante una situación de estrés, nuestro cuerpo se pone a la defensiva. Se desencadenan una serie de reacciones fisiológicas involuntarias, entre ellas el nudo en la garganta, que nos preparan para afrontar una posible agresión.
Nos convertimos en animales al borde de la huida ante un depredador, como antílopes acechados por leonas en la sabana. Pero en nuestro mundo desarrollado, las amenazas son el estrés por la situación laboral, el desamor, el miedo por el bienestar de los hijos o la hipoteca, por ejemplo.


El nudo se produce porque los músculos del esófago y la garganta se contraen. El efecto es de ligero estrangulamiento o de bola que impide tragar. Ocurre porque el acto de la ingesta de alimentos es una acción incompatible con la huida. Por este mismo motivo, también se nos seca la boca. Los vasos sanguíneos que riegan las glándulas salivares se contraen y así se restringe la producción de saliva.

Para optimizar el combustible del cuerpo, que es el oxígeno, la respiración se acelera y los bronquios se dilatan. Así llega más cantidad a los músculos. Las pupilas se dilatan y se eleva el párpado superior para que entre más luz y podamos ver con detalle, aumenta el ritmo cardíaco para elevar la sangre que fluye a los órganos y así tener disponible la energía necesaria en caso de tener que huir repentinamente.

Para evitar pérdidas de energía y concentrarlas en la escapada la sangre se desvía a los órganos internos, las manos y los pies se enfrían, la cara palidece, disminuyen los movimientos intestinales y se contraen los esfínteres para impedir la defecación o la micción. Cuando la situación que nos origina la ansiedad desaparece, nos relajamos, el nudo se deshace y todo vuelve a su estado habitual.

Fuente:

RTVE Ciencia

17 de abril de 2013

¿Qué es la flora intestinal?

Cada individuo alberga 100.000 millones de microorganismos de 400 especies, en su mayoría bacterianas. Más del 95% vive en el tracto digestivo, sobre todo en el colon. Es la llamada flora intestinal, un complejo ecosistema lleno de microbios beneficiosos para la salud. En sentido estricto, el interior de la boca, estómago e intestinos son parte de la superficie externa del organismo, pues están en contacto directo con el medio ambiente. Mientras que la piel tiene un área de 2 m2, los intestinos desplegados alcanzan los 400 m2. Los seres humanos nacemos estériles, pero a las pocas horas el tubo digestivo comienza a ser colonizado por los microorganismos que pasan por la boca con los alimentos. A medida que entran en contacto con la capa mucosa del intestino, las bacterias pueden anidar y multiplicarse. A los 2 años, la flora intestinal es prácticamente la definitiva. Puede haber cambios transitorios si se altera la dieta o por el uso de antibióticos, pero son reversibles, de modo que cada individuo mantiene una flora predominante y estable.

La función de la flora bacteriana es la fermentación de la dieta no digerible, como la fibra vegetal; y del moco producido por el epitelio intestinal. Además, los liliputienses del tubo digestivo producen ácidos grasos, vitamina D y K, favorecen la recuperación y absorción de calcio, hierro y magnesio, y previenen la invasión de los microbios patógenos que ingerimos con los alimentos por el llamado efecto barrera. Las bacterias buenas constituyen, por tanto, un eslabón esencial del sistema inmunológico.


Tomado de:

Muy Interesante

15 de abril de 2013

Una investigación sobre las bacterias del tracto digestivo llega a hallazgos sorprendentes

Desde pequeñas aldeas en los países en desarrollo a las cocinas suburbanas de Estados Unidos las cepas peligrosas de la bacteria E. coli enferman a millones de personas cada año y matan a un gran número de niños.

Una nueva investigación del Sistema de Salud de la Universidad de Michigan da a los científicos un mejor entendimiento de lo que ocurre en los intestinos de sus víctimas atribuladas por la diarrea.

Específicamente, los investigadores muestran que las bacterias que habitualmente viven en nuestro tracto digestivo compiten contra las bacterias invasoras tales como la E. coli para ayudar a que nuestros cuerpos las rechacen.

También muestran que las invasoras dependen de ciertos genes para ganar una ventaja temporal en esa batalla, lo suficiente como para reproducirse y causar los síntomas que expelen a su progenie del cuerpo de forma que puedan infectar a otro anfitrión.

Las conclusiones, que publica la revista Science en su sitio de Internet Science Express, apuntan a posibles formas de prevención o tratamiento de las infecciones por la E. colienterohemorrágica o enteropatogénica. Estos son los tipos de bacteria que acechan en la carne molida pero no bien cocinada, la leche no pasteurizada, el agua que se bebe pero no ha sido tratada, y las frutas o verduras contaminadas, y que pueden causar la diarrea y otros síntomas que enferman a los adultos y pueden matar a los niños vulnerables.

“En nuestras tripas viven más de mil especies de bacterias, en una población simbiótica denominada microbiota”, dijo Gabriel Núñez, el patólogo de la UM que dirigió el equipo investigador. “Estos resultados demuestran que estas bacterias, también llamadas comensales, compiten con los patógenos (las bacterias que causan la enfermedad) de una manera antes no apreciada, y que los patógenos usan un conjunto específico de genes para ganar en la competencia con las comensales antes de salir del cuerpo. El haber entendido esto nos da objetivos potenciales para la prevención y el tratamiento”.

Por ejemplo, dado que la investigación muestra que las bacterias dañinas compiten con las bacterias comensales por ciertos nutrientes que necesitan para sobrevivir, la remoción selectiva de algunos nutrientes y el fortalecimiento de otros podrían ayudar. También podría ayudar un uso más específico de los antibióticos cuando se trata a pacientes que combaten una infección de E. coli.


[Img #8199]
Núñez y el autor primero del artículo Nobuhiko Kamada, un fellow de post doctorado, hicieron los descubrimientos con su estudio de ratones a los que infectaron con C. rodentium, el equivalente entre los roedores de la dañina E. coli. El estudio incluyó ratones especialmente criados libres de gérmenes que carecían de las bacterias “buenas” en sus intestinos que albergan los ratones y humanos normales.



En el artículo el equipo añadió un nuevo capítulo al conocimiento de la forma en que las bacterias patogénicas conquistan un sitio de apoyo en el intestino –literalmente—activando genes de la virulencia que les permite adosarse a las células en la pared interna del tracto digestivo.

Esta actividad de adhesión y obliteración, como se la llama, permite que la bacteria causante de la enfermedad se adhiera íntimamente a las células que cubren el interior de los intestinos, consuma nutrientes y se reproduzca aventajando en la competencia a las bacterias naturales de los intestinos. Pero este nicho cómodo sólo dura por unos pocos días o semanas, un período durante el cual los intestinos del anfitrión se inflaman más y más a medida que el sistema de inmunidad responde al ataque. El resultado es la diarrea que, a veces, contiene la sangre que escapa del revestimiento intestinal.

Y entonces, según descubrieron los investigadores, es cuando los patógenos dejan de expresar los genes de virulencia que les permitieron ganar ventaja. Se desprenden del revestimiento intestinal y se mezclan con bacterias comensales en el interior del intestino y luchan por la comida que puedan conseguir.

Si bien este retorno a la competencia significa que algunas de ellas morirán, sobrevive el número suficiente de esas bacterias como para ser expelido con las heces. Y si no existen buenos sistemas sanitarios en el lugar, las bacterias descendientes tienen una buena oportunidad de hallar un nuevo anfitrión sobre el cual cebarse.

Las mejoras en la sanidad en todo el mundo podrían prevenir las infecciones, para empezar, dijo Núñez. Pero cuando ocurre la infección con la bacteria patogénica, un mejor entendimiento de la forma en que interactúa con nuestras bacterias nativas podría, al final, ayudar a salvar vidas.

El equipo de Núñez trabaja con el laboratorio del microbiólogo de la UM y coautor Eric Martens para detectar las diferentes azúcares que, si se eliminan o se aumentan en la dieta, podrían debilitar los efectos patogénicos. Esto a su vez podría llevar a un mejor entendimiento de cómo los ninos y los adultos débiles deberían ser alimentados durante el tratamiento de la infección. (Fuente: U. Michigan)


Fuente:

Noticias de la Ciencia

11 de abril de 2013

Buscando la manera perfecta de simular heces humanas


En días en los que se ha puesto de moda decir que, en caso de que has encadenado muchos infortunios, parece que hayas pisado un pastel de Ikea (en vez de has pisado mierda), hablar de nuevo de caca pudiera ser redundante. Pero vamos a hacerlo. A pesar de que ya os hablamos de aquellas hamburguesas de caca.

En esta ocasión, no hablaremos de heces de verdad, afortunadamente, sino de la forma ideal de imitarlas. Pero ¿para qué diablos querría un investigador simular caca humana? ¿Para gastar una broma?


No se descartan las bromas, ni la opción al IgNobel, pero la razón de los científicos de Kimberley-Clark en Dallas, Texas, tenían otra cosa en mente cuando en 1994 trataron de simular deposiciones humanas: probar la eficacia de distintas clases de pañales, así como de las almohadillas de incontinencia de la compañía. Para ello no sólo debían crear caca verosímil, sino también inodora y que no supusiera ningún peligro.

Tal y como explican Ian Crofton en Historia de la ciencia sin los trozos aburridos:
Los primeros experimentos con pastel de calabaza y manteca de cacahuete no tuvieron éxito, pues los ingredientes sólidos y líquidos se separaban con demasiada facilidad. Después de un período de intensa investigación, Richard Yeo y Debra Welchel dieron con la receta ideal: una mezcla de almidones, polivinilo, gomas, gelatina, resinas y fibras. Simplemente añadiendo agua se obtenía, según Yeo, “algo tan cercano a la cosa real como era posible”.

Tomado de:

Xakata Ciencia

20 de febrero de 2013

Una píldora que graba en 3D como alternativa a la endoscopia

Científicos del Wellman Center de Fotomedicina del Massachusetts General Hospital (MGH) han desarrollado una píldora que una vez ingerida graba imágenes del esófago y que se presenta como una alternativa a la endoscopia tradicional. Este nuevo proceso evita que los pacientes tengan que ser sedados, lo que elimina riesgos.

alternativa a la endoscopia

La píldora está indicada para monitorizar a pacientes que sufran una enfermedad llamada Esófago de Barret, por la cual el revestimiento del esófago presenta daños a causa del ácido gástrico del estómago. La cápsula tiene un tamaño de píldora multivitamínica y crea imágenes detalladas de la estructura del esófago. Este sistema presenta diversas ventajas respecto al sistema de endoscopia tradicional.

La ventaja más obvia es que el paciente no requiere sedación. No se requiere de una instalación o equipamiento especializado y tampoco se necesita de personal entrenado para realizar endoscopias. Otra de las ventajas es que la imagen no proviene de cámaras con lo que es precisa hasta nivel microscópico y por supuesto, más definida que una imagen proveniente de una endoscopia de alta resolución.

La píldora contiene un sistema llamado OFDI (Optical Frequency Domain Imaging) o Sistema de Imagen mediante Frecuencia Óptica. Se basa en un láser que rota a muy alta velocidad y que emite un pulso de luz cercana a la infraroja. Luego la píldora contiene tambien sistemas que recogen y graban este pulso de luz rebotado en el esófago. Los científicos dicen que gracias a este sistema que sirve como alternativa a la endoscopia las imágenes que han obtenido del esófago son de las mejores que se han obtenido nunca. La píldora se ata a un hilo que hace que vaya bajando al ingerirse por la boca. Este hilo permite conectarse con el sistema que procesa las imágenes y aguanta la píldora mientras esta baja por el esófago gracias a las contracciones naturales de los músculos.

Una vez que la cápsula llega a la entrada del estómago se estira hacia arriba para que suba y las imágenes se graban tanto cuando baja como cuando sube. Una de las ventajas que se han demostrado es la del tiempo que se ahorran los pacientes. Mientras que una endoscopia puede tardar unos 90 minutos, este sistema puede completar una imagen del esófago en un minuto. Si se quiesiera se podrían hacer un par de pasadas hacia arriba y abajo, con lo que el tiempo total ascendería hasta los 6 minutos. En los estudios llevados a cabo, los pacientes que habían pasado por una endoscopia preferían el nuevo sistema.

Fuente:

Gizmologia

16 de diciembre de 2012

¿Por qué rugen las tripas?

Rugido ¿Por qué rugen las tripas? ¿A quién no le han rugido alguna vez las tripas en el momento más inoportuno? En contra de la creencia popular, que dice que sólo aparecen cuando hay hambre, estos molestos ruidos aparecen con mucha frecuencia en situaciones que provocan ansiedad (exámenes, reuniones, ir a la casa de la suegra por Navidad…) y no hay nada más incómodo que uno de estos ruidos cuando coincide justamente con un silencio pasajero de todo el grupo.

En medicina, a estos “rugidos de tripas” se le llaman borborigmos. Son ruidos gastrointestinales producidos por el movimiento de líquidos y gases. Este movimiento se produce por la contracción coordinada (peristaltismo) del estómago e intestinos.

Es algo totalmente normal (fisiológico) en nosotros que tengamos estos ruidos. De hecho, prácticamente siempre los tenemos, lo que ocurre que suelen ser bastante débiles y no los apreciamos. Con un fonendoscopio colocado a nivel del abdomen se puede comprobar que en realidad casi siempre están ahí. Y, cuando tras mucho tiempo intentando escuchar, no se consigue oír nada, es mala señal, porque puede indicar una parálisis o una obstrucción intestinal.

Lo contrario a la parálisis intestinal puede ocurrir cuando hay un exceso de los movimientos gastrointestinales (hiperperistaltismo) y se da en casos de diarreas, flatulencia excesiva, intestino irritable, celiaquía y un largo etcétera. Por supuesto, también puede ocurrir de forma pasajera en situaciones de estrés y ansiedad como he comentado más arriba. Cuando todo eso ocurre, el movimiento de los líquidos y gases es mucho mayor y, por tanto, también lo serán los ruidos resultantes.

En cuanto al rugido del estómago, puede darse tanto en el proceso normal de digestión como cuando han pasado varias horas desde la última comida y empieza a haber hambre. El estómago está constantemente contrayéndose, esté lleno o vacío. 

Cuando se da la situación en la que sentimos lo que llamamos “hambre” se produce un reflejo nervioso parasimpático que prepara al estómago y los intestinos para recibir comida. Es decir, aumenta las contracciones y la secreción de fluidos. Estas contracciones y los líquidos, unido a que el estómago vacío está más lleno de gas que cuando está lleno, provoca el sonido del “rugido” estomacal tan característico. Por eso, sólo hace falta pensar, ver u oler comida para que las contracciones gastrointestinales aumenten. Y no es lo único en los que se nota este reflejo, la salivación también aumenta (“se hace la boca agua”).

Como dato curioso, hay personas que tienen tanto pánico al rugido de tripas en público que evitan las reuniones o las situaciones sociales en qué podrían escucharse. Normalmente suele darse en gente ya de por sí tímida que tienen unos ruidos gastrointestinales bastante frecuentes y sonoros.

Fuente: MEDTempus

28 de noviembre de 2012

Sorprendente: 5 Tendencias en la Evolución Humana

Cuando se habla de evolución humana, vaya uno a saber por qué, pero la gente tiende a pensar enseguida en cómo vamos a ser en el futuro. ¿Hacia dónde nos llevará la evolución? La respuesta simple, rápida, y científica es que no se sabe, ya que la evolución es azarosa. Pero lo cierto es que hay algunas tendencias en la evolución humana que se ha comprobado que vienen afectando a nuestra especie durante miles o millones de años, y que seguirán actuando. Así es que si bien la futurología no se lleva bien con la evolución, estas tendencias observables nos permiten acercarnos un poco. 

El futuro de la raza humana es un tópico constante de la literatura de ciencia ficción, y se ha vuelto popular entre algunos filósofos evolucionistas a los que les gusta especular científicamente sobre el tema. Por lo general suelen errar por mucho, imaginando humanos cabezones, con súper cerebros, y súper inteligencia; otros  dicen que la evolución ha dejado de actuar sobre nosotros, ya que, mediante la tecnología y la cultura hemos tomado las riendas de nuestra propia evolución. A veces prestan atención a las tendencias reales que se pueden observar en la evolución humana y las llevan a los extremos. Pero nosotros no haremos futurología, sino que exploraremos cinco de esas tendencias en la evolución humana, ese camino que venimos siguiendo como especie desde hace millones o miles de años, dependiendo del caso. 

evolución humana

1-Nuestro cerebro se está achicando

Empezamos tirando abajo el mito del humano de cerebro gigante del futuro, ya que, es un hecho comprobado que durante las últimas decenas de miles de años, el cerebro se ha ido achicando en el Homo sapiens. Si estudiamos a los fósiles desde el primer humano, el Homo habilis, podremos ver que desde ellos hasta image nuestra especie, la tendencia evolutiva fue hacia un aumento en el tamaño del cerebro. Pero alcanzamos un pico hace unos cien mil años, momento en que el cerebro llegó a el máximo de tamaño, tanto en nuestra especie, como en nuestros parientes los Neandertales

Habiendo dicho esto, queda en claro que la evolución no ha dejado de actuar sobre nosotros. Hay evidencias de que no sólo no dejamos de estar sometidos a la selección natural, sino que estamos evolucionando cada vez más rápido. Una de esas evidencias, es el análisis de cráneos y de nuestros genes, que indican que durante los últimos 10 mil años el cerebro humano se ha achicado, al menos una media de unos 150 centímetros cúbicos. Para que nos demos una idea, la media actual es de unos 1350 centímetros cúbicos, para el tamaño cerebral. En el pasado, teníamos al menos un diez por ciento más de tamaño promedio. ¿Esto implica que nos estamos haciendo más estúpidos? Para nada, el tamaño del cerebro no sólo tiene que ver con la inteligencia. Se cree que tal vez la sociedad sedentaria que caracterizó al ser humano durante los últimos 10 mil años, con el desarrollo de la agricultura, ha favorecido una adaptación a cerebros más chicos. Si sopesamos que el cerebro es un terrible consumidor de energía, entonces es claro que la selección natural actuará para reducirlo, si no lo necesitamos tan grande. Y por lo que se viene descubriendo, su gran tamaño no sólo tenía que ver con la inteligencia, sino con nuestra adaptación a ser una especie muy activa, y corredora.

2-Estamos perdiendo el olfato

image El ser humano es un primate, y como todos los primates, nos hemos distanciado del resto de los mamíferos no sólo por nuestro gran cerebro, sino por haber primado el sentido de la vista, dejando un tanto de lado el olfato. Esta es una tendencia evolutiva que se puede observar en los últimos 55 millones de años de historia de los primates. En las demás especies de primates, como chimpancés y gorilas, no se ha observado que la tendencia a dejar de lado el olfato siga, pero en nuestro caso sí. De los más o menos mil genes destinados al olfato que hemos heredado de nuestros antepasados comunes con el resto de los mamíferos, al menos unos 300 han quedado disfuncionales por mutaciones que han alterado su estructura más allá de cualquier reparación posible, según se ha podido descubrir cuando los genetistas lograron decodificar nuestro genoma completo. Por eso es que un perro tiene una capacidad olfativa un millón de veces superior a la nuestra. Un estudio reciente, publicado en Molecular phylogenetics and evolution, indica que esta tendencia sigue activa, por lo que, con cada generación, nuestro olfato irá empeorando.

3-Se nos achica la boca

Los chimpancés y los gorilas son nuestros parientes evolutivos más cercanos. Son primates como nosotros, pero nos separa una adaptación a un medio totalmente distinta. Ellos son principalmente vegetarianos, nosotros somos omnívoros, es decir, comemos cualquier cosa. Un gorila puede chimpancé pasar gran parte de su día masticando con sus grandes dientes moledores de hojas, y su inmensa bocota, para poder guardar lo máximo posible mientras se mastica bien, ya que sino no podrá digerir la celulosa vegetal. Semejante animalote, requiere muchas calorías, lo que significan muchos vegetales. El último antepasado común que tuvimos con ellos se cree que vivió hace unos 7 millones de años. Nuestra línea evolutiva se separó cuando una especie de primate por esa época comenzó a caminar en dos patas. Hace 3 millones de años vivían en África los australopitecos, nuestros antepasados homínidos. Ellos caminaban en dos patas, pero tenían una alimentación parecida a la de los chimpancés. Grandes dientes moledores, bocas grandes, lo que indica que comían frutos, tubérculos, y otros vegetales. 

Pero con la aparición de los primeros humanos, especialmente con los Homo erectus, hace unos 1,5 millones de años, se inició una tendencia evolutiva hacia la disminución del tamaño de la boca, y de los dientes. Fue una adaptación al nuevo tipo de alimento que predominaba en la dieta de aquellos humanos, que fue la carne. Esa carne proporcionaba más calorías, y al parecer también ya dominaban el fuego, y tal vez la cocina, por lo que cada vez se tuvo que masticar menos para conseguir más calorías. Nuestro gran cerebro se transformó en un terrible demandante de calorías, así que una alimentación más eficiente era bienvenida. Por eso, tener una boca grande, ya no era una ventaja, ni tampoco los dientes grandes. Con la cocción de los alimentos, y la llegada de la agricultura, nuestra boca se ha ido achicando cada vez más. Los dientes también están en una tendencia pro achique, pero al parecer más lenta, lo que produce que cada vez haya más gente que necesite ortodoncia. Esta tendencia nos lleva hacia la que sigue en la lista.

4-Perderemos la muela de juicio

Los mamíferos se separaron de los reptiles hace unos 200 millones de años, y su principal adaptación al medio fueron los dientes. Estos se volvieron especializados, para muela de juiciorealizar diferentes trabajo y poder hacer más eficiente la alimentación. Incisivos para cortar y arrancar, premolares para morder, y molares para masticar y moler. Como veíamos antes, en los primates predominó una adaptación a comer frutos blandos y duros, por lo que esta especialización también era buena. Pero en nuestra especie las muelas moledoras ya dejaron de tener mucha importancia, porque comenzó a comer carne y a cocinar sus alimentos, así que no hacía falta masticar durante horas y horas, por lo que hacer crecer muchos molares se transformó en una gasto excesivo de energía. La selección natural está actuando actualmente contra la llamada muela de juicio, el tercer molar. En las épocas prehistóricas, la muela de juicio salía cuando la persona ya se había desarrollado por completo, es decir cuando se consideraba adulta para una sociedad cazadora recolectora, más o menos a los 16 años. 

Actualmente se ha retrasado su aparición, y en muchos casos ya ni siquiera aparecen o sólo sale uno de los cuatro terceros molares. Como la boca se ha achicado mucho, ya no hay espacio para ese tercer molar, así es que por lo general es una causa de infecciones, problemas de ortodoncia, dolores, etc. En poblaciones como los aborígenes de Tasmania o los pobladores originarios de México, las muelas de juicio desaparecieron por completo, se cree que relacionado a un gen llamado PAX9. La tendencia en el resto de los humanos es a perder este diente vestigial.

5-Desaparecerán las razas

image

El concepto antropológico de raza se relaciona con las gran variedad que tiene el Homo sapiens, una especie muy flexible y fácilmente adaptable. Hace dos millones de años, cuando los Homo erectus evolucionaron en África, se adaptó a un ambiente de sabana, con pocos árboles, y mucho sol. Como era una especie corredora, perdió el pelaje característico de los primates como una adaptación a refrigerar mejor el cuerpo, con glándulas sudoríparas por casi toda la piel. Ese pelaje solía proteger la piel del sol, pero otra adaptación tomó la posta de protegernos de los dañinos rayos ultravioleta: la pigmentación de la piel. Así es que los primeros humanos eran de piel negra. Pero a cuando comenzaron a colonizar otras regiones de latitudes más altas, como Europa o Asia, la piel oscura era una contra para una eficiente síntesis de la vitamina B, tan importante para nuestro sistema inmunológico, y que se logra gracias a esos rayos ultravioleta sobre la piel. El asunto es que en latitudes más altas, hay menos de estos rayos UV, y tener una piel oscura significa que cuesta diez veces más sintetizar la vitamina B. Así fue que se volvió a la piel pálida que caracteriza a otros primates como los chimpancés, ya que al no ser tan dañinos los rayos UV, en esas latitudes, no se necesitaba una pigmentación oscura de la piel. 

Así fue que surgieron diversas adaptaciones climáticas, como la forma de la nariz, del cabello, etc. Pero desde la era de la Exploración, que comenzó hace unos 500 años, las culturas humanas alrededor del mundo no dejan de cruzarse, y mezclarse. Esas migraciones forzadas o no, llevaron a diversas poblaciones a mudarse a regiones totalmente diferentes a las que los habían cobijado durante siglos. Hoy en día existen diversos problemas de salud relacionados con personas de piel oscura viviendo en latitudes altas, con pocos rayos UV, y también de gente con piel clara viviendo en zonas ecuatoriales, con alta radiación solar. Pero la tendencia es hacia la mezcla total, por la globalización. Algunos expertos, como Peter Ward, creen que desaparecerán los extremos, con una población de cabello marrón y media estatura, desapareciendo los rubios, los ojos celestes, los pelirrojos, y los colores de piel muy claros o muy oscuros. 

Esta última tendencia, es más especulativa, ya que es algo que ha ocurrido en apenas los últimos siglos, o décadas, por lo que todavía es imposible ver en nuestros genes si efectivamente la selección natural está actuando. La evolución humana ha intrigado a cientos de científicos desde que Darwin nos arrojó del pedestal y nos unió al resto de los animales, afectados por la evolución. El hecho de que hayamos cambiado tanto, que estemos cambiando, y lo sigamos haciendo es intrigante, llama a la especulación. Pero la forma en que actúa la evolución es azarosa y dependiente de cómo evolucione el entorno, el ecosistema, así que sin saber cómo estará el planeta en el futuro, o siquiera si seguiremos estando en este planeta, es casi imposible hacer futurología.

Para más información también puede leer mi libro Modelo para armar.


Tomado de:

Sinapsit

5 de noviembre de 2012

¿Qué es la intolerancia a la lactosa?

 

Un vistazo en el supermercado basta para saber que la intolerancia a la lactosa está de moda y todo el mundo quiere tomarse el colacao sin sufrir hinchazón abdominal ni molestas “flojeras intestinales”. Estantes llenos de leche de soja, leche sin lactosa, derivados de la leche sin esta dichosa sustancia.

La lactosa es un disacárido, un azúcar contenido en la leche. Para su absorción es necesaria la acción de una enzima llamada lactasa, la cual se encuentra en el intestino. Dicha enzima se encuentra en gran cantidad cuando nacemos para facilitar el aprovechamiento de los nutrientes de la leche materna. Posteriormente, muchos sufrimos la disminución de actividad de esa enzima o su pérdida parcial, con lo que se dificulta la absorción de este disacárido, que es eliminado con las heces originando una serie de molestos síntomas abdominales como hinchazón, continua expulsión de gases, diarrea, dolor cólico.

Se conocen tres tipos de hipolactasia o deficiencia de lactasa: congénita, primaria o secundaria.

La intolerancia congénita es una patología muy rara (sólo se conocen 40 casos en el mundo) en la que se nace sin poseer esta enzima, con lo que desde la primera vez que se amamanta a ese bebé sufre diarreas continuas, cólicos e hinchazón abdominal, además de déficit de nutrición.

La malabsorción primaria en el adulto es una afectación en la tras pasar el periodo de amamantamiento va disminuyendo gradualmente la actividad de la lactasa a lo largo de la vida, hasta llegar a un punto en el que se manifiestan los molestos síntomas al no poderse absorber bien la lactosa. Hace tiempo se descubrió la existencia de un gen que regula la formación de lactasa, la cual puede mantenerse o no con el tiempo, según el gen heredado. Este gen de perdurabilidad  está más presente en la población europea, sobre todo Centroeuropa, mientras que apenas se observa en el sur de África, Japón y América del Sur, donde se observa una mayor prevalencia de intolerancia a la lactosa. Existe la hipótesis de que la capacidad de digerir la leche siendo adultos es una cualidad que ha surgido a partir de una mutación en aquellas poblaciones que incluyeron la leche en su dieta habitual, siendo una gran ventaja evolutiva.

En el caso de la malabsorción secundaria, ciertas patologías  como la celiaquía, la gastroenteritis y la enfermedad de Crohn provocan un déficit de lactasa de forma temporal, reapareciendo nuevamente esta enzima al tratarse esas enfermedades. Éste es el motivo por el que cuando se padece una gastroenteritis se aconseja esperar al menos tres días antes de tomar leche y derivados.

Muchas personas se autodiagnostican intolerancia a la lactosa; no es raro escuchar a más de uno comentar que en cuanto dejaron de tomarse el café con leche, la sustituyeron por leche de soja o leche sin lactosa dejaron de tener hinchazón abdominal y “urgencias defecatorias”. Existen diversas pruebas para confirmar esta enfermedad, como curva de tolerancia a la lactosa, la cual consiste en tomar en ayunas un preparado de agua con lactosa, extrayéndosele posteriormente sangre a los 30, 60, 90 y 120 minutos. Se sabe que en condiciones normales la lactasa descompone la lactosa para facilitar su absorción y llegada a la sangre, donde se transforma en glucosa; por tanto, lo normal es que conforme se saca sangre se compruebe un aumento de glucosa en la misma y si este aumento no se da o incluso disminuye la glucemia se confirma la malabsorción. Otra prueba es el test del aliento, en el que se administra al paciente una cierta cantidad de lactosa disuelta en agua y al no poder absorberla bien las bacterias intestinales la descomponen, produciendo una gran cantidad de hidrógeno a través del aliento que se detecta y mide (por encima de un cierto nivel y asegurándose que no hay otra causa de incremento de producción de gas se puede determinar la existencia de malabsorción de lactosa).

¿Y qué hacemos cuando se confirma la malabsorción de lactosa? La leche y sus derivados son una importante fuente de calcio y vitamina D, por lo que suprimirlos por completo de la dieta quizá no sea buena idea, sobre todo en el caso de los niños al ser la leche y sus derivados productos agradables y fáciles de tomar para ellos. En el mercado existen productos sin lactosa y por otra parte sabemos que los derivados de la leche fermentados pierden este azúcar durante el proceso de fermentación, con lo que un queso curado tiene escaso contenido del mismo, al revés que un queso fresco. En un artículo de encontré como curiosidad que la toma de alimentos probióticos favorece la absorción de lactosa  al poseer beta-galactosidasa y lactasa, lo cual podría ayudar a la digestión de los lácteos. Otra opción es tomar suplementos de lactasa antes de la ingesta de leche o sus derivados. Hay muchas más opciones más allá de suprimir los lácteos de la dieta.

Fuente:

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