La reducción global de las emisiones de gases de efecto invernadero podría salvar a las capas de hielo del Ártico y a los osos polares, según científicos de Estados Unidos.
Un estudio realizado en 2007 por un equipo liderado por Steven Amstrup, de la Agencia de Investigación Geológica estadounidense, predijo que dos tercios de los 22 mil ejemplares de osos polares existentes en el mundo desaparecerían hacia mediados del próximo siglo.
Aquellas conclusiones se basaron en las emisiones continuas del sector industrial, mientras que otro estudio sugería que los gases de efecto invernadero ya habían puesto al mundo en dirección al aumento de las temperaturas, lo que podría ocasionar una acelerada y, quizás, irreversible pérdida de las masas de hielo.
Amstrup y sus colegas ahora dicen que puede evitar que se cumplan esos presagios, si las industrias actúan de manera rápida y reducen sus emisiones de gases, según el informe que se publica en la revista Nature.
La clave –dicen– es que no se ha llegado al "punto de inflexión" a partir del cual se considera que la batalla está perdida.
No todo está perdido
Se cree que la retracción de los hielos permitirá que el sol caliente las aguas con mayor rapidez y que estas aceleren el derretimiento de las capas de hielo que queden.
El equipo liderado por Amstrup, sin embargo, descubrió que hay efectos que podrían retrasar esos mecanismos de retroalimentación.
"Hay una serie de factores termodinámicos como el congelamiento rápido que se produce en aguas abiertas cuando las condiciones frías reaparecen en el otoño", explica.
Ese congelamiento rápido "tiende a compensar los efectos" que operan para que se produzca el punto de inflexión.
Ted Maksym, del Instituto Británico de Estudios Antárticos, coincide con el planteo y dice que hay pocas evidencias de que se haya llegado a un punto de inflexión en el Ártico que indique que la batalla está perdida.
"Toda la literatura que ha buscado el punto de inflexión respecto de los hielos de los mares no ha encontrado nada".
"La sugerencia de que los osos polares sobrevivirán si el crecimiento global de la temperatura se mantiene por debajo de 1,25 grados es alentadora, pero dada la tendencia actual es improbable que se logre. Por lo tanto no estamos fuera de peligro", indicó.
El profesor Julian Dowdeswell del Instituto de Investigación Polar Scott de la Universidad de Cambridge dijo que "tal investigación fue importante pero la realidad puede ser diferente de la que han reconocido algunos autores".
"Tener una buena comprensión de los fenómenos físicos del mundo natural es importante para poder desarrollar modelos de predicción", dijo.
"Pero es igualmente importante recordar que son sólo modelos y no la realidad. Usualmente hay un abanico de futuros posibles más que un solo futuro".
Lea el artículo completo en:
BBC Ciencia & Tecnología
Un estudio realizado en 2007 por un equipo liderado por Steven Amstrup, de la Agencia de Investigación Geológica estadounidense, predijo que dos tercios de los 22 mil ejemplares de osos polares existentes en el mundo desaparecerían hacia mediados del próximo siglo.
Aquellas conclusiones se basaron en las emisiones continuas del sector industrial, mientras que otro estudio sugería que los gases de efecto invernadero ya habían puesto al mundo en dirección al aumento de las temperaturas, lo que podría ocasionar una acelerada y, quizás, irreversible pérdida de las masas de hielo.
Amstrup y sus colegas ahora dicen que puede evitar que se cumplan esos presagios, si las industrias actúan de manera rápida y reducen sus emisiones de gases, según el informe que se publica en la revista Nature.
La clave –dicen– es que no se ha llegado al "punto de inflexión" a partir del cual se considera que la batalla está perdida.
No todo está perdido
Se cree que la retracción de los hielos permitirá que el sol caliente las aguas con mayor rapidez y que estas aceleren el derretimiento de las capas de hielo que queden.
El equipo liderado por Amstrup, sin embargo, descubrió que hay efectos que podrían retrasar esos mecanismos de retroalimentación.
"Hay una serie de factores termodinámicos como el congelamiento rápido que se produce en aguas abiertas cuando las condiciones frías reaparecen en el otoño", explica.
Ese congelamiento rápido "tiende a compensar los efectos" que operan para que se produzca el punto de inflexión.
Ted Maksym, del Instituto Británico de Estudios Antárticos, coincide con el planteo y dice que hay pocas evidencias de que se haya llegado a un punto de inflexión en el Ártico que indique que la batalla está perdida.
"Toda la literatura que ha buscado el punto de inflexión respecto de los hielos de los mares no ha encontrado nada".
"La sugerencia de que los osos polares sobrevivirán si el crecimiento global de la temperatura se mantiene por debajo de 1,25 grados es alentadora, pero dada la tendencia actual es improbable que se logre. Por lo tanto no estamos fuera de peligro", indicó.
El profesor Julian Dowdeswell del Instituto de Investigación Polar Scott de la Universidad de Cambridge dijo que "tal investigación fue importante pero la realidad puede ser diferente de la que han reconocido algunos autores".
"Tener una buena comprensión de los fenómenos físicos del mundo natural es importante para poder desarrollar modelos de predicción", dijo.
"Pero es igualmente importante recordar que son sólo modelos y no la realidad. Usualmente hay un abanico de futuros posibles más que un solo futuro".
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