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8 de junio de 2019

La cerveza duplicará su precio a causa del cambio climático

Un equipo de científicos ha predicho fuertes caídas en el rendimiento de la cebada a causa del calentamiento global. Este es el escenario:


En los últimos años, los científicos han descubierto un vínculo entre el cambio climático y nuestro consumo de artículos tan populares y masivos como el vino y el café. Así, sumado a nuestra seguridad y al futuro del planeta, ahora sabemos que el aumento de las temperaturas globales afectará también a lo que comemos y bebemos.

Es la conclusión de una nueva investigación liderada por expertos de la Universidad de East Anglia (Inglaterra) que expone, por ejemplo, que los eventos climáticos severos podrían causar una escasez en el suministro mundial de cerveza.

El estudio advierte que la sequía y el calor -cada vez más generalizados y profundos- pueden causar disminuciones sustanciales en los rendimientos de cebada en todo el mundo, afectando el suministro utilizado para elaborar cerveza y, por tanto, la presencia de menor cantidad de producto en el mercado y su correspondiente incremento en el  precio de la cerveza.

La bebida alcohólica más popular del mundo amenazada

La cerveza es la bebida alcohólica más popular del mundo por volumen consumido. Aunque la frecuencia y la severidad de la sequía y los extremos de calor aumentan sustancialmente en una variedad de escenarios climáticos futuros, la vulnerabilidad del suministro de cerveza a tales extremos nunca se ha evaluado. Hasta ahora.


En los últimos años, el sector cervecero ha consumido alrededor del 17% de la producción mundial de cebada, pero esta proporción varía drásticamente entre los principales países productores de cerveza, por ejemplo, del 83% en Brasil al 9% en Australia. Los resultados del nuevo estudio revelan posibles pérdidas en el rendimiento promedio que van del 3% al 17%, dependiendo de la gravedad de las condiciones.

Durante los eventos climáticos más complejos, los resultados indican que el consumo mundial de cerveza disminuiría en un 16%, o lo que es lo mismo, 29.000 millones de litros y los precios de esta bebida se duplicarán de media en todas partes.
Incluso en eventos extremos menos severos, el consumo de cerveza cae un 4% y los precios aumentan un 15%.


9 de mayo de 2019

¿Cuántas salchichas deben consumir los niños, según especialistas?

Según estudios, el constante consumo de salchicha puede generar graves daños. La Organización Mundial de la Salud asegura que es igual de nocivo que el tabaco.


El accesible precio de las salchichas y su fácil y rápida preparación hace que muchos la consuman, sobre todo los niños. Por ello, la Organización Mundial de la Salud (OMS) alertó que este alimento es altamente peligroso a través de una investigación publicada en 2015.


Según la entidad, este embutido es igual de nocivo que el tabaco, jamón, tocino, carne en conserva o en lata, y podría generar cáncer de colon. Pese a esta advertencia, expertos aseguran que el riesgo de padecer este mal es mínimo si es que no se come mucho.

"Pero tenemos que tener en cuenta que la exposición es muy común porque muchas personas comen carne procesada o carne roja y, por lo tanto, es un problema de salud importante", comentó Kurt Straif, doctor que participó en la elaboración del estudio.

En la década de los 80, la Universidad de los Ángeles, en California, Estados Unidos, concluyó, mediante una investigación, que los niños que comen más de 12 salchichas al mes, tienen nueve veces el riesgo normal de desarrollar leucemia infantil.


También se descubrió que las mujeres embarazadas que consumen salchichas una o más veces por semana padecen un doble riesgo de que sus hijos desarrollen tumores cerebrales. Por estos descubrimientos, los médicos aconsejan que se ingieran las salchichas libres de nitrito o "nitrite-free", componente usado para preservar carnes y pescados.

Especialistas de la salud recomiendan que no se consuman más de 12 salchichas al mes y aseguran que el consumo de carnes rojas no debe parar por su alto valor nutricional. Es importante evitar los excesos.

Fuente: La República (Perú)

5 de mayo de 2019

La dieta perfecta para salvar el planeta y la salud del ser humano

Una comisión internacional de científicos urge a un cambio en la alimentación y la agricultura para evitar 11 millones de muertes prematuras y sortear la catástrofe ambiental.


Reducir el consumo mundial de carnes rojas y azúcar; duplicar la ingesta de frutas, verduras y legumbres; que el sector agrícola y ganadero deje de emitir dióxido de carbono y reduzca drásticamente la contaminación de nitrógeno y fósforo; limitar el empleo de agua y no aumentar más el uso de tierras; reducir un 50% el desperdicio alimenticio... Estas son algunas de las recetas que se necesitan para preservar la “salud planetaria”. Bajo ese término la revista científica The Lancet engloba la “salud de la civilización humana y el estado de los sistemas naturales de los que dependen”.

El planeta tiene un problema: el insostenible modelo de consumo que el ser humano empezó a desarrollar a partir de la II Guerra Mundial. “Se necesita urgentemente una transformación radical del sistema alimentario global”, advierte un panel internacional de 37 expertos de 16 países —agrupados en la comisión EAT-Lancet— que durante tres años ha trabajado para elaborar un modelo de dieta saludable para el ser humano y para el planeta, y cuyas conclusiones se conocen ahora.

Nada menos que de la necesidad de una “nueva revolución agrícola” habla Johan Rockström, uno de los coordinadores de la comisión y miembro del Instituto Potsdam para la Investigación del Cambio Climático. “La producción mundial de alimentos amenaza la estabilidad climática y la resilencia de los ecosistemas”, alerta la comisión EAT-Lancet. Y si ahora —con más de 7.000 millones de habitantes en el planeta— se necesita “urgentemente” una transformación “radical” del sistema, más acuciante será con el aumento proyectado de la población para las próximas décadas. El informe pone en el punto de mira el año 2050, para cuando se espera que en la Tierra habiten 10.000 millones de personas. La buena noticia es que esos expertos aseguran que se podrá alimentar a todos esos habitantes, pero se tendrán que aplicar cambios profundos en la dieta y en el modelo de producción si se quiere cumplir con acuerdos como el de París contra el cambio climático. Esas transformaciones en la dieta podrían evitar 11 millones de muertes prematuras al año relacionadas con la alimentación.


LA DIETA DIARIA SOSTENIBLE
 
Fuente: Comisión EAT-Lancet.
Aunque exista una “brecha dietética” en función del país y del área geográfica —en Indonesia y África occidental, por ejemplo, se consumen cantidades muy reducidas de carne y lácteos, a diferencia de en Norteamérica—, el informe de los expertos detecta que de media en el mundo la ingesta de carne roja, vegetales almidonados —como la patata— ricos en hidratos y huevos es demasiado alta. La comisión plantea una dieta ideal —basada en 2.500 kilocalorías diarias— y sugiere que solo 30 de ellas procedan de carnes distintas de las aves, lo que equivaldría, por ejemplo, a consumir una hamburguesa de ternera pequeña a la semana. El objetivo global es doblar el consumo de frutas, hortalizas, legumbres y frutos secos, y reducir a la mitad el de carne roja y el azúcar.

Actualmente, y fundamentalmente en Occidente, el consumo de carne roja y de alimentos procesados y refinados es excesivo, lo que acarrea riesgos para la salud, mayores que los causados por el sexo no seguro, el alcohol, la droga y el tabaco juntos, detalla el informe.

Lea el artículo comeplto en: El País (España)

26 de marzo de 2019

Los tres cereales que nos alimentan desde hace milenios

El trigo, el maíz y el arroz siguen siendo la base de la dieta en un mundo que necesita una nueva revolución agrícola para dar de comer a cada vez más gente de forma sostenible.


Aunque es una efeméride imposible de concretar en un día exacto, imaginemos que hoy, cuando usted lee estas líneas, se cumplen 10.000 años desde que un ser humano plantó —por primera vez— unas gramíneas silvestres en algún lugar de Oriente Medio. Para atinar más, unas semillas de la especie Triticum, que son las que 2.500 años después dieron lugar al trigo tierno. Aquello fue un hito fundamental en la historia de la humanidad. Ese primer cultivo fue el origen de la agricultura, el germen de las ciudades, el comienzo del sedentarismo, el primer minuto de lo que hemos sido y de lo que somos desde entonces.
 
Hasta aquel momento, el Homo sapiens era nómada y comía lo que literalmente se encontraba por el camino. Caza y pesca, ya sabemos. Cultivar y domesticar estas gramíneas, a las que en pocos cientos de años se sumaron variedades de arroz y los antecesores del maíz en otras partes del planeta, fue el principio del ser humano actual. Tras el trigo llegaron el farro y la cebada o los guisantes, lentejas y garbanzos. Se domesticaron también los animales, como cerdos y ovejas. Y el ser humano ya nunca miró hacia atrás.Pero volvamos a dar un enorme salto en el tiempo —de 10 milenios, nada menos— y situémonos ahora en un supermercado moderno de un país de ingresos altos, de los llamados “ricos”. Uno de esos lugares donde encontramos alimentos de todos los sabores y colores.

En el centro vemos carnes, verduras, frutas y un sinfín de latas, bolsas, paquetes y botellas. Al entrar, pocos pensamos ya en maíz, trigo o arroz, salvo que vayamos a hacer una paella o a asar unas mazorcas. Y, sin embargo, esos tres cereales siguen siendo los elementos básicos de la dieta del Homo sapiens moderno.

Fijémonos mejor en los estantes del supermercado. Exacto: maíz, trigo y arroz. Están por todas partes, mucho más presentes de lo que parece. Pensemos en panes, pizzas, tartas, pastas, harinas, bollos, etc. Y en su presencia indirecta, ya que los tres cereales —juntos o por separado— también han servido de alimento principal e indispensable para las vacas, cerdos y aves que producen gran parte de la carne, la leche y los huevos del mundo.

Así se entiende que ese trío de cereales sea la verdadera base de nuestra alimentación. Entre los tres aportan aproximadamente el 42,5% del suministro de calorías alimentarias del mundo. Y no solo calorías —la energía que nos permite vivir— porque, aunque el lector no lo sepa, el trigo aporta más proteínas que las carnes de ave, porcino y bovino juntas.
 
 

26 de febrero de 2019

Ingeniero ayacuchano crea galletas que eliminan anemia en un mes de consumo

Tres años atrás, en la comunidad de Quimpitiriky, distrito de Sivia, provincia de Huanta (Ayacucho), un indicador contradictorio llamó la atención del talento de Beca 18 Julio Garay Barrios: el índice de anemia infantil era uno de los más altos del Perú a pesar de que ese lugar se caracterizaba por sus fértiles suelos para el cultivo de plátano, maíz y cacao.

 
Garay preparaba en ese entonces su tesis con la que se graduaría de ingeniero agroindustrial en la Universidad Nacional San Cristóbal de Huamanga. Antes de iniciar su investigación, ya tenía conocimiento de que los niños presentaban un nivel de hemoglobina entre 8 y 10 g/dL. Esto lo motivó a desarrollar un producto que utilice insumos para combatir esa deficiencia.

“Crecí en el campo, con mis papás agricultores, así que me propuse desarrollar un producto que utilice estos insumos y ayude a los niños para que la anemia no sea un impedimento en sus vidas”, cuenta este joven profesional, hoy convertido en el empresario responsable de la elaboración de unas galletas que –en un mes de consumo permiten elevar el nivel de hemoglobina de los pequeños gracias a una fórmula a base de quinua, puré de sangre bovina, kiwicha, chía y cacao. 

De acuerdo con un laboratorio en Lima, acreditado por el Instituto Nacional de Calidad (Inacal), la cantidad de hierro que contienen 100 gramos de estas galletas es de 20 mg, uno de los más altos en el mercado para este tipo de productos.  Después de consumir las galletas Nutri Hierro, los niveles de hemoglobina de los niños subieron hasta 14 y 16 g/dL.

“En mis primeras pruebas en el laboratorio de la facultad, las galletas me salían muy duras o su sabor demasiado fuerte como para el agrado de un niño. Fue un tiempo de permanente ensayo y error. Sabía que debía incluir un ingrediente que ayudara a mejorar su sabor, así que se me ocurrió el cacao que siembran mis padres”, recuerda Julio sobre los orígenes de las galletas Nutri Hierro.

Este producto ya transformó las vidas de los menores de Mollepata, Allpachaca, San Rafael, Chuschi, Luyanta, San Miguel y Patibamba, en su natal Ayacucho. Como parte del plan piloto de consumo para medir los efectos de Nutri Hierro, estos pequeños recibieron periódicamente paquetes del producto, con la única indicación de que los consumieran a lo largo de 30 días y luego regresaran para un tamizaje.
 
El Poder de la Educación
 
“Al terminar el año quiero verte con un diploma”, solía decirle a Julio su papá, orgulloso productor del cacao con el que el menor de la familia ahora endulza las galletas Nutri Hierro. La exhortación no cayó en saco roto, pues las buenas notas que obtenía Julio le permitieron terminar el colegio en el primer lugar de su promoción.

Convencido de que estudiaría Ingeniería Agroindustrial, pues quería mejorar la forma como se manejaban los productos agrícolas en su comunidad, reunió los requisitos necesarios para postular a Beca 18, concursó y ganó. Es decir, logró que el Estado peruano le pagara la carrera completa.
 
“Me sentí muy aliviado, ya que me preocupaba no poder pagarme la universidad. Muchos de mis compañeros tenían que trabajar y estudiar a la vez; otros no podían con las dos responsabilidades y dejaban semestres, incluso abandonaban la carrera”, comenta.

A la fecha, este talentoso muchacho de 25 años y su familia, sus socios en el negocio de las galletas contra la anemia, buscan conquistar Lima con Nutri Hierro. Por lo pronto, ya iniciaron conversaciones con los gobiernos regionales de Ayacucho y Huancavelica para incorporarla a sus respectivos planes sociales de nutrición y salud.

“Lo más bonito de esta experiencia es que puedo ayudar a mejorar la salud de las personas, en especial de los niños, quienes son los menos favorecidos”, reitera Julio con una sonrisa, la misma que espera ver en las caritas de niños cada vez más sanos y bien alimentados.
 
 

20 de enero de 2019

Estudiantes de San Marcos crean gelatina para combatir y prevenir la anemia

La iniciativa es liderada por la docente de la facultad de Medicina de San Fernano, Luzmila Troncoso. 


Estudiantes de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos (UNMSM) elaboraron un proyecto que ayudaría a combatir y prevenir la anemia, enfermedad que aqueja a cerca del 40% de peruanos. La iniciativa es liderada por la docente de la facultad de Medicina de San Fernano, Luzmila Troncoso.

El grupo creo una gelatina llamada GelUph. El alimento tiene propiedades para hacerle frente a la anemia ferropénica (deficiencia de hierro), la cual se genera por niveles bajos de hemoglobina.


Los estudiantes señalan que el hierro es más absorbible cuando proviene de alimentos que se encuentran en las carnes, como las vísceras y sangrecitas. “Es con este hierro que estamos fortaleciendo esta gelatina de maíz morado, que tiene una absorción muy fácil a diferencia del hierro que se encuentra en los de origen vegetal”, manifestó Troncoso.

Afirmó TAMBIÉN que dicha gelatina se vendería como alimento en distintos puestos de venta, en su forma deshidratada, e incluso pensó en la idea de sacarla sin azúcar para que cada uno pueda agregarle la cantidad deseada, sea el caso de una persona con diabetes.

Cabe mencionar que esta iniciativa es apoyada constantemente por la 1551 Incubadora de Empresas Innovadoras de la UNMSM.

Fuentes:

El Comercio (Perú)

Agencia Andina

8 de enero de 2019

La mejor forma de recuperarte después de hacer ejercicio

Hacer algo de ejercicio es mejor que nada, pero no es lo mismo soltar las piernas o hacer un par de flexiones a tener conciencia del entrenamiento como un todo, en el que es tan importante el esfuerzo como las fases previa y posterior al mismo.

Eso es clave para que una persona disfrute del mayor beneficio que le puede ofrecer una actividad física.


En este sentido da lo mismo si se trata de un trabajo de fuerza o uno de resistencia, la fórmula para que el ejercicio alcance su grado óptimo de eficacia es dedicarle tiempo al calentamiento previo, el entrenamiento en sí y después ser conscientes de la fase de recuperación.

Esta última cumple una función crucial ya que es la que permitirá mantener la regularidad necesaria al reducir los riesgos de lesiones y reponerse del desgaste que sufre el organismo frente al esfuerzo al que ha sido sometido.

"Si no recuperas, al día siguiente el cuerpo no te responderá cuando le exijas realizar un trabajo de fuerza o cardiovascular", le dijo a BBC Mundo Juan Francisco Marco, profesor del centro de ciencia deportiva, entrenamiento y fitness Alto Rendimiento, en España.

Líquidos y sólidos

Marco resaltó que "lo primero es volver a hidratar el organismo, sea con agua o con algún tipo de bebida isotónica que se puede hacer en casa para recuperar sales minerales y azúcares".

También es importante reponer las reserva de glucógenos, que son las que utiliza el cuerpo para activar los músculos y llevar a cabo la actividad que se está practicando.

"Lo recomendable es consumir carbohidratos de absorción lenta ya que lo que se busca es que el organismo los vaya asimilando poco a poco", agregó el experto en preparación física.

Entre los alimentos más favorables están los cereales, el arroz ("un carbohidrato ideal ya que se absorbe muy lentamente"), las legumbres, el pan o la pasta.

Junto al carbohidrato hay que incorporar una dosis de proteína, que es vital en el crecimiento y reparación de los tejidos musculares que se desgastan, en especial durante los entrenamientos de fuerza.

"Ten en cuenta que en un ejercicio muscular intenso, sobre todo de pesas, se van eliminando las proteínas estructurales, que son los ladrillos que forman el músculo y es necesario recuperarlas nada más haber acabado el entrenamiento", explicó Marco.
 
"Aquí pueden entrar los huevos, lácteos o batidos, que pueden ser una muy buena opción, ya que el cuerpo lo que está absorbiendo es la proteína y no las grasas o los azúcares que portan los lácteos. Además hace que el músculo la absorba bien y rápido".

Vuelta a la calma

Dependiendo del tipo de ejercicio, si son pesas o de resistencia, se deberá dar prioridad a un tipo de alimento (carbohidratos para el trabajo cardiovascular y proteína para los de fuerza), pero ambos son necesarios luego de cualquier entrenamiento.

Otro aspecto es la vuelta a la calma del organismo, que consiste en hacer estiramientos en descargas que son a muy baja intensidad y en posiciones que sean lo más cómodas posibles.

"Esto ayuda a los músculos a relajarse, al sistema respiratorio a normalizarse, a bajar las pulsaciones y que vuelvan todas las funciones corporales a su normalidad", explicó el profesor de Alto Rendimiento.

"Se puede agregar un poco de ejercicio aeróbico muy suave, de unos cinco a diez minutos, porque eso nos ayuda a eliminar las sustancias tóxicas como puede haber como el exceso de ácido láctico que se ha acumulado y es como una forma de drenar la sangre".

Una vez recuperado el cuerpo, entonces se podrá volver a empezar.

Fuente: BBC Mundo 



21 de diciembre de 2018

Navidad: reciclar, darle un regalo al planeta y pensar en el medio ambiente

¿Cuántas bolsas le han sobrado después de hacer sus compras de Navidad? ¿Se ha dado cuenta de la cantidad de plástico que queda en el empaque al abrir un solo juguete? ¿En cuántos envases de tecnopor llevará la comida que servirá en su mesa?

Menaje compostable hecho con hojas de bijao de Tingo María, de la marca Sasha Natura. Los cubiertos reusables son elaborados con madera de abedul. Un plato de plástico tarda en degradarse unos 500 años.

La semana previa a la Navidad, usted y yo hemos comido, al menos un par de veces, algún bocado servido en un plato de plástico. Al menos otro par de veces hemos pedido un café o infusión que nos ha sido entregado en un vaso de tecnopor. Solo para echarle azúcar hemos usado una cucharita que demora unos 400 años en degradarse.

La semana previa a la Navidad usted y yo hemos ido de compras. En casi todos los establecimientos se nos ha ofrecido una bolsa plástica para guardar el producto adquirido, así no sea necesaria o llevemos otras (incluso más grandes) en la mano. La semana previa a la Navidad usted y yo hemos ido a reuniones de amigos y familiares. Los residuos generados por aquellos encuentros –comida, botellas, más vasos de plástico– fueron, seguramente, empaquetados en una misma bolsa donde no se separó lo orgánico de lo inorgánico. En la semana previa a la Navidad se ha aprobado una ley que, por primera vez en la historia, regulará el consumo de plástico en el Perú. Pero eso aún ocurrirá en el 2019.

Dos días antes de Navidad usted y yo estamos envolviendo regalos. Los materiales que usamos contienen aditivos y plásticos para darles brillo y color. Dos días antes de Navidad usted y yo hemos comprado distintos ingredientes para preparar la cena. Las botellas, latas y paquetes donde vienen no volverán a usarse más.


20 de diciembre de 2018

Unilever lanza el Decálogo para disfrutar de una Navidad sostenible

La Navidad es tiempo para compartir y para disfrutar de la familia y los amigos, y uno de los momentos más especiales del año para los niños. A su vez, las fechas navideñas son una de las principales épocas del año en cuanto al uso de plásticos y en el consumo de alimentos. En este contexto, Unilever y el experto en medio ambiente José Luis Gallego han elaborado el Decálogo para disfrutar de una Navidad sostenible y libre de plástico, siendo solidarios con el planeta. 
 
España es el segundo país de Europa que más plásticos vierte al mar Mediterráneo, sólo superado por Turquía, según un estudio elaborado por WWF. Este material, tan relacionado a los envoltorios de los regalos y a los utensilios de un solo uso, satura el contenedor amarillo los días de Navidad y de Reyes cuando lo usamos sin moderación. 


Además, las fiestas navideñas suelen celebrarse con comidas, cenas y reuniones familiares de todo tipo donde la comida es la protagonista. Planificar, reaprovechar y racionar son tres buenos acciones para tener en cuenta a la hora de evitar derrochar alimentos. Es por eso que Unilever cuenta, además, con una Guía práctica para reducir los desperdicios alimentariosque permite a los consumidores reducir el impacto ambiental, optimizar los recursos naturales y planificar las compras que se hacen estos días. Tal y como asegura AECOC, el 42% del desperdicio de alimentos se produce en los hogares de los consumidores.

Decálogo Unilever para una Navidad más sostenible 

  1. El árbol, mejor natural: Su consumo es más ecológico que la compra de árboles de plástico, porque con ellos se apoya una industria forestal sostenible y se fomenta la economía rural. Además, los abetos actúan como consumidores de CO2 mientras están en las fincas de cultivo. Eso sí, no olvides de depositarlos en los puntos de recogida habilitados cuando terminen las fiestas.
  2. Juguetes sin plástico: Marionetas, rompecabezas, trenes de madera, construcciones… Desde hace unos años, y para atender a un tipo de consumidor cada vez más concienciado con la ecología, están reapareciendo los juguetes tradicionales elaborados con madera, tela o cartón. Son una gran alternativa a los juguetes de plástico, que invaden el mercado por estas fechas y que normalmente requieren el consumo de pilas y baterías, cuyo vertido incontrolado causa un grave impacto en el medio ambiente.
  3. Regalos solidarios: La solidaridad y la fraternidad entre seres humanos son dos de los valores navideños que hay que rescatar. Estas fiestas también podemos regalar productos solidarios de las ONG que trabajan en el tercer mundo: prendas naturales, adornos personales, moda étnica, objetos reciclados. Ayudar a las organizaciones humanitarias que trabajan a favor del medio ambiente y ayudan a las comunidades locales es una buena manera de recuperar ese espíritu.
  4. Con la cesta a todas partes: La bolsa de plástico es uno de los productos que mejor ejemplifica la cultura de usar y tirar. Si vas a hacer la compra para estas fiestas llévate una cesta, capazo, bolsa de tela o de rafia. También puedes recurrir al clásico carrito de la compra y, si acudes a un hipermercado en coche, coloca unas cajas en el maletero: son la mejor opción para llevar la compra ordenada y protegida.
  5. Sé listo y hazte la lista: Un método tan sencillo como acudir a la tienda con una lista previa es una opción imprescindible para evitar el derroche, sobre todo en vísperas de Navidad, cuando es más frecuente comprar por impulso. Además, practicando un consumo razonable contribuimos de manera directa a recortar la generación de residuos de envases y envoltorios de plástico durante las fiestas.
  6. Evita los cubiertos de usar y tirar: Cubiertos y vasos de plástico, servilletas y manteles de papel con motivos navideños. Sabemos que son una tentación, pero a su vez generan buena parte del aumento de residuos asociados a la Navidad. La Unión Europea prohibirá a partir de 2021 los utensilios de plástico de un solo uso; avánzate a la normativa y no te quedes atrás. En las oficinas de Unilever se han suprimido ya todos los vasos, botellas y cubiertos de plástico, y te aseguramos que no cuesta nada acostumbrarse.
  7. Grandes recetas a base de sobras: Son muchas las sobras de alimentos que se generan durante los encuentros navideños. Sácale partido a los alimentos que se quedan en la mesa y prepara nuevas recetas a partir de los trucos que te ofrece Unilever a través de su Guía práctica para reducir los desperdicios alimentarios en los hogares. Contribuirás al medio ambiente y también a la economía familiar.
  8. No te angusties, puedes repetir: Es mejor que sobre comida en la cazuela que en el plato. Ajusta tus recetas al número de comensales y sirve raciones moderadas. Piensa, además, que tiene que quedar un poco de espacio para los turrones, los barquillos y el roscón de reyes por lo que es mejor no llenarse el plato demasiado y, en todo caso, siempre está la opción de repetir.
  9. Dale un segundo uso: Tras el intercambio de regalos de Navidad el salón de casa suele quedar lleno de todo tipo de bolsas vacías. Reutilízalas tantas veces como puedas y, cuando no vayas a usarlas más, utiliza las de plástico como bolsas de basura para los envases que van al contenedor amarillo. Es ahí donde va también el poliestireno expandido (conocido como porexpan) que protegen los electrodomésticos o las ventanillas de plástico de las cajas de juguetes. Durante todo el año, pero especialmente en estas fechas, no te olvides de aplastar las botellas de plástico y bricks: el contenedor amarillo suele saturarse durante estas fiestas.
  10. Si comes fuera: Si eres de los que celebran la Navidad en un restaurante, elige con moderación y no tengas reparo en pedir las sobras para llevar a casa. Con ello contribuirás a reducir el desperdicio alimentario y, además, te ahorrarás tener que preparar la cena cuando llegues a casa. 
Tomado de: Compromiso RSE 
 

2018: libros para regalar en esta navidad


Si tenemos claro que alguien es un ávido lector, regalar un libro es un arma de doble filo: puede ser un acierto clamoroso si damos con su temática y autores favoritos, o un chasco absoluto si erramos en la elección. No podemos ayudarte a conocer al destinatario de tu regalo, pero sí que podemos darte ideas en forma de qué libros pienso regalar durante esta Navidad 2018 (y que, obviamente, desearía que me regalen). Ah, y no te olvides de envolver tus regalos en papel de periódicos.

Breves respuestas a las grandes preguntas, de Stephen Hawking


Breves

Recomendado por César Muela

'Breves respuestas a las grandes preguntas'(12,34 euros en versión eBook y 12,34 euros en Kindle) era el último libro en el que estaba trabajando Hawking antes de morir, y en él intenta responder de manera concisa a grandes preguntas como: ¿sobrevivirá la Humanidad?, ¿existe Dios?, ¿debería el ser humano colonizar otros planetas?. Aunque no descarto regalármelo a mí mismo, creo que es el detalle perfecto para alguien a quien le apasione la ciencia.

Los orígenes del totalitarismo, de Hannah Arendt


Totalitarismo

Recomendado por Antonio Sabán

En 'Los orígenes del totalitarismo' la teórica política y filósofa Hannah Arendt expone, con total claridad, los fenómenos que llevaron al ascenso del antisemitismo desde mucho antes de la Segunda Guerra Mundial. Pensamientos en principio poco extendidos y no impregnados en la política se convirtieron en catalizadores de regímenes como el nazi, desde el que no se entiende historia del siglo XX.

Además de por el gran ejercicio histórico que hace la autora, esta obra es especialmente interesante por el momento político actual, donde estamos siendo testigos de un avance claro de posiciones autoritarias y que de nuevo cuestionan principios básicos de la democracia liberal de los últimos sesenta años.

Sin duda, una lectura clave para entender cómo el mal avanza y se arraiga en una sociedad sin que durante mucho tiempo se sea consciente, y de cómo la mayoría de formas de luchar contra ello no funcionen hasta que es demasiado tarde.

El filtro burbuja, de Eli Pariser


Burbuja

Recomendado por José García

Hay un libro que siempre me gusta regalar que se llama 'El Filtro Burbuja' (9,49 euros versión Kindle y 9,99 euros en versión eBook ), escrito por Eli Pariser. Se trata de un ensayo en el que el autor analiza, entre muchas otras cosas, cómo Internet y los algoritmos deciden lo que ves y, por tanto, en cierto modo, lo que piensas. 

En pocas palabras, Pariser defiende que Internet (entendida como un conjunto de empresas que todos conocemos), en su afán por personalizar la experiencia de usuario, encierra al mismo en un bucle de retroalimentación que sesga sus puntos de vista y, por tanto, lo manipulan. Por ejemplo, Pariser defiende es que Facebook sabe lo que te gusta y, para que te quedes en su plataforma, te muestra más cosas que te gustan

Extrapolándolo a la política, si eres de izquierdas Facebook solo te mostrará cosas relacionadas con la izquierda y obviará las de derechas, por lo que tu opinión estará sesgada ya que la propia red te ha hecho dejar de tener en cuenta otros puntos de vista. Es un libro que más allá de decirte "Oye, no uses Instagram" o "Deja de ser usar Google", pretende abrir los ojos con respecto a cómo funciona Internet y los riesgos para la opinión pública que ello supone.

Agujeros negros y tiempo curvo, de Kip S. Thorne


Agujeros

Recomendado por Juan Carlos López

'Agujeros negros y tiempo curvo' (12,34 euros en versión Kindle y 12,34 euros en versión eBook) es un ensayo de mucha calidad que encantará a cualquier persona que tenga curiosidad no solo por conocer lo que sabemos acerca de los agujeros negros, sino también acerca de la naturaleza del tiempo y cómo la describe la teoría general de la relatividad de Einstein. 

Es un libro relativamente asequible, y solo algunas partes pueden resultar complicadas para los lectores que no acostumbran a leer ensayos científicos. Aun así, es una magnífica obra de divulgación en cuyas páginas merece la pena sumergirse, por poco interés que se tenga en la cosmología.

Diez razones para borrar tus redes sociales de inmediato, de Jaron Lanier


Redes

Recomendada por Javier Lacort

Aunque están de moda las charlas, ponencias y libros que alertan de los peligros de las redes sociales y el uso excesivo de pantallas, ni se puede negar que no tengan al menos algo de razón ni que hay obras a considerar.

'Diez razones para borrar tus redes sociales de inmediato' (8,54 euros en versión Kindle y 8,54 euros en versión eBook) es una de ellas: un análisis sociológico sobre la dependencia que nos generan estas redes y sobre cómo usándolas quedamos como el producto que dichas redes venden a los clientes finales, las empresas que pagan por anunciarse en ellas y difundir contenido de su interés. Seas escéptico o no, nunca viene mal una dosis de pensamiento crítico de quien cuestiona nuestros hábitos.

Vamos a comprar mentiras, de José Manuel López Nicolás


Mentiras

Recomendado por Ladyfitness

Un libro de divulgación científica sobre cómo funciona la industria de la alimentación y la cosmética, y cómo algunas veces “nos la intentan colar” a los consumidores a través de la publicidad. Imprescindible si quieres empezar a comer un poquito mejor y a cuidarte más en este nuevo año sin que te den gato por liebre.

Empatía (Serie Inteligencia Emocional), de Daniel Goleman


Empatia

Recomendado por Pedro Santamaría

Resiliencia, Mindfulness,… Harvard Business Review tiene libros interesantes relacionados con todos estos temas. Personalmente me quedo con el de Empatía (7,59 euros en versión Kindle y 7,99 euros en versión eBook). No es sencillo mostrar empatía ni tampoco se sabe a veces de forma certera qué nos puede aportar desarrollarla o saber cuándo ponerle límites. En este libro tal vez no se profundice todo lo que gustaría pero sí da claves que ayudan a su gestión. Lectura cómoda y recomendable.

Illusion Of Life: Disney Animation, de Ollie Johnston


Illusion

Recomendado por Rubén Márquez

Se podría decir que soy un enfermo de Disney, de todo lo que han aportado al mundo de la animación y cómo sus creaciones me han acompañado a lo largo de toda mi vida. Esta vendría a ser la Biblia del castillo de las ilusiones, un compendio de sus procesos de creación y sus principios básicos a la hora de dar vida a los personajes que nos han acompañado desde los años 30. Sin duda uno de los libros más recomendables sobre el mundo de la animación.

Tomado de: Xakata Ciencia

12 de diciembre de 2018

Consumir un panetón de 900 gramos equivale a ingerir 36 panes

Consumirlos es una tradición, pero debemos hacerlo con moderación.


A vísperas de la Navidad, tiendas y supermercados empiezan a llenar sus estantes de panetones. Y aunque sea una tradición consumirlos en estas fechas, especialistas nos exhortan a hacerlo con moderación. Una porción de 100 gramos de panetón tradicional untada con mantequilla o mermelada equivale al consumo de cinco a seis panes franceses respectivamente, aseguró la nutricionista del Instituto Nacional de Salud (INS), Rosa Salvatierra.

“Comer esta cantidad de panetón tradicional es lo mismo que consumir cuatro panes franceses, si a esto le añadimos mermelada el contenido calórico aumenta y es como si estuviéramos comiendo cinco panes y si es mantequilla sube a seis. Si a la porción de panetón se le añaden ambos productos el consumo calórico es igual al de seis panes, si a esto le agregamos una taza de chocolate es igual a ocho panes”, indicó.

La especialista señaló que la cantidad sugerida de consumo de panetón sería de solo una tajada de 80 gramos acompañado de infusiones o refrescos de fruta con bajo contenido de azúcar y ensaladas de frutas que puede ser el equivalente a un desayuno promedio. “Un panetón clásico de 900 gramos equivale al consumo de 36 panes”, aseguró.

En tanto, afirmó que los panetones que contienen chispas de chocolate, manjar blanco u otros rellenos dulces, poseen mucho más contenido calórico que un tradicional. “Por ejemplo una porción de panetón con chispas de chocolate equivale a cinco panes, y si lo acompañamos con una taza de chocolate o un vaso de gaseosa, es como si consumiéramos siete y seis panes respectivamente”, mencionó.

Si en estas fiestas no puedes prescindir del panetón, puedes consumirlo en una porción de 80 gramos al día, la idea no es adicionar el panetón en nuestra alimentación diaria, sino reemplazarlo por otros alimentos como cereales, tubérculos o menestras, evitando excedernos con las calorías diarias que necesitamos y que en promedio debe ser de dos mil diariamente.

Cuidado con los colorantes artificiales

De otro lado, recomendó verificar el rotulado de los panetones antes de adquirirlos, con la finalidad de conocer si estos contienen colorantes naturales, pues los de origen artificial pueden causar daño a la salud.

“Los colorantes naturales presentan un color más suave, tanto en las frutas confitadas como en la masa y, por el contrario, los colores muy intensos advierten sobre la presencia de colorantes artificiales que pueden agudizar los síntomas del asma y de cálculos renales, producir hiperactividad en los niños, insomnio, alergias, urticarias y rinitis”, afirmó.


4 de diciembre de 2018

El cerebro quema en un día las mismas calorías que correr media hora. Entonces, ¿pensar mucho adelgaza?

¿Quema lo mismo hacer las cuentas del mes que una ecuación de tercer grado? ¿Y cuánto influye el tamaño del cerebro?


Pensar cansa, y quien lo niegue es que no se ha pasado largas jornadas trabajando delante de un ordenador, ni ha estado estudiando durante horas ni planificando los pormenores de la reforma de su casa. ¿Cómo va a ser igual de agotador pensar sin prácticamente moverse del sitio que machacarse media hora en la elíptica, que una carrera de 30 minutos a una velocidad de 8,5 km/h o que estar casi una hora en la pista de baile dándolo todo? Pues no será igual de cansado, pero se queman las mismas calorías (tomando como referencia un adulto con un cerebro de peso medio, unos 1.400 gramos, y unos 70 kilos).

"El cerebro humano representa, aproximadamente, el 2% del peso corporal, y consume un 20% del oxígeno y de la glucosa del organismo", indica Javier DeFelipe, profesor de investigación del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC). "En estado basal, el cerebro puede consumir unas 350 calorías en 24 horas, esto es, un 20% de lo que solemos gastar al día", añade Ignacio Morón, profesor de la Universidad de Granada e investigador del Centro de Investigación Mente, Cerebro y Comportamiento (CIMCYC), un gasto calórico que es equiparable al de las actividades físicas señaladas anteriormente, según las tablas que maneja la Universidad de Harvard.

Todos los procesos fisiológicos precisan energía, aunque "el cerebro es el órgano que más energía consume", destaca DeFelipe, y además está continuamente funcionando, incluso durante la noche, lo que justifica su gran gasto energético. En el cerebro, "se presume que la materia gris [donde se encuentran los núcleos neuronales] consume más energía que la materia blanca [cuya función principal es la de transmitir la información]", explica Morón, "y esto se debe, entre otros factores, a la gran cantidad de sinapsis y mitocondrias de la materia gris, junto al hecho de que la materia blanca es, por diseño, más eficiente y económica".

Ahora bien, el consumo energético cerebral es variable. "Cuando está en modo normal, como cuando vamos caminando por la calle pensando en nuestra cosas, quizá el consumo sea menor, en el sentido de que ninguna zona del cerebro se activa más que otras", ilustra el científico del CSIC. Pero, si de repente comenzamos a resolver un problema, se activa una región concreta y pasa a gastar más combustible. Es como un coche que está al ralentí y cuando se pone en marcha dispara el consumo de combustible. El gasto energético del cerebro se mide por la cantidad de riego sanguíneo cerebral (oxígeno en sangre) y utilizando resonancia magnética funcional y espectroscopia por resonancia magnética.

El artículo completo en: El País (España)

27 de noviembre de 2018

Hacer cinco comidas al día para adelgazar y otros mitos que nos hemos creído pero que la ciencia desmonta

¿De qué mitos estamos hablando?

Hacer cinco comidas al día

¿Comer menos veces y de forma más copiosa o hacerlo de forma espaciada y frugal? La polémica está servida. La lógica de las cinco comidas al día es aplastante: si comemos con mesura durante más veces a lo largo del día nuestro cuerpo no sufrirá por el "hambre", por lo que no se activarán los mecanismos para almacenar grasa ni nos dará por pegarnos el atracón.

Hilado así, el argumento tiene mucho sentido. Pero, ¿cuál es la realidad en todo esto? Si atendemos a la evidencia científica nos encontramos con estudios que indican que sí, que comer más veces al día está asociado a perder peso. Pero también encontramos otros que no hallan relación entre una cosa y la otra. Incluso nos podemos topar con un numeroso contingente de estudios que indican que comer más veces puede asociarse con la obesidad. Entonces, ¿quién tiene la razón?

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La respuesta no es sencilla (como nada en la nutrición). Estas conclusiones que pueden parecer dispares muestran en realidad la diversidad de factores que afectan a este tipo de estudios: la edad, el sexo, el tipo de actividad física diaria o el tipo de ingesta. Para dietistas como Juan Revenga la respuesta es que, aunque sí existe evidencia de que comer más veces al día puede ayudar a controlar el apetito eso no indica que se asocie a la pérdida de peso. Mucho más importante es lo que comemos o el ejercicio que realizamos. 

Aunque esto parece obvio, a tenor de los estudios, estos factores son cruciales a la hora de definir las comidas que debemos realizar a lo largo del día. Es esencial, opinan muchos expertos, distribuir adecuadamente los alimentos según las comidas que hagamos. Y aún más importante es ser conscientes y coherentes con estas ingestas. De nada sirve comer cinco, tres o nueve veces al día si los alimentos no son sanos.

En definitiva, ¿por qué el dicho de comer cinco comidas al día es un mito? Porque no es cierto por sí solo. Es mucho más importante qué vamos a comer que cuándo vamos a hacerlo (o más bien en cuántas veces), y no nos servirá de nada si no aprendemos a comer adecuadamente o acompañamos la dieta con ejercicio.

Comer en un plato pequeño

Uno de los trucos más cacareado para adelgazar consiste en usar un plato pequeño para servirnos la comida. Según algunos (viejos) estudios, esto sirve para reducir la cantidad de comida en el plato y para que nuestro cerebro crea que estamos ante una mayor cantidad de alimento. La premisa parece buena y la intención aún mejor.

Sin embargo, nada nos dice que esto funcione. ¿Pero no había estudios que así lo confirmaban? La ciencia tiene estas cosas, que ante una evidencia científica existe la posibilidad de contrastar y desmentirla. Y justo eso parece haber ocurrido con este "truco".

A la luz de los metaanálisis, que son revisiones más extensas y dedicadas de la literatura científica existente sobre un tema, el conjunto de investigaciones más bien apunta a que no: el plato pequeño no sirve de mucho. Estos indican que no existe una relación directa entre el uso de platos más pequeños y la pérdida de peso.

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Por tanto, insistimos, es mucho más interesante saber qué comemos; más que pensar en los recipientes en los que servimos a la hora de comer. Aun así, y a pesar de que por el momento podemos considerar esto como un mito, existen algunas voces discordantes que manifiestan la contradicción existente entre varios estudios.

Algunos van más allá y analizan las razones de estas diferencias y concluyen, como cabría esperar, que estas dependen de muchísimos factores. En la opinión de Stephen S. Holden, autor de el metaanálisis que mencionábamos unas líneas antes, es mucho más importante quién sirve la comida, o en qué circunstancias lo hace, que el propio tamaño del plato.

Tomar un vaso de agua con limón en ayunas

Existen pocos mitos más absurdos que este de tomar un vaso de agua con limón para ayudar al metabolismo. Especialmente en ayunas. Según reza, esto ayuda a "eliminar toxinas", a "mantener el pH de la sangre" y a "reforzar el sistema inmune" y no se sabe cuántas más cosas positivas.

Centrándonos en los reclamos más importantes, veamos uno a uno por qué no es cierto lo que afirman. En primer lugar, el zumo de limón, o de cualquier otro cítrico, en ayunas o no, tibio o frío o de la manera que queramos no puede ayudar a eliminar toxinas, entre otras cosas, porque nosotros no generamos toxinas.

Esta palabra hace referencia a sustancias muy concretas destinadas a hacerle daño a otros organismos. En todo caso, cuando hablamos de "detoxificación" (otra palabra con más marketing que realidad) de lo que hablamos es de productos de deshecho propios de nuestro metabolismo. Y para eso no hay más tutía que expulsarlos de manera natural. Y no, no hay relación entre el limón y una mejora en su excreción.

Más mitos sobre alimentación y dietas en: Xakata Ciencia

26 de noviembre de 2018

7 señales de que te falta Vitamina C


Si te preguntaran para qué sirve la vitamina C probablemente lo primero que dirías es que para evitar resfriados. Pero hay decenas de funciones biológicas que requieren la presencia de esta vitamina en el cuerpo.
Recuerda que debes consumir entre 500 mg y un gramo diario de vitamina C entre alimentos y suplementos.
En el siglo XV y XVI la falta de esta vitamina soluble en agua, que el ser humano no produce por sí mismo, fue responsable por miles de casos de escorbuto entre marinos y otras personas que no la consumían.

El escorbuto es una enfermedad carencial que resulta del consumo insuficiente de vitamina C, que es necesaria para la síntesis correcta de colágeno en los seres humanos.

Lo más asombroso es que aún se ven, raramente, casos de la enfermedad entre personas que tienen gran falta de la vitamina. Aquí una lista de siete problemas menos graves que causa su escasez:

1. Sistema inmunológico bajo
La más conocida de las patologías en al falta de vitamina C es un sistema inmune deprimido, permitiendo enfermedades frecuentes o recurrentes, comúnmente resfriados.

2. Heridas que no sanan
Si tienes muchos moretones o heridas que tardan en sanar, pueden ser una causa de la deficiencia de esta vitamina en tu sistema.

3. Estrés
Un estudio de la Vanderbilt University encontró que a falta de esta vitamina, las personas mostraban temperamentos depresivo y apagado, con niveles de glucosa reducidos y mayor oxidación de las células.

4. Falta de energía y depresión
Síntomas comunes cuando hay falta de vitamina C en la dieta.

5. Cambios de Humor
Irritabilidad y estado de ánimo variable son otra consecuencia.

6. Encías sangrantes
Si tienes gingivitis, inflamación de las encías o te sangran fácilmente, considera la falta de vitamina C en tu dieta.

7. Dolor articular
¿Te duelen las muñecas o los codos? Podría ser falta de esta vitamina.

Fuente: Nat Geo 

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