Los padres del menor recibieron una notificación de la institución en la que se les pedía que buscaran otra escuela para su hijo. El motivo: la presencia de un determinado gen en su ADN.
En 2012 Colman Chadam, de 11 años, acababa
de comenzar a estudiar en una escuela de Palo Alto, California (oeste de
EE.UU.), después de haber vivido un tiempo en Singapur por el trabajo
de su padre.
A los pocos días de haber
empezado a acudir al centro educativo, sus padres recibieron una llamada
de la dirección recomendando que buscaran otro colegio. ¿El motivo?
Según una demanda presentada por sus progenitores, se debió a que el
pequeño portaba en su ADN los marcadores genéticos de la fibrosis
quística.
La decisión de la escuela se
habría tomado después de que los padres de otros dos estudiantes que
tienen esa enfermedad expresaran su preocupación. La fibrosis quística
es una patología hereditaria causada por un gen defectuoso que afecta a
los pulmones y al aparato digestivo.
Los
Institutos Nacionales de Salud de EE.UU. (NIH, por sus siglas en inglés)
señalan que millones de estadounidenses portan el gen pero no
manifiestan ningún síntoma. Ese era el caso de Colman Chadam.
El
problema es que cuando hay dos personas en un mismo espacio con
fibrosis quística existe el riesgo de que se intercambien gérmenes
causantes de graves infecciones pulmonares.
Los
padres de Colman demandaron al distrito escolar de Palo Alto alegando
que violaron la ley que protege a los discapacitados de ser
discriminados (ADA) y el derecho a la privacidad, recogido en la primera
enmienda de la Constitución estadounidense.
El
incidente ocurrió en 2012 y aunque una corte de California desestimó el
caso en 2014, los Chadam acaban de acudir a una corte de apelaciones.
Caso sin precedentes
Su
abogado, Stephen Jaffe, le explicó a BBC Mundo que si la corte acepta
la demanda y tienen éxito en el juicio, el caso puede sentar un
precedente sobre la gestión de la información genética de los
ciudadanos. "Este caso es sobre el principio de la privacidad genética",
dijo Jaffe.
El distrito escolar de Palo
Alto defendió en un comunicado enviado a BBC Mundo que "se preocupa y
está comprometido con la seguridad y el bienestar de sus alumnos".
Su
portavoz, Jorge Quintana, señaló que el caso está en apelación porque
la corte federal del distrito "encontró que las alegaciones eran
insuficientes para concluir que hubo negligencia"."El distrito escolar
de Palo Alto sigue estando de acuerdo con la decisión de la corte
federal", agregó Quintana.
Se reabre el caso de un joven que murió tras abandonar la quimioterapia por culpa de un curandero, según denuncia su padre.
"Papá, me he equivocado". Una frase tan simple estremece cuando es
Julián Rodríguez quien la pronuncia. Repite lo que le dijo Mario, su
hijo de 21 años, poco antes de morir. Su error: abandonar el tratamiento
médico de su leucemia para abrazar una pseudoterapia recomendada por un
curandero que asegura ser capaz de curar el cáncer con vitaminas. El
calvario de Mario duró seis terribles meses hasta que falleció en julio
de 2014. Su padre aprieta con rabia los dientes al repetir: "Papá, me he
equivocado".
Además de apartar a su hijo del tratamiento,
Julián Rodríguez calcula que el curandero le costó 4.000 euros en
tratamientos a su familia
"O te tiras por la ventana o peleas". Es tan duro lo que ha sufrido
Julián que decidió luchar para que nadie más vuelva a pasar por lo que
él ha pasado. Dos semanas después de que muriera Mario ya había
declarado la guerra contra los curanderos que se aprovechan de las
tragedias de la gente y su falta de conocimientos médicos: "Es tan
doloroso saber que tuvo una oportunidad tan clara de salvarse... A mi
hijo lo ha matado la incultura científica".
Su primera batalla es denunciar al curandero que apartó a Mario del
tratamiento que podría haberle sanado. La Audiencia Provincial de
Valencia le acaba de dar la razón y exige al juez —que inicialmente
desestimó la denuncia— que reabra el caso para procesar al falso médico
"como mínimo, por un delito de intrusismo". Las magistradas consideran
que este pseudoterapeuta, que se presenta como experto en "medicina
natural y ortomolecular", debe responder por fingir que es capaz de
curar el cáncer con sus recomendaciones.
Según el médico que trataba a Mario —el de verdad—, no sólo le convenció para que se negara a un trasplante y a darse la quimio,
sino que le prescribió un tratamiento que interfería en su recuperación
con elementos contraproducentes, como hongos y alcohol. En su martirio,
a Mario hubo que intervenirle en el intestino por una infección.
Desde que el actor estadounidense anunciara el pasado noviembre que era seropositivo, en EE. UU. crece la concienciación contra esta enfermedad.
En nuestra sociedad de celebrities, medios de comunicación de masas y redes sociales,
pesan más las aventuras y desventuras de los famosos que todos los
consejos médicos y científicos. Tanto como para suponer a veces un
importante beneficio para la salud pública.
El pasado 17 de noviembre, el actor Charlie Sheen anunció en el programa Today Show de la cadena de televisión NBC que era portador del virus de la inmunodeficiencia humana (VIH).
Ese mismo día, en EE. UU. las noticias que citaban el VIH aumentaron un
265 % (el 97 % nombraban a Sheen); y se registró la mayor cantidad de
búsquedas de Google en un solo día relacionadas con el virus. Son datos recopilados en un estudio dirigido por John W. Ayers,
profesor en la facultad de Salud Pública de la Universidad Estatal de
San Diego (EE. UU.), que ha demostrado que la cobertura informativa del
sida y las búsquedas en Google sobre esta enfermedad y su prevención se dispararon nada más producirse la confesión de Sheen.
Además –y esto es lo importante–, el alud de información y datos fue más allá del morbo y la curiosidad: las búsquedas en Google relacionadas con el VIH resultaron ser un 417 % más altas
que las esperadas para el día de la declaración de Sheen (los
investigadores se han basado en las medias registradas anteriormente).
Las búsquedas con el término “condón” (como
“comprar condones”) aumentaron un 75 %. Las relacionadas con los
síntomas del VIH subieron un 540 %, y las ligadas a las pruebas del sida
lo hicieron un 214 %. Estas búsquedas se mantuvieron tres días por
encima de las medias previas.
Las cifras son significativas, ya que en los últimos años se ha dado en los países ricos un parón en el ritmo de descenso de contagios del VIH, que los especialistas relacionan con una menor concienciación de la gente y unas deficientes políticas de prevención.
Los autores del estudio creen que el “efecto Charlie Sheen” impulsará la prevención del sida,
y destacan la decisiva influencia de los famosos en la percepción
pública de las enfermedades, como ya demostraron casos anteriores: baste
recordar a Rock Hudson y Magic Johnson con el sida, o a Angelina Jolie
con el cáncer de mama y de ovarios. Fuente: Muy Interesante
Investigaciones no publicadas
sugieren que la estancia en un hospital nos debilita tanto que, en lugar
de devolvernos la salud, nos hace más propensos a enfermar de nuevo
despues de recibir el alta.
Un profesor de la Universidad de Yale
en Estados Unidos considera que es necesario repensar completamente la
atención a los pacientes.
Cuando un hospital da el alta, tanto el
médico como el paciente están unidos en la esperanza de no tener que
volver a verse las caras de nuevo en un plazo breve.
Pero desde hace tiempo se sabe que alrededor de una quinta parte de los pacientes que abandona un hospital en Estados Unidos regresa en menos de un mes.
En
Reino Unido la cifra es inferior (7%), pero las readmisiones le
costaron al Servicio Nacional de Salud (NHS, por sus siglas en inglés)
US$3.580 millones durante el año fiscal 2012-2013.
En ambos
países, y en muchos otros, las tasas de readmisión son consideradas como
una medida de la calidad de la asistencia sanitaria provista por un
hospital.
Pese a ello, cuando el doctor Harlan Krumholz, del
Centro de Investigación y Evaluación de Resultados de la escuela de
Medicina de la Universidad de Yale, consultó a los médicos acerca de las
readmisiones obtuvo una respuesta más bien curiosa.
"Ellos decían: '¿Cómo me puede culpar cuando ellos
regresan con neumonía después de haber estado ingresados por un problema
del corazón? Nosotros nos hicimos cargo de la afección cardíaca, no es
nuestra culpa que hayan regresado con neumonía'", recuerda el experto.
Ibone Saralegui, investigadora en Osatek / Hospital de Galdakao
(Bizkaia), señala que la dislexia no tiene cura, pero que un tratamiento
correcto y precoz puede mejorar notablemente la capacidad lectora y de
comprensión de los afectados por esta alteración. Por otra parte, el
porcentaje de disléxicos es muy superior entre los hablantes de lenguas
opacas, tales como el inglés y el francés.
“La
dislexia es la dificultad que presentan algunos niños para adquirir las
destrezas lectoras, dificultad que les impide alcanzar con normalidad
los aprendizajes relacionados con la escritura, independientemente de
sus otras destrezas cognitivas, tales como la inteligencia, el
razonamiento o la memoria”, explica la neurorradióloga Ibone Saralegui.
Históricamente, se ha asociado la dislexia a problemas de percepción
visual, pero las investigaciones más recientes desmienten dicha
asociación.
Saralegui es la autora de una de estas
investigaciones, llevada a cabo junto con el oftalmólogo Ricardo
Martínez, realizada mediante resonancia magnética funcional (en inglés,
fMRI, functional Magnetic Resonance Imaging) para evaluar la red
neuronal relacionada con la lectura en niños con dislexia que no hayan
recibido tratamiento específico con anterioridad. Los resultados del
estudio muestran que los lectores con dislexia parecen tener una red
neuronal para la lectura diferenciada de los normolectores y de aquellos
con alteraciones de la motilidad (movilidad) ocular.
Subraya la
investigadora que la dislexia no tiene una única causa, y que,
probablemente, intervienen varios factores en su aparición. “En
cualquier caso, uno de sus principales causantes es una alteración en la
ruta fonológica para la lectura de los niños, lo que tiene una gran
incidencia en la terapia que se les debe aplicar. Las terapias visuales y
auditivas, por ejemplo, no son adecuadas en el tratamiento de estos
niños”. Según Saralegui, “la dislexia no se cura. Muchos padres van a la
consulta del oftalmólogo o del logopeda pensando que, tras un buen
tratamiento, su hijo va a dejar de ser disléxico. Pero un niño (o un
adulto) es disléxico siempre. Eso sí, con un tratamiento precoz y
correcto, puede mejorar notablemente su habilidad lectora y su capacidad
de comprensión”.
Lenguas opacas y lenguas transparentes
El
estudio se ha realizado con niños castellanoparlantes, “aunque sus
conclusiones podrían extrapolarse a los vascoparlantes” según Saralegui,
“ya que el euskera y el castellano tienen un nivel de semitransparencia
muy parecido. Las lenguas transparentes son aquellas en las que el
grafema coincide con el fonema, es decir, en los que a una letra le
corresponde, por lo general, un sonido. En las opacas (inglés,
francés…), por el contrario, un grafema (la letra A, por ejemplo), puede
pronunciarse de varias formas (‘a’, ‘ei’…). En la lectura el primer
paso fundamental es este ensamblaje entre los fonemas y los grafemas”.
Las
lenguas opacas presentan, por tanto, un problema añadido: hay que
aprender varios fonemas para un mismo grafema. “Por eso, en dichas
lenguas se duplica, casi, el porcentaje de niños disléxicos. En las
lenguas transparentes y semitransparentes hay una menor incidencia de la
dislexia, y ésta se presenta más tarde, aunque el problema de
comprensión persiste”, señala la investigadora.
Referencias:
Differences
in effective connectivity between children with dyslexia, monocular
vision and typically developing readers: A DTI study. B.
Garcia-Zapiraina, Y. Garcia-Chimenoa, I. Saralegui, B.
Fernandez-Ruanova, R. Martinez. Biomedical Signal Processing and Control. 2016; 23: 19-27
Reading
networks in children with dyslexia compared to children with ocular
motility disturbances revealed by fMRI. I. Saralegui, JM Ontañón, B.
Fernández-Ruanova, B. García-Zapirain, A. Basterra, E. Sanz-Arigita. Front Hum Neurosci. 2014; 8 (936): 1-15.
Automatic
classification of dyslexic children by applying Machine Learning to
fMRI images. Y. García Chimeno, B. Garcia-Zapirain, I. Saralegui, B.
Fernández-Ruanova. Bio-Med Mater Eng. 2014; 24(6): 2995-3002.
El doctor Stewart Adams se dio
cuenta que había descubierto un analgésico muy potente cuando, horas
antes de dar un discurso importante, le curó la resaca que tenía.
"Era el primero en hablar y me dolía la cabeza después de haber salido la noche anterior con mis amigos", rememora Adams.
"Así que me preparé una dosis de 600mg sólo para estar seguro y descubrí que era muy efectiva", cuenta.
Ahora,
a sus 92 años, Adams recuerda los años de investigación, las infinitas
pruebas hechas a compuestos y las muchas frustraciones antes de que él y
su equipo descubrieran, hace más de 50 años, que el ibuprofeno era un fármaco con muchas posibilidades.
Desde entonces se ha convertido en uno de losanalgésicos más usados del mundo.
Es común que los botiquines de medicinas caseros cuenten con algunas tabletas.
¿Fiebre? ¿Dolor de cabeza? ¿Dolor de espalda? ¿O incluso de muelas? Lo más probable es que el ibuprofeno sea la primera opción que ofrezca el farmaceuta.
La comunión entre los psicodélicos y la ciencia médica se encuentra en
un franco proceso de reconciliación, a partir de lo cual pudiesen
emerger múltiples beneficios para la sociedad contemporánea.
Tras décadas de satanización de los
psicodélicos, en una movida minuciosamente orquestada por gobiernos con
ayuda de medios de comunicación e instituciones educativas,
aparentemente se consolida una tendencia de nueva apertura ante las
bondades terapéuticas y medicinales de estas sustancias. Si bien en 1971
la Organización de las Naciones Unidas ratificó la legalidad del uso
de ciertos psicodélicos, por ejemplo el LSD, con fines de investigación
científica y médica, lo cierto es que gobiernos locales e inclusive la
propia comunidad científica se dedicaron durante las últimas tres
décadas del siglo XX a censurar la mayoría de iniciativas que buscaba
experimentar con estas sustancias.
Si nos remitimos al uso milenario de los
psicoactivos es que su naturaleza es esencialmente curativa –sobretodo
si tomamos en cuenta que en aquellos contextos la salud estaba
intrínsecamente asociada al espíritu. Ya fuese a través del cornezuelo
de centeno entre los griegos –fundamental en el rito de los Misterios
Eulesianos y antecedente molecular del LSD–, la amanita muscaria entre
las tribús del norte, particularmente siberia, o las múltiples plantas
sagradas empleadas por los asentamientos mesoamericanos, decenas de
culturas alrededor del mundo aprovecharon los principios psicodélicos
como una herramienta fundamental dentro de sus prácticas medicinales.
Sin embargo, esta esencia curativa parece que fue inundada por dos
enemigos bien definidos: la propaganda negativa promulgada por las
autoridades y el abuso de su consumo por parte de la cultura pop.
Posteriormente emergerían nuevos
episodios de este retorno de los psicodélicos a la medicina científica.
La Food and Drug Administration (FDA) de Estados Unidos aprobaría el uso
de psilocibina para pacientes en fase terminal, se popularizarían
clínicas contra adicciones que recurren a la ibogaina como catalizador, y
se retomarían las investigaciones sobre el uso del LSD para combatir el
alcoholismo.
1) Alcoholismo: Recientemente un grupo
de investigadores noruegos retomaron media docena de estudios realizados
entre 1966 y 1970, sobre los beneficios de terapias con LSD para
combatir la adicción al alcohol. Dichas investigaciones confirmaron que
536 pacientes lograron neutralizar su adicción con una sola dosis de
este psicodélico. El 56% de los pacientes tratados de este modo
superaron su problema con el alcohol en comparación con el 38% de las
personas que fueron tratados por otras vías.
2) Pacientes terminales: Recientemente
se ha investigado el efecto positivo que pueden tener los psicodélicos
en el alivio de la angustia provocada por la proximidad de la muerte.
Científicos de prestigiadas instituciones (el Centro Médico de la
Universidad de California, la Escuela de Medicina de la Universidad de
Nueva York, el Centro Médico de Johns Hopkins Bayview, entre otras) han
administrado diferentes sustancias a enfermos terminales para evaluar
cómo inciden estas en la manera en que una persona encara la muerte. La
psilocibina, el MDMA (ectasy) y el LSD han probadamente reducido la
depresión y ansiedad de quienes están a un paso de la muerte por motivos
de salud. La psilocibina –como todas las triptaminas- tiene una
estructura química similar a la de la serotonina –la hormona que regula
los estados de ánimo- y por esto hace aleaciones con receptores de
serotonina en las neuronas. La psilocibina podría tener usos
terapeúticos ya que el sistema de serotonina en los nervios es sobre lo
que actúan los antidepresivos existentes.
3) Depresión y ansiedad: el uso
terapéutico de la psilocibina ha probado ser especialmente eficaz en el
tratamiento de estos desórdenes (por cierto dos de los males más comunes
en la sociedad contemporanea). Esta sustancia –como todas las
triptaminas- tiene una estructura química similar a la de la serotonina
–la hormona que regula los estados de ánimo- y por esto hace aleaciones
con receptores de serotonina en las neuronas.
4) Migrañas crónicas: un síntoma
conocido también como ‘jaquecas suicidas’, aludiendo a las ganas de
morir que exponen los pacientes con tal de no seguir experimentando ese
dolor, ha sido tratado de forma experimental con psilocibina, obteniendo
resultados mas efectivos que aquellos conseguidos por sofisticados
fármacos. Luego de comprobar que pacientes que recurrían ilegalmente al
uso de psilocibina y LSD para aliviar con éxito su malestar, científicos de la Universidad de Harvard y el Hospital McLean trabajan en una píldora, Bol-148, que incluye el LSD como ingrediente, que podría combatir este intenso formato de dolores de cabeza.
5) Desórdenes post-traumáticos: la
experiencias traumáticas generan un tipo particular de estrés que puede
traducirse en innumerables efectos negativos en la salud del cuerpo y la
psique. El uso de MDMA (sustancia activa en el Ecstasy) ha probado ser
significativamente benéfico para personas que han sufrido episodios de
está índole, por ejemplo víctimas de violaciones sexuales o abusados
físicamente de manera sistemática.
Una vez repasadas algunas de las
bondades medicinales de los psicodélicos, es importante enfatizar en lo
que a mi juicio podríamos considerar como la mayor virtud de estas
sustancias: la posibilidad de reprogramar la mente.
Florence Nightingale fue mucho más que una dama con una lámpara. La leyenda de la santa enfermera a veces oculta la verdad: que su genio matemático fue lo que realmente salvó tantas vidas.
Su ambición la llevó al infernal mundo de la Guerra de Crimea y, como consecuencia, por un camino que terminó transformado la enfermería y los hospitales.
Acompáñanos en un rápido recorrido por su vida.
1820
Una niña dotada
Nació en la ciudad italiana de Florencia, y de ahí su nombre, pero creció en pintorescas casas de campo inglesas con su hermana mayor Parthenope.
La criaron al estilo de la clase media alta de la época, que incluía una extensiva educación impartida en casa por su padre, quien les enseñó a sus hijas los clásicos, filosofía y lenguas modernas.
Florence se destacaba en matemáticas y ciencia.
Su afición por registrar y organizar información se notó desde una edad temprana, cuando documentó su enorme colección de conchas del mar con listas y tablas diseñadas con mucha precisión.
Una nueva investigación de la Escuela de Medicina de la Universidad Emory, en Atlanta, ha demostrado que es posible que alguna información pueda ser heredada biológicamente a través de cambios químicos que ocurren en el ADN. Durante las pruebas se descubrió que que los ratones pueden transmitir información aprendida acerca de experiencias traumáticas o estresantes -en este caso, miedo al olor de la flor de cerezo- a las generaciones siguientes.
Según The Telegraph, el Dr. Brian Dias, del departamento de psiquiatría de la Universidad de Emory, dijo:
Desde una perspectiva traslacional, nuestros resultados nos permiten apreciar cómo las experiencias de uno de los padres, antes de siquiera concebir descendencia, influyen notablemente tanto en la estructura como en la función del sistema nervioso de las generaciones posteriores.
Un fenómeno de este tipo puede contribuir a la etiología y al potencial de la transmisión intergeneracional del riesgo de trastornos neuropsiquiátricos, como las fobias, la ansiedad y el trastorno de estrés post-traumático.
Esto sugiere que las experiencias se transmiten de alguna manera desde el cerebro hacia del genoma, lo que les permite ser transmitidas a las generaciones posteriores. Los investigadores esperan ahora llevar a cabo más trabajo para comprender cómo llega la información a ser almacenada en el ADN en el primer lugar.
Los investigadores también quieren explorar si efectos similares se pueden ver en los genes de los seres humanos.
El profesor Marcus Pembrey, genetista pediátrico en el University College de Londres, dijo que el trabajo proporciona “evidencias convincentes” de la transmisión biológica de la memoria. Y agregó: “Se ocupa del temor constitucional que es muy relevante para las fobias, la ansiedad y la trastornos de estrés post-traumático, además de la controvertida cuestión de la transmisión de la “memoria” de la experiencia ancestral de generación en generación.”
Ya es hora de que investigadores de salud pública se tomaran en serio las respuestas transgeneracionales en humanos.
Sospecho que no vamos a entender el aumento en los trastornos neuropsiquiátricos o la obesidad, la diabetes y los trastornos metabólicos en general sin tener un enfoque multigeneracional
dice el profesor Wolf Reik, jefe de epigenética en el Instituto Babraham en Cambridge, Sin embargo, advirtió Reik, es necesario seguir trabajando antes de que estos resultados puedan aplicarse a los seres humanos.
“Este tipo de resultados son alentadores ya que sugieren que existe la herencia transgeneracional y está mediada por la epigenética, pero se necesitan estudios mecanicistas más cuidadosos de los modelos animales antes de extrapolar estos hallazgos a los seres humanos. “
Los problemas de miopía en niños son cada vez más graves en todo el mundo, y un estudiorealizado en 2009 ya indicaba que la proporción e personas de entre 12 y 54 años que sufrían de miopía entre 1999 y 2004 (41,6%) era muy superior a las que la sufrían en 1971-1972 (25%). Esas conclusiones se agravan en diversos países asiáticos, donde las tasas de miopía son muy preocupantes.
De hecho, un 80% de los casi 4.800 niños y adolescentes a los que se les hicieron pruebas en Pekín tenían miopía según el estudio publicado en marzo de este año. En un informe simlar de 2012 en Seúl, prácticamente todos los niños a los que se les sometió a pruebas (de un total de 24.000) sufrían también este problema visual. Los científicos e investigadores no acaban de ponerse de acuerdo en las causas y posibles remedios, pero hay uno que sí parece funcionar: que los niños pasen más tiempo fuera de casa.
Más actividades al aire libre, por favor
La Organización Mundial de la Salud ya reunió a un grupo de expertos a principios de año para debatir sobre el tema y tratar de proponer soluciones. Sus conclusiones aparecerán este verano, pero su preocupación es la del incremento no solo en casos de miopía, sino en la de casos de miopía severa que hace aumentar de forma notable los riesgos de otros problemas aún más graves como desprendimiento de retina o glaucomas.
El pasado día 26 de marzo de 2015 se publicó en la revista Science, y fue recogido por la web de noticias científicas SINC, de la Fundación Española para la Ciencia y la Tecnología, la siguiente noticia: “Una vacuna usa por primera vez el virus completo y desactivado del ébola”. La noticia contaba como un equipo de científicos de EEUU y Japón había desarrollado una vacuna para el ébola, que por primera vez hacía uso del virus completo, pero desactivado, lo cual parece hacerla más segura que otras vacunas que se están desarrollando en la actualidad, y que además, se informaba de que dicha vacuna ya se había probado con éxito en macacos. Las otras vacunas experimentales, algunas que hacen uso solo de una parte del virus e incluso una que utiliza el virus vivo, se están testando ya con humanos, pero existe cierta preocupación por la seguridad de los pacientes.
Al leer esta noticia se me ocurrió que podíamos aprovechar la oportunidad para hablar de las estadísticas médicas, y más concretamente, de un caso muy conocido, la estadística de la vacuna de Salk para la poliomielitis realizada en 1954, y que ha sido uno de los mayores ensayos clínicos de la historia, el mayor hasta los años 80, en el que participaron más de un millón de niños. Este estudio clínico nos puede servir de ejemplo para ver qué cuestiones deben ser tenidas en cuenta a la hora de realizar una estadística médica para estudiar la efectividad de un medicamento o tratamiento, y que en muchas ocasiones, demasiadas, no se tienen.
Pero para entender mejor este ejemplo, e incluso la noticia sobre el ébola, recordemos brevemente qué son las vacunas y cómo funcionan. Lo que más o menos sabemos todos, es que las vacunas son un producto, formado por antígenos (que pueden ser microorganismos muertos o atenuados, una parte de los mismos o derivados de ellos), que al ser introducido en el organismo estimula la producción de anticuerpos, es decir, una defensa del propio organismo contra los microorganismos patógenos, consiguiéndose así la inmunización contra la enfermedad.
Dos ejemplos significativos de vacunas, en relación a los antígenos, serían la viruela y la gripe. En el caso de la viruela se utiliza un virus muy parecido, el virus vaccinia(estrechamente relacionado con el virus de la viruela bovina), que se inocula vivo en las personas, aunque en condiciones normales es incapaz de generar ninguna enfermedad seria, es muy leve y ni siquiera se muestran síntomas, pero lo importante es que provoca la generación de anticuerpos que las protege de la viruela. La vacuna de la viruela fue la primera en desarrollarse en 1796. El médico rural inglés Edward Jenner (1749-1823) observó que las recolectoras de leche solían padecer la “viruela de la vaca”, que es un tipo de viruela muy suave, pero después no cogían la viruela común. Aunque se sabe que ya en China, siglo X, y Sudamérica, siglo XVIII, se inoculaba con el pus de la viruela como método de prevención de este enfermedad. La vacuna de la viruela ha conseguido que esta enfermedad sea erradicada completamente del planeta.
En el caso del virus de la gripe, la vacuna es una solución del propio virus, pero neutralizado mediante un tratamiento de formaldehído. Cuando la vacuna es inoculada, los virus muertos, luego no pueden infectar a las personas vacunadas, mantienen aún una actividad antigénica que hace que se produzcan anticuerpos. La dificultad en este tipo de vacunas reside en encontrar la dosis de formaldehido suficiente para que el virus muera, pero no demasiada, para que mantenga la propiedad antigénica. Aunque esto es lo más común en el caso de la gripe, también se utilizan contra ella vacunas con virus vivos, aunque atenuados.
Una vacuna con el virus vivo tiene la ventaja de ser más efectiva, se reproduce en el individuo vacunado y genera una fuerte reacción como antígeno, que provoca un alto nivel de anticuerpos duraderos. Por otra parte, el riesgo de esta vacuna es mayor, el virus vivo, aunque esté atenuado, puede acabar generando la enfermedad que pretende combatir, y si estamos en el caso de un virus vivo similar al que nos interesa, este quizás pueda mutar y acabar provocando la enfermedad, o una similar, en el individuo.
La vacuna con un virus muerto es más segura porque es incapaz de producir la enfermedad en el individuo, sin embargo, puede fallar y no provocar la respuesta deseada de generación de anticuerpos.
Por estos, y otros motivos, como que cada virus es diferente a los demás, es necesaria una gran investigación médica, además de estudios estadísticos que nos permitan conocer cuál es la respuesta real de la vacuna cuando se inocula en humanos. Y para que estos estudios estadísticos sean eficaces tienen que estar bien hechos, desde un punto de vista científico.
Una 'exopierna' biomecánica mejora la forma de andar e incluso logra reducir el consumo energético del cuerpo sin necesidad de motores.
El embrague engrana el muelle al pisar y lo libera al levantar el pie, liberando también la energía acumulada.
Los humanos necesitaron centenares de miles de años para aprender a caminar. A lo largo de la evolución, perfeccionaron sus andares en un equilibrio tan perfecto entre biomecánica y gasto energético que, sin él, aún seguirían en los árboles. Sin embargo, un grupo de investigadores ha necesitado mucho menos para, con una ingeniosa combinación de muelles y embragues, mejorar nuestra forma de caminar.
"El sistema locomotor humano ha evolucionado a lo largo de millones de años y los humanos de hoy dan centenares de millones de pasos a lo largo de su vida", dice el investigador del departamento de ingeniería mecánica de la Universidad Carnegie Mellon (EE UU), Steven Collins. La maestría alcanzada había hecho creer que cualquier cambio en el sistema musculoesquelético humano implicaría un coste metabólico, exigiendo un mayor gasto energético. Sin embargo, había "margen de mejora", añade.
Collins, junto a ingenieros de otras dos universidades estadounidenses, ha creado lo que se podría llamar una exopiernaque hace el caminar más ligero y no exige un mayor consumo energético al cuerpo, de hecho, lo reduce. El artilugio, rematado en fibra de carbono, recuerda a una férula para tratar fracturas, pero en versión futurista. Con una base para apoyar la planta del pie y dos anclajes, uno para el tobillo y el otro para la rodilla, este dispositivo biomecánico mejora los andares. Una combinación de muelle y embrague aprovecha cada paso para ayudar en la caminata. Y lo hace sin ningún tipo de motor o energía externa.
Ir al baño con regularidad podría generarle mucho dinero. La organización sin fines de lucro OpenBiome, está pagando 40 dólares a cada voluntario que done sus heces fecales.
El objetivo principal es realizar la investigación de la cura contra la superbacteria C -Clostridium Difficile, causante de enfermedades tales como la colitis o complicaciones más complejas como la inflamación severa del intestino, según informa BBC Mundo.
Estas infecciones reaparecen en ocasiones luego de un tratamiento con antibióticos, pero pueden curarse en el 90% de los casos con un transplante fecal, que ofrece una forma de repoblar los intestinos de una persona enferma con la flora intestinal de una persona saludable.
"Enviamos nuestras primeras muestras a hospitales en 2013 y ahora suministramos materias fecales a más de 200 hospitales y cínicas en 39 estados de Estados Unidos", señaló Carolyn Edelstein, vocera de OpenBiome, en declaraciones a BBC Mundo.
Según informa el citado medio, la compañía paga 40 dólares por muestra. También ofrece un bono de 10 dólares si la persona dona por cinco días seguidos. De esta forma se puede obtener hasta US$250 a la semana.
Sin embargo, sólo se aceptan contribuciones de individuos sanos, de hábitos impecables, que pasen una larga serie de pruebas estrictas. Sólo un 4% de los miles de candidatos han sido aceptados en los últimos dos años.
Los requisitos para ser voluntario son tener entre 18 y 50 años, un índice de masa corporal por debajo de 30 y poder hacer donaciones frecuentes, durante 60 días, en sus instalaciones. Previamente, los interesados habrán tenido que responder un cuestionario de más de 100 preguntas para descartar problemas de metabolismo o enfermedades autoinmunes, luego serán sometidos a 27 pruebas de sangre y materias fecales. Fuentes: RPP Noticias BBC Mundo
Después de décadas de investigación, los investigadores finalmente han descubierto cambios inmunes distintos que se producen durante el síndrome de fatiga crónica, lo que demuestra una vez por todas que es algo más que "agotamiento" o una condición psicológica. El estudio fue publicado en Science Advances.
En enero, se le cambió el nombre a “enfermedad de intolerancia sistémica al esfuerzo” y se realizó un listado de criterios para poder diagnosticar la enfermedad. En otros países, como Australia y el Reino Unido, la afección se conoce médicamente como encefalomielitis miálgica (ME). Pero a pesar de estas etiquetas clínicas, los científicos han luchado para encontrar los cambios biológicos asociados a la enfermedad.
Así que los investigadores de la Escuela Mailman de Salud Pública de la Universidad de Columbia decidieron investigar. Analizaron el plasma sanguíneo de 298 pacientes con fatiga crónica, y la compararon con 348 controles sanos. Después de ajustar los niveles de estrés y las influencias del sistema inmunitario conocidas, como la edad y el sexo, el equipo encontró patrones específicos en 51 biomarcadores inmunológicos que están asociados con la enfermedad.
Foto: ELBLOGDELASALUD
"Ahora tenemos pruebas que confirmen lo que millones de personas con esta enfermedad ya saben, que esta condición no es psicológica", dice Mady Hornig, autor del estudio, en un comunicado de prensa. "Nuestros resultados deben acelerar el proceso de establecer el diagnóstico, así como el descubrimiento de nuevas estrategias de tratamiento”.
Curiosamente, también encontraron que había patrones únicos en pacientes que habían tenido la condición por tres años o menos, lo que ayuda a comprender mejor las causas de la enfermedad. Estos primeros pacientes habían aumentado cantidades de moléculas inmunes llamadas citoquinas”.
"Este estudio ofrece lo que se nos ha escapado durante tanto tiempo: una evidencia inequívoca de la disfunción inmunológica en EM/SFC y biomarcadores de diagnóstico para la enfermedad", destaca el autor principal W. Ian Lipkin, también profesor de Epidemiología en la Escuela Mailman de Columbia. "La pregunta que estamos tratando de abordar en un proyecto paralelo del microbioma es qué desencadena esta disfunción", adelanta.
De hecho, ya hay fármacos que son conocidos para amortiguar el comportamiento de citoquinas en el mercado, lo que podría ser probado contra la fatiga crónica en el futuro. El equipo espera ahora a publicar los resultados de un segundo estudio que han estado haciendo, en el que también buscan la raíz de los cambios biológicos que produce la enfermedad.
¿Y si pudiéramos controlar el comportamiento de nuestras células a distancia
de la misma forma que controlamos, por ejemplo, un coche teledirigido
utilizando radiocontrol? Aunque suene a ciencia ficción, esto es algo
que ya está probando
un grupo de científicos del Rensselaer Polytechnic Institute en
ratones, con el fin de llegar a un resultado aplicable a humanos para el
tratamiento de la diabetes. El proceso es relativamente simple de entender: basta con inyectar un
gen con nanopartículas magnéticas cerca de los que se encargan de
gestionar la insulina. La idea es que una señal electromagnética excite
dicho gen y, con él, incitar a que se comience la producción de la insulina
de los cercanos. Por ahora, como decimos, están en fase de pruebas con
ratones pero aseguran haber conseguido resultados esperanzadores. En el futuro, los investigadores esperan que estos métodos puedan
aplicarse a otras enfermedades (como el Parkinson, ayudando a liberar la
dopamina) y, quién sabe, puede que llegue un día en el que un enfermo
de diabetes tan sólo tenga que activar un botón en una app de su móvil para hacer que la insulina comience a fluir por su cuerpo. Fuente: Xakata Ciencia
Un grupo de investigadores desarrolló un nuevo antibiótico que destruye las bacterias sin que éstas desarrollen resistencia al mismo, según un artículo que publicó hoy la revista científica británica "Nature". El compuesto es efectivo frente a los patógenos que han desarrollado resistencia a otros medicamentos. Además, los científicos no observaron que estas bacterias generaran rechazo alguno. Los investigadores, de diversas instituciones universitarias de Alemania y Estados Unidos, bautizaron el nuevo compuesto como "Teixobactin", un producto al que bacterias como los estafilococos o las de la tuberculosis no generan resistencia. Según los expertos que han participado en la investigación, coordinados por el profesor de la universidad Northeastern de Boston (EEUU) Kim Lewis, las propiedades de este compuesto abren el camino para desarrollar nuevos antibióticos que eviten la resistencia. Lewis explicó que la resistencia desarrollada a los antibióticos "está provocando una crisis en los sistemas sanitarios públicos". También, el profesor explicó que han probado el compuesto en varios animales infectados y han obtenido resultados esperanzadores. "Este descubrimiento es una fuente prometedora para desarrollar antibióticos en el futuro y una oportunidad para relanzar la investigación en este campo", subrayó Lewis. Respecto a si es posible que los patógenos muestren oposición al antibiótico en el futuro, los científicos reconocieron en su artículo que es "difícil" de predecir, pero que, en caso de ocurrir, podría tardar varias décadas en aparecer. La motivación del estudio, señalan en el informe, es la rápida resistencia que han desarrollado los patógenos para hacer frente a los fármacos. Esta resistencia es más veloz que la introducción de nuevos antibióticos en el proceso clínico, lo que ha provocado una situación de crisis en los sistemas de salud públicos mundiales, aseguran. "Teixobactin" mata a las bacterias al destruir las paredes de sus células, un método similar al que ya utilizaba la vancomicina, descubierta en la década de los 50 y contra la que los patógenos no fueron capaces de desarrollar resistencia hasta después de 30 años. El nuevo antibiótico tiene estos efectos positivos frente a las bacterias debido a que combina varios objetivos, por lo que los científicos consideran que la resistencia de los patógenos podría tardar más en aparecer que en el caso de la vancomicina.
Fuente: EMOL
La fuerte resistencia de las bacterias a los antibióticos representa un grave problema para la humanidad. Pero científicos de la Universidad de Berna (Suiza) ha desarrollado una sustancia que representa una alternativa eficaz a los antibióticos. Se trata de una especie de cebo para bacterias diseñado a partir de unas nanopartículas artificiales -a base de lípidos- llamadas liposomas. El estudio, publicado en la revista 'Nature Biotechnology', explica que este cebo actúa como señuelo para las toxinas bacterianas consiguiendo atraparlas, secuestrarlas y neutralizarlas por completo. Sin toxinas las bacterias se vuelven indefensas y pueden ser eliminadas por el mismo sistema inmunológico. "Hemos hecho un cebo irresistible para las toxinas bacterianas. Las toxinas se ven fatalmente atraídas por los liposomas, y una vez que están unidos, pueden ser eliminados fácilmente sin peligro para las células huésped", explica Eduard Babiychuk que junto con Annette Draeger encabeza el estudio. La sustancia ha sido probada con éxito en ratones: los pacientes con sepsis se curaron después de la administración de liposomas y no necesitaron ningún tratamiento antibiótico adicional.
Kenneth Shinozuka es un joven adolescente americano
de quince años, que se sorprendió cuando una madrugada, hace unos
cuantos años, una patrulla de policía de su localidad trajeron a su
abuelo de vuelta, indicando que le habían encontrado deambulando por la
calle a unos cuantos kilómetros de distancia. Tras este acontecimiento el octagenario fue diagnosticado de la Enfermedad de Alzheimer, y el propio Shinozuka cuenta que, entonces, se le encendió la bombilla: quería investigar para encontrar algún nuevo artilugio que facilitase la vida de los enfermos de Alzheimer,
sin olvidar la cuestión de los miembros familiares más cercanos. Y ha
sido en septiembre cuando ha sido uno de los proyectos presentados al Google Sciente Fair, tras haber ganado otros premios en revistas especializadas. El artículo completo en: Xakata Ciencia