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22 de septiembre de 2013

Porqué los niños de menos de dos años no tienen recuerdos


En realidad, esto es una verdad a medias. Pero para entender porque esto no es completamente cierto, deberemos tener claros varios conceptos: que es la memoria implícita, que es la memoria explícita, porqué generamos recuerdos y cual es el papel del hipotálamo en todo esto.

MEMORIA IMPLÍCITA Y EXPLÍCITA

Lo primero que deberemos tener en cuenta, es que hay dos tipos de memoria: la memoria implícita y la memoria explícita.
La memoria implícita es un tipo de memoria en la que las experiencias previas ayudan en la ejecución de una tarea, sin que exista una percepción consciente de la existencia de esas experiencias. Este tipo de memoria es común a todos los animales.
Por poner un ejemplo, un perro te muerde y debido a eso, te quedas en estado de shock. A partir de entonces, sientes miedo cada vez que ves a un perro, pero no recuerdas que te haya mordido antes ningún perro. Digamos que, para entendernos, es una memoria puramente emocional, que no tiene porqué estar asociada a un recuerdo explícito (aunque este puede existir).
La memoria explícita, es la recolección consciente e intencional de información y experiencias previas. Resumiendo, sería lo que realmente nosotros llamaríamos recuerdos. Todo aquello que recordamos, ya sea con más o con menos detalle, constituye la memoria explícita.


EL HIPOTÁLAMO Y LA MEMORIA

El hipotálamo (del griego ὑπό, ÿpó: ‘debajo de’, y θάλαμος, thálamos: ‘cámara nupcial, dormitorio’) es una región nuclear del cerebro que forma parte del diencéfalo, y se sitúa por debajo del tálamo.1 Es la región del cerebro más importante para la coordinación de conductas esenciales, vinculadas al mantenimiento de la especie. Regula la liberación de hormonas de la hipófisis, mantiene la temperatura corporal, y organiza conductas, como la alimentación, ingesta de líquidos, apareamiento y agresión. [wikipedia].

El la parte que nos importa, el hipotálamo es el centro de la gestión de nuestras emociones y en función de estas, de nuestros recuerdos. Nuestro cerebro se aprovecha de las emociones fuertes y de los neurotransmisores que se liberan durante la respuesta al estrés, para regular la intensidad con que almacenamos nuestros recuerdos, de manera que los recuerdos que están asociados a una información cargada emocionalmente permanecen grabados en el cerebro. Esta sería la razón por la que recordamos con más facilidad aquellos datos, hechos o experiencias que tienen una carga emocional y afectiva, aquellos que nos han marcado o conmovido.

CONCLUSIONES

En el caso que nos ocupa es, la falta de madurez del hipotálamo lo que hace que hasta, aproximadamente, los dos años (que también es cuando pasamos de considerarlos bebes a considerarlos niños), los bebés tengan memoria implícita, pero no generen memoria explícita.
Los casos, por ejemplo, de niños dados en adopción, suelen ser clarificadores. Niños que con menos de dos años son dados en adopción suelen presentar una respuesta emocional muy marcada ante el rechazo de los demás, a lo demás, de ciertas dificultades en las relaciones sociales.[Ref]
Claramente podemos decir, entonces, que los bebés generan recuerdos, pero implícitos. Lo que no comienzan a generar recuerdos explícitos hasta que son niños. Esto es importante tenerlo en cuenta, porque la memoria implícita también va a afectar de manera decisiva al desarrollo del niño, dejando huellas importantes en su vida adulta.
La relación entre memoria y emociones, también debería tenerse en cuenta, dentro de la metodología educativa, sobre todo en etapas de educación infantil de primer y segundo ciclo, donde la memoria implícita tiene más peso.

Fuente:

Enamorado de la Ciencia

22 de agosto de 2013

Porqué tenemos pocos recuerdos de nuestros primeros años de vida



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iStockphoto/Thinkstock

La mayoría de las personas no es capaz de recordar hechos que ocurrieron cuando eran muy pequeños, pese a haber sido protagonistas de ellos, aunque quizá, alguna experiencia si quedó marcada en el cerebro.

Se trata de algo muy normal y que los científicos denominan Amnesia Infantil. No es una enfermedad, sino que es una consecuencia de la forma en que los niños utilizan su cerebro mientras éste se desarrolla.

Los niños retienen recuerdos por poco tiempo y, a medida que pasan los años, estos desaparecen y son remplazados por otros. La amnesia infantil suele englobar el período entre el nacimiento y los cuatro años, aunque las memorias pueden ser borrosas hasta los ocho.

Cómo almacenan los recuerdos los bebés y niños

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iStockphoto/Thinkstock

A diferencia de los adultos, el cerebro infantil procesa y almacena los estímulos e información de manera diferente y, a medida que los bebés y niños crecen, los contenidos se mueven y analizan de forma distinta, lo que evita el poder acceder a ellos tal como haríamos con un evento reciente o grabado en un cerebro más desarrollado.

Los niños son capaces de absorber información de manera mucho más rápida que un adulto, pero lo que ellos consideran importante de recordar varía mucho de lo que el resto consideraría relevante.

En la primera infancia, el hipocampo y corteza pre-frontal están muy poco desarrollados, siendo las zonas encargadas de almacenar recuerdos a largo plazo en los adultos.

Eso podría explicar la falta de recuerdos a largo plazo en la primera infancia. Además, entre los 4 y 8 años, la memoria tiende a ser más borrosa. Quizá se recuerden sensaciones pero no eventos. Un niño puede recordar que sintió al nacer su hermano, pero no el momento en si.


Cómo perciben el mundo los niños

 

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Hemera/Thinkstock

Los pequeños tienen una forma única de absorber lo que ocurre a su alrededor. En un principio son siempre protagonistas de una memoria y clasifican el hecho según cómo lo vieron. Al no tener la capacidad cognitiva o de lenguaje para procesarlo y almacenarlo de forma correcta, el hecho se vuelve borroso o simplemente se pierde en el tiempo.

Aquellos recuerdos considerados como traumáticos, se borran más rápidamente para volverse casi inaccesibles, en lo que quizá sea una forma de protección para un cerebro en plena formación.

Se cree que las niñas tienden a mantener recuerdos antes que los niños. Estudios determinan que las niñas pueden recordar algo que ocurrió cuando tenían 3 años y medio y, en el caso de los varones, la edad sube a los 4 años.

Tomado de:

Ojo Científico

1 de julio de 2013

El mundo a través de la pantalla de mi celular (o "¿Nos podemos quedar sin recuerdos?")

El habito de tomar fotos con nuestros celulares, de todo y en cualquier momento, parece impulsado por las ganas de recopilar recuerdos, pero ¿realmente qué recuerdos estamos guardando?

En los últimos años cuando uno va a un partido, un concierto, o un gran evento de masas, hay una imagen de la que es imposible escapar: la de cientos de personas sosteniendo un aparato y capturando con él todo lo que está pasando delante de sus narices.
La idea es retener, conservar en la memoria (digital) lo que es efímero, lo que desaparece al momento para luego, más tarde, volver a emocionarnos con aquella canción, con aquél gol inolvidable, con un momento emocionante.

Y también compartirlo, mostrarle al mundo donde estuvimos, provocar envidia de nuestra experiencia única.

Pero, ¿no nos priva eso mismo de "vivir" ese momento? Hace años no había teléfonos con cámaras, y la gente seguía recordando, seguía contando, seguía compartiendo (aunque tal vez no al instante).

Ahora, ¿qué tenemos para compartir si en el "instante perfecto" estábamos mirando la pantalla de la cámara, preocupados por que se viese todo lo mejor posible, pensando en nuestra audiencia? ¿Quedará ese momento reflejado en nuestra mente, o por el contrario quedará solo en forma de unos y ceros en nuestras memorias digitales? 

¿A favor o en contra?

El debate sobre el uso de los teléfonos en nuestro día a día es intenso y parece no dejar indiferente a nadie.

El autor Geoff Dyer, que escribió un libro sobre fotografía, afirma que parece "ridículo" que mucha gente al contemplar obras de arte, como por ejemplo en el museo de Van Gogh, en Amsterdam, donde se permiten fotografías, esté más pendiente de fotografiarlas que de disfrutar de la experiencia.

Es como si fuese más valioso poder "mostrar" que estuvimos allí, que disfrutar realmente de la obra de arte, una obra de la que, por otro lado, tenemos miles y miles de imagenes disponibles. Lo que no está disponible es la experiencia, y eso es lo que Dyer cree que se puede estar perdiendo.

Pero Dyer es de una generación analógica; los nativos digitales piensan distinto.

Lea el artículo completo en:

 BBC CIencia

12 de junio de 2013

¿Por qué las mujeres se acuerdan mejor de las caras?


El estudio sugiere que la memoria de las mujeres para reconocer las caras es "superior" a la de los hombres.

¿De qué me suena esa cara? Todos nos hemos despistado alguna vez y nos lo hemos preguntado.

Ahora, un estudio sugiere que a los hombres les pasa con más frecuencia que a las mujeres.
El motivo, según los investigadores, es que las mujeres invierten más tiempo estudiando las facciones de las personas con las que hablan.

"La manera en que dirigimos nuestra mirada por el rostro de una cara nueva afecta a nuestra capacidad para reconocer a ese individuo después", explica la investigadora Jennifer Heisz, de la universidad canadiense de McMaster, coautora del estudio junto a los académicos de psicología David Shore y Molly Pottruff.

"Tanto los hombres como las mujeres nos fijamos en los ojos, la nariz y la boca. La diferencia está en el número de veces que nos fijamos en cada uno de esos rasgos: dentro de un límite de tiempo concreto, de cinco segundos, las mujeres hicieron más movimientos con los ojos hacia la cara nueva que los hombres", le dijo Heisz a BBC Mundo.

Esa diferencia en el recorrido de la mirada generó después "una memoria superior" entre las mujeres, que quedó patente, según los investigadores, cuando los participantes del experimento volvieron a encontrarse con las caras.

"Nuestro descubrimiento aporta nuevos conocimientos sobre los mecanismos potenciales de la memoria episódica y sobre las diferencias entre los sexos", dijo Heisz.

La memoria episódica está relacionada con sucesos autobiográficos, que pueden ser evocados, y es distinta de otros tipos de memoria humana, como la semántica o la procedimental o empírica.

Lea el artículo completo en:

BBC Ciencia

4 de mayo de 2013

¿Podría un trasplante de cerebro proveer nuevos recuerdos?

Un trasplante de cerebro no es posible. No sólo porque, literalmente, hasta el momento no existe la técnica, sino porque si se le pone un cerebro al cuerpo de otra persona, lo que se estaría haciendo no es un trasplante de cuerpo, no de cerebro.

Ese cuerpo tendría sus memorias, así como su personalidad y la "persona" de ese cuerpo no existiría más.

Trasplantar partes del cerebro tampoco funcionaría, pues la memoria está distribuida a lo largo de diferentes regiones del cerebro.

Virtualmente cada parte del cerebro tiene un rol en el proceso de acumular recuerdos.

Fuente:

BBC Ciencia

8 de marzo de 2013

Científico uruguayo descubre droga que aumenta la memoria

Avance. Se basa en una molécula que ayuda a fijar los recuerdos a largo plazo; el autor nació en Tala y hoy lidera estudios científicos en EE.UU.



Mauro Costa-Mattioli, científico uruguayo radicado en Estados Unidos, descubrió dos drogas que aumentan la memoria. Las sustancias se basan en una proteína que suele faltar en personas con enfermedades como el alzhéimer. Dio resultado entre animales.

Mauro Costa-Mattioli nació en Tala, departamento de Canelones. Cuando llegó el momento de comenzar facultad viajó a Montevideo para estudiar en la Facultad de Ciencias. En segundo año conoció a Juan Cristina, (hoy decano de la facultad) y se ofreció para trabajar en su laboratorio.

Cristina aceptó y unos años después le aconsejó que se presentara a una beca para estudiar en la Universidad de Nantes (Francia). En tierras galas conoció a un científico argentino y, a través suyo, a investigadores de la Universidad McGill en Canadá.

Antes de cruzar el océano pasó por Uruguay, volvió a su pueblo, se casó y entonces sí comenzó su nueva vida en América del Norte. La aventura dio sus frutos cuando, en 2007, The New York Times y los principales diarios del mundo dieron cuenta del "interruptor de la memoria", la molécula que la detiene o activa. Costa-Mattioli era el autor principal.

Lea el artículo completo en:

El País (Uruguay) 

22 de enero de 2013

¿Por qué el tiempo pasa más despacio cuando algo es nuevo o cuando nos da miedo?

paso-tiempoDavid M. Eagleman, neurocientífico de la Escuela Baylor de Medicina, se ha especializado en estudiar los fenómenos relacionados con la percepción del tiempo por parte del cerebro humano. Y tras varios estudios con resonancia magnética funcional ha llegado a la conclusión de que cuando una experiencia es nueva o sorprendente, la actividad de nuestras neuronas para registrarla aumenta. Esto se debe a que prestamos más atención y archivamos más detalles que cuando la experiencia es repetida. La memoria que se establece es, por lo tanto, más “densa” y, cuando recordamos la experiencia, nos parece que duró mucho más. Es decir, el "esfuerzo mental" nos produce la sensación de que el tiempo transcurrido fue mayor. Esto también explicaría por qué en la infancia, una época de la vida en que abundan las novedades, el tiempo parece transcurrir más despacio que cuando alcanzamos la madurez.

En otro estudio publicado en PLoS ONE, Eagleman condujo a una serie de voluntarios a experimentar una caída libre de más de 30 metros antes de caer en una red. Los participantes recordaban retrospectivamente que se habían precipitado al vacío durante un 36% más de tiempo. La dilación de la duración de un evento que causa miedo –y que implica a la amígdala, una estructura cerebral esencial para la memoria emocional- no se debía a que la percepción de los acontecimientos mientras suceden sea más lenta, sino a la posterior recuperación del recuerdo, concluye el investigador.
 


Fuente:

Muy Interesante

5 de diciembre de 2012

Un grupo de científicos busca el 'ADN de la canción de pop perfecta'

Un grupo de psicólogos de Londres esperan que esta investigación ayude a entender mejor los mecanismos de funcionamiento del cerebro humano



Son los jingles irritantes de comerciales de seguros de automóviles que se meten en tu cabeza cuando estás tratando de concentrarte. O las bandas sonoras motivacionales que oyes cuando estás trotando, incluso si dejaste el iPod en casa.

Ahora un grupo de investigadores en Londres creen que están en el camino de determinar por qué algunas melodías, conocidas como earworms (gusanos de oído), parecen quedarse pegadas, repitiéndose en nuestros cerebros. Los científicos dicen que los resultados de sus estudios pueden ser usados para componer la canción pop perfecta, así como para mejorar nuestro conocimiento sobre cómo el cerebro procesa la música.

Se estima que más del 90% de las personas tienen earworms normalmente, según a un estudio reciente. El fenómeno también ha sido descrito como música pegajosa, o comezón cognitiva que sólo puede ser rascada por repetición mental constante de una melodía particular.

En un esfuerzo para aprender más sobre el fenómeno, el equipo de investigación en Goldsmiths, de la Universidad de Londres, está pidiendo a los usuarios de Internet compartir sus experiencias en un cuestionario en línea llamado Earwormery.

Chris Difford, del grupo de pop Squeeze, responsable con el coautor Glenn Tilbrook por éxitos como Cool for Cats y Up the Junction, le dijo a CNN que se despierta con earworms cada mañana.

"No sé de dónde vienen. Sólo te despiertas y ahí están", dijo Difford. "Y debería tener un diario de ellos porque son fascinantes. Esta mañana fue Waterloo, de Abba. Extremadamente molesto, porque nunca me gustó".

Pero Difford dijo que no todos los earworms son tan molestos. "Hubo una canción de Jimi Hendrix en mi cabeza la semana pasada. Yo no la llamaría un earworm. Fue una cosa de belleza, fue más como una mariposa".

Pero mientras los earworms son moderamente molestos para la mayoría de las personas, para algunos pocos pueden ser genuinamente perturbadores. Quienes sufren de casos extremos de alucinación auditiva no pueden diferenciar entre música generada externamente y la que está dentro de sus mentes.
Un caso de estudio, publicado el año pasado en la revista Journal of Psychiatry and Clinical Neurosciences, registra el ejemplo de una mujer india de 21 años que tuvo música de las películas de Bollywood pegada en su cabeza todos los días por cinco años.

Lauren Stewart co directora de la maestría de Música, Mente y Cerebro, dijo que los earworms permanecieron por mucho tiempo como un gran misterio para los psicólogos. Algunas instancias podían ser relacionadas con ciertos procesos mentales, como una letra de una canción relevante para tu situación actual. Pero con frecuencia parecen ser completamente aleatorios.

"Lo interesante para nosotros es que esta imaginación musical espontánea aparece sin un esfuerzo consciente, como de la nada. En este momento seguimos tratando de entender por qué pasa eso", dijo.

El reconocido neurólogo Oliver Sacks ha especulado que los earworms pueden ser una consecuencia de la presencia casi omnipresente de la música en la vida moderna, desde en la música tipo elevador en centros comerciales, hasta los ringtones.

"Este aluvión de música pone una cierta tensión en nuestro sistema auditivo sumamente sensible", escribe Sacks en su libro Musicophilia.

"Una consecuencia es la omnipresencia de melodías molestamente pegajosas, los gusanos cerebrales que llegan sin invitación, y dejan a su debido tiempo melodías pegajosas que pueden no estar haciendo nada más que publicidad de una pasta dental pero que, neurológicamente, son completamente irresistibles".

Vicky Williamson, que lidera el proyecto Earwormery, dijo los resultados pueden permitirles saber si tipos particulares de personalidad o de experiencias de vida hacen a las personas más susceptibles que otras y si hay circunstancias diarias particulares de "alto riesgo" que pueden hacer que las personas sean más propensas los earworms.

Al analizar las características comunes de las melodías reportadas como earworms, los investigadores están también trabajando con una fórmula para determinar la "pegajosidad" de una pieza musical.

Sus hallazgos hasta ahora sugieren que lo pegajoso es resultado de un balance particular entre ciertos intervalos de tonos y unas estructuras rítmicas determinadas. La fórmula puede actualmente predecir si es probable que una melodía sea un earworm con aproximadamente 75% de éxito, dijo Daniel Müllensiefen, codirector de Música, Mente y Cerebro en Goldsmiths.

Müllensiefen, también científico de la firma de publicidad DDB UK, dijo que hay una conciencia creciente sobre la importancia de "marca sonora" —tonos o melodías memorables, o irritantes asociados con un producto o una compañía particular— en la industria de la publicidad.

Agregó que la fórmula también puede eventualmente permitirle a los compositores o músicos afinar sus composiciones para objetivos más nobles.

"Al estudiar los earworms podemos realmente decodificar el ADN de una canción pop que se queda perfectamente en nuestra memoria", dijo Müllensiefen.
 
Pero Tillbrook dijo que la idea de producir música pop por medio de una fórmula mágica no es nada nueva.

"De todas maneras, las personas siempre han usado ese tipo de criterios para juzgar la música", dijo.

"Estamos hablando de personas que controlan listas de reproducción de canciones y dicen cosas como: 'esto no tiene coro', como si todo debiera tener un coro. Bueno, ¿por qué? La música está ahí para ser explorada".

Fuente:

CNN México

¿Qué pasa en tu cerebro cuando escuchas una canción pegadiza?

canciones¿No consigues borrar de tu mente la dichosa "canción del verano"? Noventa y nueve de cada cien personas son susceptibles al síndrome de la canción pegadiza (earmworm o ‘gusano del oído’ en inglés), que implica que al escuchar ciertas melodías estas resuenan una y otra vez en la cabeza de manera incontrolada. De acuerdo con James Kellaris, de la Universidad de Cincinnati (EE UU), el efecto es mayor si la canción es la primera que escuchas al levantarte, o lo último que oíste por la noche antes de dormir.

En ambos casos la tonadilla se queda “adherida” al córtex auditivo del cerebro, encargado de procesar los sonidos. Y la necesidad de tararear esas canciones funciona como una especie de “picor mental”, según Kellaris, que solo se alivia repitiendo una y otra vez la melodía. El efecto puede durar horas o días.

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Muy Interesante

30 de noviembre de 2012

¿Cuánto ejercicio hay que practicar para tener buena memoria?

 recordarEl ejercicio breve e intenso mejora la memoria. Así lo han demostrado investigadores del Centro de Neurobiología del Aprendizaje y la Memoria de la Universidad de California. Sus conclusiones se publican en el último número de la revista Journal of Alzheimer's Disease.

Los neurobiólogos realizaron un experimento para tratar de descubrir qué efecto surtía pedalear sobre una bicicleta estática durante 6 minutos al 70% de la capacidad máxima después de visualizar una serie de fotografías de naturaleza y animales. Cuando una hora después a los sujetos se les sometió por sorpresa a un test de memoria sobre las imágenes que habían visto previamente, los resultados mostraron claramente que quienes habían hecho ejercicio físico tenían mejor memoria que quienes no habían hecho deporte. Los sujetos participantes tenían edades comprendidas entre 50 y 85 años. Sabrina Segal y sus colegas californianos lo atribuyen a que mientras practicamos un ejercicio físico intenso se libera norepinefrina, un mensajero químico del cerebro que juega un papel importante en la modulación del aprendizaje y la memoria.

“Con una población cada vez más envejecida, necesitamos averiguar cómo mejorar la calidad de vida y prevenir el deterioro mental”, afirma Segal, que confía en que el ejercicio sea una de las respuestas.

Y además…

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Muy Interesante

16 de octubre de 2012

Mientras dormimos nuestro cerebro se comporta como cuando recordamos



dormir-grasaEl cerebro es realmente increíble. Cientos de investigadores trabajan alrededor de este órgano para intentar desentrañar su funcionamiento y así hacer frente a, por ejemplo, enfermedades neurodegenerativas como el Alzheimer o el Parkinson. Una de las últimas investigaciones llevadas a cabo en la UCLA, la Universidad de California, ha descubierto que, mientras dormimos nuestro cerebro se comporta como si estuviera recordando algo.

Para llegar a esta conclusión, el equipo del profesor Mayank R. Mehta midió simultáneamente la actividad de las neuronas en distintas partes del cerebro durante la formación de la memoria. De este modo consiguieron determinar qué partes del órgano se activaban y desactivaban en las distintas fases. De hecho midieron esta actividad en tres partes esenciales del cerebro: el neocortex, el hipocampo y la corteza entorrinal.

Y fue precisamente en este último lugar donde los científicos descubrieron un hecho novedoso y que puede contribuir notablemente a la neurociencia. Hasta el momento los estudios previos habían comprobado la importancia del "diálogo" entre neocortex y el hipocampo en el proceso de formación de la memoria durante el sueño. Ahora, gracias a esta nueva investigación se ha comprobado que la corteza entorrinal que conecta estas dos regiones también juega un papel muy importante.

Resultados nuevos y sorprendentes

Como explica el propio Mehta, "los resultados son completamente nuevos y sorprendentes. De hecho el trabajo de la memoria ocurre en la corteza entorrinal incluso bajo los efectos de la anestesia". Este estudio aporta luz a cómo afecta a la salud, a la memoria y al aprendizaje la falta de sueño. Como apunta el mismo investigador, "cuando te vas a dormir, aunque sea en una habitación oscura y silenciosa sin información sensorial, el cerebro continua muy activo". Es más, centrándose en la corteza entorrinal, "cuando el neocortex se inactiva las neuronas de la corteza entorrinal interior se mantienen activas, como si estuvieran recordando alojado recientemente en el neocortex" explica Mehta, en un fenómeno conocido como persistencia de la actividad espontánea.

Pero además, según los investigadores, este periodo de recuerdo mental de las neuronas entorrinales se prolongaba mucho en el tiempo. Mientras que normalmente la actividad cerebral cambia en milésimas de segundo, en este caso, incluso bajo anestesia, esta actividad persistente duraba más de un minuto.

En boca de Mehta, investigador principal del proyecto, "es un modo completamente distinto de pensar sobre la consolidación de la memoria", apuntando que "hemos encontrado un nuevo jugador involucrado en este proceso y que tiene un enorme impacto".

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14 de octubre de 2012

¿Qué pasa cuando tenemos algo "en la punta de la lengua"?

Niña pensando


Hay dos teorías principales que explican este fenómeno. 

Una sostiene que el recuerdo de la palabra está ahí, pero no es lo suficientemente fuerte como para que podamos acceder a él.

La otra, dice que la memoria de la persona tiene una serie de claves genuinas para recordar la palabra pero no puede ponerlas todas juntas.

Las preguntas de índole emocional aumentan las posibilidades de que esto ocurra y, por lo general, la respuesta nos viene a la mente un rato después o varias horas más tarde.

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10 de octubre de 2012

¿Soñamos en colores o en blanco y negro?

dormir-bienSegún un estudio que recogía hace poco la revista American Psychological Association, antes de la invención del televisor, es decir, con anterioridad a 1915, la mayoría de los sujetos aseguraba soñar en colores. Sin embargo, a partir de esta fecha los encuestados empezaron a recordar sus sueños en escala de grises. Cuando llegó la televisión en color, los sueños también volvieron a teñirse de tonalidades. En concreto, el 80% de los encuestados menores de 30 años afirma soñar en colores, algo que los autores de la investigación atribuyen a que nunca han visto la televisión en blanco y negro.

Sin embargo, entre los que ya han cumplido los sesenta años, resulta que cuatro de cada cinco aseguran que las imCgenes que evoca su cabeza mientras descansas son en blanco y negro.

Y además…
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Tres cosas que aumentan el tamaño de tu cerebro

pensativaLa neurociencia ha demostrado recientemente que el tamaño del cerebro está relacionado con ciertos hábitos y habilidades como los siguientes:

Ejercicio aeróbico. De acuerdo con un estudio estadounidense publicado el año pasado en la revista PNAS, el ejercicio físico moderado en adultos de edad avanzada aumenta el tamaño del hipocampo, una región cerebral con forma de caballito de mar que se encarga de la formación de nuevos recuerdos. Este aumento repercute sobre todo, según los autores, en una mejora de la memoria espacial.

Meditación. La meditación aumenta el tamaño del cerebro, tal y como demostraba un estudio del laboratorio de neuroimagen de la Universidad de California en Los Ángeles (EE UU). Concretamente, las personas que meditan tiene más volumen de neuronas en el hipocampo y en áreas como el tálamo y la corteza orbitofrontal, ligadas a la regulación de las emociones.

Amistad. Los seres humanos necesitamos usar una serie de habilidades cognitivas para conservar cierto número de amigos, por ejemplo ser capaz de adivinar lo que otra persona está pensando, tener desarrollada la empatía o ser buen conversador. Eso explicaría por qué las personas con mayor número de amigos tienen una región del cerebro llamada corteza orbital prefrontal de un tamaño superior a la media de la población, tal y como publicaban investigadores de las Universidades de Oxford, Liverpool y Manchester en la revista Proceedings of the Royal Society B.

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¿Cómo evita tu cerebro las distracciones?

distraidoEs gracias a las ondas alfa del cerebro, largamente ignoradas por los investigadores hasta que, hace poco, captaron la atención de los neurocientíficos por su papel a la hora de discernir qué información conviene ser ignorada. Se trata de ondas que se ocupan de “callar” la actividad irrelevante del cerebro, produciendo pulsos de inhibición aproximadamente cada 100 milisegundos. Estas ondas aparecen cuando se prevé que va a aparecer información distractora, momentos antes, y es máxima cuando aquello que podría disipar nuestra atención está presente, según han demostrado investigadores de la Universidad Nijmegen a través de un estudio que publica la revista Current Biology. “Es como si nuestro cerebro cerrara la puerta instantes antes de que algo nos desconcentre”, aclaran los autores.

El proceso es automático, totalmente inconsciente, y más intenso cuanto más “amenazadora” es la distracción, concluye la investigación.

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24 de septiembre de 2012

El miedo se puede borrar

Un estudio de la Universidad de Uppsala en Suecia muestra que, si se interfiere en la memoria del miedo en el momento justo y estos recuerdos son recientes, se puede debilitar su impacto en el cerebro. Este hallazgo ya se había probado en ratones.
El trabajo demostró que este mecanismo de actualización de los recuerdos en el cerebro puede ser interrumpido de tal forma que la amígdala ya no reacciona al miedo. Imagen: NICOLASB

El trabajo demostró que este mecanismo de actualización de los recuerdos en el cerebro puede ser interrumpido de tal forma que la amígdala ya no reacciona al miedo. Imagen: NICOLASB

“Sabemos que la amígdala cerebral es una estructura de vital importancia para centralizar el miedo y almacenarlo a largo plazo. Hemos sido capaces de demostrar que es posible borrar la huella de los recuerdos temerosos en la memoria de dichas amígdalas y debilitarlo al interrumpir el período de reconsolidación en el cerebro”, explica a SINC Thomas Agren, investigador de la Universidad de Uppsala, que lidera este nuevo estudio que publica la revista Science.

Agren y su equipo emplearon una técnica de resonancia magnética funcional para observar los efectos del miedo en personas, y descubrieron que, después de un impacto traumático, su recuerdo y su reconsolidación se fija en la amígdala cerebral, al igual que pasaba con  los ratones.

Este hallazgo podría ayudar a mejorar los tratamientos de problemas como la ansiedad o las fobias.

“Nuestros resultados suponen que existe un mecanismo de actualización de la memoria que se ha conservado en muchas especies a través de su evolución, y la amígdala del cerebro sería el epicentro de la formación de dichos recuerdos traumáticos”, asegura Thomas.

Para comprobar si el proceso de borrado era igual en humanos, el equipo de científicos analizó el comportamiento de un grupo de personas a las que se les presentó varias imágenes que les provocaban temor. Para activar sus recuerdos les mostraron estas fotografías repetidamente hasta interrumpir el proceso de consolidación.

“Los sujetos se mostraban conscientes hasta que recibieron el primer día el estímulo que les produjo el shock. A los cinco días del experimento, ya no mostraron reacciones de miedo al interrumpir el proceso de reconsolidación, ya que la memoria se hizo neutra y no incitó al miedo”, asegura el investigador.

El trabajo demostró que este mecanismo de actualización de los recuerdos en el cerebro puede ser interrumpido de tal forma que la amígdala ya no reacciona al miedo. “Por qué un recuerdo se vuelve inestable no está claro. Posiblemente es un mecanismo de actualización de la memoria que nos ayuda a añadir nueva información a los recuerdos o cambiar su valor emocional”, concluye Agren.

Según los científicos, esta investigación supone un gran avance para conocer más sobre la memoria humana y podría ayudar a mejorar los tratamientos de problemas como la ansiedad o las fobias.

Referencia bibliográfica:

T. Agren, J. Engman, A. Frick, J. Björkstrand, E.-M. Larsson, T. Furmark, M. Fredrikson, "Disruption of Reconsolidation Erases a Fear Memory Trace in the Human Amygdala" Science 337: 1550 - 1552, 21 de septiembre de 2012

Fuente:

SINC

7 de septiembre de 2012

Historia de la mujer que recuerda todos los días de su vida

Científicos de la Universidad de California Irvine (UCI), confiesan estar atónitos con la habilidad casi perfecta de una mujer para recordar tanto los grandes sucesos como los detalles más pequeños. De hecho, su memoria es tan detallada e inusual, que los investigadores han llegado literalmente a afirmar que jamás han visto nada igual.

Dale una fecha y ella podrá decirte lo que sucedió: si emitieron el último episodio televisivo del culebrón Dallas, el día en que la esposa del actor Robert Blake fue asesinada, el día en el que se estrellaba el avión de Lockerbie, la invasión iraní de la embajada estadounidense, el día en que se aprobó la Proposición 13 en California, el día en que se estrelló un avión en Chicago. Incluso podrá decirte lo que estaba haciendo en ese momento. Recuerda hasta el tiempo que hacía.

Su vida es como una película en un bucle infinito, llena de emoción. Nada de lo que le ha sucedido, bueno o malo, se le puede escapar.

Cuando se le pidió, en noviembre del 2003, que enumerara las fiestas de Pascua desde 1980, la mujer judía y de 40 años, dio a los científicos una lista con 24 fechas que solo tenía un único error. Incluyó detalles de lo que había hecho en cada uno de esos días.

“El 6 de abril de 1980, terminaron las vacaciones de Pascua en mi curso de noveno grado; el 15 de abril de 1990 hice galletas, al día Siguiente S. rompía su relación conmigo; el 11 de abril de 1993 haraganeé todo el día, cené espaguetis con R. “

Los investigadores de la Universidad de California Irvine (UCI) fueron capaces de verificar sus recuerdos al compararlos con sus anotaciones en los diarios que ha ido escribiendo, casi diariamente, desde los 10 a los 34 años. En algunos casos, también pudieron confirmarlo por los recuerdos de su madre.
Sus hallazgos se han publicado en un artículo en la edición actual de la revista Neurocase. La mujer es identificada solo por sus iniciales AJ. Su habilidad única para recordar perfecta e instantáneamente detalles de su pasado ha llevado a los científicos a proponer un nombre para su condición: “síndrome hipertiméstico”, nombre de raiz griega basado en la palabra “timesis” que significa “recuerdo” más el prefijo “hiper”, que significa “por encima de lo normal”.

El investigador de UCI James McGaugh comentó que no existía documentación sobre nada similar en la literatura científica.

La mujer no utiliza mecanismos mnemotécnicos para recordar su vida.

Parece surgir de alguna clase de habilidad innata que los investigadores aún no pueden explicar.
Esperan realizar una resonancia magnética para determinar si existe algo inusual en la estructura de su cerebro.

También esperan que el hecho de trasladar su historia al público anime a otros con la misma habilidad a salir a la luz.

“Si existen más personas de este tipo podríamos hacer ciencia seria con ellos y encontrar que es lo que lo causa; por ejemplo mediante análisis genéticos”, comentó McGaugh.

“Es muy complicado de hacer con un solo sujeto. Si tuviéramos a unos cuantos, podríamos realizar una consulta científica a escala completa”.

McGaugh comentó que tanto él como su equipo de investigación habían realizado numerosas pruebas para asegurarse de que AJ no les estaba tomando el pelo.

 McGaugh es director y fundador del Centro para la Neurobiología del Aprendizaje y la Memoria de la UCI, y profesor e investigador en la universidad, donde estudia el papel de los sistemas cerebrales en la regulación del aprendizaje y la memoria. Su equipo de investigación incluye a la neuropsicóloga, nativa de Toronto, 

Elizabeth Parker. Además su equipo realiza consultas a Endel Tulving, docente en la Universidad de Toronto y autor de la obra Elements of Episodic Memory (Elementos de la Memoria Episódica).
McGaugh explicó que fue AJ quien le escribió hace seis años.

“Intenté detectar el truco empleando todas las argucias que pude”, comentó. Un día, sin avisarla, le pedí que recitase todas las fechas en las que nos habíamos entrevistado durante los últimos cinco años. Lo hizo, añadiendo como era el tiempo ese día y dando otros detalles personales, como cuando McGaugh se fue a Alemania.

“Simplemente lo hizo sin esfuerzo”, dijo McGaugh. “Si me preguntan a mi: ‘¿cuándo hiciste ese viaje a Alemania?’, me habría equivocado en un año. Ella supo la fecha exacta”.
La sometió repetidamente a preguntas triviales.

“Tiene 40 años, de modo que generacionalmente no estaría demasiado interesada en Bing Crosby así que le pregunté ‘¿Cómo y dónde murió?’, ella respondió: ‘Oh, murió durante un partido de golf en España’, y me dio la fecha. ¿Podrías tu hacer eso?”.

Su memoria es al mismo tiempo una bendición y un castigo, añadió McGaugh.

“Paso todo el tiempo pensando en el pasado”, le confesó a McGaguh.

“Es como ponerse a ver una película que nunca acaba. Como tener una pantalla partida, estoy hablando con alguien y estoy viendo alguna otra cosa… Ahora por ejemplo estamos aquí sentados hablando… pero internamente pienso en algo que me pasó en diciembre de 1982, el 17 por ejemplo era viernes y empecé a trabajar (en un almacén)”.

Los investigadores han decidido proteger su identidad para preservar su privacidad.

A pesar de su fabulosa capacidad para recordar cosas del pasado, la mujer no puede recordar para que son las cinco llaves de su llavero; es mala reconociendo caras; su capacidad para el aprendizaje por memorización es bastante pobre y nunca destacó en la escuela, sus notas eran principalmente suficientes. 

Colecciona guías de televisión, muestra tendencias obsesivo-compulsivas y admite verse fascinada por lo macabro.

Consiguió licenciarse en ciencias sociales, y se graduó a los 23 años. Casi siempre ha vivido en casa de sus padres, incluso después de que se casara a la edad de 37 años.

Ha sufrido depresiones y toma Prozac.

Ha trabajado como asistente en una asesoría jurídica, donde su memoria le sirvió de gran ayuda y como asistente de un ejecutivo. No tiene hijos, y actualmente planea montar su propio negocio.

La mujer le comentó a los investigadores que siempre había tenido una memoria rica en detalles para los episodios: su primer recuerdo es de cuando estaba en la cuna (ella cree que tenía entre 18 y 24 meses) y se despertó por los ladridos del perro de su tío. Recuerda el nacimiento de su hermano cuando tenía tres años. Informó de que varias personas de su familia paterna tenían excelentes memorias, pero ninguna tan buena como la suya.

Ella cree que su memoria sufrió un cambio cuando a la edad de 8 años su familia se mudó de la costa este a la oeste. Traumatizada, comenzó a hacer listas con los datos de los viejos amigos, a buscar fotos de su vieja casa, y a recurrir constantemente al pasado. Poco después de aquello comenzó a escribir detallados diarios.

Escribir se convirtió en una obsesión, y en ocasiones añadía seis o siete entradas al día a su diario.

“Algunas personas me llaman la mujer calendario mientras que otras abandonan la sala presas de un pánico total”, le dijo a los investigadores. “La mayoría creen que es un don, pero para mi se trata de un problema. 

¡Todos los días recorro mentalmente mi vida entera y eso hace que me vuelva loca!”
También les confesó a los científicos que no lo cambiaría, aunque le dieran la oportunidad.

“Atesoro todos esos recuerdos, buenos y malos… es parte de mi”. 

Fuente:

Mailkenais Blog

29 de marzo de 2012

MIT: Demuestran que los recuerdos residen en unas pocas neuronas

¿Cuántas veces has entrado a un sitio y de repente te envuelve un olor que te traslada inmediatamente a un momento agradable de tu infancia? ¿O a un momento desagradable? Los recuerdos…entre la comunidad científica siempre a cabido la duda de si los recuerdos como tales tienen residencia “física” en unas pocas neuronas o son complejas redes neuronales que implican varias zonas del cerebro. En un estudio del Instituto de Massachusetts los investigadores han usado la optogenética para demostrar que los recuerdos residen en unas pocas neuronas.

Ya en los años 90 el neurocirujano Wilder Penfield observó por casualidad que el estímulo de unas pocas neuronas podía desembocar en complejos pensamientos. Este cirujano trataba pacientes con epilepsia a los que estimulaba con pequeñas corrientes las zonas del cerebro donde se originaban los ataques. Esta operación la hacía con anestesia local para que pudiese ir controlando que los pacientes seguían conscientes durante la operación. Se dio cuenta de que cuando estimulaba una pequeña zona de neuronas en el hipocampo, una zona considerada como esencial para los recuerdos, los pacientes reportaban experiencias muy complejas y recuerdos del pasado. Los científicos siguieron investigando pero hasta el día de hoy no se había demostrado que estimular las neuronas del hipocampo fuera suficiente para rememorar un episodio del pasado.

Para el experimento los científicos han usado la optogenética. Esta ténica consiste en estimular mediante luz células, en este caso neuronas, genéticamente modificadas para que expresen proteínas activadas por luz, en este caso las rodpsinas-canal (ChR2).

Primero los investigadores identificaron las neuronas del hipocampo que son activas cuando el ratón está explorando un nuevo entorno. Determinaron que genes eran activados en estas células y posteriormente los acoplaron con el gen de la proteína ChR2, capaz de ser activada por la luz.

Posteriormente, mediante haces de fibra óptica estimularon neuronas y demostraron que las proteínas acopladas a ChR2 sólo se expresaban en aquellas neuronas estimuladas por luz. De esta manera quedaban contraladas aquellas neuronas que podrían estar implicadas en el recuerdo.

El siguiente experimento fue el que desveló sus sospechas. El ratón fue trasladado a un nuevo entorno y se le dió un pequeño golpe en el pié registrando qué neuronas del hipocámpo se activaban y qué genes se expresaban en ellas tras esta situación. Posteriormente, al igual que el experimento anterior acoplaron los genes a la proteína ChR2 para activar su expresión mediante luz. La pregunta era ¿recordará que ese entorno es malo para él cuando se estimule ese grupo de neuronas con luz?

En efecto, cuando los investigadores estimularon las neuronas mediante luz usando los haces de fibra óptica en un entorno totalmente distinto al que le produjo el daño hizo que el ratón rápidamente adoptase una posición de defensa. Habían conseguido rememorar mediante un simple estímulo de luz ese mal trago en el pobre ratón.

¿No os parece increíble? Poco a poco se van desmenuzando los mecanismos moleculares de lo que durante siglos ha sido la caja negra de nuestro cuerpo. No obstante me gustaría conocer con un poco más de detalle los experimentos porque hay algunas cosas que se quedan en el tintero y me gustaría conocer con más detalle los métodos, así que si alguien encuentra el artículo…aunque tal vez sólo se trate de una comunicación y el artículo salga en unas semanas.

Tomado de:

E-cierncia

10 de enero de 2012

Empezamos a perder memoria a los 45, según un estudio

La pérdida de memoria y los fallos en otras funciones cerebrales pueden empezar a mediados de la cuarentena, mucho antes de lo que se pensaba, según un estudio.

Un grupo de científicos que publicó su trabajo en la revista British Medical Journal estudió a lo largo de diez años la capacidad mental de más de 7.000 funcionarios británicos con entre 45 y 70 años.

Su sorpresa fue que aquellos con edades entre 45 y 49 presentaban una disminución de más del 3% en su memoria y sus habilidades de razonamiento y comprensión.

La mayor parte de las investigaciones sobre la demencia se había centrado hasta ahora en los mayores de 60 años.

Fuente:

BBC Ciencia

31 de diciembre de 2011

El hombre con 7 segundos de memoria

En ocasiones vamos a un lugar concreto de casa, por ejemplo a la cocina, y al llegar se nos olvida completamente lo que queríamos hacer. Yo por lo menos me indigno conmigo mismo una barbaridad y me pregunto si sería algo verdaderamente importante o no. Pues bien, imaginaos que eso nos ocurriese todos los días y a cada momento de nuestra vida. Quiero inaugurar este blog escribiendo sobre un documental que me impactó bastante llamado "El hombre con 7 segundos de memoria".

Clive Wearing, nacido en 1938, es un antiguo director de orquesta inglés que en 1985 sufrió una encefalitis que le dañó el hipocampo. Esta estructura cerebral está implicada en la formación de nuevos recuerdos reteniéndolos temporalmente hasta que puedan ser transferidos a la memoria a largo plazo. Las lesiones hipocampales pueden producir una amnesia anterógrada, es decir, la perdida de memoria desde que ocurre la lesión en adelante. Para que nos entendamos, es igual que cuando no recuerdas lo que pasó después de beber demasiado alcohol una noche.

Al pobre Clive la encefalitis le causó una amnesia anterógrada severa en la que solo puede retener por 7 segundos sus recuerdos actuales. Su memoria a largo plazo es inexistente. En el documental se ve como pregunta una y otra vez a los entrevistadores quiénes son. Sabe que están ahí por alguna razón pero no la consigue recordar. Y eso no es todo, sino que también padece amnesia retrógrada, ha olvidado completamente su vida anterior a la enfermedad. Es un hombre sin recuerdos y sin conciencia del presente, ¿se puede vivir así? Gran parte de su tiempo lo pasa angustiado, se da cuenta de que algo no va bien pero no puede hacer nada, esta totalmente indefenso. En sus propias palabras: "Se lo que se siente al estar muerto. Día y noche es lo mismo. No tengo sentidos, mi cerebro esta completamente inactivo". Únicamente dos cosas parece que consigue mantener en su memoria: sigue tocando cojonudamente el piano y sabe que ama a su mujer. Poco más.




Fuente:

PsicoHistorias
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