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7 de julio de 2014

Nos encanta la comida que cruje

Nunca entendí la costumbre norteamericana de comer galletas blandas, sin ese típico “crac” que antecede a la liberación de fragmentos de galletas de todos los tamaños por la boca. En todo caso, constituye una excepción gastronómica, porque a la mayoría de nosotros nos chifla la comida que cruje, que hace crac

Lo crujiente resulta seductor para nuestro paladar porque denota frescura (como el de una zanahoria), y lo rancio, lo que está podrido o pasado, puede ponernos enfermos. Hemos evolucionado para decantarnos por las comidas duras y crujientes. Hasta cierto punto, comemos con nuestros oídos, por eso, por ejemplo, los fabricantes de chips cuidan tanto el ruido de sus patatas al quebrarse bajo nuestra mandíbula. 

Según Van Vliet, un experto en el tema, a los seres humanos les gustan los alimentos que, al crujir, alcanzan alrededor de 90 o 100 decibelios. Si la gente come patatas pero se enmascara el ruido de la masticación en las frecuencias más altas, entonces ya no se percibe frescura, y se considera que las patatas están rancias. 

Tal y como explica Mary Roach en su libro Glup:

La dureza y lo crujiente, en resumen, nos dice que la comida es “saludable”. Los imperios de comida de aperitivos han sabido sacar partido de este hecho, produciendo alimentos frescos y crujientes que nos resultan atractivos pero no son tan beneficiosos en términos de salud y supervivencia (…) Es una maravilla: una física sofisticada al servicio de la comida basura.
Fuente:

Xakata Ciencia

14 de abril de 2014

Cinco cosas que quizás no sabe sobre la cera de los oídos

La cera de los oídos contiene aceites, pero está constituida en gran parte por queratinocitos, células epiteliales muertas además de otras sustancias

La cera o cerilla de los oídos es uno de esos productos corporales que pocos quieren discutir en público. En el pasado, esta sustancia llegó incluso a ser usada como bálsamo para labios y cataplasma para heridas.

Pero la cera de los oídos tiene otras muchas cualidades. Algunos estudios recientes señalan que funciona como un indicador de la acumulación de sustancias tóxicas en el organismo e incluso podría ayudar a diagnosticar ciertas enfermedades.


1. Cómo sale

Las células del canal auditivo son únicas porque pueden migrar.

Las células dentro del canal auditivo son únicas en el organismo, ya que pueden migrar. “Si colocáramos una gota de tinta junto al tímpano veríamos que poco a poco se desplaza hacia afuera en cuestión de semanas por el movimiento de estas células”, explicó Shakeel Saeed, médico del Royal National Throat, Nose and Ear Hospital de Londres, un centro especializado en otorrinolaringología.

Si ese movimiento no tuviera lugar el canal auditivo se taparía con células muertas producto del proceso natural de renovación celular.

Este fenómeno impulsa hacia el exterior a la cera y se cree que el movimiento de la mandíbula al hablar o comer ayuda en ese proceso. La cera es producida por glándulas especiales en la piel del canal auditivo. El nombre técnico para esta materia cerosa es cerumen.

Saeed señala que la cerilla puede ponerse más oscura con la edad. Los hombres, por otra parte, pueden tener más pelos en la oreja cuando envejecen y esto puede dificultar la salida natural de la cera.

2. Tiene propiedades antimicrobianas

La cera de los oídos contiene aceites, pero está constituida en gran parte por queratinocitos, células epiteliales muertas además de otras sustancias.

Entre 1.000 y 2.000 glándulas producen péptidos antimicrobianos (un tipo de moléculas), mientras que las glándulas sebáceas cercanas a los pelos aportan a la mezcla alcoholes, una sustancia oleosa llamada escualeno, colesterol y triglicéridos.

La producción de cera no varía mucho entre hombres y mujeres. Tampoco entre jóvenes o viejos. Pero un nuevo estudio indicó que el contenido de triglicéridos sí que baja en el hemisferio norte de noviembre a julio.
La cera también contiene lisozima, una enzima con propiedades antibacterianas. Otros investigadores no están de acuerdo y aseguran que la cera es un medio perfecto para la proliferación de bacterias.

 

3. De dónde venimos importa

Utilizar un hisopo o bastoncillo de los oídos para obtener cerilla es más barato que un análisis de ADN.

Las personas de origen asiático producen un tipo diferente de cerumen, de acuerdo a científicos del Instituto Monell en Philadelphia. Un pequeño cambio en el gen ABCC11 es responsable de una cera más seca y de olores menos intensos en las axilas de individuos de China, Japón y Corea.

El estudio del Instituto Monell midió la concentración de 12 compuestos orgánicos volátiles en la cerillas de individuos caucásicos y asiáticos.

En 11 de los 12 compuestos la cera de las personas blancas tenía más sustancias productoras de olores.

Kate Prigge, investigadora de Monell, explicó que los científicos analizan el olor de la cera, como un primer paso para determinar si ese aroma podría servir para detectar enfermedades.

El instituto estudia una enfermedad de causas genéticas llamada enfermedad de la orina de jarabe de arce, que puede ser diagnosticada fácilmente a través del aroma de los compuestos de la cera. Utilizar un hisopo (copito de algodón, bastoncillo de los oídos) para obtener una muestra de cerilla es mucho más barato que realizar un análisis de ADN.

El doctor Prigge reconoce que su trabajo genera reacciones de sorpresa. “Si le cuento a alguien que me dedico a estudiar los olores corporales generalmente se ríe. Pero cuando explicamos cuánta información puede obtenerse a partir de esos aromas la gente entiende por qué me dedico a esto”.

4. Mejor un vacío que una jeringa

La producción de cera no varía mucho entre hombres y mujeres.

Carrie Roberts tiene poco más de 40 años y desde hace tiempo tiene un problema de cera excesiva en sus oídos. Ya su médico retiró la cerilla en múltiples ocasiones con una jeringa. Cuando intentó usar un remedio casero de aceites tibios acabó con los oídos tapados.

Roberts decidió pagar por un tratamiento de micro-succión, en el que el canal auditivo es limpiado por una especie de mini-aspiradora.

Saeed prefiere utilizar en su hospital este método al de la jeringa. “Con la jeringa uno va a tientas y ciegas, sin visión directa. Si uno usa agua hay que hacer que el agua pase más allá de la cera para que pueda expulsarla al salir”.

“Si el agua no tiene por donde pasar no hay que forzarla. No es común que se dañe el oído durante este procedimiento pero puede suceder”.

En la micro-succión, en cambio, el especialista mira el canal auditivo a través de un microscopio.

Carrie dice que tratamiento no le causó ningún dolor y fue muy rápido.

“Se siente un poco como esos tubos de succión que le ponen a uno en la boca cuando va al dentista, solo que en esta ocasión se trata del oído. Para mí es mucho mejor que la jeringa ya que fue más rápido, no me sentí mareada y no tuve usar aceites durante una semana luego del tratamiento”.

5. Puede ser un indicador de la contaminación

Existen algunas enfermedades del metabolismo que afectan a la cerilla.

La cera de los oídos, como otras secreciones, puede tener trazas de ciertas toxinas en el cuerpo, por ejemplo, de metales pesados.

Existen también algunas enfermedades del metabolismo que afectan a la cerilla.

Uno de los hallazgos científicos más notables relacionados con esta secreción fue un tapón de cera de 24 cm en una ballena azul.

A diferencia de los seres humanos, que expulsan su cera y sus células epiteliales muertas, estas ballenas la retienen. Así, se registra la historia del animal al igual que los anillos en el tronco de un árbol revelan la variación de épocas de lluvia o sequía a lo largo de su historia.

La cera de la ballena fue analizada por Sascha Usenko, un científico de la Universidad Baylor en Waco, Texas. Usenko y sus colegas determinaron en base a la cera del cetáceo que en sus 12 años de vida había entrado en contacto con 16 tipos diferentes de contaminantes como pesticidas.

La mayor exposición a sustancias tóxicas fue en el primer año de vida, lo que sugiere que esas sustancias fueron transferidas a la ballena durante el embarazo o a través de la leche de su madre.

Cuando el animal llegó a la madurez sexual, la cera muestra altos niveles de cortisona, la hormona del estrés, resultado probablemente de la competencia con otros machos por aparearse.

Fuente:

El Correo del Orinoco

13 de abril de 2014

El olfato humano podría distinguir cerca de un billón de olores

Hasta el momento los científicos sostenían que solo podía diferenciar 10.000 aromas.

Investigadores del Laboratorio de Neurogenética de la Universidad de Rockefeller, de Nueva York, publicaron un trabajo en la revista “Science”, en donde sostienen que el olfato del ser humano puede distinguir al menos un billón de diferentes olores, dejando a la luz una nueva maravilla del cerebro humano.

Para dar con este resultado, estos científicos reunieron a 26 personas a un experimento en donde los sometieron a diversas combinaciones complejas de 128 moléculas odorantes, la mayoría de ellas eran muy desagradables y extrañas.

A los participantes se les solicitó encontrar, en estas combinaciones, 264 comparaciones con olores conocidos. Esto permitió determinar que un ser humano es capaz de distinguir cerca de un billón de olores.

Según los científicos, el ser humano habría utilizado su olfato con mayor frecuencia en el pasado; sin embargo, el uso de refrigerantes y el higiene personal habrían dificultado el desarrollo de este.
 Fuente:

25 de febrero de 2014

Uso excesivo de tablets y smartphones causa miopía en niños

Especialistas señalan que el tiempo de exposición a los aparatos electrónicos es de media hora, con pausas de 15 minutos para relajar la vista.


Los casos de miopía, astigmatismo y otros problemas oculares afectan incluso a niños de 3 años, debido al uso excesivo de aparatos tecnológicos como tablets o smartphones, advirtieron especialistas del Ministerio de Salud (Minsa).

Harvy Honorio, coordinador de la Estrategia Sanitaria Nacional de Salud Ocular y Prevención de la Ceguera del Minsa, señaló que si bien estos males visuales son genéticos, la exposición por tiempo prolongado a la iluminación de los aparatos electrónicos aumenta la posibilidad de padecerlos con más intensidad.

“La miopía, el astigmatismo y otros errores refractarios se presentan en niños entre los 6 y 11 años. Sin embargo, ahora, con el daño que producen los gadgets tecnológicos, vemos a menores de 3 años diagnosticados con estos problemas, lo que hace un par de años era muy raro”, explicó el galeno a la agencia Andina.

Harvy Honorio detalló que los primeros problemas a la visión que se presentan por el uso de las tablets, laptops y similares son sequedad y ardor en los ojos, lagrimeo persistente y dolores de cabeza.
“Cuando estas situaciones son constantes y tenemos a menores de edad que ya usan lentes, sus medidas y por consiguiente el grosor de las lunas de sus gafas pueden duplicarse en pocos meses”, indicó.
El especialista indicó que en casos extremos, que involucran otros factores como el sedentarismo, el sobrepeso o la diabetes, se deriva en una discapacidad visual que no puede ser corregida con facilidad, e incluso en casos de ceguera.

Recomendaciones

Para Harvy Honorio, el tiempo máximo de exposición de los menores de edad a este tipo de dispositivos electrónicos debe ser de media hora, con pausas de 15 minutos para relajar la vista.

“Cada 15 minutos los niños, y las personas en general, deben parpadear y ‘jugar con sus ojos’, mirando hacia varias direcciones, ya que esto sirve para lubricar y relajar la mirada”, explicó.

Por otro lado, precisó que los pequeños deben someterse a pruebas de detección para este tipo de males por lo menos una vez al año, sobre todo antes de comenzar la época escolar.

“Muchos padres ignoran que el motivo de las bajas calificaciones de sus hijos no es la falta de interés, sino lo complicado que se les hace ver la pizarra desde cierta distancia”, afirmó.

Informó que hay 50,000 escolares en todo el país, entre los 6 y 11 años, que requieren del uso permanente de lentes. La situación empeora, según el especialista, debido a que muchos menores evitan usar anteojos para no ser víctimas del bullying.

“Recomendamos a los padres y profesores buscar asesoramiento psicológico para poder hacer saber a sus hijos que el uso de lentes es una acción necesaria a fin de evitar problemas mayores en el futuro. Y de paso saber cómo tratar los casos de burla en las escuelas, ya que el objetivo debe ser atender tanto a la víctima como al que genera los conflictos”, finalizó.

Estas indicaciones fueron hechas en el marco de la campaña de detección de problemas oculares en centros educativos, que realiza el Ministerio de Salud en la etapa previa al inicio de la temporada de clases.
Durante la jornada se efectuaron pruebas para descartar posibles males en alumnos que llevan cursos de verano en el colegio Roque Sáenz Peña, en el distrito de San Miguel, donde fueron evaluados más de 20 niños.
 
Fuente:
 

14 de noviembre de 2013

Estos son los 5 peores sonidos del mundo

Partiendo de la forma del cerebro y las reacciones del cuerpo, científicos encontraron que las uñas en una pizarra es el quinto peor sonido en la existencia, según un estudio publicado en el Journal of Neuroscience.

Si bien el típico pizarrón de madera con pintura negra o verde ya no es común en estos días, existen otros sonidos que resaltan por su terrible peculiaridad, como el roce de un cuchillo en una botella de vidrio.

Siguiendo esta tónica, existen otros sonidos de estructura similar, como el de un tenedor tallando  un plato o alguna superficie de similar composición; el gis en una pizarra se colocó en la tercera posición; en la cuarta, una regla en una botella, y en la quinta, como anteriormente se mencionó, el desgarrador roce de uñas en una pizarra.

Los sonidos anteriores tienen un común denominador: sus ondas sonoras oscilan entre los 2 mil y 5 mil Hz, rango en el que también están incluidos los gritos humanos.

Como bien señala el Dr.Sukhbinder Kumar, ese rango es en el que nuestros oídos son más sensibles, por lo que los resultados no fueron sorprendentes.

En el estudio, Kumar y su colega Tim Griffiths reunieron a un grupo de voluntarios en el Centro de Neuroimagen de la Universidad College, Londres. Ahí, los participantes fueron sometidos a una serie de sonidos poco agradables mientras su cerebro era monitoreado a través de resonancias magnéticas. Los resultados mostraron que cuando peor era el sonido, el cerebro tuvo respuesta en la corteza auditiva, justo en la amígdala, área que regula las reacciones negativas –y el instinto de fuga o lucha, cargado de adrenalina.
De los 74 sonidos que fueron estudiados, el que resultó más agradable para los participantes fue el murmullo del agua.

A continuación se muestran los 5 sonidos que resultaron ser los más molestos para el oído humano, en lo que es una celebración del horror aural.

Descubra los cinco sonnidos en Pijama Surf

15 de octubre de 2013

¿Por qué te gusta el sabor picante?

Que te guste o no la comida picante depende en gran medida de tu personalidad, según se deduce de un trabajo de la Universidad de Pensylvania dado a conocer en la última reunión anual del Instituto de Tecnólogos de los Alimentos (IFT por sus siglas en inglés) de Estados Unidos.

En concreto, los investigadores detectaron que los individuos cuya personalidad mostraba un claro gusto por la novedad y las emociones fuertes, así como cierta predisposición a correr riesgos, eran también los más aficionados al sabor picante de la capsaicina, el componente picante del chile (o del ají), sobre todo en grandes dosis. Sin embargo, los individuos con una personalidad más tranquila rechazaban la comida cuando aumentaba el contenido de este tipo de picante, soportando solo pequeñas dosis antes de sentir una intensa y desagradable sensación de ardor en la boca.

Fuente:

Muy Interesante

13 de octubre de 2013

¿Es cierto que las zanahorias ayudan a ver en la oscuridad?

Zanahoria rara

Sí y no. Las zanahorias contienen vitamina A, o retinol, y eso es lo que el cuerpo requiere para sintetizar rodopsina, que es el pigmento de los ojos que opera en condiciones de baja luz.

Si uno tiene una deficiencia de vitamina A, desarrolla nictalopía o ceguera nocturna.

Comer zanahorias corregiría eso y mejoraría la visión nocturna, pero sólo hasta el mismo punto que el de una persona sana: no es que permitiría ver en la oscuridad completa.

La idea de que podría hacerlo se debe a un mito que empezó en el Ministerio del Aire de Reino Unido en la Segunda Guerra Mundial.

Para evitar que los alemanes supieran que Reino Unido estaba usando radares para interceptar bombarderos durante los ataques nocturnos, se distribuyeron informes de prensa que aseguraban que los pilotos británicos estaban comiendo muchas zanahorias para tener una visión nocturna excepcional.

Tanto el público como los altos comandos alemanes se lo creyeron y nació una leyenda urbana.

Fuente:

BBC Ciencia

30 de septiembre de 2013

¿Cuáles son los 10 olores básicos que reconoce el olfato?


Nariz

Según el estudio, hay solo dos categorías de olores nauseabundos: podrido y acre.

Diez categorías agrupan los miles de aromas que podemos percibir con el olfato.

Eso al menos es lo que afirman los científicos estadounidenses responsables de un estudio científico publicado en la revista especializada PLOS One.
Jason Castro, de la Universidad de Bates, y Chakra Chennubhotla, de la Universidad de Pittsburgh, utilizaron una técnica computarizada para desgranar olores hasta su esencia más básica.

Y para ello realizaron un análisis estadísitico y matemático de una base de datos de descripciones olfativas.

Tras analizar 144 olores, llegaron a la conclusión de que las percepciones olfativas pueden clasificarse en diez categorías mínimas:
  • Fragante o floral
  • Leñoso o resinoso
  • Frutal (no cítrico)
  • Químico
  • Mentolado o refrescante
  • Dulce
  • Quemado o ahumado (como las palomitas de maíz)
  • Cítrico
  • Podrido
  • Acre o rancio

Una mezcla compleja

"Tenemos estas 10 categorías porque reflejan características importantes sobre lo que hay en el mundo: peligro, alimento, etc.", explica Castro.
"Tenemos estas 10 categorías porque reflejan características importantes sobre lo que hay en el mundo: peligro, alimento, etc."

Jason Castro, investigador de la Universidad de Bates, Estados Unidos

"Si conoces estas categorías, puedes comenzar a pensar en construir olores".

"No hemos resuelto el problema que supone predecir un olor en base a su estructura química, pero esperamos lograrlo", agrega el investigador.

Según Castro, sería interesante comenzar a probar la teoría con aromas más complejos, como perfumes y otros olores cotidianos.

En realidad, dice, es probable que cualquier olor natural sea una mezcla compleja, una combinación de las 10 diferentes categorías.

"En los años 50 un científico llamado John Amoore propuso una teoría que incluía siete categorías olfativas basadas en el tamaño y la forma molecular", cuenta el experto Tim Jacob, de la Universidad de Cardiff, en conversación con la BBC.

La teoría fue finalmente fue retirada "ante el regocijo de su rival R.W. Moncrieff, quien dijo que 'no tenía mucha evidencia sólida para sostenerla', por una serie de dificultades que se presentaron en el camino, pero estimuló muchas reflexiones útiles", según explicó el científico.

"Estoy seguro", dice Jacob, "que el estudio de Castro propiciará muchas ideas útiles".

Fuente:

BBC Ciencia

11 de septiembre de 2013

Los ojos azules, ¿son realmente más atractivos?

Sólo algunas personas piensan que son más atractivos.

En un experimento que manipuló el color de los ojos de personas, las mujeres participantes encontraron igualmente atractivos a los hombres con ojos marrones que a los que tenían ojos azules.

Mujer con hombres azules y otra con ojos marrones

Los participantes varones con ojos marrones consideraron que las mujeres con ojos marrones y con ojos azules eran igualmente atractivas.

Sólo los hombres con ojos azules prefirieron a las mujeres con ojos azules.

Podría sonar raro, pero la razón podría ser meramente evolutiva.

Las mujeres tienen absoluta certeza de que su hijo es su hijo, pero los hombres no y necesitan sentirse seguros de que no están criando al hijo de otro hombre.

Los ojos azules se comportan como un rasgo recesivo, es decir que para tener ojos azules una persona necesita haber heredado dos copias de genes de sus padres.

Si un hombre con ojos azules tiene hijos con una mujer con ojos azules y uno de los niños tiene ojos marrones, sabrá que el niño no es suyo.

Una preferencia por las mujeres con ojos azules podría haberse desarrollado por esta razón.

Otra teoría establece que el tamaño de las pupilas es más evidente en personas con ojos azules, lo cual facilita la posibilidad de "leer" sus emociones y determinar si se sienten o no atraídas a nosotros.

Fuente:

BBC Ciencia

3 de septiembre de 2013

¿Por qué sentimos a veces un timbre en el oído?

Los sonidos muy fuertes -entre los que se incluyen la música, los fuegos artificiales y el que producen algunas máquinas- pueden dañar los receptores sensoriales del oído interno.

Estos receptores son los encargados de transformar el sonido en impulsos neuronales que viajan hasta el cerebro, y los sonidos muy fuertes rompen sus terminaciones.

Oído

Estas vuelven a crecer en 24 horas, pero, mientras están averiadas, envían señales falsas al cerebro.

Los acúfenos (como se les llama a los sonidos que oímos en estos casos) pueden también ser el resultado de infecciones en el oído, también de la pérdida gradual de audición causada por el envejecimiento o pueden ser provocados por algunos fármacos

Fuente:

BBC Ciencia

2 de septiembre de 2013

La música se juzga más por lo que ve más que por lo que se oye



Las personas pueden identificar con precisión a los ganadores de una competencia de música clásica basándose sólo en video sin sonido, según demostró un estudio.

Incluso músicos profesionales no pudieron reconocer a los ganadores sólo con el sonido.
Esto desafía la idea de que el sonido es el factor más importante a tener en cuenta cuando se juzga la música.

Los hallazgos, publicados en la revista Proceedings de la Academia Nacional de Ciencias de Estados Unidos (PNAS), sugieren que la visión es en verdad el sentido más dominante.

La investigación concluye que el mejor indicador de una interpretación musical ganadora es la pasión que muestra el músico, seguido de cerca por su originalidad y creatividad.

Chia-Jung Tsay, del University College de Londres (UCL), es autora del estudio y concertista de piano.

La investigadora estaba interesada en la forma en que se juzga la música y vio que incluso los músicos profesionales no eran conscientes de cuánto más estaban usando la información visual que la sonora.

"Me di cuenta de que dependiendo de si se juzgaba en base a grabaciones de audio o de video podía haber resultados muy diferentes. Esto me llevó a preguntarme sobre cuánta información visual impacta realmente en estas importantes decisiones".

Para el estudio, se entregaron muestras de audio, video sin sonido o video con sonido a más de 1.000 participantes, y se les pidió que eligieran los tres primeros finalistas de 10 competencias internacionales de música clásica.

Los auténticos ganadores de las competiciones fueron identificados correctamente sólo por aquellos que habían visto los videos sin sonido.

En el caso de los voluntarios que vieron los videos con sonido, el grado de exactitud volvió al mismo nivel de coincidencia de quienes sólo escucharon el audio.

Información visual vs sonora

Manos sobre las teclas de un piano

El estudio indagó en los juicios sutiles que intervienen a la hora de diferenciar intérpretes muy habilidosos.

Tsay dice que los resultados son bastante sorprendentes, especialmente porque tanto los músicos entrenados como el resto de los participantes dijeron que el sonido había sido lo más importante en su evaluación.

"Sin importar el grado de experiencia, nos basamos principalmente por información visual, incluso en el ámbito de la música".

"La enseñanza de música clásica a menudo se centra en mejorar la calidad del sonido, pero esta investigación intenta comprender qué es lo que realmente se evalúa en los niveles más altos de la interpretación competitiva".

"Debemos ser más conscientes de nuestra inclinación a depender de la información visual a expensas del contenido que realmente consideramos como más relevante para nuestras decisiones".

La investigadora añade que sus hallazgos tienen implicaciones para otras áreas que se basan en gran medida en indicios visuales, como la contratación de empleados o la elección de líderes políticos.

La BBC quiso conocer la opinión de Alexandra Lamont, una psicóloga musical de la universidad Keele, en Reino Unido, que no estuvo involucrada en el estudio.

Ella considera que el informe sigue la línea de otras investigaciones que muestran la influencia de lo que los espectadores ven durante las actuaciones musicales en vivo de pianistas talentosos.

"La actuación musical es mucho más que sólo sonido, y los aspectos visuales a menudo mejoran la calidad de la experiencia, ya sea ver a un joven virtuoso y energético en el escenario de la Competencia Menuhin como deslumbrarse por un show de luces durante la actuación de un DJ en Glastonbury".

"Lo interesante es que los participantes sintieron que el sonido sería el factor más influyente en la toma de decisiones sobre los intérpretes, así que esto sugiere que usamos el indicio dominante para juzgar incluso cuando no es muy útil".

Lamont agregó que el género y el origen étnico no tuvieron ningún efecto en las decisiones, "así que realmente se trata de cómo tocaron los intérpretes".

* Si vio el video y quiere saber si su criterio coincide con el del jurado de la competición internacional de piano Franz Liszt, le interesará saber que los pianistas que se ven en el video quedaron finalistas en este orden: 1. Yingdi Sun, 2. Anton Salnikov, 3. Christiaan Kuyvenhoven.

Fuente:

BBC Ciencia

14 de agosto de 2013

¿Es usted un súper degustador? Descúbralo con este sencillo experimento...

"¡Esto está delicioso, tienes que probarlo!". Compartir el placer que da comerse algo rico es, para muchos, duplicarlo. Pero al hacerlo, estamos asumiendo que a todos nos sabe igual la comida.

En realidad, cuando se trata de sabor, hay tres tipos de personas: los no degustadores, los degustadores promedio y los superdegustadores.
¿Está usted en el último grupo, ese de aquellos que tienen una capacidad superior al resto de captar sensorialmente el alimento, debido a que poseen una mayor cantidad de papilas gustativas?

El científico Mark Miodownik le mostró a la BBC un experimento que se puede hacer en casa para saberlo.

Lo que necesita

Una botella de colorante de comida azul
Hisopos/copitos de algodón/cotonitos/cotoncitos/bastoncitos
Pinzas de cejas
Pegatinas redondas, de esas que se usan para reforzar el orificio que se hace con una perforadora de papel
Lupa
Gráfico de degustador (abajo)
Un trapo húmedo o pañuelos de papel

Lea el artículo completo en:

BBC Ciencia


13 de agosto de 2013

¿Leer con poca luz daña la vista?


Gafas sobre libro
Si alguna vez lo pillaron leyendo con poca luz o con una linterna bajo las cobijas cuando ya tenía que estar dormido, probablemente le dijeron que forzar sus ojos le dañaría la vista. O quizás oyó decir que era fácil saber cuáles eran los niños estudiosos en el colegio pues los que se la pasaban con las narices en un libro tenían que usar anteojos.

La advertencia de que la gente no debe leer regularmente sin mucha iluminación es común.Pero si consulta la web, descubrirá que aparentemente es un mito.

¿Fin de la historia? No precisamente.

Cuando uno explora un poco más y revisa la evidencia científica, el cuento es más complejo.

La historia completa en:

BBC Ciencia

7 de agosto de 2013

Debate: ¿Las plantas pueden oir?

Investigadores internacionales sugieren que, además de ser sensibles a las señales químicas y las lumínicas, las plantas pueden interceptar los estímulos sonoros a su alrededor. Otros expertos rebaten estas supuestas nuevas formas de comunicación.







Las plantas de chile reducen su crecimiento en presencia del hinojo a su lado. / Petr Kratochvil
Las plantas pueden intercambiar información con su entorno. Hace décadas que se sabe que se comunican entre ellas mediante señales químicas. Por ejemplo, las hojas de la planta de tabaco emiten una sustancia química que, al entrar en contacto con la saliva de la oruga, atrae a otros insectos que la devorarán, salvando a la planta de un fatal destino. Y la planta conocida como “no me toques” (Impatiens pallida) gasta menos energía en crecer cuando se sabe rodeada de plantas de su familia, con quienes comparte los nutrientes. Sin embargo, el papel que pueda jugar el sonido en este entramado de señales sigue siendo una incógnita para los científicos y, de hecho, las incursiones en este campo son muy escasas.

La bióloga Monica Gagliano se ha inmerso con su equipo en el inexplorado campo de la comunicación acústica en las plantas, para indagar científicamente si son capaces de percibir y emitir sonidos. Esta investigadora está convencida de que hay que prestar atención a estos fenómenos, porque, en su opinión “es posible que se haya subestimado la complejidad de las formas de comunicación de las plantas”. Sus resultados, publicados en publicaciones como Cell Press y PLoS ONE, han sido recibidos por la comunidad científica con escepticismo.

“El enfoque del estudio es peligroso, porque a menudo se tiende a atribuir a las plantas características propias de los humanos”, explica Javier Fuertes, investigador en biología evolutiva de las plantas del Jardín Botánico de Madrid, quien opina que “no hay que olvidar que las plantas carecen de cerebro y por tanto de conciencia, no deciden activamente realizar una acción u otra, simplemente reaccionan a ciertos estímulos cuando poseen los receptores apropiados”, añade.

Los clicks del maíz

“Hemos identificado que las plantas responden a ciertos sonidos y que emiten los suyos propios” explica Gagliano, bióloga del Centro de Biología Evolutiva de la Universidad de Australia del Oeste.

En uno de los primeros experimentos publicado en Cell Press, Monica Gagliano detectó unos sonidos provenientes de una planta de maíz, una serie de clicks que se producen cuando las burbujas de aire pasan por los conductos que llevan agua y nutrientes a la planta. Se emitían a una frecuencia muy baja, de 220 hz y se captaron gracias a un equipo especializado que los científicos colocaron muy cerca de la planta, por lo que sería muy difícil que un humano los escuchara en circunstancias normales, teniendo en cuenta que las raíces están bajo tierra. Para saber si este sonido sería perceptible por otras plantas, lo reprodujeron a diferentes frecuencias ante un ejemplar de la misma especie. “La planta de maíz demostró tener una sensibilidad selectiva hacia los sonidos emitidos en la misma frecuencia en la que ella los produce, pero no hacia frecuencias más bajas ni más altas que esa”, explica Gagliano.




Raíces del maizAmpliar
La planta de maíz dobla sus raíces en dirección a la fuente de sonido / Monica Gagliano
Gracias a la técnica de timelapse (series de fotografías reproducidas como una película a gran velocidad), los científicos apreciaron que las raíces de la planta se doblaban en dirección hacia la fuente de sonido a 220hz. “Todavía no podemos explicar por qué lo hace, pero sabemos que algo está pasando a esa frecuencia que genera una respuesta en la planta” afirma Gagliano.

Captar las vibraciones

Todavía es necesario investigar qué ventajas supondría este comportamiento para la planta, aunque algunos investigadores ajenos al estudio sugieren que podría ser una forma de buscar corrientes de agua en entornos secos. Lo que sí está claro es que los resultados son interesantes y podrían abrir una “puerta hacia nuevas formas de comprender la sensibilidad de las plantas ante estímulos físicos que no sean la luz ni las señales químicas”, según explica Rafael Rodríguez, profesor investigador en biología de la Universidad de Wisconsin-Milwaukee, ajeno al estudio y co-autor de un artículo en el que se destacan los puntos más interesantes del trabajo de Gagliano así como los más débiles.

Lea el artículo completo en:

Materia 

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17 de julio de 2013

Melodía para nuestro planeta en calentamiento

Aunque hay personas que ponen en duda a los efectos del calentamiento global, las estadísticas de los últimos 132 años nos indican que se trata de algo más que un simple “ciclo”, o un capricho científico. La cantidad de gráficos y mediciones al respecto es muy importante, pero un estudiante de la Universidad de Minnesota decidió agregar una vuelta de tuerca a estos datos, convirtiéndolos en una melodía para violonchelo, asignando una nota al valor registrado en cada año. El resultado final es... más difícil de escuchar de lo que hubiéramos imaginado.

Parte de esta historia comenzó en enero de 2011, con una publicación del Instituto Goddard para Estudios Espaciales de la NASA. Allí se explica que 2010 fue el año más cálido del que se ha tenido registro. El gráfico sobre anomalías globales de temperatura se extiende hasta 1880, por lo que actualmente hay unos 132 años de datos disponibles sobre calentamiento global. De hecho, uno puede establecer varios factores con sólo mirar al gráfico. La aceleración del comercio mundial de petróleo está marcada por un claro ascenso del promedio en la década del ‘20, la Segunda Guerra provocó cierto salto en los años posteriores, y la década de los ‘70 dio inicio a una rápida escalada, que dicho sea de paso, aún no se ha revertido. Lo cierto es que el promedio ascendió 0,8 grados Celsius desde 1880, un detalle muy utilizado por aquellos que niegan el calentamiento global, o que lo califican como exagerado. Sin embargo, el estudiante Daniel Crawford de la Universidad de Minnesota decidió presentar a estos valores de un modo diferente: Convertirlos en música.


A Song of Our Warming Planet from Ensia on Vimeo.

El instrumento escogido fue un violonchelo, y Crawford comenzó asociando la nota más baja al promedio mínimo registrado en 1909, provocando que los años más fríos suenen bajo, y que los más cálidos posean notas más altas. Cada tono medio ascendente equivale a unos 0,03 grados Celsius de calentamiento global. Y en cuanto a la melodía en sí... suena mal. Imagino que algunos de nuestros lectores con un conocimiento de música más amplio tal vez tengan puntos específicos para criticar sobre la forma en que ejecuta la melodía, pero no me refiero a eso, sino que me ha dejado una sensación que no es para nada agradable, en especial cuando el tono comienza a ascender hacia el final. Como si eso fuera poco, la nueva predicción de los científicos para el final de este siglo elevaría la temperatura en 1,8 grados Celsius, requiriendo notas que no estarían al alcance del oído humano.
Tomado de:

5 de junio de 2013

Pareidolia: ¿Por qué vemos caras en la Luna, las montañas y las tostadas?



Imagen de la región Magadan, en Rusia

El ser humano siempre ha visto caras en los objetos o lugares más insólitos: en la Luna, en vegetales o incluso en una tostada quemada.

Ahora, un grupo berlinés está rastreando el planeta mediante imágenes satelitales en busca de rasgos que recuerdan a rostros humanos a nuestro alrededor. Pero ¿qué hay detrás de ese deseo de ver caras en lo que nos rodea?




La mayoría de la gente nunca ha oído hablar de la pareidolia, pero casi todos la hemos experimentado.


Cualquiera que haya mirado a la Luna y haya encontrado dos ojos, una nariz y una boca ha sentido la fuerza de la pareidolia.


La virgen en una tostada de queso

Esta tostada de queso se vendió en eBay por unos US$18.500.

El diccionario lo define como "la percepción imaginada de un patrón o un significado donde no lo hay".

E incluye cosas tan dispares como identificar caras en la corteza de un árbol, ver animales en las nubes o siluetas humanas en las montañas.

El estudio alemán de diseño Onformative está inmerso en la que probablemente sea la mayor búsqueda de pareidolia hasta ahora. Su programa Google Faces se pasará los próximos meses husmeando las imágenes de Google Maps en busca de formas parecidas a rostros humanos.

Para ello el programa examinará el planeta entero varias veces y desde diferentes ángulos.

Hasta ahora Google Faces ya identificó entre otros un espeluznante perfil en Magadan, una remota región de Rusia, un tipo con pelos en la nariz en Kent, Inglaterra, y una criatura de aspecto desagradable en las montañas de Alaska.

Lea el artículo completo en:

BBC Ciencia

28 de mayo de 2013

¿Cómo se mide el sonido?


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iStockphoto/Thinkstock
 
¿Sabes cómo se mide el sonido? -A diario escuchamos sobre decibelios, hertz, ondas... muchos conceptos entreverados que puede que no sepamos muy bien qué significan. No te preocupes, es más sencillo de lo que parece. Sigue leyendo para descubrir cómo se mide el sonido.

Cómo medir el sonido

En un mundo en que parece no haber silencio, los oídos son uno de los sentidos que más usamos, junto con la vista.

El sonido es una vibración del aire o del agua -nunca se puede producir en el vacío-, que llega a nuestra oreja, hace que esta vibre, y de esa forma escuchamos algo. Esta vibración se realiza en forma de ondas sonoras.

Cualidades del sonido

El sonido tiene distintas cualidades:
  • Altura: nos permite distinguir entre un sonido agudo y uno grave. Se mide en Hertz (Hz, frecuencia)
  • Timbre: nos permite reconocer las características de la fuente sonora (si es un instrumento de cuerda, de metal, una voz... cada uno tendrá sus características propias: el sonido puede ser más brillante, opaco, aterciopelado, metálico, etcétera)
  • Intensidad: Nos permite reconocer un sonido fuerte de uno débil o suave (comunmente lo conocemos como "volumen" en los equipos de sonido). Se mide en decibelios (dB)
Esas son las las tres principales, pues son propios de lo sonoro. Pero hay otros dos factores, que coinciden con la variable Tiempo y Espacio (que por cierto, rige a todas las cosas): Duración (podemos distinguir un sonido largo de uno corto) y Espacialidad (somos capaces de reconocer de dónde proviene un sonido, si de la izquierda, la derecha, arriba, abajo, cercano o lejano).

Por lo tanto, los sonidos pueden ser medidos de distintas formas. Algunos medidores nos pueden determinar la intensidad, mientras que otros nos permiten reconocer la altura, la duración, o muchas cualidades a la vez.

Cómo se miden las frecuencias del sonido

Los sonidos se pueden identificar por su espectro de frecuencias. El elemento fundamental de estas frecuencias es la onda sinusoidal, es decir, una superposición lineal de sinusoides.

Cada sinusoide se caracteriza por su amplitud, su frecuencia y su relación con la marca de tiempo cero. Los sonidos más graves tendrán ondas sonoras más alargadas (una frecuencia más baja), mientras que los sonidos más agudos serán representados por ondas de sonido más cortas (una frecuencia más alta y por lo tanto más Hertz).

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Ingram Publishing/Thinkstock

El sonido se mide por la amplitud de los componentes espectrales, mediante la colocación de un metro calibrado de sonido en el centro de la cabeza de un oyente potencial.

El oído humano es capaz de captar las ondas coprendidas entre los 20 Hertz y los 20.000 Hertz (aproximadamente). Las ondas que están por debajo de los 20 Hertz (aproximadamente) son sonidos tan graves que nuestro oido no es capaz de captarlas y las conocemos como Infrasonido. Por otra parte, las ondas más cortas (más agudas, mayores a los 20.000 Hz) las conocemos como Ultrasonido. Tampoco las podemos captar con nuestro oído, pero otros animales como los murciélagos las suelen utilizar para sus vuelos nocturnos.

Debemos tener en cuenta también que el oído humano no es igualmente sensible a los tonos diferentes en un mismo nivel de presión, ya que son diferentes frecuencias. A esto se le llama sonoridad. Para medir esto se utilizan las ondas isofónicas, que relacionan el tono de un sonido en dB con su nivel de sonoridad subjetiva (como dijimos, entre los 3 kHz y los 20kHz el oído es más sensible, por encima y por debajo de estos valores no).

Cómo se mide la intensidad del sonido

El primer medidor: el microPa

En un primer momento, el sonido se medía en microPa o Pa, el nivel de presión de la onda. El rango audible en los humanos iba de 20 microPa a 20 Pa -un nivel doloroso-. Sin embargo, como esta era una escala muy grande, se comenzaron a utilizar los decibelios (dB).

Los decibelios, la medida actual de intensidad sonora

En este nuevo rango, el esquema de audición humano iría de los 0 dB a 120-140 dB, en los que ya notamos dolor en los oídos. En 0 dB está el sonido más bajo que podemos escuchar, y significa casi silencio absoluto. Una conversación normal está aproximadamente en los 60 dB, un concierto de rock en los 120 dB, y un disparo de un arma en 140 dB.

A partir de los 85 dB podemos tener pérdidas auditivas: podemos identificar este nivel cuando para conversar tenemos que levantar la voz. Ocho horas al día con esta intensidad causa daños en los oídos.

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iStockphoto/Thinkstock

Por lo general, las mediciones de sonido siempre deben hacerse en dB, pero en caso de que estemos hablando de la audición humana, es importante hacerlo también relacionado a este valor subjetivo.

El daño auditivo depende del nivel del sonido y del tiempo de exposición al mismo. También debemos tener en cuenta que la distancia afecta la intensidad del sonido: si estamos lejos de él, la potencia disminuye.
Los dejo con una pregunta para reflexionar: si un árbol cae en un bosque, y no hay nadie para oírlo, ¿hay sonido?

Fuente:

Ojo Científico

19 de abril de 2013

La ciencia del sabor

  • El sentido del gusto ha sido poco explorado científicamente
  • La industria alimentaria mueve millones
  • La tecnología accede al paladar
El gusto no es elegante. Pertenece más bien a los bajos instintos. La vista o el oído han sido profusamente estudiados y modelados por la ciencia y la tecnología. Recientemente el sentido del gusto ha empezado a atraer a la tecnología de los ordenadores.

Alimentarse es esencial para los seres vivos. Los animales estamos dotados del sentido del gusto de forma que nos acercamos a las sustancias que son buenas para nosotros y nos alejamos de las malas. Unas tiene buen sabor y las otras repugnan.

La vista es un sentido muy complejo y muy estudiado. Formular un modelo matemático y una simulación por ordenador de un sistema visual atrae a cualquier programador. Otros sentidos como la audición corren igual suerte. Pero el gusto y el olfato están olvidados por la ciencia. Aunque no por la industria.

El gusto y el olfato son sentidos químicos. Detectan sustancias químicas que se encuentran a nuestro alrededor o que nos llevamos a la boca. El gusto se percibe por las papilas gustativas que se encuentran en la boca. El olfato por neuronas olfatorias situadas en la nariz.

Tenemos papilas gustativas que detectan tan solo cuatro sabores: amargo, dulce, ácido y salado. Sin embargo distinguimos muchos más sabores. Aunque en realidad, más que sabores son olores. Al masticar y tragar, se desprenden múltiples olores que son detectados por el olfato. Resulta sin embargo que estos olores no se perciben en la nariz sino en la boca y no en forma de olor sino de sabor. Se cree que podemos distinguir miles de olores distintos. Un componente adicional es el tacto. La textura es esencial en los alimentos y así distinguimos algo duro o esponjoso o crujiente.

La expresión del gusto y el olfato en el cerebro es limitada. Otros sentidos tienen una representación mucho mayor en la corteza cerebral. Los sentidos químicos por el contrario se representan en zonas más profundas y antiguas del cerebro y están muy cercanos a los centros emocionales. Una característica del olfato es que es uno de los pocos lugares donde se crean neuronas toda la vida mientras que en el resto del sistema nervioso no se crean mas neuronas a partir de la primera infancia.

Este mundo antiguo y primitivo de los sabores y los olores es, además de vital, objeto de atención de la tecnología y la ciencia desde hace poco.

Sin olvidarnos de la industria. El negocio de los perfumes lleva siglos en marcha. La comida es esencial y resiste cualquier crisis. La producción, conservación, elaboración y distribución de los alimentos es un negocio que nunca acabará mientras existan humanos. Y en todos esos pasos se ha aplicado la ciencia. Quizá la elaboración sea el campo más reciente. Infinidad de productos precocinados están en las tiendas de alimentación. Hace unos años existían solo las sopas y poco más. Hoy hay decenas de nuevos productos.

La comida es fuente de noticias permanente. Por ejemplo en relación a la dieta. Comer bien, barato y sano está en el foco de muchas informaciones y noticias científicas. Hay incluso quien considera que no es necesario comer alimentos y ha fabricado un brebaje con lo necesario para subsistir. Pese a los enormes controles sanitarios, los fraudes alimentarios son constantes, como el de la carne de caballo.

¿Distinguimos los ingredientes de la la comida? ¿Somos unos excelentes gourmets? ¿Y el vino? Muchas personas se consideran expertas. Pero hay mucho de ficción y una auténtica cata a ciegas deja en evidencia a los mejores sumiller.

Pero si algo ha triunfado son las recetas por Internet. Cientos de páginas con miles de recetas pueblan la web y están entre las más visitadas. Además, muchas de ellas contienen vídeos con la forma de preparar la "receta de la abuela".

Hace unos meses IBM publicó sus 5 predicciones para los próximos 5 años. Esta vez estaban dedicadas a los sentidos. Respecto del gusto se decía:
Los ordenadores sabrán descomponer la química de los sabores y encontrar su conexión con la psicología del placer que nos lleva a consumirlos. Entonces podremos conseguir nuevas combinaciones hasta ahora inexploradas. Y más importante aún, conseguirán que la comida más saludable sea la más apetitosa mejorando los hábitos de alimentación del mundo. La comida es algo tan serio que los ordenadores van a tener que ocuparse de ella.
El caso es que la carrera ya ha empezado. James Briscione es un chef que trabaja codo con codo con un ordenador que le sugiere los mejores ingredientes para nuevos e innovadores platos. El objetivo no es almacenar el conocimiento existente, sino crear algo nuevo. La mezcla de sabores que maneja alcanza los millones de combinaciones. Desde luego muchas son detestables. El truco está en combinar la química y la psicología del sabor para averiguar qué combinación es placentera. Debe de ser un programa que aprende con los juicios de los comensales. Además debe de usar información no estructurada ya que hay que decirle cosas tan ambiguas como rico, amargo, soso o extraño referidas al sabor. Por lo pronto parte de 20.000 recetas para empezar. El sistema no solo no es perfecto sino que carece de elementos básicos como la forma de preparación, la presentación, la cocción...

El gusto es química y ambos son ciencia. La tecnología ha llegado para innovar la cocina. Quizá pronto además del horno, la vitrocerámica, el frigorífico o la olla presión, tengamos una ayuda adicional en los fogones. Puede que la próxima gran cocinera sea una máquina.

Fuente:

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