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30 de mayo de 2011

El osos Polar, la especie más reciente del Ártico

  • 'Ursus maritimus' es la especie más 'reciente' del Ártico
  • Aunque salga en todas las fotos, es casi un invitado que llegó hace 40.000 años

'Ursus maritimus', el oso polar, es la especie más 'reciente' del Ártico, y aunque salga en todas las fotos, es casi un invitado. No hace mucho, quizás 40.000 años, esos osos albinos rechazados por sus congéneres grises (los grandes osos de las islas Kodiak), llegaron vagabundeando al Ártico con el andar errante y despistado que les sigue caracterizando. Los albinos, llámense Copito de nieve o sean africanos Masai Mara, siempre han suscitado rechazo y temor.

El Ártico es, como todos sabemos, el lugar donde se ocultan los monstruos y los raros, desde el del Doctor Frankenstein de Ann Rice, al alienígena ávido de sangre de la película 'El enigma de otro Mundo', de Christian Nyby, pasando por 'Superman' e incluso por los disidentes polacos, que en la era comunista eran enviados a la base de investigación polaca de Horsund (era el destierro de la época) para los científicos rebeldes o, básicamente, con opinión. No es raro pues que el oso polar, disidente albino dentro de los Ursus, también buscase refugio en el Ártico, donde una placa de hielo de 14 millones de kilómetros cuadrados les ocultaba de las miradas y donde ser blanco no era una rareza reprochable.

El blanco del Ártico mengua y cada vez es más fácil distinguir al oso polar, con su perfil mejor descrito por el color marfil que el blanco, recortado contra la superficie negra del océano líquido del agua atlántica que ocupaba los primeros 500 metros de la columna de agua del Estrecho de Fram, a 80 º 40’ N, y que con sus 3.5 º C de temperatura devoraba ayer al océano blanco en un día eterno, soleado, brillante y caluroso.

La visita de un oso blanco

Fue allí donde, rodeados de grandes bandejones de hielo, nos visitó un oso blanco. Era un oso joven, posiblemente fuese este su primer verano cazando solo lejos de su madre, y delgado - posiblemente no hubiese cazado aún ninguna foca. Se acercó desde una distancia de dos kilómetros, en un camino primero zigzagueante, luego más decidido, nos buscaba a la carrera, nos olía en la distancia, casi desesperado. Nos miró, agolpados en la proa con nuestras cámaras, con una mirada miope, moviendo su cabeza de arriba abajo, y de un lado a otro, dudando, tímido, si acercarse más, hasta que se dio media vuelta y comenzó a alejarse sin prisa, despidiéndose de nosotros con una mirada de reproche y desconfianza. Nuestras risas nerviosas se apagaron, los clicks de las cámaras digitales se acabaron y solo quedó el silencio, roto de tanto en tanto por los gritos de las gaviotas. Ahora su imagen puebla blogs y muros de Facebook.

Iconos

Entre los humanos, los osos polares siempre han sido iconos, antes de las estanterías de habitaciones infantiles y de kioscos de tiro al blanco de ferias, e iconos del cambio climático ahora. Este era nuestro cuarto encuentro con un oso polar en cuatro años, pero este oso llegó con un mensaje distinto, no con la altanería y orgullo de los anteriores, dueños y señores del océano blanco. El oso que nos visitó parecía abrumado, consciente de su responsabilidad como icono del cambio climático, mensajero de la esencia destilada del destino del Océano Glaciar Ártico con todos sus pequeños habitantes cuyo destino, como el del oso, depende del frío helado.

Cuando desembarcamos para caminar sobre el bandejón de hielo, de 3 metros de espesor y del tamaño de un campo de fútbol donde había estado el oso, vimos que el rastro de sus huellas dejaban al descubierto la escarcha en la que se deshacía el hielo, y nos conducía del hielo a la superficie oscura del océano líquido.

Ese oso nos dejó la mejor metáfora de qué es un 'tipping point' - pregunta que se ha repetido 20 veces esta expedición. Un 'tipping point' es un umbral de cambio, un punto sin retorno, es la brusca pérdida de todo un ecosistema cuyo rastro sobre la superficie nevada del hielo blanco desaparece, de repente y para siempre, en un océano oscuro, insondable.


Los autores de este blog

Carlos Duarte es investigador del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y codirector de Artic Tipping Points.

Ainhoa Goñi es directora de Comunicación del CSIC.


Fuente:

El Mundo Ciencia Blogs
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