Siempre te lo propones, pero nunca lo consigues. No te preocupes porque es algo que nos ha pasado a todos. Lo intentas, vuelves a intentarlo, te prometes que esta vez no decaerás en tu cruzada por abandonar esa costumbre que te encanta aunque tanto te perjudica. ¿Pero por qué no lo logras? La solución está en tu cerebro. Sea cual sea el mál hábito que quieras corregir, te aseguramos que si sigues unas pautas y logras escuchar a tu cuerpo y entrenar a tu cerebro no habrá nada que te frene en tu camino hacia una nueva vida.
Silvia Escribano, psicóloga, coach y autora de «Neurocoaching», nos da las pautas para aprender a escucharnos, a salir de la temida «zona de confort» y a abandonar, de una vez por todas, esos malos hábitos que tanto nos atormentan:
— Escúchate a ti mismo. Desconecta el piloto automático en el que sueles vivir y no dejes que se conecte solo. En opinión de la experta, habitualmente «vamos por la vida sin vivir el presente, sin darnos cuenta de lo que nos rodea. Vivimos desde los hábitos del comportamiento y con pocos momentos para ser conscientes». Además, Escribano apunta que «ese piloto automático es una rutina de defensa, pues todo lo que sea nuevo descoloca al cerebro. Debemos salir de nuestra zona de confort».
— Decide que quieres cambiar de vida y ponte manos a la obra. ¿Qué es lo que nos lleva a iniciar un mal hábito? En opinión de la experta, «las personas funcionamos porque obtenemos un beneficio de forma consciente o inconsciente. Seguimos haciendo ciertas cosas porque para nuestro inconsciente es beneficioso, aunque no seamos capaces de verlo. Debemos pensar, hacer balance de qué hábitos nos compensan y cuáles no» y, por supuesto, tener muy en cuenta todo lo que ganas si logras dejarlo.
— Tu estado emocional cuenta. «Tus emociones implican una tendencia a sentirte de una manera y actuar de una forma determinada. El cambio de hábito, por tanto, se inicia en tu interior», dice Escribano. Pero, ¿cómo saber si realmente estamos preparados para iniciar ese nuevo camino? «Todo depende de la motivación y el grado de compromiso. Pregúntate qué te motiva o qué quieres incorporar a tu nueva vida».
— Presta atención a tu cuerpo y a tus sentidos. Nuestro sistema nervioso, dice la experta, nos envía constantemente mensajes que debemos escuchar y analizar con calma. «Hay veces que esas señales se materializan en tensiones musculares, hábitos de sueño, irritabilidad, frustración... La única manera de escuchar al cuerpo es estableciendo paradas programadas en las que te preguntes '¿cómo estoy?' '¿cómo ha ido el día?' ¿qué emociones tengo?'»
— Cuestiónate: ¿Qué quieres? Presta atencion de forma abierta a lo que diga tu interior y define con claridad tus objetivos sabiendo qué no quieres tener más dentro de tu vida. «Cuando quiero hacer algo y lo hago es porque he tomado la decisión de hacerlo. Cuando hay algo que no hago es porque no he sido capaz de tomar la decisión». Para lanzarnos a dar ese paso y salir de nuestra zona de confort, dice la experta, «deberemos buscar espacio en nuestro interior, escucharnos de verdad».
— Presta atención de forma abierta a todo lo que ocurra con aceptacion. No te aferres a determinadas rutinas. Sustituye hábitos ineficaces por buenos hábitos.
— Sé constante en la incorporación del nuevo hábito. El cuerpo aprende en la recurrencia.
— Voluntad y determinación son dos buenos compañeros de viaje.
— Haz que el cambio de hábito sea divertido. Celebra cada paso que des en la consecución de tu objetivo y date un premio.
— Tus neuronas comenzarán a modificarse: «Las conexiones entre neuronas se modifican cuando aprendes algo, cuando dedicas determinadas neuronas y conexiones específicamente para ello. No basta con aprender, es necesario aplicar lo que aprendes y experimentar las emociones de esa experiencia, solo así tus neuronas se darán por enteradas».
— No te pongas plazos: No hay un tiempo estipulado para saber que has conseguido cambiar de hábitos. Dependerá de lo que quieras dejar, de tu motivación e incluso de tu genética. «No todos los aprendizajes son iguales. Hay algunos aprendizajes más complicados que dependen de talentos o habilidades naturales, esfuerzo dedicado, grado de complejidad, grado de conocimiento…», asegura la experta.
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