Un juzgado holandés reconoció hoy la responsabilidad de la multinacional Shell por un vertido de petróleo registrado en Nigeria en 2005, pero la excluyó de culpa en las cuatro denuncias restantes, indicaron fuentes judiciales.
La petrolera, que por primera vez es llevada a los tribunales de Holanda por un caso de vertidos en el extranjero, tendrá que indemnizar al campesino afectado por el vertido con una cantidad aún por determinar.
La denuncia la interpusieron en 2008 varios activistas medioambientales de la organización 'Amigos de la Tierra',
en Holanda, donde tiene la sede Shell. Afirmaban que la filial en
Nigeria de la petrolera, Shell Petroleum Development Co, debía reparar
los daños producidos por varios vertidos que contaminaron las aguas del
delta del río Níger.
La justicia holandesa apoyó en un principio a la empresa, alegando que los vertidos se produjeron por sabotajes y no por falta de mantenimiento de las instalaciones, como afirmaban los campesinos nigerianos afectados. La Justicia nigeriana llegó a la misma conclusión.
Acusada de negligencia
Sin embargo, de los cinco vertidos que los ecologistas denunciaron,
ocurridos entre 2004 y 2007, el de 2005 sí tendrá consecuencias penales
para la Royal Dutch Shell. El Juzgado del Distrito donde se interpuso la
demanda ha acusado a la empresa de negligencia. Afirma
que la petrolera, una de las 4 más grandes del mundo, podía y debía
haber sido capaz de prevenir fácilmente el sabotaje producido.
La organización 'Amigos de la Tierra' ha confirmado su interés en
solicitar una apelación. Afirman que los campesinos afectados son
incapaces de alimentar a sus familias por culpa de la contaminación de
las aguas, que ha acabado con los peces que les servían de sustento.
Royal Dutch Shell afirma haber colaborado en las tareas de limpieza del delta, una región que produce más del 50 % de las exportaciones de petróleo de su filial nigeriana.
En el delta del río Níger viven alrededor de 31 millones de habitantes. Las poblaciones de la región son rurales y sobreviven gracias a la fuente de alimento que les proporciona el delta.
Un
grupo de estudiantes de Nigeria desarrollaron un generador de energía
que funciona nada más y nada menos que con orina. Las participantes de
la feria de innovación Maker Faire África 2012, aseguran que el
generador transforma la orina en hidrógeno utilizando la electrólisis de
la urea.
El hidrógeno extraído es filtrado con agua y utilizado para prender
el generador y crear electricidad. Por ahora, el generador es un
prototipo; presenta distintas fallas en el proceso y es necesario
conectarlo a una fuente de energía para poder comenzar el proceso de
electrólisis de la urea. Sin embargo, esta no es una limitante para
pensar en el futuro de la energía a base de deshechos humanos
La innovadora solución al problema energético que plantean las cuatro
adolescentes, ha llamado la atención de distintos científicos.
Lastimosamente faltan bastante trabajo e investigaciones para poder
desarrollar un prototipo de generador viable a largo plazo. Lo que si es
indiscutible, es que este grupo de estudiantes le demostraron al mundo
que la imaginación se encuentra en todos lados, sólo hay intentarlo y
perseverar.
Idea innovadora
Con apenas 14 años, las estudiantes nigerianas Duro-Aina Adebola,
Akindele Abiola y Faleke Oluwatoyin, junto con su compañera de 15, Bello
Eniola, lograron desarrollar una máquina que puede convertir un litro
de orina en 6 horas de electricidad, informó el sitio The Next Web.
Lo que ocurre es que la máquina separa los componentes de la urea en
nitrógeno, agua e hidrógeno y envía este último elemento a un filtro
donde el agua lo purifica.
Después, el mecanismo empuja la sustancia a un cilindro de gas y
continúa el proceso de purificación del gas hasta obtener un combustible
capaz de mantener el suministro de energía durante 6 horas con sólo un
litro de orina.
El proyecto de las chicas fue presentado en la Feria Maker Faire Africa,
donde cada año se reúnen cientos de adolescentes para presentar sus
ideas revolucionarias para solucionar problemas cotidianos, como lo es
la falta de energía Fuente: 0800Flor
El mismo día que Diario UNO publicó que el 40% de los estudiantes de la secundaria y el 30% de los primarios tienen muy bajo rendimiento en matemáticas me topé con una entrevista reveladora que había publicado la revista dominical del diario español El País.
En ese artículo, el escritor nigeriano Wole Soyinka, premio Nobel de Literatura de 1986, contaba cómo las matemáticas le habían salvado la vida.
La tabla
A fines de la década del '60 la dictadura que dejó la guerra civil nigeriana metió preso a Soyinka durante 27 meses.
Los sátrapas decidieron que el escritor no sólo debía estar privado de su libertad, sino que además había que prohibirle leer y escribir.
Más o menos como cuando los pinochetistas decidieron que al músico Víctor Jara había que destrozarle las manos para que no volviera a acariciar una guitarra.
Soyinka cuenta que se propuso que esa doble crueldad de negarle la lectura y la escritura no lo iba a doblegar. Y buscando una tabla de salvación para no enloquecer encontró un rayo de luz en las matemáticas.
¿Números?... Paso
Soyinka siempre había despreciado esa materia. Pero cuando en la cárcel empezó a hacer ejercicios matemáticos con su mente entendió que ahí podía haber algo fascinante.
Con pasión el Nobel le relata al periodista cómo, por ejemplo, halló efectos estéticos sorprendentes en las ecuaciones o en la exposición de fórmulas matemáticas. Y cómo logró soportar el encierro en compañía de los números.
El hombre que se enfrentó contra el gigante farmaceútico Pfizer
Pfizer, la mayor compañía farmacéutica del mundo, está "lamiéndose sus heridas" después de que acordó pagar una multa sin precedentes de US$2.300 millones de dólares por prácticas comerciales deshonestas en la venta de sus medicinas. La lectura de la sentencia:
Gracias a John Kopchinsky, ex vendedor de Pfizer, se pudo descubrir la verdad sobre las malas prácticas comerciales de Pfizer que ponían en riesgo la salud de vidas humanas.
Ya en 2004 Pfizer había sido hallado culpable de un cargo criminal por haber realizado tácticas inapropiadas de venta del medicamento para la apoplejía Neurontin. Este producto, apesar del escándalo se sigue comercializando.
Y en 1996 había una epidemia de meningitis en la región nigeriana de Kano. Pfizer hizo entonces un ensayo experimental en más de 200 niños con un antibiótico llamado Trovan que en Estados Unidos está permitido en adultos, pero no en menores. Once de los niños murieron y otros muchos sufrieron secuelas muy graves. El gobierno enjuició a Pfizer. Las familias obtuvieron 55 millones de dólares.
En conclusión: Pfizer es un ejemplo de como trabajan las grandes corporaciones sin escrúpulos.
La empresa pagará una multa récord de US$2.300 millones.
El caso contra la empresa, por promover fármacos para usos no aprobados por las autoridades, se produjo como resultado del acto de un informante interno que reveló a las autoridades las actividades anormales de Pfizer.
John Kopchinsky era representante de ventas de Pfizer. Tal como le dijo a la BBC, denunció a la empresa porque "un día decidió simplemente que no podía seguir viviendo con sus remordimientos de conciencia".
"Eramos 3.000 representantes de ventas a quienes se nos instruyó promover un fármaco llamado Bextra" explica John Kopchinski.
"Y lo que los gerentes de ventas de Pfizer querían que hiciéramos era descaradamente ilegal".
"Por ejemplo, la medicina (un antiinflamatorio) había sido aprobada para venderse en tabletas de 10 miligramos como tratamiento de artritis reumatoidea y osteoartritis. Sin embargo, se nos instruyó promoverla para tratar dolor severo y también promover entre los médicos la venta de dosis más altas".
"Así que algunos médicos estaban utilizando dosis de 20, 40, 60 y hasta 80 miligramos. Y 80 mg. es ocho veces más que la dosis inicialmente aprobada por la Administración de Drogas y Alimentos (FDA)", dice Kopchinski.
"Y en esta dosis en particular se está sometiendo al paciente a toda una gama de efectos secundarios y a otros factores que no han sido estudiados científicamente. Es decir, literalmente no teníamos idea de lo que podría pasarle al paciente".
En efecto, tal como lo establecen los demandantes, Pfizer "promocionó Bextra para varios usos y dosis que la FDA había rehusado validar debido a las dudas sobre sus riesgos".
Eventualmente el fármaco fue retirado del mercado en 2005 por preocupaciones sobre su seguridad y sus efectos secundarios, particularmente temores de que podía causar infartos y derrames cerebrales.
Pero la empresa no sólo estaba promoviendo ilegalmente al Bextra.
El acuerdo civil establece que la farmacéutica pagó sobornos a profesionales médicos para que recetaran, además del Bextra, otros tres medicamentos: Geodon, un tratamiento para la esquizofrenia, Zvyox, un antibiótico y Lyrica, un analgésico.
El trabajo de John Kopchinski y de los otros representantes de ventas de Pfizer consistía en visitar a médicos, dentistas y otros profesionales de la salud, en particular aquéllos vinculados con el tratamiento del dolor y promover al Bextra.
"Se nos instruyó visitar las clínicas de dentistas y promover el uso del fármaco para tratar el dolor después de una extracción de dientes -dice Kopchinski- a pesar de que no hubo estudios llevados a cabo en ese entorno particular".
"También se nos ordenó promoverlo con ortopedistas para que usaran el fármaco pre y postoperatorio, a pesar de que tampoco se estudió esa área".
"Y pensé: si yo fuera sometido a una cirugía no me gustaría que me administraran un fármaco que no ha sido estudiado para este síntoma particular".
"Y hubo otros ejemplos similares de instrucciones que se nos dieron para usar tácticas falsas para vender el fármaco", agrega.
Kopchinski afirma que no se trataba simplemente de "sugerencias" de venta de la empresa. Eran -dice- instrucciones claras sobre la forma como debía promocionarse y venderse el medicamento.
"Se nos pagaba US$50 por cada protocolo quirúrgico (plan detallado de la actuación médica durante una cirugía) que lográbamos obtener" dice el exrepresentante de ventas.
"Había representantes que obtenían 10 o 20 protocolos".
"Yo realmente estaba muy intranquilo haciendo este trabajo y cuando el gerente de distrito nos preguntaba cuántos protocolos habíamos obtenido y yo decía que ninguno, de inmediato se me etiquetó como alguien que no formaba parte del equipo".
"También tenían otros calificativos para los que no seguíamos las instrucciones de la gerencia: éramos malos comunicadores, no sabíamos participar en equipo y no estábamos promoviendo la marca de la empresa como se deseaba que lo hiciéramos", explica Kopchinski.
Nadando contra corriente
Se promovía el uso de medicinas para síntomas que no habían sido estudiados.
Cada médico o especialista recibía la visita de tres representantes de ventas, así que -como dice el exempleado- tratar de hacer lo correcto "era como estar nadando contra corriente".
"Durante mi visita podía hacerle ver al médico las regulaciones de la FDA y subrayar su uso aprobado de 10 mg. pero dos días después iba a llegar otro representante y promover el uso de 20 u 80 mg. así era muy difícil hacer lo correcto cuando todos a tu alrededor -vendedores, gerentes, directores- estaban promoviendo el uso no autorizado del fármaco".
Eventualmente John Kopchinksi -veterano de la guerra del Golfo- decidió enfrentarse al gigante corporativo y denunciar esas prácticas ilegales.
"En el ejército se esperaba de mí que protegiera a la gente a como diera lugar. En Pfizer se esperaba de mí que aumentara las ganancias de la compañía a como diera lugar, incluso cuando las ventas estaban poniendo vidas en peligro. Y no pude hacerlo".
Como lo establecen las leyes de Estados Unidos, Kopchinski recibirá ahora US$50 millones por ayudar a exponer las prácticas deshonestas de una corporación.
Pfizer, por su parte, declaró que lamenta sus pasadas acciones y que aprenderá de ellas.
Pfizer dice que el gobierno nigeriano sabía de las pruebas.
El gobierno nigeriano presentó cargos ante la Corte Suprema Federal de su país contra la compañía farmacéutica Pfizer, acusándola de realizar pruebas ilegales de un fármaco contra la meningitis afectando la salud de cientos de niños.
Nigeria quiere una compensación de US$7.000 millones para las familias de los 200 niños que murieron y para los que sufrieron malformaciones físicas y mentales tras recibir el medicamento Trovan.
Hace dos años, las autoridades del estado de Kano, donde se llevaron a cabo las pruebas, también iniciaron un proceso judicial contra Pfizer exigiendo una compensación de US$5.400 millones.
La compañía estadounidense niega haber hecho algo incorrecto, aludiendo que las pruebas se condujeron de acuerdo con las leyes locales e internacionales.
Pfizer, la compañía farmacéutica más grande del mundo, hizo ensayos con el antibiótico experimental Trovan durante una epidemia de meningitis en 1996, que afectó a miles de personas en Kano.
Estas acusaciones... son altamente incendiarias y no se sostienen en hechos
Bryant Haskins, portavoz de Pfizer
Nigeria afirma que las muertes y las malformaciones fueron causadas por el uso indebido del medicamento y que los niños fueron inyectados sin la aprobación de las autoridades reguladoras locales.
El portavoz de Pfizer en Nueva York, Bryant Haskins, reiteró que las pruebas de Trovan fueron conducidas de una manera responsable y con el pleno conocimiento del gobierno nigeriano.
"Estas acusaciones contra Pfizer, que no son nuevas, son altamente incendiarias y no se sostienen en hechos", dijo Haskins a la agencia de noticias Reuters.
También aseguró que las pruebas ayudaron a salvar vidas.
En Estados Unidos se aprobó el uso de Trovan para adultos, aunque está prohibido para niños.
Sospecha
Esta es la primera vez que el gobierno federal de Nigeria eleva cargos contra Pfizer, aunque algunas familias ya habían tomado acciones legales con anterioridad.
El caso afectó al programa de vacunación contra la polio de la Organización Mundial de la Salud.
La compañía farmacéutica dijo que al momento de hacer las pruebas obtuvieron el "consentimiento verbal" por parte de los padres de los niños involucrados, y que los ensayos se llevaron a cabo tomando en cuenta los "puntos de vista científicos, médicos, reguladores y éticos".
Este lunes los jueces aplazaron el juicio por un mes a petición de la defensa ya que los documentos presentados por los acusadores no habían llegado a sus clientes.
Según el corresponsal de la BBC en Nigeria, Alex Last, el caso alimentó las sospechas que existen por parte de la población en contra de la medicina occidental.
Este rechazo afectó al programa de inmunización de la Organización Mundial de la Salud en contra de la polio.
Kano fue uno de los estados nigerianos que rechazaron el programa de vacunación, desencadenando una reactivación de la polio en la región y los países vecinos.