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27 de agosto de 2018

¿Podríamos sobrevivir comiendo únicamente papas?

Si habéis visto como yo, la famosa película “The Martian” (En España simplemente Marte) recordaréis que el protagonista, un astronauta llamado Mark Watney (interpretado por Matt Damon) logra sobrevivir solo y abandonado en el planeta rojo, con el único sustento de unas patatas que él mismo cultivó.

Cierto, hablamos de una obra de ficción, pero lo cierto es que no resulta descabellado del todo emplear el suelo marciano para cultivar alimentos. De hecho, al menos un simulacro de suelo marciano con el que ha trabajado la NASA demostró ser lo suficientemente bueno como para cultivar lechugas.

Pero vamos al asunto clave. ¿Podría una persona sobrevivir únicamente a base de patatas? Sabemos bien los desastres que la ausencia de este tubérculo puede suponer en economías agrarias poco diversificadas. La historia de la gran hambruna irlandesa a mediados del sigo XIX y sus dos millones de muertos está ahí para quien quiera consultarla, pero lo cierto es que los irlandeses comían (al menos aquellos que podían) algo más que patatas, luego no es el ejemplo perfecto si lo que buscamos es respuestas.

Pese a la demonización popular que sufre este alimento, un icono de los “supuestamente perniciosos” hidratos de carbono, en 2016, Andrew Taylor sobrevivió comiendo únicamente patatas, y por lo que puedo leer sus analíticas trimestrales resultaron del todo normales.

Técnicamente, la patata blanca tradicional contiene todos los aminoácidos esenciales que nuestro cuerpo necesita para construir proteínas, reparar las células y combatir las enfermedades. Y comer cinco patatas al día bastarían para mantenerse. Sin embargo, si uno intenta sobrevivir de forma sostenida alimentándose únicamente de patata blanca, en última instancia acabarían por aparecer déficits de algunas vitaminas y minerales.

Pero si hacemos un juego de palabras y añadimos a la dieta otro tipo de tubérculo al que se conoce como patata dulce (pese a que la Ipomoea batatas no es taxonómicamente una patata, sino su pariente la batata) entonces se incrementa la probabilidad de que un consumidor de “patatas” obtenga su dosis diaria recomendable de vitamina E y especialmente de vitamina A (la sustancia por la que tu madre te obligaba a comer zanahorias de crío para ver mejor).

Puede que la dieta a base de patata blanca y patata dulce fuera aburrida, pero siguiéndola al menos te asegurarías de esquivar esa horrible enfermedad que afectaba a los marinos por falta de vitamina C: el escorbuto.

En fin, a la espera de que los expertos en nutrición de Naukas me corrijan, la respuesta al titular de este post (con la triquiñuela de la batata incluida) debería entonces ser un “”.

Fuente:

Mailkenais Blog

22 de agosto de 2018

Equipo científico peruano gana concurso promovido por The National Geographic

KillaLab, que enviará el próximo año una misión a la Luna, obtuvo una beca de US$ 10 mil para invertirlo en la investigación.

Equipo peruano podría predecir cómo sobrevivirán las especies al cambio climático 


Ruth Quispe Pilco, Rómulo Cruz Simbrón, Marco Capcha Mansilla y Sofía Rodríguez son cuatro científicos peruanos que piensan en la Luna, literalmente. Ellos son integrantes del equipo  KillaLab que el próximo año lanzará una misión al satélite de la Tierra y que ahora ganaron una beca de 10 mil dólares en un concurso promovido por The National Geographic.

El monto, obtenido través del comité para la investigación y exploración de la prestigiosa revista, será invertido en la investigación de su proyecto “Cianobacteria y sus estrategias en las lagunas altoandinas del Perú, como base de adaptación para un ecosistema de cambio climático”.



El proyecto de KillaLab es enviar cultivos de cianobacterias de ambientes extremos peruanos a fin de analizar su comportamiento y margen de supervivencia en la superficie lunar, ambiente inhóspito para la vida. Con ello, buscan sustentar la vida del humano en el espacio.

Las cianobacterias serán introducidas en una especie de minilaboratorio especial (que tiene forma y tamaño de una lata de leche). El lanzamiento a la Luna será vía la compañía india TeamIndus, de acuerdo con lo proyectado indicó Sofía Rodríguez, integrante del KillaLab a la agencia Andina.
El equipo detalló en su página de Facebook que, según el cronograma del proyecto financiado por Concytec, el lanzamiento está previsto entre enero a diciembre del 2019.

El nombre de KillaLab proviene de la voz quechua para designar a la Luna, conocida como ‘Mama Quilla’ en la mitología incaica.

Tomado de: El Comercio (Perú)

4 de junio de 2018

Stefano Mancuso: "Las plantas llevan siglos engañándonos"

Este neurobiólogo italiano se ha propuesto que aprendamos a valorar la inteligencia del reino vegetal. En él, defiende, podemos encontrar la respuesta a muchas preguntas (urgentes).

STEFANO MANCUSO (Catanzaro, Italia, 1965) es uno de los divulgadores más revolucionarios e influyentes del reino vegetal. Director del Laboratorio Internacional de Neurobiología Vegetal de la Universidad de Florencia, ejerce de apasionado embajador de las plantas y se ha impuesto una importante misión: cambiar la percepción (equivocada) que tenemos de ellas. Porque son muchos, lamenta, quienes piensan que estos seres vivos son estúpidos e insensibles. Y nada más lejos de la realidad, reivindica. “Simplemente nos resulta muy difícil comprender lo que es una planta porque son demasiado diferentes a los animales”.

En su nuevo libro, El futuro es vegetal (Galaxia Gutenberg), Mancuso aporta múltiples razones para que aprendamos a mirar de otra forma al mundo verde. De hecho, él no duda en calificar a las plantas de inteligentes —aunque carezcan de cerebro— porque sus acciones demuestran que luchan por su supervivencia con planteamientos exquisitos. Practican el engaño. Y nos utilizan. En la Antigüedad, el centeno era considerado una mala hierba que acompañaba al trigo, el cereal predilecto de los agricultores. Así que la mala hierba decidió imitar el aspecto de las semillas de trigo para engañar a los humanos, que empezaron a tener dificultades para diferenciarlas. Como resultado, el centeno, transportado por el hombre, llegó a muchas más zonas desplazando incluso al trigo en los sitios de clima más duro. Y la máxima El enemigo de mi enemigo es mi amigo, dice Mancuso, “funciona con las plantas. Cuando una oruga empieza a comer un tomate, sus hojas producen moléculas que tienen un efecto llamada para los enemigos de la oruga”.

Según Mancuso, en el comportamiento vegetal podemos inspirarnos para encontrar soluciones a los retos que acechan a la humanidad. A su paso por Madrid, imposible ignorar que en España no llueve y la sequía es tan pertinaz que puede convertirse en el problema más grave a corto plazo. Sugiere que hay que tener más presente a las plantas. “Son capaces de dirigir el clima. La circulación atmosférica de las lluvias está controlada por los bosques ecuatoriales, así que poseen uno de los motores. Podemos estabilizar el clima. Podemos reducir las emisiones de dióxido de carbono, y reforestar. Los bosques nos ofrecen la única manera de reducir las emisiones”.

Y, sobre todo, el italiano cree que podemos y debemos cambiar nuestros hábitos. “Ahora usamos el 70% del agua en los cultivos, pero es insostenible. Necesitamos producir alimentos con menos agua”. En vez obtener la comida de cuatro o cinco tipos de plantas, hay miles de ellas que son cultivables y algunas requieren mucha menos agua, e incluso crecen con agua salada. Las plantas nos sugieren la forma de afrontar un futuro en el que no podremos derrochar el agua que hoy tan alegremente tiramos.

Fuente:

El País (Ciencia)



13 de mayo de 2014

¿Quién inventó la pinza (gancho) de ropa?



El diseño actual logró imponerse a muchas otras variantes.

La supervivencia de la pinza de ropa con sistema de muelle en la era moderna tiene una insólita historia de selección darwiniana. Entre 1852 y 1887, la oficina de patentes de Estados Unidos expidió 146 patentes de este adminículo. El primer diseño semejante a la pinza de ropa actual lo patentó en 1853 David M. Smith, un prolífico inventor que residía en Springfield, Vermont. Este hombre inventó también la cerradura de combinación, un trinquete para torno mecánico y un muelle elevador para cajas de fósforos. Su “abrazadera de resorte para tendedero” consistía en un elegante “par de palancas” unidas por un muelle de tal manera que “las dos patas largas se puedan mover la una hacia la otra y al mismo tiempo las patas cortas se separen”.

Luego, en 1887, otro inventor de Vermont, Solon E. Moore, mejoró el diseño de Smith con una nueva patente. Su gran contribución fue el “fulcro [punto de apoyo] enrollado”, hecho con un alambre que unía las dos piezas de madera acanaladas en el centro de la pinza. La variante de Moore tenía la ventaja de ser resistente (mantenía la prenda de ropa bien asegurada a la cuerda del tendedero) y fácil de fabricar.

La mayoría de las demás variantes —entre ellas la voluminosa “pinza de ropa mejorada” de Edmund Krelwitz, consistente en “una tira continua de lámina” doblada en forma de U”— se perdieron para siempre.

Vermont fue el Valle del Silicio de la tecnología de las pinzas de ropa del siglo XIX, pero la historia previa del invento es más difícil de rastrear. “Es posible que los colonizadores británicos hayan concebido la idea”, dice Barbara Suit Janssen, conservadora del Museo Nacional de Historia Estadounidense. “Las primeras pinzas de ropa estaban hechas a mano, talladas en madera”.

La primera patente estadounidense de una pinza de ropa data de 1832. Pero el prototipo del inventor, Samuel Pryor, se perdió cuatro años después en un incendio que destruyó la oficina de patentes. No fue hasta finales de la década de 1840 cuando las pinzas se empezaron a fabricar en serie.

Los primeros diseños consistían en una pieza bifurcada de madera con una cabeza en el extremo. En la solicitud de patente de su pinza de dos piezas, David Smith explicó la ventaja de la abrazadera de resorte: “El viento no la puede desprender de la ropa, tal como ocurre con la pinza común, un serio inconveniente para las lavanderas”.

En esta era de las lavadoras y las secadoras, la supervivencia de las pinzas de ropa se puede atribuir en parte a que sirven para hacer artesanías (es muy fácil convertirlas en renos navideños). Pero la industria está en crisis, y muchos fabricantes estadounidenses de pinzas de ropa ya han cerrado sus negocios.

Barbara Janssen recuerda una exposición de pinzas de ropa de la que estuvo a cargo hace una década: “A un niño de unos siete años de edad que estaba viendo la exposición con su padre, lo oí decir: ‘Papá, ¿qué es una pinza de ropa?’”

Fuente:



11 de marzo de 2014

Modelo matemático sobre el altruismo


La razón por la que los humanos y otros organismos cooperan es un misterio, aunque gracias a esto se van creando sociedades más justas o se lucha por un bien común. Pero lo increíble es que se haga a costa del individuo que algunas veces no gana nada o incluso es penalizado por ello. Quizás el dicho de “ninguna buena acción se queda sin castigo” sea aplicable en algunos de estos casos.

Esta cuestión ha intrigado a los expertos durante siglos, especialmente desde que se sabe que la base de la evolución es la supervivencia de los mejor adaptados (o más bien el éxito reproductor). Bajo este punto de vista sería el egoísmo y no el altruismo el que se propagaría por la población.

Ahora, en un artículo publicado en Nature por tres físicos teóricos portugueses se propone un modelo matemático que explica, o se trata de explicar, esta paradoja a través de la diversidad social (una característica ubicua de las modernas redes sociales) y que cuando se tiene en cuenta ésta el número de los que cooperan aumenta en relación directa a la diversidad del sistema. Más aún, de acuerdo a este modelo, la cooperación se extiende más rápido cuando el acto de cooperación es considerado más importante que el monto dado, consiguiéndose sociedades con una distribución de la riqueza más justa.

Este modelo de evolución social es particularmente interesante porque no sólo revela la lógica detrás de un gran número de cooperadores, que sabemos que existen en toda sociedad humana, sino que además nos da pistas de los principios que les empujan hacia ese comportamiento.

La teoría de juegos evolutiva es una modalidad matemática que estudia y trata de predecir la evolución de las interacciones sociales. En ella se estudia el conflicto y la decisión como si fuera un juego.

Un ejemplo de este tipo de juegos son los juegos de beneficio público (public good games o PGG), que frecuentemente se usan para el estudio de la cooperación. En ellos se mide el comportamiento social hacia el bien común del cual todos nos podemos beneficiar, como la educación y sanidad públicas, independientemente de con cuánto se haya contribuido a su creación.

Como el beneficio del individuo es independiente de su contribución la estrategia más racional es ser egoísta (tanto en la vida real como en el juego) y elegir no contribuir, cosa que no pasa en la vida real. Esto es un buen ejemplo de lo difícil que ha sido entender y crear un modelo teórico capaz de explicar la emergencia y prevalencia de la cooperación, no sólo entre humanos, sino entre individuos de otras especies.

Para poder resolver esta paradoja los físicos Jorge M. Pacheco y Marta D. Santos, de la Universidad de Lisboa, junto a Francisco C. Santos, de la Universidad Libre de Bruselas, introdujeron por primera vez en el PGG una nueva variante: la diversidad social. En los modelos anteriores se consideraba a todos los individuos equivalentes.

Aclaremos que aquí la diversidad social se refiere a las características típicas de la mayoría de las redes sociales: la existencia de individuos con diferentes números y tipos de contactos sociales, con algunos altamente relacionados y muchos pobremente relacionados.

Como los PGG están representados con una formulación matemática, la diversidad es introducida como unan variable en las ecuaciones. Estos investigadores usaron una nueva formulación para calcular el porcentaje de colaboradores dentro de una comunidad en función de la diversidad de la población. Encontraron que en poblaciones con alta diversidad la colaboración crece según aumenta ésta.

La forma en la que un PGG funciona se basa en que cada individuo paga una cantidad para jugar y luego el bote común se divide entre todos que, a veces, de algún modo debe de haber aumentado según las reglas del juego. También se suele permitir en otras ocasiones el pago de castigos hacia individuos no cooperativos. Si aparece el comportamiento egoísta entonces algunos individuos no cooperativos en principio no pagarán (no cooperarán) y, sin embargo, serán beneficiados en el reparto.

La razón por la que la diversidad aumenta la cooperación tiene que ver con que unos pocos individuos con muchos contactos y que juegan más (cooperadores) tienen además altas ganancias y esto lleva a los demás a imitar su comportamiento (aunque el comportamiento per se no parece mejorar directamente su propio beneficio) dándose al final un aumento exponencial de la cooperación. Esto es similar a cuando en la vida real los individuos más populares son emulados y pasan a ser modelos a seguir.

Igualmente, el modelo predice que cuando aparecen los no cooperadores, y esto lleva una mayor cantidad de estos individuos, el beneficio final disminuye, hay menos éxito y se llega a la extinción de los mismos, salvo por unos pocos parásitos ocasionales.

La cooperación se acelera cuando todos los individuos contribuyen al juego con la misma contribución, independientemente del número de jugadores. Esto correspondería, en la vida real, a decir que si el acto de contribuir al bien común es visto como más importante que el monto con el que se contribuye, el porcentaje de colaboradores dentro de una comunidad aumenta más rápido.

El modelo se podría aplicar, bajo una perspectiva económica, para predecir el comportamiento de las sociedades reales, sugiriendo que en las comunidades con alta diversidad, en las que el acto de cooperación importa, la distribución de la riqueza será mucho más justa.

Aunque este modelo es muy simple proporciona una nueva perspectiva de cómo estudiar este tipo de sistemas, e incluso de cómo crear sociedades más justas en las que se haga un buen reparto de la riqueza o se conserve el medio ambiente, rebajando con ello el nivel de conflictos y de destrucción.

Fuentes y referencias:


Fuente:

Neo Teo

9 de marzo de 2014

Las bacterias se adaptan a entornos hostiles con un modelo matemático

Científicos del Imperial College de Londres (Reino Unido) han desarrollado un modelo matemático que explica la dinámica de la quimiotáxis, el mecanismo utilizado por las bacterias para adaptar su existencia a entornos "hostiles", según avanza un estudio publicado hoy por la Sociedad General de Microbiología (SGM) de Reino Unido durante su reunión anual en Edimburgo (Escocia).

"No es fácil ser una bacteria y estar adaptándose constantemente a los cambios de un entorno que pretende acabar contigo", explicó el doctor Robert Endres, director de la investigación. Para descubrir por qué las bacterias son capaces de sobrevivir en "entornos hostiles", los científicos situaron sobre la superficie molecular de la 'Escherichia Coli', bacteria responsable de la mayoría de los trastornos gastrointestinales humanos, unas "antenas fluorescentes" para seguir su recorrido.

   De este modo, el equipo de Endres pudo determinar la velocidad con la que la bacteria respondía a los cambios en su entorno y averiguar cómo la 'E. Coli' se adaptaba mucho más rápido ante la presencia de moléculas nocivas para su supervivencia, que ante las moléculas beneficiosas para el organismo, como los nutrientes. "Esto nos ha demostrado que, cuando la bacteria se encuentra en un 'entorno hostil', da media vuelta y aleatoriamente se desplaza en otra dirección escapando de sus 'agresores'", señaló el doctor Endres.

   "Este descubrimiento podría ayudar a los científicos a entender la respuesta patogénica de las bacterias cuando se ven atacadas por el sistema inmune del ser humano", indicó. En este sentido, la 'E. Coli' ha demostrado ser sensible ante los más ligeros cambios en los niveles de sustancias químicas de su alrededor.

   Asimismo, apuntó Endres, el secreto de su adaptabilidad podría deberse a que la bacteria "olvida" rápidamente el estímulo que le ha hecho "acelerar" en su huida, lo que le permite volver rápidamente a su estado "normal" y facilita su adaptación al nuevo entorno. Por el contrario, las bacterias que "mantienen en el recuerdo" ese estímulo de huida tardan más en recuperar su estado "normal" y, por lo tanto, su adaptación es más lenta, afirmó este experto.

Fuente:

Europa Press Ciencia

18 de octubre de 2012

Estudio prueba que los delfines duermen con "la mitad del cerebro"

Delfín

Los delfines duermen con un ojo puesto en la superficie y otro en los depredadores.

Científicos de la Universidad de California comprobaron que los delfines pueden permanecer alertas y activos durante 15 días o más, durmiendo con solo una mitad del cerebro a la vez.

Los expertos creen que el truco es clave para la supervivencia, pues permite que les permite dormir con un ojo fuera de la superficie para poder respirar y a la vez estar pendientes de los depredadores.

Durante el estudio, los investigadores midieron las ondas cerebrales de dos delfines nariz de botella, a través de extensas y agotadoras pruebas de localización de eco.

Fuente:

BBC Ciencia

18 de abril de 2011

El cambio climático 'devora' las costas del Ártico

Un científico en la costa de la isla de Herschel, en Canadá. | Efe.

Un científico en la costa de la isla de Herschel, en Canadá. | Efe.

El calentamiento global está devorando las costas del Ártico, donde la erosión está afectando a las poblaciones humanas y amenazando la supervivencia de especies locales de plantas y animales.

Ésta es la principal conclusión de un doble estudio hecho público este lunes por un consorcio de treinta científicos de diez países que ha analizado la situación de 100.000 kilómetros de costa o cerca del 25% de las fronteras terrestres de los ocho países que lindan al norte con el océano Ártico.

"Parece que la erosión de las costas del Ártico se está acelerando de forma dramática. El recorte medio es de medio metro al año, pero en algunas zonas llega a ser de diez metros al año", señaló Volker Rachold, investigador del Instituto Alfred Wegener de Potsdam (este de Alemania).

El Ártico ruso es el más afectado

Las áreas más afectadas son, según este novedoso informe científico, el mar de Laptev y el este de Siberia, ambos en Rusia, y el mar de Beaufort, que limita con las costas de Canadá y Alaska (Estados Unidos).

El estudio alerta de que, como las costas del Ártico suponen un tercio del total de las costas del planeta, "la erosión puede llegar a afectar a áreas enormes en el futuro".

Este retroceso de las costas es consecuencia del calentamiento global, un problema que se agrava en el Círculo Polar Ártico, donde los incrementos doblan el aumento térmico medio global, explica el investigador alemán.

Este proceso climatológico está descongelando parte del 'permafrost' costero, la capa de hielo permanente de los niveles superficiales del suelo propia de regiones muy frías, lo que desbarata el de por sí fragmentario terreno sobre el que se asienta y lo deja totalmente expuesto al fuerte oleaje del océano Ártico.

"Vemos rápidos cambios en una situación que ha permanecido estable durante milenios", denuncia el estudio, el primero de carácter comprensivo que analiza las consecuencias físicas (geológicas y químicas), ecológicas y humanas de la erosión de las costas árticas.

Los afectados

Su impacto es "sustancial" para los ecosistemas árticos costeros y para la población humana asentada en esas regiones, apunta el documento "Estado de la Costa Ártica 2010", de 170 páginas y disponible en internet.

Los más afectados por estos cambios son los animales salvajes que habitan en esas regiones, especialmente los extensos rebaños de renos y caribús, y los frágiles ecosistemas de los lagos de agua dulce próximos a la costa.

El hombre también se ve afectado por este grave proceso erosivo, pero dada la escasa población en las costas más septentrionales del planeta, el estudio le retrata más como acicate que como víctima en este problema medioambiental.

Rachold reconoce que hay "grandes intereses" económicos y comerciales para que no se tomen medidas para frenar este proceso: la región ártica es una fuente de recursos naturales como petróleo aún virgen y su deshielo podría abrir codiciadas rutas marítimas de transporte de mercancías.

Tímidas legislaciones nacionales

Además, las tímidas legislaciones que ya se han aprobado para frenar la erosión costera son de carácter nacional y no está siquiera prevista la negociación de una normativa internacional de protección.

El trabajo científico, que precisará de estudios subsiguientes para confirmar la tendencia y evolución de este proceso, ha estado liderado por el Comité Científico Internacional del Ártico (IASC), del que España es miembro desde 2009, y alentado por otros programas e instituciones científicas internacionales.

"Tenemos que seguir investigando en los próximos años. Aún nos faltan datos y no podemos hacer comparaciones con la situación de las costas del Ártico en el pasado", indica Rachold.

Fuente:

El Mundo Ciencia

13 de mayo de 2010

Gran parte del planeta sería inhabitable en menos de un siglo

Jueves, 13 de mayo de 2010

Gran parte del planeta sería inhabitable en menos de un siglo

hot Nuevo estudio asegura que gran parte del planeta sería inhabitable en menos de un siglo

Muchas partes del planeta podrían empezar a ser demasiado calientes y húmedas como para que la gente puedan sobrevivir, así lo afirma un estudio sorprendente publicado la semana pasada en PNAS, que la mayoría de los periodistas parecen haber pasado por alto.

“En este momento, las personas cuentan con aire acondicionado para mayor comodidad. En las circunstancias que se vendrán, se deberán utilizar para la supervivencia”, asegura el autor principal, Steven Sherwood, de la Universidad de New South Wales en Sydney. Además, dice que no necesariamente va a pasar pronto, pero que no hacer caso sería temerario.

El problema es que no podemos sobrevivir si la temperatura de nuestra piel supera los 35°C por más de unas pocas horas. Aunque mucha gente vive e incluso trabaja en temperaturas de 45°C o más, el sudor mantiene calma la piel, siempre y cuando no sea demasiado húmedo.

Dicho en términos técnicos, la supervivencia humana depende de una temperatura de bulbo húmedo inferior a 35 °C. Esta es la temperatura registrada por un termómetro cubierto con una tela húmeda y bien ventilada.

El límite de bulbo húmedo es básicamente el punto en que uno se sobrecalienta, incluso si estamos desnudos en la sombra, empapados y de pie delante de un ventilador grande, es decir, moriríamos de todos modos.

Por el momento, prácticamente en ningún lugar de la Tierra hay una temperatura de bulbo húmedo de más de 30 °C. Sin embargo, con un aumento global de 11 °C, enormes áreas tendrían temperaturas de bulbo húmedo de más de 35 °C durante parte del año. De acuerdo con el modelo climático utilizado por el equipo, estas regiones incluyen gran parte del Este de EE.UU., el subcontinente indio entero , la mayor parte de Australia y parte de China.

Si calentamientos de 10 °C ocurren en lostres siglos siguientes, la superficie de tierra quedaría inhabitable por el estrés térmico, esto sin contar el aumento del nivel del mar. Por lo tanto, el estrés por calor merece más atención como un impacto del cambio climático.

¿Qué posibilidades hay de llegar a ese punto? Bueno, en virtud de que todo siga igual, la predicción es de 4 °C a 7 °C de incremento para el año 2100. En otras palabras, en el peor de los casos, si seguimos como hasta ahora, nuestros hijos sólo podrán vivir en las pocas partes del planeta que aún quedarían habitables.

Fuente:

Techmez

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