Niños  de Kivalina. Debido al derretimiento del hielo y la erosión masiva, los  pobladores de la aldea aseguran que deberán buscar un nuevo hogar en  los próximos cinco a diez años. Foto: gentileza Matt Pawa
                                                                      La batalla legal de una aldea remota  podría tener a largo plazo más impacto en la lucha contra el cambio  climático que las negociaciones internacionales.
                                               
Kivalina se encuentra en la punta de una franja estrecha de tierra en Alaska.                         
Ésa es la opinión de algunos  abogados y científicos expertos en el clima, para los cuales el pequeño  pueblo de Kivalina podría hacer historia y llevar a una reducción en la  emisión de gases de efecto invernadero.
                       La aldea de cerca de 400 pobladores Innuit se  encuentra en la punta de una franja estrecha de tierras bajas en el  extremo noroeste de Alaska, en Estados Unidos.
                      Los habitantes de Kivalina reanudaron  recientemente su lucha judicial contra más de 20 de las mayores  compañías de petróleo y gas a nivel mundial, incluyendo ExxonMobil, BP y  Shell.
                      Los líderes de la comunidad aseguran que la  aldea, situada dentro del Círculo Ártico, solía ser protegida durante  gran parte del año por el hielo marino que aminoraba el impacto de las  violentas tormentas que golpean la costa del Mar Chukchi.
                                            "El aumento en la temperatura del aire y del  agua, la falta de hielo marino y el derretimiento de la capa helada  permanente sobre tierra, permafrost, llevaron a una erosion  masiva que está socavando la infraestrucutra de la aldea", dijo a la BBC  Heather Kendall Miller, abogada que representa a la comunidad.                      
                      Los pobladores están pidiendo indemnización por  los daños y perjuicios a su propiedad que, según aseguran, fueron  causados por la contribución de las empresas petroleras al calentamiento  global.
                      "Kivalina está siendo literalmente tragada por  el océano y la comunidad deberá reubicarse en otro sitio en los próximos  cinco a diez años", aseguró Kendal Miller.
Caso similar al de las tabacaleras
                                                                     
El caso ha sido comparado a la demanda exitosa contra las tabacaleras en la década de los 80.
                                                                       El caso se encuentra actualmente ante un  tribunal de segunda instancia de tres jueces en San Francisco, luego de  que Kivalina apelara una decisión previa que desestimó la demanda en  2009. El veredicto podría tardar varias semanas.
"Lo que suceda en el caso de Kivalina es  potencialmente más importante que las negociaciones internacionales  sobre cambio climático", asegura Christoph Schwarte, abogado de FIELD,  una ONG estadounidense.
"Si la comunidad resulta victoriosa, la  perspectiva de una avalancha de casos similares podría empujar a la  acción no sólo a las compañías de energía sino a las agencias  reguladoras del sector, que también podrían ser demandadas".                      
                                            Los abogados de las empresas ya presentaron sus  argumentos, asegurando que es muy difícil determinar con exactitud quién  es responsable en última instancia por las emisiones de gases de  invernadero. También señalan que Kivalina podría haber demandado a  fábricas de acero o incluso a cualquier persona que tenga un auto.
                      Sin embargo, los abogados de la aldea afirman  que simplemente deben probar que las compañías petroleras contribuyeron a  las emisiones globales, sin necesidad de establecer la trazabilidad de  cada molécula de gases de invernadero para determinar qué empresa causó  qué impacto en particular.
                      Los representantes legales de Kivalina aseguran  además que el caso tiene similitudes con la demanda exitosa de los  fumadores contra las tabacaleras en la década de 1980.
                      "El paralelo con el caso de las tabacaleras  reside en las acusaciones de conspiración, ya que las compañías  petroleras demandadas financiaron estudios de bases científicas dudosas,  destinados a convencer al público de que el cambio climático no es  real", dijo Kendall-Miller.
Causalidad
                                            Estudios científicos recientes sobre la  probabilidad del vínculo entre eventos climáticos extremos y el  calentamiento global podrían reforzar los argumentos de Kivalina, según  algunos abogados.
                                               
La demanda de los pobladores de Kivalina podría sentar precedente para muchos casos similiares.
                                                El profesor Myles Allen, de la Universidad de  Oxford en Inglaterra, y la Oficina Metereológica del Reino Unido, Met  Office, examinaron por ejemplo la ola de calor que azotó a Europa en  2003 y dejó miles de muertes por causas relacionadas con el aumento  intenso de temperatura.
                      El estudio concluyó que era muy probable que el  calentamiento global debido a la acción humana hubiera aumentado en más  del doble la probabilidad de las altas temperaturas registradas ese año.
                      Richard Lord, coeditor de un reciente libro  sobre responsabilidad legal y cambio climático, asegura que una  duplicación del riesgo puede tener implicaciones significativas desde el  punto de vista legal.
                      "Demandas como la de Kivalina enfrentan numerosos obstáculos ante la justicia", dijo Lord a la BBC.
                      "Uno de los principales es la necesidad de  demostrar que el cambio climático 'causó' un evento climático extremo,  cuando esos fenómenos siempre han ocurrido y la otra parte podría  argumentar que ese episodio en particular podría haberse dado de  cualquier forma".
                      "En algunos casos el requisito legal de  establecer el vínculo causa-efecto podría satisfacerse cuando se  demuestra que una cierta causa aumenta al doble, o más del doble, la  probabilidad de que un evento ocurra".
Demandas futuras
                                                                     
Shell, ExxonMobil y BP son algunas de las empresas demandadas por Kivalina.
                                                Eventualmente, otras comunidades o países  vulnerables como los estados isleños podrían presentar demandas contra  las grandes naciones emisoras como Estados Unidos.
                      Lord señala que es necesario distinguir entre  los casos contra empresas privadas y las demandas contra estados según  el Derecho Internacional Público.
                      También debe diferenciarse -según el experto  legal- entre la responsabilidad por eventos climáticos extremos y la  responsabilidad  por fenómenos graduales como el aumento progresivo en  el nivel del mar.
                                            "Pero en cualquiera de los casos, cuanto más  avance la ciencia sobre causalidad y cuanto más tiempo las compañías  sigan adelante con sus acciones, más difícil será para estas empresas  evitar ser responsabilizadas ante la justicia".
Por su parte, el profesor Allen está  convencido de que un mayor énfasis en la identificación e indemnización  de las víctimas del cambio climático alentará recortes en las emisiones  de gases de invernadero.                      
                      "Si toda la energía que se dedica a negociar un  acuerdo internacional sobre recortes de gases de invernadero se  destinara a asegurar que las víctimas sean indemnizadas, esto bien  podría resultar en avances más rápidos en la reducción de emisiones",  dijo Allen.
                                             En la cumbre de cambio climático que concluyó  este mes en Durban, Sudáfrica, se decidió negociar para 2015 un acuerdo  de recortes de emisiones que entraría en vigencia en 2020. Pero aún hay  muchos obstáculos en este camino.
                      La vía de las batallas legales también podría ser lenta y costosa, según Schwarte.
                      "Estamos apenas en el comienzo de este proceso y  probablemente llevará al menos otra década convencer a algunos jueces.  Los modelos sobre cambio climático son muy complejos, y la presentación  de evidencia por parte de expertos climáticos ante la justicia podría  ser muy costosa".
Fuente:
BBC Ciencia
 
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