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15 de septiembre de 2017

La testosterona le podría estar haciendo perder dinero (también si es mujer)


Cuando pensamos en la testosterona, seguramente nuestra imagen mental será la de un macho musculado y motivado para la acción. Sabemos que es la hormona inherente al hombre y la que le pone a mil pero, ¿y si no fuera solo en lo sexual o en lo de ponerse gallito? Nuevos estudios analizan el modo en que afecta a la actividad cerebral y, en consecuencia, a los procesos que intervienen en la toma de decisiones y la impulsividad, también en el caso de la mujer.

“El nivel de testosterona del hombre, que fluctúa en función de su edad, es unas 10 veces mayor que el de la mujer”, expresa el doctor Javier Febles Díaz, especialista en Medicina interna y andrólogo. Por eso se ha estudiado fundamentalmente en hombres. “Es una hormona que participa en muchas funciones, como en la diferenciación sexual y en la producción espermática, pero también en otras, como en la construcción de hueso y músculo ”, explica el especialista.

Aunque nos llame la atención de ella únicamente lo obvio  —la virilidad y la libido amplificada del varón— hay mucho más. Uno de los focos de interés más actuales gira en torno al modo en que influye en la toma de decisiones o, por qué no, en la no toma de decisiones, cuando uno se rinde a la impulsividad.

Malas decisiones e impulsividad

Los investigadores Nave y Nadler, de la Wharton School de Pensilvania y de la Western Unversity in Ontario, respectivamente, han tratado de demostrarlo en un reciente estudio con 243 hombres. Tras administrarles placebo o testosterona a través de un gel aplicado en pecho y hombros, medían su capacidad cognitiva en una serie de pruebas matemáticas.

Mientras que algunas preguntas exigían pequeñas operaciones, otras eran trampa para provocar la impulsividad y el error. El resultado hizo notar una mayor confianza en las propias decisiones en aquellos a los que se les había administrado testosterona que en los demás. Los autores describen, a causa de la testosterona, una reducción en la capacidad de analizar y juzgar las propias respuestas por la que “se inhibe el repaso del propio trabajo y se tiene mayor seguridad en uno mismo”.

El artículo completo en: Buena Vida (El País, España)

19 de julio de 2016

Las raras preguntas que hacen las empresas de tecnología al contratar

"¿Si los alemanes fuesen los más altos del mundo, cómo lo probaría?". Es una pregunta que como mínimo puede descolocarnos. Mucho más si nos la formulan en medio de una entrevista de trabajo.

Y así fue para los candidatos para un puesto del área de mercadeo en la firma tecnológica estadounidense Hewlett-Packard (HP). Esa fue la pregunta. Nada tenía que ver con el puesto al que se presentaban, al menos en apariencia, pero ahí estaba la pregunta y tenían que contestarla.

Pero no fue HP la única empresa que en este año recurrió a la creatividad a la hora de planificar los cuestionarios con los que los departamentos de recursos humanos entrevistarían a los postulantes. Hubo muchas más, y la gran mayoría pertenecía al sector tecnológico.

Estas empresas se destacaron ampliamente en la lista de las 25 preguntas más raras de este año, compiladas por el sitio estadounidense de empleo Glassdoor.

Los expertos en recursos humanos sostuvieron que las preguntas estaban hechas para que cada postulante mostrara un abordaje razonado a la resolución del problema.

Así como en HP, otras compañías también hicieron de las suyas a la hora de elaborar las preguntas para los candidatos a los distintos puestos. La verdad es que todas son muy curiosas si las compara con las que habitualmente se realizan en cualquier entrevista de trabajo.

Alguna de las seleccionadas fueron las siguientes:

"¿Cuánta gente utiliza Facebook en San Francisco a las 2.30 pm de un viernes?" (Google)

"Lo más importante es tomar aire, no ponerse nervioso, y pensar en voz alta"

Rusty Rueff, del portal de empleo Glassdoor
 "¿Qué sientes por esos bufones del Congreso?" (Consolidated Electrical)

"Si fueses un programa de Microsoft Office, ¿cuál serías?" (Summit Racing Equipment)

"Estás en un bote de remos, que se encuentra en un tanque lleno de agua. Tienes un ancla, que sueltas al agua, la cadena es lo suficientemente larga por lo que el ancla descansa en el fondo del tanque. ¿El nivel del agua baja o sube?" (Tesla Motors)

Glassdoor afirmó que las empresas de tecnología además de incluir preguntas designadas para pillar a los candidatos con la guardia baja, también probaron con interrogantes como "¿Por qué te postulaste para este trabajo?" y "¿Cuáles son tus habilidades y puntos flojos?", mucho más habituales.

El artículo completo en:

BBC 

20 de noviembre de 2015

Como ganar, casi siempre, el yan quen po (piedra, tijera y papel)

Todos hemos jugado alguna vez a piedra papel o tijera. Y todos hemos perdido, y todos hemos ganado alguna que otra vez. Sin embargo, aunque parezca un juego muy simple, tiene una realidad, que no podemos negar. Y se puede transpolar a la vida real. De hecho, son muchos los estudiosos, que analizar este juego en su profundidad.

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En una universidad china, hay un grupo de científicos, que lo han analizado con todas las variables posibles. Y han determinado que el juego de la piedra, papel o tijera, puede servir también como una práctica para el comportamiento en los negocios. Pero no es por esto por lo que has entrado a leer esto, sino que quieres saber de verdad como ganar a piedra papel o tijera.

Bien, la técnica es muy simple: al parecer, las estadísticas dicen, que cuando ganamos, se tiende a repetir la jugada, mientras que cuando perdemos, tendemos a cambiar de estrategia, y por tanto cambiar de jugada. Por eso mismo, lo que hay que hacer, es intentar ser mucho más aleatorios, y no hacer esto. Es decir, si ya llevamos tres juegos ganados, y lo que no podemos hacer, es seguir con la misma jugada, porque el otro jugador, tenderá precisamente a cambiar la jugada porque ha perdido.

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Si conseguimos controlar estos cambios, es probable que podamos ir ganando todas las partidas que se nos vayan proponiendo. También esto tiene un poco de psicología, por lo que si el otro jugador enseguida se da cuenta de tu estrategia, porque esto podría jugar en tu contra. Sin embargo, es una manera divertida, de pasar el tiempo, así que tampoco tenían tenemos que estropearlo del todo. Si es que solo es un juego de niños.

Tomado de:

26 de julio de 2015

Newton tenía razón: su lógica también se aplica a la productividad

Newton revolucionó la historia de la ciencia con sus leyes, y lo bueno del asunto es que también se cumplen en el mundo de la empresa. Conocer su alcance nos permite actuar por anticipado para ser más productivos y sacar el trabajo adelante.
Sentado bajo un árbol y con la cabeza en ebullición. El joven británico se vio de pronto sorprendido por un sonido seco entre las hojas del suelo. Se aproximó interesado y observó una manzana que acababa de caer por su propio peso del árbol. Bien, aquel famoso incidente (aunque hay teorías que desmienten este episodio) fue el detonante de la ley de la Gravedad de Isaac Newton, el físico y matemático británico a quien hoy debemos tanto. Sin embargo, habíamos limitado sus valiosas aportaciones al ámbito de la ciencia, pero ¿sabes qué? Sus leyes son aplicables también en el trabajo.

¿Qué? ¿Qué puede aportar un científico nacido en el siglo XVII a las teorías modernas de productividad? Pues bien, parece que lo hace, y mucho además. El autor y coach James Clear ha encontrado una serie de curiosos paralelismos entre esta ley y nuestro comportamiento en el trabajo que nos pueden servir de gran ayuda a la hora de darlo todo en la oficina. Realmente, no es que ni el autor ni el mismísimo Newton nos vayan a descubrir nada nuevo que no supiéramos, pero conocer que sus leyes se cumplen también empíricamente en nuestro trabajo nos permite entendernos mejor, y lo que resulta más interesante, anticipar las decisiones.

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Las leyes de Newton aplicadas a la productividad

Como sabes, Sir Isaac Newton fue el creador de las leyes que llevan su nombre y que fueron demostradas en su ensayo de referencia "Los principios matemáticos de la filosofía natural". Esta obra describe las tres leyes (inercia, fuerza y principio de acción-reacción) que hoy rigen en la ciencia con peso. Ahora bien... ¿cómo relacionar unas leyes físicas con la productividad diaria? De esta manera:
  • Ley de la inercia: Todo cuerpo persevera en su estado de reposo o movimiento uniforme y rectilíneo a no ser que sea obligado a cambiar su estado por fuerzas impresas sobre él. El autor descubrió que en el trabajo actuamos de la misma manera y el vínculo evidente es la procrastinación: los objetos tienden a estar en reposo, y de la misma manera, nosotros también. Sin embargo, la gran noticia es que la inversa también se cumple, con lo que una vez que nos ponemos en marcha, tendemos a seguir de esta manera. Por ello es tan importante romper con la procrastinación y arrancar a hacer algo productivo, aunque sea algo pequeño y sin importancia aparente.
Time Lost
  • Ley de la fuerza: El cambio de movimiento es proporcional a la fuerza motriz impresa y ocurre según la línea recta a lo largo de la cual aquella fuerza se imprime. El autor divide en este caso los elementos, fuerza y dirección, para interpretar una interesante aplicación de esta ley en el trabajo. Según él, la clave del éxito de un proyecto depende de la fuerza que apliquemos (impulso o entusiasmo y dedicación) y también de una segunda variable que no debemos olvidar: el foco, o ser capaces de dirigir el proyecto en la dirección adecuada.
  • Principio de acción y reacción: Con toda acción ocurre siempre una reacción igual y contraria: quiere decir que las acciones mutuas de dos cuerpos siempre son iguales y dirigidas en sentido opuesto. Y también en el trabajo nos sucede lo mismo: el impulso productivo se ve inevitablemente frenado por fuerzas que van siempre con nosotros, como el estrés, la presión, las interrupciones... En esta situación, tenemos dos opciones: o forzar al máximo la maquinaria para derribar las resistencias, o una más interesante, centrarse en las últimas y lograr reducirlas. La idea básica es evitar todos los obstáculos en el camino que te impidan llevar a efecto tu proyecto.
En resumen, se trata en definitiva de ponerse en acción de manera inmediata porque una vez que arranquemos tenderemos a seguir en marcha, pero hay que priorizar bien en qué vamos a poner nuestro esfuerzo: elegir con claridad cuál es el proyecto que más rentabilidad nos aporta y moverse en la dirección adecuada. Claro que estas máximas se vienen abajo si las distracciones, problemas personales o demás factores, nos impiden avanzar, por ello es fundamental eliminar todo lo que se nos interpone en el camino a la hora de desempeñar una tarea.

Fuente:

Hipertextual

12 de julio de 2015

¿Los algoritmos lo saben todo o deben ayudarles los humanos?

La nueva ciencia de datos se cuestiona cuándo hace falta que una persona supervise una decisión automatizada como un diagnóstico médico o la concesión de un préstamo.



Hay ejércitos formados por las mentes más brillantes de la informática que se han dedicado a incrementar las probabilidades de conseguir una venta. La abundancia de datos y programas inteligentes de la era de Internet ha abierto la puerta al marketing a medida, los anuncios personalizados y las recomendaciones de productos.
Niéguenlo si quieren, pero no es un hecho sin importancia. No hay más que fijarse en la gran restructuración, propiciada por la tecnología, de los sectores de la publicidad, los medios de comunicación y la venta minorista.
Esta toma de decisiones automatizada está pensada para eliminar a los humanos de la ecuación, pero el impulso de querer que alguien supervise los resultados que vomita el ordenador es muy humano. Muchos expertos en datos matemáticos consideran que el marketinges una placa de Petri con pocos riesgos —y, sí, lucrativa— en la que poner a punto las herramientas de una nueva ciencia. “¿Qué pasa si mi algoritmo se equivoca? Que alguien ve el anuncio erróneo”, comenta Claudia Perlich, una especialista en datos que trabaja para una empresa de nueva creación que se dedica a la publicidad personalizada. “¿Qué daño puede hacer? No es un falso positivo de un cáncer de mama”.
Pero el riesgo aumenta a medida que la economía y la sociedad se empapan de los métodos y la mentalidad de la ciencia de los datos. Las grandes empresas y las de nueva creación empiezan a utilizar la tecnología para tomar decisiones relacionadas con el diagnóstico médico, la prevención de la delincuencia y la concesión de préstamos. En estos ámbitos, la aplicación de la ciencia de los datos plantea dudas sobre cuándo hace falta que una persona supervise atentamente los resultados de un algoritmo.

Los macrodatos pueden y deben aportarnos a todos más seguridad, oportunidades económicas y comodidad”
Estas dudas están dando pie a una rama de los estudios académicos conocida como responsabilidad algorítmica. Las organizaciones que velan por el interés público y los derechos civiles están examinando detenidamente las repercusiones que tiene la ciencia de los datos, tanto por sus errores como por sus posibilidades. En el prólogo de un informe del pasado mes de septiembre, Derechos civiles, macrodatos y nuestro futuro algorítmico, Wade Henderson, presidente de la Conferencia por el Liderazgo en Derechos Humanos y Civiles, escribía: “Los macrodatos pueden y deben aportarnos a todos más seguridad, oportunidades económicas y comodidad”.
Fíjense en los préstamos para el consumo, un mercado en el que hay varias empresas de nueva creación especializadas en macrodatos. Sus métodos representan la versión digital del principio más elemental de la banca: conozca a sus clientes. Estas nuevas entidades crediticias especializadas en datos aseguran que, al recopilar datos de fuentes como los contactos de las redes sociales, o incluso observar el modo en que un solicitante rellena un formulario de Internet, pueden conocer a los prestatarios mejor que nunca y predecir si devolverán el préstamo mejor que si se limitasen a estudiar el historial crediticio de alguien.
Lo que prometen es una financiación y una valoración más eficaces de los préstamos, lo que ahorrará a la gente miles de millones de dólares. Pero los préstamos basados en macrodatos dependen de unos algoritmos informáticos que analizan minuciosamente montones de datos y van aprendiendo durante el proceso. Es un sistema muy complejo y automatizado (y hasta sus defensores tienen dudas).

Toman una decisión sobre usted, sin que usted tenga ni idea de por qué la han tomado”
“Toman una decisión sobre usted, sin que usted tenga ni idea de por qué la han tomado”, explica Rajeev Date, que invierte en entidades crediticias que emplean la ciencia de los datos y ha sido director adjunto de la Oficina de Protección Financiera del Consumidor. “Eso es inquietante”.
La preocupación es similar también en otros ámbitos. Desde que su ordenador Watson venciese a los ganadores del concurso televisivoJeopardy! hace cuatro años, IBM ha llevado la tecnología de la inteligencia artificial basada en datos mucho más allá de los juegos de ingenio. La asistencia sanitaria ha sido uno de los grandes proyectos. La historia del uso de la tecnología “especializada” para contribuir a la toma de decisiones médicas ha sido decepcionante; los sistemas no han sido lo bastante inteligentes ni lo bastante rápidos para ayudar de verdad a los médicos en la práctica cotidiana.

Servicio médico

Pero los científicos de IBM, en colaboración con investigadores de algunos grupos médicos destacados —entre ellos la Clínica Cleveland, la Clínica Mayo y el Centro Oncológico Memorial Sloan Kettering—, están consiguiendo avances. Watson es capaz de leer documentos médicos a una velocidad a la que resultarían incomprensibles para los humanos: miles de ellos por segundo, en busca de indicios, correlaciones e ideas importantes.
Se ha usado el programa para formar a los estudiantes de Medicina y está empezando a emplearse en entornos clínicos oncológicos para proporcionar diagnósticos y recomendaciones de tratamiento, como si fuera un ayudante digital ingenioso.
IBM también ha creado un programa informático llamado Watson Paths, una herramienta visual que permite al médico ver las pruebas y las deducciones en las que Watson se ha basado para hacer una recomendación.
“No basta con dar una respuesta sin más”, afirma Eric Brown, responsable en IBM de la tecnología relacionada con Watson.
Watson Paths apunta a la necesidad de que haya alguna clase de traducción máquina-humano a medida que la ciencia de los datos progrese. Como dice Danny Hillis, experto en inteligencia artificial: “La clave que hará que funcione y resulte aceptable a ojos de la sociedad será la historia que cuente”. No una narración exactamente, sino más bien una información de seguimiento que explique el modo en que se ha tomado una decisión automatizada. “¿Cómo nos afecta?”, pregunta Hillis. “¿Hasta qué punto es una decisión de la máquina y hasta qué punto es humana?”, añade.
Uno de los planteamientos es que el humano siga formando parte del proceso. Los datos y los programas informáticos dan vida a las nuevas entidades crediticias que emplean la ciencia de los datos. Pero, en San Francisco, una de estas empresas de nueva creación, Earnest, hace que al menos uno de sus empleados revise las recomendaciones predictivas del programa, aunque es raro que rechace lo que dictan los algoritmos. “Pensamos que el factor humano siempre será una parte importante del proceso, ya que nos permite asegurarnos de que no nos equivocamos”, dice Louis Beryl, cofundador y consejero delegado de Earnest.
Pero esa postura, opinan otros, no es más que una ilusión reconfortante; puede que sea buen marketing, pero no necesariamente buena ciencia de los datos. Afirman que el hecho de concederle a un humano capacidad de veto dentro de un sistema algorítmico introduce un sesgo humano. Al fin y al cabo, lo que promete la toma de decisiones fundamentada en los macrodatos es que las decisiones basadas en los datos y el análisis —más ciencia, menos intuición y menos arbitrariedad— proporcionarán mejores resultados.
No obstante, aunque el optimismo esté justificado, hay un reto importante, dada la complejidad y la opacidad de la ciencia de los datos. ¿Podrá una tecnología que promete grandes beneficios medios proteger lo suficiente al individuo de una decisión misteriosa y caprichosa que podría tener un efecto duradero en la vida de una persona?
Una posible solución, según Gary King, director del Instituto de Ciencias Sociales Cuantitativas de Harvard, sería que los creadores de los algoritmos que otorgan puntuaciones los retoquen no para obtener el máximo beneficio o rentabilidad, sino para que el valor que conceden a la persona sea algo mayor, lo que reduciría el riesgo de equivocarse.
En el sector bancario, por ejemplo, se podría ajustar un algoritmo para que redujese la probabilidad de catalogar erróneamente de aprovechado al solicitante de un préstamo, aunque ello conlleve que la entidad crediticia acabe concediendo más préstamos incobrables.
“El objetivo”, dice King, “no es necesariamente que un humano supervise el resultado a posteriori, sino mejorar la calidad de la clasificación de los individuos”.
En cierto sentido, un modelo matemático equivale a una metáfora, una simplificación descriptiva. Filtra, pero también distorsiona un poco. Por eso, a veces, un ayudante humano puede aportar esa dosis de datos matizados que se le escapa al autómata algorítmico. “A menudo, los dos juntos pueden funcionar mucho mejor que el algoritmo por sí solo”, afirma King.
Steve Lohr, columnista de New York Times especializado en tecnología, es el autor deData-ism.
Fuente:

24 de junio de 2015

¿Qué es la teoría de los juegos?

Un accidente de tráfico acabó el sábado con la vida de John Nash, el matemático y Premio Nobel de Economía 1994 que para muchos será recordado por haber inspirado la película "Una mente brillante".


Sin embargo, Nash pasará a la historia por su aporte fundalmental en la Teoría de los Juegos, en concreto, por ser el creador del "Equilibrio de Nash" o "equilibrio medio".
Se trata de un "concepto de solución" en el que todos los jugadores ejecutaron sabiéndolo la estrategia que maximiza sus ganancias dadas las estrategias de los otros actores de forma que carecen de incentivos para hacer un cambio individual de estrategia.
Nash revolucionó así la toma de decisiones en Economía y sobre todo la Teoría de los Juegos: el área de la matemática que a partir del uso de modelos estudia las tomas de decisiones y las interacciones en lo que se conoce como estructuras formalizadas de incentivos, lo juegos.
Es decir, la lógica que usamos siempre que interactuamos con otro ser humano cuando, por ejemplo, tratamos de quedarnos con el último pedazo de torta en la cafetería o le hacemos un favor a un colega que esperamos retorne en el futuro.
"Yo actúo de una manera, tú actúas de otra", explica Cabrales. "Algo sucede. Ese algo que sucede va a depender de lo que ambos hagamos".

Un clásico

El juego es un tipo de modelo matemático para entender la toma de decisión y la interacción entre quienes toman las decisiones. Y el mejor conocido se llama "El dilema del prisionero".
Dos personas son arrestadas, encarceladas y se les fija la fecha del juicio.


El fiscal del caso habla con cada prisionero por separado y les presenta una oferta:
Si confiesa contra el socio, todos los cargos en su contra serán retirados y la confesión será usada como evidencia para condenar al otro. La sentencia que recibirá será de 20 años.
Si no confiesa y su socio lo hace, será condenado a 20 años y su socio quedará libre.
Si ambos confiesan, serán condenados a 5 años de prisión.
Si ninguno confiesa, serán condenados a 1 años de prisión.
En "El dilema del prisionero", el destino de cada uno depende de las acciones del otro. Individualmente, confesar sería la mejor opción, pero si ambos lo hacen el castigo es peor que si ambos callan.
"Cuando uno escoge algo, eso tiene un impacto en otras personas", señala Paul Schweinzer, catedrático en el departamento de Economía de la Universidad de York, Inglaterra.
"La Teoría de los Juegos es tener en cuenta el impacto de mis decisiones en los otros cuando las voy a tomar".
El "juego" es la interacción entre dos o más partes y depende de que la gente actúe racionalmente, consciente de los límites del "juego" y de que la otra parte también conoce las reglas.
Estas interacciones estratégicas forman el punto crucial de la Teoría de los Juegos. "A veces la usamos conscientemente y otras intuitivamente", anota Cabrales.
Incluso si la gente -y algunos animales- no razonan conscientemente sobre las estrategias que van a usar, otras fuerzas, como la evolución o la experiencia de errores pasados, a menudo la hace comportarse de la misma manera que si fueran jugadores fríamente racionales.
El artículo completo en:

23 de abril de 2015

¿Cómo entrenar a tu cerebro para abandonar los malos hábitos?

Solo la práctica y la recurrencia lograrán modificar nuestras neuronas. Te mostramos el camino para lograrlo.



Siempre te lo propones, pero nunca lo consigues. No te preocupes porque es algo que nos ha pasado a todos. Lo intentas, vuelves a intentarlo, te prometes que esta vez no decaerás en tu cruzada por abandonar esa costumbre que te encanta aunque tanto te perjudica. ¿Pero por qué no lo logras? La solución está en tu cerebro. Sea cual sea el mál hábito que quieras corregir, te aseguramos que si sigues unas pautas y logras escuchar a tu cuerpo y entrenar a tu cerebro no habrá nada que te frene en tu camino hacia una nueva vida.
Silvia Escribano, psicóloga, coach y autora de «Neurocoaching», nos da las pautas para aprender a escucharnos, a salir de la temida «zona de confort» y a abandonar, de una vez por todas, esos malos hábitos que tanto nos atormentan:
— Escúchate a ti mismo. Desconecta el piloto automático en el que sueles vivir y no dejes que se conecte solo. En opinión de la experta, habitualmente «vamos por la vida sin vivir el presente, sin darnos cuenta de lo que nos rodea. Vivimos desde los hábitos del comportamiento y con pocos momentos para ser conscientes». Además, Escribano apunta que «ese piloto automático es una rutina de defensa, pues todo lo que sea nuevo descoloca al cerebro. Debemos salir de nuestra zona de confort».
— Decide que quieres cambiar de vida y ponte manos a la obra. ¿Qué es lo que nos lleva a iniciar un mal hábito? En opinión de la experta, «las personas funcionamos porque obtenemos un beneficio de forma consciente o inconsciente. Seguimos haciendo ciertas cosas porque para nuestro inconsciente es beneficioso, aunque no seamos capaces de verlo. Debemos pensar, hacer balance de qué hábitos nos compensan y cuáles no» y, por supuesto, tener muy en cuenta todo lo que ganas si logras dejarlo.
— Tu estado emocional cuenta. «Tus emociones implican una tendencia a sentirte de una manera y actuar de una forma determinada. El cambio de hábito, por tanto, se inicia en tu interior», dice Escribano. Pero, ¿cómo saber si realmente estamos preparados para iniciar ese nuevo camino? «Todo depende de la motivación y el grado de compromiso. Pregúntate qué te motiva o qué quieres incorporar a tu nueva vida».
— Presta atención a tu cuerpo y a tus sentidos. Nuestro sistema nervioso, dice la experta, nos envía constantemente mensajes que debemos escuchar y analizar con calma. «Hay veces que esas señales se materializan en tensiones musculares, hábitos de sueño, irritabilidad, frustración... La única manera de escuchar al cuerpo es estableciendo paradas programadas en las que te preguntes '¿cómo estoy?' '¿cómo ha ido el día?' ¿qué emociones tengo?'»
— Cuestiónate: ¿Qué quieres? Presta atencion de forma abierta a lo que diga tu interior y define con claridad tus objetivos sabiendo qué no quieres tener más dentro de tu vida. «Cuando quiero hacer algo y lo hago es porque he tomado la decisión de hacerlo. Cuando hay algo que no hago es porque no he sido capaz de tomar la decisión». Para lanzarnos a dar ese paso y salir de nuestra zona de confort, dice la experta, «deberemos buscar espacio en nuestro interior, escucharnos de verdad».
— Presta atención de forma abierta a todo lo que ocurra con aceptacion. No te aferres a determinadas rutinas. Sustituye hábitos ineficaces por buenos hábitos.
— Sé constante en la incorporación del nuevo hábito. El cuerpo aprende en la recurrencia.
— Voluntad y determinación son dos buenos compañeros de viaje.
— Haz que el cambio de hábito sea divertido. Celebra cada paso que des en la consecución de tu objetivo y date un premio.
— Tus neuronas comenzarán a modificarse: «Las conexiones entre neuronas se modifican cuando aprendes algo, cuando dedicas determinadas neuronas y conexiones específicamente para ello. No basta con aprender, es necesario aplicar lo que aprendes y experimentar las emociones de esa experiencia, solo así tus neuronas se darán por enteradas».
— No te pongas plazos: No hay un tiempo estipulado para saber que has conseguido cambiar de hábitos. Dependerá de lo que quieras dejar, de tu motivación e incluso de tu genética. «No todos los aprendizajes son iguales. Hay algunos aprendizajes más complicados que dependen de talentos o habilidades naturales, esfuerzo dedicado, grado de complejidad, grado de conocimiento…», asegura la experta.
Tomado de:

6 de noviembre de 2014

Fantasear está acabando con tu energía (y alejándote de realizar tus sueños)

La ventaja que ofrece este método sobre otros es que no niega el poder del pensamiento positivo ni asume que el pensamiento negativo sea “malo“: se trata de buscar un equilibrio entre lo que deseamos y lo que estamos dispuestos a hacer para conseguirlo.


“Creer es poder”, ¿no es cierto? Muchos lectores recordarán el éxito que tuvo una serie de superación personal llamada El Secreto, que consistía básicamente en ejercicios de visualización para traer a nuestras vidas todo aquello que siempre habíamos deseado, gracias a la ya famosa “ley de atracción”. ¿Pero qué pasaría si encontráramos que, en realidad, la visualización y el pensamiento positivo nos desgastan y nos alejan poco a poco de nuestros deseos, sueños y mejores intenciones?

La psicóloga Gabriele Oettingen ha dedicado su carrera a estudiar los efectos del pensamiento positivo de las personas, así como el impacto que este tiene en la realidad. En 2011 llevó a cabo un estudio donde a los participantes les estaba prohibido beber agua. Luego, los sedientos participantes pasaban por un ejercicio de visualización donde se les pedía imaginar un vaso de agua fresca (aquello que seguramente deseaban más que nada en ese momento). Por último se procedió a tomar la presión sanguínea. Aunque estaban relajados por el ejercicio, Oettingen descubrió que en realidad estaban menos motivados, o dicho de otro modo, que la fantasía había suplido la intención.

La mente es poderosa, sin duda; pero en algunos casos, nuestras fantasías pueden jugarnos malas pasadas. Imaginarse trabajando en lugar de procrastinar fijará la tendencia a procrastinar. Incluso se ha considerado que el discurso político de campañas electorales mantiene una correlación negativa con la realidad (esto es, que mientras más empleos se prometen, la tasa de desempleo se ahonda).

Para ciertos gurús motivacionales o coachs de programación neurolingüística, “nuestro cerebro no distingue lo real de lo imaginario”. El estudio de Oettingen demuestra, paradójicamente, esta premisa, pero llevada a su extremo: imaginar vívidamente te hace perder el impulso de materializar tu deseo.

genio¿Existe algún ejercicio mental para llevar nuestros deseos a cabo? Sí, pero no es 100% mental, y no necesita de ningún genio de la lámpara.

En su nuevo libro, la doctora Oettingen analiza las ventajas del “contraste mental”, una técnica que conjuga el pensamiento positivo con el negativo, tratando de reemplazar patrones y hábitos mentales. Como decir “contraste mental con intenciones de implementación” era poco atractivo en términos mercadológicos, Oettingen decidió bautizar su técnica como “Woop” (“wish, outcome, obstacle, plan”, o deseo, resultado, obstáculo, plan). Veamos cada parte del proceso:

Deseo

Piensa detalladamente en algo que deseas durante un par de minutos.

Resultado

Luego, imagina vívidamente todo lo positivo que asocias con ese resultado (un mejor empleo, reconocimiento de tus pares, una emoción determinada, etc.; cualquier cosa).

Obstáculo

Pregúntate qué hay en ti que esté impidiendo que tu deseo se materialice (no vale culpar a tus padres, tu jefe, tu pareja o factores socioeconómicos/místicos/religiosos de ningún tipo; se trata de un ejercicio de autocrítica y responsabilidad).

Plan

En este punto, puedes trazar un plan utilizando la estrategia “si-entonces”: “Si mi pánico escénico me impide dedicarme a la música, entonces me recordaré todo lo que he estudiado/practicado”, o “Si me encuentro perdiendo el tiempo en redes sociales, entonces me levantaré del escritorio y saldré a dar una vuelta”, etcétera.

La ventaja que ofrece este método sobre otros es que no niega el poder del pensamiento positivo ni asume que el pensamiento negativo sea “malo”: se trata de buscar un equilibrio entre lo que deseamos y lo que estamos dispuestos a hacer para conseguirlo.

Tal vez el verdadero milagro sea el de la responsabilidad del sujeto para afrontar las consecuencias de sus deseos: todos deseamos, pero sólo algunos están/estamos dispuestos a hacer lo necesario para cumplirlos. Encontrar motivación en lo que todavía no hemos hecho parece ser el verdadero “secreto”, más que dejarnos llevar como hojas por los vientos deseantes.
Fuente:

25 de agosto de 2014

Así juzga nuestro cerebro la dureza de un castigo

¿Qué mecanismos cerebrales influyen en la toma de decisión sobre la severidad que imponemos a un castigo? Este ha sido el eje central de la investigación llevada a cabo por un equipo de científicos de la Universidad de Harvard (EEUU) y que ha sido publicada en la revista Nature Neuroscience.

Para el estudio, los investigadores contaron con la participación de 30 voluntarios (20 hombres y 10 mujeres) con una edad media de 23 años, a los que tomaron imágenes cerebrales durante un proceso de toma de decisión de un castigo. Los participantes escucharon una serie de argumentos y de datos que describían un supuesto crimen donde hubo muerte, mutilación, asalto físico y daños a la propiedad que posteriormente tuvieron que valorar de 0 a 10 según la severidad del castigo. Además, en la mitad de las historias se identificaba el suceso como claramente intencionado y al resto como involuntarios, ofreciendo dos versiones diferentes de cada escenario: la primera, con una descripción objetiva y la segunda con pruebas gráficas.

El análisis de los resultados demostró que la manipulación intencionada del lenguaje para exponer un suceso de una forma más truculenta o exponer imágenes claras de un suceso, conducía a imponer un castigo más severo si el participante en cuestión creía que el incidente había sido claramente intencionado.

Los investigadores descubrieron que la amídgala cerebral, una de las zonas neuronales implicadas en el procesamiento de las emociones, se activaba cuando los voluntarios observaban imágenes con gran crueldad. Sin embargo, este efecto sólo se apreciaba en los escáneres cerebrales cuando el voluntario sabía que había intencionalidad en el acto, evidenciando por primera vez con una base neuronal clara gracias a lo que pudo observarse en la amígdala, que la decisión de imponer un castigo más o menos duro tiene que ver con nuestra percepción de la intencionalidad.

Fuente:

Muy Interesante

4 de febrero de 2014

Yo tengo razón, tú estás equivocado (o por qué somos adictos a tener razón)

Somos adictos a "tener razón", pero quedar cautivos de nuestras opiniones es un trampa


Escuchar a los demás es prueba de empatía y respeto, claves para crecer y estar en paz

La mayoría de nosotros creemos que podemos cambiar lo que los demás piensan; de otro modo, no pasaríamos tanto tiempo en la vida dándole vueltas a “qué opinan los demás de nosotros” y tratando de mejorar su juicio sobre nuestra persona. Eleanor Roosevelt dijo: “Nadie puede hacer que te sientas inferior si tú no lo permites”. Esta afirmación pone el foco de atención hacia nosotros mismos y no en los demás; por ello, quizá el único pensamiento que precisa ser cambiado es la creencia de que “los demás deberían pensar diferente”.

Querer tener razón es la enfermedad crónica de la humanidad, seguramente una de las causas que han enfrentado más a las personas, las naciones y las religiones organizadas del planeta. La posesión de las personas por sus propias ideas es siempre una causa de sufrimiento. El problema, al consistir las creencias en “posesiones mentales” no visibles, ha sido buscar la solución a nuestras diferencias tratando de cambiar a los demás antes que examinar la causa real de los conflictos (la necesidad de tener razón).

En demasiadas ocasiones comprobamos cómo querer imponer nuestras razones y opiniones a los demás nos cuesta caro. Tal vez logremos desautorizar las ideas de alguien, pero al final acabamos con una razón más y un amigo menos. ¿Vale la pena? Seguramente no. El resultado es que querer estar siempre en posesión de la verdad consume una gran cantidad de energía y tiempo que nos impide disfrutar de los demás y de la paz mental de saber que en el fondo todos tenemos nuestra propia lógica.

¿Es mejor tener razón a toda costa antes que ser feliz? Que cada uno responda esta pregunta con sinceridad.

Una creencia es algo a lo que te aferras
porque crees que es verdad”
Deepak Chopra
La perspectiva materialista o newtoniana del universo nos conduce a cosificar todo con lo que entramos en contacto, ya sea algo material o inmaterial. Incluso lo no material, como un pensamiento, acaba tomando forma y se convierte en objeto de conflicto. Así, una idea o una creencia se acaban convirtiendo en una posesión, una propiedad, algo que debe ser defendido para que no perezca.

Todo pensamiento consciente, repetido durante un tiempo, se convierte en un programa mental invisible. Con el tiempo acumulamos opiniones, creencias, que pasan a conformar lo que llamamos identidad construida o ego. Si alguien agrede esas posesiones mentales, en realidad es como si lanzara un ataque personal, porque confundimos pensamiento e identidad. No parece sensato confundir lo que somos con lo que pensamos, pero esto no lo tienen tan claro quienes se aferran a sus creencias con desesperación.
Tener opiniones es normal, también tener gustos y preferencias… pero que esas ideas y predilecciones le tengan a uno cautivo o secuestrado es una trampa. El libre pensamiento es una conquista humana, pero la libertad de opinión se convierte en una desventaja cuando las posiciones mentales impiden abrirse a nuevas perspectivas o puntos de vista que no concuerdan con las propias.

La pregunta ¿somos nuestras creencias? se responde con un rotundo no. Desde luego, tenemos convicciones, pero en esencia no somos lo que pensamos; a un nivel profundo y esencial, nuestras opiniones no pueden definirnos. Pero llegar a esta claridad no es sencillo ni rápido. De hecho, los conflictos del mundo son tanto disputas por pertenencias materiales (cosas) como por posesiones inmateriales (ideales). Cuando entendemos que tenemos una mente y la usamos, pero que no somos esta, nos liberamos de su contenido y nos autoexcluimos de cualquier conflicto y, por tanto, sufrimiento.

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El País Ciencia

18 de junio de 2013

Los aficionados a los videojuegos ven el mundo de manera diferente

Un estudio de la Universidad de Duke pone a prueba a aficionados y no usuarios de videojuegos, para evaluar su agilidad mental y capacidad de decisión. Mediante un examen de memoria visual se demostró que los mejores resultados eran los de los gamers.

Desde hace tiempo los resultados de diversas investigaciones están apoyando el uso de los videojuegos, dadas las significativas mejoras en las capacidades cognitivas de los aficionados. Hace unos meses conocíamos cómo los videojuegos de simulación provocaban un incremento de la atención selectiva y del rendimiento del procesamiento periférico.

Y es que la vieja idea de que los videojuegos son malos ha quedado totalmente descartada por la ciencia. La mejora de las capacidades cognitivas es evidente. En estos días que asistimos a nuevas presentaciones de la feria E3 de Los Ángeles, una nueva investigación vuelve a apoyar los efectos beneficios de los videojuegos sobre los aficionados que los usan de manera habitual.

Un estudio realizado en el Stephen Mitroff's Visual Cognition Lab, del Área de Psiquiatría de la Universidad de Duke, confirma que los usuarios de videojuegos perciben la realidad de manera diferente. En su trabajo, publicado en la revista Attention, Perception and Psychophysics, los participantes que estaban acostumbrados a usar videojuegos de manera habitual veían de manera más inmediata la realidad, y eran capaces de tomar decisiones de forma más rápida que los que no jugaban.

En otras palabras, los aficionados a los videojuegos podían extraer más información de una misma escena visual. Para confirmar su hipótesis, el equipo dirigido por Greg Appelbaum reclutó a 125 participantes, entre los que se encontraban usuarios que jugaban de manera muy intensa a la consola, y aquellos que no practicaban este tipo de entretenimiento.

El estudio consistió en realizar un pequeño juego visual, en el que los participantes veían durante solo una décima de segundo un círculo formado por ocho letras. A continuación, la imagen desaparecía, y aparecía una flecha señalando un punto donde antes habría estado una letra, con una demora que variaba entre los 13 milisegundos y los 2,5 segundos. Los participantes debían responder después qué letra correspondía a la flecha que aparecía después.

Los resultados del análisis demostraron que los aficionados a los videojuegos respondían más rápido a los estímulos visuales. No solo es que fueran más ágiles, sino que también se observó que necesitaban menos información para llegar a las mismas conclusiones. En otras palabras, eran capaces de realizar mejor lo que se conoce como inferencia probabilística, necesaria para tomar una decisión.

Los investigadores norteamericanos plantearon tres posibles explicaciones a sus resultados: que los gamers vieran mejor, que tuvieran una mayor memoria visual o que su capacidad de decisión fuera más ágil. Descartada la segunda opción, los científicos creen que se debería profundizar en este estudio analizando las ondas cerebrales y las imágenes por resonancia magnética de los participantes, para así entender por qué presentan ventajas competitivas en estos entrenamientos visuales.

Un estudio, como conclusión, que vuelve a demostrar los efectos beneficiosos de los videojuegos sobre los usuarios. Los aficionados ven el mundo desde otra perspectiva, mucho más rápida, lo que redunda en una evidente mejora en cuanto a su capacidad de decisión y su agilidad mental.

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18 de febrero de 2013

Las luchas de poder en la 'manada' del Vaticano

El papa Benedicto saluda a los fieles en la Plaza de San Pedro del Vaticano. | Reuters

El papa Benedicto saluda a los fieles en la Plaza de San Pedro del Vaticano. | Reuters
Shaun Ellis es un experto en la conducta de los lobos que llevó a cabo un experimento muy interesante. Su objetivo era enseñar a unas crías huérfanas a ser verdaderos lobos, como sus propios padres hubieran hecho. Para ello, Ellis vivió las 24 horas del día con la manada de la cual se erigió como líder. Durante meses usaba la misma ropa para conservar el olor que le identificaba y también mostraba su dominancia a la hora de comer, como cualquier otro lobo alfa hubiera hecho.

Les paseaba por el bosque para enseñarles a cazar, defenderse e incluso les dio sus primeras lecciones sobre cómo aullar. Un día Ellis tuvo que hacer un viaje a Polonia durante unas semanas. Al volver se percató de que la organización de la manada estaba viviendo cambios profundos. Otros machos de la manada le habían comenzado a retar. Lejos de enfrentarse, decidió ceder el liderazgo y aceptar su nuevo papel de subordinado. Entendía que esto era lo natural y debía ser así dado el momento crítico en el que se encontraba la manada. La lección que nos proporciona esta hermosa historia es que las sociedades están en constante cambio y ninguna posición es eterna. Nuestra especie no es una excepción.

Benedicto XVI ha anunciado esta semana su intención de renunciar al cargo a finales de este mes. Todo grupo llega a un punto en el que es necesario relevar al líder y sustituirle por otro que sirva mejor al colectivo. Es ley de vida. Las causas pueden ser varias. Entre las más frecuentes se encuentran el desgaste y la falta de empatía con los subordinados, pero también se puede deber a una necesidad del colectivo de mostrar una gran fortaleza y desarrollar la innovación en momentos difíciles.


Vídeo 1: Chimpancés compitiendo por el liderazgo

Todos sabemos que las jerarquías pueden llegar a ser asfixiantes y en ocasiones se intentan mantener de manera agresiva, pero también poseen diversas funciones sociales que no conviene olvidar para evitar los posibles excesos. Su ventaja es que evitan muchos de los conflictos intragrupales que podrían acabar con el grupo. La igualdad en sociedades compuestas por miles o millones de personas es complicada de alcanzar.

Las jerarquías determinan lo que en etología llamamos «orden del picoteo» (pecking order), mediante el cual los individuos conocen cuáles son sus límites a la hora de repartir los recursos. De esta manera tenemos una idea aproximada de la parte del pastel que nos corresponde a cada uno en ámbitos como la alimentación o la reproducción. Existe un «pecking order» en las familias, las empresas y cualquier otro tipo de organización. Este favorece la armonía del grupo a pesar de que en ocasiones conduzcan a graves injusticias si el líder es muy autoritario y egoísta.

Por otro lado, sabemos que en las jerarquías en las que se compite demasiado se dificulta la innovación. En un experimento realizado con niños se escogieron a dos grupos para ver los efectos de la competición en la creatividad. A uno de ellos se le dijo que se premiarían a los mejores dibujos realizados. Al otro se le informó de que solo el mejor podía ganar. La calidad y creatividad de los dibujos era mayor en el primer grupo, donde la competencia y la presión eran de menor intensidad que en el segundo. Estas consecuencias negativas de la competición exacerbada también suceden en otros primates. Por ejemplo, unos macacos que habitan la Isla de Khosima (Japón) aprendieron a lavar patatas. Debido a que los machos siempre están en tensión los unos con los otros, estos fueron los últimos en aprender la técnica.



Vídeo 2: Macacos lavando patatas

Las jerarquías estrictas también suponen una ventaja en la defensa del territorio y la conquista de nuevos. Esta parece ser una de las misiones fundamentales para la Iglesia del siglo XXI: no perder más adeptos en Europa, mantener la influencia en países como México, Brasil y Filipinas y lanzarse a la conquista de otros como el continente africano y asiático. El perfil conservador y el estado de salud de Joseph Ratzinger no facilitaban esta estrategia.

Sabemos gracias a la investigación con primates que en momentos de crisis en los que hay que conquistar nuevos territorios o hacer frente a peligros que amenacen la continuidad de la organización, las jerarquías estrictas conducidas por un líder fuerte son eficaces. Las denuncias por casos de pederastia que ya se acumulan por miles en los jugados han debilitado mucho a la Iglesia. Este es el otro gran desafío al que se enfrenta la élite eclesiástica y razón por lo que la sucesión puede haberse adelantado.

Para los primates y otros mamíferos, el ostracismo es el peor de los castigos posibles. Cuando la presión se hace insoportable, el macho alfa puede acabar expulsado pero también puede aceptar una posición relegada y continuar viviendo en el grupo, al igual que ocurrió en el caso de los lobos y Ellis. En las próximas semanas y meses seremos testigos de cuál es el resultado final y las consecuencias para Ratzinger.

En las sociedades de chimpancés, los cambios en las posiciones sociales de sus miembros son procesos constantes, similares al gotear de un grifo, los cuales conllevan una gran cantidad de maniobras políticas mucho antes de que se produzca una verdadera sucesión. Alianzas, facciones, bandos, manipulaciones y presiones son moneda común en la política de los primates humanos y no humanos. De lo que somos testigos no es más que el desenlace final. La punta de un iceberg del cual solo es visible 1/9 de su verdadera masa. El cónclave será el acto final de un proceso que pudo comenzar hace varios años y solo ahora se ha hecho visible para el resto de la sociedad.

Fuente:

Yo Mono (El Mundo)

15 de febrero de 2013

Autocontrol y atención en los niños: ¿cómo controlarlo?

estudiar-noche"Mi hijo no se concentra, se distrae con cualquier cosa". "Esta chica nos trae de cabeza. Cuando no se sale con la suya siempre monta un espectáculo, tiene que ser lo que quiera y cuando quiera". Este tipo de comentarios son frecuentes entre padres y docentes de niños y niñas entre los 4 y los 12 años. Más allá de los problemas académicos, los pequeños pueden presentar falta de atención y dificultades en la regulación de su propio comportamiento, lo que puede llegar a desesperar a progenitores y maestros. Y es que para intervenir en este tipo de comportamientos es preciso conocer los mecanismos que los explican.

La atención es un conjunto de habilidades que se van desarrollando de forma progresiva. Esto ocurre  desde su variante más básica, como sucede en los bebés al responder a un sonajero, hasta las formas más complejas, allá por los siete años cuando el infante ya es muy capaz de inhibir una distracción mientras realiza una actividad. Algunos autores han planteado que los procesos de autocontrol y autorregulación de la conducta dependen directamente de unas buenas capacidades atencionales y de funcionamiento ejecutivo. Dentro de esas habilidades encontramos la capacidad para establecer metas adecuadas, planificarse y monitorizar el comportamiento, la capacidad de análisis y síntesis de la información, la memoria de trabajo o la inhibición de impulsos. Un ejemplo sencillo sería el del niño que es capaz de tolerar la frustración cuando tiene que dejar de ver la televisión para hacer los deberes y consigue manejar la situación, organizándose de manera autónoma y exitosa, anticipando las consecuencias negativas de no hacerlos a tiempo.

Una de las áreas cerebrales que más importancia ha mostrado en este tipo de funciones mentales es el cíngulo anterior. Esta parte de la corteza cerebral, además de tener un papel relevante en la atención y la memoria de trabajo, también participaría en el control del afecto y los procesos de regulación de la conducta a través de sus conexiones con el sistema límbico y las áreas orbitofrontales del cerebro, asociándose así también al desarrollo de la empatía.Pero, ¿cómo entrenar el autocontrol y las habilidades para la vida?

Autocontrol: problemas y soluciones

Un artículo de la revista Science publicado en 2011 por investigadores de la Universidad de la Columbia Británica, repasa con detalle los tipos de intervenciones que pueden mejorar las funciones ejecutivas en los niños y niñas. Entre ellos destacamos un tipo de iniciativa en el que los profesores eran entrenados para promover en los alumnos el desarrollo del autocontrol, el manejo de las emociones y la solución de problemas. Tras un año de entrenamiento, los estudiantes habían mejorado su capacidad de inhibirse y su flexibilidad mental, y además mostraban menos problemas de conducta. 

Existe toda una corriente de educación en lo que se ha denominado ‘habilidades para la vida'. Este tipo de programas trabaja sobre el manejo de las emociones, el desarrollo de la empatía, la mejora de las relaciones sociales y de las habilidades de comunicación, la estimulación del pensamiento crítico y la toma de decisiones, la resolución de problemas, el conocimiento de uno mismo y el manejo del estrés. Además, han mostrado relación con una menor incidencia de conductas de riesgo, de acoso escolar, trastornos alimenticios, consumo de drogas, violencia, depresión o estrés en edad escolar.


Los beneficios mostrados por este tipo de intervenciones han llevado a algunos autores a plantear la necesidad de incluirlos como parte de la formación curricular desde la edad prescolar. Eso sí, sin olvidar el papel fundamental que tienen los padres y el contexto social en el desarrollo de estas habilidades en los niños y niñas.


Marisa Fernández, Neuropsicóloga Senior, Unobrain



Tomado de.

Muy Interesante

14 de febrero de 2013

La Alexitimia (o haber perdido la capacidad de amar)

tristezaAl menos un 10% de la población mundial ha perdido la capacidad de amar, según estima la Sociedad Española de Neurología (SEN). Se debe a un trastorno neurológico conocido como alexitimia que impide a las personas afectadas identificar las emociones que experimentan así como expresarlas verbalmente.

No obstante, no todos los pacientes presentan el mismo grado de afectación y es importante establecer una distinción entre la alexitimia primaria, producida porque las estructuras neurológicas vinculadas con las emociones están dañadas debido a esclerosis múltiple o tumores cerebrales, por ejemplo, y la secundaria, como consecuencia de un trauma emocional grave o por un desorden en el aprendizaje emocional. La incapacidad para expresar las emociones también puede ser un síntoma temprano de la enfermedad de Parkinson (EP).

“Los seres humanos somos capaces de sentir amor, odio, alegría, miedo, es decir, experimentar sentimientos y emociones, gracias a un cerebro que lo hace posible, tanto estructural como funcionalmente, así como a relacionar dichos sentimientos con estructuras que permiten su verbalización”, explica el Prof. Pablo Duque San Juan, Coordinador de la Sección de Neuropsicología de la SEN. “Si se nace con alguna una anomalía en zonas cerebrales que se encargan de analizar y formular las emociones, o se produce alguna lesión o disfunción que interrumpa el circuito de conexión entre estructuras, se puede generar la imposibilidad de verbalizar e identificar sentimientos”.

La importancia de sentir emociones es muy superior a lo que solemos pensar. "Las emociones influyen muchísimo en la atención, la memoria y el racionamiento, nos indican qué es lo importante y nos ayudan a tomar decisiones”, explica el Prof. Pablo Duque. “Cuando no somos capaces de reconocer nuestras emociones, ni de interpretarlas, no podemos utilizar una información que es muy valiosa, lo que hace que sea mucho más complicado tomar decisiones y crear vínculos sociales.”


Fuente:

Muy Interesante
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