Déjalo arder
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Sin Permiso
Ciencia sencilla, ciencia divertida, ciencia fascinante...
El ministro peruano de Medio Ambiente, Antonio Brack, no habla claro. Pero en Conocer Ciencia sí. Las presiones provienen de grupos de Monsanto (líder mundial en producción de semillas transgénicas) que presionan a los ministros peruanos de economía y agricultura, entre otros, para obtener leyes favorables a sus negros intereses económicos. Lea el artículo de Peru21:
“Existe una presión muy fuerte sobre el Ministerio de Ambiente (Minam), para permitir que en el país se siembren transgénicos”, advirtió el titular de este sector, Antonio Brack.
En ese sentido, el funcionario reconoció que la discusión del tema con el Ministerio de Agricultura se encuentra “empantanada”. Por ello, insistió en la propuesta de ley –pendiente en el Congreso–, que declara una moratoria para los transgénicos, en tanto no se concluye con la regulación sobre el uso de la biotecnología en el Perú.
Brack recordó que la legislación sobre bioseguridad se elaboró antes de la creación del Ministerio de Ambiente, por lo que urge adecuar el ordenamiento de esta actividad. “No estamos en contra (de los transgénicos), pero sí estamos a favor de ordenar nuestros recursos genéticos”, aseveró.
Perú, país orgánico
El titular del Minam reafirmó la posición de su sector de privilegiar la protección y desarrollo del material genético del país, antes que promover el uso de organismos genéticamente modificados. Reveló que actualmente existen 55,000 agricultores en el país que cuentan con la certificación internacional para cultivar productos orgánicos (sin pesticidas ni químicos).
“El consumo de productos orgánicos está creciendo de una manera altísima a nivel mundial y ese es nuestro futuro”, dijo en RPP. A renglón seguido, comentó que cerca de la mitad de las agroexportaciones son productos naturales.
Fuente:
Lea en los Archivos de Conocer Ciencia:En el post anterior hablamos sobre el salmón transgénico que ya cuenta con luz verde en ,os EE. UU. Y ahora, en la India. han desarrollado la papa transgénica ¿será, este transgénico, de consumo global?
P.D. Conocer Ciencia no alienta ni la investigación, ni la comercialización, ni el consumo de transgénicos.
En un artículo publicado el martes en Proceedings of the National Academy of Sciences , los científicos manifestaron la esperanza de que la papa transgénica encuentre buena aceptación debido a que emplea un gen de la semilla de amaranto, otro cultivo comestible.
“Dado que la papa constituye una parte importante de la dieta de muchas personas tanto en los países desarrollados como en desarrollo, parecería que esto puede sumar valor a los productos en base a papa con mayores beneficios para mejorar la salud humana”, escribieron los autores.
Alimento ancestral
El amaranto es una planta alta, de hojas abundantes y anchas que produce pequeñas semillas. Solía ser un nutriente central en la alimentación Azteca y de culturas americanas previas y comenzó a cultivarse en EE.UU . a fines de la década de 1970. La kiwicha, cultivo popular en el Perú, es una especie del amaranto.
Uno de sus genes, llamado AmA1, es considerado importante en términos agrícolas porque dota a la planta y a sus semillas con elevados niveles de proteína y concentraciones mayores de varios aminoácidos esenciales.
Los científicos, dirigidos por Subhra Chakraborty, del Instituto Nacional de Investigación del Genoma de las Plantas, en Nueva Delhi (India), insertaron el gen en siete tipos de papas y luego cultivaron el transgénico durante dos años.
Más proteínas
El equipo halló que las papas transgénicas contienen entre 35% y 60% más de proteína que el vegetal sin modificar y que también contienen niveles aumentados de aminoácidos, fundamentalmente de lisina, tirosina y azufre, sustancias que suelen ser limitados en la papa.
Los científicos indicaron que las papas transgénicas generadas se utilizaron para alimentar a ratas y conejos sin consecuencias adversas. Más de mil millones de personas consumen papa a diario en todo el mundo.
Fuente:
El Comercio Perú
Después de dos décadas de argumentos e investigaciones a favor y en contra, y de años de discusiones legislativas, Estados Unidos se prepara para adoptar -o rechazar- una medida que tendrá implicaciones en todo el mundo: la autorización de la venta de salmón genéticamente modificado para consumo humano.
Martes, 06 de julio de 2010
EE. UU. considera aprobar un salmón genéticamente modificado
De las plantas transgénicas a los animales transgénicos
La FDA está considerando seriamente el dar su aprobación al primer animal modificado genéticamente quela gente podría comer: un salmón que crece al doble de velocidad que el normal
Miércoles, 30 de junio de 2010
Transgénicos en Barranca:
Perú: Condenan penalmente a científico por criticar una investigación
Una estupidez. Solo así puede calificarse la decisión del Sexto Juzgado Penal de Lima que ha declarado culpable del delito de difamación agravada al biólogo peruano Ernesto Bustamante en agravio de su colega, Antonietta Gutiérrez, por haber cuestionado en dos medios de comunicación las conclusiones de un estudio realizado por ésta sobre la presencia de alimentos genéticamente modificados en Perú.
Antonietta Gutiérrez, profesora de la Universidad Agraria de La Molina, concluyó en el 2007 una investigación en la que detectaba la presencia de maíz de origen transgénico en el valle de Barranca en Lima. Sus conclusiones fueron recogidas en un artículo en El Comercio de noviembre de 2007 y el estudio completo se publico en la página de una ONG en Singapur (hoy retirado) y en el primer número de la Revista de Sociedad Peruana de Genética, organización presidida por la propia autora. La denuncia causó revuelo en distintos medios nacionales y extranjeros. Incluso Antonio Brack Egg, que por entonces no era ministro y también trabajaba en la Universidad Agraria, señaló textualmente que «si Antonietta Gutiérrez afirma eso, es verdad, sobre todo si ha hecho el análisis».
Ernesto Bustamante, Ph.D. en Bioquímica y Biología Celular y Molecular de la Johns Hopkins University y entonces Decano del Colegio de Biólogos del Perú, participó en enero de 2008 de un debate en Radio Nacional sobre alimentos de origen transgénico (audio completo) donde, entre otros puntos, se habló de las conclusiones del trabajo de Gutiérrez. Sobre el mismo, Bustamente señaló que el estudio no constituía una evidencia científica concluyente porque adolecía de serios errores metodológicos y debió de ser revisado por científicos especializados antes de ser hecho público en un diario.
Días después, el 19 de enero, apareció una nueva nota en El Comercio en donde se recogía la opinión crítica de Bustamante. A los tres días, Bustamente publicó una columna en la sección Opinión del diario El Comercio refiriéndose a la investigación de Gutiérrez (cuyo nombre no menciona) y a la nota aparecida en el mismo periódico. Nuevamente, Bustamente se mostró en desacuerdo con las conclusiones de Guitérrez porque consideró que su investigación carecía de respaldo científico (peer review), no exponía sus principios metodológico ni había sido publicada en una revista científica arbitrada y, por ende, sus conclusiones se habían visto afectadas por estas carencias metodológicas. Además, señaló los efectos negativos para el país y la opinión pública que podían producir que las conclusiones de una investigación con esas carencias se difundan masivamente. Similares cuestionamientos fueron planteados por el Instituto Nacional de Investigación Agraria del Ministerio de Agricultura (.pdf), por el Consejo Nacional del Ambiente (CONAM) y por una serie de científicos independientes extranjeros y nacionales.
Estas fueron todas las pruebas que necesitó Gutiérrez para denunciar penalmente a Bustamente por difamación agravada ante el Poder Judicial. La noticia causó gran repercusión en la comunidad científica nacional e internacional. Hasta la mismísima Nature, el journal científico más prestigioso del mundo, publicó una nota (.pdf) mirando con preocupación el nivel del debate científico en el Perú. Practicamente toda la comunidad científica peruana, la Universidad Cayetano Heredia e incluso un grupo de científicos extranjeros se pronunciaron en contra de que en Perú se persiga criminalmente a un científico por criticar el trabajo de otro.
El delito de difamación en su modalidad agravada, de acuerdo con el artículo 132 del Código Penal, consiste en atribuirle a una persona un hecho, una cualidad o una conducta que pueda perjudicar su honor o reputación a través de un medio de comunicación. El artículo 133 del Código Penal, sin embargo, señala expresamente las criticas científicas se encuentran excluídas:
Código Penal, Artículo 133.- Conductas atípicas
No se comete injuria ni difamación cuando se trata de:
(…)
2. Críticas literarias, artísticas o científicas.
Haciendo caso omiso de lo que dice explícitamente el Código Penal, el Sexto Juzgado Penal de Lima ha declarado culpable a Bustamante del delito. En una decisión inexplicable, ha señalado que hasta que emita sentencia al cabo de un año, Bustamante no podrá salir de Lima sin permiso de la Corte, deberá firmar un registro mensual en el tribunal y pagar a la demandante una indemnización por daños de casi US$ 1.800.
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Martes, 08 de junio de 2010
Alemania detecta campos de maíz transgénico ilegal
Dos mil hectáreas pueden estar contaminadas con esta semilla
Cultivar maíz transgénico es ilegal en Alemania
El Gobierno alemán ha detectado plantaciones de maíz contaminadas con variantes transgénicas ilegales en Europa, según confirmó ayer la empresa que fabricó las semillas.
Un estudio oficial mantiene que el maíz, mezclado con la variante transgénica NK603 que fabrica la empresa estadounidense Pioneer Hi-Bred del grupo DuPont, se ha plantado en unas 2.000 hectáreas de siete estados alemanes, según confirmaron a Público fuentes de la compañía. El cultivo comercial de maíz transgénico es ilegal en Alemania.
La organización ecologista Greenpeace, que denunció el caso, dice que el nivel de contaminación es del 0,1%, es decir, una planta de cada mil. Además, la extensión de maíz contaminado ocuparía 3.000 hectáreas.
Pioneer Hi-Bred dice que el nivel es del 0,03%, una cantidad "diminuta" que "no tiene relevancia científica", según Michael Hall, portavoz de la compañía. "No ha habido contaminación", añadió. El problema afecta a dos lotes de semillas del maíz convencional PR38H20 que vende la empresa. La variante no se vende en España y ninguno de los dos lotes ha salido de Alemania, detalló Hall.
Fuera de plazo
Tanto la empresa como los ecologistas cargan contra el Gobierno. Pioneer denuncia que aunque los análisis rutinarios por parte del Gobierno comenzaron en febrero, no se les comunicaron los resultados hasta después de la siembra, a finales de abril.
"Este es el mayor escándalo con transgénicos que ha vivido Alemania", afirmó Greenpeace en un comunicado. La organización afirma que las autoridades conocían los resultados de las pruebas desde marzo y que aun así no se hizo nada para evitar que se plantase el maíz. Ahora, los campos tendrán que ser cosechados antes de que florezca el maíz para evitar que el polen provoque más contaminación, explicó ayer a la BBC la portavoz del Gobierno de Baja Sajonia Stefanie Becker, uno de los siete estados afectados.
Lea también:
Bayer y el arroz en los EE. UU.
La contaminacio'n por transge'nicos es inevitable, incluso aplicando las mejores te'cnicas disponibles" declaro' Mark Ferguson abogado de Bayer, en un juicio por daños promovido por los agricultores de arroz de Missouri (USA) cuyas cosechas fueron contaminadas, contra Bayer Crop Science AG.
Bayer Crop Science AG fue condenada a pagar los daños a los agricultores, pero los daños por el LiberyLink, ha hundido el mercado de futuros del arroz en USA y limitado severamente sus exportaciones.
Ver fuente: bloomberg © 2009, Nov. 4
http://www.bloomberg.com/apps/news?pid=20601100&sid=aT1kD1GOt0N0
En definitiva, es un objetivo de las empresas de semillas trange'nicas la contaminacio'n de todo lo que no es transge'nico. Lo saben y lo fomentan, para conseguir sus privilegios econo'micos. Ya que todo arroz de USA es ahora sospechoso y eso conlleva gastos adicionales y costos innecesarios, entre otros la realizacio'n de ana'lisis patentados por ellos mismos, cosa que tambi´´en les beneficia.
Martes, 20 de abril de 2010
Científicos rusos demuestran que los alimentos transgénicos son peligrosos para la salud
El estudio, cuyos responsables son la Asociación Nacional para la Seguridad Genética (ANSG) y el Instituto Severtsov de Problemas Ecológicos y Evolutivos adjunto a la Academia de Ciencias de Rusia, fue realizado entre 2008 y 2010 en una población de laboratorio del hámster ruso de Campbell.
Según el subdirector del Instituto Severtsov, doctor en biología Alexéi Súrov, se detectaron retrasos en el desarrollo y el crecimiento, el desequilibrio entre los sexos en camadas con la predominancia de hembras, la disminución de crías en camadas y la esterilidad en segunda generación, así como una importante merma de la capacidad reproductiva en los machos.
Por su parte, el presidente de la ANSG, Alexandr Baránov, destacó la esterilidad de la segunda generación como la principal y la más grave consecuencia del consumo de transgénicos.
"El resultado más importante de nuestro estudio es la paralización de la capacidad reproductiva. La naturaleza suspendió la procreación en animales alimentados con transgénicos", indicó Baránov.
Según ecólogos, en el mundo se realizan muy pocos estudios sobre el consumo de transgénicos y sus consecuencias para la salud de animales. Los últimos estudios independientes de este tipo conocidos se llevaron a cabo en el Instituto de la Actividad Nerviosa Superior y Neurofisiología (Rusia, 2005) y la Universidad de Caen (Francia, 2006).
Fuentes:
Domingo, 28 de marzo de 2010
¡Peligro! Maíz transgénico invade Barranca (II)
Las noticias sobre el hallazgo de maóz transgénico en la provincia de Barranca son harto antiguas, ya en noviembre de 2007 el diario El Comercio informaba sobre ello, también lo hizo en julio de 2009. Hasta el mismísimo ministro de Medio Ambiente sabía del caso.
Tanto polvo ha levantado el caso del maíz transgénico en Barranca (Perú, 200 km al norte de Lima) que el diario El Comercio le ha dedicado un Editorial al tema el día de hoy (28/03/2010). Pero antes de leer el artículo le preguntamos ¿sabe usted lo que es un transgénico? La respuesta en este video:
Resulta preocupante y hasta sospechoso el secretismo con que el Poder Ejecutivo pretende manejar un tema de tanta importancia, como el anteproyecto del código de consumo. Ha trascendido que dicho documento sería aprobado esta semana —probablemente hoy— por el Consejo de Ministros, a espaldas de los expertos y la ciudadanía.
Esto cobra visos de escándalo cuando se sabe que uno de los asuntos más polémicos, como el de los alimentos transgénicos, se aborda vulnerando el derecho a la información de los consumidores y violando las normas vigentes sobre etiquetado.
La población tiene derecho a saber qué consume, pero lo que se está intentando es dejar sin efecto la obligación de indicar claramente si los productos alimenticios contienen ingredientes transgénicos. Así, un ama de casa no sabrá si el aceite con que prepara el alimento de su familia procede de soya natural o genéticamente modificada, o si el pollo de cada día ha sido engordado con maíz de laboratorios como Monsanto, entre otros, lo que viene ocurriendo a nuestras espaldas.
Tener acceso a tal información es vital, pero el Consejo de Ministros parece decidido a atropellar impunemente este derecho. ¿Qué intereses influyen para decidir contrariamente a los intereses de la población?
El anteproyecto señala como “razón” para no etiquetar que “no existe en el Perú un concepto claro de qué es un alimento transgénico, qué niveles de alteración genética existen y cuáles pueden ser potencialmente dañinos para la salud”. Este argumento es confuso, pues si desconocemos eso es porque el Gobierno ha fallado en su obligación de investigar profundamente. Y lo que es peor, este argumento demuestra una clara irresponsabilidad pues ante la duda de “cuáles pueden ser dañinos para la salud”, debiera primar la vocación de protección al consumidor, justamente informándolo para que ejerza su derecho a decidir.
Es responsabilidad del presidente Alan García y de su Gabinete reconocer los aciertos y logros de otros países en el tema. En la Unión Europea la ley obliga a señalar en las etiquetas claramente si el producto contiene transgénicos, aun si es en cantidades mínimas. Muchas otras naciones, ante la falta de datos científicos que comprueben la seguridad e inocuidad de los transgénicos a largo plazo, han declarado moratorias de 5 a 10 años.
Hace dos años el ministro de Agricultura, Adolfo de Córdova, negó que se estuviera investigando la presencia de cultivos ilegales de transgénicos en el país, pero el Instituto Nacional de Innovación Agraria (INIA) precisó lo contrario. Y en Barranca se encontró que 12 de 14 muestras de maíz amarillo eran transgénicas. Todo señala ahora que las semillas habrían salido, inconsultamente, de una granja de pollos de la zona que las importa como alimento para sus aves. Los desencuentros entre los sectores Agricultura y Ambiente en torno a este tema que incide directamente en la salud de los peruanos y los ecosistemas han sido de público conocimiento.
El Congreso, donde el código se verá posteriormente, debe permanecer alerta y evaluar concienzudamente lo que le alcance el Ejecutivo. En un momento en que el tema de los alimentos naturales y orgánicos hace que la mirada de los importadores, inversionistas, consumidores y gastrónomos del mundo se vuelque hacia los productos naturales peruanos —y cuando se sabe que la tendencia, a corto plazo, de la cocina internacional es el factor salud—, el Ejecutivo nada a contracorriente, le da la espalda a la población y la historia, e intenta borrar, de un plumazo, la gran ventaja comparativa del Perú en el campo agrícola.
Fuentes:
Orbita Popular
En este video habla la autora de "El mUndo según Monsanto". Imperdible.
Lea también:
Transgénicos en el Perú, por Antonietta Gutiérrez
Canadá: El agricultor que le puso el cascabel a Monsanto
Semillas transgénicas convierten en estériles campos de cultivo del Perú
Colombia: Demandarán a Monsanto por semillas transgénicasSan Martín se declara Región Libre de Transgénicos (Dic. 2009)
Lea la primera parte de este especial:
Domingo, 28 de marzo de 2010
¡Peligro! Maíz transgénico invade Barranca
Editorial: En Conocer Ciencia siempre nos hemos opuesto al uso de transgénicos, tanto para uso humano como para forraje de animales. En nuestros archivos denunciamos las maniobras políticas, politiqueras y poltiquiasquerosas para tender la alfombra roja a Monsanto en el país. Monsanto es la mayor empresa global de vanta de semillas trasgñenicas y pretende abrir nuevos mercados en nuestro país a costa de la enfermedad y la muerte de nuestra gente.
Martes, 02 de marzo de 2010
Comisión Europea autoriza el cultivo de una patata transgénicaLa Comisión Europea anunció este martes la autorización el cultivo de una patata genéticamente modificada, producida por el grupo alemán BASF, en su primera medida de este tipo en los últimos doce años en la Unión Europea (UE), provocando críticas inmediatas de Italia y de grupos ecologistas.
"La Comisión tomó hoy (martes) decisiones relativas a la patata transgénica Amflora", cuyo cultivo es autorizado en la Unión Europea con "fines industriales" y para la alimentación animal, indicó un comunicado del Ejecutivo europeo.
"Cada Estado es libre de autorizar o no el cultivo de este OGM", precisó sin embargo el comisario europeo encargado de la Salud, John Dalli, para tratar de atenuar el alcance de la decisión.
Italia reaccionó rápidamente criticando la decisión de la UE.
"Somos contrarios a la decisión de la Comisión Europea de autorizar el cultivo de patata genéticamente modificada", declaró el ministro italiano de Agricultura, Luca Zaia.
"Quebrar la prudencia que se había optado desde 1989 es un acto que puede afectar a todo el sector. Italia no sólo no se reconoce en esa decisión sino que reitera que no permitirá que se pongan en cuestión las decisiones soberanas adoptadas por los países con respecto a esa materia", agregó.
"Estamos evaluando la posibilidad de formar un frente común de países para defender la salud de los ciudadanos y la identidad de la agricultura europea", anunció.
Bruselas autorizó asimismo la comercialización en Europa para fines alimentarios de tres variedades de maíz transgénico de la firma Monsanto, derivados del MON 863, indica el comunicado. Esta decisión es menos espectacular dado que la comercialización de productos OGM importados es autorizada regularmente.
La gran novedad concierne la autorización de la papa Amflora, tubérculo creado por la firma BASF y destinado a la utilización industrial por su almidón y a la alimentación animal.
La Comisión Europea no había autorizado el cultivo en Europa de una planta genéticamente modificada desde 1998, cuando dio luz verde al cultivo del maíz OGM MON 810 de Monsanto.
Lea el artículo completo en:
Martes, 16 de febrero de 2010
El cambio climático pone en peligro la seguridad alimentaria
Producir alimentos para un planeta cada vez más poblado y caliente será uno de los retos más importantes del siglo XXIEl incremento de la temperatura en más de tres grados centígrados para mediados de siglo traerá consigo la disminución de la capacidad productiva de la tierras cultivables que podría ocasionar una catástrofe alimentaria entre las más de 3.000 millones personas que vivirán en las cercanías del ecuador del planeta, según la información recogida en un especial de la revista Science (12 de febrero de 2010).
"Estamos evaluando una disminución en la producción agrícola del 20% al 30% en los próximos 50 años para los campos entre las latitudes del sur de California o de Europa hasta Sudáfrica", ha comentado a EL PAíS David Battisti, profesor de Ciencias Atmosféricas de la Universidad de Washington.
Aún sin un clima más cálido, el crecimiento de la población mundial en más del 30% antes de 2050 representa un notable desafío que obligaría a duplicar la producción de granos en las zonas tropicales.
Más de 60 investigadores de 14 países son los autores del especial de Science en el que se recalca la necesidad de que los líderes del mundo "cambien drásticamente sus nociones" de este problema, lo que implica superar el temor popular a usar la biotecnología agrícola, incluida la producción de alimentos genéticamente modificados. Hay que usar "la mejor ciencia posible", han afirmado.
Nina Federoff, consejera de Ciencia y Tecnología de la Secretaria de Estado estadounidense, Hillary Clinton, y autora principal del artículo Repensando radicalmente la agricultura para el siglo XXI, ha expresado que su preocupación crece cada vez más porque todavía "no entendemos lo que implicará alimentar a una población en crecimiento en un planeta que se calienta".
Matthew Reynolds, jefe del departamento de Fisiología del Trigo del Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT), ubicado al norte de México, y coautor del mismo estudio, ha dicho que algunos de los alimentos y cosechas más importantes disminuyen su fibra y valor nutricional de forma drástica a temperaturas superiores a los 30 grados centígrados.
"Entre otras razones, esto se debe a que la fotosíntesis de cosechas templadas importantes alcanza su grado óptimo a temperaturas de 20 a 25 grados, pero con el incremento de la temperatura las plantas se desarrollan rápidamente dejando menos tiempo para la acumulación de carbohidratos, grasas y proteínas, que constituyen la mayor parte de las frutas y granos".
Lea el artículo completo en:Viernes, 23 de octubre de 2009
Polémica por maíz transgénico en MéxicoAlberto Nájar
BBC Mundo
Después de una moratoria de 11 años, el gobierno mexicano autorizó 15 solicitudes para sembrar maíz genéticamente modificado, una decisión que causó polémica entre académicos y grupos ambientalistas por el efecto que tendría en variedades nativas.
La crítica más frecuente es el riesgo de perder el genoma de las especies de maíz originarias de la región, debido a la contaminación de transgénicos.
Elena Álvarez Buylla, investigadora del Instituto de Ecología de la Universidad Nacional Autónoma de México, afirmó que es imposible aislar los cultivos modificados de las variedades criollas, sobre todo en este país que es centro de origen de decenas de variedades.
"Los transgenes se acumularán en las razas nativas, y eso conlleva incertidumbres inaceptables. Por eso la prohibición en otros países originarios", dijo en conversación con BBC Mundo.
En respuesta, las autoridades aseguran que se tomaron precauciones extra para proteger los cultivos criollos.
Se trata de una fase experimental para determinar si realmente existe ese riesgo, le dijo a BBC Mundo Ariel Álvarez, secretario de la gubernamental Comisión Intersecretarial de Bioseguridad de los Organismos Genéticamente Modificados.
"No podemos negarnos a experimentar ni caer en el círculo vicioso de que si no hay conocimiento no tomas decisiones, y no lo haces porque no existe el conocimiento", afirmó.
clic ¿Usted qué opina?, ¿es un avance o un desastre?
En México el tema del maíz transgénico está presente desde 1996, cuando surgieron las primeras variedades comerciales de la gramínea.
En 1998, ante la presión de grupos campesinos y de ambientalistas, el gobierno decretó una moratoria para la siembra de esta variedad, la cual concluyó en septiembre de este año.
Semanas después los ministerios de Agricultura y Medio Ambiente otorgaron 15 permisos para cultivos experimentales en varios estados del país.
La empresa estadunidense Monsanto Comercial obtuvo nueve concesiones, y las seis restantes fueron para Dow AgroScience/PHI México. La asignación avivó la polémica.
"Se hizo para favorecer a Monsanto. El gobierno se dejó presionar por esta compañía", le dijo a BBC Mundo Víctor Suárez, de la Asociación Nacional de Empresas Comercializadoras de Productos del Campo, opositora al maíz modificado.
Las autoridades rechazan la denuncia. "Han pasado 13 años desde que llegó el maíz transgénico, si el gobierno cediera a presiones lo hubiera hecho hace mucho tiempo", afirmó Ariel Álvarez.
Opositores y autoridades coinciden en que se desconoce el efecto real de los transgénicos en el maíz mexicano.
Donde se ha liberado la siembra de la gramínea, como Estados Unidos y España, existen condiciones de biodiversidad distintas a las de México, afirmó el secretario de la Comisión Interestatal, por lo que esa experiencia no puede aplicarse en este país.
Y según la investigadora de la UNAM, hasta ahora no se sabe qué cambiarán los genes modificados, aunque en experimentos con plantas similares hubo daños irreversibles.
El problema es el riesgo.
"Si se inserta un gen igualito a lo que se usa en maíz en un sitio del genoma puede no tener efecto, pero si se va a otro lugar podría afectar completamente", insistió.
La polémica del maíz modificado no es sólo por aspectos técnicos.
Según los opositores, en otros experimentos con transgénicos, como el algodón, los cultivos salieron del control del gobierno.
Sin embargo, el secretario de la Comisión Interestatal aseguró que todas las pruebas se mantendrán bajo estricta vigilancia.
Las áreas de experimentación no son mayores a una hectárea, lejos de siembras de maíz tradicional y fuera de la temporada normal de cultivo.
Además, en algunos casos no se permite que la planta madure, por lo que no existe riesgo de esparcir el polen, uno de los elementos que propician la contaminación de otros cultivos.
Fuente:
Jueves, 15 de octubre de 2009
Temen la desaparición de cuatro bancos genéticos
¿Qué es el germoplasma?
El germoplasma es el conjunto de genes que se transmite en la reproducción a la descendencia por medio de gametos o células reproductoras.El concepto de germoplasma se utiliza comunmente para designar el genoma de las especies vegetales silvestres y no genéticamente modificadas de interés para la agricultura.
Con el fin de conservar este material genético en cualquiera de sus fórmulas reproductivas (semillas, esquejes, tubérculos, etc) se han establecido en el mundo los llamados "bancos de germoplasma": su misión consiste en ubicar, recolectar, conservar y caracterizar el plasma germinal de las plantas que, por sus atributos son consideradas de interés prioritario para beneficio de la humanidad, además de aportar conocimiento científico orientado a la optimización de la conservación y uso de los recursos fitogenéticos.
Además si se ubica la sede del Ministerio de Agricultura en el INIA, se talarían valiosos árboles frutales...
Lunes, 14 de septiembre de 2009
El debate entre Norman Borlaug y XavierPastor
Pero antes usted debe saber:
¿Qué es un transgénico?
Los alimentos obtenidos por manipulación genética (abreviadamente: alimentos transgénicos o recombinantes) son los organismos sometidos a ingeniería genética que se pueden utilizar como alimento, los alimentos que contienen un ingrediente o aditivo derivado de un organismo sometido a ingeniería genética, o los alimentos que se han elaborado utilizando un producto auxiliar para el procesamiento (por ejemplo, enzimas) creado por medio de la ingeniería genética.
Para la introducción de genes foráneos en la planta o en el animal comestibles es necesario utilizar como herramienta lo que en ingeniería genética se llama un vector de transformación: "parásitos genéticos" como plásmidos y virus, a menudo inductores de tumores y otras enfermedades como sarcomas, leucemias... Aunque normalmente estos vectores se "mutilan" en el laboratorio para eliminar sus propiedades patógenas, se ha descrito la habilidad de estos vectores mutilados para reactivarse, pudiendo generar nuevos patógenos.
Además, tales vectores llevan muchas veces genes marcadores que confieren resistencia a antibióticos como la kanamicina (gen presente en el tomate transgénico de Calgene) o la ampicilina (gen presente en el maíz transgénico de Novartis), resistencias que se pueden incorporar a las poblaciones bacterianas (en nuestros intestinos, en el agua o en el suelo). La aparición de más cepas bacterianas patógenas resistentes a antibióticos (un problema sobre el que la OMS no deja de alertar en los últimos años) constituye un peligro para la salud pública imposible de exagerar.
Si bien la ingeniería genética es una herramienta potentísima para la manipulación de los genes, actualmente existe un gran vacío de conocimiento sobre el funcionamiento genético de la planta o animal que se va a manipular. ¿Qué genes se activan y se desactivan a lo largo del ciclo vital del organismo, cómo y porqué lo hacen? ¿Cómo influye el nuevo gen introducido en el funcionamiento del resto del genoma? ¿Cómo altera el entorno el encendido o el apagado de los genes de la planta cultivada?
Actualmente, todas estas preguntas se encuentran, en gran medida, sin respuesta. La introducción de genes nuevos en el genoma del organismo manipulado provoca alteraciones impredecibles de su funcionamiento genético y de su metabolismo celular, y esto puede acarrear:
1. la producción de proteínas extrañas causantes de procesos alérgicos en los consumidores (estudios sobre la soja transgénica de Pioneer demostraron que provocaba reacciones alérgicas, no encontradas en la soja no manipulada)
2. la producción de sustancias tóxicas que no están presentes en el alimento no manipulado (en EE.UU, la ingestión del aminoácido triptófano, producido por una bacteria modificada genéticamente, dio como resultado 27 personas muertas y más de 1500 afectados); y
3. alteraciones de las propiedades nutritivas (proporción de azúcares, grasas, proteínas, vitaminas...).
¿Cómo se elabora un transgénico?
- Lo primero es aislar el gen que se va a insertar en la planta y que servirá para aumentar su calidad (el gen puede provenir de otra planta, de una bacteria, de un virus o incluso de un animal. En el ejemplo: de una mariposa).
No se puede introducir un gen desnudo directamente en la planta. En un principio hay que rodearlo de DNA para darle una apariencia similar al de la planta. El gen se acopla entre un fragmento de DNA de la planta y otro de una bacteria, que ayudará en el proceso.- El nuevo gen se inserta en una bacteria común (E. Coli) que, como cualquier otra bacteria, lleva su material genético dispuesto de forma circular y no como en los cromosomas humanos.
- Se añade un gen que hace que la planta sea resistente a un gen común, y que más tarde servirá como una bandera para avisar de que planta ha incorporado el nuevo gen.
- Se transfieren los genes a otra bacteria que los transportará más tarde a la planta y que, aunque podría afectar a la planta, ha sido modificada para que sea inocua.
- Se hacen crecer trozos de la planta en un laboratorio y se mezclan con el Agrobacterium. La bacteria infecta a algunos de ellos y les transfiere su material genético.
Sólo uno de cada cinco trozos se infecta. Para saber cuál es se les hace crecer en un nutriente que contiene antibióticos. Sólo los que llevan el gen resistente al antibiótico sobreviven, el resto muere. Las que están sanas son las que contienen el gen de la mariposa.
Los nuevos genes se han colocado en la planta de forma aleatoria, por ello algunas crecerán bien y con sabor y otras no. Para saberlo se llevan al invernadero y se ve como crecen evaluando cuidadosamente la dureza, el sabor, el tamaño, etc..
Los Nobel miran al siglo XXI. Norman Borlaug, premio Nobel de la Paz en 1970, defiende en su artículo las nuevas tecnologías agroalimentarias como única forma de alimentar a un planeta que parece desbordarse de población en el próximo siglo. Las críticas de quienes denomina "extremistas en el movimiento ecologista", sólo conducen, en su opinión, a detener el proceso científico. NORMAN BORLAUG Hace casi 30 años, en mi discurso de aceptación del Premio Nobel de la Paz, dije que la revolución verde era una victoria temporal en la guerra del hombre contra el hambre, pero que, si se impusiera, habría suficiente alimento para la humanidad hasta finales de este siglo. Pero advertí de que, a menos que se frenara el terrible poder de la reproducción humana, el éxito de la revolución verde sería efímero. La ciencia agrícola, hasta ahora, ha podido satisfacer las demandas de producción de alimentos como estaba proyectado. Pero el monstruo de la población continúa desbocado. Tan sólo en los noventa, la población mundial ha crecido casi en mil millones de personas y aumentará otro tanto en la primera década del XXI. El reto del futuro es producir y distribuir equitativamente una dieta alimenticia adecuada para este planeta superpoblado. Creo que tenemos la tecnología agrícola para alimentar a estos 8.300 millones de habitantes del 2025. La pregunta de hoy es si se permitirá a los rancheros y agricultores utilizarla. Los ecologistas extremistas de las naciones ricas parecen hacer todo lo que pueden para detener el progreso científico. Pocos, pero vociferantes y altamente efectivos, predicen el caos y provocan temores, frenando la aplicación de la nueva tecnología, ya sea la transgénica, la biotecnología, o métodos más convencionales de ciencia agrícola. Véase la campaña en contra de los transgénicos, los llamados alimentos Frankenstein , por activistas británicos y de otros países europeos. Me alarman particularmente aquellos elitistas que buscan negar a los pequeños agricultores del Tercer Mundo, especialmente del África subsahariana, acceso a semillas convencionalmente mejoradas, fertilizantes y químicos para la protección de cultivos que han permitido a las naciones ricas el lujo de productos alimenticios abundantes y baratos que a su vez han acelerado su desarrollo económico. Por supuesto, debemos ser ambientalmente responsables. Siempre he suscrito lo que en los viejos tiempos se llamaba "manejo integrado de cultivos" y actualmente "sostenibilidad" -el uso de la tierra para el mejor bien para el mayor número de personas sobre el periodo más largo posible-. Pero el pensamiento de los extremistas de hoy es peligrosamente equivocado. Lo más preocupante, que se aprovechen de la "falta de conocimientos" sobre las complejidades de la biología del público en general de las sociedades pudientes -ahora, urbanas y sin relación con el campo-, que se hace mayor con los rápidos avances en la genética y en la biotecnología de las plantas. Sin duda, uno de los grandes retos del siglo XXI será la renovación y la ampliación de la educación científica para que siga el ritmo de la época. En ninguna parte es más importante que el conocimiento haga frente a los temores de la ignorancia que en la actividad básica de la humanidad -la producción de alimentos-. La innecesaria confrontación de los consumidores en contra del uso de tecnología para cultivos transgénicos, ahora tan ampliamente utilizada en Europa y crecientemente en Estados Unidos y Asia, podría haberse evitado con una sólida educación sobre la diversidad genética y la variación. El hecho es que no podemos dar marcha atrás al reloj de la agricultura y usar únicamente métodos que se desarrollaron para alimentar a un número mucho más pequeño de personas. Tardamos casi 10.000 años para ampliar la producción de alimentos al nivel actual de cerca de 5.000 millones de toneladas al año. Para el 2025 tendremos que duplicar casi esta cantidad, y no podrá hacerse a menos que los agricultores de todo el mundo tengan acceso a los continuos adelantos de la biotecnología. Organismos genéticamente modificados (GMO) y alimentos genéticamente modificados (GMF) son términos poco precisos que han contribuido enormemente al escándalo sobre el uso de cultivos transgénicos (cultivos hechos con semillas que contienen los genes de especies diferentes). Pero, mucho antes de que la humanidad comenzara a cultivar, ya lo hacía la madre naturaleza. Los tipos de trigo del que tanto dependemos para nuestro consumo son el resultado del cruce natural entre diferentes especies de pastos. El pan de hoy se hace con trigo compuesto de tres diferentes genomas vegetales, cada uno conteniendo un conjunto de siete cromosomas. Los tipos de trigo más primitivos se llaman diploides, y aún crecen de manera silvestre en su zona de origen del Cercano Oriente. Antes de que naciera la agricultura, el trigo diploide se cruzó con otro pasto silvestre para producir el primer trigo cultivable de importancia para el comercio, que conocemos como tetraploide. Este trigo se remonta a los sumerios del 3.500 antes de Cristo. Después, en algún momento -nadie sabe dónde-, los tetraploides se cruzaron con otro pasto silvestre para producir los trigos del pan que comemos hoy. Lo que probablemente ocurrió es que una helada acabó con el polen masculino, dejando vivo el receptáculo femenino. El estigma femenino se forzó a sí mismo al exterior de la planta en el extremo plumoso del tallo, adonde llegó el polen de otra planta. Así nació una nueva especie. Los alimentos genéticamente modificados por la propia naturaleza, lo que equivale que el 98% de las toneladas de trigo para pan que se producen hoy es "transgénico". Gracias al desarrollo de la ciencia en los dos últimos siglos tenemos ahora la visión de la genética vegetal y la capacidad reproductora para hacer a propósito lo mismo que hizo la madre naturaleza en el pasado por casualidad o por designio. La modificación genética de los cultivos no es una especie de brujería; como el cultivo mismo, pretende dominar las fuerzas de la naturaleza para beneficio de la alimentación de la raza humana. En el curso de las últimas siete décadas, los cruces convencionales de las plantas han producido un vasto número de variedades mejoradas e híbridos que han contribuido inmensamente a una mayor producción de granos, estabilidad de las cosechas e ingresos agrícolas. Pero no se ha producido un importante aumento en el máximo potencial de rendimiento genético del trigo y del arroz desde que las variedades enanas dieron inicio a la revolución verde de los sesenta y setenta. Para satisfacer las rápidamente crecientes necesidades alimenticias de la población debemos encontrar nuevas y apropiadas tecnologías que eleven el rendimiento de los cultivos cereales. Los recientes desarrollos en la biotecnología animal han producido somatotropina bovina (BST), que ahora se utiliza extensamente para aumentar la producción de leche. Actualmente, grandes áreas comerciales se plantan con variedades transgénicas e híbridos de algodón, maíz y patatas que contienen genes, que efectivamente controlan diversas pestes de insectos. Ha habido grandes avances en el desarrollo de plantas transgénicas de algodón, maíz, colza, soja, remolacha y trigo con tolerancia a diversos herbicidas. Esto puede llevar a una reducción en el uso de herbicidas. Obviamente, la reducción del daño a los cultivos por pestes y enfermedades aumenta el rendimiento. Finalmente, los experimentos preliminares han demostrado que los genes insertados de algunas especies pueden ayudar a los cultivos a soportar condiciones de sequía Tras la cumbre de Río de 1992, más de 400 científicos presentaron un manifiesto a los dirigentes del mundo. Este manifiesto ha sido firmado ya por miles de expertos. Permítanme citar el último párrafo: "Los más grandes males que acechan a nuestra tierra son la ignorancia y la opresión, y no la ciencia, la tecnología o la industria, cuyos instrumentos, cuando se manejan adecuadamente, son herramientas indispensables para salvar la sobrepoblación, el hambre y las enfermedades mundiales". Los científicos agrícolas tienen la obligación moral de advertir a nuestros líderes políticos, educativos y religiosos sobre la magnitud y seriedad de los problemas de las tierras cultivables, los alimentos y la población que habrá en el futuro. Ellos deben también reconocer el efecto indirecto de las enormes presiones que ejercen los humanos sobre los hábitats de muchas especies silvestres de flora y fauna, llevándolas hacia la extinción. Si no podemos hacerlo estaremos contribuyendo al caos de incalculables millones de muertes por hambre. El problema no va a desaparecer solo. © Los Angeles Times. |
El artículo de Norman Borlaug que el pasado domingo publicaba EL PAÍS sólo puede calificarse de total desfachatez o de desinformación interesada, además de estar repleto de falsedades. En él, aparte de hacer una encendida defensa del uso de plaguicidas y de cultivos transgénicos, acusaba a los "ecologistas extremistas" de impedir erradicar el hambre en el mundo. Borlaug ignora de forma consciente que los países más opuestos a los cultivos transgénicos son precisamente los países pobres, como los africanos. Recuérdese, por ejemplo, la propuesta contra ese tipo de cultivos presentada a la ONU por parte de todos los países de ese continente. El artículo de ese promotor de los transgénicos oculta también que donde mayores manifestaciones y reacciones entre agricultores se han producido ha sido en países como India o Bangladesh y que los países que más apuestan por el desarrollo de esta destructiva forma de agricultura son naciones como Estados Unidos o Canadá, actuando en defensa de los intereses de sus poderosas multinacionales agroquímicas. Un sencillo seguimiento de lo que han sido las negociaciones internacionales bajo los auspicios de Naciones Unidas, concretadas en el Protocolo de Bioseguridad, sería más que suficiente para comprobar qué países siguen las tesis del Borlaug y cuáles no. ¿Sería el señor Borlaug capaz de afirmar en la India, frente a las viudas de los agricultores que se han suicidado o a las mujeres de Karnataka que han destruido los campos de cultivos transgénicos que esas personas son simplemente un puñado de ecologistas ricos y radicales? Es igualmente sorprendente escuchar argumentos tan trasnochados como la defensa feroz de una supuesta revolución verde basada en el uso masivo de venenos agrícolas, cuando unas pocas páginas antes el mismo periódico daba la noticia de que en Perú han muerto 24 niños y otros más se encuentran graves por consumir alimentos tratados con los plaguicidas que tanto defiende Borlaug. Ésas son sólo las últimas víctimas. O lo eran la semana pasada. No se puede calificar más que de ignorancia interesada que a estas alturas alguien todavía crea, como pretende hacerlo Borlaug, que el problema del hambre es tecnológico. Se sabe perfectamente que en el mundo hay alimentos suficientes para alimentar a todos sus habitantes varias veces. Sólo con la producción actual de grano mundial sería suficiente para que cada ser humano de este planeta tuviese una dieta diaria de 3.500 calorías. Esto, sin tener en cuenta ni la ganadería, ni la pesca, ni la caza ni -tan siquiera- otros cultivos como verduras, hortalizas, legumbres, frutas, etcétera. Nada más tenemos que mirar a Europa, donde agricultores y ganaderos son multados por producir más de la cuenta y a los que se pagan enormes subvenciones para que abandonen los campos de cultivo. Muchos de los países más pobres del planeta exportan la mayoría de su producción. En la India, donde unos 200 millones de personas pasan hambre, sus exportaciones de trigo y arroz alcanzan los 300.000 millones de pesetas anuales. Ya en los años setenta, 34 de los países más pobres del mundo y con mayores problemas de hambre y desnutrición exportaban alimentos a EE UU. Además, casi el 80% de los niños con desnutrición están en países con excedentes agrícolas. La revolución agrícola de la que tan orgulloso se siente Norman Borlaug no ha servido para mitigar ninguno de los problemas que prometía solucionar. En menos de 50 años, las diferencias entre países ricos y pobres se han disparado; unas 35.000 personas mueren al día de hambre, 1.500 millones de personas tienen graves problemas de desnutrición y unos 3.000 millones de personas viven con unos ingresos de menos de 100.000 pesetas al año; las zonas cultivables están disminuyendo por la erosión y agotamiento producidos por la agricultura intensiva; la mayoría de los suelos, acuíferos y organismos vivos del planeta están contaminados por el abusivo uso de sustancias tóxicas (cada año hay 25 millones de personas afectadas y 220.000 muertes); los daños de las plagas casi se han duplicado y centenares de insectos y malas hierbas se han hecho resistentes a la mayoría de los productos fitosanitarios utilizados en agricultura. En algunos países del Sahel africano diversas cosechas han disminuido un 90% y sus importaciones y endeudamiento se incrementan cada año cerca de un 8% anual; 82 países, la mitad de ellos en África, ya no pueden producir ni importar el alimento necesario para su población. Es este panorama el que la nueva revolución agrícola de los transgénicos quiere exacerbar. Pero, además, Borlaug miente y falsea datos. Decir que los cultivos transgénicos reducen el uso de productos tóxicos e incrementan las cosechas es del todo inaceptable. Incluso el Gobierno estadounidense ha reconocido que los cultivos transgénicos ni producen más ni reducen el uso de plaguicidas. En sólo un año, a pesar de que el cultivo de transgénicos en EE UU se ha incrementado un 145%, la producción no ha aumentado y el uso de plaguicidas no sólo no ha descendido, sino que se ha aumentado en más de un 1%. Por ejemplo, la soja transgénica produce como media un 4% menos que la convencional y utiliza hasta el doble de herbicidas por hectárea. Los estudios están disponibles en las propias hojas oficiales del Departamento de Agricultura de Estados Unidos, o en los distintos estudios realizados por investigadores de las universidades de Maine, Misisipí, etcétera. Es normal que un tecno-fanático como Norman Borlaug, con la pérdida de tantas vidas humanas y desastres sobre su conciencia, intente echar balones fuera, pero le daría cierta dignidad salir de su palacio de cristal, echar un vistazo al mundo y empezar a hacer autocrítica en lugar de defender a las poderosas multinacionales agroquímicas. Si escuchara un poco se daría cuenta de que muchos de los países más pobres del mundo ya ni siquiera piden ayuda. Tan sólo, que les dejen en paz. |