¿Qué? ¿Qué puede aportar un científico nacido en el siglo XVII a las teorías modernas de productividad? Pues bien, parece que lo hace, y mucho además. El autor y coach James Clear ha encontrado una serie de curiosos paralelismos entre esta ley y nuestro comportamiento en el trabajo que nos pueden servir de gran ayuda a la hora de darlo todo en la oficina. Realmente, no es que ni el autor ni el mismísimo Newton nos vayan a descubrir nada nuevo que no supiéramos, pero conocer que sus leyes se cumplen también empíricamente en nuestro trabajo nos permite entendernos mejor, y lo que resulta más interesante, anticipar las decisiones.
Las leyes de Newton aplicadas a la productividad
Como sabes, Sir Isaac Newton fue el creador de las leyes que llevan su nombre y que fueron demostradas en su ensayo de referencia "Los principios matemáticos de la filosofía natural". Esta obra describe las tres leyes (inercia, fuerza y principio de acción-reacción) que hoy rigen en la ciencia con peso. Ahora bien... ¿cómo relacionar unas leyes físicas con la productividad diaria? De esta manera:- Ley de la inercia: Todo cuerpo persevera en su estado de reposo o movimiento uniforme y rectilíneo a no ser que sea obligado a cambiar su estado por fuerzas impresas sobre él. El autor descubrió que en el trabajo actuamos de la misma manera y el vínculo evidente es la procrastinación: los objetos tienden a estar en reposo, y de la misma manera, nosotros también. Sin embargo, la gran noticia es que la inversa también se cumple, con lo que una vez que nos ponemos en marcha, tendemos a seguir de esta manera. Por ello es tan importante romper con la procrastinación y arrancar a hacer algo productivo, aunque sea algo pequeño y sin importancia aparente.
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Ley de la fuerza: El cambio de movimiento es
proporcional a la fuerza motriz impresa y ocurre según la línea recta a
lo largo de la cual aquella fuerza se imprime. El autor divide en
este caso los elementos, fuerza y dirección, para interpretar una
interesante aplicación de esta ley en el trabajo. Según él, la clave del
éxito de un proyecto depende de la fuerza que apliquemos (impulso o
entusiasmo y dedicación) y también de una segunda variable que no
debemos olvidar: el foco, o ser capaces de dirigir el proyecto en la
dirección adecuada.
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Principio de acción y reacción: Con toda acción
ocurre siempre una reacción igual y contraria: quiere decir que las
acciones mutuas de dos cuerpos siempre son iguales y dirigidas en
sentido opuesto. Y también en el trabajo nos sucede lo mismo: el
impulso productivo se ve inevitablemente frenado por fuerzas que van
siempre con nosotros, como el estrés, la presión, las interrupciones...
En esta situación, tenemos dos opciones: o forzar al máximo la
maquinaria para derribar las resistencias, o una más interesante,
centrarse en las últimas y lograr reducirlas. La idea básica es evitar
todos los obstáculos en el camino que te impidan llevar a efecto tu
proyecto.
Fuente:
Hipertextual