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20 de octubre de 2011

El suelo de los polos es tan biodiverso como el de los trópicos

La diversidad de vida en los suelos es extraordinaria tanto en los bosques tropicales como en el Ártico. Foto: CRISTINA PEDRAZZINI/SPL

Los animales microscópicos que viven en el suelo son tan diversos en los bosques tropicales de Costa Rica como en las regiones secas de Kenia o los bosques de Alaska, según investigadores en Estados Unidos.

Los científicos suponían hasta ahora que la riqueza de especies bajo la superficie era mayor en los trópicos, pero un nuevo estudio muestra por primera vez que el mundo subterráneo responde a parámetros sorprendentes.

"De la misma manera que alguien que va al tropico busca saber cuántas especies de aves existen, durante mucho tiempo se ha intentado determinar cuántos organismos viven en un puñado de tierra", dijo a BBC Mundo Diana Wall, de la Universidad Estatal de Colorado y una de las autoras del estudio, que fue publicado en la revista de la Academia de Ciencias de Estados Unidos, Proceedings of the National Academy of Sciences.

"Gracias a nuevas técnicas moleculares pudimos encontrar una enorme cantidad de organismos, que además es única de cada sitio. Nos sorprendió, por ejemplo, que cuando examinanos el suelo del Ártico y lo comparamos con el suelo en Sudamérica hallamos más de 1300 tipos diferentes de animales, muchos desconocidos para la ciencia. Y hay muchos más. Así que no solo los trópicos tienen abundancia de vida animal en los suelos".

Los investigadores encontraron que cada sitio tenía un ecosistema único con una extraordinaria diversidad de especies, a diferencia de lo que se pensaba hasta ahora: que a diferencia de lo que ocurre en la superficie, los animales en el suelo eran bastante similares de un lugar a otro.

"En promedio, el 96% de los animales que identificamos se encontraban sólo en ese sitio, o sea, eran endémicos de ese lugar, lo que indica que tienen una distribución restringida", explicó Wall.

Técnicas moleculares

Animales que viven en los suelos Foto gentileza Diana Wall, Universidad Estatal de Coloradot

La riqueza de vida en los suelos debe llevar a repensar los esfuerzos de conservación, según los autores del estudio.

Los científicos tomaron muestras de 11 sitios en el planeta, incluyendo un bosque tropical en La Selva, Costa Rica, una región árida en Kenia, bosques de Nueva Zelanda, bosques de tundra y boreales en Alaska y Suecia, la Estación Biológica Los Amigos, en Perú, y la Estación Río Mayo en Argentina.

"Los animales que viven en los suelos ven un hábitat muy diferente al que vemos en la superficie. Ellos perciben un hábitat del tamaño de partículas de suelo y materia orgánica. Si nosotros fuéramos animales microscópicos que viven en el suelo el cambio más sutil en salinidad, por ejemplo, sería como un cambio de clima radical de Kansas a Miami. Esas diferencias de salinidad hacen que su hogar sea único", dijo Wall a BBC Mundo.

Los investigadores analizaron las muestras de suelos con nuevas técnicas moleculares que permiten analizar el ADN de distintos organismos.

"De la misma forma que en el caso de los seres humanos se toma una muestra de saliva y se analiza y amplifica su ADN, lo que nosotros hacemos es tomar muestras del suelo y amplificar todo el ADN. Cada ser tiene una identidad diferente".

"Miramos la secuencias, cómo están alineados sus genes, y los comparamos con los datos en bancos de genes y podemos decir, esto es un ácaro, o un microartrópodo, un nemátodo o una cochinilla de humedad".

Wall señala que un estudio similar hace dos décadas habría requerido la participación de "25 expertos por cada grupo taxonómico".

"Los suelos son muy valiosos"

Ed Ayres y Diana Wall analizando el suelo en Kenia Foto gentileza Diana Wall, Universidad Estatal de ColoradoridaduGEKia

Los investigadores Ed Ayres y Diana Wall toman muestras de suelo en Kenia.

El estudio tiene importantes implicaciones para los esfuerzos de conservación, según sus autores.

"Abre todo un nuevo campo para nosotros. Si preservamos los trópicos pero no prestamos atención al suelo y lo dejamos fuera de los esfuerzos de conservación, estamos excluyendo muchas especies que habrían podido ser beneficiosas para los seres humanos en el futuro. De ahora en adelante deberemos considerar con cuidado cómo restaurar suelos", señaló Wall.

Para la científica de la Universidad Estatal de Colorado, el estudio de los suelos es cautivante.

"Siempre me fascinó la pregunta de por qué hay tantas especies de animales en los suelos, cuando uno los mira al microscopio son intrincados, tienen formas y tamaños diferentes, son animales extraordinarios".

"La gente solía reirse de mí y me preguntaba por qué siempre jugaba con tierra. Cuando niños siempre tenemos las manos en la tierra, buscamos hormigas y termitas, pero cuando crecemos solemos olvidarnos del suelo. En mi caso la fascinación siempre continuó".

Wall espera que el estudio también lleve al público en general a ver los suelos de una manera completamente diferente.

"Me gustaría que la gente vea que los suelos son muy valiosos. Ayudan en la descomposición de la materia orgánica, de ramas y hojas que mueren, ayudan a que los nutrientes vuelvan a las plantas, nos dan nuestro alimento, plantas, muchos animales dependen de termitas y gusanos. Además, los suelos ayudan a limpiar el agua que consumimos y a fertliizar la tierra", dijo Wall a BBC Mundo.

"El suelo es como un nuevo océano que aguarda ser descubierto".

Fuente:

BBC Ciencia

6 de octubre de 2011

Rumbo a los polos: qué especies podrán adaptarse al calentamiento global

La habilidad de una especie para sobrevivir al calentamiento global no depende sólo de lo rápido que pueda desplazarse a un nuevo hábitat. Un elemento crucial es su capacidad para sobreponerse a las fluctuaciones climáticas que enfrentará en el camino, según un nuevo estudio.


Dicamptodon tenebrosus Foto: Chris Brown USGS

El estudio analiza la trayectoria de especies como Dicamptodon tenebrosus y su desplazamiento por el cambio climático. Foto: Chris Brown USGS

Dicamptodon tenebrosus fue una de las 15 especies de anfibios estudiadas. Los investigadores analizaron su posible desplazamiento hacia el norte y cómo respondería a fluctuaciones climáticas.

Científicos de Brown University, en Estados Unidos, se basaron en simulaciones y modelos de predicción climática para estudiar las posibles trayectorias de 15 especies de anfibios en California desde el presente al 2100.

Los investigadores Dov Sax y Regan Early estimaron que los anfibios se desplazarían 15 kms por década y encontraron que más de la mitad de las especies estudiadas desaparecería o pasaría a estar en peligro de extinción. La razón es que, según las proyecciones, el clima experimentará variaciones pendulares que pueden "atrapar" a una especie en diferentes puntos de la trayectoria.

Hacia los polos

"Muchas especies son sensibles a cambios en el clima y para sobrevivir deberán cambiar su distribución geográfica. Las especies que responden al cambio climático moviéndose hacia los polos (hacia el norte en el Hemisferio Norte y hacia el sur en el Hemisferio Sur) a medida que aumenta la temperatura, verán su avance interrumpido o incluso revertido si el clima es más frío durante ciertas décadas", dijo a BBC Mundo Dov Sax, profesor del Departamento de Ecología y Biología Evolutiva de Brown University.

"Es como si, por las oscilaciones en el clima, una población diera dos pasos hacia adelante y uno hacia atrás. Pero si una especie puede tolerar durante décadas condiciones subóptimas, no tiene por qué retroceder, y eso significa que podrá continuar su avance hacia los polos cuando aumente nuevamente la temperatura".

Muchas especies que actualmente no se consideran vulnerables podrían estar amenazadas para finales de siglo, de acuerdo a los investigadores.

Fluctuaciones

Proyecciones de desplazamientos de especies en California Foto gentileza Sax lab/Brown University

Una de las salamandras estudiadas podría desplazarse en California de su hábitat actual (naranja) hacia el norte (gris). Foto: Sax lab/Brown University

"Se estima que algunos aspectos del clima cambiarán en patrones regulares, pero otros mostrarán grandes variaciones según décadas. Dependiendo de qué aspectos particulares sean importantes para una determinada especie, ésta avanzará, por ejemplo, dos pasos hacia delante y uno hacia atrás".

De acuerdo a los autores, el estudio es único porque identifica un factor que no se había considerado antes, la habilidad de distintas especies para persisitir en condiciones que no son óptimas. ¿Podrán subsistir? La respuesta varía de una especie a otra, según Sax.

Un número creciente de expertos asegura que las especies deberán adaptarse a temperaturas proyectadas que no se han visto en los últimos dos millones de años y deberán hacerlo mientras sus hábitats se ven cada vez más presionados por la acción humana.

¿Reubicar especies?

El estudio tiene importantes implicaciones para un tema intensamente debatido por expertos en conservación.

Rhyactriton variegatis Foto Chris Brown/USGS

Algunos expertos creen que podría ser necesario reubicar algunas especies para que puedan subsistir. Foto: Chris Brown/USGS

"Nuestro trabajo muestra que los corredores de hábitats, especialmente los que consisten en extensions intactas que conectan dos o más áreas protegidas, no serán tan efectivos para muchas especies como se pensaba", dijo Sax a BBC Mundo.

"Por ello, si se quiere mantener poblaciones silvestres (diferentes de las especies que que están en zoológicos), la reubicación deliberada podría ser una respuesta. Es una opción que actualmente es motivo de una gran controversia".

El estudio de Sax y Early fue publicado en la revista Ecology Letters.

Fuente:

BBC Ciencia

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4 de octubre de 2011

El Polo Norte también tiene su agujero de ozono

Niveles de ozono sobre el Polo Norte, en marzo de 2011. | Nature

Niveles de ozono sobre el Polo Norte, en marzo de 2011. | Nature

  • Algunas zonas perdieron hasta el 80% de ozono en la primavera de 2011
  • Una presencia inusualmente larga de aire frío en altura acelera el fenómeno
  • También hubo más niveles de gases dañinos para el ozono que en otros años
  • Los gases clorados que dañan el ozono fueron prohibidos a finales de los 80
  • La atmósfera todavía sufre el efeto de los químicos liberados hace décadas

La pérdida de ozono sobre el océano Ártico este año ha sido tan severa que por primera vez se le puede llamar "agujero de ozono", afirma un grupo de científicos que acaba de publicar sus conclusiones en la revista 'Nature'. Aseguran también que la pérdida de ozono en el norte este año es equiparable a la que ocurre desde hace tiempo sobre la Antártida. Hay que tener en cuenta que hasta ahora, cuando se hablaba de pérdida de ozono era en el hemisferio sur, pero este fenómeno no había sido noticia en el extremo norte del planeta.

A una altura de 20 kilómetros sobre el Polo Norte, el 80% del ozono se ha perdido, afirman los científicos. La causa ha sido una presencia inusualmente larga de aire frío a gran altura además de una mayor cantidad de gases destructores del ozono sobre la zona. Los compuestos clorados producidos por el hombre que destruyen el ozono son mucho más activos en ambientes fríos. Las causas de la pérdida de ozono han sido por tanto relativamente circustanciales, por lo que es imposible saber si el fenómeno observado este año se repetirá en próximas ocasiones.

La destrucción del ozono atmosférico por la presencia de compuestos clorados ocurre en primavera sobre las dos regiones polares. Sin embargo, puesto que esa estación es relativamente más templada en el Polo Norte que en el sur, los daños no son tan graves en aquel como en éste y la mayoría de los años la disminución de la capa de ozono es mucho menor en el Ártico que en la Antártida.

Sin embargo, el trabajo aparecido en 'Nature' revela que este año, en determinadas altitudes, el periodo de bajas temperaturas en el Ártico duró 30 días más que cualquier otro invierno ártico, dando lugar a una destrucción de ozono sin precedentes. Para determinar los factores que motivaron que este periodo de bajas temperaturas fuera tan persistente serán necesarios otros estudios.

'Durante el invierno 2010-11, las temperaturas diarias no alcanzaron valores más bajos que en anteriores inviernos árticos', ha afirmado Gloria Manney, autora principal del estudio, que pertenece al Jet Propulsion Laboratory de la NASA de Pasadena (California), y al New Mexico Institure of Mining and Technology, de Socorro (Nuevo México). "La diferencia con respecto a anteriores inviernos es que las temperaturas extremadamente bajas persistieron durante un periodo mayor. Esto implica que si en el futuro las temperaturas estratosféricas disminuyeran ligeramente, como resultado del cambio climático, por ejemplo, la pérdida de ozono del Ártico podría ocurrir con mayor frecuencia.»

Gloria Manney, del California Institute of Technology, es la autora líder del artículo aparecido en 'Nature'. Los autores han analizado los datos de ozono sobre el Polo Norte a finales de 2010 y comienzos de 2011 y aseguran que la pérdida de este gas supera cualquier observación científica anterior.

En la investigación han participado científicos de 19 instituciones de nueve países (Estados Unidos, Alemania, Países Bajos, Canadá, Rusia, Finlandia, Dinamarca, Japón y España) que han analizado datos procedentes de un amplio conjunto de medidas. Se han empleado observaciones diarias de gases y nubes facilitadas por los satélites de la NASA Aura y CALIPSO, datos de ozono medidos por globos instrumentados, datos meteorológicos y modelos atmosféricos.

La aportación española corrió a cargo del Instituto Nacional de Técnica Aeroespacial (INTA), que desde 1991, en colaboración con el Instituto Meteorológico Islandés, participa en proyectos europeos para la medida de destrucción de ozono en la región Sub-Ártica, realizando sondeos de ozono desde la base de Keflavik (Islandia).

Salvados gracias al acuerdo de Montreal

El ozono es una forma de oxígeno que se acumula de forma natural en la la parte alta de la atmósfera - desde los 15 a los 35 kilómetros por encima de la superficie de la Tierra - y protege la vida en la Tierra de los rayos ultravioleta solares.

Ciertos gases clorados producidos industrialmente por el hombre - CFCs - tienen la capacidad de destruir este ozono. El Protocolo de Montreal, que entró en vigor en 1989, fue un acuerdo internacional para dejar de usar y producir estos gases, que se empleaban como refrigerantes para frigoríficos o como propelentes para sprays, y sustituirlos por otros que no dañaran el ozono. El Protocolo de Montreal fue un éxito, pues se consiguió retirar del mercado mundial esos dañinos productos y frenar el problema.

Si dos décadas después el ozono sigue desapareciendo es porque los gases clorados o CFCs tienen una larga vida en la atmósfera. Los daños que se observan hoy se deben a los gases que se emitiron antes de la prohibición y que aún perduran. Los científicos, de hecho, aseguran que el agujero de ozono seguirá haciéndose mayor en las próximas décadas, y que no será hasta 2050 cuando empiece a remitir. Será para entonces cuando hayan desaparecido los CFCs emitidos en el pasado por el hombre. De no haberse prohibido su uso en 1989, el problema se habría acelerado y durado para siempre.

De hecho, la autora líder del estudio en 'Nature', Gloria Manney ha manifestado que sin el Protocolo de Montreal, los niveles de cloro serían ya tan altos que en el Ártico se formaría también cada primavera un agujero de ozono.

La persistencia en la atmósfera de las sustancias químicas que destruyen la capa de ozono implica que los agujeros de ozono de la Antártida, y la posibilidad de una futura pérdida severa de ozono en el Ártico, puedan seguir ocurriendo durante décadas, asegura el INTA en comunicado de prensa.

Fuente:

El Mundo Ciencia

4 de agosto de 2011

El hielo de la Antártida es más inestable de lo que se pensaba

Especial: Planeta Tierra

Hace unos 125.000 años, durante el último periodo interglaciar, el nivel del mar era al menos cuatro metros más elevado que en la actualidad, pero en ese periodo las temperaturas eran similares a las que se prevén a finales de siglo XXI. Un equipo estadounidense ha analizado el estado y el comportamiento de los casquetes de hielo de ambos polos en el pasado y concluye que el hielo de Groenlandia es más estable de lo que se pensaba y el de la Antártida más inestable.

El casquete polar de Groenlandia se funde cada vez más rápido. Imagen: Pranav Yaddanapudi.

El derretimiento del hielo de Groenlandia causó un aumento del nivel del mar de entre 1,6 y 2,2 metros

Un equipo de científicos estadounidenses revelan en la revista Science los patrones del derretimiento del hielo durante el último período interglaciar: el hielo de Groenlandia podría haber sido más estable de lo que muchos pensaban, y el hielo de la Antártida más inestable.

“La región occidental de la Antártida probablemente fue mucho menor de lo que es ahora, con una mayor subida del nivel del mar de lo que pensaban los científicos. Si la región occidental de la Antártida se desmoronó, significa que es más inestable de lo que esperábamos”, afirma Anders Carlson, coautor e investigador en Ciencias Geológicas de la Universidad de Wisconsin-Madison (EE UU).

Pero, ¿qué proporción de hielo se fundirá y contribuirá a subir el nivel del mar a finales de siglo? Para los científicos siguen existiendo grandes variaciones, de unos centímetros a varios metros.

“El casquete polar de Groenlandia se funde cada vez más rápido”, explica Carlson. “Está claro que necesitamos desentrañar cómo funcionaron las cosas anteriormente y cuál ha sido la respuesta del hielo en épocas pasadas ante veranos más calurosos que el actual”, añade.

¿Cómo se comportaron los casquetes?

Dónde se funde el hielo, y a qué velocidad es la mayor fuente de incertidumbre para predecir las subidas del nivel del mar causadas por el cambio climático. La razón: existen variables desconocidas y restricciones físicas para calcular las masas de hielo.

El equipo de investigación intentó encontrar una forma de delimitar dónde permaneció inalterado el hielo en Groenlandia durante el último período interglacial para definir con más precisión el comportamiento de los casquetes de hielo y mejorar las previsiones para el futuro.

Los investigadores analizaron muestras del fondo oceánico extraídas de una región situada al sur del extremo meridional de Groenlandia, que recibe sedimentos arrastrados por las corrientes de aguas formadas por la fusión del casquete polar.

Utilizaron distintos patrones de isótopos radiogénicos para identificar los orígenes de los sedimentos, cuyos patrones muestran qué terrenos seguían bajo el hielo en aquellos momentos.

“Si la tierra se deshiela, se pierden esos sedimentos”, señala Carlson. Sin embargo, todos los terrenos seguían aportando sedimentos durante el último período interglaciar, por lo que aún tenían encima una cubierta de hielo.

“La extensión del casquete de hielo se redujo hasta ocupar una extensión menor a la actual, y el nivel del mar subió con toda seguridad, y siguió fundiéndose durante el período más caluroso”, apunta el científico. Pero el análisis de los sedimentos indica que “el casquete de hielo parece ser más estable que algunos de los parámetros de retroceso más elevados presentados por los expertos”.

El equipo evaluó además varios modelos ya elaborados de la fusión del casquete de hielo de Groenlandia durante el último período interglaciar. Los modelos con los nuevos hallazgos indican que el derretimiento del hielo de Groenlandia causó un aumento del nivel del mar de entre 1,6 y 2,2 metros. El resto se debe al deshielo del casquete polar antártico.

Referencia bibliográfica:

Elizabeth J. Colville, Anders E. Carlson, Brian L. Beard,1 Robert G. Hatfield, Joseph S. Stoner, Alberto V. Reyes, David J. Ullman. “Sr-Nd-Pb Isotope Evidence for Ice-Sheet Presence on Southern Greenland During the Last Interglacial”, Science vol 333, 29 de julio de 2011.

Fuente:

SINC

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La capa de hielo árticodisminuye casi hasta a mínimos históricos

20 de julio de 2011

Increible: Cuando la Antártida (el polo Sur) era un paraíso tropical

Paisaje tropical

El lugar más frío y desolado del planeta, una tierra de montañas estériles enterradas bajo casi cuatro kilómetros de capa de hielo. Hablamos de la Antártida.

Pero esta gélida imagen es algo excepcional ya que durante la mayor parte de los últimos cien millones de años, esta región era un paraíso tropical.

"Así era hace unos cuarenta millones de años. Durante la mayor parte de la historia geológica de la Antártida, la región estaba cubierta por bosques y desiertos, un lugar que gozaba de un clima cálido, un lugar precioso", dijo a BBC Mundo Jane Francis del Colegio de Medio Ambiente de la Universidad de Leeds.

"Muchos animales, incluidos, dinosaurios vivían allí. Es en el pasado geológico reciente que el clima se enfrió", añadió la experta.

Dióxido de carbono

"Probablemente el clima templado en el pasado de la Antártida estaba causado por elevados índices de dióxido de carbono en la atmósfera", explicó Francis.

"Durante la mayor parte de la historia geológica de la Antártida, la región estaba cubierta por bosques y desiertos, un lugar que gozaba de un clima cálido, un lugar precioso"

Jane Francis, Universidad de Leeds

"Si continuamos emitiendo grandes cantidades de dióxido de carbono, calentando el planeta, podríamos llegar a la misma situación en la que volverían a aparecer animales y bosques en la Antártica", dijo la experta en medio ambiente.

Pero estos hallazgos tienen implicaciones nada alentadoras para el futuro.

Según expertos, hace cincuenta millones de años había más de 1.000 partes por millón (ppm) de dióxido de carbono en la atmósfera, lo que calentó el planeta lo suficiente para fundir todas sus capas de hielo.

En los últimos años la cantidad de dióxido de carbono en la atmósfera ha presentado un aumento. Se ha pasado de unas 280 ppm en la era preindustrial a unas 390 ppm en la actualidad lo que ha aumentado en un grado las temperaturas globales.

Si continuamos a este ritmo de crecimiento de alrededor de 2ppm al año, tendrá que pasar todavía mucho tiempo para que se alcance los 1.000 ppm. Pero el problema, dicen los expertos, es que para cuando lleguemos a 500 ppm, ya empezaremos a ver cómo se derrite una enorme parte de las capas de hielo.

"La diferencia con el pasado es que entonces el calentamiento se debió a causas naturales debido a los volcanes. Y ocurrió en un periodo muy largo de tiempo por lo que los animales y las plantas tuvieron tiempo para adaptarse. Pero el problema con el actual cambio climático, que está siendo provocado principalmente por factores humanos, está ocurriendo muy deprisa comparado con cómo ocurriría en un periodo geológico normal, por lo que no vamos a tener muchas oportunidades para adaptarnos", dijo Francis.

Urgencia

Antártida

La Antártida esta considerada como uno de los lugares más fríos y desolados del planeta

Todo indica que el planeta enfrenta tiempos difíciles si no hacemos más para frenar el calentamiento global, el planeta.

Jane Francis admite que los gobiernos de todo el mundo están trabajando para reducir las emisiones de dióxido de carbono, pero señala que tienen que esforzarse más.

Algunos escépticos opinan que ya es tarde para tratar de evitar el calentamiento global. Por lo que habría que concentrarse más en cómo adaptarse a lo que se viene.

No obstante para Francis esta es una postura muy pesimista que deberíamos dejar a un lado para concentrarnos en hacer más y de forma más rápida.

Fuente:

BBC Ciencia

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22 de junio de 2011

Avistan un pingüino emperador en Nueva Zelanda por primera vez en 40 años

[foto de la noticia]

Un pingüino emperador, que vive en el hielo de la Antártida, fue avistado en las costas de Nueva Zelanda por primera vez en más de 40 años, según han informado los medios locales.

El joven ejemplar, que parece estar en buena salud, fue visto el lunes deambulando en las costas de Kapiti, al norte de Wellington, a unos 3.000 kilómetros de su hogar habitual, informó la agencia local NZPA.

La última vez que una de estas aves acuáticas apareció en Nueva Zelanda fue en la playa Oreti, en el sur de la Isla del Sur, en 1967.

"A veces animales poco usuales que vienen de la Antártida visitan nuestras costas, pero no sabemos realmente por qué lo hacen", dijo el portavoz del ministerio de Conservación neozelandés, Peter Simpson.

Las autoridades han recomendado a los habitantes de la zona que no molesten al majestuoso pingüino para que pronto se lance al mar para regresar a su hogar.

El emperador es el más grande de los pingüinos con más de un metro de altura y 30 kilogramos de peso, y puede sumergirse por más de diez minutos llegando a profundidades de hasta 450 metros.

Esta ave se caracteriza por una mancha amarilla a cada lado del cuello que le llega al pecho blanco que contrasta con su plumaje negro.

Los pingüino emperador han inspirado documentales como 'El viaje del emperador' y películas de animación como 'Happy Feet. Rompiendo el hielo'.

Fuente:

El Mundo Ciencia

30 de mayo de 2011

El osos Polar, la especie más reciente del Ártico

  • 'Ursus maritimus' es la especie más 'reciente' del Ártico
  • Aunque salga en todas las fotos, es casi un invitado que llegó hace 40.000 años

'Ursus maritimus', el oso polar, es la especie más 'reciente' del Ártico, y aunque salga en todas las fotos, es casi un invitado. No hace mucho, quizás 40.000 años, esos osos albinos rechazados por sus congéneres grises (los grandes osos de las islas Kodiak), llegaron vagabundeando al Ártico con el andar errante y despistado que les sigue caracterizando. Los albinos, llámense Copito de nieve o sean africanos Masai Mara, siempre han suscitado rechazo y temor.

El Ártico es, como todos sabemos, el lugar donde se ocultan los monstruos y los raros, desde el del Doctor Frankenstein de Ann Rice, al alienígena ávido de sangre de la película 'El enigma de otro Mundo', de Christian Nyby, pasando por 'Superman' e incluso por los disidentes polacos, que en la era comunista eran enviados a la base de investigación polaca de Horsund (era el destierro de la época) para los científicos rebeldes o, básicamente, con opinión. No es raro pues que el oso polar, disidente albino dentro de los Ursus, también buscase refugio en el Ártico, donde una placa de hielo de 14 millones de kilómetros cuadrados les ocultaba de las miradas y donde ser blanco no era una rareza reprochable.

El blanco del Ártico mengua y cada vez es más fácil distinguir al oso polar, con su perfil mejor descrito por el color marfil que el blanco, recortado contra la superficie negra del océano líquido del agua atlántica que ocupaba los primeros 500 metros de la columna de agua del Estrecho de Fram, a 80 º 40’ N, y que con sus 3.5 º C de temperatura devoraba ayer al océano blanco en un día eterno, soleado, brillante y caluroso.

La visita de un oso blanco

Fue allí donde, rodeados de grandes bandejones de hielo, nos visitó un oso blanco. Era un oso joven, posiblemente fuese este su primer verano cazando solo lejos de su madre, y delgado - posiblemente no hubiese cazado aún ninguna foca. Se acercó desde una distancia de dos kilómetros, en un camino primero zigzagueante, luego más decidido, nos buscaba a la carrera, nos olía en la distancia, casi desesperado. Nos miró, agolpados en la proa con nuestras cámaras, con una mirada miope, moviendo su cabeza de arriba abajo, y de un lado a otro, dudando, tímido, si acercarse más, hasta que se dio media vuelta y comenzó a alejarse sin prisa, despidiéndose de nosotros con una mirada de reproche y desconfianza. Nuestras risas nerviosas se apagaron, los clicks de las cámaras digitales se acabaron y solo quedó el silencio, roto de tanto en tanto por los gritos de las gaviotas. Ahora su imagen puebla blogs y muros de Facebook.

Iconos

Entre los humanos, los osos polares siempre han sido iconos, antes de las estanterías de habitaciones infantiles y de kioscos de tiro al blanco de ferias, e iconos del cambio climático ahora. Este era nuestro cuarto encuentro con un oso polar en cuatro años, pero este oso llegó con un mensaje distinto, no con la altanería y orgullo de los anteriores, dueños y señores del océano blanco. El oso que nos visitó parecía abrumado, consciente de su responsabilidad como icono del cambio climático, mensajero de la esencia destilada del destino del Océano Glaciar Ártico con todos sus pequeños habitantes cuyo destino, como el del oso, depende del frío helado.

Cuando desembarcamos para caminar sobre el bandejón de hielo, de 3 metros de espesor y del tamaño de un campo de fútbol donde había estado el oso, vimos que el rastro de sus huellas dejaban al descubierto la escarcha en la que se deshacía el hielo, y nos conducía del hielo a la superficie oscura del océano líquido.

Ese oso nos dejó la mejor metáfora de qué es un 'tipping point' - pregunta que se ha repetido 20 veces esta expedición. Un 'tipping point' es un umbral de cambio, un punto sin retorno, es la brusca pérdida de todo un ecosistema cuyo rastro sobre la superficie nevada del hielo blanco desaparece, de repente y para siempre, en un océano oscuro, insondable.


Los autores de este blog

Carlos Duarte es investigador del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y codirector de Artic Tipping Points.

Ainhoa Goñi es directora de Comunicación del CSIC.


Fuente:

El Mundo Ciencia Blogs

28 de abril de 2011

Descubren bacterias que viven sin luz ni oxígeno bajo el hielo de la Antártida

Un investigador posa sobre la superficie helada de 'Las cataratas de sangre'. (Foto: 'Science')

Un investigador posa sobre la superficie helada de 'Las cataratas de sangre'. (Foto: 'Science')

Un insólito ecosistema donde viven bacterias pese a no haber oxígeno, en completa oscuridad, a 10ºC bajo cero y en un agua con cuatro veces mayor salinidad que la del mar, ha sido descubierto en un lago subterráneo bajo un glaciar, en la Antártida. Este prístino hábitat funciona como un perfecto mecanismo biológico desde hace nada menos que entre 1,5 y cuatro millones de años.

Investigadores de las universidades de Harvard y Cambridge publican hoy en Science su hallazgo. El lugar, denominado Cataratas de sangre por el agua de alta coloración roja procedente de la oxidación que fluye por debajo del glaciar, ya había llamado la atención de los primeros exploradores antárticos en 1911, el año que se descubrió el Polo Sur. Ellos lo atribuyeron a unas algas rojas que suponían debían vivir bajo el hielo.

Pero una casualidad ha permitido descubrir el porqué de ese llamativo color rojo sobre el manto blanco del hielo. Mientras una investigadora permanecía junto al lugar justo el día oportuno, hubo un flujo de la salmuera subglacial recién filtrada que permitió tomar las primeras muestras y realizar los análisis que habían estado intentando durante años.

El primer resultado del laboratorio hizo exclamar a los científicos el célebre ¡eureka! que acompaña los descubrimientos: el agua no contenía oxígeno. Además, era rica en sulfuro, propio de los ambientes marinos y con una concentración salina cuatro veces mayor que la de los océanos.

Eso dio pistas sobre su origen oceánico y la edad: entre 1,4 y cuatro millones de años, cuando gran parte de la Tierra estaba cubierta de hielo y el agua marina quedó atrapada bajo los glaciares en un lago de unos cuatro kilómetros de largo por 400 metros de ancho, que no está congelado debido a su elevada salinidad.

Ecosistema asombroso

Pero lo realmente sorprendente es que los microbios que vivían entonces han seguido reproduciéndose y es el hogar de esos seres que han vivido ahí durante millones de años, aportando un ejemplo asombroso de cómo un sistema microbiano puede sobrevivir durante un periodo prolongado sin fotosíntesis o nutrientes de una fuente externa.

El lago está situado en el Valle Seco de McMurdo, al este de la Antártida, bajo un glaciar de 1,5 kilómetros de espesor. Según Jill A. Micucki y su equipo de investigación, el agua que contiene es anóxica, extremadamente salina, y repleta de hierro.

También contiene sulfato, una fuente de energía común para microbios, pero curiosamente poco del sulfuro que generalmente se esperaría si los microbios estuvieran metabolizando el sulfato mediante su reducción a sulfuro.

Basándose en los isótopos de oxígeno en el sulfato y la evidencia de una enzima llamada adenosina 5 fosfosulfatoreductasa, los autores concluyen que los microbios están de hecho reduciendo el sulfato pero que lo están haciendo a través de un metabolismo hierro-sulfuro interconectado, el cual utiliza hierro de la base de sustrato rocoso del lago.

Los descubridores del nuevo hábitat proponen que los sistemas microbianos similares a este pueden haber existido durante los episodios de la llamada Tierra bola de nieve, cuando el planeta podría haber estado cubierto casi por completo de hielo.

Yendo mucho más allá, este ecosistema aislado durante millones de años podría explicar la existencia de vida en otros planetas de nuestro sistema solar. Formas primitivas de vida como es el caso, es lo que vienen buscando desde hace décadas los científicos de la NASA en Marte, y en la luna Europa de Júpiter.

Fuente:

El Mundo Ciencia

10 de marzo de 2011

La NASA advierte de que los Polos se deshacen más rápido de lo previsto

Fotografía donde se aprecia una vista de deshielo en el oeste de Groenlandia. | Efe

Fotografía donde se aprecia una vista de deshielo en el oeste de Groenlandia.

Las capas de hielo de Groenlandia y la Antártida están perdiendo su masa a un ritmo más acelerado de las predicciones hechas hasta ahora que repercutirá en la subida del nivel del mar mundial, según un estudio difundido este miércoles por la NASA.

Los resultados del estudio sugieren que las capas de hielo se están deshaciendo más rápido que los glaciares de las montañas y serán el principal factor que contribuya a una subida global del nivel del mar, mucho antes de lo previsto.

Como ejemplo, en 2006 los polos perdieron una masa combinada de 475 gigatoneladas al año en promedio, una cantidad suficiente para elevar el nivel global del mar en un promedio de 1,3 milímetros al año frente a las 402 gigatoneladas que perdieron de promedio los glaciares de la montaña.

LA NASA ha analizado datos de sus satélites entre 1992 y 2009 y ha descubierto que cada año durante el curso del estudio, las capas de hielo de los casquetes polares perdieron un promedio combinado de 36,3 gigatoneladas más que el año anterior.

"Que las capas de hielo serán la principal causa del aumento del nivel del mar en el futuro no es sorprendente, ya que poseen una masa de hielo mucho mayor que los glaciares de montaña", señaló el autor del estudio, Eric Rignot, de la Universidad de California.

"Lo sorprendente es que esta mayor contribución de las capas de hielo ya está sucediendo", advirtió el científico que llevó a cabo la investigación con la colaboración del Laboratorio de Propulsión a Chorro (JPL) de la NASA.

Las mediciones realizadas indican que "si continúan las tendencias actuales, es probable que el aumento del nivel del mar sea significativamente mayor que los niveles proyectados por el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático en 2007", agregó.

Consecuencias

"No es sorprendente que las capas de hielo dominen el futuro incremento del nivel del mar, ya que tienen una masa de hielo mucho mayor que los glaciares de montaña", dijo el autor principal de la investigación, Eric Rignot, del Laboratorio de Propulsión a Chorro (JPL, por sus siglas en inglés) de la agencia espacial estadounidense, NASA, en Pasadena, California.

"Lo que sí es sorprendente es que esta contribución creciente de las capas de hielo ya está ocurriendo", añadió.

Si se realiza una proyección de ese ritmo de pérdida de hielo hasta 2100, la contribución a la subida del nivel del mar solamente de las dos capas de hielo se calcula en 56 centímetros.

Como contraste, el IPCC proyectó en 2007 una subida máxima de 59 centímetros, aunque reconoció que probablemente era una subestimación debido a que el conocimiento de los procesos que tienen lugar en las capas de hielo era insuficiente para permitir hacer estimaciones confiables.

Desde 2007, varios otros grupos de investigación, usando métodos diferentes, han concluido que una cifra entre uno y dos metros es probable, lo que tendría graves consecuencias para las islas y países con costas largas y bajas, como Bangladesh.

"Si continúan las tendencias actuales, es probable que el nivel del mar sea perceptiblemente más alto que lo proyectado por el IPCC", dijo el Dr. Rignot.

"Nuestro estudio ayuda a reducir la incertidumbre en las proyecciones a corto plazo de la subida del nivel del mar", agregó.

Metodologías

En la nueva investigación se utilizaron dos metodologías diferentes.

Una calcula el aumento y la pérdida de hielo, mediante la combinación de varios tipos de lecturas satelitales y datos adquiridos en el terreno, por ejemplo el grueso de la capa de hielo y la velocidad de desplazamiento de los glaciares.

El segundo grupo de datos proviene de la misión "Grace" de la NASA, que utiliza satélites gemelos para medir variaciones en la gravitación de la Tierra.

La pérdida de hielo causa una reducción fraccionaria de la gravedad en ese punto de la superficie terrestre.

Hace dos años, esta misión sorprendió a algunos en la comunidad de investigación al mostrar que incluso la enorme y frígida capa de hielo del este antártico estaba perdiendo parte de su masa en los océanos.

Fuentes:

El Mundo Ciencia

BBC Ciencia

7 de marzo de 2011

¿Sabe usted orientarse en el espacio?

Soy profesor de Educación Primaria, desde hace 16 años trabajo con niños de 8 a 12 años. Cuando inicio las clases siempre les tomo un test "de orientación espacial". Ellos dibujan una cruz en su cuaderno y deben indicar cuáles son el norte, sur, este y oeste. Por lo general, entre el 75% y 90% falla en este sencillo test. Conclusión: La educación, en los primero grados, no le toma mucha importancia a la orientación en el tiempo y el espacio, una habilidad imprescindible y que todo nbiño debe desarrollarla para un adecuado desarrollo de la inteligencia.

Los animo a ustedes a hacer esta prueba con sus alumnos e hijos. También los animo a leer el siguiente post que apareció en la BBC en español:


Las claves de una buena orientación

Perder el norte, en Bali, es considerado síntoma de locura.

Algunas personas tienen una habilidad prodigiosa para recordar sitios, encontrar rutas y desplazarse cómodamente por lugares que no les son familiares. ¿Qué las distingue del resto?

En 1980, tuvo lugar un experimento en la Universidad de Manchester, con el propósito de investigar la teoría de que la gente con un buen sentido de la orientación tienen la habilidad de detectar el norte magnético, como las aves migratorias.

Para ello, un grupo de estudiantes partió en un bus con los ojos vendados. A la mitad de ellos les amarraron imanes a la cabeza y a otros sólo barras de latón.

Cuando los bajaron del bus unos kilómetros más allá, se les pidió que adivinaran en qué dirección estaba la universidad, de la que habían partido.

El grupo que tenía barras de metal en la cabeza lo hizo muchísimo mejor, lo que parecía indicar que lo que los guiaba era una habilidad para detectar campos magnéticos, que habían sido interferidos en el caso del grupo con imanes.

A pesar de ello, ningún otro estudio desde entonces ha replicado estos resultados, de manera que la hipótesis aún no ha sido probada.

Prestar más atención

Aunque muchos experimentos han querido buscar una explicación científica a la capacidad de orientarse con facilidad, la razón biológica parece ser mucho más simple.

Los buenos "navegantes" actualizan mentalmente su posición geográfica prestando atención a la evidencia física.

Ciertas culturas que viajan sin la ayuda de la tecnología han desarrollado estos mecanismos de un modo asombroso. Ese es el caso de los habitantes de las islas Polowat, en el Pacífico oeste, que se basan en las corrientes de agua y en las estrellas para encontrar la trayectoria correcta.

En Bali, donde el sentido de orientación está imbuido de un alto significado espiritual, no saber dónde está el norte es considerado un síntoma de locura.

Las claves de una buena orientación

Hay quienes parecen tener un mapa en la cabeza.

Pero si usted no vive en Bali, no se preocupe: esas habilidades son el resultado de entrenamiento desde la niñez, más que un talento sobrehumano para llegar de A a B.

Los neurólogos aseguran que fijarse deliberadamente en puntos de referencia y en las vueltas que se dan cuando uno está moviéndose normalmente ayuda a crear un mapa cognoscitivo del área.

"Algunas personas parecen atender al entorno más que otras, así como algunos atienden a los nombres más que otros", asegura el doctor Paul Dudchenko, de la Universidad de Sterling.

Por lo tanto, los que suelen perder el norte a menudo no deben resignarse: acostumbrarse a prestar más atención a aquello que les rodea puede serles de gran ayuda para encontrar, finalmente, el camino de vuelta.

Fuente:

BBC Ciencia

28 de febrero de 2011

El polo Norte: ¿Geogräfico o Magnético?

Ya hemos visto las características geográficas de la zona sobre la Tierra, a la que denominamos polo Norte. Pero ¿por qué los científicos afirman que el polo Norte exacto, como un punto sobre la superficie, no existe? Resulta que cuando nos referimos al polo Norte podemos estar hablando del polo Norte geográfico o del polo Norte magnético, y cada uno está en puntos diferentes sobre la Tierra. Entonces, ¿dónde esta el verdadero Norte? Veamos qué es lo que pasa.


¿Qué es el magnetismo?



El magnetismo se puede definir como un fenómeno que ocurre a todos los átomos en desequilibrio, es decir, a aquellos que no tienen igual número de electrones y protones para contrarrestar las fuerzas electromagnéticas positivas y negativas. Un elemento en la naturaleza que contiene una cantidad considerable de átomos en desequilibrio es el hierro (Fe), por lo que la acumulación de este en un lugar puede generar un alto magnetismo a su alrededor.


Campo magnético de la Tierra

La manera más fácil de describir lo que sucede con el campo magnético de la Tierra es imaginándose que ésta funciona como un imán gigante. Todos los imanes contienen dos polos magnéticos opuestos denominados Norte y Sur, y entre ambos polos se crean líneas de fuerza que siempre van cerradas. En el caso de la Tierra, los polos Norte y Sur magnéticos no corresponden exactamente a las zonas geográficas con el mismo nombre. Se cree que el origen de estos campos magnéticos puede ser una combinación entre los efectos de la rotación y las corrientes de convección que se originan por el calor del núcleo de la Tierra.



El Norte Magnético



Hoy en día el polo Norte magnético de la Tierra se localiza a 1.600 km del polo Norte geográfico, es decir, del que hablamos en nuestro artículo anterior. Actualmente este polo magnético se encuentra en una isla denominada Bathurst en la parte septentrional de Canadá. El norte magnético es aquel que marca cualquier brújula, y si estuvieras parado justo encima de él, una brújula puesta horizontal comenzaría a dar vueltas incesantemente, mientras que una vertical marcaría hacia abajo.


Cuando el polo Norte magnético estuvo en el Sur



¡Sí! ¡El Norte estuvo alguna vez en el Sur! ¿Cómo así? Pues resulta que el campo magnético de la Tierra no siempre ha sido el mismo, y ha variado durante el curso de las eras geológicas. A esto se le llama variación secular. Según estudios realizados en rocas muy antiguas que guardan registro de la orientación magnética de la Tierra, han existido épocas en las que el magnetismo planetario se ha reducido a cero y luego se ha invertido. Es así como en algún momento, el polo Sur actual fue el Norte de nuestro planeta. Estas inversiones del campo magnético han ocurrido por lo menos veinte veces, y la más reciente fue hace 700.000 años. Se calcula que la próxima inversión del magnetismo terrestre se producirá en unos 2.000 años, ya que lentamente se ha venido reduciendo la fuerza del actual campo magnético de la Tierra.

Fuente:

DINI

10 de febrero de 2011

Los bosques secretos de la Antártica


Hubo un tiempo en el que el Polo Sur era un gran bosque habitado por dinosaurios.

Puede ser difícil de creer, pero Antártica estuvo una vez cubierta de frondosos bosques. Hace cien millones de años, el efecto invernadero en la Tierra era extremo. El Polo Sur no era un desierto de hielo, sino un vergel habitado por dinosaurios.

El ecosistema antártico estaba adaptado a los largos meses de oscuridad del invierno y era verdaderamente extraño.

Pero si el calentamiento global continúa, ¿podrían reaparecer estos antiguos bosques?

Uno de los primeros en poner de manifiesto las evidencias de lo que una vez fue la verde Antártica fue el explorador Robert Falcon Scott.

Regresando del Polo Sur, en 1912, se tropezó con una planta fosilizada en el glaciar Beardmore, a una latitud de 82º sur.

Su descubrimiento abrió una nueva ventana al pasado subtropical del que ahora se conoce como el continente helado.

Bosque en el hielo

La profesora Jane Francis, de la Universidad de Leeds (Inglaterra), es una intrépida exploradora que ha seguido los pasos de Scott.

Francis ha participado en diez expediciones para recolectar fósiles. "La idea de que Antártica estuvo alguna vez cubierta de bosques todavía no deja de parecerme algo alucinante".

"Damos por sentado que siempre ha estado congelado, pero las capas de hielo parecen ser algo relativamente reciente en tiempos geológicos".

Uno de los fósiles que ha descubierto la profesora Francis lo consiguió cuando atravesó la cordillera Transantártica, no muy lejos de donde Scott hizo su hallazgo.

"Estábamos arriba en el glaciar cuando nos encontramos con capas de sedimentos plagados de frágiles hojas y ramas".

Estos fósiles probaron la existencia de restos de hayas hace unos tres a cinco millones de años, las últimas plantas que vivieron en el continente antes de que quedara completamente helado.

Sin embargo, otros fósiles muestran la existencia de una verdadera flora subtropical en tiempos algo más remotos, durante la "era de los dinosaurios", cuando unos niveles de dióxido de carbono mucho más altos dispararon una fase de extremo calentamiento global.

Vanessa Bowman, que trabaja con la profesora Francis en Leeds, no tiene duda: "Hace cien millones de años, Antártica estaba cubierta por frondosos bosques como los que existen en Nueva Zelanda".

Lea el artículo completo en:

BBC Ciencia

6 de enero de 2011

El polo magnético terrestre está cambiando drásticamente

Los científicos saben desde hace mucho tiempo que el polo magnético de la Tierra cambia de lugar constante y paulatinamente. Incluso sabemos que el cambio se puede dar tan drástico que el polo norte y sur intercambian posición cada cierto tiempo (lo que puede variar, entre decenas de miles de años y millones de años, pero con un promedio de unos 300,000 años).

El último cambio drástico, según el récord fósil, ocurrió hace 780,000 años, pero algo parece estar ocurriendo en años recientes...

Desde que se inició a medir la posición de los polos en 1831, el polo norte (y noten que obviamente el polo sur está en posición opuesta) se ha movido unos 15km (unas 9 millas) por año, lo que permaneció estable por siglo y medio.

Sin embargo, desde la década de los 1990s algo está causando cambios drásticos en el comportamiento de los polos, y esta se está desplazando a relativa alta velocidad desde su origen inicialmente medido en la Península de Boothia (en lo que hoy es Canadá), en dirección a Siberia (en Rusia) a una velocidad de 55km por año.

Una posible explicación (que espera verificación en los próximos años con nuevas mediciones más exactas y nuevos modelos simulados) es que una de las capas derretidas debajo del polo está girando, algo que es natural que suceda cada cierto tiempo dada la gran velocidad de rotación de la Tierra, y que esos movimientos subterráneos son los que ocasionan estos cambios en los polos.

Es importante entender que si la causa fuera que estuviésemos en un ciclo de cambio de polos (es decir, que el polo norte y el sur intercambien lugares), que esto tendría graves consecuencias no solo para la humanidad sino que para la vida natural también.

Para empezar, esto "alocaría" todos nuestros sistemas de navegaciones, los cuales tendrían que ser re-ajustados acorde cambian los polos, y mientras no sean ajustados los vuelos de todo tipo de aeronaves estarían en peligro, así como los sistemas de navegación de automóviles, o esta los mapas que vemos en nuestros celulares inteligentes.

Por otro lado, animales que en los últimos cientos de miles de años evolucionaron para tomar ventaja de los polos magnéticos (como las aves migratorias) perderían su rumbo y en algunos casos incluso terminen en la extinción.

Así que esperemos a ver qué sucede en realidad, pues de nosotros estar actualmente en un ciclo de intercambio de polos, serían muchas las cosas a tener pendientes para estar preparados.

Por otra parte, ya me imagino los espiritistas, astrólogos y demás charlatanes utilizando esto como "evidencia" de que el mundo se termina en el 2012... :)

Fuente Blog de Eliax

16 de diciembre de 2010

Aún quedan esperanzas de salvar a los osos polares

La reducción global de las emisiones de gases de efecto invernadero podría salvar a las capas de hielo del Ártico y a los osos polares, según científicos de Estados Unidos.

Un estudio realizado en 2007 por un equipo liderado por Steven Amstrup, de la Agencia de Investigación Geológica estadounidense, predijo que dos tercios de los 22 mil ejemplares de osos polares existentes en el mundo desaparecerían hacia mediados del próximo siglo.

Aquellas conclusiones se basaron en las emisiones continuas del sector industrial, mientras que otro estudio sugería que los gases de efecto invernadero ya habían puesto al mundo en dirección al aumento de las temperaturas, lo que podría ocasionar una acelerada y, quizás, irreversible pérdida de las masas de hielo.

Amstrup y sus colegas ahora dicen que puede evitar que se cumplan esos presagios, si las industrias actúan de manera rápida y reducen sus emisiones de gases, según el informe que se publica en la revista Nature.

La clave –dicen– es que no se ha llegado al "punto de inflexión" a partir del cual se considera que la batalla está perdida.

No todo está perdido

Se cree que la retracción de los hielos permitirá que el sol caliente las aguas con mayor rapidez y que estas aceleren el derretimiento de las capas de hielo que queden.

El equipo liderado por Amstrup, sin embargo, descubrió que hay efectos que podrían retrasar esos mecanismos de retroalimentación.

"Hay una serie de factores termodinámicos como el congelamiento rápido que se produce en aguas abiertas cuando las condiciones frías reaparecen en el otoño", explica.

Ese congelamiento rápido "tiende a compensar los efectos" que operan para que se produzca el punto de inflexión.

Ted Maksym, del Instituto Británico de Estudios Antárticos, coincide con el planteo y dice que hay pocas evidencias de que se haya llegado a un punto de inflexión en el Ártico que indique que la batalla está perdida.

"Toda la literatura que ha buscado el punto de inflexión respecto de los hielos de los mares no ha encontrado nada".

"La sugerencia de que los osos polares sobrevivirán si el crecimiento global de la temperatura se mantiene por debajo de 1,25 grados es alentadora, pero dada la tendencia actual es improbable que se logre. Por lo tanto no estamos fuera de peligro", indicó.

El profesor Julian Dowdeswell del Instituto de Investigación Polar Scott de la Universidad de Cambridge dijo que "tal investigación fue importante pero la realidad puede ser diferente de la que han reconocido algunos autores".

"Tener una buena comprensión de los fenómenos físicos del mundo natural es importante para poder desarrollar modelos de predicción", dijo.

"Pero es igualmente importante recordar que son sólo modelos y no la realidad. Usualmente hay un abanico de futuros posibles más que un solo futuro".

Lea el artículo completo en:

BBC Ciencia & Tecnología

22 de octubre de 2010

Un gran imán llamado Tierra: De la brújula china a Gilbert

Polaris, la estrella polar

Los cuerpos celestes, tales como la estrella polar, han sido determinantes a la hora de orientar durante siglos a los navegantes en mar abierto. Pero navegar de este modo tenía muchos inconvenientes difíciles de solventar, tales como las nieblas, tormentas y otras inclemencias climatológicas. Pero todo ello cambió con la aparición de la brújula.

Es difícil determinar el momento preciso de la invención de la brújula, pero todo apunta a que esto sucedió a lo largo del siglo IX en China. Las primeras brújulas de las que se tiene constancia consistían en agujas imantadas flotando sobre agua en grandes recipientes, tal como se relata en un libro de Shen Kuo del año 1086. Por aquel entonces, la física detrás de la brújula era todo un misterio, e incluso estaba ligada fuertemente al misticismo. De hecho, las brújulas chinas poseían símbolos de feng shui en lugar de puntos cardinales. Tan sólo existía un dato evidente y probado: la brújula siempre apuntaba en la misma dirección.


I: Brújula china con símbolos Feng Shui

Para la aparición de brújulas de un tamaño más manejable y utilizadas para la orientación, hubieron de pasar varios años más. La primera referencia existente la podemos encontrar en un libro de Zhu Yu de 1117, donde el escritor hablaba sobre los sistemas de orientación en la navegación, tales como la geografía conocida, la posición de las estrellas en la noche, el movimiento de sol y la brújula.

Son muchos los que asocian la invención de la brújula con el descubrimiento del magnetismo de la Tierra, pero la realidad es que no existe constancia de que en China se conociera la física detrás del comportamiento de una brújula. Varios escritos en chino describen cómo fabricar una brújula, proceso en el que se pasaba por imantar pequeños pedazos de metal, pero ninguno describía el por qué de ello.

Durante siglos se pensó que la estrella polar era la causante del magnetismo que provocaba que todas las brújulas apuntasen al norte. Algunos incluso aseguraron que existía una isla en el polo norte llamada Rupes Nigra, de unos 50 kilómetros de ancho, que era la causante del comportamiento de las brújulas. Hasta que en 1600 William Gilbert publicó “De Magnete”, nadie fue capaz de dar una explicación real y explicada para este hecho.


II: Terrella: pequeña Tierra utilizada por Gilbert para sus experimentos

“De Magnete” arrojó luz en un campo que hasta entonces era un filón para los místicos. Gilbert, gracias a unos concienzudos experimentos, basados en gran medida en los experimentos de que Pierre de Maricourt publicó en el siglo XIII en “Epistola Petri Peregrini de Maricourt ad Sygerum de Foucaucourt, militem, de magnete”, determinó con una asombrosa corrección que la Tierra se comportaba como un enorme imán magnético.

Con “De Magnete” Gilbert no sólo puso sobre la mesa la explicación por la cuál las brújulas se orientaban hacia el norte, si no que además se aventuró a postular que la fuerza magnética era de hecho la causante de que la Luna girase en torno a la Tierra, que si bien fue una idea equivocada, fue el primero en hablar de fuerzas reales para explicar los movimientos de los astros.

Fuente:

Recuerdos de Pandora

19 de junio de 2010

Cómo un cambio en los polos afecta también al trópico


Sábado, 19 de junio de 2010

Cómo un cambio en los polos afecta también al trópico
  • Cambios locales dan lugar a procesos de cambios globales
  • El estudio corrobora lo ya sugerido por modelos climáticos

Un grupo de investigadores, liderado por científicos españoles, ha demostrado empíricamente que los océanos de latitudes altas, en concreto el Pacífico Norte y el Atlántico Sur, juegan un papel clave en el control de los climas tropicales.

Esta es la principal conclusión de un estudio que publica la revista Science, el cual aporta una pieza más al rompecabezas del análisis del comportamiento de los océanos y su influencia sobre el clima y contribuye al debate sobre cuáles son las zonas del planeta que cuando cambian sus climas locales dan lugar a procesos de cambios globales.

Este trabajo, en el que se corrobora lo ya sugerido por modelos climáticos, apunta, además, que el calentamiento de las zonas polares y subpolares, las más afectadas por el cambio climático, podría influir en la formación de la lengua fría del Pacífico ecuatorial.

A estas conclusiones los investigadores han llegado gracias a la reconstrucción del clima desde el Plioceno (hace 3,65 millones de años), un período que se supone análogo al clima futuro de la Tierra, ya que las temperaturas medias del planeta fueron significativamente más elevadas que en el presente.

Para ello, tal y como ha explicado Antoni Rosell, de la Universidad Autónoma de Barcelona, han estudiado los sedimentos de los fondos marinos, que contienen los restos de organismos que han vivido en el mar durante millones de años, así como materiales de los continentes transportados por el viento, ríos o hielos.

Los sedimentos analizados están compuestos, principalmente, por conchas microscópicas de plancton, y fueron obtenidos por el programa internacional IODP (Integrated Ocean Drilling Program), que gestiona un barco a disposición de la comunidad científica internacional para la adquisición de testigos sedimentarios.

Así, se han descrito los restos orgánicos de algas unicelulares, en concreto unos compuestos que se llaman alquenonas.

De este examen los científicos han sacado algunas conclusiones principales, ha puntualizado Rosell.

Hace 1,8 millones de años y hasta hace 1,2 millones de años se produjo en las zonas subpolares del Pacífico Norte y el Atlántico Sur un enfriamiento en la superficie del mar, de forma simultánea.

Además, se ha corroborado cómo se formó y cuándo la lengua de agua fría del Pacífico ecuatorial.

Rosell ha detallado que esta lengua, que en la actualidad casi desaparece con el fenómeno "El Niño", apareció entre hace 1,8 millones y 1,2 millones de años.

Estudios anteriores han mostrado que durante las condiciones cálidas del Plioceno esta lengua de agua fría no existía, de manera que las características en el Pacífico ecuatorial eran similares a las de un episodio de "El Niño" permanente.

El equipo de investigación ha demostrado que el enfriamiento y expansión de las aguas polares hacia los trópicos jugaron un papel muy importante en el Pacífico ecuatorial, ya que provocó la disminución de la profundidad de la termoclina y, por lo tanto, la aparición de la citada lengua que se observa actualmente.

La termoclina es la capa del océano en que la temperatura desciende rápidamente y que señala la frontera entre las aguas superficiales, bien mezcladas por el viento, y las profundas.

El trabajo evidencia la importancia que pueden tener las zonas polares en el proceso de cambio global y se ha demostrado la relación "intensa" entre las variaciones del clima en las altas latitudes y la profundidad de la termoclina en el Pacífico ecuatorial.

A raíz de esta conclusión, los investigadores apuntan, si bien ésta es la parte "más especulativa del trabajo", que es "posible que la lengua fría acabe respondiendo también al calentamiento global, produciendo un escenario climático similar al del Plioceno".

Fuente:

RTVE.es

14 de junio de 2010

¿Qué pasará cuando se inviertan los polos magnéticos de la Tierra?


Lunes, 14 de junio de 2010

¿Qué pasará cuando se inviertan los polos magnéticos de la Tierra?

Siguiendo la línea catastrófica que habíamos iniciado con El día en que la Tierra dejará de girar, hoy vamos a analizar los efectos de la inversión de los polos magnéticos de nuestro planeta. Algo que ocurrirá en un futuro muy próximo.


Los estudios de la lava antigua, que registran la orientación de los campos magnéticos cuando se enfría, constata que estas inversiones ya se han producido en 20 ocasiones a lo largo de los últimos 5 millones de años, y que la más reciente fue hace unos 780.000 años.

El cambio tarda en completarse entre unos 5 y 10 mil millones de años, entre los cuales la Tierra se queda apenas sin campo magnético o lo pierde por completo.

Al menos en términos geológicos, el siguiente cambio que nos espera es inminente. Al ritmo actual, se desvanecerá completamente en unos pocos miles de años. De todavía existir vida, ¿en qué la afectará?

No se sabe con seguridad, pero se duda de que la pérdida del campo magnético tenga algún efecto nocivo en la vida. Es cierto que la peligrosa radiación del Sol y del espacio exterior se queda atrapada en el campo magnético de los cinturones de Van Allen, que se encuentran entre 5.000 y 30.000 kilómetros por encima del planeta; y también es cierto que la concentración de radiación de estas zonas es lo suficientemente alta para ser un peligro para cualquier persona o cosa que se encuentre en su interior.

Pero si estos cinturones desaparecieran con el cambio magnético no se puede saber si la radiación que llegaría a la Tierra causaría problemas, porque la atmósfera absorbería en principio su totalidad antes de que ésta llegara a la superficie.

Lo que sí disfrutaríamos al esfumarse el campo magnético es el espectáculo de color del cielo: asombrosas auroras. Ello se debe a que habría más partículas aceleradas que conseguirían penetrar dentro de las moléculas de aire de la atmósfera.

Así que, si la palmamos, al menos será contemplando un bello espectáculo pirotécnico.



Fuente:

Gen Ciencia

18 de marzo de 2010

Una glaciación letal alcanzó Europa hace 444 millones de años


Jueves, 18 de marzo de 2010

Una glaciación letal alcanzó Europa hace 444 millones de años

¿Qué es una glaciación?

Una glaciación, edad de hielo o periodo glacial es un periodo de larga duración en el cual baja la temperatura global del clima de la Tierra, dando como resultado una expansión del hielo continental desde los casquetes polares y los glaciares. De acuerdo a la definición dada por la Glaciología, el término glaciación suele usarse para referirse a un periodo con casquetes glaciales tanto al hemisferio norte como el sur; según esta definición, todavía nos encontramos en una glaciación (porque todavía hay casquetes polares en Groenlandia y la Antártida).

Más coloquialmente, cuando se habla de los últimos millones de años, se utiliza «glaciación» para referirse a periodos más fríos con extensos casquetes glaciales en Norteamérica y Eurasia: según esta definición, la glaciación más reciente acabó hace 10.000 años. Este artículo usará el término glaciación en el primer sentido, el glaciológico; el término glaciales por los periodos más fríos de las glaciaciones; e interglaciares para los periodos más cálidos.


Una glaciación letal alcanzó Europa hace 444 millones de años

Crestas verticales de cuarcita que contienen un asomo del paleovalle de Telledo (Asturias) / CSIC

La glaciación ocurrida hace 444 millones de años en el polo sur del antiguo macrocontinente de Gondwana, que originó una extinción en masa mayor aún que la que hace 65 millones de años acabó con los dinosaurios, llegó hasta lo que ahora se conoce como Europa. El geólogo del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) Juan Carlos Gutiérrez-Marco lidera el trabajo que ha presentado la primera evidencia científica de este fenómeno: el descubrimiento de los primeros valles glaciares en León y Asturias, contemporáneos a la gran glaciación con la que culmina el Ordovícico, en el llamado periodo Hirnantiense.

Las obras de la Línea de Alta Velocidad Norte II, en el túnel ferroviario de Pajares, entre Asturias y León, permitieron el descubrimiento de antiguos depósitos glaciomarinos desconocidos en la cordillera cantábrica. «Tras los hallazgos del túnel, fuimos a la montaña para explorar con otra mirada lo que los mapas y muchos geólogos descartaban, y allí estaba lo que buscábamos: rocas glaciares del Ordovícico Superior en Telledo, Asturias, y al sur del puerto de Pajares, en Casares de Arbás y Pontedo, en León», cuenta Gutiérrez-Marco.

Esta nueva visión geológica posibilitó descubrir los antiguos valles glaciares, de hasta 250 metros de profundidad y de uno a tres kilómetros de ancho, rellenos por areniscas y pizarras con cantos, recubiertos por lo general por una capa de cuarcita depositada en ambientes marinos muy poco profundos, al acabar la glaciación. El hallazgo acaba de publicarse en la revista Geology.

Una glaciación letal alcanzó Europa hace 444 millones de años

Los investigadores estudian los restos / CSIC

Una espesa capa de hielo
El equipo investigador también halló pruebas de que esos antiguos relieves fueron valles-túneles, esto es, excavados por las aguas del deshielo que drenaban por debajo del casquete glaciar. Según el investigador del CSIC, «lo encontrado no sólo demuestra que existían depósitos glaciares ordovícicos, sino que el proceso de incisión erosiva, que dio lugar a los valles, tuvo que realizarse forzosamente bajo una espesa capa de hielo acumulado por encima». El investigador explica que estos valles son «muy similares a los valles subglaciares de Argelia, Libia y Mauritania, en su día excavados bajo un casquete de hielo de entre uno y tres kilómetros de grosor».

Los autores del artículo plantean que la Península Ibérica tuvo que estar físicamente conectada con las áreas emergidas del macrocontinente de Gondwana durante la glaciación ordovícica. Estudios previos de Gutiérrez-Marco postularon que los territorios ibéricos se situaban en el Ordovícico a la altura de Libia y Egipto, en vez de frente a la costa atlántica actual de Marruecos y el Sáhara Occidental, como afirman muchos autores anglosajones. El hallazgo cantábrico viene a reforzar la interpretación del geólogo español.

«El descubrimiento e interpretación de estos valles subglaciares tiene repercusión a nivel mundial», valora Gutiérrez-Marco.

Fuente:

ABC.es
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